por Rick Rozoff
Versión original
traducido por Germán Leyens
23 Febrero 2009
del Sitio Web
VolatireNet
Con la reintegración de Francia al comando militar de la OTAN después de una
interrupción de 33 años, que será formalizada en la cumbre de este año de la
Alianza en Estrasburgo, que también actualizará el Concepto Estratégico 1999
con un aumento del énfasis en la integración militar OTAN-Unión Europea (UE)-EE.UU.,
y con la intensificación por la UE de la creación de una fuerza de
despliegue rápido de 60.000 soldados y sus propios grupos de batalla y sus
afiliados nórdicos para uso en todo el mundo, es urgente hacer un examen de
las relaciones mutuas resultantes entre los tres principales centros
occidentales de poder económico, político y militar – la UE, la OTAN y EE.UU.
Asamblea anual de la OTAN.
Esta organización militar fundada después de la
Segunda Guerra Mundial
para combatir la expansión del comunismo en Europa se
ha transformado hoy en día
en la punta de lanza militar de las potencias
industriales anglo-europeas bajo comando estadounidense.
Busca implantar un
nuevo neocolonialismo de dominación geopolítico
de características
imperiales como lo fue en el pasado,
es decir controlar y dominar ahí donde
hay intereses comerciales y materias primas
para sus industrias
multinacionales.
Hasta la fecha la opinión generalmente aceptada en los círculos del
establishment consisten en gran parte de una serie de cuatro dicotomías
falsas:
El desarrollo cada vez más ambicioso de las capacidades militares de la UE
compite con la OTAN, si no representa un desafío directo a dicho organismo y
a la alianza estratégica transatlántica con Washington. La OTAN es un
antídoto multilateral al unilateralismo de EE.UU. La UE es un profesional
basado en principios de diplomacia pacífica mientras que EE.UU. y la OTAN a
menudo se apresuran demasiado porque se basan en la necesidad militar.
La UE es un competidor o incluso el principal competidor de EE.UU. en Europa
y cada vez más en todo el mundo. Cada cual puede creer tantas de estas
patrañas como quiera, pero las palabras y las acciones de los responsables
políticos y de los funcionarios a cargo de imponer la política en el
establishment de la política exterior de la UE, la OTAN y EE.UU. las refutan
continuamente.
21 de los 27 miembros de la UE son también miembros de la OTAN. De los seis
que no lo son, todos, con la excepción de Chipre (por el momento) - Austria,
Finlandia, Irlanda, Malta y Suecia – son miembros del programa Cooperación
por la Paz de la OTAN. De los últimos cinco, sólo la pequeña Malta no tiene
un contingente militar sirviendo bajo la OTAN en Afganistán, los Balcanes u
otros sitios.
De los 26 Estados miembro de la OTAN, sólo Noruega y EE.UU., Canadá e
Islandia, los últimos tres no están en Europa y por lo tanto no se califican,
no están en la UE.
Los tres protagonistas cruciales podrán altercar ocasionalmente sobre
cuestiones secundarias de táctica, oportunidad y tecnicismos, pero se
mantienen unidos respecto a preocupaciones sustantivas y estratégicas.
La UE y la OTAN han sido abiertamente socios militares desde 1992 cuando se
firmó el acuerdo Berlín Plus sobre la compartición conjunta de activos
militares.
Incluso los miembros de la UE que todavía no están en la OTAN son afectados
por la subordinación del continente al bloque ya que la Carta Estratégica de
la Alianza de 1999, todavía estipula en efecto, que los arsenales nucleares
de EE.UU., en particular, pero también los del Reino Unido y de Francia,
“son esenciales para preservar la paz” y son “un vínculo político y militar
esencial entre los miembros europeos y norteamericanos de la Alianza.”
Como los eventos de 1989-1991 provocaron el colapso del orden posterior a la
Segunda Guerra Mundial en Europa y el mundo en su conjunto,
-
la disolución
del Pacto de Varsovia y del Consejo de Ayuda Económica Mutua (Comecon)
-
la
desintegración de la Unión Soviética y la fragmentación violenta a
Yugoslavia,
...las principales potencias occidentales inmediatamente
reiniciaron planes para la dominación global interrumpidos después de las
dos guerras mundiales, y después de haber aprendido sus propias lecciones de
la última formaron un condominio para compartir los despojos de todo el
mundo, no sólo la multitud de sus antiguas colonias, territorios,
protectorados y mandatos, sino partes del globo que nunca antes estuvieron a
su disposición, incluida la antigua Unión Soviética.
Esto lo confirma una declaración del Secretario General de la OTAN, Jaap de
Hoop Scheffer, hace casi cuatro años:
“La OTAN y la UE están logrando bastante progreso en la coordinación de
capacidades militares modernas. Me siento optimista de que podamos extender
nuestra cooperación en áreas adicionales en las que tenemos un interés de
seguridad común, donde podemos complementarnos, y reforzar mutuamente
nuestros esfuerzos. Y con ello quiero decir áreas funcionales… como ser el
Cáucaso y Asia Central.”
(NATO International, 31 de marzo de 2005).
Dos
meses después el Secretario Adjunto de Estado de EE.UU., Nicholas Burns, que llegó a ese puesto después de ser embajador de EE.UU.
ante la OTAN, usó un tenor parecido cuando,
“saludó un llamado por el
secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, para que la alianza y
la UE aumenten la cooperación para asegurar la seguridad más allá de las
fronteras de la OTAN en Europa, África y Asia Central.”
(Associated Press,
26 de mayo de 2005)
Burns explicó la división del trabajo propuesta, por lo menos desde la
perspectiva de Washington:
“A ver si nos entendemos. La OTAN hace las grandes operaciones militares,
pero la UE maneja las operaciones de mantenimiento de la paz…”
(Ibíd.)
En el mes intermedio, abril de 2005, el ministro alemán de defensa de
entonces, Peter Struck, dirigiéndose a una conferencia sobre seguridad
europea en Berlín, subrayó el mismo punto al afirmar que,
“Sería totalmente
erróneo ver el desarrollo de capacidades de defensa europeas, separadamente
de progresos dentro de la OTAN,” y “agregó que tanto la OTAN como la Unión
Europea se esfuerzan actualmente por estar mejor preparados para misiones
fuera del área en un intento de adaptarse al rápido cambio del entorno de
seguridad.”
(Deutsche Welle, 13 de abril de 2005)
Es decir, la UE y la OTAN han determinado que todo el mundo, con la
excepción del Hemisferio Occidental, que presumiblemente pertenece a EE.UU.
(aunque incluso allí los Estados de la OTAN están involucrados individual,
separada y colectivamente), como caza legal para despliegues militares.
Otro giro cualitativo respecto a la situación internacional previa a 1991 y
una reversión a la era de las ambiciones y pretensiones coloniales europeas
occidentales, la de la diplomacia de la cañonera y de bayonetas caladas
contra “nativos revoltosos.”
De hecho, la época posterior a la Guerra Fría ha devuelto en esencia a
Europa, a Occidente en general y gran parte del mundo en cuanto a la
influencia de los Estados de la OTAN no sólo al status quo ante previo a la
Segunda Guerra Mundial sino aún más atrás a los años 1800 y al apogeo de la
expansión colonial europea.
Efectiva, si no formalmente, las principales potencias occidentales han
creado equivalentes modernos del Congreso de Viena de 1815 y del Congreso de
Berlín de 1878.
El primero ocurrió hacia el fin mismo de las Guerras Napoleónicas con la
inminente derrota de Bonaparte en Waterloo y fijó el fundamento de la Santa
Alianza y su nuevo orden de entonces, que debía asegurar que nunca los
tronos europeos volvieran a ser desafiados por la amenaza del republicanismo.
La dispensa posterior a 1991 ha recreado la proscripción de la forma
republicana de gobierno y la ha aplicado al comunismo y a otras variantes
del socialismo y por cierto a cualesquiera partidos políticos y movimientos
populares que puedan defender los intereses de la mayoría, dentro de Europa
o fuera de ella, frente a elites transnacionales – así llamadas
euro-atlánticas.
El segundo modelo, el del Congreso de Berlín, fue la salva de apertura de la
alteración de las fronteras nacionales en los Balcanes y el comienzo de la
disputa por África, que sería lanzada en serio seis años después en la
Conferencia de Berlín.
Similitudes entre entonces y el período actual no requieren mucho comentario,
ya que saltan a la vista.
La Conferencia de Berlín, a la que asistieron representantes de Austria-Hungría,
Bélgica, Gran Bretaña, Dinamarca, Francia, Italia, Holanda, Portugal, Prusia,
España y Suecia-Noruega, abrió toda África, especialmente la cuenca del Río
Congo, y la región de los Grandes Lagos, a las formas más brutales y cínicas
de rapiña y saqueo.
Fue también el prototipo para ataques militares y económicos conjuntos,
colectivos, europeos occidentales, contra naciones virtualmente indefensas,
que no tardó en ser replicado en China en 1900 invadida por fuerzas
militares de Austria-Hungría, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón,
Rusia y EE.UU. para reprimir la Rebelión de los Bóxer y proteger intereses
económicos occidentales.
Para demostrar hasta qué punto el pasado es ahora el presente, en un
artículo escrito en conjunto en The Times de Londres en junio pasado,
George
Robertson y Paddy Ashdown, de quienes hablaremos más adelante, afirmaron que,
“la cooperación multilateral en el ámbito europeo tiene que… involucrar más
cooperación en la defensa si ha de ser tomada en serio. El impulso por crear
grupos de combate de la UE debe ser acelerado, compatibilizado enteramente
con las fuerzas de reacción de la OTAN y debería formar la base de una
capacidad europea emergente de contrainsurgencia capaz de operar en Estados
fracasados y entornos post-conflicto.”
The Times, 12 de junio de 2008
El documento, en realidad un manifiesto militar y una llamada a la acción
para las elites occidentales, también incluyó la observación de que,
“Esto
será vital si se nos llama… a extender la autoridad pública a algunos de los
espacios no gobernados que la globalización está ayudando a generar.”
Y el artículo culmina en este análisis – rudo, revelador y hubristico por
igual:
“Por primera vez en más de 200 años nos movemos hacia un mundo que no está
totalmente dominado por Occidente. Si queremos influenciar ese entorno en
lugar de ser chantajeados por él, si queremos asumir algunas de las
características preocupantes de la globalización, el multilateralismo real,
práctico, es una necesidad estratégica…”
Haya o no alguien más en el mundo que considere que el deseo de las
principales potencias occidentales y de su clase gobernante de asumir,
reclamar y expandir la dominación global represente una necesidad, el plan
es decididamente estratégico.
A diferencia de las divagaciones de oscuros académicos que rediseñan el
mundo y sus divisiones nacionales en la seguridad de sus propias mentes y
confortables asientos en las bibliotecas universitarias, el pronunciamiento
en The Times apareció allí porque sus autores son cualquier cosa pero no
teóricos abstractos, historiadores o filósofos políticos.
Son importantes arquitectos e implacables ejecutores del orden que propugnan,
ambos probados en la post-Guerra Fría, o como ellos mismos podrían
presentarlo, en el laboratorio posmoderno que fueron los Balcanes en los
años noventa.
Lord George Robertson, es secretario de defensa británico y aun par del
reino de por vida y barón de
Port Ellen, fue secretario general de la OTAN desde 1999 hasta 2004, sucesor
de Javier Solana, que ha pasado a ser Alto Representante para Política
Exterior y de Seguridad Común y secretario general tanto del Consejo de la
Unión Europea como de la Unión Europea Occidental. En realidad, ministro de
exteriores colectivo de la Unión Europea.
Paddy Ashdown fue Alto Representante internacional para Bosnia y Herzegovina
desde septiembre de 2002 hasta mayo de 2006, dirigiendo con descarada
arbitrariedad, despotismo y ferocidad que le granjearon el título informal
de otra época, virrey, que casi no cabe duda que consiguió legítimamente
porque su padre había sido oficial en el servicio colonial británico en
India y porque la misión y el estilo de Ashdown hijo no sólo evocaban la
pasada era colonial sino eran emblemáticos de su actual renacimiento.
Hace casi cuatro años la Comisión Internacional sobre los Balcanes, fundada
por – entre otras instituciones – el Fondo Marshall Alemán de EE.UU.,
"emitió una acerba crítica de las políticas de la UE y de la ONU en los
Balcanes."
“La comisión afirma que la democracia ha sido asfixiada en Bosnia ‘por la
autoridad coercitiva’ de Paddy Ashdown, alto representante de la UE.
"Los representantes internacionales, dice la comisión, ‘se meten
frívolamente en la ingeniería social pero no tienen que rendir cuentas
cuando sus políticas fracasan. Si el régimen neocolonial de Europa se
arraiga, alentará el descontento económico…’”
(International Herald Tribune,
29 de abril de 2005)
Como para recompensarlo por esto, hace un año Ashdown fue promocionado como
sucesor de los antiguos jefes de su padre en el subcontinente indio, a saber
lo que la prensa en la época se refirió como un “súper enviado” a Afganistán,
lo que un periódico describió en estas palabras rapsódicas:
“El rol propuesto significaría que Lord Ashdown será encargado de unificar
los esfuerzos de la OTAN y de la ONU en Afganistán. Se piensa que los
funcionarios de la OTAN apoyan su candidatura para un puesto con un poder
excepcional.”
(The Telegraph, 6 de diciembre de 2007)
El gobierno afgano se mostró menos entusiasta que la
clac de Ashdown en la
prensa occidental y no le dio el puesto, demostrando así la forma y
temperamento ‘pre-moderna’ del pueblo afgano. El adjetivo será explicado más
adelante.
Lo que Ashdown encarnaba para los afganos, conociera o no su gobierno los
antecedentes, era la posición ‘post-moderna’ del antiguo diplomático
británico y cardenal Richelieu del Luis XVIII de Tony Blair en asuntos de
relaciones exteriores, Robert Cooper.
La eminencia gris en cuestión es autor de dos libros:
-
“The Post-Modern State
and the World Order “(2000)
-
“The Breaking of Nations - Order and Chaos in
the Twenty-First Century” (2003)
-
y contribuyó una versión del primero a la
colección “Re-Ordering the World - The Long-Term Implications of September
11” (2002).
Cooper ha sido caracterizado como padre del “nuevo imperialismo liberal” y
fue durante un breve período Representante Especial de Tony Blair en
Afganistán después de la invasión de 2001.
Como Robertson y Ashdown, jugó un papel en la imposición así como en la
elaboración de racionalizaciones de las estrategias y políticas imperiales.
Su primer libro: “The Post-Modern State and the World Order”, dividió en
tres las naciones del mundo en pre-modernas, modernas y post-modernas, no
diferentes de modo esencial, aunque superficialmente en estilo, de aquellas
de sus antepasados colonialistas al dividir a los pueblos del mundo en
naciones y culturas civilizadas y no civilizadas.
Variaciones de esta visión del mundo han vuelto a aparecer en todo Occidente
después del fin de la Guerra Fría, y el nuevo orden internacional que la
siguió permitió que las principales potencias occidentales dejaran de lado
promesas a medias de respetar a la recién liberada mayoría de la humanidad,
a menudo con culturas auténticas mucho más antiguas y mucho más venerables
que las de sus antiguos amos coloniales y los aliados norteamericanos entre
ellos.
Después que se negó a Ashdown la oportunidad de continuar la tradición
familiar en Afganistán fue a trabajar como mano derecha de Javier Solana
como Director General para Asuntos Externos y Político-Militares en el
Secretariado General del Consejo de la Unión Europea, posición que conserva
actualmente.
También se considera que Cooper ha jugado un papel decisivo en la creación
de la Política Europea de Seguridad y Defensa (ESDP, por sus siglas en
inglés), originalmente introducida como Identidad Europea de Seguridad y
Defensa en la reunión de ministros de exteriores de la OTAN en Berlín en
1996 donde se acordó que la Unión Europea Occidental (WEU) supervisaría su
creación dentro de las estructuras de la OTAN.
La ESDP es ahora dirigida efectivamente por el Alto Representante de la
Política Común de Exteriores y Seguridad de la Unión Europea, Javier Solana,
cuyo principal lugarteniente es Cooper. La ESDP fue probada por primera vez
en el terreno en Macedonia en 2003 cuando se hizo cargo por la OTAN y ha
seguido siendo el principal brazo de defensa y fuerzas armadas de la UE.
Macedonia, la segunda víctima de la guerra de la OTAN en 1999 contra
Yugoslavia, fue el prototipo para la suplantación por la UE de las fuerzas
de ocupación e interdicción de la OTAN, y la antigua Misión Concordia de EUFOR sucedió a la
Operación Armonía Aliada de esta última.
En 2004, la OTAN nuevamente entregó un protectorado, Bosnia, bajo su Fuerza
de Estabilización (SFOR) a la UE y a su operación Althea EUFOR.
En 2008, la OTAN comenzó a hacer la transición del comando de su Fuerza
Kosovo (KFOR), sólo autorizada bajo la Resolución 1244 de la ONU, a la
Misión Gobierno de Ley de la UE (EULEX), provocando duras condenas de Serbia
y Rusia.
En noviembre del año pasado, la OTAN entregó la extensa interdicción naval
de la Operación Atalanta de EUNAVFOR en el Golfo de Adén y el Cuerno de
África a la UE, que fue descrita como,
“algo completamente nuevo para la UE
porque tiene lugar lejos de la propia Europa… La Operación Atalanta es un
proyecto ambicioso. El área de mar que debe ser controlada es enorme…”
(Radio Netherlands, 21 de noviembre de 2008)
La “misión civilizadora” conjunta de la UE y de la OTAN en “espacios no
gobernados” en el mundo pre-moderno y moderno se expande constantemente.
Durante este mes, Giampaolo Di Paola, presidente del Comité Militar de la
OTAN, entró en detalles sobre la misión triádica mundial UE-OTAN-EE.UU. al
presagiar la,
“necesidad de una nueva forma de gobernanza mundial en la cual
la OTAN, la UE y otras importantes organizaciones internacionales tienen que
jugar un papel.”
(ADN Kronos International [Italia], 13 de febrero de 2009)
Vale la pena examinar en cierta profundidad el tipo de
gobernanza mundial
del que hablan y quiénes son propuestos como sus auto-designados guardianes.
Funcionarios en Bruselas y Washington invocan rutinariamente el término
comunidad internacional cuando conviene a sus intenciones – y con la misma
regularidad ignoran los deseos de la verdadera comunidad de naciones cuando
no es así.
La población combinada de todos los 27 Estados miembro de la UE es de menos
de 500.000.000, menos de un doceavo de la raza humana.
Si se agregan las cifras de los Estados de la OTAN que no están en la UE-EE.UU. cuyos 300.000.000 de ocupantes representan un 40% de la cantidad de
la UE, Canadá, Noruega e Islandia, la cifra total es de apenas más de
800.000.000, menos de una séptima parte de la humanidad.
Los principales Estados de la UE y miembros europeos de la OTAN, son las
antiguas potencias coloniales – Gran Bretaña, Francia, España, Portugal,
Holanda y Dinamarca, y el segundo contingente de ‘un lugar bajo el sol’ de
Bélgica, Italia y Alemania.
Comenzando con misiones comerciales, que pronto se convirtieron en
monopolios, incluyendo poco después puestos avanzados militares y finalmente
una subyugación económica, política y militar total, las principales
potencias occidentales se repartieron amplias superficies de territorio en
Asia, África, Norte, Centro y Sudamérica y toda Oceanía como sus respectivos
dominios y esferas de influencia.
Muchos Estados de la OTAN y de la UE siguen reteniendo los vestigios de esa
rebatiña por el mundo, especialmente en ultramar y en otras posesiones no-contiguas,
sobre todo islas, arrebatadas originalmente a los habitantes indígenas.
Gran Bretaña, Francia, Holanda, España, Portugal, Dinamarca y EE.UU. están
en esa categoría.
Son los Estados que prohíben a otros, incluso en el contexto europeo, el
derecho a ejercer influencia en territorios que fueron parte integral de su
país durante varios siglos, como ser Serbia con Kosovo y Rusia con Ucrania.
Las principales naciones occidentales fueron también las perpetradoras del
tráfico de esclavos africanos, la mayor migración forzosa de gente en la
historia humana, con cálculos de los transportados a través del Océano
Atlántico que van entre los 10 y los 30 millones en los siglos entre XVI y
XIX.
Los involucrados incluían, a uno u otro lado del océano, a menudo en ambos,
Gran Bretaña, Francia, España. Portugal, Holanda, Dinamarca y más tarde
EE.UU.
Uno de los fundamentos tácitos de la comunidad
transatlántica, términos y conceptos obsoletos y desacreditados como la Carga del Hombre
Blanco, el Destino Manifiesto, ‘un sitio bajo el sol’, Lebensraum [espacio
vital] e ‘imperios bajo los cuales el sol nunca se pone’ han sido
abandonados, pero la visión subyacente del mundo y los objetivos
geopolíticos que los motivaron no lo han sido y en su lugar han sido
rediseñados bajo nuevas marcas durante la última generación.
Las fuerzas militares occidentales han vuelto a naciones que creían haberse
librado para siempre de ellas; por ejemplo, las tropas británicas están de
vuelta en Afganistán, Irak y Sierra Leona; las francesas en Haití, de vuelta
en el bicentenario de su independencia de Francia, y Costa de Marfil; las
fuerzas armadas estadounidenses están de vuelta en las Filipinas.
No es sólo una suma total de acciones individuales de potencias aliadas
occidentales, lo que ha emergido es un nexo sistemático e internacional de
despliegues planificados y coordinados con objetivos geoestratégicos
precisos y amplios.
A pesar de la tan publicitada diferencia de opiniones respecto a la invasión
de Irak en 2003, todos los 26 Estados de la OTAN tienen personal militar
asignado a Irak y al vecino Kuwait bajo la Misión de Entrenamiento de la
OTAN – Irak.
Menos de dos años después de la invasión la Alianza anunció que,
“el objetivo
de la OTAN es entrenar este año a 1.000 agentes de seguridad de mediana y
alta graduación” y “la Unión Europea ha acordado entrenar a unos 700 jueces,
fiscales y funcionarios carcelarios.”
(San Francisco Chronicle, 21 de marzo
de 2005)
Después, en 2005, la entonces embajadora de EE.UU. ante la OTAN,
Victoria Nuland, ex asesora de seguridad del ahora ex vicepresidente
Dick Cheney,
afirmó:
“Necesitamos eliminar de una vez por todas las rivalidades – algunas
reales, otras imaginarias – entre la UE y la OTAN.”
Sus comentarios fueron caracterizados por un sitio militar en Internet como
propugnando que,
“la OTAN y la Unión Europea (UE) deben establecer un diálogo
mucho más profundo que en el pasado para encarar la amplia gama de temas
militares, políticos, de equipo y financiamiento que enfrenta la comunidad
de seguridad transatlántica…”
(Defense News, 23 de septiembre de 2005)
El primer embajador de EE.UU. en Afganistán después de la invasión de 2001,
James Dobbins, quien en aquel entonces era director del Centro de Política
de Seguridad Internacional y Política de la Defensa en Rand Corporation,
reflejó una actitud semejante al urgir que,
“es hora, por lo tanto, de dejar
de preguntar lo que la OTAN puede hacer por la UE, y comenzar a preguntar lo
que la UE puede hacer por la OTAN. Y Afganistán es el sitio para comenzar.
Esto podría ser hecho del mejor modo en un diálogo triangular entre la OTAN,
la UE y EE.UU.”
(International Herald Tribune, 30 de septiembre de 2005)
Para demostrar aún mejor que el triángulo UE-OTAN-EE.UU. afecta más que
únicamente eventos en el continente europeo, un mes después de los
comentarios de Dobbins, Julianne Smith, directora adjunta de programas de
seguridad internacional del think tank estadounidense Centro para Estudios
Estratégicos e Internacionales, lamentó en una conferencia realizada por ese
organismo que:
“’Sí, consultan sobre los Balcanes, pero eso no basta. La OTAN y la UE
deberían estar hablando sobre la no proliferación, el Cáucaso, Ucrania,
Moldova – todo el asunto.”
(Defense News, 14 de octubre de 2005)
Klaus Naumann, antiguo jefe del Comité Militar de la OTAN, habló en la misma
conferencia y reveló más de lo que posiblemente se proponía al deplorar que,
“Europa de nuevo es obsesionada por los fantasmas de la soberanía,” con lo
que quiso decir que el amor restante por el propio país y pueblo es un
obstáculo para la consolidación ulterior de la dominación incuestionable de
la OTAN y de la UE en Europa y más allá.
(Ibíd.)
El mes siguiente, Javier Solana, de la UE, ex Secretario General de la OTAN,
dijo que la expansión de los planes militares y los planes para despliegues
globales de la UE no tenían que ver “con el reemplazo de la OTAN” y en su
lugar,
“al convertirse en un actor internacional más fuerte y más capaz, será
un mejor socio para EE.UU.,” citando los Balcanes como el terreno original
de prueba para ese triunvirato, “Mediante nuestros esfuerzos concertados con
EE.UU. y la OTAN…”
(Defense News, 10 de noviembre de 2005)
El mes siguiente el ya mencionado Klaus Naumann escribió una columna que
contenía la demanda de que,
“La UE debiera… adoptar pasos para mejor su
capacidad de realizar operaciones. Nuevos Grupos de Batalla de la UE deben
ser fortalecidos mediante entrenamiento regular y certificación,
preferentemente utilizando estándares de la OTAN…”
(Daily Times [Pakistán],
1 de diciembre de 2005)
El artículo también instaba a que,
“los dos organismos deben expandir su
diálogo estratégico más allá de su actual enfoque en los Balcanes y
Afganistán” e incluía la misma recomendación hecha anteriormente por Julianne Smith de que la UE y la OTAN deben escalar en conjunto su intrusión
en otras áreas incluyendo “regiones como Ucrania o Moldova.”
(Ibíd.)
La integración de las políticas militar y exterior de la UE y de la OTAN
continuó a ritmo acelerado durante años y alcanzó su crescendo en la cumbre
de la OTAN en Bucarest, Rumania, en abril del año pasado.
Durante la cumbre,
“la Representante Permanente de EE.UU. ante la OTAN,
Victoria Nuland, afirmó que la clave para el fortalecimiento de la OTAN era
la construcción de una Unión Europea más fuerte.”
(Der Spiegel, 1 de abril
de 2008)
Un periódico del país anfitrión informó que,
“un alto responsable
estadounidense ha afirmado recientemente que, lejos ser considerada como una
amenaza para la OTAN, la Política Europea de Seguridad y Defensa (ESDP)
consolidada es una necesidad inmediata…”
Nine O’Clock News, March 31, 2008
La presidencia de la UE estuvo en manos de Francia el año pasado y el
presidente francés Nicholas Sarkozy fue el principal proponente al presionar
por el eje UE-OTAN-EE.UU. en la cumbre de Bucarest.
Aunque no fue su único proponente:
“El presidente de EE.UU., George W. Bush apoyó el jueves la idea de que
Europa debería reforzar su propia capacidad de defensa, dijo el presidente
francés Nicholas Sarkozy, describiéndolo como “un punto histórico decisivo.”
“El apoyo de Bush para una ‘Europa de la defensa’, como Sarkozy describió la
intervención, fue expresado en una cumbre de dirigentes de la OTAN en
Bucarest…”
(Deutsche Presse-Agentur, 3 de abril de 2008)
El discurso de Bush en la cumbre reiteró que,
“la OTAN ya no es una alianza
estática… Ahora es una alianza expedicionaria que envía sus fuerzas por todo
el mundo…”
(USA Today, 1 de abril de 2008)
Su discurso también contenía la denuncia ya rutinaria del orden posterior a
la Segunda Guerra Mundial [1945-1991] en Europa diciendo:
“Dije que Europa
debe revocar el amargo legado de Yalta, y eliminar las falsas fronteras que
dividieron el continente durante demasiado tiempo.”
(Ibíd.)
Una fuente noticiosa rumana informó sobre relaciones entre la UE y EE.UU.
durante la cumbre, diciendo que,
“La calidad de la cooperación transatlántica
pasa actualmente por una profunda transformación, adaptándose a las nuevas
condiciones posteriores a la Guerra Fría y preparándose para un nuevo tipo
de cooperación global.”
(Nine O’Clock News, 3 de abril de 2008)
La misma fuente citó un día antes al antiguo secretario de exteriores rumano,
Mircea Geoana, afirmando que,
“Lo que se espera que produzca esta Cumbre es…
una nueva alianza del Siglo XXI.”
(Nine O’Clock News, 2 de abril de 2008)
Dos semanas después del fin de la cumbre, el Ministro de Exteriores ruso,
Sergei Lavrov dijo, advirtiendo que la OTAN se proponía usurpar el rol y las
funciones de Naciones Unidas:
“Es… un intento de formar una cierta unión
global con un núcleo occidental que desea reivindicar casi todas las
funciones de la ONU.”
(Interfax, 17 de abril de 2008)
Con Francia como principal intermediario, por tener la presidencia de la UE
y haber anunciado su intención de reintegrarse al comando militar de la OTAN,
se aceleró durante todo el año pasado el impulso por la simbiosis militar
UE-OTAN-EE.UU.
Un despacho con el título “Francia pregona las defensas de la UE, puntal
clave para el futuro de la OTAN,” el Ministro de Defensa francés, Herve
Morin alardeó de haber,
“reforzado las capacidades militares de la Unión
Europea, una condición crucial para que Francia se reintegre totalmente a la
OTAN.”
(Agence France-Presse, 10 noviembre de 2008)
Morin dio una idea del ritmo de fortalecimiento militar de la UE en una
reunión de ministros de defensa europeos (en su mayoría afiliados a la UE y
a la OTAN) al declarar:
“Puedo decir, que desde el 10 de noviembre… ya hemos
hecho un progreso sustancial y considerable, probablemente tanto como el que
ha ocurrido en los últimos 10 años.”
(Ibíd.)
Al mismo tiempo, Jean-Francois Bureau, secretario general adjunto de la OTAN
para diplomacia pública, dijo que,
“Veintiuna de las 27 naciones de la UE son
también miembros de la OTAN, y ambas organizaciones ‘son activas juntas en
los mismos escenarios de conflicto.”
“‘Desde la perspectiva de la OTAN, existe una inmensa necesidad de aún más
cooperación’ con la UE en temas militares.”
(United Press International, 12
de noviembre de 2008)
El mismo informe noticioso mencionó que, como en
Irak, la UE está entrenando
personal de seguridad en Afganistán.
En diciembre del año pasado, un borrador de declaración del Consejo Europeo
sobre el realce de la Política Europea de Seguridad y Defensa [ESDP]
reafirmó el objetivo de “fortalecer la cooperación estratégica entre la UE y
la OTAN…”
(Irish Times, 11 de diciembre de 2008)
La fuente indicada agregó “los dirigentes de la UE también están dispuestos
a endosar una declaración sobre el realce de las capacidades de la Política
Europea de Seguridad y Defensa [ESDP], que fijará nuevos objetivos para que
la UE pueda desplegar 60.000 soldados dentro de 60 días y miles de personal
civil en por lo menos una docena de misiones simultáneas.”
(Ibíd.)
Otro informe de planes de la UE para una fuerza de reacción rápida de 60.000
soldados señala que los dirigentes de la UE publicaron una declaración
conjunta en la que “reconocieron la necesidad de fortalecer y optimizar las
capacidades de defensa de Europa y se comprometieron a trabajar más de cerca
con la OTAN.”
(Deutsche Presse-Agentur, 12 de diciembre de 2008)
En otro informe del mismo día, se parafrasea al presidente francés Nicholas
Sarkozy afirmando que,
“EE.UU. ya no ve la ESDP como una política agresiva
contra la OTAN, y tanto el presidente saliente George W. Bush como el
presidente entrante Barack Obama apoyan ahora la política de la UE.”
Y se le cita diciendo:
“No es una elección entre EE.UU. y la ESDP. Los dos
van juntos.”
(EUobserver, 12 de diciembre de 2008)
El 9 de diciembre, el Secretario de Exteriores británico,
David Miliband, y
el Ministro de Exteriores francés, Bernard Kouchner, firmaron con sus
nombres un artículo de opinión conjunto que incluía la confirmación del
papel de la UE en la suplementación de la participación armada y militar de
EE.UU. y la OTAN en el Sur del Cáucaso y la intercambiabilidad de los
papeles de la OTAN y de la UE:
“La UE envió a más de 200 monitores civiles a Georgia. Llegaron dentro de
unas pocas semanas de las hostilidades…
“No existe algo como un ejército europeo; tampoco hay un ejército de la OTAN.
“Hay fuerzas nacionales, que son utilizadas, según las necesidades, para
operaciones nacionales o multilaterales, sea en el marco europeo o en el
marco de la OTAN.”
(United Kingdom Foreign and Commonwealth Office, 9 de
diciembre de 2008)
Como preparación para la cumbre del 60 Aniversario de la OTAN el 3-4 de
abril en Estrasburgo y Kehl, este mes los dirigentes de los dos países
anfitriones, el presidente francés Nicholas Sarkozy y la Canciller
alemana Angela Merkel, escribieron un comentario conjunto para Le Monde
pidiendo más cooperación e integración entre la UE y la OTAN.
En la Conferencia anual de Seguridad de Munich del 7 de febrero, el
Secretario de Exteriores británico
David Miliband invocó la cláusula de defensa [guerra] mutua de la OTAN,
mientras también propugnaba una integración más estrecha de la UE y las
políticas y acciones de la UE y la OTAN:
“La OTAN provee un compromiso a la defensa colectiva. La Garantía del
Artículo 5 y las estructuras militares integradas garantizan a cada uno y a
todos nuestros Aliados que sus fronteras son inviolables.”
(United Kingdom Foreign & Commonwealth Office, 7 de febrero de 2009)
El discurso del vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, en la conferencia fue
interpretado por una importante fuente alemana como sigue:
“Los estadounidenses serán escrupulosamente cuidadosos de que la
confrontación con Teherán no se desarrolle hacia una batalla uno a uno entre
EE.UU. e Irán. El mensaje de Biden desde Munich es el siguiente: Cada país
de la OTAN y cada miembro de la Unión Europea están involucrados, desde hoy.
Es el precio por la nueva apertura y cooperación transatlántica.”
(Der
Spiegel, 9 de febrero de 2009)
Es decir, todos los Estados de la OTAN están obligados con
EE.UU. según las
provisiones del Artículo 5 – el Artículo fue invocado y puesto en práctica
después de 9 de septiembre de 2001 – y la UE está ahora tan
inextricablemente entrelazada con la OTAN que también seguirá siguiendo no
sólo las políticas y acciones de la OTAN sino las individuales de EE.UU.
Con el Nuevo Año, la República Checa asumió la presidencia de la UE.
En una información llamada, "Vondra llamó a unidad de la UE y de la OTAN
ante Rusia, misiles, gas,” el primer ministro adjunto checo Alexandr Vondra
organizó apoyo para la instalación de radar del escudo de misiles de EE.UU.
en su nación declarando que,
“europeos y estadounidenses necesitan gozar del
mismo nivel de protección… por eso es importante desarrollar el sistema de
defensa de misiles.”
(Deutsche Presse-Agentur, 7 de febrero de 2009)
No es difícil rastrear hacia donde van las cosas: la UE está siendo
integrada con la OTAN hasta el punto de fusionar sus políticas y programas
militares, de seguridad y de asuntos exteriores con la Alianza, y ya que
EE.UU. no es sólo un miembro, sino el fundamento central de la OTAN, la UE
también está ineludiblemente vinculada con, y en realidad subordinada a,
Washington.
Hace tres días, la líder de la mayoría de la Cámara de EE.UU., Nancy Pelosi,
estuvo en Italia, donde apeló no sólo a su anfitrión sino a toda Europa
respecto a la Guerra Afgana, afirmando que,
“Tenemos que tomar una decisión…
Y quiero decir: nosotros, Italia, la Unión Europea, EE.UU., la OTAN – todos
nosotros – en cuanto a lo que está en función de nuestros intereses
nacionales de seguridad… "
(Agence France-Presse, 16 de febrero de 2009)
Dos días después, Italia anunció que desplegaría más soldados en Afganistán.
Las potencias occidentales reunidas bajo la bandera de la OTAN se arrogan la
prerrogativa exclusiva de intervenir en los asuntos regionales e interiores
de naciones en cualquier parte del mundo y el exclusivo derecho de emplear
la fuerza militar más allá de sus fronteras.
Aunque hablan de boquilla de Naciones Unidas cuando puede ser utilizado
contra una nación bajo ataque o para justificar una guerra antes o después
del hecho, los dirigentes no ven papel alguno para organizaciones como:
-
el
Movimiento de los No Alineados de 114 Estado
-
la Unión Africana de 53
naciones
-
la Organización de Estados Americanos de 33 miembros
-
la Liga
árabe de 23 miembros
-
la Organización de la Conferencia Islámica de 57
naciones
-
la Comunidad de Estados Independientes post-soviética
y la
Organización del Tratado de Seguridad Colectiva
-
la Organización de
Cooperación de Shangai
-
la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático
(ASEAN).
No para encarar temas globales o incluso en un papel dirigente en
asuntos regionales y locales que impactan directamente a los respectivos
grupos y a sus miembros constituyentes.
Nos tendrán que perdonar por reformular el acrónimo de la OTAN como ‘Orden
Teutónico Ario Nórdico’.
Hace tres días, en una sesión del Parlamento Europeo se presionaba a la UE
para que se integre más con la OTAN.
Ari Vatanen, un miembro que representa a Francia, fue uno de los encargados
con este fin y dijo, entre otras cosas, que la UE “sólo puede realizar
plenamente su potencial desarrollando un fuerte vínculo trasatlántico y una
relación complementaria con la OTAN.”
A lo cual el miembro alemán del Parlamento Europeo, Tobias Pfluger,
respondió:
“Todo esfuerzo por fortalecer la OTAN a través de una cooperación
más estrecha con la Unión Europea aumenta el potencial para conflictos
internacional. También llevará a una mayor militarización de la política
exterior de la UE y acelerará la tendencia a utilizar la fuerza militar a
fin de ‘resolver’ conflictos.”
(European Parliament, 17 de febrero de 2009)
Las posiciones de Vatanen y Pfluger no sólo se oponen sino son mutuamente
excluyentes, tanto en el sentido de que ninguna puede acomodar a la otra y
como porque son las únicas alternativas.
No hay un terreno neutral o una
tercera alternativa.
Europa, y el mundo en su conjunto, pueden asentir a su dominación por un
bloque militar internacional cada vez más expansionista y agresivo – el
primero en la historia – o pueden organizarse activamente para desmantelarlo.