por
Manuel Freytas
19 Mayo 2009
del Sitio Web
IARNoticias
Las razones estratégicas que convierten al "triángulo petrolero" Eurasia-Cáucaso-Medio
Oriente en el teatro obligado de la tercera guerra mundial intercapitalista
(desarrollada posiblemente con armamento nuclear) por el control de los
recursos claves para la supervivencia futura de las potencias capitalistas. |
Informe especial
En el Gran Tablero geopolítico militar del "orden mundial" vigente, la
generación de una próxima guerra intercapitalista (como emergente de
diversos teatros de conflicto armado escalonados) cuenta con tres elementos
detonantes interactivos:
-
La necesidad de EE.UU. y de las potencias aliadas (eje USA-UE) de generar
por medio de un conflicto militar un nuevo polo de desarrollo productivo (economía
de guerra) con empleo de mano laboral masiva para superar la crisis
financiera recesiva que colapsa las economías del sistema a escala global.
-
Asegurar el control militar sobre el petróleo y los recursos estratégicos
perecederos del planeta que le asegure su supervivencia como potencia
hegemónica.
-
Impedir que los enemigos fundamentalistas de
Israel y del sionismo
cuenten con un gatillo nuclear capaz de lanzar un Apocalipsis sobre sus
metrópolis imperiales.
Estos tres preceptos centrales guían la estrategia exterior de las potencias
sionistas del eje USA-UE que utilizan diversas tácticas de "camouflage" para
evitar enfrentamientos armados en el gran juego de la diplomacia
internacional con que hoy disfrazan sus guerras por áreas de influencia.
Estas tres cuestiones estratégicas (y de desenlace conflictivo) que definen
y priorizan las líneas matrices del orden capitalista internacional en
crisis tiene claramente tres protagonistas centrales:
-
EE.UU., Unión Europea y el "eje occidental" (bloque dominante del
capitalismo que extiende sus tentáculos para apoderarse de los recursos
energéticos, rutas y mercados de Eurasia, África y Medio Oriente).
-
Rusia, China y el "eje asiático" (Bloque del capitalismo emergente que
disputa una (por ahora) guerra comercial por áreas de influencia con el eje
USA-UE que genera roces y conflictos militares como el de Georgia, en el
Cáucaso).
-
Irán y el "eje islámico" (Bloque de países asentados sobre más del 80% de
las reservas mundiales del petróleo y de los recursos estratégicos en
disputa).
Estos tres bloques centrales van a definir (a modo de desenlace, y cuando
la
crisis económica global se retroalimente con la crisis energética global)
un escenario estratégico de tercera guerra mundial intercapitalista que
tendrá como detonante claves los distintos frentes de conflicto que hoy se
extienden por Eurasia, África y Medio Oriente.
El elemento fundamental que define y da sustento a la contradicción
fundamental (que va a precipitar el desenlace) es el petróleo junto con los
recursos estratégicos, como es el caso del agua y la biodiversidad, claves y
esenciales para el funcionamiento global del sistema capitalista, cuyas
reservas se agotan sin que todavía se hayan conseguido alternativas para
sustituirlo.
Todos los conflictos que hoy se desarrollan en el planeta (sean de orden
político, militar o social) abrevan en forma subsidiaria en esa guerra
subterránea intercapitalista por el control de los recursos estratégicos
claves para la supervivencia futura de las potencias capitalistas.
En general, todo los que EE.UU. y la UE presentan como "guerra contra el
terrorismo" en los escenarios de Asia, África o Medio Oriente, son
conflictos fabricados (por la CIA y los servicios occidentales) como
estrategia de posicionamiento sobre determinadas fuentes de recursos o zonas
de control geopolítico militar.
Por ejemplo, el exterminio en masa de miles de civiles en Sri Lanka no fue
determinado por una guerra contra el "terrorismo tamil" como se intentó
hacer creer sino por intereses geoeconómicos y geopolíticos militares
estratégicos que tienen que ver con el control del Océano Índico y de las
rutas del petróleo. Tampoco se trató de un genocidio por cuestiones de
origen "racial" sino de una matanza sistemática que se encuadró en el
escenario de la llamada "guerra energética" que disputa el eje sionista USA-UE
con el bloque Rusia-China-Irán por la supervivencia futura.
Lo mismo que hoy sucede en Sry Lanka (y con distintas características), esta
sucediendo en Somalia, el Tibet, Sudán, el Cáucaso, Chad, Etiopía, entre
otros, donde las potencias arman y financian "guerras civiles" o "guerras
religiosas" para justificar intervenciones o invasiones armadas.
En la realidad (extinguida la Unión Soviética y los procesos de la
revolución armada setentista), hoy el sistema capitalista ya no tiene
enemigos estratégicos que planteen su reemplazo por otro sistema, y,
consecuentemente, todos los conflictos que existentes en los cinco
continentes son emergentes exclusivos de las contradicciones y de las
competencias intercapitalistas.
El sistema capitalista se ha quedado solo, y su dinámica irreversible de
destrucción histórica solamente llegará de la mano de sus propias
contradicciones (íntercapitalistas) dentro de una dialéctica de "autodestrucción"
marcada por la búsqueda de rentabilidad y de la
concentración del poder
mundial en pocas manos.
En suma, todos los conflictos existentes, son la sumatoria de la lucha de
las potencias capitalistas que compiten entre sí por apoderarse de mercados
y de recursos estratégicos, ya sea por medio de conflictos armados o de
conflictos sociales activados con fines de control político.
El petróleo y el gas (bienes cada vez más escasos y en extinción), el motor
de los motores de la economía mundial, configuran el recurso básico esencial
para la supervivencia de las potencias centrales y representan el eje
detonante estratégico de los conflictos militares en marcha que pueden
convertir a Wall Street y a los "mercados" en tierra arrasada y en llamas.
Como producto de los conflictos intercapitalistas por el control del planeta,
en el escenario geopolítico militar mundial hay cuatro frentes de inevitable
desenlace a corto plazo:
-
la resolución de la crisis recesiva mundial
-
el ataque militar a las
usinas iraníes
-
la ampliación del conflicto en Afganistán
-
la
ocupación militar de Pakistán por EE.UU.
-
otro conflicto armado en el Cáucaso o en Eurasia (como parte del teatro de la guerra fría
EE.UU.-Rusia)
-
un ataque "terrorista" (o varios) similar al
11-S en Europa o EE.UU. (que
servirá como argumento justificatorio de acciones militares de EE.UU. y de la
OTAN).
Un nuevo estallido militar de la guerra energética, tanto en el Cáucaso (con
Rusia como protagonista) como en Medio Oriente (con Irán como protagonista)
se complementa con el cuadro de la crisis económica estructural del sistema
capitalista que ya se proyecta con una amenaza de crisis y estallidos
sociales con peligro para la gobernabilidad del sistema escala global.
Por las líneas geopolíticas de Afganistán, Pakistán o Irán, se trasmiten y
retransmiten los teatros de conflicto que atraviesan la escala comprendida
entre Eurasia y Medio Oriente, cuyos desenlaces impactan directamente en las
fronteras energéticas ubicadas entre el Mar Caspio y el Golfo Pérsico, las
llaves estratégicas del petróleo y la energía mundial.
Luego de la caída la URSS, EE.UU. y la Unión Europea se abalanzaron sobre los
mercados y los recursos energéticos de las ex republicas soviéticas en
Europa del Este, y el área caucásica y centroasiática, tradicional esfera de
influencia rusa, ampliando su red de accesos y bases militares en toda la
región.
La importancia estratégica de Irán, Afganistán y Pakistán, en el tablero de
la guerra energética se da por dos razones principales:
-
Tanto Pakistán (un gigante islámico con poder nuclear) y Afganistán (dominado
por un conflicto armado con los talibanes) conforman una llave estratégica
para el dominio y control militar del llamado "triángulo petrolero" (Mar
Negro-Mar Caspio-Golfo Pérsico), donde se concentra más del 70% la
producción petrolera y gasífera mundial, un elemento clave para la
supervivencia futura de las potencias capitalistas del eje USA-UE.
-
Irán, que controla el Estrecho de Ormuz, por donde pasa el 40% de la
producción mundial petrolera, además - con su posibilidad de tener un bomba
nuclear - pone en peligro la supervivencia del Estado de Israel y la
supremacía del control económico, geopolítico y militar estratégico del
poder imperial USA-UE en la decisiva región del Medio Oriente y del Golfo
Pérsico.
Así como Rusia representa para el eje USA-UE la "barrera" geopolítica y
militar a vencer para la conquista de Eurasia y de sus recursos energéticos
(vitales para la supervivencia futura del eje USA-UE),
Irán es la piedra que
hay que remover para complementar el control sobre las rutas y las reservas
energéticas del Medio Oriente.
Estas son las razones estratégicas que convierten al "triángulo petrolero"
Eurasia-Cáucaso-Medio Oriente en el teatro obligado de la tercera guerra
mundial intercapitalista (desarrollada posiblemente con armamento nuclear)
por el control de los recursos del planeta claves para la supervivencia.
Y al final (y si es que queda algo vivo y en pie) los ganadores se
repartirán el botín y un
nuevo "orden mundial" como en 1918 y en 1945.
EE.UU. solo puede satisfacer un 25% de sus necesidades energéticas (con
recursos que se agotan), y la Unión Europea es totalmente dependiente en
provisión de gas y petróleo. China (al igual que India, Japón y las
potencias asiáticas) necesitan del petróleo y el gas (bombeados
principalmente por los corredores rusos) para supervivir como superpotencias
industriales.
En consecuencia, como ya dijimos, Rusia, la única superpotencia nuclear que
se autoabastece de gas y petróleo (además de controlar la mayoría de las
redes euroasiáticas) representa para el eje USA-UE la "barrera" geopolítica
y militar a vencer para la conquista de Eurasia y de sus recursos
energéticos.
Y el gigante petrolero socio de Rusia, Irán, es a su vez la piedra que hay
que remover para complementar el control sobre las rutas y las reservas
energéticas del Golfo Pérsico y de Medio Oriente.
¿Se entiende porqué hay que destruir a la capital del "eje del mal"?
El desenlace de la tercera guerra mundial no es, en síntesis, un producto de
la visión de los profetas sino un resultante histórico (inevitable) de los
cálculos matemáticos de la supervivencia capitalista... Que es la madre de
todas las guerras.