por Manuel Freytas
Marzo 2009
del Sitio Web
IARNoticias
Parte I
Cuidado, su cerebro está siendo bombardeado
21 Marzo 2006
La cuarta guerra mundial ya comenzó. Mientras Ud. descansa, mientras Ud.
consume, mientras Ud. goza de los espectáculos que le ofrece el sistema, un
ejército invisible se está apoderando de su mente, de su conducta y de sus
emociones.
Su voluntad está siendo tomada por fuerzas de ocupación
invisibles sin que Ud. sospeche nada. Las batallas ya no se desarrollan en
espacios lejanos, sino en su propia cabeza. Ya no se trata de una guerra por
conquista de territorios, sino de una guerra por conquista de cerebros,
donde Ud. es el blanco principal.
El objetivo ya no es matar, sino controlar.
las balas ya no apuntan a su cuerpo, sino a sus contradicciones y
vulnerabilidades psicológicas. Su conducta está siendo chequeada,
monitoreada, y controlada por expertos. Su mente y su psicología están
siendo sometidas a operaciones extremas de guerra de cuarta generación.
Una
guerra sin frentes ni retaguardias, una guerra sin tanques ni fusiles, donde
Ud., es a la vez, la víctima y el victimario.
1 - Guerra de Cuarta Generación
Guerra de Cuarta Generación (Fourth Generation Warfare - 4GW) es el término
usado por los analistas y estrategas militares para describir la última
fase de la guerra en la era de la tecnología informática y de las
comunicaciones globalizadas.
En 1989 comenzó la formulación de la teoría de la 4GW cuando William Lind y
cuatro oficiales del Ejército y del Cuerpo de Infantería de Marina de los
Estados Unidos, titularon un documento: "El rostro cambiante de la guerra:
hacia la cuarta generación".
Ese año, el documento se publicó simultáneamente en la edición de octubre
del Military Review y la Marine Corps Gazette.
Si bien en sus primeros tramos de la década del noventa la teoría no fue
precisada ni se expresó claramente qué se entiende por 4GW, el concepto
luego fue asociado a la Guerra Asimétrica y a la "Guerra Contraterrorista".
William Lind escribió su esbozo de teoría, en momentos en que la Unión
Soviética ya había sido derrotada en Afganistán e iniciaba su colapso
inevitable como sistema de poder mundial.
Por lo tanto, a la Guerra de Cuarta Generación se la visualiza como una
hipótesis de conflicto emergente de la pos-Guerra Fría, en tanto que algunos
analistas relacionan su punto de partida histórico con los atentados
terroristas del 11-S en EE.UU..
En cuanto a la evolución de la fases de la guerra hasta la cuarta generación,
se la describe así:
Fase inicial: arranca con la aparición de las armas de fuego y alcanzaría su
máxima expresión en las guerras napoleónicas. Las formaciones lineales y el
"orden" en el campo de batalla constituyen sus principales rasgos y el
enfrentamiento entre masas de hombres, su esencia. La Guerra de Primera
Generación corresponde a los enfrentamientos con tácticas de líneas y
columnas.
Fase segunda: comienza con el advenimiento de la Revolución Industrial y la
disponibilidad en el campo de batalla de medios capaces de desplazar grandes
masas de personas y de desatar poderosos fuegos de artillería.
El
enfrentamiento de potencia contra potencia y el empleo de grandes recursos,
constituye el rasgo esencial de esta generación. La Primera Guerra Mundial
es su ejemplo paradigmático.
Fase tercera: se caracteriza por la búsqueda de neutralización de la
potencia del enemigo mediante la detección de flancos débiles con la
finalidad de anular su capacidad operativa, sin necesidad de destruirlo
físicamente.
La Guerra de Tercera Generación fue desarrollada por el
Ejercito Alemán en el conflicto mundial de 1939-1945 y es comúnmente
conocida como “guerra relámpago” (Blitzkrieg). No se basa en la potencia de
fuego, sino en la velocidad y sorpresa. Se identifica esta etapa con el
empleo de la guerra psicológica y tácticas de infiltración en la retaguardia
del enemigo durante la Segunda Guerra Mundial.
En 1991, el profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén Martín Van
Creveld publicó un libro titulado "La Transformación de la Guerra", que
aportaría sustento intelectual a la teoría de la 4GW.
El autor sostiene que la guerra ha evolucionado hasta un punto en que la
teoría de Clausewitz resulta inaplicable.
Van Creveld prevé que en el futuro las bases militares serán reemplazadas
por escondites y depósitos, y el control de la población se efectuará
mediante una mezcla de propaganda y terror.
Las fuerzas regulares se irán trasformando en algo diferente a lo que han
sido tradicionalmente, señala Van Creveld. También prevé la desaparición de
los principales sistemas de combate convencionales y su conversión en
conflictos de baja intensidad (también llamados Guerras Asimétricas) .
La variante "contraterrorista"
Tras los ataques terroristas del 11-S en EE.UU., la Guerra de Cuarta
Generación se complementa con el uso del "terrorismo mediatizado" como
estrategia y sistema avanzado de manipulación y control social.
Se produce, por primera vez, el uso sistematizado del "terrorismo" (realizado
por grupos operativos infiltrados en la sociedad civil) complementado con
Operaciones Psicológicas Mediáticas orientadas al aprovechamiento social,
político y militar del hecho "terrorista".
La "Guerra Contraterrorista" (una variante complementaria de la Guerra de
Cuarta Generación) borra las fronteras tradicionales entre "frente amigo" y
"frente enemigo" y sitúa como eje estratégico de disputa la guerra contra un
enemigo universal invisible diseminado por todo el planeta: el terrorismo.
La lógica del "nuevo enemigo" de la humanidad, identificada con el
terrorismo tras el 11-S, se articula operativamente a partir de la "Guerra
Contraterrorista" que compensa la desaparición del "enemigo estratégico" del
capitalismo en el campo internacional de la Guerra Fría: la Unión Soviética.
La "guerra preventiva" contra el "terrorismo" (como veremos más adelante)
produce un salto cualitativo en la metodología y en los recursos
estratégicos de la Guerra de Cuarta Generación al servicio de los intereses
imperiales de la potencia hegemónica regente del sistema capitalista: EE.UU. .
La "guerra inter-potencias" (o inter-países") expresada en la confrontación
"Este-Oeste", desaparece con la Unión Soviética, y es sustituida, a partir
del 11-S, por la "Guerra Contraterrorista" librada por todas las potencias y
por el Imperio regente (EE.UU.) contra un sólo enemigo: el terrorismo "sin
fronteras".
El desarrollo tecnológico e informático, la globalización del mensaje y las
capacidades para influir en la opinión pública mundial, convertirán a la
Guerra Psicológica Mediática en el arma estratégica dominante de la 4GW, en
su variante "contraterrorista".
Las operaciones con unidades militares son sustituidas por operaciones con
unidades mediáticas, y la acción psicológica con el "terror" sustituye a las
armas en el teatro de la confrontación.
De esta manera, y a partir
del 11-S norteamericano, la "Guerra
Contraterrorista" y la "Guerra Psicológica", conforman las dos columnas
estratégicas que sostienen a la Guerra de Cuarta Generación, con los medios
de comunicación convertidos en los nuevos ejércitos de conquista.
2 - Guerra Psicológica (o Guerra Sin Fusiles)
En la definición conceptual actual, la columna vertebral de la Guerra de
Cuarta Generación se enmarca dentro del concepto de "guerra psicológica", o
"guerra sin fusiles", que fue acuñado, por primera vez, en los manuales de
estrategia militar de la década del setenta.
En su definición técnica, "Guerra Psicológica", o "Guerra sin Fusiles", es
el empleo planificado de la propaganda y de la acción psicológica orientadas
a direccionar conductas, en la búsqueda de objetivos de control social,
político o militar, sin recurrir al uso de la armas.
Los ejércitos militares, son sustituidos por grupos operativos
descentralizados especialistas en insurgencia y contrainsurgencia, y por
expertos en comunicación y psicología de masas.
El desarrollo tecnológico e informático de la era de las comunicaciones, la
globalización del mensaje y las capacidades para influir en la opinión
pública mundial, convertirán a las operaciones de acción psicológica
mediática en el arma estratégica dominante del la 4GW.
Como en la guerra militar, un plan de guerra psicológica está destinado a:
aniquilar, controlar o asimilar al enemigo.
La guerra militar y sus técnicas se revalorizan dentro de métodos
científicos de control social, y se convierten en una eficiente estrategia
de dominio sin el uso de las armas.
A diferencia de la Guerra Convencional, la Guerra de Cuarta Generación no se
desarrolla en teatros de operaciones visibles.
No hay frentes de batalla con elementos materiales: la guerra se desarrolla
en escenarios combinados, sin orden aparente y sin líneas visibles de
combate, los nuevos soldados no usan uniforme y se mimetizan con los civiles.
Ya no existen los elementos de la acción militar clásica: grandes unidades
de combate (tanques, aviones, soldados, frentes, líneas de comunicación,
retaguardia, etc.)
Las bases de planificación militar son sustituidas por pequeños centros de
comando y planificación clandestinos, desde donde se diseñan las modernas
operaciones tácticas y estratégicas.
Las grandes batallas son sustituidas por pequeños conflictos localizados,
con violencia social extrema, y sin orden aparente de continuidad.
Las grandes fuerzas militares son sustituidas por pequeños grupos operativos
(Unidades de Guerra Psicológica) dotados de gran movilidad y de tecnología
de última generación, cuya función es detonar desenlaces sociales y
políticos mediante operaciones de guerra psicológica.
Las unidades de Guerra Psicológica son complementadas por Grupos Operativos,
infiltrados en la población civil con la misión de detonar hechos de
violencia y conflictos sociales.
Las tácticas y estrategias militares, son sustituidas por tácticas y
estrategias de control social, mediante la manipulación informativa y la
acción psicológica orientada a direccionar conducta social masiva.
Los blancos ya no son físicos (como en el orden militar tradicional) sino
psicológicos y sociales. El objetivo ya no apunta a la destrucción de
elementos materiales (bases militares, soldados, infraestructuras civiles,
etc), sino al control del cerebro humano.
Las grandes unidades militares (barcos, aviones, tanques, submarinos, etc)
son sustituidas por un gran aparato mediático compuesto por las grandes
redacciones y estudios de radio y televisión.
El bombardeo militar es sustituido por el bombardeo mediático: Las consignas
y las imágenes sustituyen a las bombas, misiles y proyectiles del campo
militar.
El objetivo estratégico ya no es el apoderamiento y control de áreas físicas
(poblaciones, territorios, et) sino el apoderamiento y control de la
conducta social masiva.
Las unidades tácticas de combate (operadores de la guerra psicológica) ya no
disparan balas sino consignas direccionadas a conseguir un objetivo de
control y manipulación de conducta social masiva.
Los tanques, fusiles y aviones son sustituidos por los medios de
comunicación (los ejércitos de cuarta generación) y las operaciones
psicológicas se constituyen en el arma estratégica y operacional dominante.
3 - El blanco
En la Guerra sin Fusiles, la Guerra de Cuarta Generación (también llamada
Guerra Asimétrica) , el campo de batalla ya no está en el exterior, sino
dentro de su cabeza.
Las operaciones ya no se trazan a partir de la colonización militar para
controlar un territorio, sino a partir de la colonización mental para
controlar una sociedad.
Los soldados de la 4GW ya no son militares, sino expertos comunicacionales
en insurgencia y contrainsurgencia, que sustituyen a las operaciones
militares por las operaciones psicológicas.
Las balas militares son sustituidas por consignas mediáticas que no
destruyen su cuerpo, sino que anulan su capacidad cerebral de decidir por
usted mismo.
Los bombardeos mediáticos con consignas están destinados a destruir el
pensamiento reflexivo ( información, procesamiento y síntesis) y a
sustituirlo por una sucesión de imágenes sin resolución de tiempo y espacio
(alienación controlada) .
Los bombardeos mediáticos no operan sobre su inteligencia, sino sobre su
psicología: no manipulan su conciencia sino sus deseos y temores
inconcientes.
Todos los días, durante las 24 horas, hay un ejército invisible que apunta a
su cabeza: no utiliza tanques, aviones ni submarinos, sino información
direccionada y manipulada por medio de imágenes y titulares.
Los guerreros psicológicos no quieren que usted piense información, sino que
usted consuma información: noticias, títulos, imágenes, que excitan sus
sentidos y su curiosidad, sin conexión entre sí.
Su cerebro está sometido a la lógica de Maquiavelo: "divide y reinarás":
Cuando su mente se fragmenta con titulares desconectados entre sí, deja de
analizar (qué, porqué y para qué de cada información) y se convierte en
consumista de órdenes psicológicas direccionalas a través de consignas.
Los titulares y las imágenes son los misiles de última generación que las
grandes cadenas mediáticas disparan con demoledora precisión sobre su
cerebro convertido en teatro de operaciones de la Guerra de Cuarta
Generación.
Cuando Ud. consume titulares con "Bin Laden", "Al Qaeda", "terrorismo
musulmán": su mente está consumiendo consignas de miedo asociadas con "terrorismo",
y su cerebro está sirviendo de teatro de operaciones a la "Guerra
Contraterrorista" lanzada para controlar a la sociedades a escala global.
Cuando Ud. consume prensa internacional sin analizar los qué y los para qué,
los intereses del poder imperial que se mueven detrás de cada noticia o
información periodística, Ud. está consumiendo Guerra de Cuarta Generación.
Parte II
Operaciones psicológicas: Su mente está siendo controlada por expertos
31 Marzo 06
El mundo imperializado está en guerra, y el nuevo teatro de operaciones, la
batalla final, se desarrolla en su cabeza.
Teóricamente, Ud. , como el resto
de la humanidad, es un AP (Alienado Programado) teledirigido como si fuera
un soldado por operaciones psicológicas invisibles.
En este capítulo, los
conocimientos y principios básicos para que Ud. desarrolle su propio testeo
para descubrir en que lugar de la trinchera está situado.
1 - GUERRA IMPERIAL
A. Principios estratégicos
(controlar para dominar)
Para aproximarnos a la comprensión de lo que los estrategas militares y los
expertos en comunicación estratégica definen como Guerra de Cuarta
Generación es preciso, primero, ingresar a una enmarcación global de la
"Guerra" como concepto significante y evolutivo-transformacional de la
historia humana.
En primer lugar, debemos precisar que la Guerra de Cuarta Generación fue
concebida, en sus aspectos teóricos-prácticos, como una guerra de conquista
(también diseñada como antídoto contra la guerra de liberación), por
estrategas y expertos en comunicación estratégica del campo imperial-capitalista
de la era trasnacional.
Por lo tanto, la Guerra de Cuarta Generación es una variante emergente de la
evolución estratégica, doctrinaria y operacional, de las guerras imperiales
desarrolladas a lo largo de la historia como principio de la dominación del
hombre por el hombre que rigió, sin excepción, en todas las civilizaciones
dominantes conocidas hasta ahora, incluido el sistema capitalista, como su
último estadio de desarrollo.
En segundo lugar, y según lo que surge como comprobación fáctica y
estadística de cualquier estudio estratégico, las guerras imperiales no se
hacen para matar, sino para controlar y dominar.
(Cuando esgrimimos el concepto "guerra" nos referimos, claro está, a las
guerras de conquista, y no a las guerras de resistencia que los pueblos y
sociedades fueron oponiendo a las civilizaciones imperialistas, y que no es
materia de este trabajo).
En tercer lugar, la destrucción material y los genocidios humanos que
producen las guerras (de conquista imperial) vienen como consecuencia de la
búsqueda de control y dominio sobre un oponente que resiste, y no al revés.
Las guerras (de conquista imperial) no se planifican para matar, sino para
apoderamiento de un objetivo estratégico siguiendo la motivación
imperialista central de controlar para dominar, y su concepto de aplicación
va desde territorios hasta sociedades y hombres.
El que planea una guerra de conquista no lo hace para matar, sino que lo
hace con un objetivo estratégico de controlar y dominar blancos de
apoderamiento trazados de antemano, sean territorios (guerra militar),
recursos económicos y mercados (guerra económica), países y sociedades (guerra
social), o mentes (guerra psicológica).
El objetivo estratégico de cualquier guerra de conquista (sea de orden
militar, económico, político, o psicológico) es el de controlar para dominar.
El control del oponente es la base del dominio, a nivel del hombre y su
entorno primero, y de los sistemas (políticos, económicos y sociales) que
rigen las sociedades, después.
Cuando el primer hombre primitivo controló y dominó por medio de la fuerza a
otro, estaba estableciendo el principio de la dominación del hombre por el
hombre que rigió el desarrollo de todas las civilizaciones imperialistas
conocidas hasta ahora, y cuya máxima expresión de desarrollo estratégico se
da con el sistema capitalista.
Toda acción de dominación del hombre por el hombre (implícita en la guerra
de conquista imperial) se rige por un axioma estratégico: para dominar,
primero hay que controlar por medio de la guerra.
Por eso la dinámica funcional de la historia humana (en todos sus estadios)
se rige por las estrategias de control y dominación desarrolladas por medio
de las guerras imperiales.
La búsqueda del control y el dominio, a su vez, definen el carácter
imperialista de las distintas civilizaciones que fueron marcando la
evolución y el trazado de la historia humana a partir del dominio hegemónico.
B. Evolución
(De la Guerra Militar a la Guerra Psicológica)
Desde la prehistoria hasta la actualidad, todas las civilizaciones
dominantes se valieron de la guerra imperialista para controlar y dominar:
-
Territorios (espacio físico)
-
Recursos naturales (espacio económico)
-
Sociedades (espacio social)
-
Individuos (espacio mental)
Por lo tanto, la historia de la humanidad es la historia del imperialismo y
de la dominación del hombre por el hombre (en distintos estadios), cuyas
estrategias fueron evolucionando de lo simple a lo complejo:
-
Guerra militar (conquista territorial) = Control político
-
Guerra económica (conquista de recursos) = Control económico
-
Guerra Social (conquista de las sociedades) = Control social
-
Guerra Psicológica (conquista de las mentes) = Control ideológico
Los imperios antiguos (Grecia, Roma) sólo habían llegado a la conquista
territorial (guerra militar) y a la conquista de recursos (guerra económica),
y apenas habían tocado el primer estadio de la guerra social (conquista de
la sociedad), imponiendo sus idiomas o sus creencias religiosas en los
territorios conquistados (caso del latín con Roma, o caso de la religión
católica con los imperios de la Edad Media).
Con el Imperio del sistema capitalista, la guerra por el dominio y el
control completa el ciclo evolutivo con la guerra social (conquista de las
sociedades) y la guerra psicológica (conquista de las mentes).
Esta instancia de guerra por el control y el dominio de las sociedades y de
las mentes, se posibilita por el advenimiento de la Revolución Industrial en
el siglo XIX, que luego condujo a la Revolución Tecnológica e Informática
del siglo XX.
Es decir que la guerra por el dominio y control de las sociedades y de las
mentes, sólo se produjo a partir de la interacción funcional de la
tecnología (medios de comunicación) y de la informática (electrónica y
computación) orientada a un objetivo de control y dominio mediante una
estrategia comunicacional.
Esos tres factores (medios de comunicación, electrónica y computación, y
estrategias comunicacionales) posibilitaron que la guerra por el control y
el dominio imperial capitalista tocara su máximo estadio de desarrollo
estratégico: la Guerra de Cuarta Generación.
2 - GUERRA DE CUARTA GENERACIÓN
(El control y la conquista de las mentes)
A. La Guerra Psicológica
(Principios estratégicos)
Guerra de Cuarta Generación (Fourth Generation Warfare - 4GW) es el término
usado por los analistas y estrategas militares para describir la última
fase de la guerra imperialista de conquista, en la era de la tecnología
informática y de las comunicaciones globalizadas.
Si bien la Guerra de Cuarta Generación cuenta con un nivel de desarrollo
militar contenido en los principios teóricos de su doctrina escrita por
estrategas militares, a partir de la década del 80, nuestro trabajo solo
tocará los aspectos de desarrollo social de la misma.
El desarrollo tecnológico e informático, la globalización del mensaje y las
capacidades para influir en la opinión pública mundial, convirtieron a la
Guerra Psicológica mediática en el arma estratégica dominante de la 4GW, a
la que se agrega una variante "contraterrorista" tras los ataques explosivos
del 11-S en EE.UU.
De esta manera, y a partir del 11-S norteamericano, la "Guerra Psicológica"
(con su variante la "Guerra Contraterrorista") conforma la columna vertebral
estratégica de la Guerra de Cuarta Generación, con los Medios de
Comunicación convertidos en los nuevos ejércitos de conquista.
La Guerra Psicológica conforma el estadio superior de las estrategias de
control y dominación ensayadas hasta ahora por los sistemas imperialistas
(dominación del hombre por el hombre) que se fueron sucediendo hasta llegar
al sistema capitalista.
En la Guerra Psicológica (columna vertebral de la Guerra de Cuarta
Generación, sin uso de armas) las operaciones con unidades militares son
sustituidas por operaciones con unidades mediáticas.
La Guerra Psicológica, a su vez, nace en un particular estadio del
capitalismo caracterizado por una revolución en el campo de las ciencias
sociales y de la comunicación estratégica.
Dicha revolución se complementa con una revolución en el campo de la
tecnología de las comunicaciones y de la informática, creando las bases para
una comunicación estratégica globalizada basada en principios científicos.
A su vez las técnicas científicas de comunicación, potenciadas a escala
masiva y planetaria por los grandes conglomerados mediáticos del
capitalismo, crearon las bases para su utilización en estrategias de
manipulación y de control social desarrolladas a partir de los objetivos de
la dominación imperial-capitalista.
Esta situación creó las bases operativas y estratégicas para el control y
dominio de las sociedades y países, sin recurrir a la utilización de la
guerra militar.
De esta manera (y con pocas excepciones como Irak y Afganistán, y otros
objetivos en carpeta del Imperio, como Irán y Siria) la actual guerra
imperialista por apoderamiento de mercados y países ya no se desarrolla en
el plano de la conquista militar-territorial, sino en el plano de la
conquista psicológica-social instrumentada mediaticamente.
Los nuevos gerentes de enclave en el mundo dependiente (los políticos
modernos) sustituyen cada vez más la represión y el control por medios
policiales, por la represión y el control por medio de operaciones
mediáticas con aplicación de consignas de "criminalización" de los
conflictos sociales.
En su definición técnica, "Guerra Psicológica", o "Guerra sin Fusiles", es
el empleo planificado de la propaganda y de la acción psicológica orientadas
a direccionar conductas, en la búsqueda de objetivos de control social,
político o militar, sin recurrir al uso de la armas.
Los ejércitos militares, son sustituidos por grupos operativos
descentralizados especializados en insurgencia y contrainsurgencia, y por
expertos en comunicación estratégica y psicología de masas.
El desarrollo tecnológico e informático de la era de las comunicaciones, la
globalización del mensaje y las capacidades para influir en la opinión
pública mundial, convirtieron a las operaciones de acción psicológica
mediática en el arma estratégica dominante de la 4GW.
Como en la guerra militar, un plan de guerra psicológica está destinado a:
aniquilar, controlar o asimilar al enemigo.
La guerra militar y sus técnicas se revalorizan dentro de métodos
científicos de control social, y se convierten en una eficiente estrategia
de dominio sin el uso de las armas.
A diferencia de la Guerra Militar convencional, la Guerra de Cuarta
Generación no se desarrolla en teatros de operaciones visibles.
No hay frentes de batalla con elementos materiales: la guerra se desarrolla
en escenarios combinados, sin orden aparente y sin líneas visibles de
combate, los nuevos soldados no usan uniforme y se mimetizan con los
civiles.
Ya no existen los elementos de la acción militar clásica: grandes unidades
de combate (tanques, aviones, soldados, frentes, líneas de comunicación,
retaguardia, etc.)
Las bases de planificación militar son sustituidas por pequeños centros de
comando y planificación clandestinos, desde donde se diseñan las modernas
operaciones tácticas y estratégicas.
Las grandes batallas son sustituidas por pequeños conflictos localizados,
con violencia social extrema, y sin orden aparente de continuidad.
Las grandes fuerzas militares son sustituidas por pequeños grupos operativos
(Unidades de Guerra Psicológica) dotados de gran movilidad y de tecnología
de última generación, cuya función es detonar desenlaces sociales y
políticos mediante operaciones de guerra psicológica.
Las unidades de Guerra Psicológica son complementadas por Grupos Operativos,
infiltrados en la población civil con la misión de detonar hechos de
violencia y conflictos sociales.
Las tácticas y estrategias militares, son sustituidas por tácticas y
estrategias de control social, mediante la manipulación informativa y la
acción psicológica orientada a direccionar conducta social masiva.
Los blancos ya no son físicos (como en el orden militar tradicional) sino
psicológicos y sociales. El objetivo ya no apunta a la destrucción de
elementos materiales (bases militares, soldados, infraestructuras civiles,
etc.), sino al control del cerebro humano.
Las grandes unidades militares (barcos, aviones, tanques, submarinos,
etc.)
son sustituidas por un gran aparato mediático compuesto por las grandes
redacciones y estudios de radio y televisión.
El bombardeo militar es sustituido por el bombardeo mediático: Las consignas
y las imágenes sustituyen a las bombas, misiles y proyectiles del campo
militar.
En la Guerra sin Fusiles, la Guerra de Cuarta Generación (también llamada
Guerra Asimétrica), el campo de batalla ya no está en el exterior, sino
dentro de las mentes.
Las operaciones ya no se trazan a partir de la colonización militar para
controlar un territorio, sino a partir de la colonización mental para
controlar una sociedad.
El objetivo estratégico ya no es el apoderamiento y control de áreas físicas
(poblaciones, territorios, etc.) sino el apoderamiento y control de la
conducta social masiva.
Las unidades tácticas de combate (operadores de la guerra psicológica) ya no
disparan balas sino consignas direccionadas a conseguir un objetivo de
control y manipulación de conducta social masiva.
B) Soldados invisibles
(Alienados Programados-AP)
En su desarrollo mediático-social, los jefes y oficiales de Estado Mayor de
la Guerra Psicológica (4GW) ya no son militares, sino expertos
comunicacionales en insurgencia y contrainsurgencia, que sustituyen a las
operaciones militares por las operaciones psicológicas (OPS).
Ya no desarrollan sus planificaciones en unidades o cuarteles militares,
sino en laboratorios encubiertos de comunicación estratégica donde se
diseñan los planes de Guerra Psicológica a ser ejecutados por las grandes
estructuras mediáticas de comunicación masiva, infiltradas por la
inteligencia de la OPS.
El nuevo soldado, y su vez blanco táctico de las operaciones psicológicas,
es el individuo-masa modelado a partir de la ideología consumista nivelada
planetariamente como estrategia de mercado por las trasnacionales
capitalistas.
En la Guerra Psicológica, la potencia de fuego del soldado militar es
sustituida por la potencia social del individuo-masa con su conducta
manipulada hacia objetivos de control y dominación social, fijados por el
capitalismo trasnacional para conquistar mercados y controlar a las
sociedades consumistas.
Manipular, controlar, y convertir a este individuo-masa en potencia social
direccionada con fines de control y dominio político-social es el objetivo
estratégico clave de la Guerra Psicológica.
Mediante la manipulación y direccionamiento de conducta por medios
psicológicos el individuo-masa se convierte en "soldado cooperante" de los
planes de dominio y control social establecidos por el capitalismo
trasnacional y la potencia imperialista regente.
Es a la vez, víctima y victimario, de las operaciones psicológicas, ya que
se convierte en una célula consumista-trasmisora tanto de planes de
consumismo capitalista como de planes de control y represión social
manipulados sin el uso de las armas.
Por ejemplo:
El movimiento piquetero (desocupados) de la Argentina fue desactivado,
virtualmente sacado de la calle y condenado socialmente, a partir de
consignas que lo asociaban con la vagancia, la violencia, y el desorden,
hábilmente recreadas y manipuladas por las estructuras mediáticas del
sistema.
El blanco de esas consignas era el AP (Alienado Programado), tanto de clase
alta, media o baja, que a través de esas consignas machacadas día y noche en
su cabeza, terminó viendo al piquetero como el enemigo número uno de la
sociedad.
Esto permitió al gobierno de Kirchner encarcelar a sus dirigentes y mandar a
reprimirlos policialmente con total impunidad, e indiferencia por parte de
la sociedad de los AP.
De esta manera, y a través de este ejemplo, se verifica la doble condición
de víctima, y la vez victimario, del Alienado Programado (AP) a partir del
consumismo, no ya de productos sino de eslóganes y titulares recreados por
el consumismo informativo.
C) Colonización mental
(Del "consumismo de productos" al "consumismo de información")
El individuo-masa, o AP (Alienado Programado), se desarrolla en la primera
fase de las operaciones psicológicas orientadas a imponer la sociedad de
consumo capitalista en las áreas dependientes del Tercer Mundo, a fines de
la década del 50, y experimenta su máximo nivel de desarrollo con el
advenimiento de la era de las comunicaciones globalizadas a fines de los 80.
El Alienado Programado (AP) es el prototipo de "hombre universal" modelado
por las políticas niveladoras consumistas impuestas por las trasnacionales
capitalistas a escala planetaria.
EL AP no está programado para pensar (desarrollo reflexivo) sino para
consumir productos capitalistas por medio de consignas (eslóganes) y de
imágenes sin ninguna relación entre sí.
Utilizando técnicas y estrategias de la Guerra Psicológica, los laboratorios
estratégicos de comunicación publicitaria comenzaron a modelar al
individuo-masa (el AP) a partir del surgimiento de la sociedad de consumo
capitalista en los años 50.
Un AP está programado para consumir: desde productos, espectáculos, modas,
hasta presidentes (gerentes de enclave de las trasnacionales capitalistas)
vendidos por medio de técnicas de marketing y de campañas electorales
manipuladas por operaciones psicológicas.
A excepción de los casi tres mil millones de marginados de la sociedad de
consumo capitalista, que no alcanzan los niveles de supervivencia, el resto
de la sociedad mundial (tanto en el mundo dependiente como en el mundo de
las potencias capitalistas dominantes) está programada a partir de una
estructura piramidal de AP (individuos-masa) nivelados por la ideología del
consumo capitalista.
Un AP es un nivelado universal por la cultura del consumo.
El consumo (no el pensamiento razonado con lógica de qué y para qué), rige y
parametra sus pautas de comportamiento social e individual.
Un AP de Asia,
África, o Latinoamérica (más allá del idioma y la raza) viste
de la misma manera y consume los mismos productos que un AP de EE.UU. o de
Europa.
Ropa, cortes de cabello, música, fútbol, deportes, creencias, modas, gustos
consumistas, estereotipos de conducta social, son nivelados por igual en los
AP por las trasnacionales capitalistas que han convertido al planeta en un
"gran mercado".
Un AP (Alienado Programado), técnicamente, es una terminal de consumo para
abrir nuevos mercados y nuevas fuentes de ganancia capitalista a escala
planetaria.
Así como la acelerada concentración y centralización del poder capitalista
trasnacional impuso la incorporación masiva de la informática para la toma
de decisión económica, la sociedad de consumo requirió de la utilización en
gran escala de la publicidad comercial destinada a crear las bases
psicosociales del consumismo.
La manipulación psicológica con el consumismo desarraigó al individuo-masa
de los valores de su propia cultura, historia y tradiciones de origen, y lo
convirtió en un alienado universalizado y sin conciencia.
El colonizado mental, el AP, el individuo-masa, es un lumpen social cuya
máxima ambición es emigrar de su país de origen hacia los grandes centros
consumistas del Imperio, como está ocurriendo en Europa y en la frontera con
México.
El máximo objetivo de un AP es consumir sin interrogarse sobre los fenómenos
de genocidio económico y las lacras sociales emergentes de la explotación
del hombre por el hombre, a los que vive en forma alienada, sin vincularlos
al sistema capitalista, del que que tampoco sabe de que se trata.
Un AP, es la célula y la materia prima emergente de las operaciones
psicológicas trazadas para el control y direccionamiento de conducta con
fines colonizadores que lo despojó de todo atisbo de pensamiento reflexivo y
de conciencia social.
Un AP de clase baja es un declasado sin patria (exactamente la contrapartida
del proletario revolucionario con conciencia social emergente de la
Revolución Industrial) que sirve como carne de cañón y mano de obra barata
(cuando consigue trabajo) de las trasnacionales, también sin patria,
extendidas por los cuatro puntos cardinales del Planeta.
Un AP, de clase media o alta, también es un desclasado sin patria que
alimenta (desde el vértice y el medio de la pirámide) las estructuras
gerenciales, políticas, burocráticas y/o profesionales del sistema
capital-imperialista trasnacionalizado.
Pero antes que nada, un AP (más allá de cualquier grupo de pertenencia
clasista) es un alienado social construido a la imagen y semejanza de las
trasnacionales y sus necesidades de mercado.
En este cambio sutil de las matrices mentales y culturales de las sociedades
dominadas subyace la culminación de un minucioso proceso de colonización
psicológica-cultural, cuyo objetivo central se orienta a borrar las
fronteras entre el dominador y el dominado.
El perfeccionamiento del AP fue simultáneo a la destrucción de los Estados
nacionales por medio de la imposición del "libre mercado", la "apertura
económica" y las privatizaciones de empresa públicas impulsadas por el
capitalismo trasnacional desde Washington, en la década del 90.
La etapa de la "colonización de las sociedades" con el consumo de productos,
comenzada en la década del 60, posibilitó la era de la "colonización mental"
con el consumo de información perfeccionada con el advenimiento masivo de
Internet y de las comunicaciones globalizadas en la década del 90.
Cuando el sistema capitalista trasnacional, por medio del consumo, niveló un
"modelo único de pensamiento", sentó las bases psicosociales para el control
político-ideológico por medio de la información periodística manipulada por
operaciones psicológicas .
De manera tal, que el control de las sociedades, en la primera etapa, por
medio de la publicidad, posibilitó la segunda fase: el control ideológico, a
través del consumo de información periodística, también nivelado a escala
planetaria por el aparato mediático controlado por las trasnacionales del
Imperio.
Con la nivelación consumista se establecen las bases para el AP consumidor
de "órdenes psicológicas" manipuladas a través de la información
fragmentadora y "anti-reflexiva" del llamado "periodismo espectáculo".
De esta manera el AP, se convierte en la célula terminal del sistema de
colonización mental nivelado a escala universal por el aparato
mediático-informativo controlado por el capitalismo trasnacionalizado.
Sin la primera fase de colonización de las sociedades por medio del
consumismo, la colonización de la mente del hombre por medio de la
información manipulada, hubiera sido imposible.
D) Objetivo estratégico
(La función de la Guerra Psicológica)
Los nuevos proyectos geopolíticos de conquista imperialista en la era
trasnacional de las comunicaciones requieren de sofisticadas estrategias de
Guerra Psicológica para su imposición sin el uso de las armas.
Los fines prescriptos por la estrategia de dominación con la Guerra
Psicológica son los mismos que se utilizan con la guerra militar: dividir,
atomizar, controlar al individuo-masa de las sociedades dependientes (el
AP). Es la lógica de Maquiavelo aplicada por medios científicos y
tecnológicos.
La Guerra Psicológica librada en el plano de la comunicación estratégica y
de las grandes estructuras mediáticas (los nuevos ejércitos de conquista) no
se hacen por la conquista misma, sino en la búsqueda de un objetivo
estratégico orientado en los intereses económicos de las potencias y las
trasnacionales capitalistas.
La función de la Guerra Psicológica imperial-capitalista actual se orienta
en tres objetivos claves:
-
Conquista de mercados emergentes (sociedades y países periféricos),
mediante la imposición de la "cultura consumista" nivelada y globalizada por
los medios masivos de comunicación, actuando sobre la psicología del hombre AP convertido en individuo-masa.
-
Control y dominación social (en los países dependientes), orientado a la
represión y/o neutralización de conflictos sociales que amenacen el
desarrollo de los planes empresariales y la acumulación y expansión de la
ganancia capitalista trasnacional.
-
Disputas ínter-potencias por los mercados, destinada a sustituir a la
guerra militar por áreas de influencia (también por conquista de mercados)
enterrada con la guerra Fría.
Una plan de Guerra Psicológica, no se hace con soldados y armas militares
sino con medios de comunicación e individuos masificados (los AP) nivelados
universalmente por los mismos estereotipos culturales y sociales.
El mensaje mediático nivela y masifica al individuo universal en una sola
frecuencia comunicacional.
La realidad es sustituida por la percepción de la realidad a través del
mensaje mediático-periodístico convertido en consignas, eslóganes y títulos,
antes que en pensamiento reflexivo totalizado.
A través de la manipulación psicológica y el control ideológico, la sociedad
civil, el individuo-masa suplanta a los soldados militares en el campo de
batalla.
En la Guerra Psicológica, la potencia de fuego del soldado militar es
sustituida por la potencia social del individuo-masa con su conducta
manipulada hacia objetivos de control y dominación social, fijados por el
capitalismo trasnacional para conquistar mercados y controlar a las
sociedades consumistas.
Manipular, controlar, y convertir a este individuo-masa en potencia social
direccionada con fines de control y dominio político-social es el objetivo
estratégico clave de la Guerra Psicológica de última generación.
E) Las operaciones psicológicas
(Falsa percepción de la realidad)
Veamos un ejemplo de operación psicológica con el "terrorismo":
Después de los atentados en Londres las cadenas televisivas y los grandes
diarios titulaban en molde "catástrofe": "Los ataques terroristas en Londres
desatan el temor mundial", o el "El terrorismo amenaza al mundo", rezaban
algunos de esos titulares.
Los titulares iban acompañados de imágenes catastróficas, con caos y terror
reflejados en los rostros de los que lograron escapar de los atentados en el
metro de Londres.
Esas imágenes y titulares fueron repetidos hasta el infinito durante las
primeras veinticuatro horas, con las grandes cadenas trasmitiendo en vivo,
mientras los conductores y analistas recreaban sin cesar las consignas de
"miedo al terrorismo".
La operación psicológica-mediática se complementaba con funcionarios que,
desde Bush y Blair para abajo, acusaban de los atentados al "terrorismo
internacional" y advertían sobre la "amenaza de nuevos ataques".
En la realidad, durante el 7-J habían detonado tres bombas matando a 57
personas en Londres, con un efecto destructivo circunscripto a un pequeño
radio de la ciudad.
Ante el titular de la CNN: "el terrorismo causa otra tragedia mundial" por
la muerte de 57 británicos, si la mente fragmentada y bombardeada del AP
nivel promedio estadístico realizara correctamente la operación
información-procesamiento-síntesis, concluiría que solo en Irak mueren todos
los días esa cantidad de personas, y ninguna cadena titula:
"El Imperio
norteamericano causa otra tragedia mundial".
Y ni que hablar del efecto que causaría en la mente de un AP un bombardeo
mediático, en vivo, y durante las 24, con un titular de la CNN y de las
otras cadenas que dijese, por ejemplo:
"Tragedia mundial: Cada tres segundos
un niño muere de hambre en el mundo".
Pero ese titular nunca va a aparecer ni va ser objeto de un bombardeo
mediático por parte de la CNN y las otras cadenas, sencillamente, porque los
hambrientos no son materia de utilización de operaciones psicológicas con
fines de control social, que realiza el mismo sistema de poder que produce
los hambrientos.
El atentado del 7-J fue localizado en Londres, pero el bombardeo mediático
posterior con imágenes y consignas de terror (difundidas en vivo y
simultáneamente por todo el planeta), potenció el miedo haciendo que que el
televidente sufriera sus efectos como si hubiera ocurrido en su barrio.
De esta manera, los efectos de la manipulación psico-mediática del hecho
terrorista ocurrido en Londres, con sólo tres bombas detonadas a distancia,
se multiplicó infinitamente (casi como una bomba nuclear) borrando las
fronteras entre realidad e irrealidad.
Por el mismo mecanismo psicológico con que el individuo-masa (mujer u
hombre) vive una película o telenovela como si fuera su propia realidad, la
inducción mediática masiva del terror por vías psicológicas, hizo que la
mayoría viviera el hecho terrorista (solo circunscripto a un sector de
Londres), como si el terrorismo y la "amenaza terrorista" fueran parte
integrante de su realidad diaria.
De esta manera, y mediante la potencia niveladora y globalizadora de la
imagen y de las consignas mediáticas el hecho particular (el ataque a
Londres) se convirtió en un hecho general masivo falsamente percibido por
las mayorías niveladas por la comunicación globalizada.
El individuo-masa, el AP, manipulado psicológicamente, incorporó una
realidad ajena y localizada (el ataque terrorista con tres bombas en
Londres) como si hubiera ocurrido en su barrio o en el living de su casa.
La realidad se convirtió en percepción mediática de la realidad y desató una
"conducta de terror" manipulada a distancia por los operadores psicológicos
de la Guerra de Cuarta Generación.
Las imágenes, títulos y consignas disparados en forma de "bombardeo
mediático" hicieron que el televidente recreara su propios miedos en el
ataque terrorista de Londres, lejano y distante de su realidad existencial
concreta.
Desde que Bush y el Imperio estadounidense instalaron la "guerra
contraterrorista" (una variante táctica de la guerra psicológica) tras los
atentados terroristas del 11-S, no ocurrió ningún otro ataque en suelo
norteamericano.
En el orden internacional, no ocurrieron más de 10 atentados terroristas en
todo el mundo, entre los que deben computarse los más mediatizados: el 11-M
español, y el 7-J británico.
No obstante esta realidad, estadísticamente localizada y circunscripta, las
sociedades norteamericana y mundial incorporaron masivamente el "miedo al
terrorismo" y la "amenaza terrorista" como parte de su realidad diaria.
Por otra parte, todos los sondeos revelan que, tras un bombardeo mediático
con imágenes y consignas de miedo, no solamente la sociedad norteamericana,
sino la europea y el resto de la sociedad mundial, priorizan el terrorismo
como la principal amenaza que acecha a la humanidad.
Estudios posteriores a las presidenciales norteamericanas de noviembre de
2004, demostraron que la aparición de Bin Laden amenazando a EE.UU. en un
video, difundido a pocas horas de los comicios, fue clave para arrimar votos
indecisos a la candidatura por la reelección de Bush.
Este es el mejor ejemplo de como, a través de las operaciones psicológicas
mediáticas globalizadas, se induce un hecho lejano y localizado (el ataque
terrorista) como si fuera la mayor amenaza que azota a la humanidad sin
distinción de países.
De esta manera se hace realidad el objetivo clave de la Guerra Psicológica:
convertir al individuo-masa (Alienado Programado-AP) en "soldado cooperante"
de los planes imperiales de control y dominio social, tanto en el Imperio
como en el mundo dependiente.
F) Plan de Guerra Psicológica
(Niveles tácticos interactivos)
En un plan estratégico de Guerra Psicológica, los operativos de la OPS
(Operaciones Psicológicas) diseñan y ejecutan planes y estrategias de
control social, en tanto que los Grupos Operativos Especiales (GOE) diseñan
y ejecutan planes y estrategias de conflictos y detonantes sociales como
complementos operativos de la OPS.
Operativamente, la Guerra Psicológica se desarrolla en tres niveles
tácticos-interactivos:
-
Un Plan de Conflicto = Detonante Primario
-
Un Plan de Operación Psicológica = Manipulación y Objetivo
-
Un Plan de Acción Política = Aprovechamiento y Beneficiario
Veamos un ejemplo práctico:
-
Plan de Conflicto: Unidades OPS de la CIA y el Mossad detonan una provocación religiosa contra
la comunidad islámica internacional operando la publicación de caricaturas
ofensivas de Mahoma en la prensa europea.
Simultáneamente (y en forma interactiva) los GOE, infiltrados entre grupos
fundamentalistas islámicos, detonan protestas violentas contra las
caricaturas de Mahoma, con muertos, heridos y quemas de embajadas en Europa,
Asia, África y Medio Oriente.
Objetivo Táctico: detonar el conflicto y crear el contexto de las
operaciones psicológicas.
-
Plan de Operación Psicológica: Unidades OPS infiltradas en las grandes cadenas mediáticas operan un plan de
consignas y de imágenes (bombardeo mediático) articulado en dos movimientos
tácticos:
-
difusión potenciada de las imágenes con los hechos más violentos
protagonizados por los grupos infiltrados por los GOE.
-
Acompañamiento de las imágenes con titulares y comentarios que contienen
tres consignas clave: "violencia (islámica)", "guerra religiosa (islámica)",
"protestas violentas (islámicas)", que se encuentran simultáneamente en
todas las cadenas acompañando a las imágenes con disturbios, edificios
ardiendo y represión con muertos y heridos. El "islamismo fundamentalista"
es el protagonista central en el bombardeo mediático durante una semana.
Objetivo Táctico: vincular al mundo islámico con la violencia, la guerra y
el desorden social.
-
Plan de Acción Política: Simultáneamente a las protestas violentas y a las imágenes y consignas
manipuladoras difundidas a escala planetaria,
Bush y sus funcionarios de
primer nivel (Cheney, Rumnsfeld y Condoleeza Rice), asesorados por OPS del
equipo estratégico de la Casa Blanca, salen a denunciar a Irán como el
instigador principal de los disturbios violentos con muertos, heridos, e
incendios de embajadas.
Sincronizadamente, el Estado Mayor militar y el gobierno de Israel (por
medio de sus principales funcionarios) también denuncian a Irán como el
principal responsable de las protestas religiosas violentas.
Washington y Tel Aviv, en sus denuncias, también asocian, sutilmente, a Irán
con un plan de "terrorismo nuclear".
Objetivo Táctico: situar a Irán como promotor de un plan del
"fundamentalismo islámico violento" desatado en todo el mundo.
-
El Resultante: El resultante se define por una verificación del objetivo buscado con el
plan OPS: sondear el consenso (dentro y fuera de EE.UU.) para un ataque
militar a Irán.
Tras una semana de acción mediática combinada de las operaciones A, B, y C,
dos sondeos revelaban que casi dos tercios de la sociedad norteamericana
respaldaba un ataque militar de EE.UU. a Irán.
Los dos sondeos (realizados respectivamente por el Centro Pew y Los Angeles
Times) indicaban también que la misma cantidad de estadounidenses (casi dos
tercios) consideraban a Irán como "la amenaza número uno", por delante de
China, Irak y Corea del Norte.
Un 82 por ciento aseguró que, de completar con éxito el enriquecimiento de
uranio, Irán facilitaría armamento nuclear terroristas.
De realizarse en Europa, seguramente los sondeos arrojarían resultados
parecidos. Las mediciones de los OPS son secretas.
-
Clave de la operación: El plan OPS con las caricaturas sirvió como modulo experimental y operación
de testeo para un plan estratégico de Guerra Psicológica orientado, en su
primera fase, a "preparar el terreno" (consenso internacional y
estadounidense) para una operación militar contra Irán argumentada en dos
consignas y una conclusión:
"Terrorismo Nuclear"+"Violencia Islámica" =
"Peligro Irán".
Parte III
El rol de los medios como nuevo ejército
represivo del sistema
La nueva lógica del control en la crisis
23 Marzo 2009
Por sus altísimo potencial formador y orientador de conducta social a escala
masiva (conseguido a través de la manipulación informativa) los medios de
comunicación se han convertido en la columna vertebral de las estrategias de
dominio del sistema capitalista a escala global.
El papel que van
desarrollar en la crisis social que se avecina.
A) Los dueños de las "noticias"
La función esencial de la empresa mediática (los medios de comunicación) se
define esencialmente por la manipulación informativa orientada hacia el
control de la "opinión pública", pero sus objetivos no son sociales ni
desinteresados como describe la mitología de la "objetividad periodística".
Las famosas banderas "éticas" del periodismo: imparcialidad, objetividad,
libertad de expresión, no son nada más que mitos encubridores del
multimillonario negocio mediático que moviliza a diario el mercado de la
información a escala global.
El proceso de fabricación y distribución de la información, no está motivado
por la necesidad de "informar" sino por la necesidad capitalista de vender
noticias (el producto).
Para ello los medios (al igual que cualquier empresa capitalista) generan
necesidades masivas de consumo en la sociedad (el mercado), y trazan
estrategias informativas destinadas a favorecer su crecimiento empresarial y
posicionarse para competir con éxito en el mercado (la búsqueda de
ganancia).
En primer lugar, la información es una mercancía destinada a producir
rentabilidad económica como cualquier otro producto comercial en oferta en
el mercado capitalista.
En términos funcionales (y más allá de la leyenda que se fabrican a su
alrededor) las empresas periodísticas no están guiadas por fines sociales
sino por la búsqueda del lucro económico.
En segundo lugar, y por el carácter estratégico de la función comunicacional
que desarrollan (desde el punto de vista de la preservación de la
"gobernabilidad" del sistema) los medios son herramientas claves para el
control (y/o manipulación) de los procesos económicos, políticos y sociales.
Los medios de comunicación (al contrario de lo que pregonan sus
mitificadores) no practican la "objetividad informativa" ni la independencia
editorial por dos razones prácticas principales:
-
Son empresas que no funcionan con objetivos sociales sino con objetivos
comerciales sujetos a ley de la búsqueda de rentabilidad capitalista.
-
Su dependencia estructural al sistema de poder económico que controla
todos los resortes de la producción, las finanzas y el comercio
internacional, por encima de los países y a escala planetaria.
El accionar de los grandes conglomerados mediáticos (tanto a nivel local
como internacional) no está orientado -como se quiere hacer creer- a servir
al interés de la sociedad sino a servir al interés de los grupos económicos
y políticos dominantes que constituyen su mayor fuente de financiación y
rentabilidad comercial.
El poder (tanto en los países centrales como periféricos del sistema
capitalista "globalizado") sólo invierte dinero en los medios a cambio de
una contraprestación de servicios.
En el negocio de la información, como en cualquier emprendimiento comercial,
los medios sólo trabajan para quien paga (o puede pagar) por sus servicios
"informativos".
Así como las grandes corporaciones económicas fijan las reglas del mercado y
forman los precios, las grandes corporaciones mediáticas fijan las reglas y
determinan a diario (a través de la cartelización monopólica) lo que "es
noticia" y lo que "no es noticia" en el mercado de la información a nivel
local e internacional.
La "valorización" de las noticias difundidas a escala masiva no está
determinada por la búsqueda del conocimiento o de la compresión de los
procesos económicos, políticos y sociales, sino por la búsqueda de ganancias
o por la defensa de intereses puntuales del sistema (corporativo) del cual
extraen el fuerte de su rentabilidad comercial.
Además de las ventas al público y de las suscripciones, el grueso de la
rentabilidad comercial del gigantesco y multimillonario negocio de los
monopolios periodísticos, se nutre principalmente de dos fuentes de
financiación:
-
Los grandes grupos económicos concentradores de la economía y del
comercio exterior.
-
El Gobierno y los grupos políticos del Estado capitalista (tanto
centrales como periféricos).
La gran tajada de rentabilidad de los conglomerados mediáticos es aportada
por los grandes consorcios bancarios, industriales o de servicios, que
conforman la porción mayoritaria de la "torta" publicitaria pautada
comercialmente en los monopolios de la información.
La relación comercial que las empresas mediáticas mantienen con gobiernos y
organizaciones políticas (tanto en los países centrales como periféricos del
sistema) se establece en dos niveles funcionales:
-
La publicidad institucional (oficial) que los gobiernos pautan en los
medios de la corporación mediática a los fines de publicitar su gestión y
generar consenso electoral entre los diferentes grupos sociales.
-
Las pautas publicitarias o las diferentes vías de negociaciones en negro
que los operadores comerciales de los consorcios mediáticos (hegemonizadores
y formadores de las "noticias diarias") establecen con los políticos y
partidos con el objetivo de instrumentar operaciones de prensa en contra de
sus competidores, o en contra del propio gobierno, durante las campañas
electorales.
Esta relación de "supervivencia mutua" con el establishment de poder
(agregada a su función manipuladora y orientadora de conducta social masiva)
convierte a los grandes conglomerados mediáticos en una herramienta
estratégica clave para el control y orientación de los procesos económicos,
políticos y sociales que los tienen como protagonistas claves.
B) El nuevo ejército represivo
Su altísimo potencial orientador y generador (a través de la manipulación
informativa) de conducta social a escala masiva convirtió a la corporación
mediática en un instrumento irreemplazable para el dominio del sistema
capitalista tanto en los países centrales como periféricos.
La condición esencial para el funcionamiento del Estado capitalista (tanto
en América Latina como en el resto del mundo) se resume en tres factores:
Estabilidad económica, gobernabilidad política y "paz social".
La "estabilidad económica" garantiza el funcionamiento ordenado de la
explotación (y los negocios) capitalistas, y la "paz" es el sostén de la
"gobernabilidad" del sistema a escala global. Cuando (a causa de algún
conflicto de orden social, político o económico) se altera alguno de estos
tres parámetros, el sistema activa inmediatamente mecanismos de
supervivencia para recuperar el control político y social.
Esas tres condiciones son básicas para que el "sistema" (la estructura
funcional) de los negocios y la rentabilidad capitalista funcionen sin
interferencia y no se alteren las líneas matrices de la propiedad privada y
concentración de riqueza en pocas manos.
Cuando por alguna razón se altera alguno de estos tres factores, el sistema
entra en crisis, y debe generar inmediatamente alternativas para preservar
su supervivencia.
Por ejemplo en Latinoamérica, durante la Guerra Fría por aéreas de
influencia con la URSS, cuando la "subversión comunista" (la guerrilla
revolucionaria) amenazaba con la ruptura de la "estabilidad económica", la
"paz social" y la "gobernabilidad", las corporaciones trasnacionales y el
Departamento de Estado activaban un golpe militar con represión para
restablecer el "orden".
Luego de la sustitución del dominio "duro" (militar) por el dominio blando
(democrático) tras la caída de la URSS, el fin de la Guerra Fría y la
desaparición de la lucha armada revolucionaria, los métodos del control
político y social para preservar la "gobernabilidad" del sistema ya no son
militares sino psicológicos.
El desarrollo tecnológico e informático de la era de las comunicaciones, la
globalización del mensaje y las capacidades para influir en la opinión
pública, convirtieron a las operaciones de acción psicológica mediática en
un arma estratégica de importancia clave para el control político y social.
La etapa de la "colonización de las sociedades" con el consumo de productos,
comenzada en la década del 60, posibilitó la era de la "colonización mental"
con el consumo de información perfeccionada con el advenimiento masivo de
Internet y de las comunicaciones globalizadas en la década del 90.
Manipular, controlar, y convertir al individuo-masa en potencia social
direccionado con fines de control y dominio político-social es el objetivo
estratégico clave de la Guerra Psicológica desarrollada en los medios
masivos de comunicación.
La represión ya no se ejercita en forma de acción militar (suprimir y/o
neutralizar al enemigo en forma física) sino por vía de la acción
psicológica (captación de la voluntad y manipulación de conducta colectiva).
A diferencia de los ejércitos militares, el ejército mediático no hiere ni
mata para reprimir, sino que aísla y demoniza socialmente a los grupos que
utilizan metodologías de lucha social que perjudican la "estabilidad" (o
sea, la rentabilidad) del sistema capitalista.
Los objetivos del control social ya no se sitúan en un plano visible y con
presencia de brutalidad militar, sino en un plano invisible y sin presencia
de aparatos armados: La represión militar (orientada a preservar la
"gobernabilidad" del sistema) fue sustituida por la represión psicológica
mediática (que orienta conducta social masiva en la defensa de la
"gobernabilidad" del sistema).
El dominio por medio de la represión militar -utilizado por las antiguas
dictaduras digitadas por Washington- fue sustituido por las campañas masivas
de acción psicológica mediática orientadas a que la sociedad legitime ese
dominio en las urnas.
"Miro la televisión y luego existo": El axioma elemental del humano
convertido en un microchip programado por las trasnacionales capitalistas de
la información.
Cuando el sistema capitalista trasnacional, por medio del mensaje televisivo
consumista, niveló un "modelo único de pensamiento" a escala global, sentó
las bases psicosociales para el control político-ideológico por medio de la
información periodística manipulada por operaciones psicológicas .
El individuo-masa, o Alienado Programado (AP) fabricado por la TV, se
desarrolla en la primera fase de las operaciones
psicológicas-mediáticas-publicitarias imperiales orientadas a imponer la
sociedad de consumo capitalista en las áreas dependientes del Tercer Mundo,
a fines de la década del 50, y experimenta su máximo nivel de desarrollo con
el advenimiento de la era de las comunicaciones informáticas globalizadas a
fines de los 90.
El Alienado Programado (AP) es el prototipo de "hombre universal" modelado
por las políticas niveladoras consumistas impuestas por las trasnacionales
capitalistas a escala planetaria.
El AP de la era informática rompe definitivamente con la matriz cultural del
viejo "Estado nacional" y se proyecta como un microchip nivelado del nuevo
"Estado trasnacional" de las corporaciones capitalistas que han divido el
mundo en "gerencias de enclave".
El AP no está programado para pensar (desarrollo reflexivo) sino para
consumir productos capitalistas por medio de consignas (eslóganes) y de
imágenes sin ninguna relación entre sí.
Sus emociones y pensamientos (programados por el mensaje televisivo) duran y
se terminan con las imágenes en la pantalla: El AP es el hijo de la "patria
televisiva" nivelada mundialmente como primer "agente socializador" en
reemplazo de la familia, la escuela y las tradiciones culturales de su lugar
de nacimiento.
Mediante la manipulación y direccionamiento de conducta por medios
psicológicos el individuo-masa se convierte en "soldado cooperante" de los
planes de dominio y control social establecidos por el capitalismo
trasnacional y la potencia imperialista regente.
Es a la vez, víctima y victimario, de las operaciones psicológicas, ya que
se convierte en una célula trasmisora tanto de planes de consumismo
capitalista como de planes de control y represión social manipulados sin el
uso de las armas.
C) La nueva lógica represiva
Quien observe atentamente el mapa político y social tanto de los países
centrales como de los periféricos, podrá comprobar que el uso de la
represión policial y militar de los (hoy reducidos y escasos) conflictos
sociales y sindicales es mínima y solo se la utiliza en casos extremos.
Y eso tiene una explicación: Los gobiernos del mundo (técnica y
funcionalmente, gerencias de enclave de los bancos y corporaciones
trasnacionales) no se mueven dentro de un esquema militar (el viejo sistema
de dominación) sino dentro de un esquema político-democrático (el nuevo
sistema de dominación).
Por lo tanto, si caen en la tentación de reprimir policialmente, la
corporación mediática les arroja la sociedad en contra calificándolos de
"represivos y violentos".
Los gobiernos que cometen el error de reprimir militarmente son
inmediatamente rechazados por la sociedad masivamente nivelada en la condena
a " toda forma de violencia", más allá de sus contenidos.
De la misma manera que en la década del setenta, los medios de comunicación
utilizaban la figura del "subversivo" (como expresión de demonización social
justificatoria de la represión militar), hoy utilizan la figura del
"violento social" para aislar, deslegitimar y condenar socialmente las
luchas sindicales y sociales que atentan contra la "estabilidad económica",
la "gobernabilidad" y la "paz social" del sistema.
De esta manera, y a la luz del crecimiento desmesurado a nivel global de los
activos empresariales y de las fortunas personales (con su contracara de
pobreza y exclusión social masiva) se verifica aquel axioma que expresa que
"la paz es el negocio del dominador".
Y prueba la efectividad de las técnicas mediáticas para controlar las
protestas sociales y sindicales con la lógica represiva de la
"antiviolencia" predominando sobre las razones de los reclamos.
No importa que el que corte ruta sea un hambriento o un desocupado (en el
mundo hay 1000 millones de hambrientos y más de 2000 personas que viven por
debajo de las necesidades básicas), la opinión pública está masivamente
"adoctrinada" (por los medios de comunicación y sus conductores) para
rechazar (sin ningún análisis de las causas) las huelgas y los cortes de
ruta que generan "violencia social".
La nueva estrategia represiva tiene su matriz funcional en la nivelación
masiva de una conciencia y opinión "antiviolencia" que se superpone a
cualquier lógica de legitimidad o de justicia social expresada por los
grupos que cortan calles, rutas o hacen huelgas para reclamar por sus
derechos o por una mayor distribución de la riqueza.
Así como durante las dictaduras militares se demonizaba al "subversivo" para
descalificar su proyecto de cambio del sistema capitalista por otro más
justo, a los que ahora hacen huelga y cortan rutas se los demoniza como
"violentos" para deslegitimar las luchas sociales por un mejor reparto de la
riqueza.
En términos concretos (y disfrazados de servidores públicos de la
comunicación social), los consorcios mediáticos que realizan el control
político y social (en sustitución de los militares) son auxiliares
complementarios de la "Justicia" (del sistema) en la tarea represiva, y el
sujeto a reprimir ya no es el "subversivo comunista" sino el "violento
social".
Se trata de una represión sin fusiles, donde la acción militar es sustituida
por la manipulación mediática en alta escala orientada al direccionamiento
pasivo de la conducta social hacia los objetivos de preservación del sistema
capitalista.
En este escenario, las fuerzas policiales y militares tienen como función
principal: disuadir antes que reprimir, para preservar a su vez, los
acontecimientos que pudieran desbordar y alterar la "paz social" del
sistema.
Es así que el gobierno que decide utilizar la fuerza policial o militar,
también pierde inmediatamente legitimidad política y apoyo social, tarea de
la que se encargan los propios medios de comunicación, cuya misión es
preservar el "sistema democrático" (de dominación capitalista) en los
parámetros establecidos de la "estabilidad económica, la "gobernabilidad
política" y la "paz social".
D) El control en la crisis
Hoy, la ecuación que resume la supervivencia del sistema capitalista
(estabilidad económica, gobernabilidad política y "paz social") se encuentra
claramente amenazada por una "crisis global" resumida en tres escenarios:
El resultante de ese proceso, por lógica interacción, amenaza con romper la
"estabilidad económica", la "gobernabilidad política" y la "paz social"
mediante procesos de protestas y conflictos encadenados que comienzan a
extenderse desde los países centrales a las áreas emergentes y
subdesarrolladas del mundo capitalista "globalizado".
El quiebre de la "paz social", que podría llegar a desarrollarse a escala
planetaria (con el consecuente quiebre de la "estabilidad económica" y la
"gobernabilidad política") coloca al sistema capitalista ante la alternativa
de reprimir los conflictos y las protestas sociales que comienzan a
extenderse desde Europa a todo el planeta.
Pero el sistema se enfrenta a una disyuntiva: El actual esquema de
dominación y explotación capitalista mundial, ya no se rige por la doctrina
militar setentista de la "seguridad nacional" sino por la doctrina del
"sistema democrático", y por lo tanto los actores de la represión como los
"alteradores del orden" cambiaron de identidad.
Hoy el conjunto de la sociedad (a causa de la crisis recesiva global y sus
emergentes sociales), ya no está amenazada por el peligro de la "violencia
subversiva" sino por el peligro de la "violencia social" expresado en las
huelgas y protestas masivas que ya se verifican en las metrópolis de Europa,
principalmente en los países más pobres del Este.
Consecuentemente, los que hoy amenazan con quebrar el orden y la "paz
social" (con huelgas y reclamos sociales) ya no son los "subversivos"
(contra quienes se dirigían los golpes y la represión militar), ni tampoco
los "terroristas" de la era Bush (que sirvieron para legitimar las nuevas
invasiones militares) sino los "violentos" que cortan rutas, calles, y peden
llegar a alterar el proceso de la "gobernabilidad" a escala global.
La amenaza de desocupación masiva es el núcleo esencial, el detonante
central de los conflictos sociales y sindicales que comienzan a extenderse
por vía de los bancos y empresas transnacionales que hoy ya están
despidiendo masa laboral tanto en EE.UU., Europa como en los países emergentes
y subdesarrollados de Asia, África y América Latina.
Este proceso a su vez, y a medida que avancen los conflictos sociales y
sindicales producidos por la crisis, va a impulsar una profunda
reestructuración en la estrategia y en los métodos del control político y
social "sin represión" que los medios de comunicación venían implementando
de la mano de la democracia imperial.
Los ejércitos y los aparatos de seguridad, que fueron relegados a un segundo
plano por la estrategia de dominio con el "poder blando", van a adquirir un
nuevo rol represivo para contener a las protestas violentas causadas por los
despidos, las bajas de salarios y la imposibilidad de acceder al consumo
elemental para la supervivencia por parte de las mayorías que van a ser
desplazadas del mercado laboral y del consumo.
¿Pero cual va a ser el papel de los medios represores durante la crisis
social que se avecina?
En primer lugar, los medios internacionales y locales ya se orientan a
presentar la crisis encuadrada en la figura del "peligro de caos económico y
social" que amenaza a la sociedad mundial en su conjunto.
Así como en las anteriores etapas de dominio asustaron con el "subversivo
comunista" y el "terrorista" como potenciales causales de ruptura de la
estabilidad económica, de la gobernabilidad y la paz social, en el presente
se orientan a presentar a los conflictos sindicales y sociales (emergentes
de la crisis) como causales de un proceso de "subversión social" que puede
llevar al "caos y a la ingobernabilidad" del planeta.
En segundo lugar, la experiencia manipuladora-represiva de la corporación
mediática va a utilizar la figura del "subversivo social" (como detonador
del rechazo colectivo) para neutralizar, aislar y/o desactivar los
conflictos y movilizaciones sociales que empiezan a proyectarse como
emergente de la crisis financiera recesiva a escala global.
De la misma manera, los ensayos que ya se están haciendo con el temor a la
"subversión social" sirve para configurar una nueva psicología masiva
funcional a la represión policial que los consorcios mediáticos van a
instalar cuando estallen los conflictos sociales y sindicales previstos para
cuando el escenario de la crisis recesiva mundial impacte como "crisis"
social a nivel mundial.
Con la teoría y prédica de los "extremos violentos" encuadrados en la figura
de "subversión social" (y dentro de un esquema de democracia blindada), la
corporación mediática prepara el advenimiento y la legitimación de un
proceso de represión policial de los levantamientos sociales y sindicales
derivados de los despidos y rebajas salariales.
De nuevo van a utilizar la lógica del "subversivo" (esta vez encarnada en
las víctimas sociales de los despidos y de la crisis alimentaria) para
dividir las protestas y generar nuevas alternativas de dominio en "paz y
democracia" combinando la represión militar con gobiernos constitucionales.
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