07 Agosto 2015
traducción de
Adela Kaufmann
Si usted observa de manera objetiva y sistemáticamente los principales medios de comunicación y su interpretación de los acontecimientos mundiales, su carácter omisivo y engañoso pronto se hace muy claro. Esto difícilmente podría ser llamado incompetencia.
La cobertura, que es popularmente llamada "noticia", es en realidad más que un mecanismo de propaganda, diseñada para persistentemente dar forma a la opinión pública a favor de la guerra.
¿Quién se beneficia de la guerra?
La gente siempre sufre en la guerra; su futuro son arruinados y sus vidas destruidas. En el miedo, ven hacia su gobierno que los proteja, el mismo gobierno es el que está involucrado en la guerra.
La guerra es un negocio sucio que se beneficia de la muerte y la destrucción, mientras genera dinero sangriento para los especuladores.
A las personas se les dice que miren hacia otro lado, fuera de su país – donde supuestamente reside el "enemigo".
Mientras tanto, sus hijos son enviados a luchar en guerras fraudulentas para los intereses corporativos disfrazados de "patriotismo"
Hoy estamos viviendo bajo el imperio de los oligárquicos, trans-humanistas, élites eugenistas que consolidan continuamente el poder con el fin de controlar y confinar a la humanidad mientras metódicamente nos despojan del poder de gobernarnos a nosotros mismos.
Una de las mejores maneras de lograr esto es mantener a la gente con el miedo constante de guerras y amenazas de terrorismo, que en realidad los mismos gobiernos suelen crear o patrocinar.
Por ejemplo, podemos mirar a la amenaza actual de ISIS, que es de hecho una remodelación de Al Qaeda, un grupo de la CIA creó en la década de 1970 para luchar contra los rusos en Afganistán.
La promoción constante de ISIS en los medios de comunicación convencionales, con videos recién liberados de decapitaciones y otros tipos de crueldades inhumanas es utilizada para asustar al pueblo estadounidense a aún más sumisión, y cada vez mayores pérdidas de los derechos y libertades personales.
La creciente vigilancia y estado policial interno y la aprobación de leyes como la reciente renovación de la Ley Patriota no serían posibles sin asustar siempre al público en general.
Esta política garantiza la financiación constante del complejo
militar-industrial, que, desgraciadamente, se ha hecho cargo del
gobierno, como lo predijo y nos lo advirtió Dwight
D. Eisenhower,
el 34avo Presidente
de los Estados Unidos el 17 de enero 1961:
¿Cómo podemos detener la máquina de guerra?
Para eso es para lo que ha sido diseñada, y una resistencia armada sólo estará jugando en sus manos. Después de todo, ellos tienen las armas nucleares y las utilizarán como ya lo han hecho en Hiroshima y Nagasaki.
Tiene que haber otra manera de cerrar esta máquina de la muerte.
¿Cuál es el camino a la paz mundial? Ciertamente no está empedrado con guerra... ¡qué absurdo! Ni sus amenazas y retórica de guerra.
No hay defensa en el caso que se desatara una guerra nuclear - a menos que usted se comprometa a vivir bajo tierra en un búnker para el resto de su vida, sin tener que volver a ver y sentir al sol brillar. Es una muerte por mil cortes si permanece en la superficie.
No existe tecnología para limpiar la radiación y sacarla del aire, agua y tierra. La vida media de la radiación nuclear es de 4,5 mil millones de años, igual a la edad de nuestro planeta. Eso significa que durante este tiempo, las partículas radiactivas seguirán siendo tan mortales como lo son hoy.
Este podría ser el final de todos nosotros si la guerra nuclear habría de ser desatada en una escala masiva - una probabilidad de que es tan alta hoy en día como lo ha sido siempre, y está creciendo proporcionalmente con la locura de la política
La guerra fría entre la Unión Soviética y EE.UU. nunca se terminó,
sólo se calentó lentamente. Y
a pesar de que la carrera de armamentos nucleares se desarrolló a
través de la paranoia, la amenaza de una guerra nuclear hoy en día,
está de hecho muy presente y es real.
La guerra derrota a los individuos y empodera a las instituciones. Las guerras no ocurren naturalmente. Ellas son orquestadas por ventaja política y económica de las entidades corporativas para las cuales la vida humana es sólo un medio para un enriquecimiento mayor.
Los Estados Unidos de América no es el único país que el complejo militar-industrial se ha tomado.
Lo mismo se puede ver en muchas naciones modernas.
Viajando por el mundo y observando a la gente común, uno inevitablemente llega a la conclusión de que en realidad nadie quiere la guerra.
Independientemente de la ubicación geográfica, la nacionalidad, color de piel, condición social, etc., la gente quiere la paz, y ver crecer a sus hijos. Las guerras, a pesar de lo que puedan parecer, no son libradas entre las personas.
Son libradas entre facciones y alianzas en guerra por la dominación y control industrial- militar (lea, Todas las Guerras son Guerras de Banqueros Bien Planificadas, incluyendo la 3ª Guerra Mundial.)
Los bancos financiando a los gobiernos de las partes beligerantes están aún más fuertemente implicados que las industrias de los materiales de guerra. Financian todo el juego prestando dinero a los gobiernos, hundiendo más en la deuda a las naciones, mientras ellos utilizan este dinero para matarse unos a otros.
El gasto federal viene en oleadas mientras son movilizados los militares. Los gastos de tropas, armas y municiones aumentan a medida que los conflictos escalan.
La fraudulenta e interminable guerra en Irak ya ha costado más de 3 billones de dólares y contando - un flujo constante de ingresos para todos los que están empleados y se benefician de la guerra.
Mientras la persona promedio quiere que lo dejen solo para vivir su vida en paz a ambos lados de un conflicto orquestado, el gobierno, las empresas e instituciones nos arrastran en el conflicto y una otra vez.
El mundo se ha convertido en un lugar donde los intereses corporativos, respaldados por gobiernos corruptos, todos financiados por los bancos malos, violan los derechos humanos, la libertad y la dignidad sin medida.
Esto plantea una amenaza existencial para la supervivencia de nuestra especie que no disminuirá mientras el complejo militar industrial mantenga su control sobre nuestra sociedad y de nuestra cultura.
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