por Robert Epstein

19 Agosto 2015

del Sitio Web Politico

traducción de El Robot Pescador

20 Agosto 2015

del Sitio Web ElRobotPescador

Versión original en ingles

 

 




 

 


Investigadores demuestran que el gigante de Internet Google tiene la capacidad de alterar el resultado de las elecciones de cualquier país y que se ha convertido, literalmente, en un poder en la sombra del que nadie se ha percatado plenamente.

Según la investigación publicada en Politico Magazine, los algoritmos de búsqueda de Google pueden cambiar fácilmente las preferencias de voto de los votantes indecisos un 20%, llegando hasta un 80% en algunos grupos demográficos, sin que nadie se percate de que está siendo manipulado.

Dado que muchas elecciones se ganan por pequeños márgenes, este hecho otorga a Google la capacidad de alterar los resultados de cualquier elección nacional del mundo, hasta en un 25%.
 



 


La investigación (The Search Engine Manipulation Effect (SEME) and its Possible Impact on the Outcomes of Elections) concluye que el ajuste de los algoritmos de búsqueda de Google ejerce una influencia determinante en las vidas, las opiniones y la manera de pensar de gran cantidad de personas.

Concretamente, la investigación, que ha sido publicada en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., se centra en el Efecto de Manipulación del motor de Búsqueda de Google (SEME) e incluye los resultados de cinco experimentos llevados a cabo con más de 4.500 participantes en dos países diferentes.

Debido a que el SEME es prácticamente invisible como forma de influencia social, y su efecto es tan grande, los investigadores concluyen que el SEME es una grave amenaza para cualquier sistema democrático de gobierno.

Según el afirma el artículo de Politico, escrito por los investigadores:

"Nuestra investigación deja pocas dudas sobre si Google tiene la capacidad de controlar a los votantes.

 

En experimentos de laboratorio y en línea realizados en los Estados Unidos, hemos sido capaces de aumentar la proporción de personas que estaban a favor de cualquier candidato entre el 37% y el 63% después de una sola sesión de búsqueda.

 

La manipulación en un periodo de semanas o meses, sin duda, resultaría más grande.

En nuestro experimento básico, los participantes fueron asignados aleatoriamente a uno de tres grupos en los que buscar posiciones que favorecía ya sea al candidato A, el Candidato B o a ninguno de los candidatos.
 



 


A los participantes se les dio una breve descripción de cada candidato y luego se les preguntó cuánto les gustaba y confiaban en cada candidato y a quién iban a votar.

 

Luego se les permitió un máximo de 15 minutos para llevar a cabo una investigación online sobre los candidatos, utilizando un motor de búsqueda parecido al de Google.

Cada grupo tenía acceso a los mismos 30 resultados de la búsqueda, todos ellos enlazados a páginas Web reales de las últimas elecciones. Lo único que cambiaba entre los 3 grupos, era el orden en el que estaban clasificadas estas páginas Web.

La gente podía cliquear libremente sobre cualquier resultado o cambiar entre cualquiera de las cinco páginas de resultados diferentes, al igual que en el motor de búsqueda de Google.

Cuando nuestros participantes acabaron de realizar la búsqueda, realizamos de nuevo las mismas preguntas que antes y en todas las medidas, las opiniones se movieron en la dirección del candidato que se vio favorecido en la clasificación.

 

El nivel de confianza, los gustos y las preferencias de voto cambiaron según habíamos previsto.

Lo más alarmante, es que también demostramos este cambio con votantes reales durante una campaña electoral real, en un experimento realizado con más de 2.000 votantes indecisos en toda la India durante el año 2014.

 

Incluso en este caso, con votantes reales que estaban muy familiarizados con los candidatos y que estaban siendo bombardeados con la campaña electoral cada día, demostraron que los rankings de búsqueda podían alterar los resultados en más de un 20% y en más del 60 por ciento en algunos grupos demográficos”.



 


Los datos demuestran que, sin que nadie se haya dado cuenta en ninguna parte del mundo, Google puede influir en los resultados electorales de todo el planeta de forma decisiva.

Eso implica que Google puede vender sus servicios al mejor postor, es decir al que pague más para influir en los resultados de búsqueda, o incluso influir al servicio de sus propios intereses.