por John Wight
06 Noviembre
2018
del Sitio Web
RT
traducción de
El Equipo de Sott
del Sitio Web
Sott
Versión original en ingles
John
Wight ha escrito para una variedad de periódicos y
sitios Web, incluyendo
The
Independent, Morning Star, Huffington Post, Counterpunch,
London Progressive Journal
y
Foreign Policy Journal. |
© Reuters
La imposición de
sanciones a Washington
por parte de un
mundo cuyo desarrollo
se ve gravemente
obstaculizado
por su brutal y
asfixiante hegemonía
llega con
retraso.
En momentos trascendentales, el mundo que existe nos invita a
contemplar el mundo que no existe, de acuerdo a la comprensión de la
historia y sus acontecimientos como un relato de los caminos no
tomados.
Imagine por un momento si en lugar de los macedonios de Alejandro
invadiendo y conquistando la inmensidad del Imperio Persa, hubiera
sido el emperador persa Darío quien invadiera y conquistara
Macedonia, y las ciudades-estado griegas con su ejército de élite de
inmortales.
¿Qué clase de mundo se
habría creado como consecuencia de ello?
Imagine que el resultado de la Segunda Guerra Púnica no hubiera sido
la derrota de Aníbal a manos de Roma, sino su victoria sobre
lo que entonces era una potencia y un imperio imperialista en
ascenso, aplastándolo en una fase temprana y cambiando así el curso
de la historia.
Imagine también que la Europa de la monarquía y la aristocracia
representada por el ejército de Wellington hubiera sido
derrotada por la Grand Armée de Napoleón en Waterloo en lugar
de lo contrario.
Imagine la ayuda que tal
resultado habría proporcionado a la creciente causa del
republicanismo y la democracia en aquellas partes del continente en
las que todavía reinaba la autocracia.
De manera más pertinente, en lo que nos concierne hoy,
-
¿Qué pasaría si
en lugar de que la Unión Soviética y el socialismo realmente
existente salieran de las páginas de la historia a
principios de la década de 1990, hubieran sido el
imperialismo yanqui-occidental y las fuerzas del capitalismo
de libre mercado los que hubieran caído por el agujero de la
historia?
-
¿Sería ese mundo
mejor o peor que este, más o menos seguro y estable?
En última instancia, la
respuesta a estas preguntas variará en función de dónde se formulen,
en qué partes del mundo.
De los muchos países y pueblos con causa para lamentar la
desaparición de la Unión Soviética y el aumento concomitante de la
hegemonía de EE.UU. y Occidente,
Irán y su pueblo están a la cabeza.
Sometido como está el país ahora a
las misericordias, siempre listas a sancionar, de la
administración de
Trump, cuyas acciones son cada
vez más consistentes con las de una familia criminal de la mafia de
Nueva York, y no con un gobierno involucrado en el serio negocio del
arte de gobernar, es de esperar que Irán recupere una apariencia de
satisfacción por el hecho de que su posición actual en la mira de la
Casa Blanca de Trump sea una insignia de honor en lugar de una
deshonra.
En pocas palabras, Irán no se doblega, como tampoco lo hacen,
Cada uno de los cuales
está siendo apaleado, sancionado, amenazado, bloqueado, difamado y/o
provocado por este monstruo hegemónico fuera de control, para el
deleite y regocijo obvio de los ideólogos occidentales, para quienes
el sufrimiento de los hijos de otros pueblos es siempre un
precio que vale la pena pagar.
La reanudación de las sanciones impuestas a Irán antes del acuerdo
nuclear tiene por objeto ejercer la máxima presión sobre el gobierno
del país mediante el ejercicio del máximo sufrimiento sobre su
población.
Es una dinámica que no
debería dejar a nadie en duda de que las sanciones económicas y
comerciales son un arma de guerra, una guerra que está siendo
librada en todo el mundo por un imperio cuya supervivencia depende
de la dominación absoluta desde el punto de vista económico,
militar, cultural y geopolítico.
Un mundo así da lugar a sus propios monstruos:
-
guerras de cambio
de régimen, tanto directas como indirectas por delegación
-
crisis de
refugiados y los migrantes que resultan de ella
-
y, por supuesto,
extremismo y terrorismo, monstruos que han tenido éxito en
Europa, Oriente Medio y América Latina en los últimos
tiempos en voltear sociedades y países enteros contra sí
mismos
Un
artículo reciente del London
Financial Times - FT (mismo que hay que tener en cuenta que no
es amigo de los "locos mulahs" de Teherán, según los pintan los
locos neoconservadores) destaca la difícil situación de una ama de
casa de Teherán,
Malak, en relación con el tsunami
de las sanciones que se avecina desde Washington:
"Es horrible", dice
una madre de 41 años con dos hijos, quejándose de que las
inflaciones han hecho que la carne roja y la fruta fresca sean
inasequibles.
"Estamos siendo
torturados, poco a poco, día a día."
Después, el FT
proporciona una explicación sobria de lo que se avecina como
resultado del asalto económico del Nerón estadounidense Trump a los
iraníes comunes y corrientes:
"El dolor financiero
está a punto de empeorar [como resultado de] la decisión del Sr.
Trump en mayo de abandonar el histórico
acuerdo nuclear que Irán firmó
con las potencias mundiales en 2015.
Mientras Estados
Unidos intenta cambiar el comportamiento del régimen en Teherán,
es probable que los iraníes pobres sean los más afectados por
las sanciones".
El pasaje clave en lo
anterior es,
"Mientras EE.UU.
intenta cambiar el comportamiento del régimen en Teherán".
Dentro de este breve
pasaje se encuentra la misma inversión que un mundo que lucha por
abandonar el reino de la hegemonía, para entrar en el reino de la
justicia, debe confrontar y afrontar, antes de que pueda completar
tal viaje con éxito.
Porque es, para explicarlo mejor, el alcance con el que el mundo
logre cambiar el comportamiento del régimen de Washington lo que
dictará si debe seguir siendo un prisionero de la dominación
estadounidense, o si será liberado de ella.
Y para que no quede
ninguna duda, la liberación no será fácil y sólo se podrá conseguir
a un precio:
el precio de una
reestructuración casi completa y total de la arquitectura
económica y geopolítica mundial.
Nadie con cordura
concebiría la confrontación militar con Washington como una elección
u opción racional, dados los medios de destrucción que tanto aquel
como el mundo en general tienen a su disposición.
Sin embargo, aun así, en
la trayectoria actual de la administración de Trump, que es Estados
Unidos sin la máscara, una seria confrontación militar nunca ha
estado tan cerca.
Sin embargo, el pozo del que se nutre la hegemonía estadounidense,
incluso militarmente, es la posición del dólar en la cúspide de la
economía mundial.
Iraníes
protestan
contra
la reimposición de
las
sanciones de EE.UU. (el gobierno 'mundial'),
el 5 de
noviembre de 2018.
Sin el dólar como la
principal moneda de reserva internacional del mundo, la hegemonía
estadounidense es insostenible, lo que lo convierte en el punto
débil del Imperio que ha creado en su nombre e imagen.
Por lo tanto,
la desdolarización (que equivale a
fin de cuentas a la desamericanización) es una idea que ha madurado,
tal como ocurrió con la desromanización alrededor del Siglo V.
Obviamente, tal curso está obviamente lleno de riesgos; después de
todo, ningún Imperio abandona el escenario de la historia sin una
lucha por parte de su élite, y normalmente se derrumba como
resultado de la combinación de la ruptura social interna y la
presión externa, en una secuencia de eventos prolongada y
desordenada; pero hemos llegado a un momento en el que la
continuación del statu quo es la muerte misma.
La esperanza y la salvación hoy en día radican en la
relación cada vez más estrecha que
se está forjando entre Rusia y China.
Esta asume cada vez más
el carácter de una alianza antihegemónica, que bien puede (ojalá)
convertirse en una especie de bloque antihegemónico con la inclusión
de,
No importa lo que venga
en nuestra contra, no se puede negar que el día mundial del Jubileo
habrá llegado cuando el "verdadero" mundo libre se reúna para
acordar el conjunto de sanciones económicas y comerciales que se
impondrán a Washington.
Para las Malaks en Teherán de este mundo, es urgente que llegue ese
día...
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