11 Febrero 2022 del Sitio Web Dr-Rath-Foundation traducción de SOTT 11 Febrero 2022 del Sitio Web SOTT
Presidente ucraniano Zelensky
Presidente francés Macron Canciller alemán Olaf Scholz Líder polaco Andrzej Duda
Tampoco es casualidad que
la escalada hacia la guerra coincida con que
las vacunas
experimentales del COVID-19, basadas en el ARNm y el ADN, dirijan
sus beneficios a los abultados bolsillos de
la industria
farmacéutica.
Pero lo que no se entiende tan bien es que los beneficios de la industria farmacéutica están ahora igualmente amenazados.
Antes de la 'pandemia' de COVID-19, los modelos de negocio de las empresas farmacéuticas estaban al borde del declive terminal.
En 2018, los investigadores que examinaban la industria predecían que,
...podrían combinarse pronto para que
la
producción farmacéutica dejara de ser un negocio rentable. ...con vitaminas y otras sustancias naturales, queda claro que se avecina una transición viable para abandonar la medicina basada en los fármacos.
Sin embargo, al
igual que sus homólogos en las industrias del petróleo y el gas,
los modelos de negocio de las
empresas farmacéuticas se verían diezmados por esta evolución.
Los documentos oficiales del Juicio de Nuremberg de 1947-1948 contra el infame cártel IG Farben demuestran que las empresas petroleras y farmacéuticas fueron el principal motor económico de la Segunda Guerra Mundial.
Costando la vida de más de 60 millones de personas, el hecho es que la Segunda Guerra Mundial fue planeada y financiada principalmente por IG Farben,
Su ambición
compartida era lograr el control de
los mercados mundiales del petróleo y los medicamentos y eliminar,
por la fuerza, cualquier competencia.
Estos experimentos incluían el uso de vacunas y medicamentos peligrosos producidos por Bayer, Hoechst y otras empresas de IG Farben.
Algunos de los productos químicos utilizados en estas pruebas mortales pasaron a ganar miles de millones de dólares a sus fabricantes al convertirse en la primera generación de los llamados medicamentos de "quimioterapia".
La imposición
obligatoria de las vacunas experimentales COVID-19 a personas
inocentes refleja, pues, una historia escalofriante de la que el
mundo parece no haber aprendido aún las lecciones.
Es evidente, pues,
que el lucro de las grandes empresas con la muerte y la destrucción
de la guerra tiene una historia que se remonta mucho más atrás en el
tiempo de lo que la mayoría de la gente cree actualmente.
El entonces canciller alemán Theobald von Bethmann-Hollweg lo resumió así:
Aunque Alemania fue derrotada, el plan no fue archivado.
Por el contrario, apenas dos décadas después, se convirtió en el objetivo económico central de la Segunda Guerra Mundial. Prueba de ello fue el mencionado juicio de Nuremberg de 1947-1948 contra el cártel de IG Farben.
Al hablar de los
cargos contra Fritz ter Meer, uno de los principales
directores de IG Farben, su abogado admitió que
el concepto de un 'Total
European Economic Area'
había dado forma a los objetivos de
guerra de su cliente.
El Instituto de Sölter era una de las oficinas oficiales de planificación económica de la coalición nazi/IG Farben.
Titulado The Greater Sphere Cartel - An Instrument of Industrial Market Order in a New Europe (El cártel de la Gran Esfera - un instrumento de ordenación del mercado industrial en la nueva Europa), su libro proporciona el proyecto de lo que más tarde se convertiría en la estructura de la Unión Europea (UE).
Sölter describe
específicamente conceptos como la "Comisión
Europea" - el órgano ejecutivo no elegido de Europa - y el
sistema de las llamadas
"Directivas" a través de las cuales se aplican las leyes
del continente.
Uno de los más notables fue Walter Hallstein, un abogado que había representado al gobierno nazi en las negociaciones oficiales del Estado.
A pesar de haber
apoyado públicamente las
Leyes Raciales de Nuremberg, que excluían a los judíos alemanes
de la ciudadanía del Reich y les prohibían casarse, o incluso tener
relaciones sexuales, con personas de sangre alemana o afines,
Hallstein fue nombrado presidente
fundador de la Comisión Europea en 1958.
Hoy, al igual que en el pasado, la expansión de los mercados globales para sus mayores corporaciones multinacionales sigue siendo fundamental para los objetivos de la UE.
Por ello, no es una coincidencia que las voces más fuertes en el impulso hacia la guerra provengan de,
En conjunto, son cuatro de los países exportadores de productos farmacéuticos más ricos y poderosos.
No es de extrañar entonces que la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, respondiera al descubrimiento de la variante Omicron diciendo que era hora de considerar,
Lejos de ser una cuestión de protección de los ciudadanos europeos, su declaración tenía mucho más que ver con,
Cualquiera que dude de esto sólo tiene que preguntarse por qué los planes europeos de pasaportes de vacunas ya estaban en marcha 20 meses antes de la 'pandemia' de COVID-19.
Al igual que hicieron los arquitectos de la UE en el pasado, sus sucesores de hoy están jugando a largo plazo.
Por lo tanto, prevenir la guerra hoy significa evitar que la historia se repita...
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