por Claudio della Croce
16 Enero
2019
del Sitio Web
Estrategia
El gobierno de Mauricio Macri batió un record en 2018:
el Instituto
Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC)
informó que la inflación alcanzó el 47,6%, la más alta de desde
1991, duplicando a la del año anterior (24,8%), montado sobre
una indetenible carrera descendente del peso argentino, tratando
de evitar un deterioro mayor de su imagen y credibilidad, que
hoy supera el 50 por ciento.
Este logro del gobierno
de Cambiemos no fue un acto de magia, sino que fue tejido en
años previos en base a un deterioro cada vez más marcado de la
situación externa que estalló en abril pasado, fue acompañado por
tarifazos y falta de control de parte del Estado de precios
sensibles para el bolsillo, señala un análisis de Javier
Leucowitz.
La inflación produjo un
deterioro generalizado de las condiciones de vida y fue además
determinante en el giro del escenario político en contra del
oficialismo y del hundimiento de la economía nacional.
La deuda externa contraída y la falta de perspectivas hizo que
el dinero que presta el Fondo
Monetario Internacional (FMI)
- para pagar al poder financiero - tenga intereses que duplican a
los empréstitos a otros países.
La caída de la economía y
la industria es la mayor desde la década de los 90:
la pobreza, la
desocupación y la desigualdad alcanzan niveles récord, que
recuerdan los peores momentos de la crisis 2001/2002, aquella
del estallido social, cuando el pueblo exigía "que se vayan
todos".
Nunca llegó la prometida
lluvia de inversiones extranjeras, y la realidad muestra la
dolorosa realidad de un país endeudado y parado.
La deuda pública bruta
llegó a 308 mil millones de dólares al cierre del tercer trimestre
de 2018, un 95,4 por ciento del PIB.
El pago de intereses
saltará de 16,4% en 2018 a 18,2 este año y su peso sobre el PIB
trepará de 3,1% a 3,6%. Más que duplicará el valor heredado, ya
que en 2015 dicho cociente se ubicó en 1,3 por ciento.
Pese a la propaganda
oficial, la corrupción no ha desaparecido, aunque
tenga otras modalidades mucho más sofisticadas y dañinas, como,
-
la
autocondonación de deudas del Correo
-
el blanqueo a los
familiares del poder (decreto 2016/17)
-
soterramiento del
ferrocarril Sarmiento
-
innumerables
cuentas offshore (los "Panamá
Papers") de la familia Macri y sus empresas, con
el propósito de esquivar el control y facilitar la fuga de
sus dineros
Costo de (sobre)vida
Difunden la inflación del 2018:
estiman
será del 47,5% - Argentina
Diario
Rio Negro - rionegro.com.ar
De las 12 divisiones que
componen el nivel general del Índice de Precios al Consumidor,
-
el que más subió
fue el de transporte - gracias a sucesivos tarifazos y alza
desmedida del precio de los combustibles - con el 66,8% en
el año
-
seguido por el de
comunicación (en especial los servicios concentrados de
telefonía móvil, Internet y servicios de TV por cable, con
el 55,3% y "otros bienes y servicios, con el 53,2%
En este último rubro se
agrupan los servicios financieros y los seguros, dos rubros con muy
fuertes alzas en el año, especialmente en las comisiones bancarias.
También incluye los
servicios vinculados con el cuidado personal y la seguridad social:
geriátricos, residencias y ayuda en el hogar, por ejemplo.
El organismo argentino
desoyó a la ONU y no desdobló seguros y financieros, de un lado,
cuidado personal y social, por el otro, mostrando guarismos
"engañosos", según los analistas.
También los alimentos y bebidas mostraron a lo largo de 2018 un
incremento del 51,2%, un rubro por demás importante porque es la
base del cálculo de los valores de las canastas básica total y
alimentaria, que marcan el ingreso mínimo por debajo del cual se es
pobre o indigente, respectivamente.
Lo que sorprende de las
cifras oficiales es que el rubro "vivienda, agua, electricidad, gas
y otros combustibles" muestra un alza del 45,7%, por debajo del
nivel general, dando la sensación que no influyeron los
tarifazos de gas, electricidad y agua.
No se puede dejar de considerar que los alimentos son la base de las
exportaciones argentinas.
El dólar tiene incidencia
en la formación interna de los precios porque los molinos harineros,
la producción de arroz, los frigoríficos, las aceiteras o los tambos
no tienen por qué vender más barato en el mercado interno que en el
mercado externo.
El año pasado comenzó con
un dólar de 18,95 pesos y terminó en 38,83 pesos (105%).
El gobierno acompañó la
tensión inflacionaria con un refuerzo en la quita de subsidios en
servicios públicos, con lo cual alimentó directamente el alza de
precios.
Estudios de la Universidad Metropolitana (UMET) señalan que
la inflación de los pobres y de los sectores más
vulnerables fue superior a las de los
sectores de mayores ingresos.
Estos datos del INDEC lo
corroboran.
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) advirtió
que la inflación fue contenida por la recesión:
"Las tasas de
inflación de 2018 fueron relativamente menores a las que
precedieron a otras devaluaciones en el pasado reciente, si se
tiene en cuenta el enorme ajuste cambiario.
Esto fue producto del
sesgo contractivo de la política monetaria que emprendió el
Banco Central", indicó.
Más importante aún que la
variación nominal de los precios es el deterioro en términos reales
de los ingresos:
salarios,
jubilaciones y asignaciones familiares quedaron relegados frente
a los precios.
La jubilación mínima
arrancó 2018 en 7.246 pesos y ahora está en 9.300 pesos (alza de
28,3%), al igual que el alza en la Asignación Universal por hijo
(AUH), que pasó de 1.412 pesos por infante a los 1.816 pesos,
El salario real promedio del sector privado registrado, según el
Ministerio de Trabajo, tuvo hasta octubre de 2018 una caída del
10,9%.
En peor posición están
los trabajadores no registrados, que ascienden a un tercio del total
y ni qué hablar de los desocupados.
Es la
inflación, i...
"En mi presidencia la
inflación no va a ser un tema, no va a ser un desafío", dijo el
entonces jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires (y hoy
presidente) Mauricio Macri en 2014.
No fue la única vez se
refirió a este tema.
El diario Página12
recogió algunas de sus frases más destacadas:
"La inflación se
produce por culpa de un gobierno que administra mal".
"Si la inflación no
baja, va a ser responsabilidad de mi gobierno, no le voy a echar
la culpa a otros".
"Eliminar la
inflación será la cosa más simple que tenga que hacer si soy
Presidente".
"Me cuesta creer que
ustedes piensen que la inflación puede ser un tema de agenda en
mi futuro gobierno. Cuando yo veo que el 99% de los países del
mundo tienen inflaciones de un dígito… si nosotros no entramos
en ese grupo de países, vayámonos a la casa".
¿El pez por la boca
muere...?
Lo que
¿vendrá?
Mientras que en el oficialismo vuelven a prometer una mejora que
provendría de una buena cosecha, de la indulgencia estadounidense
vía FMI y de la infatigable codicia de los mercados
financieros que los haría persistir en la apuesta cortoplacista
por los bonos argentinos, en la oposición más nítida se espera un
fortalecimiento de la protesta social impulsada por un continuo
deterioro del nivel de vida de las mayorías.
El analista
Ricardo Aronskind, preocupado
por la falta de programas de la oposición política, señala que,
de todas formas, una
lección importante de estos tres años de macrismo es que
es equivocado reducir mecánicamente el comportamiento político
de la población a la evolución de las variables económicas.
La derecha
gobernante se ha revelado como maestra en el estímulo de
otros determinantes de la percepción política, y del
posicionamiento de "la gente".
La necesidad de alivio es urgente, ya que el rápido
empobrecimiento de amplias franjas de ingresos bajos y medios
está dañando la vida de millones.
Los niños y jóvenes
hoy hundidos en el máximo desamparo material y espiritual están
siendo condenados a un futuro nefasto, en las antípodas de la
igualdad de oportunidades.
Desaparecen empresas
y saberes productivos. La necesidad de frenar la tarea de
destrucción de instituciones, equipos profesionales y
capacidades científicas y tecnológicas acumuladas en el estado
es perentoria.
En materia de
esclavización financiera, el daño ya está hecho", afirma.
El gobierno depende no
solo de que se renueven gran parte de los vencimientos de los
títulos de la deuda (roll over), difícil para un país sin
perspectivas de crecimiento económico.
A ese roll over se
le suma que la administración debe procurar quien le financie la
diferencia por unos 24.942 millones que, en estas circunstancias,
significa subordinarse a lo que impongan los acreedores y acepte el
FMI.
Con el crédito de 2019 del FMI no logra pagar el total de
vencimientos y, además, una cláusula del segundo stand-by (de
fines de octubre de 2018) impide utilizar las reservas
internacionales del Banco Central de libre disponibilidad, sin la
autorización del FMI.
Por más que el gobierno neoliberal de Macri pretenda 'reducir' el
gasto público en 2,7% del PIB (equivalente a unos 12.400
millones de dólares) en una economía que no para de caer, y no se
avizora ningún sector de punta que traccione al resto de la
producción.
El gobierno asienta toda su recuperación en las buenas cosechas -
con precios internacionales a la baja y que solo significa un 25%
del ingreso nacional.
Pero el 75% restante está
ligado al mercado interno, que se derrumba ante las altas tasas de
interés, la suba permanente de las tarifas y el descenso del
consumo, fruto de la destrucción de empleo y la caída del salario
real, señala el economista Horacio Rovelli.
Al gobierno no le importan los impactantes números de,
-
la pobreza y la
desocupación
-
la destrucción de
eslabones de la cadena productiva
-
la desaparición
de 9.500 pequeñas y medianas empresas registradas,
...ya que lo único que
pretende es llegar a las elecciones sin incurrir en el default,
es decir no poder pagarle a los acreedores.
Una simple extrapolación
matemática indica que el incumplimiento de los compromisos de deuda,
por más ajuste que hagan, es inevitable y solo podría salvarse si se
llegase a un acuerdo con los acreedores y el FMI autorizase a usar
parte de las reservas del Banco Central.
2018 terminó con una tasa de riesgo país medido por el banco JP
Morgan de 833 puntos básicos, o sea que sólo le prestan a la
Argentina a una tasa cercana al 11% anual (la tasa de referencia de
EE.UU. es de 2,5% anual).
Por lo que los acreedores
se preparan para una reestructuración de la deuda a tasas siderales,
igualando al Plan Canje de junio de 2001, cuando el gobierno de
Fernando De la Rúa rescató 46 bonos por 29.477 millones de
dólares, reprogramando su vencimiento en tres años, con una tasa del
15% anual.
Desde ya que, cualquier acción, método o unidad, que sirva para
acabar con el macrismo, es válida; pero éste es el
momento para instalar otros debates sobre el futuro.
Repetir el
pasado no parece ser el mejor medicamento para esta
Argentina enferma, recuerda
Juan Guahán...
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