por Thierry Meyssan
12 Febrero
2019
del Sitio Web
RedVoltaire
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Para poder enfrentar la crisis que desestabiliza
Venezuela, al igual que las que comienzan en
Nicaragua y Haití, es necesario analizarla.
Thierry Meyssan retoma en este artículo las
tres hipótesis que tratan de interpretarla y
expone argumentos en favor de una de ellas.
También se refiere a la estrategia de Estados
Unidos y a la manera de afrontarla.
Venezuela se divide hoy entre la legitimidad del presidente de la
República constitucionalmente electo, Nicolás Maduro, y la
del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó.
Guaidó se autoproclamó "presidente encargado de Venezuela",
invocando los artículos 223 y 233 de la Constitución.
Pero basta con leer ambos
artículos para comprobar que no se aplican a la situación existente
en Venezuela y que no es posible invocarlos para legitimar la
posición que Guaidó pretende reclamar.
A pesar de ello, Estados
Unidos, los países del "Grupo de Lima" y ciertos gobiernos de
países miembros de la Unión Europea afirman que Juan Guaidó tiene
derecho a la función que pretende usurpar.
Entre quienes respaldan al presidente Nicolás Maduro, algunos
aseguran que Washington está reproduciendo el derrocamiento de un
gobierno de izquierda, según el modelo de lo que Estados Unidos
hizo contra el presidente chileno, Salvador Allende, en 1973, bajo
la administración de Richard Nixon.
Otros, luego de ver las revelaciones de Max Blumenthal y Dan Cohen
sobre el historial de Juan Guaidó, [1] piensan, al contrario, que
se trata de una "revolución de color", como las que ya vimos bajo
la presidencia de
George W. Bush.
En todo caso, ante la agresión de un enemigo mucho más fuerte que
nosotros es crucial identificar sus objetivos y entender los
métodos que utiliza.
Sólo tienen posibilidades de sobrevivir
quienes sean capaces de prever los golpes que van a
recibir...
Tres hipótesis predominantes
Es completamente lógico que los latinoamericanos comparen lo que
están viviendo a lo que ya vivieron en el pasado, como el golpe de
Estado de 1973 en Chile.
Pero sería arriesgado para Washington
tratar de reproducir el escenario aplicado contra Chile hace 46
años. Sería un error porque todo el mundo conoce hoy los detalles
de aquella manipulación.
Al mismo tiempo, la revelación de los vínculos de Juan Guaidó con la
National Endowment for Democracy (NED) y con el equipo del
estadounidense
Gene Sharp
hace pensar en una "revolución de color",
y más aún teniendo en cuenta que ya hubo en Venezuela una
operación
de ese tipo, en 2007, cuando terminó en un fracaso.
Pero, una vez
más, sería arriesgado para Washington tratar de aplicar nuevamente
un plan que ya fracasó hace 12 años.
Para entender las intenciones de Washington, debemos empezar por
conocer su plan de batalla.
El 29 de octubre de 2001, o sea mes y medio después de los atentados
registrados en Nueva York y el Pentágono, el secretario de Defensa
Donald Rumsfeld creó una estructura llamada
Office of Force
Transformation (Oficina de Transformación de la Fuerza) cuya misión
consistiría en revolucionar las fuerzas armadas estadounidenses,
cambiar su mentalidad para que respondiesen a un objetivo
radicalmente nuevo tendiente a garantizar la supremacía de Estados
Unidos a nivel mundial.
Rumsfeld puso esa tarea en manos del
almirante
Arthur Cebrowski, quien ya había trabajado en la creación
de una red digital que abarcaba todas las unidades militares y
había participado, en los años 1990, en la elaboración de una
doctrina de la guerra en red (Network-centric warfare).
[2]
El almirante Cebrowski llegaba con una estrategia ya elaborada que
presentó no sólo en el Pentágono sino en casi todas las academias
militares estadounidenses.
A pesar de su importancia, su trabajo
interno en las fuerzas armadas no se conoció hasta que se publicó un
artículo en la revista Vanity Fair. La argumentación de Cebrowski
fue publicada por su asistente, Thomas Barnett. [3]
Por supuesto,
esos documentos no son obligatoriamente fieles al pensamiento
imperante en el Pentágono, pensamiento que ni siquiera tratan de
explicar, limitándose a justificarlo.
En todo caso, la idea
principal es que Estados Unidos debe tomar el control de los
recursos naturales de la mitad del mundo, no para utilizarlos para
sí mismo sino para estar en posición de decidir quién podrá
utilizarlos.
Para lograr ese objetivo, tendrá que destruir en esas
regiones cualquier poder político que no sea el de Estados Unidos y
acabar con las estructuras mismas de los Estados en los países
existentes en esas regiones.
Oficialmente, nunca se inició la aplicación de esa estrategia. Pero
lo que estamos viendo desde hace 20 años coincide precisamente con
lo que se describe en el libro de Barnett.
Primeramente, en los años 1980 y 1990, tuvo lugar la destrucción de
la región africana de los "Grandes Lagos".
Lo que se recuerda de
aquello es el episodio del genocidio perpetrado en Ruanda y sus 900
000 muertos, pero el hecho es que toda la región fue devastada por
una serie de guerras que arrojaron un total de 6 millones de
muertos. Resulta sorprendente comprobar que, a 20 años de aquellos
hechos, numerosos países de la región aún no logran restaurar su
soberanía sobre el conjunto de sus territorios.
Ese episodio es
anterior a la doctrina Rumsfeld-Cebrowski, así que no sabemos si el
Pentágono había previsto lo que allí sucedió o si concibió su plan
mientras destruía aquellos Estados.
Posteriormente, en los años 2000 y 2010, vino la destrucción del
"Gran Medio Oriente", ya después de la
doctrina Rumsfeld-Cebrowski.
Por supuesto, es posible creer que lo sucedido en esta otra región
fue una sucesión de intervenciones "democráticas", de guerras
civiles y de revoluciones.
Pero, además de que las poblaciones
implicadas cuestionan la narración dominante de esos
acontecimientos, también podemos comprobar en este caso que las
estructuras de los Estados fueron destruidas y que no ha sido
posible restaurar la paz después del fin de las operaciones
militares.
Actualmente, el Pentágono está retirándose del "Gran Medio
Oriente" y se prepara para desplegarse en la "Cuenca del
Caribe".
Una buena cantidad de elementos demuestran que nuestra comprensión
anterior de las guerras de George W. Bush y de
Barack Obama era
incorrecta y que esos mismos elementos corresponden a la perfección
con la doctrina Rumsfeld-Cebrowski.
Esta lectura de los hechos no es
por tanto resultado de una coincidencia con la tesis de Barnett y
nos obliga a revisar bajo otro ángulo todo lo que hemos visto.
Si adoptamos esta manera de pensar, tenemos que plantearnos que el
proceso de destrucción de la Cuenca del Caribe comenzó con el
decreto del presidente Barack Obama, emitido el 9 de marzo de 2015,
según el cual Venezuela amenaza la seguridad nacional de los
Estados
Unidos de América. [4]
Puede parecer que eso pasó hace mucho
tiempo, pero no es así.
Basta recordar que el presidente George W.
Bush firmó la
Syrian Accountabilit Act en 2003, pero las operaciones
militares contra Siria comenzaron 8 años más tarde, en 2011.
Era el
tiempo que necesitaba Washington para crear las condiciones
necesarias para la agresión.
Los ataques contra la izquierda
anteriores a 2015
Si este análisis es correcto tenemos que plantearnos que los
acontecimientos anteriores a 2015:
...respondían a una lógica diferente, mientras que lo
sucedido después (el terrorismo de las guarimbas, en 2017) es parte
del plan actual.
Mi reflexión se basa también en el conocimiento que he acumulado
sobre esos elementos.
Por ejemplo, en 2002 publiqué un análisis del golpe de Estado contra
el presidente Hugo Chávez y relataba el papel de Estados Unidos
detrás de FEDECAMARAS - la organización de los patrones venezolanos.
[6]
El presidente Hugo Chávez quiso verificar lo que yo había
escrito y envió dos emisarios a verme en París. Uno de ellos fue
promovido a general y el otro es hoy una de las principales
personalidades de la República Bolivariana.
El fiscal Danilo
Anderson utilizó mi trabajo en sus investigaciones y fue asesinado
por la CIA en 2004.
Por otro lado, en 2007, estudiantes trotskistas iniciaron un
movimiento contra la decisión de no renovar la licencia de RCTV,
una estación de radio y televisión que transmitía en Caracas.
Hoy
sabemos, gracias a Blumenthal y Cohen, que en aquella época
Juan Guaidó ya estuvo implicado en aquel movimiento y que recibió
entrenamiento de discípulos del teórico de la no violencia
Gene Sharp.
En vez de reprimir los excesos de aquel movimiento, lo que hizo el
presidente Hugo Chávez - en ocasión de la firma de la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el 3 de
junio - fue leer a los participantes un artículo que yo escribí sobre
Gene Sharp y su concepción de la no violencia al servicio de la
OTAN y de la CIA. [7]
Al darse cuenta de que habían sido
manipulados, numerosos manifestantes abandonaron la protesta.
Sharp
trató de negar torpemente los hechos, escribiéndole al presidente
Hugo Chávez y a mí mismo. Y logró crear cierta confusión en el seno
de la izquierda estadounidense, donde era visto como una
personalidad respetable y no vinculada al gobierno de Estados
Unidos.
El profesor Stephen Zunes asumió la defensa de Sharp pero,
ante el peso de las pruebas, Sharp acabó cerrando su instituto y
dejando el espacio a Otpor y al Canvas. [8]
Volvamos ahora al periodo actual.
Por supuesto, el reciente intento
de asesinato contra el presidente Nicolás Maduro hace pensar en
todo lo que se hizo para acabar con el presidente chileno Salvador
Allende. También es cierto que las manifestaciones convocadas por el
presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó hacen pensar en una
revolución de color.
Pero eso no contradice mi análisis.
Hay que
recordar que en Libia hubo un intento de asesinato contra Kadhafi
poco antes del inicio de las
operaciones militares contra la Yamahirya.
En Egipto, cuando los discípulos de Gene Sharp
dirigieron las primeras manifestaciones contra el presidente
Hosni
Mubarak, incluso distribuyeron una versión en árabe del manual que
ya habían utilizado en otros países. [9]
Sin embargo, como lo
demostraron los acontecimientos posteriores, en Egipto no se
trataba de un golpe de Estado ni de una revolución de color.
Prepararse para la guerra
Si mi análisis es correcto - y por ahora todo parece indicar que sí
lo es - hay que prepararse para una guerra, no sólo en Venezuela
sino en toda la
Cuenca del Caribe.
Nicaragua y Haití también están
desestabilizados.
Esa guerra será impuesta desde el exterior. Su objetivo ya no será
derrocar gobiernos de izquierda para reemplazarlos por los partidos
de derecha, aunque así lo indiquen las apariencias. En el
desarrollo de los acontecimientos se perderán las distinciones entre
esos bandos.
Poco a poco, todos los sectores de la sociedad se
verán amenazados, sin distinción de ideología ni de clase social.
Asimismo, los demás países de la región no podrán mantenerse al
margen para escapar a la tempestad. Los que crean que lograrán
protegerse sirviendo de base de retaguardia a las operaciones
militares también serán parcialmente destruidos.
Deben saber que,
aunque la prensa raramente menciona esto, ciudades enteras han sido
arrasadas en la
región de Qatif, en Arabia Saudita, a pesar de que
ese país es el principal aliado de Washington en el "Gran Medio Oriente".
Según el esquema ya visto en los conflictos de la región africana de
los Grandes Lagos y en el Gran Medio Oriente, esa guerra se
desarrollaría por etapas:
-
En primer lugar, destrucción de los símbolos del Estado moderno,
con ataques contra monumentos históricos o museos dedicados a la
memoria de Hugo Chávez.
Son acciones que pueden no causar víctimas
pero que atentan contra la conciencia colectiva de la población.
-
Introducción de armas y financiamiento para la organización de
"manifestaciones" que acabarán en actos de violencia.
La prensa
dominante divulgará a posteriori explicaciones imposibles de
verificar sobre los crímenes, que serán atribuidos al gobierno como
actos de represión contra pacíficos manifestantes.
Como lo que se
busca es sembrar la división, es importante que la policía crea
haber sido tiroteada por la multitud y que la multitud crea al mismo
tiempo que la policía ha disparado contra ella.
-
La tercera etapa consiste en organizar sangrientos atentados por
todo el país.
Eso requiere muy
pocas personas, basta con dos o tres equipos que circulen a
través del país [Este esquema ya fue utilizado con éxito
contra Libia y Siria.]
-
Sólo entonces será útil el envío de mercenarios extranjeros.
En
las guerras más recientes, Estados Unidos envió a Irak y Siria al
menos 130 000 extranjeros, a los que se agregaron unos 120 000
elementos armados locales. Se trata de ejércitos muy numerosos pero
mal entrenados.
El ejemplo de
Siria demuestra que es posible defenderse.
Pero hay
medidas que deben adoptarse urgentemente:
-
Por iniciativa del general Jacinto Pérez Arcay y del presidente de
la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, oficiales
superiores venezolanos ya estudian las nuevas formas de lucha (la
guerra de 4ª generación).
Pero sería importante enviar delegaciones
militares a Siria para que sus miembros puedan comprobar en el
terreno cómo se desarrollaron los acontecimientos.
Esto es muy
importante ya que este tipo de guerra no se parece a las anteriores.
Por ejemplo, en Damasco
- la capital Siria - la mayor parte de la
ciudad está intacta, pero algunos barrios están totalmente
devastados, como Stalingrado después de la arremetida de los nazis.
Eso implica el uso de técnicas especiales de lucha.
-
Es fundamental instaurar la unión nacional entre todos los
patriotas.
El presidente debe lograr una alianza con la oposición
nacional e incluir en su gobierno a algunos de sus líderes. No se
trata de encontrar o no simpático al presidente Maduro.
Lo que se
impone en la actual coyuntura es luchar junto a él para salvar el
país.
-
El ejército debe formar una milicia popular. En Venezuela ya
existe una, con unos 2 millones de combatientes, pero no parece
estar entrenada.
Los militares rechazan generalmente la idea de
poner armas en manos de los civiles, pero los habitantes de un
barrio son los más indicados para defenderlo, precisamente porque
conocen a todos sus habitantes.
-
Será necesario emprender importantes trabajos de fortificación
alrededor de los edificios del Estado, de las sedes de los cuerpos
armados y de los hospitales, en aras de garantizar su seguridad a
toda costa.
Son medidas que deben adoptarse urgentemente, sobre todo porque
concretarlas es complicado y lleva tiempo… y el enemigo está ya
casi listo...
Referencias
-
"The
Making of Juan Guaidó: US Regime-Change Laboratory Created
Venezuela’s Coup Leader", Max Blumenthal y Dan Cohen,
Grayzone Project, 29 de enero de 2019.
-
Transforming Military Force: The Legacy of Arthur Cebrowski
and Network Centric Warfare, James R. Blaker, Greenwood,
2007.
-
The
Pentagon’s New Map, Thomas P.M. Barnett, Putnam Publishing
Group, 2004.
-
"Declaración
de Emergencia Nacional con respecto a Venezuela", "Orden
Ejecutiva - Bloqueo de Propiedades y Suspensión de Entrada
a Personas que Contribuyen a la Situación en Venezuela",
por Barack Obama, Red Voltaire , 9 de marzo de 2015.
-
Las
guarimbas fueron protestas callejeras cuyos participantes
comenzaban a perpetrar actos de violencia extrema. Nota de
la Red Voltaire.
-
"Implicación
de las redes secretas de la CIA para derribar a Chávez",
por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 18 de mayo de 2002.
-
"La
Albert Einstein Institution: no violencia según la CIA",
por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 10 de febrero de 2005.
-
"Impérialistes
de droite et impérialistes de gauche", por Thierry
Meyssan, Réseau Voltaire, 25 de agosto de 2008.
-
"El
manual estadounidense para la realización de una revolución
"de color" en Egipto", Red Voltaire, 25 de mayo
de 2011.
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