por Jon Kokura
10 Octubre
2022
del Sitio Web
Fraczinet
Información enviada por
CFGO
"Lo que
mal comienza,
mal termina"
decía mi
abuelita,
que era sabia y
muy bonita...
Hace 12 años, en diciembre del 2010,
Joseph Blatter, presidente de
la FIFA en aquellos años anunciaba que el mundial 2022 se iba a
jugar en Qatar.
Los únicos que saltaron de sus asientos felices como lombrices
fueron los integrantes de la
familia Al Thani.
Son los amos y
señores de Qatar...
Este pequeño territorio
metido en el Golfo Pérsico, con una sola frontera terrestre, con
Arabia Saudita, con la que se llevan bastante mal.
Qatar está sentado sobre
la tercera reserva de gas y petróleo del mundo.
Su población es de
250.000 cataríes.
Y 2.750.000 trabajadores inmigrantes...
Sí, el 80% de la
población son extranjeros.
En Qatar la palabra
democracia es un chiste de mal gusto.
Allí, la que corta el
queso es la familia real Al Thani. Y el jeque
Tamim Bin Hamad Al Thani de 42
años y tres bellas esposas... por el momento.
Como son los dueños de Qatar, su patrimonio ronda los 350.000
millones de dólares.
Y como ya no saben que hacer con tantos petro dólares, aparte de
construir fastuosos edificios, al cuete en el desierto, y comprar
clubes de fútbol, el PSG entre otros, alguien les sugirió que,
financiaran las ONG
que trabajan alimentando a los niños hambrientos del mundo...
pero no le dieron pelota...
Un día los hombres de la
familia Al Thani (las mujeres no pueden decir ni pío) dijeron:
"¿Y si compramos el
mundial de fútbol 2022?"
"¡Dale!" contestaron todos...
Y compraron un
mundial de fútbol.
Les salió barato.
Le pagaron un millón de
dólares a ciertos delegados de la
Concacaf (Centroamérica), un millón
y medio a otros de la
Conmebol (Sudamérica), un par de
millones por aquí y otro más allá...
Dicen que el crack del
fútbol francés Michel Platini, que se las daba de casto y
puro, cobró 7,5 millones de dólares, y el capo di tutti capo, el
argentino Julio Grondona (fallecido el 2014) se embolsó 10
palos verdes por dar el sí a Qatar 2022.
De inmediato la realeza catarí se puso manos a la obra.
Tenían que construir
estadios de fútbol, en un "país" donde nadie jugaba al fútbol.
El proyecto original
era de 12 estadios.
Quedaron en 8, uno de
ellos desmontable, que van a "donar" a algún país donde sí se
juegue al fútbol.
Si usted, tiene en su
barrio, una canchita rasca y piñinienta, escríbale al Emir de Qatar
¿quién sabe? por ahí, le regalan el estadio desmontable...
El asunto fue que para construir los 8 estadios, hoteles,
aeropuerto, autopista, centro comerciales, necesitaron mano de obra
barata, muy barata... y eso que están podridos en dólares.
Y llevaron trabajadores
inmigrantes al por mayor.
En un sistema de
esclavitud llamado "Kafala"
y que consiste en darle todo el poder a un administrador (negrero)
para que contrate inmigrantes, los explote reteniéndoles los
pasaportes, haciéndolos vivir hacinados y con horarios de trabajo de
hasta 18 horas por día, sin derecho a pataleo, y mucho menos a
cambiar de empleo.
Sin este sistema
perverso, construir lo que se construyó en Qatar, con temperaturas
que varían de 30° a 50° a la sombra, era imposible.
Desde el 2010 murió
en las faenas un promedio de 12 obreros por semana.
Un total de 6.751
trabajadores inmigrantes murieron para que usted diga "¡Viva el
fútbol!"
Esto, sin contar los
obreros de Kenia y Filipinas, donde no se llevan registros
migratorios.
Las cifras de muertos
aportadas por informes de
The Guardian, la
BBC (Inglaterra) y
Amnistía Internacional son las
siguientes:
-
India 2711...
-
Nepal 1641...
-
Bangladesh
1018...
-
Pakistán 824...
-
Sri Lanka 557...
Se construyeron 8
estadios espectaculares, pero manchados de sangre.
Están tan cerquita el uno del otro, que si usted es bueno para andar
en bicicleta los recorre todos, en poco más de un medio día.
Hace poco, en Irán, una mujer de 22 años, Mahsa Amini murió
en manos de la policía por usar "mal el velo".
Esto causó una ola de
protesta en Irán y el mundo entero.
Como si en Qatar las
mujeres se pudieran vestir como les dé la gana.
Como si tuvieran
derecho a decidir por si mismas.
Como si pudieran jugar al fúbol...
El lado femenino de la
FIFA crece día a día.
Las ligas de fútbol
femenino son cada vez más populares. Pero el mundial 2022 se va
hacer en un territorio, donde las mujeres tienen prohibido
practicar deporte…entre otras muchas cosas.
En Qatar, sobre la periodista mexicana Paola Schietekat, que
trabajaba para el mundial, pesa una condena de siete años de
prisión, más cien latigazos, con fecha 19 de febrero 2022, por haber
denunciado a un colega colombiano que la violó en territorio catarí.
El violador era
casado, entonces la mujer violada es la culpable, según "la
shaira" ley islámica que "controla" a las mujeres...
Un mes va durar el
mundial 2022, treinta (30) días en que las usinas cataríes estarán
funcionando a full para mantener el aire acondicionado en los 8
estadios, hoteles, centros turísticos y comerciales, arrojando al
aire humo contaminante, equivalente a diez mil autos tirando smog
sin filtro por hora.
Todo sea por la
fiesta del fútbol... Porque el deporte es salud ¿o no...?
Pero hay una sombra más
siniestra sobre Qatar 2022:
La posibilidad
latente de atentados terroristas...
Los musulmanes, no
olvidan, ni perdonan... aunque digan que sí.
La familia real de Qatar ha financiado a oscuras facciones
terroristas en Siria, Irak, Afganistán y Libia.
En Libia financiaron
a los terroristas que
asesinaron al líder
Muamar el Gadafi en octubre
de 2011.
¿Por qué no van a
arruinarle "la fiesta" a la realeza pro yankee catarí?
De esto nadie habla…
Todos cruzan los dedos, rogando que ningún musulmán suicida se haga
el mártir, volándose en medio de un montón de gente. Como ocurrió el
2021 en el Aeropuerto de Kabul.
En Europa, al
mundial de Qatar le llaman: "El mundial de la vergüenza"
Hay una movida en ciudades francesas para no poner pantallas
gigantes en lugares públicos en París, Marsella, Burdeos,
Estrasburgo, Lille, etc.
Es una forma de protesta por un mundial de fútbol que se llevó la
vida y sueños de miles de trabajadores inmigrantes, que no le
importaron a nadie.
Por 8 estadios
fastuosos que durante 30 días estarán repletos de hinchas.
Y vacíos, por toda la eternidad.
Por un capricho de la familia Al Thani, que el 2010 compró un
mundial de fútbol.
En un mundo en crisis,
con millones de desplazados por hambre y con hambre, en el vértice
de una guerra nuclear:
¡Viva el fútbol...!
Videos
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- La Red de Corrupción de la FIFA
- Los hombres que
vendieron la copa del mundo -
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