13 Abril 2022

del Sitio Web SputnikNews

recuperado a través el Sitio Web WayBackMachine





El presidente mexicano

Andrés Manuel López Obrador

durante la más reciente cumbre de la CELAC
© Foto : Cortesía CELAC

 


En un mundo globalizado,

imponer sanciones económicas y comerciales a Rusia

podría derivar en una crisis mundial

cuyos efectos ya se comienzan a sentir,

sobre todo en las regiones como América Latina,

donde la presión inflacionaria va de la mano

con el descontento social...
 

 

 

A las dos semanas del estallido del conflicto en Ucrania, el Fondo Monetario Internacional (FMI) fue claro:

los daños colaterales llegarán hasta los países latinoamericanos que, desde hace al menos un año, luchan contra altos niveles de inflación debido a la 'pandemia' de COVID-19.

Y es que el fenómeno inflacionario al alza es una realidad mundial.

 

Sin embargo, el FMI considera que las naciones más afectadas por la crisis ucraniana son aquellas en vías de desarrollo o con crecimientos económicos modestos.

 

América Latina encaja en esta categoría.

 

México, por ejemplo, alcanzó en marzo una inflación anual de 7,45%, su nivel más alto desde 2001.

 

Argentina vive una escalada de precios no vista desde la llamada Crisis del Corralito:

la pobreza alcanza al 37% de su población, según datos oficiales.

Expertos consultados por Sputnik afirman que esta serie de problemas económicos derivan de las sanciones - principalmente en materia energética - que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han impuesto a Rusia por el conflicto en Ucrania, aunque también está el factor COVID-19, que generó una crisis en la cadena de suministros, situación que se ha agravado con las tensiones en Europa del Este.

"Quieres sancionar a un país, pero si lo haces en realidad, sancionas a un mercado completo.

 

El aumento de precios de los energéticos y los alimentos es la combinación perfecta para que haya una escalada inflacionaria global", considera el economista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Óscar Rojas.

 

 

 

Un golpe al mundo

 

El castigo al país gobernado por Vladímir Putin ya ha hecho eco a escala global.

 

El 8 de abril, los precios internacionales de los alimentos alcanzaron un nuevo máximo histórico, un hecho que golpea más severamente a las clases más pobres, advirtió Qu Dongyu, jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

 

"Los precios internacionales del trigo, el maíz y los aceites vegetales han subido debido a conflictos como la guerra en la región del Mar Negro, que ha propagado las perturbaciones en los mercados que comercian con estos productos básicos", alertó el organismo.

En Estados Unidos, el presidente Joe Biden ha hecho varios intentos por bajar los precios de los combustibles y, de ese modo, reducir la inflación.

 

Sin embargo, los resultados no han sido los esperados. Incluso muchos ciudadanos estadounidenses del sur han cruzado la frontera a México para llenar sus tanques de gasolina.

 

En algunas ciudades del sur de Estados Unidos, el galón de gasolina (3,78 litros) tiene un precio de hasta 7 dólares.

 

En cambio, en Tijuana o Mexicali, sólo un litro cuesta 1,1 dólares, lo cual quiere decir que un estadounidense paga la mitad en México por el mismo servicio que obtiene en su país.

 

Biden ha decidido promover las ventas de los biocombustibles en territorio estadounidense, específicamente la E15, una gasolina que utiliza una mezcla de 15% de etanol.

 

La medida forma parte de la estrategia de Biden para enfrentar la crisis energética mundial.

 

Se espera que el mandatario demócrata ordene a la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) autorizar una exención de emergencia que permitirá la venta durante todo el año de gasolina E15.

"Este es el último paso para ampliar el acceso de los estadounidenses a un suministro de combustible asequible y para aliviar a los ciudadanos que sufren la subida de precios provocada por [Vladímir] Putin", informó la Casa Blanca en un comunicado.

 

 

 

Las economías crecerán menos

 

Según el FMI, los principales efectos colaterales del conflicto en Ucrania se darán en dos vertientes que afectarán directamente al continente americano:

los precios de los alimentos y los precios de los energéticos.

"Es probable que los altos precios de las materias primas aceleren considerablemente la inflación. [Esto podría] generar un mayor riesgo de disturbios en algunas regiones", agregó el organismo.

 

"La guerra ha provocado una crisis aún más severa en la cadena de suministros.

 

Eso quiere decir que el mundo vive un desabasto de mercancías y, con ello, los precios empiezan a subir y las expectativas de crecimiento [económico] se debilitan.

 

Si muchos países, sobre todo de Latinoamérica, pensaban que en 2022 regresarían a niveles previos a 'pandemia', es posible que ese pronóstico se retrase", observa Irasema Andrés Dagnini, economista de la Universidad Autónoma de Metropolitana (UAM) y colaboradora en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).

El 2 de abril pasado, México anticipó una caída económica por la crisis entre Rusia y Ucrania.

 

Según sus autoridades hacendarias, el país latinoamericano ya no crecerá 4,1% - como había previsto desde finales de 2021 - sino 3,4%.

 

Algunas consecuencias en la región latinoamericana podría ser el incremento de precios de la carne y sus derivados, ya que el trigo - del cual Rusia y Ucrania son los mayores exportadores del mundo - es utilizado para consumo animal, advierten los expertos consultados.

 

Según datos de la FAO, en los últimos tres años, Rusia y Ucrania juntas representaron hasta el 20% y 30% de las exportaciones mundiales de trigo y maíz, respectivamente.

 

Sin embargo, el impacto de las tensiones en el Este de Europa en América Latina es dispar.

 

El FMI señala que los países exportadores de crudo, cobre, hierro, maíz, trigo y metales pueden cobrar más y mitigar así el impacto del conflicto.

"Como ya se está poniendo en duda la prevalencia del dólar como poder hegemónico también se están generando problemas desestabilizaciones.

 

Esto nos va a llevar a que la inflación sea un problema de carácter crónico: no se aliviará hasta que haya una reestructuración del patrón monetario internacional", explica Óscar Rojas.

Lo que ahora deben hacer los países, advierten los expertos, es generar condiciones de autonomía o independencia económica, aunque en un mundo globalizado es una tarea complicada.

"Recordemos que Rusia es una potencia en fertilizantes. Esto significa que hay una amplia posibilidad de que haya una crisis alimentaria aún más grave", afirma el economista.

Ante las tendencias al alza de la inflación a escala global, los bancos centrales de varios países han optado por subir sus tasas de interés, lo cual no es precisamente una buena noticia.

"Las tasas tan altas significan mayores costos financieros para cualquier agente económico:

familia, empresas o Gobierno...

Cuando suben las tasas de interés de referencia, en paralelo suben las demás tasas de todos los créditos.

 

Esto es un caso que se puede observar principalmente en México", concluye Irasema Andrés Dagnini.