por Jorge Santa Cruz
15 Junio
2020
del Sitio Web
Globalizacion
Se puede decir con certeza que la revolución interna que escaló a
partir del asesinato de George Floyd, el 25 de mayo, aceleró
la decisión del inquilino de la Casa Blanca.
El 29 de diciembre de 2018, el analista argentino Diego
Pappalardo anticipó que Estados Unidos, bajo la presidencia de
Donald Trump, dejaría de cumplir con el rol de gendarme mundial.
En un artículo publicado por el blog mexicano Sin Compromisos,
Pappalardo lo explicó de la siguiente manera:
Siendo así,
insistimos en que la transformación del rol de gendarme mundial
de los Estados Unidos es un constitutivo neurálgico en la
primera fase empírica del enfoque trumpiano, porque algunas
piezas configurantes del entorno del Proyecto priorizan la lucha
dentro de los Estados Unidos con la finalidad de asumir
fácticamente el control del país frente a la coalición de
facciones que están sufriendo fragmentariamente el
desmantelamiento de su poder e influencia desde enero de 2017.
En consecuencia, al
ser muy fuerte el área antagonista de Trump, el presidente y
esos grupos que lo sustentan evaluaron razonablemente la
complicación riesgosa de contender, concomitantemente, de la
misma forma y en la misma intensidad, tanto en la zona americana
como en el resto de los espacios abiertos globales.
De modo que optaron por pelear exigentemente en el escenario de
los Estados Unidos, pero sin desconectarse totalmente del mundo,
hasta tanto se reestructure el país y sea rescatado de su
declive para ascenderlo nuevamente al podio de preeminencia
mundial. [1]
Pues bien,
Trump anunció el pasado 13 de
junio, en la emblemática academia militar de West Point, que los
Estados Unidos de América dejaban de ser "el gendarme del mundo".
[2]
Fuerzas Armadas de Estados Unidos,
en
guerra permanente
Cuando Pappalardo escribió eso habían ocurrido algunos ataques
contra Trump, otros, sin embargo, quizá ni siquiera estaban dentro
de los planes de sus adversarios globalistas, con,
Aquel 29 de diciembre de
2018, Trump había controlado las movilizaciones feministas
organizadas por las fundaciones sorosianas, y había obligado al
gobierno de México a militarizar el país para evitar que las
caravanas de migrantes (financiadas y controladas por Soros)
pudieran cruzar la frontera sur de los Estados Unidos.
Al inquilino de la Casa
Blanca le fue suficiente amenazar con la imposición progresiva de
aranceles a las importaciones mexicanas para salirse con la suya.
El magnate convertido en presidente de los EE.UU. mantenía entonces
- y la mantiene hoy - una feroz lucha contra los
medios de comunicación globalistas
y sus noticias falsas (fake news); también, contra las facciones
demócratas que lo acusaban de haber recibido ayuda ilegal de Rusia
para ganar las elecciones de noviembre de 2016.
Trump superó la "trama rusa", pero sigue su litigio contra los
medios de comunicación globalistas (con
la CNN a la cabeza):
téngase presente su
guerra abierta contra Twitter, CNN e, incluso, La Voz de América
(que pertenece ¡al gobierno de los EE.UU...!)
Lo que no se imaginaba
Trump, a finales de 2018, es que la izquierda globalista le iba a
desestabilizar el país a mediados de 2020, luego del asesinato del
ciudadano afroamericano, George Floyd, perpetrado por un policía de
Minneapolis, el 25 de mayo del presente año.
Soros y compañía lanzaron a las calles de decenas de ciudades de los
Estados Unidos a fogueados activistas profesionales al grito de
"Black lives matter" ("Las vidas negras también importan").
Lo mismo hicieron en
otras urbes del mundo, con el fin de agudizar la presión contra
mister Donald.
Trump encomendó al Ejército la seguridad de la capital, Washington,
y entró en conflicto con alcaldes y gobernadores que se opusieron a
la militarización del país, y entre ellos mencionaremos de manera
muy especial a,
los demócratas
Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, y a Andrew Cuomo,
gobernador del estado del mismo nombre...
Trump tampoco se
imaginaba que la pandemia de
Covid-19 - pronosticada en 2015
por
Bill Gates, fundador de
Microsoft y correligionario de Soros - iba a causar tanta
devastación en los Estados Unidos.
Coincidimos con el colega argentino Diego Pappalardo en que el
grupo trumpiano optó por controlar la revolución interna
sorosiana-demócrata-globalista sin tener que sufrir, además, el
desgaste que le representaría mantener el rol de gendarme del mundo
- que tanto agradó a los dos presidentes
Bush, a Bill Clinton y a Barack
Obama.
China y Rusia,
los
principales rivales
del
imperialismo norteamericano
Diego Pappalardo concluyó su artículo con las siguientes palabras:
Por último,
corresponde puntualizar, que ese trazado trumpiano es alentado
como respuesta única a los procesos globales imparables que,
entre otras singularidades, expresan el desgaste político,
económico y moral de EE.UU. y el encumbramiento de los centros
de gestión chinos, turcos, iraníes, rusos e indios porque el
unipolarismo ha muerto. [3]
Por nuestra parte, sólo
agregaríamos - de momento - dos datos concretos:
-
El presidente
de China, Xi Jinping,
tiene el control absoluto de su país, y se podrá reelegir
cuantas veces quiera.
Xi se dispone a
ocupar los espacios que deje Trump en el lejano oriente.
(Digamos a manera de ejemplo, que ya inició negociaciones
con Japón y Corea del Sur para firmar sendos tratados de
libre comercio). Al buen entendedor…
-
El presidente
de Rusia, Vladimir Putin,
también tiene el control absoluto de su país, al que
convirtió ya en la primera potencia militar.
Al igual que Xi,
Putin se podrá reelegir…
Las luchas intestinas han
mermado la fuerza de los Estados Unidos.
China y Rusia, en
cambio - para bien o para mal - no padecen de la corrosión
democrática.
El unipolarismo, en efecto, ha muerto...
Sin embargo, cabe la
pregunta:
¿será para bien de la
humanidad...?
Usted tiene la mejor
opinión...
Referencias
[1] Diego Pappalardo.
"Estados
Unidos se retira de Siria". Sin Compromisos. (29
diciembre 2018).
[2] Sputnik Mundo. "Donald
Trump promete terminar con 'la era de las guerras interminables'."
(14 junio 2020).
[3] Diego Pappalardo. "Estados
Unidos se retira de Siria". Sin Compromisos. (29 de
diciembre de 2018).
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