por Thierry Meyssan
03 Julio
2018
del Sitio Web
RedVoltaire
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Versión en italiano
Al pie del helicóptero presidencial Marine One,
Trump
devuelve a un marine de la guardia de honor
la
gorra que la corriente de aire producida por el aparato
había
hecho volar de su cabeza.
Luego de observar las referencias históricas de
Donald Trump (el compromiso constitucional de
1789, los ejemplos de Andrew Jackson y de
Richard Nixon) y la manera de ver la política
que profesan sus partidarios, Thierry Meyssan
analiza los actos del presidente contra el
actual imperialismo estadounidense.
El objetivo de Trump no es volver a la situación
anterior sino abandonar los intereses de la
clase dirigente transnacional para desarrollar
la economía nacional.
El problema
En 1916, durante la Primera Guerra Mundial, Lenin analizaba
las razones que llevaron al enfrentamiento entre los imperios de su
época.
Escribió entonces El
imperialismo, fase superior del capitalismo, donde precisaba su
pensamiento en los siguientes términos:
"El imperialismo es
el capitalismo en la fase de desarrollo en la que ha tomado
cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero,
en la que ha adquirido una importancia de primer orden la
exportación de capitales, en la que ha comenzado el reparto del
mundo entre los trusts internacionales y ha terminado el reparto
de todo el territorio del mismo entre los países capitalistas
más importantes."
Los hechos han confirmado
la lógica de concentración
del capitalismo que Lenin
describía.
En un siglo, un nuevo
imperio reemplazó a los anteriores:
"América"... (no
confundir con el continente que lleva ese nombre).
A golpe de fusiones y de
compras de otras empresas, un grupo de transnacionales ha parido
después una clase dirigente global que se reúne cada año en la
localidad suiza
de Davos.
Esos personajes no están
al servicio de los intereses del pueblo estadounidense y, por
cierto, no son necesariamente estadounidenses sino que utilizan los
medios del Estado federal estadounidense para maximizar sus propias
ganancias.
Donald Trump fue electo
presidente de Estados Unidos en base a su promesa de volver al
estado anterior del capitalismo, el del "sueño americano" a través
de la libre competencia.
Aunque puede plantearse a
priori, como Lenin, que ese retroceso es imposible, lo cierto es que
el nuevo presidente ha optado por esa vía.
El núcleo del sistema capitalista imperial está expresado en la
doctrina del Pentágono, concebida por el almirante Arthur
Cebrowski. Según esa doctrina el mundo actual está dividido en
dos:
-
de un lado
tenemos países desarrollados y estables
-
del otro países
no integrados aún a la globalización imperial y, por ende,
condenados a la inestabilidad
Las fuerzas armadas de
Estados Unidos tienen como misión destruir los Estados y las
estructuras sociales de los países de las regiones no integradas a
la globalización.
Desde el año 2001 han
venido destruyendo el "Medio Oriente Ampliado" (Gran
Oriente Medio) y ahora se disponen a hacer lo mismo en la
"Cuenca del Caribe".
Los hechos demuestran que la manera de ver el mundo que tiene el
Pentágono coincide con los conceptos enunciados por pensadores
antiimperialistas como Immanuel Wallerstein, Giovanni
Arrighi o Samir Amin.
El intento de
solución
El objetivo de Donald Trump consiste al mismo tiempo en,
Para lograr eso, Trump
está obligado a retirarse de los tratados comerciales
internacionales y a disolver las estructuras intergubernamentales
que mantienen el orden anterior.
Deshacer los tratados comerciales internacionales
Desde los primeros días de su mandato, el presidente Trump sacó
a Estados Unidos del
Acuerdo de Asociación Transpacífico,
que no estaba firmado aún.
Ese tratado comercial
estaba concebido como un plan estratégico para aislar a China.
Al no poder anular la firma de Estados Unidos en tratados ya en
vigor, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN),
Trump ha comenzado a desmantelarlos mediante la imposición de
gravámenes aduanales que, sin violar su contenido, contradicen
los objetivos de esos documentos.
Recomponer o disolver las estructuras intergubernamentales
Hemos demostrado repetidamente desde este sitio Web que
las Naciones Unidas han dejado
de ser un foro por la paz para convertirse en un instrumento del
imperialismo estadounidense mientras que algunos países miembros
de la ONU siguen oponiendo resistencia en el seno de la
organización.
Así fue en el momento
de la política soviética de la "silla vacía", durante la guerra
de Corea, y así ha venido sucediendo nuevamente desde julio de
2012.
El presidente Trump ha atacado directamente las dos principales
herramientas imperialistas en el seno de la ONU:
-
las
operaciones de mantenimiento de la paz (que tomaron el
lugar de las misiones de observación inicialmente
previstas en la Carta de la ONU)
-
el Consejo de
Derechos Humanos de esa misma organización (órgano que
no tiene actualmente otra función que justificar las
guerras "humanitarias" de la OTAN)
Lo ha hecho negando
fondos al presupuesto de las operaciones de mantenimiento de la
paz y sacando a Estados Unidos del Consejo de Derechos
Humanos.
Pero acaba de perder
la elección del nuevo director de la Organización
Internacional para las Migraciones, [1] lo cual
deja momentáneamente el campo libre al tráfico mundial de
personas.
El objetivo de Trump
no es destruir la ONU sino redirigirla para volver a meterla en
lo que fue su función inicial.
Trump acaba de torpedear el G7. Inicialmente previsto como un
intercambio de puntos de vista entre los participantes, el G7 se
había convertido - desde 1994 - en otra herramienta al servicio
de la dominación imperial.
En 2014, el G7 se
convirtió en un instrumento anti-ruso, conforme a la naturaleza
de la nueva estrategia de los anglosajones, tendiente a evitar
una guerra mundial extendiendo el imperio hasta las fronteras de
Rusia y aislando a esta última.
En el
G7 de Charlevoix, el presidente
Trump se esforzó por mostrar a sus confundidos aliados que ya no
los quiere como vasallos y que tendrán que arreglárselas solos.
Y finalmente, después de haber tratado de utilizar a Francia
para dinamitar la Unión Europea, Trump se volvió hacia Italia
enviando allí a Steve Bannon para crear un
gobierno antisistema, con
ayuda de varios bancos estadounidenses.
Roma se ha aliado con
otras 5 capitales en contra de la UE.
Reinvertir en la economía productiva
A través de diversas medidas fiscales y aduanales, raramente
votadas por el Congreso y más frecuentemente implantadas por
decreto, el presidente Trump está estimulando las grandes
empresas de su país a repatriar sus fábricas.
Esto se ha traducido
de inmediato en una reactivación económica, prácticamente el
único logro que la prensa reconoce a la gestión de Trump.
Sin embargo, está muy lejos de verse aún un retroceso del mundo
de la finanza, que probablemente seguirá prosperando fuera de
Estados Unidos y, por ende, absorbiendo las riquezas del resto
del mundo.
Reorientar el Pentágono y la CIA
Esto es, evidentemente, lo más difícil.
En el momento de su
elección, Trump obtuvo los votos de los simples soldados y
oficiales subalternos, no así los de los oficiales superiores y
generales.
Donald Trump llegó a la política el
11 de septiembre de 2001.
Inmediatamente cuestionó la versión oficial de los
acontecimientos de aquel día.
Luego expresó su
sorpresa ante las contradicciones del discurso dominante:
los presidentes
Bush hijo y
Obama dijeron querer
eliminar los movimientos yihadistas, pero lo que se observó
bajo sus respectivos mandatos fue una drástica
multiplicación e incluso una globalización del yihadismo que
culminó en la creación del Emirato Islámico - con
pretensiones de Estado independiente - en Irak y en Siria.
Es por esa razón que,
desde que asumió sus funciones como presidente, Trump se rodeó
de oficiales de reconocida autoridad en el seno de las fuerzas
armadas estadounidenses.
Esa era para él la
única posibilidad de evitar un golpe de Estado militar y de
imponer obediencia para realizar la reforma que quería
emprender. Luego dio carta blanca a los militares en conjunto
para todo lo concerniente a la táctica en el terreno.
Además, aprovecha
toda ocasión posible para reafirmar su apoyo a las fuerzas
armadas y los servicios de inteligencia.
Luego de cancelar la presencia permanente del jefe del Estado
Mayor Conjunto y del director de la CIA en el Consejo de
Seguridad Nacional, Trump ordenó poner fin al respaldo
estadounidense a los yihadistas.
Al-Qaeda y el Emirato
Islámico (Daesh) comenzaron entonces a perder terreno.
Esa política prosigue
actualmente con el fin del apoyo estadounidense a los yihadistas
presentes en el sur de Siria. Los yihadistas han dejado de ser
verdaderos ejércitos privados y se han reducido al estado de
grupos dispersos utilizados en determinadas acciones
terroristas.
Siguiendo esa misma línea, Trump fingió al principio renunciar a
la disolución de la OTAN a condición de que esta agregara a su
función anti-rusa una función antiterrorista.
Pero ahora ha
comenzado a mostrar a la OTAN que los privilegios que hoy tiene
ese bloque militar no serán eternos, como pudo verse con la
negativa de una visa estadounidense especial a un ex secretario
general de la alianza atlántica. [2]
Lo más importante es
que Trump ha comenzado a recortar la función anti-rusa de la
OTAN.
Por ejemplo, está
negociando con Moscú la anulación de los simulacros de guerra de
la OTAN en el este de Europa. También está planteando una serie
de actos administrativos que demuestran que los demás miembros
de la OTAN se niegan a aportar a la defensa colectiva una
contribución proporcional a sus verdaderos medios.
Con ello se prepara
para dinamitar la OTAN cuando lo juzgue posible.
Ese momento sólo llegará cuando la deconstrucción de las
relaciones internacionales actuales alcance su estado óptimo
tanto en,
Conclusiones
-
El presidente
Trump no es el personaje "imprevisible" que los medios nos
describen. Más bien es todo lo contrario y está actuando de
manera bien pensada y lógica.
-
Donald Trump está
preparando una reorganización de las relaciones
internacionales. Esa reorganización pasa por un cambio
completo e inesperado, dirigido contra los intereses de
la clase dirigente transnacional.
Referencias
-
Nuevo director en la Organización
Mundial para las Migraciones - Red Voltaire, 1º
de julio de 2018.
-
Estados Unidos niega visa a un ex
secretario general de la OTAN - Red Voltaire, 26
de junio de 2018.
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