por Fausto Frank
14 Julio 2024
del Sitio Web KontraInfo


 

 

 

 

 


El ex-presidente estadounidense Donald Trump sufrió este sábado un atentado mientras brindaba un discurso electoral en la ciudad de Butler, en el estado de Pensilvania.

 

El candidato republicano a la Casa Blanca intervenía desde un atril en un escenario cuando se produjeron los disparos.

 

El atacante fue inmediatamente abatido por un francotirador del Servicio Secreto, casi en simultáneo a sus disparos, mientras el magnate neoyorquino fue evacuado por agentes que se lanzaron sobre él para protegerlo.

 

Los simpatizantes de Trump que se encontraban situados detrás también se lanzaban al suelo entre gritos de pánico, muriendo al menos uno de ellos y resultando otro gravemente herido.

Del atacante se sabe que se encontraba en un techo a 130 metros de distancia y que su presencia había sido detectada por asistentes al acto, algunos de los cuales denunciaron que avisaron de su presencia a la policía y al Servicio Secreto, sin obtener ninguna respuesta...

 

 

 



Frente a esta situación, con el transcurso de las horas, muchos se preguntan:

¿cómo se le permitió a un francotirador con un equipo de rifle completo ubicarse en el techo más cercano a un candidato presidencial?

El magnate Elon Musk, cercano a Trump, responde:

"Incompetencia extrema o fue deliberado... De cualquier manera, la dirección del Servicio Secreto debe dimitir".

 

 

 

Al mismo tiempo, fue llamativo que el francotirador del Servicio Secreto, que debía proteger a Trump, apunta durante un buen tiempo hacia el atacante, pero "incomprensiblemente" espera a que el asesino dispare para recién allí matarlo.
 

 

 

 


El ex-presidente Trump está vivo de milagro, en parte porque realizó un ligero movimiento de cabeza en el instante preciso que hizo que la bala impactaba en su oreja.

 

 

El fotógrafo ganador del Premio Pulitzer,

Doug Mills,

habla sobre su icónica foto de una bala pasando

por la oreja del ex-presidente Trump

y el caos que presenció en el mitin en

Butler, Pensilvania.

Fuente

 

 

Un segundo más tarde y estaría muerto...

 

 

 

 

"Fui el oficial de empleo de francotiradores de mi batallón y dirigí cientos de misiones de combate.

 

Hubo importantes fallos de seguridad en el plan de seguridad que permitieron que un tirador atacara al presidente Trump desde ~130 metros: un tiro fácil", expresó por su parte Blake Hall, veterano de la guerra en Irak.

 

"El tejado más alejado es una posición de tiro obvia.

 

Debería haberse desplegado la policía local para asegurarlo. Además, los drones deberían haber estado monitoreando", agregó.

El analista en geopolítica Brian Berletic, sostuvo:

"Fallos del servicio secreto de EE.UU.

  1. La enorme bandera estadounidense que ondea sobre la cabeza de Trump sirvió como la bandera de viento ideal, indicando la velocidad y dirección del viento para un posible asesinato. Tales indicadores se utilizan en TODOS los campos de tiro militares/de seguridad, tales indicadores deberían haber sido prohibidos por la seguridad;
     

  2. Es casi seguro que se evaluaron todas las posiciones potenciales para un asesino. La evidencia en video sugiere que la seguridad tenía francotiradores apuntando en su dirección, pero aparentemente el acceso a ellos quedó sin vigilancia.

Si el público vio al asesino moverse hacia una posición obvia de disparo, los francotiradores entrenados con miras ciertamente lo hicieron:

Es difícil creer que el Servicio Secreto de Estados Unidos fuera tan sistemáticamente incompetente.

El propio aspirante a asesino actuó de manera muy poco profesional y tomó una posición de tiro al aire libre, lo que hizo que su misión fuera un boleto de ida garantizado.

El hecho de que lograra golpear al ex-presidente Trump significa que obviamente tenía experiencia disparando un rifle, pero poco o ningún entrenamiento táctico.

Si las fallas de seguridad fueran intencionales, no me sorprendería que alguien como el FBI se acercara a él, lo acompañara durante todo el proceso, como muchos "sospechosos de terrorismo" de mala calidad que el FBI ha entrenado, les haya dado armas/explosivos y, a menudo, los haya arrestado en el último momento, pero de vez en cuando "accidentalmente" no lo hace antes de un ataque en vivo'".

En la misma línea se manifestó Chris Swecker, ex-subdirector del FBI:

"Esto fue una falla de seguridad de principio a fin".

El ex-analista de la CIA, Larry Johnson lo dice sin ambages:

"El Servicio Secreto o fue incompetente o fue cómplice de un plan para asesinar a Donald Trump. No hay otra manera de verlo".

 

 

 

 

Según The New York Post, el atacante que intentó asesinar al Presidente Trump sería un hombre de 20 años identificado como Thomas Matthew Crooks, residente de Pensilvania.

Por su parte, Donald Trump expresó:

"Lo más importante es que quiero expresar mi más sentido pésame a la familia de la persona que murió en el mitin, y también a la familia de otra persona que resultó gravemente herida.

 

Es increíble que un acto así pueda ocurrir en nuestro país. Por el momento no se sabe nada sobre el tirador, que ya está muerto.

 

Me dispararon con una bala que atravesó la parte superior de mi oreja derecha. Supe inmediatamente que algo andaba mal porque escuché un zumbido, disparos e inmediatamente sentí la bala atravesando la piel.

 

Hubo mucho sangrado, entonces me di cuenta de lo que estaba pasando.

 

¡DIOS BENDIGA AMERICA!".

Habiendo sobrevivido al atentado, el trágico hecho beneficia a la campaña de Trump, pero debería descartarse la idea de cierto conspiracionismo bobo de un "auto-atentado", ya que nadie en su sano juicio contrataría a un francotirador para que le dispare a 130 metros de distancia con el objetivo de herirlo en la oreja, a milímetros de morir, mientras la persona se mueve dando un discurso.

 

Trump, además, corre primero en las intenciones de votos, no necesitaba recurrir a una puesta en escena semejante.

 

Asimismo, el propio francotirador contratado debería además saber que de participar de un juego de esa naturaleza acabaría con su propia vida al instante, como de hecho ocurrió.

 

Las balas, por otro lado, eran de verdad, lo que explica la muerte de al menos una persona y otra herida gravemente.

Llamativamente, en los últimos dos meses, al intento de asesinato de Trump se suma otra acción similar que pretendió acabar con la vida,

  • del primer ministro eslovaco Robert Fico, el 15 de mayo.

  • la extraña caída del helicóptero del presidente iraní, Ebrahim Raisi, el 19 de mayo.

En los tres casos, altas personalidades políticas opuestas a la agenda belicista de la OTAN...

Frente a todo esto, la pregunta que muchos se realizan es:

¿Permitió el Servicio Secreto que el tirador dispara a Trump?

 

Y si no es así, ¿por qué no intervino antes?

 

¿O acaso la orden era precisamente esperar a que el atacante hiciera su trabajo para, tras gatillar, ser inmediatamente asesinado y así evitar que fuera detenido y pudiera en algún momento revelar quiénes lo enviaron?

Tras la derrota de Biden en el debate y el fracaso de los intentos de proscribir a Trump por la vía judicial, el sector belicista-globalista parece haber apostado a lo que muchos esperaban.

Lo extraño es que no ocurriera antes...

El propio Trump había dicho en mayo que el FBI podría matarlo.

El mensaje parece ser claro:

dados los hechos, oponerse públicamente a los planes de la OTAN desde un lugar de poder, ¡implica un serio riesgo de vida...!