por Débora Goldstern
05 Diciembre 2022
del Sitio Web CodigoOculto






© Imagen: Youtube / Pinterest




Hace pocas semanas presentamos una breve biografía del escritor de origen ruso Zecharia Sitchin, quién en 1976 asombrara al público tras publicarse El Doceavo Planeta.

 

En aquel texto provocador, Sitchin buscó alertar al mundo sobre la existencia de una misteriosa raza desaparecida conocida como los Anunnakis, y que según declarase,

habrían llegado a la Tierra procedentes de Nibiru, supuesto planeta oculto dentro de nuestro sistema solar.

Una vez asentados en nuestro planeta, los Anunnakis, se convirtieron en creadores de nuestra actual humanidad.

 

Tal la síntesis entregada por Zecharia Sitchin, y que una vez divulgada fuera rechazada por los historiadores, calificada como ejemplo de una obra incorrecta en la materia.


Pero la controversia no detuvo el debate, y los Anunnakis se convirtieron en la comidilla de la naciente Internet, que de inmediato adoptó como suya la propuesta lanzada por Sitchin.


Teniendo en cuenta la cantidad de informes que sobre los Anunnakis abundan, propongo al lector me acompañe tras la búsqueda de pistas poco referenciadas, incluso más allá de Sitchin.


 

 


Samuel Noah Kramer - La Historia Empieza en Sumer

 

 

"Como la Humanidad en el momento de su creación.

Los Anunnakis ignoraban aún el pan para nutrirse.

Ignoraban aún las ropas para vestirse.

Pero comían las plantas con la boca, igual que carneros.

Y bebían el agua del foso".

Extracto del poema de la creación sumerio

referenciado por Samuel Noah Kramer en

La Historia Empieza en Sumer,

1956.

 


Oriundo de Kiev, actual Ucrania, Samuel Noah Kramer vino al mundo un 28 de setiembre de 1897.

 

Cuando tenía ocho años su familia decidió emigrar a los Estados Unidos para escapar de la persecución judía impulsada por el Zar Nicolás II, instalados posteriormente en Filadelfia.

 

Pronto su padre Benjamín Kramer estableció en ese estado una escuela de enseñanza hebrea, donde el joven Samuel llevaría a cabo sus primeros estudios.


Según narra el catedrático español Federico Lara Peinado, desde muy joven el futuro sumerólogo estuvo interesado en el aprendizaje del Derecho, la Filosofía y Egiptología.

 

Tiempo después ya comprometido en el aprendizaje de lenguas muertas, un viaje a Irak pareció ir marcando su destino tras ser invitado a participar en la excavación de Shurupak, antiguo asentamiento sumerio.
 

 


Samuel Noah Kramer retratado en 1955,

poco tiempo después publicaría su célebre

La Historia Empieza en Sumer,

siendo uno de los primeros autores

en mencionar los misteriosos Anunnakis.

 


Aunque en esa ciudad no fueron reportados monumentos de importancia, un botín mayor pareció elevar su condición al ser localizadas en sus inmediaciones las llamadas Tablillas de Fara, legado datado en 2.600 años de antigüedad, consideradas uno de los primeros documentos escritos conocidos.

 

Más tarde pacientes traducciones revelarían las ruinas de Shurupak vinculan con el antiguo diluvio bíblico.

 

Después de su estancia en Irak, Kramer decide pasar tiempo en Turquía con el fin de estudiar las tablillas allí conservadas descubiertas en Nippur.

 

Un asiriólogo polaco el prestigio Ephraim Avigdor Speiser, y que más tarde se convertiría en Jefe de la Sección de Oriente Próximo prestando servicios para la inteligencia norteamericana durante la Segunda Guerra Mundial, sería una de sus primeras influencias.

 

Sin embargo, Arnold Poeble notable asiriólogo alemán, y que colaboraría con Kramer en la redacción de un diccionario sobre gramática sumeria durante 1930, es quién realmente tendría enorme impacto en la compilación de su propia obra como él mismo reconoce.

 

Una vez obtenido su doctorado, Samuel Noah Kramer va a establecerse en la Universidad de Pensilvania, convertido en referente principal en cuanto a la comprensión de idiomas mesopotámicos, con especialización en sumerio.


Tal dedicación va a permitir el alumbramiento por parte de Kramer de una obra clave en el género, que fuera publicada en 1956, y actualmente conocida como La Historia Empieza Sumer.

 

Y me permito citar esta obra, porque es aquí donde veinte años antes que Zecharia Sitchin entregue El Doceavo Planeta, son mencionados los Anunnakis, aunque en una visión muy diferente a la posteriormente divulgada por Sitchin.
 

 


La civilización sumeria oculta muchos secretos,

y uno de ellos es la presencia Anunnaki aún no develada.

Cortesía: ovnihoje.com
 

 

Según escribe Kramer narrando la composición de la antigua cosmología sumeria, antes que el hombre naciera existían varios dioses gobernantes.

 

Una de las principales deidades de ese anterior panteón primigenio es An, considerado como el señor del cielo y dios creador.

 

Durante miles de años An fue adorado sin interrupciones, hasta que repentinamente fuera sustituido por Enlil, llamado el señor del aire y de la atmósfera.

Sus atributos hicieron de él "padre de los dioses, rey del cielo y la tierra, y rey de todos los países".

En otros himnos mencionados por Kramer, Enlil llega a ser catalogado como el planificador universal.

 

Y aquí una aclaración muy importante por parte de Kramer en cuanto a Enlil, y que entiendo clave para desterrar ciertas distorsiones que actualmente circulan.
 

 


Los dioses Anunnakis

y el inquietante Abzu, conocido como el abismo.

¿Estamos ante un enigma subterráneo?

Cortesía: trueancienthistory / blogspot

 


Escribe Kramer:

"Otros mitos e himnos más tardíos nos enseñan que Enlil era considerado como una divinidad bienhechora, responsable del planeamiento del universo, de su creación y de lo que este universo contenía de mejor.

 

Era él quien hacía que se levantara el día, quien se compadecía de los humanos, quien dirigía el crecimiento de todas las plantas y árboles de la tierra.

 

Era la fuente de la abundancia y de la prosperidad del país, el inventor del azadón y del arado, prototipos de las herramientas que el hombre utilizaría en la agricultura.

 

Subrayo los rasgos benéficos del carácter de Enlil con objeto de disipar un malentendido del que se encuentran trazas en la mayor parte de los manuales y enciclopedias que tratan de la religión y de la cultura sumerias:

en ellos se nos informa de que Enlil era el dios, violento y devastador, de la tormenta, y que su palabra y sus actos no traían jamás sino el mal".

Kramer subraya los malentendidos que pesan sobre Enlil categorizado como un dios violento, que atribuye a traducciones erróneas.

 

Remarco este pasaje porque Enlil es visto por algunos estudiosos como un alter ego del dios hebreo Yahvé, dicho sea de paso, acusado de las peores cosas.

 

Luego tenemos a Enki, llamado el dios del abismo (Abzu según la expresión sumeria), y del océano. Enki es también llamado dios del agua, sabiduría, y que se ocupaba de las actividades de la tierra.

 

Siguiendo estas líneas desembocamos en los Anunnakis que hacen su primera aparición en un poema donde se glorifica a Enlil.


Una primera línea dice:

"Sobre la Montaña del Cielo y de la Tierra, An engendró a los Anunnakis".

Kramer interpreta el pasaje como parte de una gran cosmogonía, que señala en el principio existía un gran mar primordial.

 

Sus aguas luego dieron nacimiento a una montaña cósmica (Duku o Dulkug), donde el cielo (An), y la tierra (Ki), aparecían mezclados.

De esta unión habría emergido Enlil (elemento aire), quién dividió ambos.

 

Luego Enlil se va a mezclar con Ki (tierra) para dar nacimiento al universo organizado, entre los que se encuentra el hombre.

Ahora bien, Kramer al ahondar en los Anunnakis refiere son una creación especial del dios An, formados antes que el hombre mismo, aunque al parecer necesitaban cierta dirección para desenvolverse tal como se desprende de este enigmático pasaje:

"Como la Humanidad en el momento de su creación,

Los Anunnakis ignoraban aún el pan para nutrirse,

Ignoraban aún las ropas para vestirse,

Pero comían las plantas con la boca, igual que carneros,

Y bebían el agua del foso.

 

En aquellos tiempos,

en la 'sala de creación' de los dioses,

En su mansión Duku,

fueron formados Lahar y Ashnan.

 

Los productos de Lahar y de Ashnan,

 

Los Anunnakis del Duku, los comían,

pero quedaban insatisfechos;

En sus hermosas granjas, la leche shum,

Los Anunnakis del Duku se la bebían,

pero quedaban insatisfechos.

 

Es, pues,

para que se ocupara dé sus hermosas granjas

Que el hombre recibió el soplo de la vida".

Según podemos inferir de lo entregado por Kramer, que no se interroga demasiado sobre este punto los Anunnakis, también conocidos como Anunnas (hijos de An), son originarios de Duku, no siendo otro éste sitio que la montaña cósmica, o también montículo primordial, ya mencionado.

 

Pero sobre el Duku nos referiremos luego.

 

Otra cuestión es que los Anunnakis en un principio parecen tener una función celeste al lado de An, aunque luego, y sin tener demasiadas explicaciones (tal vez por lo fragmentadas que se encuentran las tablillas sumerias), pasan a tener vinculación con el inframundo sumerio (Arali y Abzu).

 

Tal situación parece rememorar al génesis bíblico y sus ángeles caídos, descendidos a las mansiones infernales o prisión terrestre.

 

Samuel Noah Kramer falleció en 1990, y me pregunto,

¿cuál sería su opinión sobre las 'incorrecciones' de Zecharia Sitchin...?

Seguramente las hubiera 'desaprobado'...

 

No obstante, en 1964 el famoso asiriólogo vienés Adolph Leo Oppenheim publicó Antigua Mesopotamia - Retrato de una civilización muerta, que puso el tema Anunnakis nuevamente en la mira, aunque popularizados como los Anunnas.


 

 

 

Disparen contra Nibiru - Todos contra Sitchin

 


"Entonces, el llamado "Nibiru" no es otro planeta,

es Venus en el pasado según los antiguos egipcios

y lo que sucedió es pasado.

No hay tablillas sumerias que hablen de Nibiru, ¡no existen!

Muchas personas durante años le pidieron

a Sitchin que les señalara en qué tablillas sumerias

están las referencias a Nibiru,

pero él nunca les dio esta información.

Además, el nombre usado en las tablillas documentadas

para identificar el hogar original de los Anunnaki es Duku,

que significa "el montículo sagrado".

No tiene nada que ver con la palabra Nibiru.

En cambio, los escritores de las tablillas sumerias

hablan de la constelación Suprema,

es decir, las Pléyades (como Mulmul)".

Antoine Gigal

Hathor y Nebheru, 2000.


 

 


Polémico sello sumerio conocido como VA / 243,

y que según argumenta Zecharia Sitchin

 representa un antiguo mapa estelar evidenciando a Nibiru.

Cortesía: nbcnews.com
 

 

Sin dudas, uno de los pasajes más provocativos presentados por Zecharia Sitchin, y que más incordio provoca entre los investigadores, es su alusión a la existencia de Nibiru señalado como el planeta originario de los misteriosos Anunnakis.


Según narra Sitchin en El Doceavo Planeta, publicado en 1976, Nibiru representa "el planeta del cruce".

 

En su libro Sitchin cita una antigua epopeya babilónica como sustento para su tesis, esquivando en su informe datos más precisos sobre la fuente referida.


Allí leemos:

"Planeta NIBIRU:

Las Encrucijadas del Cielo y la Tierra ocupará.

Por encima y por debajo, ellos no cruzarán;

deben esperarle.

 

Planeta NIBIRU:

Planeta que es brillante en los cielos.

Ocupa la posición central;

a él rendirán homenaje.

 

Planeta NIBIRU:

Él es el que, sin cansarse,

sigue cruzando por en medio de Tiamat.

 

Que "CRUZAR" sea su nombre

Aquel que ocupa el medio".

No obstante cita si una referencia entregada por Thompson R. Campbell, un antiguo experto arqueólogo y asiriólogo británico, y que en 1900 presentó:

The reports of the magicians and astrologers of Nineveh and Babylon in the British Museum : the original texts, printed in Cuneiform characters; edited with translations, notes, vocabulary, index, and an introduction, (Los informes de los magos y astrólogos de Nínive y Babilonia en el Museo Británico: los textos originales, impresos en caracteres cuneiformes; editado con traducciones, notas, vocabulario, índice y una introducción),

...donde Nibiru, según pude comprobar revisando su texto, es efectivamente citado, descrito como un planeta cuyo acercamiento es esperado como una gran bendición, y también de ciertos desarreglos cósmicos.


Sitchin, continuando con su línea provocadora, informa también Nibiru porta como símbolo central la cruz (recordatorio de la señal), más tarde adoptada por otros cultos religiosos.

 

Pero quizás la evidencia más intrigante respaldando a Nibiru informada por Sitchin sea la del sello cilíndrico sumerio VA / 243.

 

Su primera traducción surge en 1940 a través del arqueólogo belga Anton Moortgat, y que actualmente reposa en el Vorderasiatis-che Abteilung, Museo del Estado de Berlín calculada su edad en 4.500 años.

 

Sitchin expone este sello cilíndrico indica una escena inédita de nuestro anterior pasado astronómico, ya que allí se retrata un sistema solar de doce planetas, siendo dos de ellos una incógnita, Tiamat (antiguamente localizado entre Marte y Júpiter junto a su satélite Kingu), y Nibiru.

 

Tras una colisión entre Tiamat y Nibiru,

los restos del primero junto a su satélite darán nacimiento a la Tierra y su Luna...

Ahora bien, como dije existen algunos cuestionamientos por parte de especialistas, en cuanto a considerar Nibiru como origen de los Anunnakis.

 

Uno de ellos corresponde a la escritora e investigadora francesa Antoine Gigal, quién actualmente reside en Egipto, siendo además muy bien entrenada en lenguas orientales.

 

En el 2000 hizo público un interesante artículo, Hathor y Nebheru donde no ahorra críticas hacia Sitchin, ya que Gigal supone en realidad Nibiru no es otro que Venus, y que los egipcios conocían como Hathor.

 

Otro francés, el contactado conocido como Anton Parks, propone Duku como el lugar de residencia Anunnaki, tal como se desprende de la traducción entregada por Samuel Noah Kramer.

 

Parks, sin embargo, le da una vuelta no menos sorprendente a la idea de Sitchin, mencionando el Duku (la antigua colina primordial), residiría en el interior hueco de una brillante estrella del cúmulo estelar pleyadiano, llamada Maia.

 

 

 


Alexander Blade y un mensaje Anunnaki

 


"Ya estamos aquí, entre ustedes.

Algunos de nosotros siempre hemos estado aquí,

con ustedes, pero separados,

observándolos y ocasionalmente guiándolos

cada vez que surgía la oportunidad...

 

Hemos sido confundidos con los dioses

de muchas religiones mundiales,

aunque no somos dioses,

sino sus propios semejantes,

como aprenderán directamente

antes de que pasen muchos años más".

Extracto de Sun of the Sun,

un artículo publicado por Alexander Blade

en la revista Flying Saucer Review en 1947.
 

 


El seudónimo Alexander Blade

oculta a una contactada,

 además de estudiante esotérica de primer grado,

y cuyo relato Sun of the Sun, publicado en 1947,

sorprendió a Internet.

Cortesía: newdawnmagazine

 


En el 2015 comenzó a circular en la red un enigmático informe retratando un supuesto contacto Anunnaki, encarnado por un intrigante monólogo, supuestamente originado en 1958 con el título Sun of the Sun, obra de un tal Alexander Blade, y que originalmente fuera publicado por Flying Saucer Review.

 

Intrigada, me decidí investigar, y tras algunas indagaciones conseguí rastrear la fuente original. Una primera pista me llevó a descubrir la identidad tras Blade, alias de Wilma Dorothy.


Vermilyea, escritora norteamericana, nativa de Oregón 1915-1995, también conocida con el seudónimo de Millen Cooke.

 

Debido a que Vermilyea escribió su ensayo para una revista dedicada a las historias fantásticas y de ciencia ficción, podríamos descartar su texto, sino fuera por algunas cosas.

 

En primer lugar, Sun of the Sun fue por primera vez impresa en noviembre de 1947 a través de Fantastic Adventures, dirigida por el célebre editor Ray Palmer.
 

 


OVNI que fuera capturado en 1958

por la escritora y contactada 'Alexander Blade'

mismo año en que publicara su misterioso artículo.

Una profunda observación de la toma

descubre un guiño Anunnaki.

Cortesía: tellersofweirdtales / blogspot

 


Como expresa mi colega amigo Håkan Blomqvist en su excelente Millen Cooke, los ovnis y la tradición esotérica:

"Es un artículo notablemente profético escrito como un mensaje de un "visitante" que pertenece a un grupo secreto en posesión de discos voladores.

 

Observe que esto fue escrito en el otoño de 1947, antes de que aparecieran los primeros contactados a principios de la década de 1950″.

 


Zecharia Sitchin

resucitó el debate Anunnaki,

aunque no sin controversia.

Cortesía: antrophistoria.com

 


Y es que Wilma Dorothy Vermilyea aporta algunos datos no menos que curiosos en su relato, especialmente en cuanto a ovnis de avanzada, como revela este pasaje:

"Algunos de ustedes ya han visto nuestra 'guardia avanzada' en calles de vuestras ciudades y no os habéis fijado en nosotros.

 

Pero cuando revoloteamos por vuestros cielos en los antiguos vehículos tradicionales os quedáis asombrados... Estos son nuestros medios mecánicos de transporte.

 

Ahora que el arte de fabricar materiales plásticos ha llegado a cierta perfección entre vosotros, tal vez podáis imaginar un material, casi transparente a los rayos de la luz visible ordinaria, pero lo suficientemente fuerte como para soportar las tensiones de un vuelo extremadamente rápido".

Ocurre en realidad nuestra Alexander Blade, retomando su alias, fue además de escritora una gran contactada, y como bien documenta Håkan Blomqvist había sido iniciada por un misterioso adepto tibetano durante 1930.

 

En un artículo escrito por Blade para la Borderland Sciences Research Associates, titulado Narrative of Occult Experience, y dado a luz en 1948, se entregan más pistas de su experiencia:

"Él apareció repentinamente en su habitación una noche.

 

Su presencia me sobresaltó, pero no inspiró miedo real, y su inmediato saludo tranquilizador me tranquilizó de inmediato. Aparentemente era alto, de unos seis pies...

 

Tenía una piel profundamente aceitunada, sin barba y su cabello negro fue interrumpido muy corto...

 

Me dijo que era una persona 'viva', tal como yo lo era, y que lo que estaba viendo allí en mi habitación era una proyección, o materialización, una especie de 'sombra sólida' de él".

No puedo dejar de lado otro evento, su matrimonio con un ufólogo británico y a quién especialmente conozco por su dedicación a la temática subterránea, el estudioso William Francis Brinsley Le Poer Trench, octavo conde de Clancarty, y séptimo marqués de Heusden, quién además integrara la Cámara de los Lores.

 

Al parecer ambos formaron durante un tiempo un matrimonio muy particular signados por estos temas.

 

Se debe informar gracias a le Poer Trench que Blade consiguiera una reedición de su artículo en 1958, ya que él, fue director de Flying Saucer Review.

 

Pero volviendo al artículo de Wilma Dorothy Vermilyea, Sun of the Sun, la confusión en cuanto su vinculación Anunnakis se debe a la firma del artículo con ese término, y que la publicación original no tiene.

 

Más allá de esta picardía, Wilma Dorothy Vermilyea, aka, Alexander Blade, Millen Cooke, Millen Belknap, entre otros alias, revela un conocimiento de avanzada para su época.

 

El mismo año que se reeditara su misterioso artículo, 1958, Vermilyea logró capturar con su cámara un ovni, retratado en la zona de Vista, California.

 

¿Tal vez una señal Anunnaki?

 

Ya lo creo. Hasta Aquí...
 

 

 


Conclusión


Si los Anunnakis no existieran habría que inventarlos... tal la apuesta, y no puedo estar más de acuerdo, porque más allá de la polémica, su historia aparece integrada al devenir humano, aunque de una forma aún por develar.

 

Son los tiempos...

 

 

 


Bibliografía