En aquel texto provocador, Sitchin buscó alertar al mundo sobre la existencia de una misteriosa raza desaparecida conocida como los Anunnakis, y que según declarase,
Una vez asentados en nuestro planeta, los Anunnakis, se convirtieron en creadores de nuestra actual humanidad.
Tal la síntesis entregada por Zecharia Sitchin, y que una vez divulgada fuera rechazada por los historiadores, calificada como ejemplo de una obra incorrecta en la materia.
"Como la Humanidad en el momento de su creación. Los Anunnakis ignoraban aún el pan para nutrirse. Ignoraban aún las ropas para vestirse. Pero comían las plantas con la boca, igual que carneros. Y bebían el agua del foso". Extracto del poema de la creación sumerio referenciado por Samuel Noah Kramer en 1956.
Cuando tenía ocho años su familia decidió emigrar a los Estados Unidos para escapar de la persecución judía impulsada por el Zar Nicolás II, instalados posteriormente en Filadelfia.
Pronto su padre Benjamín Kramer estableció en ese estado una escuela de enseñanza hebrea, donde el joven Samuel llevaría a cabo sus primeros estudios.
Tiempo después ya
comprometido en el aprendizaje de lenguas muertas, un viaje a Irak
pareció ir marcando su destino tras ser invitado a participar en la
excavación de
Shurupak, antiguo asentamiento
sumerio.
poco tiempo después publicaría su célebre siendo uno de los primeros autores en mencionar los misteriosos Anunnakis.
Más tarde pacientes traducciones revelarían las ruinas de Shurupak vinculan con el antiguo diluvio bíblico.
Después de su estancia en Irak, Kramer decide pasar tiempo en Turquía con el fin de estudiar las tablillas allí conservadas descubiertas en Nippur.
Un asiriólogo polaco el prestigio Ephraim Avigdor Speiser, y que más tarde se convertiría en Jefe de la Sección de Oriente Próximo prestando servicios para la inteligencia norteamericana durante la Segunda Guerra Mundial, sería una de sus primeras influencias.
Sin embargo, Arnold Poeble notable asiriólogo alemán, y que colaboraría con Kramer en la redacción de un diccionario sobre gramática sumeria durante 1930, es quién realmente tendría enorme impacto en la compilación de su propia obra como él mismo reconoce.
Una vez obtenido su doctorado, Samuel Noah Kramer va a establecerse en la Universidad de Pensilvania, convertido en referente principal en cuanto a la comprensión de idiomas mesopotámicos, con especialización en sumerio.
Y me permito citar esta
obra, porque es aquí donde veinte años antes que
Zecharia Sitchin entregue
El Doceavo Planeta, son mencionados los Anunnakis, aunque en
una visión muy diferente a la posteriormente divulgada
por Sitchin.
y uno de ellos es la presencia Anunnaki aún no develada.
Cortesía: ovnihoje.com
Según escribe Kramer narrando la composición de la antigua cosmología sumeria, antes que el hombre naciera existían varios dioses gobernantes.
Una de las principales deidades de ese anterior panteón primigenio es An, considerado como el señor del cielo y dios creador.
Durante miles de años An fue adorado sin interrupciones, hasta que repentinamente fuera sustituido por Enlil, llamado el señor del aire y de la atmósfera.
En otros himnos mencionados por Kramer, Enlil llega a ser catalogado como el planificador universal.
Y aquí una aclaración muy
importante por parte de Kramer en cuanto a Enlil, y que entiendo
clave para desterrar ciertas distorsiones que actualmente circulan.
y el inquietante Abzu, conocido como el abismo. ¿Estamos ante un enigma subterráneo? Cortesía: trueancienthistory / blogspot
Kramer subraya los malentendidos que pesan sobre Enlil categorizado como un dios violento, que atribuye a traducciones erróneas.
Remarco este pasaje porque Enlil es visto por algunos estudiosos como un alter ego del dios hebreo Yahvé, dicho sea de paso, acusado de las peores cosas.
Luego tenemos a Enki, llamado el dios del abismo (Abzu según la expresión sumeria), y del océano. Enki es también llamado dios del agua, sabiduría, y que se ocupaba de las actividades de la tierra.
Siguiendo estas líneas desembocamos en los Anunnakis que hacen su primera aparición en un poema donde se glorifica a Enlil.
Kramer interpreta el pasaje como parte de una gran cosmogonía, que señala en el principio existía un gran mar primordial.
Sus aguas luego dieron nacimiento a una montaña cósmica (Duku o Dulkug), donde el cielo (An), y la tierra (Ki), aparecían mezclados.
Ahora bien, Kramer al ahondar en los Anunnakis refiere son una creación especial del dios An, formados antes que el hombre mismo, aunque al parecer necesitaban cierta dirección para desenvolverse tal como se desprende de este enigmático pasaje:
Según podemos inferir de lo entregado por Kramer, que no se interroga demasiado sobre este punto los Anunnakis, también conocidos como Anunnas (hijos de An), son originarios de Duku, no siendo otro éste sitio que la montaña cósmica, o también montículo primordial, ya mencionado.
Pero sobre el Duku nos referiremos luego.
Otra cuestión es que los Anunnakis en un principio parecen tener una función celeste al lado de An, aunque luego, y sin tener demasiadas explicaciones (tal vez por lo fragmentadas que se encuentran las tablillas sumerias), pasan a tener vinculación con el inframundo sumerio (Arali y Abzu).
Tal situación parece rememorar al génesis bíblico y sus ángeles caídos, descendidos a las mansiones infernales o prisión terrestre.
Samuel Noah Kramer falleció en 1990, y me pregunto,
Seguramente las hubiera 'desaprobado'...
No obstante, en 1964 el famoso asiriólogo vienés Adolph Leo Oppenheim publicó Antigua Mesopotamia - Retrato de una civilización muerta, que puso el tema Anunnakis nuevamente en la mira, aunque popularizados como los Anunnas.
Disparen contra Nibiru - Todos contra Sitchin
es Venus en el pasado según los antiguos egipcios y lo que sucedió es pasado. No hay tablillas sumerias que hablen de Nibiru, ¡no existen! Muchas personas durante años le pidieron a Sitchin que les señalara en qué tablillas sumerias están las referencias a Nibiru, pero él nunca les dio esta información. Además, el nombre usado en las tablillas documentadas para identificar el hogar original de los Anunnaki es Duku, que significa "el montículo sagrado". No tiene nada que ver con la palabra Nibiru. En cambio, los escritores de las tablillas sumerias hablan de la constelación Suprema, es decir, las Pléyades (como Mulmul)". Antoine Gigal Hathor y Nebheru, 2000.
y que según argumenta Zecharia Sitchin representa un antiguo mapa estelar evidenciando a Nibiru.
Cortesía: nbcnews.com
Sin dudas, uno de los pasajes más provocativos presentados por Zecharia Sitchin, y que más incordio provoca entre los investigadores, es su alusión a la existencia de Nibiru señalado como el planeta originario de los misteriosos Anunnakis.
En su libro Sitchin cita una antigua epopeya babilónica como sustento para su tesis, esquivando en su informe datos más precisos sobre la fuente referida.
No obstante cita si una referencia entregada por Thompson R. Campbell, un antiguo experto arqueólogo y asiriólogo británico, y que en 1900 presentó:
...donde Nibiru, según pude comprobar revisando su texto, es efectivamente citado, descrito como un planeta cuyo acercamiento es esperado como una gran bendición, y también de ciertos desarreglos cósmicos.
Pero quizás la evidencia más intrigante respaldando a Nibiru informada por Sitchin sea la del sello cilíndrico sumerio VA / 243.
Su primera traducción surge en 1940 a través del arqueólogo belga Anton Moortgat, y que actualmente reposa en el Vorderasiatis-che Abteilung, Museo del Estado de Berlín calculada su edad en 4.500 años.
Sitchin expone este sello cilíndrico indica una escena inédita de nuestro anterior pasado astronómico, ya que allí se retrata un sistema solar de doce planetas, siendo dos de ellos una incógnita, Tiamat (antiguamente localizado entre Marte y Júpiter junto a su satélite Kingu), y Nibiru.
Tras una colisión entre Tiamat y Nibiru,
Ahora bien, como dije existen algunos cuestionamientos por parte de especialistas, en cuanto a considerar Nibiru como origen de los Anunnakis.
Uno de ellos corresponde a la escritora e investigadora francesa Antoine Gigal, quién actualmente reside en Egipto, siendo además muy bien entrenada en lenguas orientales.
En el 2000 hizo público un interesante artículo, Hathor y Nebheru donde no ahorra críticas hacia Sitchin, ya que Gigal supone en realidad Nibiru no es otro que Venus, y que los egipcios conocían como Hathor.
Otro francés, el contactado conocido como Anton Parks, propone Duku como el lugar de residencia Anunnaki, tal como se desprende de la traducción entregada por Samuel Noah Kramer.
Parks, sin embargo, le da una vuelta no menos sorprendente a la idea de Sitchin, mencionando el Duku (la antigua colina primordial), residiría en el interior hueco de una brillante estrella del cúmulo estelar pleyadiano, llamada Maia.
Algunos de nosotros siempre hemos estado aquí, con ustedes, pero separados, observándolos y ocasionalmente guiándolos cada vez que surgía la oportunidad...
Hemos sido confundidos con los dioses de muchas religiones mundiales, aunque no somos dioses, sino sus propios semejantes, como aprenderán directamente antes de que pasen muchos años más". Extracto de Sun of the Sun, un artículo publicado por Alexander Blade
en la revista
Flying Saucer Review en 1947.
oculta a una contactada, además de estudiante esotérica de primer grado, y cuyo relato Sun of the Sun, publicado en 1947, sorprendió a Internet. Cortesía: newdawnmagazine
Intrigada, me decidí investigar, y tras algunas indagaciones conseguí rastrear la fuente original. Una primera pista me llevó a descubrir la identidad tras Blade, alias de Wilma Dorothy.
Debido a que Vermilyea escribió su ensayo para una revista dedicada a las historias fantásticas y de ciencia ficción, podríamos descartar su texto, sino fuera por algunas cosas.
En primer lugar, Sun
of the Sun fue por primera vez impresa en noviembre de 1947 a
través de Fantastic Adventures, dirigida por el célebre
editor Ray Palmer.
por la escritora y contactada 'Alexander Blade' mismo año en que publicara su misterioso artículo. Una profunda observación de la toma descubre un guiño Anunnaki. Cortesía: tellersofweirdtales / blogspot
resucitó el debate Anunnaki, aunque no sin controversia. Cortesía: antrophistoria.com
Ocurre en realidad nuestra Alexander Blade, retomando su alias, fue además de escritora una gran contactada, y como bien documenta Håkan Blomqvist había sido iniciada por un misterioso adepto tibetano durante 1930.
En un artículo escrito por Blade para la Borderland Sciences Research Associates, titulado Narrative of Occult Experience, y dado a luz en 1948, se entregan más pistas de su experiencia:
No puedo dejar de lado otro evento, su matrimonio con un ufólogo británico y a quién especialmente conozco por su dedicación a la temática subterránea, el estudioso William Francis Brinsley Le Poer Trench, octavo conde de Clancarty, y séptimo marqués de Heusden, quién además integrara la Cámara de los Lores.
Al parecer ambos formaron durante un tiempo un matrimonio muy particular signados por estos temas.
Se debe informar gracias a le Poer Trench que Blade consiguiera una reedición de su artículo en 1958, ya que él, fue director de Flying Saucer Review.
Pero volviendo al artículo de Wilma Dorothy Vermilyea, Sun of the Sun, la confusión en cuanto su vinculación Anunnakis se debe a la firma del artículo con ese término, y que la publicación original no tiene.
Más allá de esta picardía, Wilma Dorothy Vermilyea, aka, Alexander Blade, Millen Cooke, Millen Belknap, entre otros alias, revela un conocimiento de avanzada para su época.
El mismo año que se reeditara su misterioso artículo, 1958, Vermilyea logró capturar con su cámara un ovni, retratado en la zona de Vista, California.
¿Tal vez una señal Anunnaki?
Ya lo creo. Hasta Aquí...
Son los tiempos...
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