7 - Tecnología y Transformación
La conversación entre Maskull, un Terrícola, y Panawe, un Arcturiano, en la ficción fantástica de John Lindsay, Viaje desde Arcturus, subraya la controversia respecto a la naturaleza y el propósito de la tecnología, comprendida comúnmente como la extensión material de nuestro cuerpo y órganos de los sentidos.
Lo que consideramos como historia o como progreso histórico, es virtualmente sinónimo de la historia de la tecnología. Lo mismo podría decirse de la civilización. En verdad, la tendencia es reconocer, como índice de vida civilizada, el aumento de las comodidades de la criatura, mediante alguna forma de tecnología. En esta definición de las cosas está implícito un materialismo sutil y peligroso.
Pero, ¿qué relación tiene el aumento de la tecnología con
la genuina creatividad, o, con la espiritualidad?
Realmente, ¿es posible que
la trampa del desarrollo tecnológico radique en que nosotros creamos
un ambiente en el que todo lo que recibimos es la retroalimentación
de la limitada frecuencia de nuestros propios progresos ideados
artificialmente?. ¿Qué sucede si la trampa de la civilización es una
represión sensoria que reduce gravemente nuestra capacidad de
recibir nueva información?
En esta ecuación, el Factor Maya no sólo da razón de una descripción comprensible del término medio de la ecuación, sino también de la relación entre los términos primero y tercero, es decir, las pre- y post condiciones de la historia/tecnología.
Desde la perspectiva del
Factor Maya, la historia, que es la expansión exponencial de la
comunicación en forma de tecnología material, está contenida y es
función del rayo de sincronización galáctica de 5.125 años o 5.200 tun de diámetro. En verdad la tecnología, tal y como ahora la
conocemos y definimos, podría describirse literalmente como una
herramienta del rayo de sincronización.
Aparte del fuego y la piedra labrada, fue la agricultura la que avivó el imperativo tecnológico que seria acelerado por el rayo. A medida que entrábamos en el rayo, se fortalecían como ímpetus evolutivos dominantes, las tendencias hacia el progreso material, la especialización en los trabajos, la estratificación social y la expansión territorial.
La
perspectiva de la naturaleza, afianzada finalmente por la historia,
no es nada simbiótica, sino más bien de amo y esclavo.
Sin embargo,
exactamente más allá de la grandeza auto - destructiva y artificial
de la civilización global e industrial, se encuentra la consecución
del objetivo: una condición en la cual la aceleración del cambio
mira hacia la sincronización de la totalidad.
Al estar regido por el exaltado decimotercer rayo de pulsación, y marcado con el signo de AHAU, la presencia de la mente solar, este ciclo Katun iniciará el ascenso a la condición post-histórica, y por consiguiente post-tecnológica, en la cual el organismo humano “regresa” a su armonía simbiótica con la naturaleza. Entendido como el proceso del refinamiento espiritual humanó, de ningún modo puede interpretarse este regreso como un abandono de la civilización, sino más bien como el paso a una etapa más evolucionada de nuestra existencia.
A fin de que esta perspectiva no
sea interpretada como una fantasía utópica neo
romántica, revisemos la relación del armónico de onda de la
historia, con la armónica galáctica, y consideremos
el postulado fundamental del Factor Maya: Lo que la luz es a la
vida, eso mismo es el Tzolkin de 260 unidades al ADN de 64 unidades.
Desde la perspectiva del Factor Maya, la relación entre luz y vida no es una relación lineal o causal - primero es la luz y luego la vida - sino que es una relación en la que la vida es depositada en una matriz de posibilidades de energía radiante.
Esto es lo que se describe literalmente en el Tzolkin, en
donde las 64 unidades que representan el código ADN. Ocupan la reja
central correspondiente a las 32 unidades que están a cada lado de
la columna mística, acomodando el Telar Maya en su modelo de cruce.
Por analogía fractal, la etapa llamada historia,
por medio de la aceleración tecnológica imita esta función del ADN
como un eslabón entre dos niveles radiantes. En la proposición
radiogenética, el término “historia” representa una intensificación
en la capacidad del ADN para construir artificialmente
(tecnológicamente) puentes, y por entendimiento y consumación
simbiótico radiante, o sea la pre-historia, a otro, que es la
post-historia.
Aunque esto no se haga evidente hasta que el circuito se complete,
una vez que hayan sido recorridas las 64 unidades, digamos que se
ilumina todo el tablero. La iluminación del tablero se refiere al completamiento final del circuito de sincronización del ADN, que
corresponde a la fecha 2012 D.C.,
o sea 13.0.0.0.0., que es la entrada en la post-historia.
El mito define la
capacidad para producir una resonancia simultánea y multi-referencial, que funde a cada ser con cada ser; la historia es
la tendencia a limitar, medir, y materializar en una dirección
uni-referencial, que separa a cada ser de cada ser.
En contraste, para
la conciencia histórica, la luz que pasa a través de los árboles,
aunque para algunos representa un misterio, nos dice que ha llegado
otro día, y dependiendo de nuestras necesidades e intereses, no
preguntamos si necesitamos o no un abrigo o un sombrero, o si es o
no este un buen día para un baño de Sol.
La mente
histórica utiliza la experiencia como información que determina los
objetivos prácticos para la comodidad de las criaturas. Sin embargo,
el aspecto de la conciencia histórica que busca la comodidad para
las criaturas, es en realidad el efecto retroalimentario del impulso
del ADN para producir la tecnología. Por consiguiente, la conciencia
histórica no es sino uno de los productos de un más vasto proceso
tecnológico de conexiones, que nos mueven de una simbiosis natural a
otra, de un reino de la luz a otro.
En esta ecuación, el mito o la condición mítica es la capacidad de auto -sostenimiento del ADN para utilizar directamente la luz -el espectro de la energía radiante -para lograr sus fines. Por lo tanto, en la condición mítica, la resonancia psíquica entre organismo y energía radiante es directa, y proporciona nutrimento primario y realidad primaria.
Esta resonancia
depende de una capacidad sensitiva superior para la interacción
radiante a la cual a su vez intensifica. La experiencia de los
sentidos - ojos, narices, oídos, lengua, cuerpo -no sólo es
primaria, sino afinada con matices en tanto allegan información como
expanden el deleite. En esta condición, la necesidad de incitaciones
artificiales a los placeres, se convierten en obstrucciones para la
libre pureza de la experiencia sensoria en si misma.
Consecuentemente, la mayoría de los miembros individuales tienden a confiar en y a volverse adictos de la retroalimentación sensoria que depende únicamente de las extensiones tecnológicas artificiales, y de un medio ambiente igualmente artificial. Por esta razón, en el final remoto de la historia, en el que nos encontramos hoy, se ha obligado a la naturaleza a que compita con la televisión.
En las palabras de la canción de la Primera Guerra Mundial:
La intensificación histórica del ADN, que es la fase medida, acelerada, y sincronizada del rayo de 5.200 tun, es sólo una transición.
Sin embargo, al alcanzar su objetivo de la relación totalmente tecnológica con el cuerpo huésped, hay una merma en los receptores sensorios, una inmersión de los sentidos en sus propios lazos de retroalimentación artificial. Si ha de completarse el circuito, hay una profunda necesidad de volver a despertar los campos sensitivos, para que recuperen sus propias facultades naturales.
Como todo el mundo lo sabe, no es cosa fácil romper esos
lazos de dependencia artificial. El hundimiento de un indivi duo en
esos lazos, es lo que define el comportamiento neurótico y de
adicción. El hundimiento de un organismo colectivo en esos lazos,
define la parálisis del paradigma. En esto radica el drama de
nuestro tiempo, es decir, la tensión que acompaña la transformación
que va desde la aceleración hasta la sincronización. Afortunadamente
la tierra es una ayuda en este difícil proceso.
La aceleración tecnológica de la
intensificación del ADN producido tecnológicamente, a lo que
llamamos historia, y que culmina en el deterioro sensorio que
presagia un Armagedón; es paralela al propio campo variable de la
tierra. No somos nosotros únicamente autores de nuestra experiencia,
sino que somos actores en un campo galáctico amplificado, cuyo
personaje principal es la misma tierra.
Y, sin saberlo, a medida que los creyentes en el paradigma dominante han intensificado su propio entendimiento de las cosas -limitado materialmente, e inventado mecánicamente la madurez resonante de la Tierra ha escapado cada vez más a la atención de la mentalidad regente. Pero esto tiene poca importancia, porque consciente o inconscientemente, todos los organismos miembros de la Tierra han estado elaborando el cuerpo luminoso del planeta.
El paso a través del rayo de sincronización de
5.200 tun, hasta ahora ha sido el momento culminante del viaje
galáctico de Gaia, desde el primigenio desprendimiento del Sol hasta
la formación del cuerpo luminoso de radiación consciente. Muy poco
hacen los subordinados humanos por comprender lo cerca que están al
momento en que el tablero genético de su realidad se convierta en el
luminoso designio del destino galáctico.
Por eso Platón describió la
Tierra con una semejanza a un globo de cuero cosido con doce pedazos
diferentes, creando un dodecaedro, es decir, 12 pentágonos, cuyas
caras se cubren mutuamente. Los vértices que hay entre las doce
piezas pentagonales definen la estructura del cuerpo resonante de la
Tierra a medida que las emisiones de la frecuencia alcanzan la
superficie.
Por supuesto, esta reja es sostenida y reformada por la actividad de la placa tectónica, por los cambios variables en la Tierra y en la atmósfera, y por las fluctuaciones Solar y galáctica, activadas en el campo electromagnético de la misma Tierra.
Sin embargo, anclada en los
polos, y amplificada a veces por cambios para nosotros
imperceptibles e imprevistos en el programa galáctico, la pulsación
continua de la reja forma lentamente la infraestructura del cuerpo
luminoso del planeta.
La agitación continua
del organismo humano, que se hace evidente en rutas marítimas,
caminos empedrados, rutas de la seda, murallas imperiales, vías
férreas, vías transitables, rutas aéreas y radares, amplificaron, y
finalmente oscurecieron la continua pulsación de la reja. Para
terminar, con poca conciencia con relación a los nexos invisibles de
la Tierra, en los puntos nódicos fueron construidos templos,
zigurats, pirámides, catedrales, pagodas, mezquitas, palacios,
edificios de parlamentos, aeropuertos y plantas de energía.
Esta intensificación de la frecuencia señala hacia una estabilización inminente en una alta frecuencia, por medio de un movimiento de contra-spin, que ocurre justo antes de la salida del rayo de sincronización.
En verdad, las señales retroalimentarias que preparan el contra-spin, el Soltarse de la
“historia”, que corresponde al regreso a la post-historia - ya han
sido recibidas en forma de radioactividad nuclear, perturbación
industrial de la atmósfera, y un desatinado bombardeo
electromagnético.
Pero si usted lo hace girar en sentido contrario a las manecillas
del reloj, éste se detendrá lenta y desarmónicamente, y luego
comenzará a girar en sentido de las manecillas del reloj. El paso de
la Tierra a través del rayo de sincronización es análogo a un giro
en sentido contrario a las manecillas del reloj. A medida que el
spin en sentido contrario llega a un alto, hay un aumento en el
balanceo, y entonces se presenta un efecto estremecedor, y después
de una pausa, comienza un spin más congruente y armónico en la
dirección de las manecillas del reloj.
Esto se experimenta inicialmente como una crisis, una crisis en la que los propietarios del paradigma dominante están ciegos. Aunque los dueños actuales del poder científico y materialista creen que el mundo es así porque ellos así lo han hecho; en realidad ellos están desempeñando papeles que fueron especificados por la fase de onda armónica, de la que la era actual es una función.
La creencia que ellos tienen respecto al
mundo, la creencia dominante aprobada y aceptada pro las
instituciones gobernantes del actual orden mundial, es lo que define
el paradigma dominante.
Entre 1874 y 1953 fue colocado el techo electromagnético de la casa mental en boga. Finalmente, entre 1953 y el momento actual, que es la era del impulso de la humanidad y sus pruebas de inteligencia sensoria -artificiales en el “espacio exterior”, comienza la disolución interna de esta casa mental.
En este aspecto, debe recordarse que la
noción de cambio del paradigma, fue introducida primero por Thomas Kuhn en 1964.
Sin negar la validez psíquica de muchas personas que han tenido encuentros del tercer tipo, aquí definimos a los OVNIS corno organizadores del campo unificado; una descarga inteligente de energía radiante, psíquicamente activa y programada galácticamente, que al mismo tiempo es atraída y emanada por el cuerpo etérico y resonante de la Tierra.
Se les define como organizadores del campo unificado, porque ellos son una manifestación del campo resonante unificado e intrínseco de la Tierra. Ya que este campo está realmente en una resonancia galáctico-Solar, los OVNIS también operan en conjunto con los armónicos de este campo. De hecho, sus “operaciones” son por completo una función de los armónicos resonantes.
Así, los veloces
cambios de dirección atribuidos a los OVNIS, son debidos a los
cambios en la alineación del sobretono armónico.
Mientras tanto, los OVNIS continuaron acompañando la era de los ensayos nucleares masivos, y con el radar, la televisión, la radio y las radiaciones de micro-ondas, todo el campo electromagnético del planeta entró en un período de disonancia excesiva. El cuerpo etérico o luminoso del planeta al ser intensificado por este “bombardeo”, aumentó sus señales a través del campo morfogenético.
Al despertar estas señales vino un interés
renovado por los fenómenos psíquicos, OVNIS, drogas psicodélicas,
comunicación entre especies, y el movimiento ecológico.
El uno fue el
descubrimiento del así llamado rostro de Marte, el 25 de julio de
1976, que fue ocultado oficialmente, y el otro las señales altamente
regulares de Miranda, la luna uraniana, como también la inclinación
polar orientada hacia el Sol, y el campo electromagnético de Urano,
que es errático e inadmisiblemente intenso.
Mientras continuaban las investigaciones que intentaban ubicar con exactitud la “falla tecnológica” que contribuyó al desastre del Challenger, los tres siguientes lanzamientos espaciales de la NASA explotaron todos, poco después del lanzamiento. Como si no fuera suficiente, el vehículo espacial europeo “Ariadna”, también explotó luego del lanzamiento.
Todo esto sucedió entre fines de
enero y mediados de mayo de 1986. ¿Qué estaba sucediendo?.
Hablando con la voz de los eventos, cuyos orígenes y
efectos escapan a la conciencia moderna, el núcleo resonante de la
Tierra, al estar a tono con la armonía galáctica, está preparándose
para una convergencia armónica: Y esta convergencia armónica es el
punto en el que el contra spin de la historia llega finalmente a una
suspensión momentánea, y comienza el aún imperceptible spin de la
post-historia.
Todo lo que quedará será la disolución de los
fundamentos, o sea la roca sólida del materialismo científico que
sostiene la exclusividad y superioridad del hombre en el universo.
Mientras tanto, los contra efectos de la nueva casa mental, actuando
a través de la reja de resonancia intensificada del cuerpo luminoso
terrestre, por primera vez se manifestará como el impulso hacia un
momento unificado de sincronización colectiva, es decir, la
Convergencia Armónica.
La acción de los colectivos locales - o sea la
acción de los microorganismos - actuando a través de la
armonización con el conocimiento de que el propósito no es una
posesión individual, se convertirá con toda seguridad en las cuentas
ensartadas de la intención unificada sobre el sistema de la reja
planetaria.
En este cambio se disolverán los fundamentos de la casa mental estampada con los nombres de Descartes, Newton, Galileo, y Copérnico.
Agitándose aún más profundamente a través de la conciencia de una minoría despierta de la raza humana, sucederá la realización de una mayor fuerza resonantemente atractiva; empezará a manifestarse una síntesis suprasensible de la mente y la naturaleza, con la que no se había soñado hasta ahora.
La experiencia de la realidad como una matriz unificante una combinación sina-estética de los sentidos, efectuada a
través de la experiencia sensoria de la luz y del sonido -
proporcionará las primeras capas vibratorias para los fundamentos de
la nueva casa mental.
El tránsito a la post historia comenzará a medida que el clímax y el fracaso de la tecnología perteneciente a la, antigua casa mental se hagan cada vez más evidentes, obviamente con algunas dificultades y desafíos, y en medio de los efectos caóticos del antiguo orden político y económico.
Y al mismo tiempo que la nueva casa mental esté colocando sus fundamentos, será desmantelada la estructura pesada, inerte y químico-mecánica de lo antiguo. Esta actividad sincrónica -la formulación de lo nuevo y la limpieza y purificación de lo viejo - será la única fuerza impulsora, a medida que vaya entrando el Katun final 1992-2012 D.C.
Conocida como la Campaña por la Tierra,
lentamente tomará forma la aparición de una sociedad planetaria,
operativa a nivel local, intercomunicada y unificada psíquicamente,
surgiendo en el año 2012 como un plan evolutivo de inteligencia
interactiva universalmente.
Imaginemos que somos, no extra, sino supra-terrestres que estamos examinando las fluctuaciones resonantes del planeta Tierra.
Nuestro medio de inspección es el tablero radiogenético de 260 unidades, o sea el Tzolkin. Nuestro punto céntrico está sobre las 260 unidades centrales. Inscritos dentro de esta matriz de 64 unidades se encuentran el código y el plan de juego del destino humano, que forman el camino más allá de la tecnología. A causa del diseño del modelo de flujo binario, el Telar Maya, esta matriz de 64 unidades, es llamada “Zona de Cruce de Polaridad”.
En otras palabras, así como la característica principal del ADN es un modelo de doble hélice, por el cual se crea un camino para el cruce de información de una corriente molecular a la otra, así el modelo del Telar Maya puede concebirse como el cruce de un lado a otro de la columna mística central de los dos flujos simétricos que comprenden el modelo de activación galáctica. El movimiento de este modelo de cuatro unidades a la derecha y a la izquierda de la columna central, es lo que define al campo simétrico de 64 unidades.
El “tablero” de 64 unidades, es la matriz genética de la transformación que unifica a todas las 260 unidades del Tzolkin.
Lo que queda del Tzolkin, fuera de las 20 unidades de la columna mística, de valor neutro, se reduce a 144 unidades de un cuerpo de energía radiante de cuatro fases, y a 32 unidades de un cuerpo simétrico y cristalino de ocho partes.
La totalidad de los doce campos del Tzolkin (cuatro de energía radiante y ocho de simetría cristalina) contienen el código de información que describe cómo es el resplandor pre y post-genético del desarrollo galáctico. Por supuesto, el decimotercer campo del Tzolkin está en el centro y representa al ADN. Moldeando la fórmula pre- y post-tecnológico que define a la historia, el ADN es la matriz transformadora que mantiene unidas las fases primordial y sintética de la activación energética radiante y cristalina.
Por su posición central en la matriz, la función del ADN
es vitalizar todo el modelo de activación galáctica. Como fractal
del conjunto galáctico y de la geometría del mismo ADN, la función
de la tecnología/historia, es la de vitalizar igualmente los
campos de energía radiante que definen la pre- y la post-historia.
Este modelo, fijado por las catorce unidades de activación galáctica a ambos lados de la columna mística, describe la infraestructura vibratoria no sólo del ADN, sino del cuerpo luminoso universal. Al imprimirse holonómicamente en los niveles celular, de organismo individual, planetario, solar, y galáctico, esta infraestructura vibratoria también puede interpretarse como la matriz estructural que sostiene el armónico de onda de la historia, a medida que ésta pasa del rayo de sincronización de 5.200 tun.
Sin la activación del
flujo en dos sentidos durante el paso a través del rayo de
sincronización, no podría ser elaborado el cuerpo luminoso del
planeta. Este flujo en dos sentidos es el Zuvuya, la procedencia y
regreso al Hunab Ku, núcleo galáctico.
La activación consciente de la reja terrestre, desde su núcleo resonante hacia su cubierta electromagnética exterior, es holonómicamente paralelo a la activaci0n del ADN, que construye la historia y produce la tecnología. En verdad, la tecnología es el andamio que rodea a la reja etérea del planeta.
Al mismo tiempo, puede decirse
igualmente que la amplificación galáctica de la reja resonante del
planeta, es lo que define al movimiento llamado historia.
Como se demostró en La Tierra en Ascenso, esta reja de 64 unidades puede ser superpuesta sobre el cuerpo planetario. La línea horizontal divisoria corresponde al Ecuador.
La línea vertical a mano izquierda corresponde al meridiano que pasa a través de la gran pirámide en Egipto, unos 30 grados al oriente de Greenwich.
La numeración de las
64 unidades de acuerdo al modelo numérico del cuadrado mágico del 8,
ideado por Ben Franklin, es lo que define al modelo real del
movimiento que une al tablero genético.
Ya que estos 64 números
del código ADN también corresponden a los hexagramas del
I Ching, el
paso de la historia a la post-historia está marcado por el paso del
hexagrama 48, el Pozo, al hexagrama 49, Revolución. Pero esta es una
"revolución sin armas”; es una revolución por la Tierra y para la
Tierra.
Una vez que la aceleración pase la sincronización, la -convergencia armónica - la frecuencia armónica aumentada del campo planetario se traduce en una aceleración que es casi intemporal. El resultado es una compresión del “tiempo, a través de la etapa del cuarto final del tablero genético.
La terminación en el número 64, contiguo al 1, que es la
unión de Alpha y Omega, corresponde al paso desde el rayo de
sincronización 13.0.0.0.0., año 2012 D.C.; a los Nuevos Cielos, a la
Nueva Tierra, y a la entrada en la sincronización galáctica.
Sí,
Habiendo sido como aún lo son los antiguos mayas, viajeros cósmicos, no podemos presumir de que conocemos sus capacidades para lo que podríamos llamar viaje interdimensional, ni sus procedimientos.
Ciertamente, los chamanes de [as zonas montañosas guatemaltecas, los guardianes del día como se les dice, conservan la tradición, el conocimiento que enlaza el relámpago de la sangre, al flujo armónico de la sabiduría galáctica, y unos pocos como Humbatz Men y Domingo Paredez, traducen para nosotros dicha sabiduría, mientras que aún hay otros que se unen a los curanderos de América para una última descripción del paso entre los mundos.
Pero estos son los
remanentes, los pocos nobles que conservan encendido en sus
corazones el faro de una incomprensible intemporalidad.
Si el Tzolkin es una pista, una carta
cósmica dejada para un planeta de humanoides, ¿hay otras pistas en
otra parte de nuestro sistema Solar?.
Es misterioso el hecho de que el rostro esté mirando
directamente hacia los cielos, y deja la inmediata impresión de que
fue construido precisamente para aquellos que, como nosotros,
estaban cometiendo desatinos en el universo con nuestro orgullo que
conquista la naturaleza, y con instrumentos sensorios lanzados en
cohetes.
Misteriosa porque la escultura fue propuesta 29 años antes de la prueba del Viking, en 1947 - el año de los OVNIS - por el artista nipo-americano Isamu Noguchi. Las coincidencias - sincronicidades de la clase más profunda - implícitas con relación al rostro de Marte y la La Escultura que Ha de Ser Vista Desde Marte, ideada por Noguchi, son demasiado vastas como para que la mente racional las comprenda, demasiado grandes como para que un pequeño libro del materialismo científico las entienda, y demasiado inescrutables para estar contenidas en la mezquina red de la doctrina del “no predominio de humanoides en el Universo”.
Pero desde dentro del código resonante de los mayas,
maestros de luz y viajeros galácticos, sincronizadores del fractal
de onda que moviliza moléculas, construye planetas de acuerdo al
mismo índice,
el rostro de Marte y de La Escultura que Ha de Ser
Vista Desde Marte; ¡sí! y el chevrón y las marcas ovales de Miranda,
la luna uraniana, son todos lo mismo: nodos de un tejido
intergaláctico resonante, activados sólo por una mente bastante
sabia para despojarse del antiguo paradigma, y aceptar el nuevo en
términos incondicionales.
¿Cuándo?
Bien, muy seguramente el último de los 52 Katunes de activación galáctica, de 1992 al 2012 D.C., el Katun notificado como el 13 AHAU, el número más exaltado, el signo de la Maestría Solar. Pero aún en el presente cercano su retorno es inminente porque pronto llega el momento en que de la vuelta la onda generada en 1519 por el caudillo cristiano Hernán Cortés.
Aquel instante corresponde a los días 16 y 17 de agosto de 1987. La llamada Convergencia Armónica de los días 16 y 17 de Agosto de 1987, kin 1863022 y 1863023, es el primer punto de entrada para el regreso de los mayas, y es una especie de Tollan planetario temporal, en cuyo momento su presencia será percibida por algunos como una luz interior, y por otros como ruedas irisadas de serpientes emplumadas que giran en el aire.
Acompañando el cambio de frecuencia resonante, volverán a entrar en
la atmósfera las formas de la onda luminosa de Quetzalcóatl.
En medio del espectáculo, la celebración y la urgencia, se disolverá
la vieja casa mental, activando el regreso de las memorias e
impresiones arquetípicas, que durante largo tiempo estuvieron
dormidas. Sincronizado con el descenso de la nueva casa mental, este
“regreso” de los recuerdos e impresiones correspondientes a las
actuales estructuras arquetípicas colectivas, saturará el campo y
creará el impulso hacia el nuevo orden y el nuevo estilo de vida.
Porque el mito no es menos real que la historia. Y lo que se llama imaginación es la función de la estructura resonante llamada mente. ¿No es a esta misma mente nuestra, a la que hacemos responsable por la ciencia y por el mito?. Porque en el Zuvuya Maya, el suceso mental, la memoria, y el suceso real, son todos nodos de un mismo circuito.
La que algunos podrían llamar geometría sagrada, y otros psicología profunda, son unificadas por ser informados por las mismas estructuras resonantes.
A este respecto, Platón y Pitágoras, Goethe y Jung se cuentan entre los mayas, como también lo son todos aquellos que acepten realmente la doctrina de la armonía, en cualquier forma en la que ésta les haya sido transmitida. El regreso Maya, que es la Convergencia Armónica, es la re-impregnación del campo planetario con las experiencias arquetípicas, armónicas del conjunto planetario.
Esta re-impregnación se efectúa a través de una precipitación interna, a medida que la energía psíquica, reprimida durante largo tiempo, rebosa sus canales.
Y entonces, como aprenderemos otra vez, todos los arquetipos que necesitamos están ocultos en las nubes, no tanto como poesía, sino como depósitos de energía resonante. Esta energía arquetípica es la energía de la activación galáctica, corriendo a través de nosotros de un modo más inconsciente que consciente.
Al actuar en frecuencias armónicas, la energía galáctica busca naturalmente aquellas estructuras que estén en resonancia con ella.
Estas estructuras corresponden a los impulso bio-eléctricos que
conectan los campos sensorios a reales modos de comportamiento. Los
impulsos están organizados en estructuras “geométricas” primarias,
que se experimentan a través del medio ambiente cercano, ya sea que
se trate del ambiente de nubes vistas por el mero ojo, o de la
imponente pulsación de un “quasar” percibido con la ayuda de un
radiotelescopio.
Entonces el pasado, lo olvidado y, aún “lo que ha de venir” se harán conscientes. El “regreso” es realmente una toma de conciencia de lo que ha estado almacenado, y al mismo tiempo es un aumento de conocimiento. Veremos que los eventos que el antiguo paradigma se negó a reconocer, se han transformado en formas de temor en nuestra mente.
En aquel nuevo instante de visión, la Convergencia Armónica, ya no conoceremos el temor. Porque en la conciencia está la luz. Esto es lo que se quiere dar a entender con el regreso de Quetzalcóatl.
Para otros, este momento será el de la visión de las ruedas irisadas de la serpiente emplumada que giran en el aire -144,000 como fue anunciado por la profecía del Zuvuya. En combinación con la condición natural de las cosas en ese momento, brotará un nuevo fervor en aquella criatura desgraciada, “el hombre del siglo veinte”.
Mediante este fervor, descenderá una señal que
sacará de la matriz una Campaña por la Tierra, que es la oportunidad
para la auto redención humana.
Como un giroscopio que ha llegado a un balanceo temporal, y
luego vuelve a estabilizarse, así la Tierra, una vez más en su ruta,
trazará su onda elíptica alrededor del Sol. Inspirada e iluminada
como una conciencia movilizada en resonancia consigo misma, y dentro
de las paredes de membranas del sistema Solar, la Tierra estará tan
solo a una sincronización de la entrada a
la Federación Galáctica.
Y no sólo eso, sino que muchos humanos también aprenderán que ellos expresan variaciones de la misma impresión. La membrana común poseerá el planeta una vez más.
En medio del regreso de recuerdos e impresiones, los principales serán los del Rey Arturo y el reino de Shambhala. La resonancia arquetípica clama por un círculo, por una mesa redonda de doce Caballeros y un Rey -de nuevo el trece mágico -para restaurar el Reino de Avalon. Avalon es la Tierra, y el Reino es nuestra regencia resonante y consciente sobre esta hermosa Tierra. Como un clan comprometido en la guerra, los Caballeros de la Mesa Redonda renacerán como la voluntad, para movilizarse y sacrificarse en beneficio de la causa de la Tierra, que es la causa de la luz.
Todo
verdadero guerrero está ligado por el servicio a la luz.
Sus habitantes, inspirados en las
enseñanzas de la
Kalachakra Tantra, la Rueda del Tiempo que
recibieron de sus Reyes, todos ellos obtuvieron una condición de
iluminación colectiva, y por eso ya no fueron visibles en la Tierra.
Este regreso se efectuará con la liberación de un arquetipo conocido como los Guerreros de Shambhala. El propósito del regreso es establecer el Reino de Shambhala en la Tierra. Pero entonces, ¿cuán diferente es este del regreso de Avalon, de los mandatos de Cristo referentes a la entrada en el reino de los cielos, o del regreso de Quetzalcóatl para restaurar un nuevo reino de trece cielos?
Cada variación arquetípica se enhebra
como una cuenta de la percepción interior respecto al Zuvuya de los
mayas. Como una resonancia múltiple, el mito abre sus puertas a una
realidad que es profundamente inter-dimensional.
Y nos encontraremos como mayas planetarios, poseyendo una tecnología espléndidamente sencilla y sofisticada, basada en el apareamiento de las frecuencias solar y psíquica, que armonizan la “proporción de los campos sensitivo?
Creando una tecnología no contaminante, nos permitiremos subsistir confortablemente en pequeños grupos bio-regionales enhebrados conjuntamente como nodos de información, en un sistema de comunicación que finalmente ha descartado los alambres. Y por último, valiéndonos de los ratos de ocio a los que nos ha adaptado nuestra genética, colectivamente llegaremos al conocimiento como si fuésemos una sola persona. Y en ese conocimiento, nuestra vida pasará a formar parte de una vida más grande.
El misterio de lo desconocido, que siempre ha estado
haciéndonos señas, por la luz contenida en su interrogante, nos
expandiría a otros niveles del ser y del conocimiento no imaginados
por el ego que se ha consumido en la lucha de la antigua casa
mental.
A través de la sincronización, esta transformación nos mostrará que con toda nuestra utilería bio electromagnética, y con la programación galáctica del cuerpo de luz, somos nosotros mismos, los mayas que han regresado, quienes somos en nuestros propios cuerpos la mejor y más sofisticada tecnología que existe somos el camino más allá de la tecnología.
EL GRAN SELLO DE LA FEDERACIÓN GALÁCTICA
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