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			11. ARCTURO, 
			LA ESTRELLA PASTORA DEL SÉPTIMO PODER
 
 LO QUE NUESTRO LOGRO SIGNIFICO PARA LA FEDERACIÓN fue un sistema estelar más en la zona experimental 
			había sido auto-domesticado. Nuestra auto-domesticación, tal como resultó, fue 
			crítica. El conocimiento del placer de los Heteróclitos era una 
			línea del ser galáctico tejida profundamente a partir de la fuente 
			primigenia.
 
			  
			Ese conocimiento del placer era vital 
			para los intereses de la Federación, pues el "problema" en Velatropa 
			surgió de experimentos con el libre albedrío que abusaron del 
			sentido del placer y reemplazaron el placer natural con la culpa y 
			el castigo. Ciertamente, razonó la Federación, se podría corregir 
			algo de esta situación enviando a los Heteróclitos arcturianos en 
			una sonda sensorial única en su género. 
			Domesticar la barbarie y las densas historias kármicas de Velatropa! 
			Qué desafío!
 
			  
			Enfrentar las crudezas ruines y hedonistas de Atlantis, 
			combatir a los demonios propiciadores de la muerte de Amertopia, 
			vencer de una vez por todas a los vampiros de Alfa Centauro. Y hacer 
			todo eso, no por ningún medio obvio de intervención, sino a través 
			de demostraciones de conocimiento sensorial - sutiles infiltraciones 
			del sistema nervioso galáctico, dejar improntas de patrones 
			artísticos a deshora y a hurtadillas, dejar caer diluciones de nodos 
			de memoria del dragón en el tiempo de los sueños del sueño 
			inadvertido de los cuerpos vegetales. ¿Qué nos había obstaculizado 
			hasta entonces? Nada. No había razón para detenernos ahora. 
			Como poder estelar del séptimo poder, nosotros los arcturianos 
			poseemos capacidades únicas. Vuestra estrella, Helios/Kinich Ahau, 
			es potencialmente un poder estelar del sexto poder. La diferencia 
			entre ambos poderes no es de magnitud sino de función. Cuando 
			nosotros hablamos de poderes estelares-sensoriales, recuerden que la 
			galaxia es la Madre, un organismo viviente de inconcebible poder y 
			capacidad para el placer. Las estrellas son los fogosos puntos 
			microscópicos en los órganos de la Madre, que pulsan entre sí olas 
			de excitación y placer. Pero el placer no es una cualidad 
			individual, monótona. El placer es múltiple, y posee muchos niveles 
			y formas de estímulo - más de lo imaginable.
 
			En su empeño por catalogar a sus miembros en una forma coherente 
			para recordarlos fácilmente, 
			
			la Federación Galáctica descubrió el 
			principio de las magnitudes estelares-sensoriales. Basada en el 
			emparejamiento de los planetas, la magnitud de sentido estelar 
			corresponde en realidad a un punto en la progresión de la excitación 
			y la liberación de energía que acompaña las pulsaciones orgásmicas 
			de la Madre Galáctica. En concordancia con la magnitud 
			13-dimensional del Gran Radión Estelar Central del Hunab Ku, la 
			Federación descubrió que existen por lo menos trece diferentes tipos 
			de sentidos estelares, y quizás también tantos como veintiséis.
 
			Pero aún en esto los archivos de la Federación se tornan vagos. 
			¿Corresponde esa información solamente a un lado de la galaxia? 
			¿Estamos actualmente en medio de una "inhalación" galáctica en la 
			que los sentidos estelares aguardan en fila para una gran exhalación 
			de "radión" orgásmico, la substancia de la energía que llamamos 
			fuerza-g? ¿Es el propósito de nuestra Sonda ayudar en la preparación 
			de la red de nodos de sentidos estelares en nuestro cuadrante, y 
			específicamente en el sector de Velatropa, para esa gran liberación 
			de radión?
 
			Aunque no tenemos manera de confirmarlo, esta línea de pensamiento 
			confirma nuestras propias inclinaciones heteróclitas. Como hemos 
			visto, con bastante frecuencia la disposición mental es karma, y 
			karma es destino. Cuando se involucran en algo para lo que carecen 
			de respuestas, su actitud afectará siempre el resultado. Por lo 
			tanto, harían mejor en desarrollar una actitud positiva!
 
			  
			En cuanto a 
			nosotros, sentimos que esa disposición ha significado una inmensa 
			ayuda para conducir a nuestra Sonda hasta donde se ha desarrollado. 
			En cualquier caso, saber que nosotros, los Heteróclitos de Arcturo, 
			poseemos un poder de séptimo sentido estelar, nos ha proporcionado 
			ribetes precisos para cultivar artísticamente los confines de 
			vuestros indomados poderes imaginativos. Como ven, el séptimo 
			sentido estelar es aquél que confirma la posibilidad de recibir 
			cualquier clase de información o experiencia sensorial, y 
			sintonizarse con ella. De este modo, el poder de séptimo sentido 
			estelar es el poder de la resonancia universal.
 
			Esa es la razón de que nosotros los heteróclitos seamos 
			particularmente eléctricos. Crujimos con aliento erótico. Sentimos 
			hormigueo en las expectantes terminaciones nerviosas. Enviamos 
			voltios de placer iridiscente a través de los centros corporales. 
			Pero todo eso lo hacemos con la máxima ceremonia y magia. Y por 
			detrás del majestuoso, impenetrablemente azul Escudo galáctico de la 
			Magia, resplandecemos con la desconcertantemente seductora luz 
			violeta de la trascendencia sensorial!
 
			Debido a que somos un poder estelar-sensorial, también somos de 
			cardinal importancia. La forma de onda encantada de la creación 
			galáctica es una medida de trece kin. Esta onda encantada, que mide 
			el tiempo, es también un índice estelar-sensorial. El poder del 
			séptimo sentido estelar posee su posición sin paralelos de 
			sintonización universal resonante precisamente porque se halla a 
			mitad de camino entre la primera magnitud y la décimotercera. Esto 
			nos permite desarrollar cualquier medio para extender nuestra sonda 
			artística y sensualmente con el propósito de despertar al 
			conocimiento galáctico a través del placer.
 
			Es también por ser un poder del séptimo sentido estelar que somos 
			llamados una estrella pastora. Únicamente el poder del séptimo 
			sentido posee el entendimiento ecuánime de toda la forma de onda 
			encantada de trece unidades de la creación galáctica. Como un pastor 
			que, sentado en la cima de una colina, cuida a todas sus ovejas, así 
			nosotros, los heteróclitos de Arcturo, nos situamos en la cima del 
			domo emisor de púlsares de Ur-Arc-Tania (ahora internalizado en 
			nuestro ser), para cuidar y reunir a nuestras estrellas vecinas 
			mientras pacen en las pasturas experimentales del sector de 
			Velatropa.
 
			Eleven la vista hacia el cielo nocturno y encuéntrennos allí, más 
			allá del asa de la Osa Mayor. Brillante y constante, nuestra vigilia 
			está allí para que nos conozcan, para que podamos retornar a nuestra 
			antigua estrella, que fuera recta.
 
 
			
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			12. 
			PROCESIONES DEL CONOCIMIENTO SENSORIAL
 
 A FIN DE COMPRENDER nuestro método operativo y el funcionamiento de 
			nuestra Sonda, permítannos referirles puntos culminantes de nuestra 
			primera misión y ejercicio de la puesta en escena de las 
			“procesiones del conocimiento sensorial.”
 
			Una vez que la guardia de avanzada de los Analógicos Meta-Arcturianos 
			se liberó de sus círculos de cuerpos vegetales enraizados 
			profundamente dentro de las colinas color de lavanda de Arcturo 
			Exterior, tejió su camino hacia Aldebarán para su reconocimiento 
			sensorial. Aldebarán fue escogida porque, de acuerdo con informes de 
			la Federación, su inteligencia había virado en una dirección alejada 
			de los Luciferinos que dominaban la mayor parte del resto del sector 
			de Velatropa. Ya que se trataba de nuestra primera misión, es 
			natural que quisiéramos un blanco fácil.
 
			El sendero marcado a fuego por los Analógicos Meta-Arcturianos abrió 
			realmente un circuito de zuvuya entre el CSR de Arcturo y el de 
			Aldebarán. Una vez abierto ese circuito, podría pasar la información 
			en la forma de nodos cristalinos de memoria, entre los dos sistemas 
			estelares.
 
			Nuestras observaciones nos mostraron un sistema notablemente similar 
			al nuestro, aún más semejante que nosotros al Ancla Resplandeciente. 
			Siguiendo la fórmula número de planetas emparejados más estrella es 
			igual a tipo estelar-sensorial, Aldebarán poseía el potencial de 
			transformarse en un poder del octavo sentido estelar. Nuestra tarea 
			era señalar en cuál de los 14 planetas se pondría en práctica 
			nuestra sonda. Es un laborioso esfuerzo, pues involucra las más 
			delicadas y sutiles penetraciones del campo mental, requiriendo la 
			constante armonización de nuestros esfuerzos con las texturas 
			psíquicas nativas.
 
			Lo que descubrimos en la cuarta órbita planetaria de Aldebarán fue 
			un punzante punto de entrada. Este planeta, conocido localmente como 
			Atlantesia, había servido de refugio-jardín para seres de diversos 
			otros planetas de Aldebarán, donde algún tipo de travesura o agravio 
			había vuelto inhabitables a esos planetas-anfitriones originales.
 
			Ni siquiera en Arcturo podíamos recordar un cuerpo celeste más bello 
			que Atlantesia. Un grupo de elementos perfectamente equilibrados en 
			su cuerpo electromagnético hacía que, diariamente, una andanada de 
			nubes iridiscentes descendieran filtrándose en grandes formas 
			semejantes a dragones, sólo para disolverse a corta distancia de las 
			rocas vegetales o las aguas color púrpura de los vastos océanos de 
			Atlantesia. En verdad, la sola contemplación de este planeta desde 
			cualquiera de sus dos lunas, nos deslizaba a agudos coros de memoria 
			cósmica.
 
 Atlantesia tan aseada, ¿Cuán oculta está tu maquinaria de guerra?
 
 Eso es lo que aprendimos acerca de ese sorprendentemente precioso 
			planeta, la joya de Aldebarán. Su inteligencia, una raza más que 
			nada similar a la nuestra, era mantenida bajo servidumbre por un 
			perverso grupo de criminales que continuamente propalaban al 
			populacho sus formas de pensamiento con imágenes aterradoras de 
			mutilación y tortura.
 
			Con el fin de “ayudar” al pueblo a eludir esas imágenes aterradoras, 
			ese mismo grupo criminal ofrecía formas de contra-pensamiento con 
			máquinas pródigas cuya intención era otorgar poder a los que 
			carecían de él. Tales máquinas podían ser “compradas” con sólo 
			aceptar algo así como un número de serie que podía usarse en una 
			lotería para ganar créditos. Esos números de serie eran retenidos 
			por el cártel secreto y utilizado para rastrear al populacho 
			entero. De vez en cuando, a modo de cortina de humo, el cártel 
			secreto fomentaba una guerra entre diferentes clanes atlantesianos.
 
			Nuestra impresión era que, en realidad, el cártel secreto estaba 
			utilizando al CSR planetario sin que éste lo supiera. Además, entre 
			los muchos clanes atlantesianos, estaban los que comprendían la 
			naturaleza general de su situación. Entre estos grupos se contaban 
			los Asesinos de Dragones, el único grupo que había sido capaz de 
			soportar la amenazante andanada de formas de pensamiento emanadas 
			del cártel criminal.
 
			Ocultos dentro de profundos nichos montañosos en las regiones del 
			polo sur de Atlantesia, los Asesinos de Dragones eran feroces, aún 
			cuando predominaba en ellos un tierno afecto que nosotros 
			reconocíamos como propio.
 
				
				“¿Es la tendencia heteróclita tan universal?”, nos preguntábamos al 
			tiempo que admirábamos y apreciábamos la terca vigilancia de ese 
			grupo.  
			Fue así que practicábamos un buen número de nuestras técnicas 
			de encantamiento del sueño, incluyendo la encarnación estratégica. 
			En una generación más, se produjo algo así como un renacimiento 
			entre los Asesinos de Dragones. Allí donde nunca antes hubo 
			filósofos, surgió entre ellos un filósofo de nombre Memnosis. Así, 
			este Memnosis expuso la noción de que Atlantesia no sólo poseía un 
			núcleo viviente, el mini-CSR, sino que por entonces ese núcleo era 
			mantenido cautivo por el secreto cártel gobernante anónimo. 
			Valiéndose de las longitudes naturales de onda del CSR, el cártel 
			era capaz de permear el planeta con formas de pensamiento 
			contradictorias, negativas, que mantenían a la inteligencia del 
			resto de Atlantesia en cautiverio.
 
			Fue idea de Memnosis que, cultivando el cuerpo eléctrico cuatri-dimensional, 
			un grupo selecto de Asesinos de Dragones podrían apoderarse del CSR, 
			barrer con el cártel secreto, e insertar pautas de información 
			sensorial positiva en las longitudes de onda planetarias.
 
			Tras diversos intentos, Memnosis perdió la vida.
 
			  
			Pero, como sucede 
			con frecuencia, Memnosis era más grande como mártir que como ser 
			viviente. Muy rápidamente, entonces, los Asesinos de Dragones 
			tuvieron éxito en su misión. Su hora de triunfo fue, realmente, la 
			puesta en escena de una procesión de conocimiento sensorial. De ahí 
			en más, formas reprimidas de fragancias eróticas, sincronizadas con 
			el flujo y reflujo de patrones de nubes iridiscentes, renovaron la 
			vida de Atlantesia. En una generación más, los Atlantesianos estaban 
			unificados. Aprendiendo por sí mismos formas de cabalgar el púlsar, 
			los Atlantesianos prepararon lanzamientos para asistir a otros 
			planetas del sistema de Aldebarán. 
			Sabiendo que el Hunab Ku alimenta el CSR de cada nodo estelar con 
			programas ecualizadores respecto de la naturaleza diversa aunque 
			uniforme de la vida galáctica, nuestro inicial reconocimiento y 
			sondeo de Aldebarán llegó a su fin. Nunca sospecharon los Atlantesianos que habían sido el objeto de la primera misión de la 
			Sonda de Arcturo. Ese fue nuestro triunfo.
 
			  
			Supimos que Aldebarán se encontraba así 
			en un sendero inevitable y que, tarde o temprano, nos reconoceríamos 
			mutuamente en los consejos interestelares de la Federación 
			Galáctica. 
			  
			
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 13. LA RECOMPENSA: MOLDEADO DEL ORACULO DEL ENCANTAMIENTO DEL SUEÑO
 
 INICIALMENTE, NUESTRA PRIMERA SONDA PARECIÓ MANTENER UN PERFIL BAJO. 
			Habíamos actuado con cuidado - o así lo pensamos. Pero noticias 
			provenientes de la Federación señalaban su gran placer ante nuestros 
			esfuerzos.
 
			  
			El entusiasmo creció entre nuestras 
			filas. La osadía que una de nuestras esporas sensoriales, Memnosis, 
			manifestó para encarnar y de hecho morir por la Sonda, pareció 
			impresionar como una novedad singular a los mayores de la 
			Federación. Al mismo tiempo, nos advirtieron que no debíamos 
			transformar semejante sacrificio en una práctica habitual. 
			Citados por el consejo para asuntos interestelares de la Federación, 
			los Analógicos Meta-Arcturianos recibieron palabras de encomio - y 
			una recompensa. Layf-Tet-Tzun, el mayor entre mayores de Alcione, el 
			mago andrógino de la alta corte de la magia, hizo una de sus raras 
			apariciones y dio a nuestras líneas de avanzada una recompensa: el 
			don del arte de moldear un encantamiento del sueño.
 
			Ahora bien, desde los días más tempranos del cabalgar el púlsar, 
			habíamos tenido indicios del encantamiento del sueño - no como 
			oráculo, pues de oráculos sabíamos poco, sino como una aplicación 
			del entrenamiento o magia de la mente. Es decir, si uno puede entrar 
			en otro por medio de una simple forma de pensamiento, ese otro se 
			embarcará con uno en la forma de pensamiento, y eso es lo que 
			constituye un encantamiento del sueño. Todo amor romántico es un 
			encantamiento del sueño.
 
			  
			Todas las más altas variantes de la pasión 
			a las que somos conducidos por nuestras inclinaciones eróticas, 
			también las percibimos como encantamientos del sueño. 
			Pero entonces llegó a nosotros Layf-Tet-Tzun, entró en nosotros, y 
			conocimos sus pensamientos. Tomando en cuenta el tema, sus 
			pensamientos fueron pronunciados con simplicidad y claridad 
			asombrosas:
 
				
					
					La galaxia es una intersección 
					de diferentes dimensiones implotada en un todocoherente. Este todo coherente es una extensión proveniente 
					desde adentro del
 núcleo central, ampliándose a través de todos los sentidos. 
					Las dos principales
 cualidades que cohesionan la intersección galáctica son 
					tummo-kundalini
 
					(vehemencia generada internamente) y telepatía 
					(comunicación-conocimiento omni-abarcadores).
 
 Habéis aprendido a confiar en estos heteróclitos arcturianos 
					y a usarlos bien en
 muchas situaciones diferentes y difíciles. No sólo eso, sino 
					que habéis reunido
 la vehemencia generada internamente y la telepatía en un 
					sendero de total libre
 albedrío. Practicáis la firme verdad en forma inseparable 
					con el amor incontrolable,
 
					sin perder de vista la meta de la trascendencia 
					universal.
 De ese modo, habéis abierto para vosotros los portales del 
					encantamiento del
 sueño. Pero ¿qué es el encantamiento del sueño? Sí, es cómo 
					amar y elevar el
 amor hasta la siguiente octava, como bien sabéis. Pero el 
					encantamiento del sueño
 es también el sistema de la magia elevada, la magia de los 
					domadores de planetas
 y de los ecualizadores kármicos.
 
 La verdadera magia es el poder que tiende un puente entre 
					las dimensiones.
 Debido a ello, la verdadera magia puede ser sistematizada y 
					usada en ocasiones
 específicas. Poner de manifiesto la verdadera magia, el 
					encantamiento del sueño
 que conecta las dimensiones, es el poder del oráculo. El 
					oráculo es aquél que
 habla. Pero ¿quién y qué habla? Preguntadle al cristal.
 
					El cristal responde: “De la serpiente que da vueltas, el 
					círculo se forma; del círculo
 que se forma, todas las formas florecen. El círculo es 
					extraído de la mente. La
 mente es auto-existente, la vacía raíz del tiempo. Kin es la 
					medida del tiempo, y
 el tiempo es el manantial entonado del ser. Extraed de la 
					mente el círculo y sabed
 sabed que toda magia está ligada por la ley del kin. Por la 
					ley del kin, ningún
 
					encantamiento puede ser moldeado fuera del poder del círculo. 
					Dentro del círculo,invocad los poderes entonados del kin. Invocar y transmitir 
					telepáticamente los
 
					poderes entonados del kin es moldear un encantamiento. Para 
					moldear un encanta-miento del sueño desde dentro del círculo, invocad los 
					poderes entonados de acuerdo
 con las proporciones de la forma de onda del púlsar. Hablad 
					desde las proporciones
 de esos poderes empapados de púlsares y os habréis 
					transformado en el Oráculo del
 Encantamiento del Sueño. Para mantener y retener los poderes 
					del oráculo, enviaos
 a vosotros mismos a través de mi forma, la forma más allá 
					del tiempo del cristal.”
 
			En el lugar de la forma de Laif-Tet-Tzun 
			había un poderoso cristal.  
			  
			Este cristal estaba fuera de nosotros, 
			pero - al mismo tiempo - estábamos envueltos por el cristal. Dentro 
			del cristal, centellando en un azul profundo, y asimismo atravesados 
			por llamas y pasajes iridiscentes, nos hallamos como en muchas 
			sendas. Arremolinadas nubes de luz envolvían intersecciones de 
			brillante color, volviendo a separarse para revelar arquitecturas de 
			sonidos y elevados ápices de castillos que giraban y giraban, 
			alcanzando infinitas alturas, y aún así manteniéndose dentro del 
			Cristal Maestro. 
			En este torrente de plenitud sensorial, encontramos el cuerpo 
			cristalino de Memnosis. Puro, como una fría espada llameante, su ser 
			traspasó el nuestro hasta que nos fusionamos en uno solo. En esta 
			fusión, muchas técnicas y códigos del encantamiento del sueño fueron 
			revelados a nosotros, los Analógicos Meta-Arcturianos. Comprendimos 
			que con esas técnicas y códigos podríamos moldear encantamientos y 
			quebrarlos, pero únicamente de acuerdo con las limitaciones de la 
			inventiva de nuestro propio cabalgar el púlsar.
 
			Satisfechos por la naturaleza y calidad de esta experiencia 
			cristalina, emergimos repentinamente desde dentro del cristal. El 
			cuerpo cristalino de Memnosis aún se hallaba entre nosotros.
 
			  
			Fue entonces que Memnosis convocó a la 
			tabla redonda , la reunión de los kin galácticos.
 
			
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			14. UNA TABLA REDONDA DEL ESCUDO GALACTICO AZUL DE LA MAGIA
 
 UNA TABLA REDONDA DEL ORDEN GALÁCTICO AZUL del Escudo de la Magia 
			difícilmente sea un acontecimiento ordinario, aún para standards 
			arcturianos. Esta asamblea fue convocada por Memnosis. Su propósito 
			era moldear un Oráculo del Encantamiento del Sueño para la próxima 
			misión de la Sonda de Arcturo.
 Dentro del domo cuatri-dimensional del satélite de la intermedia del 
			radión estelar central entre Arcturo y el Ancla Resplandeciente, se 
			reunieron los cuerpos eléctricos.
 
			  
			Entre los seres reunidos se encontraban 
			ya unos pocos selectos de Aldebarán, la fuerza de élite de los 
			Asesinos de Dragones. Con miradas de profundo pero silencioso 
			reconocimiento, nos ubicamos entre ellos. Las festividades habían 
			comenzado. 
			Entre las luces pulsantes y rotativas, y las parpadeantes imágenes 
			lanzadas desde el núcleo del satélite del CSR - el caldero, como lo 
			denominábamos -, nuestras formas espectrales entremezclaron y 
			entrelazaron unas a través de las otras los eróticos filtros que 
			excitaban el conocimiento mutuo más profundo. El frágil equilibrio 
			de la intimidad y la inocencia mantenidas durante todo ese festejo 
			amoroso, nuestra primera tabla redonda, nos alentó inmensamente.
 
			Una vez que hubimos alcanzado el máximo nivel de regocijo y 
			apasionada intensidad, se anunció el motivo de la asamblea. Hora de 
			moldear el Oráculo del Encantamiento del Sueño, hora de invocar “la 
			voz.”
 
			  
			Silencio.  
			  
			Y luego escalofriantes, imponentes cascadas de 
			sonido cada vez más triunfante, impresionantemente poderoso, 
			insoportablemente atronador. Y luego un silencio aún mayor, más 
			profundo y restallante, como si nuestro ser hubiera sido arrancado 
			desde su núcleo y arrojado desnudo al palpitante espacio que nos 
			aunaba. 
			Entonces, desde el caldero, núcleo saturado de radión del satélite 
			del CSR, surgió la voz oracular:
 
				
				“Queréis conocer vuestra próxima 
				misión, pero eso es tonto. Para conocer vuestra próxima misión, 
				debéis saber de dónde provenís. Si sabéis de dónde provenís, 
				entonces un escudo que muestre de dónde provenís es todo cuanto 
				necesitáis. La misión se presentará por sí misma. El escudo os 
				protegerá recordándoos vuestros orígenes.”  
			Silencio.  
			  
			El oráculo había hablado. H 
			  
			umo 
			coloreado, relampagueantes rayos de luz y exóticas fragancias 
			quedaron suspendidas en densa expectativa. 
				
				“Un escudo debéis tener y un código 
				en ese escudo, para que todos puedan conoceros y a vuestras 
				intenciones,” el oráculo habló otra vez.
 
				“Tal como la Orden Galáctica Azul 
				posee el Escudo de la Magia, así vosotros debéis poseer vuestro 
				escudo, hijo del Escudo de la Magia. Para conocer ese vuestro 
				escudo y su naturaleza, moldead el Oráculo del Encantamiento del 
				Sueño y extraed sus runas.” 
			Memnosis, quien había moldeado el 
			oráculo, quien hablaba su verdad, extrajo la runa. Lamat, la 
			estrella, fue la runa.  
			  
			La estrella de la elegancia de cuatro puntas, 
			rodeada nuevamente por cuatro círculos en perfecto equilibrio entre 
			sí y las cuatro puntas de la estrella. Cuatro puntos, cuatro 
			círculos, un índice de ocho recordatorios. Ocho, el número código de 
			la octava, la armónica galáctica, la integridad de la mente misma. 
			Siendo de un poder estelar del séptimo sentido, el ocho de la runa 
			estelar nos recordó la siguiente magnitud, y Aldebarán, nuestra 
			primera misión. 
			Luego, a cada uno de nosotros de los Analógicos Meta-Arcturianos, 
			nos fue dado un escudo. Este escudo es y no es como aquéllos que les 
			son familiares por sus propias historias. La forma de nuestros 
			escudos, como los suyos, es redonda, imitando el círculo primigenio 
			de la magia. Sin embargo, nuestros escudos no son densos como los 
			suyos, sino que es una “urdimbre” de sustancias electro-espectrales. 
			Esas sustancias contienen información codificada, conocimiento 
			curador, encantamientos para ser disparados telepáticamente.
 
			Si alguno de estos detalles les suenan conocidos, ello se debe a que 
			nosotros somos su otra historia. Pero esta otra historia, conocida 
			solamente por algunos magos a los que ustedes no han olvidado, sólo 
			puede ser totalmente revelada mediante la recuperación de su propia 
			telepatía.
 
			  
			En nuestra Sonda, sólo hacemos una 
			simple pregunta: ¿Qué es lo que deben superar con el fin de 
			recuperar su telepatía? 
			  
			
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 15. MEMNOSIS: LA 
			PERDURABILIDAD RECORDADA
 
 YO SOY MEMNOSIS, y éste es mi relato. Yo soy originalmente 
			“nosotros,” como todos somos “nosotros.” Ninguna espora sensorial de 
			pasión perdurable es menos que un grupo de múltiplos amantes del 
			placer. Nuestros nombres todos son palabras código, sílabas líricas 
			pensadas para ser cantadas en canciones que relatan nuestra 
			inclinación a la belleza.
 
			  
			Debido al nombre Memnosis, la voz se 
			transforma en “yo.”  
			  
			Memnosis significa “en condición de 
			recordar.”  
			  
			Pero ¿quién es el que recuerda? 
			Como heteróclito arcturiano, miembro de los Analógicos, estaba 
			adiestrado en el arte del desplazamiento. Es decir, mientras mi 
			cuerpo vegetal permanecía enraizado en su banco del domo de erotismo 
			hibernado familiar, mi cuerpo eléctrico acicateado por la curiosidad 
			aprendía a aumentar su placer duplicando mi cuerpo vegetal en 
			ambientes apropiados. Posteriormente llegamos a denominar a esta 
			aptitud cambio de forma: la capacidad del cuerpo vegetal para estar 
			en por lo menos dos lugares, de inmediato.
 
			Este cambio de forma es análogo al moldeado del encantamiento. Al 
			moldear un encantamiento, se produce un intercambio telepático de un 
			tiempo por otro o, más precisamente, de un kin por otro equivalente. 
			Los kin equivalentes para el moldeado del encantamiento se extraen 
			de uno de los innumerables universos paralelos. A estos universos 
			paralelos accedemos a través de uno cualquiera de los numerosos 
			dientes de engranaje que irradian del núcleo de la fuerza-g.
 
			Al núcleo de la fuerza-G se accede en el ahora. El ahora carece de 
			historia; ¿por qué deberíamos nosotros tenerla? En lugar de una 
			historia, el ahora está equipado con un núcleo de fuerza-g con 
			dientes radiales. Este núcleo es una construcción mental 
			interdimensional. Se puede acceder a él en el ahora con la correcta 
			combinación de intención focalizada y atención desfocalizada. Esto 
			abre los nodos del placer del cuerpo vegetal, en tanto un espasmo 
			eléctrico simultáneo activa el cuerpo eléctrico cuatri-dimensional.
 
			A este cuerpo eléctrico aprendimos a llamarlo 
			
			holón. En su función 
			sintetizadora de placer, el cuerpo eléctrico reúne todos los 
			sentidos del cuerpo vegetal en una experiencia de ejecución total. 
			Tan placentero como es salir de la “piel” del cuerpo vegetal 
			experimentando orgasmos, la simplicidad y síntesis producidas por la 
			experiencia orgásmica completa requiere una palabra para ese máximo 
			de totalidad y simplicidad: holón.
 
			De acuerdo con sus necesidades de placer, el cuerpo vegetal que 
			accede al núcleo excitará el holón para explorar varios de los 
			universos paralelos. En una ola de éxtasis, el sistema nervioso del 
			cuerpo vegetal será inundado por una liberación de 
			
			engramas con 
			engranajes radiales que ustedes conocen como déjà vus. Para 
			nosotros, el déjà vu es la indicación unificadora de que ya estamos 
			disolviéndonos de vuelta al núcleo, el ahora, y entonces volvemos a 
			prestar atención.
 
			El punto de tal refinada actividad es volverse completamente 
			recordado en uno mismo, a uno mismo, por uno mismo. A este proceso 
			aprendimos a describirlo como memnosis, pues en la memnosis la 
			condición de recordar es también la denominada perdurabilidad. Sin 
			perdurabilidad, ningún universo paralelo podría ser explorado, no 
			podría acontecer ninguna sucesión múltiple de excitación 
			dimensional. La Sonda quedaría como un sueño imposible.
 
			Al conocer la perdurabilidad, alcanzamos una condición similar a la 
			noción que ustedes tienen de inmortalidad. Pero la palabra 
			“inmortalidad” no transmite nada del inquieto momentum que nuestra 
			condición de perdurabilidad conlleva. En la perdurabilidad, que es 
			una recordación constante, no hay nada más que la impulsora espiral 
			del tiempo que nos expulsa hacia condiciones cada vez más novedosas 
			de conciencia y desafío!
 
			Mediante la perdurabilidad, una espora sensorial como nosotros los 
			heteróclitos arcturianos ha evolucionado hasta hacerse capaz de 
			múltiples transmigraciones hacia múltiples mundos, no como un 
			organismo simple sino múltiple. Y, de la misma manera, una espora 
			sensorial totalmente iluminada que cabalga sus olas de 
			perdurabilidad es capaz de múltiples encarnaciones en múltiples 
			mundos paralelos simultáneamente.
 
			Yo, que les estoy diciendo esto, lo sé, pues soy Memnosis, el 
			labrador de la condición del recuerdo, el que recuerda la 
			perdurabilidad.
 
			Por tal motivo, acompañé a los Analógicos Arcturianos en su primera 
			expedición a Aldebarán. En Aldebarán nos encarnamos nuevamente en 
			una sola entidad. Del múltiple yo retorné al Uno, y al retornar a 
			ese Uno, trascendí la naturaleza binaria de la condición arcturiana 
			del ser.
 
			Como Memnosis, me transformé en el heteróclito fundamental. Me 
			transformé en el solitario peregrino a quien se le pide el 
			auto-sacrificio, teniendo como víctima el temor de la muerte y con 
			anhelos no resarcidos, que son para aquél que ha sido entregado en 
			pro de este acto de heteroclitismo en soledad. Generación tras 
			generación de magos se reproduce a partir de ese complejo anhelo.
 
			  
			Mientras haya un solo mago, en el puesto 
			estelar más alejado de la galaxia, seré invocado y recordado por el 
			nombre Memnosis: oráculo de la perdurabilidad.  
			  
			
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 16. RELATO DE MERLIN: CO-PARTICIPACION DEL TIEMPO ENTRE LOS ARBOLES 
			DE PROCYON
 
 EN PROCION, QUE SE YERGUE COMO UN CAN ante el majestuoso Sirio, al 
			menos según se lo observa desde vuestros benignos cielos, el consejo 
			de los magos convocó a su primer círculo. Aún para vosotros, enanos 
			del tiempo del ciclo del carbono de la era de la renovación de 
			Kinich Ahau, la palabra “mago” retiene cierto sentido de poder 
			honorífico y respeto mundano.
 
			  
			Si al menos pudierais despojaros de 
			vuestro enraizado autoengaño - el temor de la muerte -, entonces 
			podríais comenzar nuevamente a apreciar el verdadero poder contenido 
			en vuestra noción de “mago.” 
				
					
					Antes de que el águila pueda 
					volar,El mago debe pintar el cielo matutino;
 Cuando el águila esté en el cielo,
 El mago debe situar las estrellas en lo alto;
 De la raíz a la corona el árbol del mago
 Da hojas y frutos para liberaros.
 
			Esta es mi historia, mi relato, tomado 
			de las hojas parlantes de los perdurables árboles de Procyon. Yo soy 
			Merlín. Nacido de los árboles de Procyon, el detonante pimpollo de 
			una Sonda Arcturiana, invocación de la canción del corazón del sabio 
			Memnosis, yo soy Merlín. 
			Mi historia comienza mucho antes de que vuestros escribas y 
			trovadores siquiera hubieran oído mi nombre. Mucho antes de que los 
			círculos de piedra fueran erigidos y los antiguos templos tallados 
			en las profundidades acuosas de los fondos de vuestros océanos, mi 
			presencia anduvo majestuosamente por los acogedores acantilados y 
			paredes montañosas. Y precisamente mucho después de que vuestro 
			último trovador suspire su última canción, habrá de erguirse mi 
			espectro, infinito y multiplicado, desde el interior de las leñosas 
			arboledas de vuestro planeta, pues yo soy Merlín, y ésta es mi 
			historia.
 
			A continuación de la tabla redonda de Memnosis en la estación 
			satelital del CSR, un pequeño contingente de esporas sensoriales 
			analógicas se reunió en círculo, sus escudos recientemente 
			concedidos ostentando la cimera de ocho estrellas de Arcturo. Entre 
			esos Analógicos que exponían sus escudos se encontraba Memnosis, 
			Arcturiano entre Arcturianos.
 
			Cuando Memnosis hubo dispuesto el último escudo, se elevó el grito:
 
				
				“Que se adelanten las esporas 
				sensoriales!” 
			Así, en esa primera tabla redonda, quedó 
			conjurada la trama de la próxima Sonda, en medio de las guirnaldas 
			de luz fumífera y haces de aromáticos pensamientos.  
				
				“Procyon en el 
			centro de Velatropa! Sus elementos son salvajes y confundido está en 
			el caos!”, proclamó el oráculo.  
			La esfera de luz en nuestro centro 
			rotó más y más rápidamente. Imágenes, rayos telepáticos, entidades 
			de formas extrañas aunque familiares aparecieron y se disolvieron en 
			rápida sucesión. Crecieron las olas de excitación. 
			Entonces, desde el corazón de Memnosis estallaron emanaciones en 
			grandes rociadas de caracteres y escenas panorámicas. Cegador, el 
			torbellino de formas vitales alcanzó su crescendo orgásmico.
 
			  
			Obscuridad. Olvido momentáneo. Vuelo mágico. Alas de fuego sin 
			cuerpo. Visiones de luz, sin ojos para ver.  
			Entonces fue que yo mismo llegué, desperté y entré en el ser. Ahí 
			estaba yo, dentro de un árbol, un gigantesco tronco en crecimiento 
			de venas y pulpa nutricia. Yo, Merlín, engendrado desde dentro de un 
			árbol. Apartándome del árbol, desembarazándome de sus costras y su 
			corteza, sus enredaderas y hojas, sus raíces y ramas impregnadas de 
			hongos, me sentí en una recién descubierta forma corpórea vegetal. 
			Memnosis no era sino un vago recuerdo. Cómo había llegado ahí era un 
			recuerdo más vago aún. Pero allí, esmaltado en mis ojos cuando los 
			cerré para buscar interiormente algún indicio, allí en el pasadizo 
			óptico obscurecido de mi presencia, estaba el escudo de Arcturo. 
			Resplandeciendo en azul y violeta, el escudo pulsaba en mi visión 
			interior.
 
			  
			Entonces comprendí. 
			Procyon nunca había sido domesticado. Varias misiones luciferinas 
			habían alcanzado un rápido final en los planetas interiores de 
			Procyon, víctimas de “inscripciones” químicas mal calculadas. Y sin 
			embargo ya había algo más allí. Y yo estaba aquí con eso, yo que 
			había llegado a la existencia a partir de una emanación del corazón 
			de Memnosis.
 
			  
			Como Memnosis, yo ya no era plural, sino singular. Y el 
			nombre en mi lengua era el nombre que yo mismo sabía que era: 
			Merlín.  
			La condición en que me encontré tras haberme separado del árbol era 
			maravillosamente inocente y plástica. Sólo me bastaba pensar, formar 
			una imagen mental, y ésta surgía a la existencia. Cuando me di 
			cuenta de que el poder de mi pensamiento podía lograr que las cosas 
			sucedieran, comencé a tomar gran cuidado de lo que pensaba.
 
			Simplemente porque había deseado un lugar cómodo para descansar, una 
			torre de grandes bloques cristalinos de mármol arcturiano de color 
			lavanda saltó a la existencia para satisfacer mis necesidades. 
			Entrando en esa torre, encontré su escalera de caracol y lentamente 
			ascendí sus 208 peldaños. Justo después del último peldaño había una 
			especie de puerta. Apenas la empujé giró en sus goznes con un 
			atronador ruido seco. Adentro había algo semejante a un laboratorio 
			o taller. Los rincones era fríos y obscuros. Las paredes parecían 
			ser de alguna sustancia transparente o traslúcida. Murmullos de 
			muchos seres llegaron a mí mientras observaba cómo las paredes 
			ascendían y descendían, se alejaban y se aproximaban, como los 
			aparejos de un telar.
 
			Sin esfuerzo, me pareció que me elevaban y colocaban en varias 
			posiciones en diferentes secciones de la cámara. Con cada posición 
			que mi cuerpo tomaba, aparecían paneles enteros de luz y registro 
			mental, cada uno completamente único en cualidad y contenido. Se me 
			ocurrió que las posiciones y movimientos eran órdenes telepáticas 
			deliberadas de otros Analógicos, dondequiera estuviesen. 
			Ciertamente, no estaban en Procyon.
 
			Pero tan pronto pensé en ellos, un gran círculo de esporas 
			sensoriales apareció a mi alrededor: el consejo de magos. Pero en 
			este punto debéis entender qué queremos decir con mago. Pues esto es 
			lo que supimos en ese momento de transformación.
 
			Un mago es un mayor de Procyon, una emanación del corazón de 
			Memnosis, la perdurabilidad recordada. Un mago se atiene a diversos 
			códigos y poderes arcturianos. Primero y ante todo, el mago se 
			atiene al código de refinar y limpiar los ojos del corazón, para que 
			el amor pueda estallar puro desde el espejo que refleja la bendición 
			espiralada de la serpiente.
 
			Podéis pensar que hablamos crípticamente, poéticamente. Pero no: 
			frotaos los ojos nuevamente, escuchad más cuidadosamente con 
			vuestros oídos. Escuchad el viento soplando en los árboles de 
			vuestras colinas y valles coronados de estrellas. ¿No es allí donde 
			habréis de hallarnos a nosotros, las voces de Merlín? Porque así 
			sucedió en el mundo perdido de Procyon, donde la inteligencia y la 
			belleza están depositados en una floresta de árboles siempre 
			cambiantes.
 
			Entonces nosotros los magos, con el poder otorgado por mí, Merlín, 
			el primero en dejar el árbol, nos atenemos a nuestras leyes, a 
			nuestros conocimientos, y estos conocimientos debemos llevarlos a 
			los mundos perdidos para que puedan ser hallados nuevamente. 
			Escuchadnos, porque poseemos la lengua del dragón. Nuestra 
			constancia liga el espíritu a todas las cosas. En nuestro núcleo 
			atemporal, somos los transformadores de la muerte y los que 
			recuerdan la perdurabilidad. Nuestros mundos y encantamientos 
			mágicos abren los corazones y revelan las verdades de la lealtad. 
			Con el cetro del Espejo de Cristal, mostramos a cada uno que lo 
			requiere el orden afinado de su propia verdad reflejada.
 
			Ningún planeta puede elevarse a la exaltación de su destino sin 
			invocar el círculo primigenio de los magos. Dentro de una esfera de 
			cristal, en ese círculo, está sellado el conocimiento del mago. Lo 
			que el mago lleva en su corona es más que estrellas. Dentro de esa 
			corona, puntiaguda e infinita, están guardados todos los 
			encantamientos. Para hallar un mago, encuentra un árbol.
 
			  
			Pues desde los árboles de Procyon moldeé 
			un encantamiento, que en cada árbol que crece aguarda un mago para 
			expresar su verdad.
 
			
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			17. 
			ESTRELLAS GEMELAS Y TRAGEDIA EN ALFA CENTAURO
 
 EL EXPERIMENTO DE MEMNOSIS era - conjuntamente con su progenie 
			radiogenética, Merlín y los círculos de magos, y según nuestra 
			opinión - un par de notables excepciones a la naturaleza arcturiana 
			y su código de ética.
 
			  
			No obstante, como acabaríamos 
			comprendiendo, esas excepciones abrieron puertas hacia reinos que 
			ni una sola espora sensorial entre nosotros hubiera sido capaz de 
			predecir. Esos reinos de experiencia, habríamos de descubrir, 
			desafiaban nuestra natural composición como esporas, haciendo que 
			nos abriésemos a senderos cada vez más amplios de evolución jamás 
			soñados en nuestros idílicos estados de trance en la lejana Ur-Arc-Tania. 
			Como pueden haber inferido, nosotros los heteróclitos de Arcturo 
			poseemos una naturaleza binaria o gemela. Esa es la razón de que 
			estuviéramos tan preparados, en nuestros originales planetas gemelos 
			de Ur-Arc-Tania Mayor y Menor, para nuestra labor como domadores de 
			planetas. Es muy difícil transmitir a quienes carecen de una 
			naturaleza binaria lo que significa estar naturalmente “gemelizado.”
 
			  
			Pero como lo expresó uno de sus propios 
			filósofos, “La unidad es plural y, como mínimo, dos.” 
			Baste decir que cuando Memnosis resolvió encarnar como una entidad 
			simple en una situación genética en la que no se producen gemelos, 
			la puerta quedó abierta hacia caminos de encarnación solitarios y 
			sin gemelos. El efluvio radiogenético que llegó a ser conocido como 
			Merlín no fue sino una prueba más de la nueva dirección evolutiva: 
			evolución solitaria, sin gemelos, de la inteligencia - pero con 
			peligros y riesgos latentes, para cuyo manejo estábamos mal 
			equipados debido a nuestra naturaleza binaria.
 
			Nuestra naturaleza apasionada se debe a que somos binarios. Lo que 
			ustedes denominan hombre y mujer están registrados dentro de la 
			estructura binaria del cuerpo vegetal. La diversidad de nuestros 
			órganos externos es lo que mejora nuestros actos amorosos, los que 
			se vuelven así internamente recargados debido a la estructura 
			binaria del código de nuestro ser. Como esporas, carecemos de 
			miembros para la locomoción tal como ustedes los conocen. En cambio, 
			todos nuestros órganos o partes externas sirven a diversos modos de 
			estimulación sensorial, erótica.
 
			En tanto ésa ha sido la línea preferida para la evolución de cuerpos 
			vegetales en Arcturo Exterior, no era la única forma evolutiva que 
			tenía lugar en la galaxia. La opción de Memnosis fue un punto de 
			inflexión. A partir de entonces, las configuraciones kármicas y las 
			posibilidades agitadas por la estructura y naturaleza solitarias 
			habrían de eclipsar cada vez más nuestro ser binario original.
 
			Como habíamos aprendido despaciosa, pacientemente, los órganos de 
			los sentidos condicionan las percepciones, y las percepciones 
			proporcionan las construcciones a partir de las cuales se teje 
			mentalmente la realidad. Cambien los órganos de los sentidos y 
			cambiarán las percepciones; cambien las percepciones y toda la 
			“película” cambiará. A partir de ahí, un corolario devastador: 
			Lanzando las percepciones a través de una “película” no 
			necesariamente ajustada a la frecuencia de los órganos de los 
			sentidos, se podrían alterar los órganos mismos.
 
			Estas consideraciones eran apenas vagas en la mente de los 
			heteróclitos analógicos mientras seleccionaban como blanco de la 
			próxima Sonda al sistema estelar gemelo de 
			
			Alfa Centauro. A Memnosis 
			lo habíamos dejado partir en una nueva misión, a Formalhaut, 
			mientras Merlín permanecía en Procyon. Naturalmente, para el resto 
			de nosotros, esporas sensoriales siempre auto-excitables, la primera 
			noción había sido de que un sistema estelar gemelo como Alfa 
			Centauro sería perfectamente adecuado para que lo sondeáramos con 
			nuestra naturaleza binaria.
 
			Al monitorear ese sistema bi-estelar con la ventaja de estar en 
			nuestros capullos de espacio-tiempo, experimentamos fenómenos 
			altamente y hasta violentamente contradictorios. Según parece, 
			elementos de la estrella A de Alfa Centauro procuraban ejercer un 
			control de una terrible especie sobre elementos de la estrella B. Se 
			hacía difícil obtener información pues los campos electromagnéticos 
			de ambos sistemas se hallaban en alto grado de flujo.
 
			Cuando finalmente conseguimos alguna orientación sobre el asunto, la 
			situación se veía así. Una cultura de cuerpo vegetal de baja 
			calidad, pero inteligente, había tomado el control de los cuatro 
			planetas de Alfa Centauro A. Otro contingente de formas de vida, más 
			eléctricamente orientado que los de la estrella A, había intentado 
			llevar a la práctica el enajenamiento de los seis planetas de Alfa 
			Centauro B.
 
			Celosos del gran número de planetas en Alfa Centauro B, la cultura 
			de cuerpo vegetal de baja calidad de Alfa Centauro A había optado 
			por encontrar la manera de colonizar Alfa Centauro B. La idea era 
			que, con más planetas, la población podría expandirse y lograr una 
			mejor chance de desarrollar mayor diversidad. Sin embargo, cuando 
			los de Alfa A se enfrentaron a las entidades más eléctricamente 
			cargadas pero con motivación relativamente menor de Alfa Centuaro B, 
			se maquinó una nueva estrategia: Esclavizar a los de Alfa B y usar 
			su energía como medio para prolongar la breve vida de los cuerpos 
			vegetales de Alfa A.
 
			Esta (para nosotros, espantosamente repugnante) forma de vampirismo 
			se hallaba en plena carrera, cuando finalmente comprendimos qué 
			estaba sucediendo en realidad en este malhadado sistema de estrellas 
			gemelas. Elementos avanzados de nuestra Sonda deliberaron acerca de 
			qué tipo de encantamiento del sueño se debería aplicar, qué tiempo 
			paralelo debería ser evocado para interceder y volver la situación 
			hacia la meta de la libertad sensorial y la liberación mental.
 
			Se creó una interfase congruente con el entretejido mental de los de 
			Alfa B, con la intención de excitar en ellos su vasta pero latente 
			capacidad para la co-participación del tiempo. Tan pronto como los 
			de Alfa B comenzaron a responder al influjo de los nuevos, 
			imaginativos engramas, golpeó la tragedia. En el mismo momento en 
			que estaban conectándose y creando un canal de elevada conciencia, 
			grandes y horrorosas tormentas eléctricas surgieron de la nada. En 
			un instante, la faz de uno de los planetas de Alfa B se transformó 
			en chatarra carbonizada, mientras que otro cambió de curso, sólo 
			para acabar explotando en todas direcciones.
 
			Aterrados por lo que había sucedido, y suponiendo que era el 
			resultado de nuestra propia experiencia, un número de esporas 
			descendieron al planeta carbonizado para investigar. Tal era la 
			ansiedad y la consternación de las esporas investigadoras ante esa 
			escena de destrucción, que no estaban preparadas para lo que 
			sucedería a continuación. En un movimiento repentino, varios de los 
			vehículos espaciales de Alfa A se abalanzaron sobre nuestras esporas 
			y las capturaron.
 
			Ahora bien, todo nuestro entrenamiento era vencer mediante el amor, 
			la pasión, el arte, con los halagos sensoriales más elevados. 
			Nuestras esporas cautivas hicieron lo que mejor pudieron con sus 
			captores. Pero nada las había preparado para la crudeza de los de 
			Alfa A, quienes - lo supimos entonces - orgullosamente se 
			autodenominaban los Parasíticos. Tras una cantidad de groseras 
			manipulaciones con nuestras esporas, los Parasíticos comenzaron a 
			clonar partes de ellas con la esperanza de inyectar nuestro material 
			genético en el suyo, dado que parecíamos tener conocimiento de algo 
			que ellos ignoraban.
 
			Por supuesto, la siguiente generación de los Alfa A experimentaron 
			el resultado: una “raza magistral” que en realidad era un monstruo 
			híbrido. Tan pronto como esta nueva raza, los Ciclópeos, llegó a 
			mayor edad, otra cosa terrible sucedió.
 
			  
			Los Ciclópeos se volvieron, 
			en actos de canibalismo, contra los mayores Parasíticos, que se 
			encontraban físicamente impotentes para lidiar con su híbrida prole. 
			El poder de los Parasíticos se debilitó y abatió. Finalmente, la 
			anarquía y la barbarie triunfaron en los centros gobernantes de Alfa 
			A en todos los cuatro planetas. Se habían acabado los días en que 
			aterrorizaban a Alfa B. Pero a qué precio, nos preguntábamos. 
			En respuesta a lo sucedido en Alfa Centauro, encarnamos dos colonias 
			de esporas, una en cada uno de los planetas más alejados del centro 
			de Alfa Centauro A y B. Esas dos colonias debían adoptar una fusión 
			de culturas y ver si éstas, con el tiempo, podrían ser desarrolladas 
			para armonizar este sistema perturbado. Según resultó, supimos que 
			nos habíamos hecho cargo de algo que no habíamos conocido antes. 
			Algunos entre nosotros hablaron de la pérdida de la inocencia. Y 
			muchas impetuosas baladas y canciones surgieron de esos sucesos.
 
			  
			Otras hablaban más positivamente acerca del aumento de nuestra 
			agudeza. 
			Pero aún así, mientras nuestros capullos interdimensionales de 
			espacio-tiempo rotaban lentamente en las vastas cavidades de la 
			noche interestelar, muchos más entre nosotros continuaban 
			reflexionando y preguntándose, ¿qué sería de nosotros en este 
			interminable evento llamado la Sonda de Arcturo?
 
			  
			
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 18. SIRIO 
			CONVOCA LA VACUNA: LA CEPA DE LUCIFER
 
 AUN ANTES DE QUE PUDIÉRAMOS PRESTARLE al asunto de Alfa Centauro la 
			debida atención, recibimos noticias de la tabla redonda de que 
			recibiríamos al contingente de Sirio de la Federación. Las noticias 
			de la suerte de nuestra sonda en Alfa Centauro llegaron rápidamente 
			a las líneas más internas de los mayores monitores de la Federación.
 
			Comparada con las matrices radiales reverenciadas en los sueños, en 
			las que los mayores monitores se enraizaban permanentemente, nuestra 
			Sonda era apenas una agitación insignificante en el estanque de la 
			transformación desconocida. El asunto de Alfa Centauro picó la 
			curiosidad de los mayores monitores, a pesar de lo escasamente 
			evidente que era para los inmensos escáners que sobresalían entre 
			los gelatinosos pliegues de los mismos mayores.
 
				
				"¿Podría ser,” la pregunta fue planteada en la tabla redonda situada 
			en lo profundo del CSR de Sirio, el más inquietante de los CSRs que 
			conocíamos, “que por fin hayamos encontrado la cepa de Lucifer?” 
			La pregunta, explosiva y funesta en su autoridad, hizo que un 
			silencio cargado de incertidumbre cayera sobre las filas de élite 
			entonces reunidas en la gran cámara de transducción interestelar del 
			CSR de Sirio. 
				
				“¿La cepa de Lucifer?”, respondieron débilmente nuestras esporas 
			avanzadas.  
			El resto de nosotros sabíamos que necesitábamos realizar 
			algunas tareas, y rápido. Un doloroso reconocimiento de arrogancia 
			era lo que correspondía. Entonces, los mayores monitores 
			reconocieron también que en realidad no era una falla de nuestra 
			parte, pues nada sabíamos al respecto.  
			  
			Pero quedaba claro que la Sonda de 
			Arcturo había dado con algo que, durante mucho tiempo, había sido un 
			enigma para la Federación. Por mucho tiempo no se lo había 
			considerado problemático. Hasta ahora. Hasta Alfa Centauro y la 
			tabla redonda de Sirio. 
			Sí, por supuesto, todos habíamos sabido de Lucifer, el complot de 
			Lucifer y la cuarentena de Lucifer. Pero para la cepa de Lucifer no 
			estábamos preparados.
 
			  
			¿Cómo podía ser? 
			Antes de Arcturo, fue Lucifer - no en nuestro cuadrante galáctico, 
			sino en otro situado en sus antípodas. Originalmente, estaba Lucifer 
			- al menos en esta galaxia, nuestra Madre. Si Lucifer existe o no en 
			otras galaxias, aún lo ignoramos. Algún día lo sabremos, pues así 
			opera el comando de la Federación.
 
			Lucifer, portador de la luz, dador de la luz, principio arquicósmico, 
			encarnó en innumerables formas. Lucifer, pionero del vuelo mágico, 
			que lleva la luz mágica desde la presencia cósmica hasta la 
			interminable primera transformación del portal magnético del tiempo. 
			Lucifer, patrón primigenio y progenitor de todos los saltos y 
			anhelos interdimensionales. Lucifer, que “robó” el conocimiento de 
			los conocedores, que cobró un precio a los conocedores que habían 
			sido robados, y mantenía aún a los conocedores lejos de la luz. 
			Lucifer, brillante pionero del vuelo mágico, que robó el 
			conocimiento del vuelo mágico para demostrar la necesidad de una 
			segunda visión. Lucifer, el ladrón que llega en el silencio de la 
			noche.
 
			Ese mismo Lucifer había estado actuando en el sector de Velatropa, 
			mucho antes de que la Federación se estableciera. Astutas y 
			brillantes son las creaciones de Lucifer. Pero una realidad virtual 
			no llega a ser la realidad. Aunque hubiera mucho que aprender de las 
			obras de Lucifer, mucho más era lo que había que evitar. Así que en 
			los tempranos anales de la Federación, Lucifer planteó el primer 
			gran desafío: ¿cómo poner freno a la energía luciferina sin abusar 
			del libre albedrío?
 
			La Federación había arribado a una solución en un tiempo tan lejano 
			que apenas se lo recordaba como “la cuarentena.” En esencia, Lucifer 
			recibió el mandato de que sus servicios ya no serían necesarios. Se 
			presentó una evaluación, y un orden para limitar toda actividad 
			ulterior de Lucifer a las estrellas en que sus planes ya fueran 
			manifiestos.
 
			Desde entonces, se habían recibido solamente limitadas 
			comunicaciones de los sistemas estelares situados en los confines 
			más alejados del sector de Velatropa - el área que se había 
			transformado en la zona de cuarentena de Lucifer. Tan pocas y tan 
			espaciadas eran esas comunicaciones, y con tan poca frecuencia se 
			monitoreaban otras actividades, que muchos en la Federación suponían 
			que el tema de Lucifer era algo para ser archivado y nada más.
 
			Y ahí estábamos en la tabla redonda, con Lucifer repentinamente sano 
			y salvo otra vez.
 
				
				“¿Qué es esta cepa de Lucifer?,” preguntábamos. 
			“¿Es tan estremecedora como la hacen parecer, oh mayores monitores?” 
				 
			Nuestras esporas temblaban bastante mientras aguardábamos 
			expectantes la respuesta. 
			“Queridos niños,” entonaron los mayores monitores al unísono,
 
				
					
						
						Vuestra Sonda de Arcturo es una 
					empresa heroica, si bien joven. El giroscopio del CSR rota incesantemente en su punto único,
 irradiando hacia un infinito número de universos paralelos, 
					a todos
 desde su único punto de reposo. No es necesario moverse para
 saber. Vuestros magos lo redescubrirán. Pero para vosotros,
 galactonautas arcturianos analógicos, para vosotros no hay 
					des-
 canso. Vuestra anhelo vehemente de amor más elevado es 
					fuerte
 y sin igual. No encontramos defecto en nada de lo que habéis 
					hecho
 o en lo que ahora os sentís impulsados a hacer.
 
 Pero debéis aceptar las consecuencias de hacer suposiciones
 basadas en un solo grupo de parámetros sensoriales y hallar
 después que esas suposiciones no tienen relación con otro 
					grupo
 de parámetros sensoriales. Esto es parte de lo que os ha 
					sucedido
 en Alfa Centauro. Sólo esto debería serviros para ver que si 
					habréis
 de pensar en retener vuestra forma e identidad arcturianas a 
					través
 de la Sonda, ése podía no ser el caso. ¿Qué haríais 
					entonces?
 
 Pero, seamos serios, en Alfa Centauro os enfrentasteis con 
					las
 temidas legiones vampíricas de la perdida brigada de 
					Lucifer. Lo que
 resulta más aterrador en esas razas vampíricas no es su 
					capacidad
 para paralizar las voluntades de los demás, sino su 
					habilidad para
 transmitir la cepa de Lucifer.
 
 Arcturianos, habéis sido alterados para siempre. Las 
					colonias de
 esporas que dejasteis atrás en Alfa Centauro, y con las que 
					habéis
 estado en constante comunicación telepática, están ahora 
					mortal-
 mente tocadas por la cepa de Lucifer y, como resultado, 
					también
 vosotros.
 
			Estábamos estupefactos. ¿Qué era esa 
			cepa de Lucifer? ¿Cuáles eran las consecuencias de portarla? ¿Qué 
			podríamos hacer al respecto, si eso fuera posible? ¿Cómo podría la 
			Sonda ser perturbada? 
			Lo que aprendimos fue esto: nuestra naturaleza original como esporas 
			estaba condenada. Éramos una raza moribunda. Nuestros círculos de 
			erotismo en hibernación, allá en los planetas gemelos exteriores de 
			Ur-Arc-Tania, marchitarían. Nuestras raíces desaparecerían. El 
			cuerpo vegetal que mantenía la codificación de nuestra naturaleza 
			binaria ya no sería eficaz. Si alguna vez fuéramos a retomar esa 
			codificación, sólo podría ser tras haber descifrado el plan de 
			Lucifer.
 
			Esta cepa de Lucifer genéticamente debilitante, que despoja de la 
			memoria, no afectó a los otros Arcturianos de la anterior Liga de 
			Diez. Eventualmente, podríamos apelar a su ayuda para reponer 
			nuestro depósito genético y recolonizar Ur-Arc-Tania. Mientras 
			tanto, nosotros los Analógicos Arcturianos éramos un contingente 
			cuatri-dimensional que boyaba libremente. Esto, descubrimos, 
			realmente era más bien una bendición.
 
			Pero era indiscutible. Lo que, como pensamos, había comenzado como 
			una sonda para divulgar nuestro amor por todo el sector de Velatropa, 
			se había transformado en un dilema y un desafío, ninguno de nosotros 
			había previsto. Con nuestras formas originales de espora expropiadas 
			por la temida cepa de Lucifer, debíamos entonces idear un nuevo 
			material genético y patrones que se ajustasen a nuestros holones 
			cuatri-dimensionales. Y como recompensa kármica, debíamos rastrear 
			el plan de Lucifer hasta cada último recoveco en que su cepa pudiera 
			haber hecho su madriguera.
 
			Por extraño que les resulte, a ustedes que aprecian sus cuerpos y se 
			aferran al miedo a la muerte, nosotros Analógicos Arcturianos 
			sentimos una impresionante liberación ante ese suceso. También 
			supimos más profundamente acerca de los puntos punzantes que hacen 
			de nuestra mutua relación amorosa algo tan completamente sagrado.
 
			  
			E hicimos votos para llevar y recordar 
			esa agudeza a través de todas nuestras encarnaciones.
 
			
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			19. LOS ENGRAMAS PLANETARIOS QUE DEJAN SU MARCA EN LA ZUVUYA
 
 A PESAR DE TODOS LOS RIESGOS, HABÍA ALGO QUE SABÍAMOS: heteróclitos 
			éramos desde nuestros orígenes, y heteróclitos continuaríamos 
			siendo. La Federación depositó gran confianza en nuestra capacidad 
			de enfrentar el desafío de haber contraído la cepa de Lucifer. El 
			enigma acerca de si Lucifer aún estaba activo o no estaba fijado, y 
			ahora que nos habíamos contagiado con la cepa, la Federación podría 
			usarnos para rastrear y ver adónde más había llegado.
 
 
			Con el conocimiento y la experiencia 
			obtenidos desde la cuarentena inicial, la Federación confiaba en que 
			cuando todos los elementos de la cepa de Lucifer hubieran sido 
			rastreados y desarraigados, su plan habría terminado, de una vez y 
			para siempre. Habiendo acabado con el plan de Lucifer, entonces por 
			fin el gran evento podría tener lugar: el resonar del acorde 
			galáctico de la quinta fuerza a lo largo y a lo ancho del sector de 
			Velatropa y verdaderamente el cuadrante galáctico entero. 
			Había muchos que argumentaban que el plan de Lucifer era una ficción 
			total, el exceso de trabajo de mentes confundidas por el brillo y 
			los engañosos poderes de Lucifer. Otros argumentaban que, ficción o 
			no, el mismo hecho de que nos ocupáramos del plan de Lucifer era 
			prueba de su realidad. Y había aquéllos que estaban convencidos de 
			que el plan de Lucifer era tan real como cualquier 
			
			zuvuya emitida 
			por el gran CSR.
 
			Para nosotros, heteróclitos de la afligida brigada analógica, el 
			plan de Lucifer era un asunto discutible. Nuestras colonias en Alfa 
			Centauro estaban condenadas de un modo que difícilmente podíamos 
			imaginar. Nuestras bases originales en el suelo natal de Ur-Arc-Tania 
			también estaban condenadas a marchitar, quedando nosotros encargados 
			de resolver nuestro destino en 
			
			Velatropa, mientras hacíamos lo mejor 
			que podíamos para reabastecer nuestra base arcturiana.
 Resulta interesante que ninguno de nosotros Analógicos considerara 
			la posibilidad de abandonar la Sonda. Habiéndonos enredado en el 
			plan de Lucifer, nuestra lealtad a la Sonda quedaba sellada.
 
			Ante todo, hé aquí cómo interpretábamos el plan de Lucifer - y 
			nuestro rol en él. Al principio, en la matriz radial, cuando los 
			amos estelares y los constructores estelares se reunieron en 
			respuesta al llamado de la Liga de Cinco, apareció Lucifer. Fue 
			Lucifer quien demostró el principio de la forma de onda evolutiva 
			como una función de la luz, un principio que sería útil para el 
			desarrollo de la inteligencia galáctica.
 
			Una vez que ese principio fue aceptado y el escudo de la Matriz 
			conferido a Lucifer, este llamado Lucifer desapareció. Además, 
			cuando se quiso formar la espiral de luz entre las formas de onda 
			como lo había mostrado Lucifer, nada sucedió, ni tampoco hubo nadie 
			que lo lograse.
 
			En ese punto, según se cuenta, Lucifer reapareció. En esa 
			oportunidad Lucifer realizaría la demostración de la espiral de luz 
			del vuelo mágico, pero sólo a cambio de que se le entregasen 
			
			engramas según su propia elección. Tras mucha consternación entre 
			amos y constructores estelares, se accedió al deseo de Lucifer. Unos 
			pocos de los amos estelares originales aprendieron a formar la 
			espiral de luz, y así fue que ese principio de Lucifer fue dominado.
 
			Pronto se descubrió que los engramas otorgados a Lucifer poseían un 
			valor demasiado alto para que los constructores y amos estelares del 
			orden galáctico temprano pudieran prescindir de ellos. O, en cambio, 
			como la galaxia se asemeja también a un tejido fenomenal o a un 
			texturado interdimensional, se vio que ello aumentaría el efecto de 
			la carencia de esos pocos engramas, creando “problemas” mayores, 
			vastos agujeros galácticos, hacia mediados o fines del desarrollo de 
			nuestro ser galáctico. De hecho, la falta de esos engramas era 
			precisamente la causa de la expansión de las zonas experimentales de 
			la Madre Galáctica. O así se dijo.
 
			¿Y Lucifer? Nadie hablaba claramente sobre las actividades de 
			Lucifer tras el famoso incidente en el consejo de los constructores 
			y amos estelares. Algunos dijeron que todo respondía a la ley 
			cósmica, que Lucifer no era un criminal sino un principio activo de 
			la evolución. Pero la Federación no opinaba así. De hecho, podría 
			decirse que el plan de Lucifer era la razón misma de la existencia 
			de la Federación.
 
			  
			Después de todo, ¿no había sido la Federación la 
			que impuso la cuarentena en el sector de Velatropa con la esperanza 
			de atrapar y limitar el experimento luciferino? 
			Y este experimento luciferino - ¿no había sido responsable de las 
			numerosas aberraciones, genéticas y mentales, que afligieron a 
			varios de los sistemas estelares, sobre todo Alfa Centauro? Además, 
			con tales poderes, ¿quién podía ser Lucifer? ¿Era Lucifer uno de los 
			Universales originales - aquellos seres creadores místicos, hexa-dimensionales, 
			la memoria de cuyos poderes centellea débilmente en aquel horizonte 
			último que precede a los orígenes de la Liga Matriz de Cinco - o, 
			con mayor probabilidad, un fragmento de uno de ellos?
 
			¿Y cuáles eran esos famosos engramas faltantes, “vendidos” a Lucifer 
			a cambio del conocimiento del vuelo mágico? En nuestro conocimiento 
			de universos paralelos y déjà vus, habíamos llegado a reconocer el 
			poder formal del engrama.
 
			  
			Sí, el engrama: la discreta construcción 
			mental que es transmitida radialmente entre los universos paralelos 
			con el fin de mantener la circulación de todas las posibilidades de 
			inteligencia y comportamiento. 
			Según los archivistas arcturianos de los cinco interiores, en su 
			transmisión original, “el consejo, siguiendo la ley de los 
			Universales,” los constructores y amos estelares decretaron que se 
			estableciera un número finito de engramas; caso contrario, 
			aumentaría más y más la distancia entre los universos paralelos, y 
			la esperanza de reconciliación armónica de la gran obra maestra 
			galáctica no se produciría nunca. Aunque nunca ha sido probado, 
			alguno dicen que esos universos paralelos incluyen a todas las otras 
			galaxias u órdenes galácticos, en cuyo caso los engramas serían los 
			medios para establecer comunicación entre las galaxias.
 
			Baste decir que se había concordado respecto de un número 
			determinado de engramas. Algunos dicen que ese número era 144.000, 
			pero nadie lo sabe con certeza. ¿Por qué? Sólo piensen en catalogar 
			sus déjà vus! Ustedes, que están aún tan inmersos en la banda baja 
			del ego de su cuerpo vegetal tri-dimensional, y difícilmente pueden 
			entender un déjà vu cuando lo tienen, mucho menos podrían recordar y 
			compararlo con otros déjà vus!
 
			En cambio, para nosotros, esos déjà vus son engramas, y los engramas 
			son los bloques constructivos de una arquitectura de tipo 
			interdimensional que representa una forma avanzada de creación 
			mental. De modo que pueden ver que si, entre un número asignado de 
			engramas, faltan algunos, sería como trabajar con un rompecabezas al 
			que le faltan algunas de sus piezas. Y eso es suficiente para 
			volverse loco.
 
			Y locos nos volvimos cuando nos dimos cuenta de que debíamos 
			hacernos cargo de determinar si acaso los engramas faltantes no eran 
			justamente la resolución de nuestro propósito. Porque ¿cómo era 
			posible que fuésemos un ejército de desencarnados, un grupo de 
			esporas de luz cuatri-dimensionales con una misión, y aún así, 
			debido a la cepa de Lucifer, estuviésemos sin una base genética 
			estable de cuerpo vegetal? ¿Cómo podía ser?
 
			Quizás, pensaron algunos de nosotros, todo era intencional. Quizás 
			nuestra inteligencia, que de todos modos nos guiara siempre, también 
			nos había conducido a esta situación con el fin de que lidiásemos 
			con ese plan de Lucifer y los engramas faltantes. Sólo nosotros los 
			heteróclitos de Arcturo podríamos lidiar con este rompecabezas 
			luciferino con nuestra inteligencia y propósito, a la vez que 
			hacíamos frente a nuestro propio propósito evolutivo.
 
			Finalmente, preguntaron algunos de nosotros, ¿era el objeto de 
			nuestro programa, la Sonda, nada menos que la recuperación de esos 
			engramas faltantes? Y dado que nosotros habíamos “perdido” nuestros 
			propios planetas cuerpo-raíz, al menos temporalmente, ¿no serían 
			los engramas faltantes, del tipo conocido como engramas planetarios?
 
			  
			Nadie estaba seguro, pero cuando esa cuestión fue planteada entre 
			nosotros, Analógicos heteróclitos, ninguno hesitó en aceptarla como 
			nuestra siguiente premisa de trabajo. Grandes olas de júbilo 
			surcaron nuestras filas a medida que esa afirmación telepática caía 
			sobre nosotros. 
			Más excitados que nunca, nos apresuramos por el espacio 
			interestelar, siguiendo las zuvuyas, buscando las marcas en que los 
			engramas hacían vibrar sus estructuras cristalinas.
 
			  
			Pues allí - entre los infinitos lazos de 
			memoria altamente dimensional que conecta los mundos perdidos, los 
			perdidos planetas de la conciencia - habríamos de encontrar las 
			huellas en torno de los engramas planetarios faltantes, y a partir 
			de esas huellas reconstruir los que Lucifer había robado. 
			  
			
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 20. 
			OBSESIONADOS HOMOLOGOS DE LOS HOMOCLITOS
 
 NOSOTROS SOMOS LOS HOMOCLITOS DE ARCTURO. Nosotros también somos 
			parte de este relato. Esta es nuestra historia. No puede haber una 
			clase heteróclita de seres y de inteligencia sin que haya otra 
			llamada homóclita.
 
			Originalmente, no lo comprendimos. No fue sino hasta que se produjo 
			el rápido avance y éxito de los heteróclitos de Ur-Arc-Tania al 
			derrotar a los mayores de Diez, que nos reconocimos, los habitantes 
			de los diez planetas mayores de Arcturo, como los homóclitos de 
			Arcturo.
 
			Como los heteróclitos de Ur-Arc-Tania, tenemos nuestro orgullo. Una 
			cosa es tener éxito en la analogía y lo analógico hasta el extremo 
			de lo irregular, como era el caso con nuestros parientes 
			heteróclitos. Nosotros estábamos igualmente capacitados. Pero 
			nuestra habilidad consiste en una comprensión justa y una aplicación 
			uniforme de las leyes que gobiernan similitudes y semejanzas, la 
			homología y lo homológico. Por esa razón, aprendimos a llamarnos a 
			nosotros mismos, los homóclitos.
 
			Citemos de nuestra Encyclopaedia of Galactic Likenesses 
			[Enciclopedia de Semejanzas Galácticas]:
 
				
					
					De heteróclitos y homóclitos, 
					sabed esto y sol amente esto: Si uno os elevare, el otro no os abandonará.
 
			Por supuesto, cuando por primera vez 
			tras mucho tiempo de haberlos perdido, encontramos a nuestros 
			parientes-esporas de los planetas más alejados - los confines de 
			Arcturo están muy alejados, en verdad! - todos estábamos muy 
			agitados. Cada espora suya se mostraba brillantemente idiosincrática, 
			con sus apéndices desaforadamente unificados en sus actos de amor 
			apasionado. Apenas podíamos comprender el viraje evolutivo que había 
			tenido lugar entre los Arcturianos Exteriores, y mucho menos 
			teníamos esperanza de poder situarnos a su nivel. 
			Comparativamente, en esa época nuestras filas eran aburridas, 
			nuestras apéndices mal coordinados, nuestra originalidad desgastada 
			en un nivel de baja autoestima parecida a un estado de trance - 
			todos ellos terribles efectos de haber seguido durante tanto tiempo 
			los preceptos religiosos de los mayores de Diez, los Diez 
			Mandamientos de la Defensa y la Seguridad. Ah! ¿De qué nos defendían 
			y en qué nos aseguraban? Nos defendían de nuestra originalidad y nos 
			aseguraban en nuestra ignorancia. Sólo por este motivo los mayores de 
			Diez pudieron mantener su dominio tanto tiempo.
 
			Afortunadamente, los heteróclitos fueron tan benignos con nosotros 
			como atentos en el amor que mutuamente se profesaban. Despertaban 
			nuestro asombro con sus enajenamientos sinfónicos, casi como si 
			estuvieran dándonos una serenata. A medida que despertábamos de la 
			larga noche de nuestra obscuridad autoimpuesta, nos vimos bajo una 
			luz más amorosa, no como los vencidos o los competidores de los 
			heteróclitos, sino como homóclitos por propio derecho. En nuestra 
			existencia habíamos reclamado nuestra parte en el cumplimiento de 
			una función cósmica, tan grande como la de los heteróclitos. De 
			hecho, sin el cumplimiento de la ley cósmica de relaciones 
			homólogas, los heteróclitos habrían tenido poco éxito con su Sonda.
 
			Al principio, nadie podría haber previsto o predicho de qué extraña 
			manera llegaríamos a ser de ayuda a los heteróclitos. Así como una 
			vez habían ingresado tan poderosa y misteriosamente en nuestras 
			vidas, así fue que nosotros re-ingresamos en las suyas.
 
			Y así es como sucedió. Tras la pacificación y la reintegración de 
			los homóclitos de los diez interiores de Arcturo - Arcturo Mayor, 
			como denominábamos a nuestro dominio soberano -, los heteróclitos se 
			embarcaron en su misión, la Sonda de Arcturo.
 
			Naturalmente, como sede de la inteligencia galácticamente federada 
			del sistema estelar de Arcturo, nos dedicamos a nuestras 
			actividades, tendiendo el sistema de parque planetario galáctico de 
			la estrella local. A excepción de un apéndice central en cada uno de 
			los diez planetas, a la población en general, inmersa en su estado 
			de arrobamiento telepático, no se le daba por pensar en la Sonda. La 
			Sonda era meramente una invención mítica, una historia graciosa, el 
			agregado a una oración común de bienestar telepático en un cosmos 
			inmensamente vasto y misterioso.
 
			Y dado que, por nuestra tendencia genética, éramos homóclitos, toda 
			nuestra actividad se inclinaba hacia la creación de semejanzas cada 
			vez más asombrosas, recogidas en encuentros telepáticos en universos 
			paralelos. De ese modo, los homóclitos lentamente comenzamos a 
			construir en Arcturo un museo viviente de afinidades galácticas, un 
			parque de placer del universo galáctico, de delicias sin paralelo!
 
			  
			El cuidado de nuestro parque galáctico de placer nos cuadraba 
			bastante bien y nos mantenía alejados de volvernos demasiado 
			directamente interesados en nada que tuviera que ver con la Sonda. 
			Para la vasta mayoría de homóclitos amantes de las semejanzas, la 
			idea misma de la Sonda era demasiado incómodamente heteróclita. 
			Pero para la pequeña, si bien firmemente unificada red de apéndices 
			que abarcaban los diez planetas, y en comunicación telepática con 
			las esporas restantes de Ur-Arc-Tania, la preocupación por el 
			destino y la seguridad de la Sonda y su carga interdimensional era 
			una pasión permanente. Cuidadosamente, esos apéndices examinaban y 
			clasificaban la información acerca de Memnosis, el engendramiento de 
			Merlín y los catastróficos sucesos de Alfa Centauro. A medida que 
			las noticias de esos incidentes se propalaban por todo nuestro 
			dominio, reflexionábamos acerca de cómo desbaratar el plan de 
			Lucifer. Finalmente, siendo testigos de la creciente desolación de 
			Ur-Arc-Tania, supimos que nosotros los homóclitos estábamos 
			inextricablemente involucrados con la Sonda.
 
			Nuestro primer acto de compromiso fue enviar contingentes de ayuda y 
			vigilancia a Ur-Arc-Tania. Allí donde una vez las esporas más 
			iluminadas de Arcturo se habían cultivado en amoroso arrobamiento, 
			ahora un mal misterioso y horripilante hacía estragos en sus cuerpos 
			vegetales.
 
			  
			Realizando poderosos ritos de transición 
			y purificación en favor de esas esporas moribundas, nuestra propia 
			determinación interna se fortaleció. A partir de esta renovada 
			decisión en pro de la busca de la vida universal, comenzamos a 
			diseñar métodos activos para hacer una interfase de algunas de 
			nuestras unidades con los heteróclitos, en sus pelotones de capullos 
			interdimensionales. 
			Pero éstas eran apenas medidas de emergencia. Cuando estudiamos el 
			asunto y sus implicancias, vimos con mayor profundidad lo que 
			debíamos hacer. Según la ley de la homología, algunos de nosotros se 
			auto-recrearía en semejanza a los heteróclitos. Vimos que éste era 
			un acto necesario que podría detener el deterioro genético total del 
			cuerpo vegetal y la desfallecimiento espiritual del holón. Si 
			teníamos éxito, podríamos mantener viva y en reposo la circulación 
			del cuerpo vegetal para el regreso de los heteróclitos de 
			
			Ur-Arc-Tania.
 
			De la misma manera, realizaríamos competencias entre toda la 
			población de Arcturo Mayor para ver qué apéndice de espora había 
			desarrollado sus apetitos sensoriales a más elevados niveles. Ellos 
			serían entonces reclutados para homologarlos con los heteróclitos, 
			en actos de constante heroísmo. Nuevos propósitos y energías podrían 
			ingresar en la Sonda a partir de esos actos de heroísmo homólogo, y 
			se evitarían sus vacilaciones en las devastaciones producidas por la 
			cepa de Lucifer.
 
			Cuando vimos cuál sería nuestro campo de acción, se alertó a toda la 
			población de Arcturo Mayor. No encontramos resistencia a nuestros 
			planes. Por el contrario, la situación de la Sonda ascendió así a 
			niveles de gran importancia en los intercambios telepáticos 
			cotidianos. A pesar de los sucesos en Alfa Centauro, o tal vez 
			gracias a ellos, la Sonda de Arcturo ganó un campo universal de 
			apoyo y entusiasmo. El orgullo y la ingenuidad arcturianos, como era 
			habitual, resultaron triunfantes.
 
			Muy pronto, más y más homóclitos estaban reclamando ser emparejados 
			con heteróclitos. Estaba produciéndose un nuevo viraje evolutivo. 
			Desde los impresionantes parques galácticos de Arcturo Mayor, nuevos 
			sonidos y canciones se elevaron, y nuevas fragancias también. Era 
			como si una gran obsesión hubiera atravesado nuestras células. Nunca 
			más volveríamos a separarnos de los heteróclitos y el romance con la 
			Sonda.
 
			  
			Nosotros los homóclitos acabamos 
			inmersos en una ola de amor universal, disolviendo nuestras 
			fronteras, uniéndonos más intensamente, permitiéndonos comprender 
			más profundamente nuestra misión: 
				
					
					Para hallar la semejanza en tu 
					propio corazón,Haz lo que amas y transfórmalo en arte.
 
			Así finaliza el homólogo inicial de los 
			homóclitos de Arcturo Mayor.  
			  
			
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 21. PERCEVAL Y LA DAMA DEL LAGO - ESCUDO MASCULINO Y ESCUDO FEMENINO
 
 NOSOTROS SOMOS LOS MONITORES HOMOCLITOS. Este es nuestro informe. En 
			tanto entendíamos que la naturaleza binaria de los heteróclitos los 
			hacía volver y volver a emparejarse, en una creciente furia de amor 
			apasionado que los elevaba siempre más, nuestra naturaleza homóclita 
			binaria perseguía un efecto más profundamente cooperativo y 
			estabilizador: la nunca antes apreciada creación conjunta de 
			semejanzas.
 
			En esta actividad, algunos de ustedes pueden reconocer un poco de lo 
			que llaman arte. Pero, para nosotros, este arte es la actividad más 
			elevada y más natural a que la que la naturaleza de un homóclito 
			puede aspirar. Para nosotros, se trata siempre de una actividad 
			cooperativa y aumenta su valor a medida que se eleva el nivel de 
			cooperación. Y así, para nosotros los monitores homóclitos de 
			Arcturo Mayor, la Sonda llegó a ser considerada como la obra de arte 
			fundamental.
 
			Para la vasta mayoría de los homóclitos, ese proyecto artístico se 
			había transformado en el confuso, si bien penetrantemente obsesivo 
			propósito total del programa evolutivo. Pero, para el pequeño número 
			de nosotros que había estado involucrado en monitorear las acciones 
			heteróclitas dentro de la Sonda, el compromiso era totalmente 
			activo. En tanto los heteróclitos continuarían siendo la fuerza 
			impulsora de la Sonda, los homóclitos proveerían las formas y 
			programas artísticos más apropiados para la actividad heteróclita de 
			la Sonda.
 
			Pero ¿cómo planificar los programas?
 
			  
			Sabíamos esto: Memnosis y 
			Merlín habían sentado un precedente monádico que derivaba de la 
			naturaleza binaria de la espora arcturiana. ¿Era esto también una 
			producción luciferina? No lo sabíamos, pero parecía servir al deseo 
			luciferino de separación, una cualidad del ser ajena a cualquier 
			tipo de arcturiano, heteróclito u homóclito. 
			En cualquier caso, la tendencia monádica o de soledad debía ser 
			comprendida positivamente y transformada en una ventaja, pues si no 
			el instinto luciferino prevalecería. Al mismo tiempo, nuestro 
			ingreso en la Sonda debía comprometer todo lo mejor de la naturaleza 
			arcturiana: una apasionada intensidad para el amor y un refinamiento 
			ecualizador para el arte.
 
			Viendo que los Analógicos heteróclitos estaban decididos a 
			reagruparse en dos contingentes, uno en cada planeta más extremo de 
			la estrella gemela Alfa Centauro, nosotros los miembros de la Sonda 
			de Reconocimiento de Arcturo Mayor - todos “homologizados” como 
			heteróclitos - nos preparamos para unirnos a ellos, holón a holón.
 
			Nunca sabremos quién moldeó el encantamiento que nos atrapó en Alfa 
			Centauro A y B. Baste decir que, a nuestra llegada, un encantamiento 
			del sueño fue arrojado sobre nosotros. Hablar de amor a primera 
			vista es una cosa, un asunto de poesía lírica, tal vez. Hablar de 
			amor telepático a primera vista, sumergir apéndices completos de 
			holones arcturianos, es un asunto totalmente diferente - una balada 
			épica de enormes proporciones. La pérdida de control y el mutuo 
			compromiso de todos los sentidos se intensificó mediante punzadas de 
			reconocimiento que conmovían el corazón.
 
			Esos estallidos de inmersión apasionada tuvieron lugar 
			simultáneamente en ambos planetas del sistema de estrellas gemelas. 
			Para algunos de nosotros, esos juegos amorosos despertaron la más 
			primordial memoria y sensibilidad. Nuestro camuflaje homóclito como 
			heteróclitos se borró un poco. Para unos pocos de nosotros, la 
			identidad de homóclitos y heteróclitos se borró totalmente. Fue como 
			si el efecto de nuestros dos tipos de esporas de holón encontrándose 
			en tal ardor pasional fuese suficiente para alterarnos 
			alquímicamente de una manera extraña, imprevista.
 
			Allí, en las desoladas planicies debajo de los ardientes cielos 
			limón-violeta de los planetas más alejados y de rotación lenta de 
			Alfa Centauro A y B, entre las colonias de holones mutantes y 
			esporas moribundas, conspiramos en conjunto para embarcarnos en un 
			experimento: la creación de dos tipos correspondientes, “masculino” 
			y “femenino.”
 
			  
			Dentro de sus magníficas estructuras de 
			holón monádico, estos tipos complementarios llevarían impresa la 
			memoria del más elevado amor pasional, concienzudamente 
			entremezclado con el propósito último de la Sonda. De esa manera, 
			satisfaríamos la tendencia evolutiva hacia la manifestación 
			solitaria, al tiempo que infundíamos esa tendencia con todo lo mejor 
			que conocíamos de la orgullosa herencia arcturiana. 
			Una vez que esa inspiración se afirmó en nuestras mentes, y con 
			nuestra intención creativa apuntando a esa meta maravillosa, 
			experimentamos la presencia de Merlín entre nosotros.
 
				
					
					Bravos Arcturianos, vengo a 
					vosotros en manifestación simultánea desde las arboledas de Procyon. He seguido vuestras 
					estrategias y
 planes con sentido interés. De algún modo me lamento por 
					vosotros,
 pues todos hemos comenzado un gran juego cuyos fines todos 
					están
 enredados con el plan de Lucifer, y que, eón tras eón, 
					parece llevarnos
 cada vez más lejos de nuestros brillantes orígenes 
					arcturianos. Como
 en un laberinto, no hemos sino perdido de vista nuestro 
					propósito original,
 y no logramos encontrar la salida por ninguna parte.
 
 Esto en lo que os habéis embarcado es admirable. No hay 
					manera de
 saber si tendrá éxito. Pero es sabio y bueno, y debería 
					continuar hasta
 hasta el final.
 
 Para completar esta tarea y sellarla con el poder del Arte 
					Primigenio,
 permitidme que os instruya en cuanto a hacer los escudos 
					adecuados
 y conferir los adecuados poderes a esas dos entidades que 
					vendrán
 así a la vida en sus formas penta-dimensionales, sus formas 
					como
 engramas cristalinos puros.
 
			Y así fuimos instruidos sobre cómo hacer 
			los escudos, uno para el poder femenino, otro para el poder 
			masculino.  
			  
			Dentro del escudo del poder femenino se tejieron las 
			formas codificadas y encantamientos de la matriz, los poderes 
			invertidos de la seducción verdadera, y los poderes y encantamientos 
			para domesticar la creación; por esta razón, codificado dentro del 
			escudo femenino estaba también el símbolo consumado del poder 
			totalmente iluminado, la gran “espada” Excalibur, pues solamente a 
			quien es femenino se le puede conferir este poder. Y únicamente 
			aquel poder masculino que comprenda la naturaleza de ambos poderes 
			puede recibir la Excalibur.  
			Esta Excalibur, que ustedes perciben y entienden como una espada, lo 
			es solamente en sus leyendas. En verdad, esta Excalibur es la 
			esencia del poder de la Sonda para penetrar y mantener cohesionado 
			todo lo que está tejido en la matriz.
 
			  
			El escudo masculino que 
			creamos de acuerdo con las instrucciones de Merlín, es puramente un 
			extracto de la Excalibur. 
			Merlín también nos proporcionó los nombres del escudo femenino y el 
			masculino. Dama del Lago es el nombre dado al escudo femenino del 
			poder, pues simboliza el mantener pronta la Excalibur bajo las aguas 
			de la conciencia. El escudo masculino es llamado Perceval, porque la 
			raíz de este nombre es “perforar hasta el manantial, ir hasta la 
			fuente,” pues ningún ser masculino puede alcanzar el fin sin antes 
			ir a la fuente, que también es conocida como la matriz.
 
			Para todos nosotros, esta formación del escudo fue un rito 
			misterioso e reverencial.
 
			  
			Reunidos en círculos en los dos planetas 
			de las estrellas gemelas de Alfa Centauro, nosotros los Arcturianos 
			completamos el rito lanzando escudos a las corrientes de la zuvuya 
			de los engramas planetarios que se conectaban con el obscuro, 
			distante, aún intacto y desconocido sistema estelar de Velatropa 24.
 
			
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			22. DOMESTICACIÓN DE PLANETAS - UNA DESVIACION DE LA QUINTA FUERZA
 
 NOSOTROS SOMOS LOS ANALÓGICOS. Nuestro relato continúa.
 
			A continuación del lanzamiento de los escudos, experimentamos una 
			profunda liberación creativa de poder. Enraizados aún en nuestra 
			naturaleza binaria de espora, apenas aprehendimos el significado de 
			“femenino” y “masculino”. No menos, cierta clase de estremecimiento 
			corría por nosotros, alertándonos respecto de un poder inédito. ¿Era 
			este poder resultado del hecho de que los escudos masculino y 
			femenino fueran como los engramas faltantes vendidos Lucifer o 
			robados por él?
 
			Aunque no podíamos saber con certeza si los escudos se correspondían 
			con los engramas perdidos, el torrente de poder dentro de nosotros 
			era extraordinario. Algunos de nosotros percibieron que ese poder 
			era del tipo que sigue a actos de amor altamente sublimados. Tal era 
			la estructura de los escudos masculino y femenino. Clasificamos ese 
			poder como una refinada forma de energía de quinta fuerza, el
			
			híper-radión.
 
			Si el radión es la fuerza radialmente determinante del CSR, la 
			esencia del poder de la quinta fuerza que da a toda manifestación su 
			poder de circulación en el tiempo, entonces el híper-radión es el 
			poder creativo que deja su impronta en la forma, que produce la 
			simetría de la manifestación en su momentum radial o espirálico.
 
			Desde la ventaja que da la cuarta dimensión, todo posee un poder 
			circulante formal. Todo sale de sí mismo y a sí mismo regresa. La 
			capacidad de cualquier forma tri-dimensional para manifestarse se 
			debe al radión - el poder circulante formal de que está dotada toda 
			manifestación.
 
			Esto se aplica a todas las cosas, sean vivientes o no, según la 
			distinción que ustedes humanos hacen entre las cosas - Aunque esas 
			distinciones realmente no existen.
 
			El híper-radión es la corriente supereléctrica que se arremolina 
			incesantemente a nivel de la quinta dimensión. Descubrimos que el 
			híper-radión deja su impronta en el radión, pero sólo en ciertas 
			articulaciones o intersecciones de energía. La impronta del híper-radión 
			crea profundos patrones de simetría, pero una simetría que se mueve 
			en el tiempo de acuerdo con patrones espirálicos que señalan un 
			poder auto-transformador o transformativo.
 
			En tanto continúen considerando las cosas únicamente en términos de 
			lo que denominan “materia”, todo esto puede parecerles carente de 
			sentido. Pero deben entender que todo es mental, de la mente, y la 
			mente es como un vasto receptáculo de engramas potencializados. Así 
			que lo que ustedes llaman átomos y moléculas no son sino engramas 
			proyectados por su mente. Pueden hacer que esos engramas se 
			comporten como deseen, pues ustedes poseen cierto poder sobre su 
			mente, y este poder se proyecta en diferentes manipulaciones del 
			mundo fenoménico - una actividad que ustedes denominan ciencia 
			física.
 
			Dentro de la cuarta dimensión no hay átomos ni moléculas, sino algo 
			más parecido a una constante fluidez de patrones, como la que podría 
			experimentarse al mirar a través de un calidoscopio. Esa fluidez 
			obedece al principio del tiempo, que en realidad es el poder 
			circulante formal del radión. A lo que ustedes perciben como 
			estructura del átomo, nosotros nos referimos como el marco 
			congelador del radión. Al catalogar semejanzas y excepciones, 
			encontramos que varios de esos marcos congeladores poseían poderes 
			de interacción que hablaban a nuestra naturaleza: silicio, oxígeno y 
			carbono.
 
			Acostumbrados como estábamos los Arcturianos a funcionar por largos 
			períodos a un nivel puramente cuatri-dimensional, conocimos los 
			desafíos de deslizarnos en el radión y de enumerar las zuvuyas, los 
			surcos a través de los cuales pasa el radión al crear el poder 
			circulante de las formas manifiestas.
 Pero ahora experimentábamos el híper-radión. Y esto es lo que 
			entonces comprendimos.
 
			Ver las cosas solamente en el carácter de sus estructuras atómicas 
			es atarnos a la tercera dimensión. Ustedes siempre miran hacia 
			abajo, disminuyendo, dividiendo. Aún cuando miran hacia los “cielos” 
			solamente ven fenómenos separados por vastos espacios ajenos. Para 
			ustedes, las estrellas son apenas átomos gigantes. Por contraste, 
			experimentar el radión los abre hacia la cuarta dimensión, el vasto 
			movimiento fluido en el que las cosas de sus ojos vegetales se 
			transforman en fantasmas transparentes. A esto se lo llama ver con 
			los ojos del tiempo.
 
			Pero una vez que nuestra conciencia se hubo acostumbrado a la 
			experiencia del híper-radión, toda una nueva perspectiva se abrió 
			para nosotros, una perspectiva en la cuarta dimensión tan extraña y 
			novedosa para nosotros como la experiencia de esa dimensión lo es 
			para ustedes, acostumbrados únicamente a las restricciones de su 
			cuerpo vegetal y sus ojos vegetales.
 
			Mediante la experiencia del híper-radión, finalmente comprendimos 
			que el cuerpo vegetal está para domesticar y unificar los sentidos. 
			El holón está para ver con los ojos del tiempo, con el fin de 
			unificar una especie. Pero el híper-radión - el poder iluminador del 
			cuerpo cristal - está para domesticar y unificar los cuerpos 
			planetarios. Sí, el híper-radión es el modo como el poder penta-dimensional 
			exuda en nombre de la inteligencia cuatri-dimensional.
 
			Magníficas perspectivas de la mente y el poder creativo se abrieron 
			para nosotros en muchas direcciones. Ya ven, la creación cósmica no 
			es una ciega amalgama de accidentes organizada al acaso, sin 
			propósito ni significado, que es como su ciencia interpreta la 
			naturaleza.
 
			Hay muchos órdenes, muchas dimensiones. Funcionamos en una galaxia 
			de trece dimensiones. Ya que cada dimensión aumenta exponencialmente 
			lo que abarca cada dimensión precedente, podrán comprender por qué 
			ser capaz de experimentar la quinta dimensión está muchísimo más 
			allá de la comprensión. Y hay todavía ocho dimensiones más allá de 
			la quinta!
 
			A través del híper-radión éramos capaces de confirmar la existencia 
			de órdenes de grandes seres. Esos seres son los constructores 
			estelares, los amos estelares, los constructores de planetas y los 
			domadores de planetas. A través del híper-radión, fueron inyectados 
			en nuestra mente colectiva susurros y murmullos de los fantásticos 
			diálogos de esos seres creadores. Más importante aún, mediante el 
			mandato telepático del CSR entramos en los reinos de los domadores 
			de planetas!
 
			Ser designado domador de planetas, como nosotros los de Arcturo 
			acabábamos de serlo, es un honor absolutamente increíble. El 
			propósito de nuestra Sonda había sido divulgado. Lo que sabíamos 
			respecto de la domesticación de planetas no tenía comparación con lo 
			que ahora se nos presentaba.
 
			  
			Hé aquí lo que aprendimos mediante 
			grandiosas maniobras telepáticas de comprensión y conciencia 
			ampliada: 
				
				Los constructores estelares 
				puramente penta-dimensionales controlan la creación de 
				estrellas, así como su graduación en los espacios 
				hiperdimensionales. Los amos de estrellas monitorean la 
				evolución estelar, incluyendo la creación de planetas. Los 
				constructores de planetas diseñan los diferentes planetas de 
				acuerdo con las especificaciones estelares y las necesidades 
				evolutivas de la Madre Galáctica. Pero los domadores de 
				planetas... esos órdenes cuatri-dimensionales son los 
				responsables de reintegrar el propósito estelar en las formas de 
				vida planetaria. 
			Al sumergirnos en inmensos portapliegos de programas de diseño 
				planetario, catálogos de formaciones planetarias y formulaciones 
				estelares maestras, y los encantamientos para llevar los 
				planetas a la existencia y ponerlos en movimiento, descubrimos 
				muy poquito sobre el arte de la domesticación de planetas.
				 
				
				“Está en sus manos”, fue lo que 
					nos dijo el funcionario de la Federación a cargo de los 
					archivos de los cuadrantes. “Pero si pudieran recordar,” nos 
					solicitó el archivista, “cualesquiera leyes o principios que 
					dominen, transmítanlos a los archivos, por favor.” 
			El motivo de esta situación, se nos 
			dijo, es que la domesticación de planetas es considerada una 
			diversión menor entre las muchas diversiones o deportes de la quinta 
			fuerza. No menos, por nuestra recién adquirida capacidad para 
			experimentar el híper-radión, estábamos equipados para nuestro nuevo 
			rol, pues es bajo el influjo del híper-radión que se puede diseñar, 
			comprender, y si es necesario domesticar, el programa de un planeta.
			 
			  
			De manera que estábamos más que 
			contentos con la domesticación de planetas. Parecía recompensa más 
			que suficiente por las diversas pruebas y experiencias que habíamos 
			sobrellevado.  
			  
			Y, además, podíamos sentir el llamado de 
			nuestra siguiente aventura. 
			  
			
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 23. ACERCA DE PERROS Y BALLENAS: UNIVERSOS PARALELOS, DÉJÀ VUS 
			MÚLTIPLES
 
 HEMOS HABLADO DE MUCHAS COSAS poco conocidas por ustedes: radión, 
			híper-radión, CSRs, zuvuyas y engramas.
 
			  
			Pero todas están vinculadas con un 
			proceso o sistema coherente, la Madre Galáctica. Hasta que no hayan 
			comprendido la interpenetración de las dimensiones entre sí y con la 
			galaxia como un espectro multidimensional entero, continuarán 
			considerando la galaxia como una forma meramente tri-dimensional 
			cuyo comportamiento siempre los confundirá, y dejará perplejos y 
			desconcertados. 
			Lo que experimentan como electricidad, es el residuo tri-dimensional 
			del radión. El radión mismo consiste de seis tipos que dan cuenta de 
			la calidad y clase de circulación en el tiempo de cualquier fenómeno 
			tri-dimensional. Esos poderes de circulación producen algo 
			emparentado con lo que ustedes llaman voltaje, y se combinan para 
			crear trece líneas de fuerza y siete tipos de plasma radial. Ciertas 
			líneas de fuerza se combinan para crear lo que llaman ADN, o 
			material genético. El plasma radial es lo que se traslada como 
			fuerza-g y también tiene un rol en la evolución del material 
			genético.
 
			El híper-radión consiste de ocho tipos básicos y 144 plasmas 
			derivados. Todos constituyen diferenciaciones muy sutiles de 
			superlectricidad. De esos 144 plasmas derivados en sus diversas 
			combinaciones, derivan a su vez los engramas o estructuras 
			electrocristalinas que, almacenadas en fardos, “viajan” por las 
			zuvuyas. Las zuvuyas, por supuesto, son las líneas radiadas del giro 
			de la comunicación interdimensional e intergaláctica de los 
			poderosos ovillos de los CSRs.
 La transducción se refiere al descenso de engramas penta-dimensionales 
			hacia construcciones cuatri-dimensionales o espectros radiosónicos. 
			Era esa capacidad de transducción lo que ahora estaba a nuestra 
			disposición en tanto domesticadores de planetas. El holón o cuerpo 
			eléctrico mismo es el agente de transducción de la quinta a la 
			cuarta dimensión, así como el cuerpo vegetal tri-dimensional es el 
			agente de transducción de la cuarta a la tercera dimensión.
 
			La primera dimensión es aquello a lo que nos referimos como la 
			dimensión lunar o de la vida que, con la segunda dimensión - lo que 
			ustedes llaman electricidad -, crea el plano tri-dimensional de la 
			existencia. Siendo eléctrica, la segunda dimensión da cuenta de la 
			construcción de los órganos de percepción y está directamente 
			relacionada con el cuerpo eléctrico cuatri-dimensional, u holón. En 
			realidad, la tercera dimensión es la mente, pero la mente como 
			forma. Es sobre este conocimiento de la mente como poder conformador 
			que se basa el cabalgar el púlsar. Y es el cabalgar el púlsar la 
			característica más distintiva y universal de la Sonda de Arcturo.
 
			Armados de nuestros nuevos poderes y conocimientos, nuestros 
			reformulados batallones de arcturianos heteróclitos y homóclitos de 
			holones de esporas, partieron en una investigación del cabalgar el 
			púlsar. La experimentación estaba en el orden del día. Los dientes 
			de engranaje radiales estaban girando. La emanación excesiva de 
			radión e híper-radión hablaba de los profundos ataques de amor que 
			se producían entre nuestros equipos. Los sistemas de Regulus y de 
			Vega se hallaban dentro de nuestro campo de acción.
 
			Por el momento, retrocedió la intensidad del plan de Lucifer. Lo que 
			captó nuestra atención fue la exploración de otras formas de vida de 
			cuerpo vegetal. Cuanto mayor fuera la intimidad que lográsemos con 
			estas formas de vida, mejores serían las circunstancias en nuestra 
			tarea de domesticar planetas. Todos sabíamos, a partir del 
			lanzamiento de los escudos femenino y masculino, que finalmente 
			nuestra concentración nos conduciría a la lejana 
			
			Velatropa 24, la 
			estrella Kinich Ahau, “guardián armónico de la luz distante.”
 
			Con tal intención, buscamos otras formas de vida con cuerpo vegetal 
			basadas en el carbono, pues se nos había informado que Velatropa 24 
			era fundamentalmente un proyecto de diseño basado en el carbono. 
			Nuestra idea era reunir los engramas de varios tipos de forma de 
			vida inteligente y transmitirlos al sistema estelar de Velatropa. 
			Formas de vida tomadas de mundos “saludables” en universos paralelos 
			podrían proveer de factores estabilizadores a formas de vida 
			inficionadas por la cepa de Lucifer. Esas formas de vida 
			estabilizadoras nos permitirían además contar con ambientes 
			apropiados para la encarnación de algunas de nuestras sondas.
 
			Deseando evitar formas ya en proceso de evolución en el sector de 
			Velatropa, iniciamos exámenes sistemáticos de universos paralelos. 
			Los resultados fueron más que fructíferos. Utilizando lo mejor de 
			nuestra capacidad heteróclita para la penetración telepática, junto 
			con la capacidad homóclita para crear semejanzas, tuvimos éxito en 
			reunir numerosos engramas.
 
			Entre esos engramas, hallamos dos especialmente selectos: los que 
			ustedes llaman “perro” y “ballena.”
 
				
			 
			Lo que más nos impresionó acerca de esos dos tipos fue el grado de 
			integración de funciones binarias dentro de una forma monádica. 
			Esto, combinado con una telepatía superior entre los de su propia 
			especie, llamaron la atención de nuestras más sensibles unidades 
			para continuar la investigación. 
			Una vez que tuvimos esos tipos enfocados en sus universos paralelos, 
			fuimos capaces de ingresar en sus engramas. Durante mucho tiempo, 
			algunos de nosotros estuvimos correteando en jaurías, mientras otros 
			nadaban en grupos. Nos familiarizábamos con ambos tipos de forma 
			social y apreciábamos sus complejos niveles de comunicación 
			telepática.
 
			El tipo ballena, en particular, había creado maravillosas formas 
			planetarias de arquitectura radiosónica de las que aprendimos mucho, 
			mientras que con la forma perro hallamos una forma superior de 
			empatía emocional. Inútil es decirlo, ambos tipos poseían conexiones 
			muy eficientes entre sus cuerpos vegetales y sus holones, un 
			prerrequisito para su adaptación a niveles más elevados de vida 
			galáctica.
 
			Habiendo explorado las capacidades de esas formas de vida a nuestra 
			entera satisfacción, convocamos a un consejo con los que, en ambos 
			tipos, tenían holones de mayor edad, cada uno en su respectivo 
			universo paralelo. Les explicamos quiénes éramos, la naturaleza de 
			nuestra misión y qué queríamos de ellos.
 
			De los dos tipos, las ballenas eran las más perceptivas 
			intelectualmente. Habiendo oído acerca de la 
			
			Federación Galáctica, 
			las ballenas solicitaron visitar primero el sistema de Sirio antes 
			de ser enviadas en una migración cristalina hacia la parte más 
			obscura del sector experimental. La razón para ello era que la 
			ballena podría memorizar y mantener registros perfectos en su enorme 
			acumulador sensorial (lo que ustedes llaman cerebro) y, por lo 
			tanto, ser un archivo galáctico disponible en los planetas donde 
			sería usado para domesticación.
 
			El tipo perro también hizo un único pedido: que cuando fuera 
			utilizado como Sonda de Arcturo en el sector experimental, se le 
			permitiera adaptarse simbióticamente al cuerpo emocional de la 
			especie más responsable del planeta, para así continuar el 
			“experimento” en él. De esa manera, el perro podría domesticar 
			emocionalmente a la especie simbiótica, la humana, en interés de la 
			Sonda de Arcturo.
 
			Esos dos ejemplos de empatía de la Sonda, ballena y perro, se 
			cuentan entre los más felices que podemos recordar.
 
			  
			Algunas de nuestras más nobles esporas 
			encarnaron a través de los cuerpos del perro y la ballena, que nos 
			dejaron algunos de los más fieles informes acerca de sucesos 
			producidos profundamente en el torturado corazón de Velatropa 24. 
			  
			
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 24. REGRESO AL 
			DRAGÓN: FUENTE LA MATRIZ
 
 YO SOY CANUS G. Entre los mayores del universo K-9, un reino 
			totalmente paralelo al vuestro, soy considerado el más venerable. 
			Sabias son mis maneras de conocimiento empático. Soy yo quien soy 
			recordado por mis grandes acciones para atraer a los Arcturianos 
			hacia nuestro redil. Soy yo quien les enseñó cómo continuar, a ellos 
			que son tan obstinados con su Sonda. Así es como sucedió.
 
			Cuando estos Arcturianos nos encontraron por primera vez, o nosotros 
			a ellos - pues somos igualmente habilidosos en déjà vu - poco sabían 
			que nuestro reino no era sino la entrada hacia muchos otros reinos.
			
			Balena, la anciana de las ballenas, y yo vimos que esto sucedería. 
			Sabíamos que nuestras líneas genéticas nos conducirían a un mayor 
			contacto con los del universo de Lucifer. Balena supo esto aún antes 
			que nosotros. Balena nos advirtió, Balena que previó las gran 
			migración de muchos de nuestros tipos. Y esto es lo que Balena, la 
			ballena maga profetisa, nos dijo.
 
			Allá, en un vasto universo paralelo a los nuestros, un gran ser, 
			Lucifer, ha creado ardides y artefactos para confundir y enajenar, 
			con el fin de crear poder. Lo que él creó, lo imitó. Lo que él creó, 
			lo robó y luego lo vendió, haciendo que otros pagaran. El creó un 
			gran juego y todos en ese universo se vieron involucrados en ese 
			juego, sea que quisieran involucrarse en él o no. Y un día, algunos 
			de los involucrados en ese juego nos buscarían. Y nosotros 
			estaríamos dispuestos.
 
			De esa manera, nosotros ya sabíamos de la llegada de los Arcturianos. 
			Esos Arcturianos eran afectuosos y dignos de ser amados. Los 
			seguimos con el fin de aprender. Pero entonces el día llegó en que 
			ellos debían seguirnos a nosotros. Sucedió cuando un apéndice de 
			ellos encarnó en una camada. Nacidos de Sheena G., la reina de la 
			jauría, cada cachorro en esa camada fue vivaz y curioso. Sabíamos 
			quiénes eran. Sabían quiénes éramos. Su sonda los había hecho uno 
			con nosotros. Ese era el grupo que yo habría de guiar por senderos 
			de amor y gloria.
 
			Ellos deseaban aprender más. Yo les mostraría. Tomé esta camada, ya 
			crecida como una joven y retozona jauría, a través de portales 
			interdimensionales que conducían hacia otros universos. Primero los 
			llevé hacia el universo caballo, donde el mayor de los unicornios,
			
			Alyssa U, preside para siempre, y les mostré ese noble reino. 
			Asombrados por la maravilla y variedad del tipo “caballo”, 
			incluyendo el alado pegaso y como asimismo los robustos ruanos y 
			sementales salvajes, la jauría de perros arcturianos estaba fuera de 
			sí.
 
			Formando un círculo y llevando sus cabezas hacia atrás, aullaron al 
			unísono. Su aullido era una invocación. Pronto, formas de holones de 
			esporas arcturianas aparecieron entre ellos. Fueron estas esporas 
			las que iniciaron el diálogo con los caballos. Majestuosas fueron 
			las actitudes que los caballos desplegaron ante las esporas 
			arcturianas. Cada modo de andadura y galope, cada ingenioso giro de 
			la cabeza y movimiento de la crin, fueron saludados con 
			reconocimiento por los Arcturianos. Los Arcturianos querían más. 
			Parecía que nada les parecería suficiente por parte de nuestros 
			“saltimbanquis animales.”
 
			A continuación, ingresamos en el universo felino. Mi jauría de 
			perros arcturianos y su contingente de esporas acompañantes estaban 
			propiamente impresionados. Grandes leones, tigres con dientes de 
			sable, panteras, gatitos siameses y persas, leones monteses y 
			jaguares - todos hicieron cabriolas, gruñeron y brincaron con 
			alegría zalamera, misteriosa. Entonces llegaron las tribus de 
			elefantes, los osos, y muchos otros. Los mostramos, y también a los 
			alados, los que vosotros conocéis como aves, las águilas y los 
			papagayos, los gorriones y las lechuzas también. Ante cada tipo, los 
			Arcturianos quedaban impresionados y se unían a ellos en diálogo 
			telepático cuatri-dimensional.
 
			Finalmente, ingresamos al universo mono. Si nunca habéis estado en 
			el universo mono, deberías considerar ir allí. Es el universo más 
			feliz, más libre, de todos. Ni siquiera los gorilas y los monos 
			dejan de jugar. Aquí los Arcturianos, tanto la jauría de perros como 
			las esporas, estuvieron reflexionando e investigando mucho tiempo. 
			Era como si se hubieran cruzado con algo que habían estado buscando 
			durante mucho tiempo. Por fin, con el rey mono, el más mayor, el 
			mismísimo pícaro y cartilaginoso
			
			Thotmosis, la jauría de perros y 
			las esporas quedaron encantados y extasiados.
 
			Thotmosis miró largamente a todos los que estaban reunidos. Sus 
			ágiles zarpas jugueteaban eróticamente con su miembro viril. Esto 
			provocó que la reina mono, 
			
			Hypnesia, se arrojase repentinamente 
			frente a él, aterrizando directamente sobre el excitado miembro. Los 
			Arcturianos no podían dejar de reír y lanzar vítores de aprobación.
 
			Entonces Thotmosis habló. En la cadencia del sonsonete de los monos, 
			su mensaje fue animado y también indeciso.
 
				
				“Oh, Arcturianos! 
			Vosotros que moldeáis el encantamiento del sueño y ejecutáis el 
			Oráculo del Mago, que danzáis para conocer la manera más elevada, 
			para superar todos los obstáculos, para rastrear la cepa de Lucifer 
			hasta su fuente primigenia, nosotros os contemplamos en vuestra 
			inocencia y sabiduría, pues sabemos que eso es a lo que aspiráis. 
			Oh!   
				“Observadnos bien, al rey y la reina 
				monos. Lo que vosotros llevaréis a cabo surgirá de este momento 
				de supremo conocimiento.”  
			En este punto, Hypnesia se inclinó hacia 
			adelante en loco, orgiástico éxtasis. El miembro viril de Thotmosis 
			aún se hundía dentro de ella. Cuando los últimos estremecimientos 
			orgásmicos se calmaron en su ahora sosegado cuerpo, yaciendo en una 
			relajada languidez, su pene aún insertado en ella, Thotmosis 
			continuó hablando a la reverente asamblea arcturiana. 
				
				“Vosotros Arcturianos sois victoriosos en vuestro ser. No sufriréis 
			finales miserables en vuestra interminable aventura. Pero recordad 
			siempre lo que ha sucedido aquí.”  
			El rey mono terminó su críptico 
			discurso y se fue con una cabriola, Hypnesia saltando más adelante. 
				
				“Debemos continuar,” imploraron los Arcturianos. 
				 
			Sabía lo que 
			querían decir. Sabía adónde debíamos ir. Ingresamos entonces al 
			último de los universos paralelos, el Dragón. Allí, en el reino 
			llamado Ka-Mo, la guarida del dragón, nos detuvimos. La guarida 
			estaba repleta de dragones. Entrelazados en grandes masas de colas y 
			miembros, su antigua piel moviéndose apenas en medidos resuellos, 
			eran un espectáculo digno de ver. 
			Tras una larga pausa, uno de los dragones volvió su cabeza y 
			perezosamente dejó salir un rugido de fuego y humo. Los Arcturianos 
			se juntaron en un pequeño nudo apretado de perros y holones de 
			esporas. Era la madre dragón misma, la anciana a quien conocimos 
			solamente como Ma.
 
			  
			Y entonces fue su turno de hablar, de 
			plantear el diálogo telepático. 
				
				“Yo soy Ma de Ka-Mo. Soy la madre de 
				los dragones. Conocedme y conoceréis la matriz. Ya desde los 
				Asesinos de Dragones de Aldebarán sabéis de nosotros. Pero ¿por 
				qué son conocidos como los Asesinos de Dragones?”  
			Dado que no 
				recibía respuesta alguna, Ma echó nuevamente su cabeza hacia 
				atrás y arrojó otra rugiente ráfaga de fuego y humo por las 
				temblorosas y sensibles ventanas de su nariz. 
				
				“¿Pensáis realmente que no hay quien pueda matar a un dragón? ¿Y 
				con qué, y por qué razón? No hay que ser más grande que el 
				dragón. Matar a un dragón es conquistar a vuestro mayor enemigo: 
				vosotros mismos. Entonces seréis merecedores de ser llamados 
				Asesinos de Dragones. A tal Asesino de Dragones, nosotros los 
				dragones le daremos la bienvenida por siempre. Pero sabed esto, 
				oh navegantes arcturianos, aunque no pueden matarnos, podemos 
				apartarnos.   
				Podemos permanecer ocultos para 
				quienes verdaderamente nos asesinarían. Podemos hibernar, 
				cambiar de forma y engañar hasta que llegue el momento de que 
				nuestro poder deba ser visto y conocido nuevamente. Les 
				ofrecemos este poder como aliados nuestros. Pues sabemos de 
				vuestro propósito y misión, Arcturonautas, y es bueno de acuerdo 
				con los consejos del dragón de Ka-Mo!” 
			Entonces, con grandes trompetazos de 
			estremecedor aliento y fuego y humo, la guarida de los dragones se 
			despertó. Fue como si el universo entero se hubiera fragmentado. En 
			grandes guirnaldas de llamas y rocas ardientes, apareció un portal. 
			Luminoso y simple en su forma abovedada, el portal reclamó la 
			presencia de nuestro grupo itinerante.  
			  
			Nunca antes había visto este 
			portal, yo, 
			Canus G., el sabio mayor del reino canino, el universo 
			K-9. 
			Prudentemente, mostré el camino. Y cuando todos hubimos atravesado 
			el luminoso portal abovedado, nos encontramos en un lugar más allá 
			del tiempo, más allá de la diferenciación entre criaturas. Nos 
			encontramos en un reino mágico, la fuente primigenia, el lugar de 
			nacimiento y de juego de los constructores y amos estelares. En 
			nuestra aventura de inocente sondeo, habíamos llegamos a las fuentes 
			de la matriz. Por ello yo, Canus G., el mayor canino, gozo de justa 
			fama.
 
			  
			Aquí, donde mi cola por siempre se 
			menea, finaliza mi relato. 
 
			
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			25. LOS 
			MAYORES DE LA CORRIENTE: VELATROPA EN FOCO
 
 CUANDO CORRIÓ LA VOZ de que la sonda de K-9 había sido conducida a 
			la matriz, nosotros los batallones arcturianos de la Sonda (como 
			habíamos llegado a considerarnos), todos comprendimos que había 
			acaecido cierto tipo de victoria, cierto tipo de punto de inflexión.
 
			Estar en el reino místico de la matriz, el lugar uno que es la 
			fuente misma, de la Liga de Cinco, y de los cinco escudos de la 
			Federación Galáctica - era una cuestión de tremendo regocijo. Aún 
			cuando sólo fuera para los pocos que habían entrado al reino canino, 
			no menos se trataba de una alegría a ser telepáticamente compartida 
			por todos nosotros.
 
			Ansiosamente, aquellos de nosotros en Vega y Regulus juntamos las 
			piezas de los informes que llegaban a nuestros monitores. Parecía 
			que tanto el contingente canino como los holones de esporas que se 
			habían unido a él, eran ahora parte inextricable de la matriz, fuere 
			lo que fuere que esto quisiera decir. Pronto lo averiguamos.
 
			Donde una vez había habido una brigada arcturiana canina y su 
			seguidor, el pelotón de holones - los Arcturonautas, como Ma de Ka-Mo 
			los llamara - eran ahora los comunicadores de aquéllos conocidos 
			como los mayores de la corriente.
 
			Supimos que un mayor de la corriente es alguien que ha logrado todo 
			lo que puede ser logrado; que ha servido atentamente y se ha 
			sacrificado por la meta del amor uno; que ha domesticado el deseo 
			por la retribución; que ha ido más allá del reino del dragón - hacia 
			la matriz. Y allí, en la matriz, se encuentran otros mayores de la 
			corriente.
 
			  
			Son ellos quienes entretienen a los constructores y amos 
			estelares, quienes inventan las canciones y recitan los juramentos 
			cristalinos que se trasladan por la infinita zuvuya. 
				
				“Pero ¿a qué se refiere esta 
				‘corriente’, oh mayores de la corriente?” preguntamos. 
				“Esta corriente es la del parentesco con todo,” llegó la 
				respuesta. “Nosotros somos mayores de la corriente porque hemos 
				logrado el parentesco con todo. Pero somos apenas los más 
				jóvenes de los que encontraréis aquí. Aunque habitamos ahora en 
				lo que para vosotros son las brumas del paraíso, permanecemos 
				inquietos y atentos en pro de todo lo que existe. Hasta para ése 
				conocido como Lucifer nos activamos, y nos activaremos, hasta 
				que este episodio esté concluido.”
 
				“Pero decidnos más. ¿Qué significa para nuestra misión que 
				hayáis alcanzando la matriz?” inquirimos, ansiosos por conocer 
				el misterio de los misterios.
 
				“Arcturianos heteróclitos y también homóclitos, vuestra fortuna 
				es buena y generosa. Conocedores como sois, no podéis verlo y 
				conocerlo todo. Ni podemos deciros todo cuanto sabemos y 
				conocemos. Pero habéis logrado poderes tan benignos que no 
				pueden ser abusados. No obstante, si no los usáis, todo carecerá 
				de valor.
 
				Ahora tenéis tres anclas: Memnosis, que ansiosamente guarda los 
				pabellones de la perdurabilidad en la lejana Altair; Merlín, 
				que precisamente ahora entrena nuevos magos en las intemporales 
				arboledas de Procyon; y entre y en medio de ellos estamos 
				nosotros, los mayores de la corriente, con nuestro fiel guía 
				Canus G. Todos estamos aquí por vosotros. Aquellos de vosotros 
				que han quedado y están ahora reunidos en Vega y Regulus, deben 
				lograr su foco.
 
				“Habéis sido nombrados domesticadores de planetas. Lo que ha 
				sucedido y resta aún por suceder es todo un propósito. Aquí, 
				dentro de la matriz, se encuentra el gran átomo galáctico del 
				tiempo, la fuente del propósito y de todo lo que el destino hace 
				girar. Hemos estado en ese átomo galáctico del tiempo. Nos hemos 
				autorrenovado en su llamarada interdimensional de 
				intersecciones.
 
				“Desde ese átomo, y así también dentro de él, rotan las cuatro 
				estaciones galácticas, emanan cuatro cuadrantes galácticos. En 
				el centro del átomo del tiempo se halla una esfera de cristal, 
				visible y aún así invisible. Esta esfera gira más allá del 
				conocimiento. En ella, todo está contenido, todo es revelado. En 
				ella reside el propósito. La Sonda está tejida a partir de este 
				propósito. Mucho antes de la existencia de Arcturo, era la 
				Sonda. Es sólo a través de nosotros que la Sonda ha despertado. 
				Pero nosotros no fuimos sus constructores, ni tampoco la 
				Federación Galáctica es el constructor de la Sonda.
 
				“Pero en este propósito que a nosotros los mayores de la 
				corriente se nos ha permitido ver, hemos leído qué es lo que 
				vosotros debéis hacer y adónde debéis ir. Si alguna vez habéis 
				de devolveros a Arcturo, debéis hacer según el propósito lo 
				indica.”
 
				“¿Y qué nos dice?” Surgieron anhelantes nuestras preguntas.
 
				“Cuatro clanes hay para establecer el parentesco de la Matriz. 
				Cuatro clanes debéis conocer y seguir: Fuego, Sangre, Verdad y 
				Cielo. Guiados por la quinta fuerza, esos cuatro clanes tienen 
				por objeto la domesticación de Velatropa. No debéis demoraros 
				más, sino iniciar vuestro camino según ese propósito hacia la 
				distante estrella Kinich Ahau, Velatropa 24. Allí, aquellos de 
				vosotros Arcturianos que comprenden lo que significa representar 
				a la estrella pastora, hallaréis el fin de vuestra misión, la 
				Sonda de Arcturo. Sólo entonces habréis recuperado vuestra 
				tierra natal. Pero esto es todo por ahora: hasta que hayáis 
				encontrado a los constructores de planetas que determinaron los 
				globos orbitales de Kinich Ahau, vuestro viaje no irá más allá.”
 
			Entonces se nos permitió una visión. 
			Como surgiendo de nuestros corazones, todos y cada uno de los 
			holones de esporas en nosotros vio las brumas en derredor de la 
			fuente de todo, la legendaria matriz: lentamente, suaves luces y 
			maravillosas formas nos abrazaron, se fusionaron con nosotros y 
			luego se disolvieron, sólo para volver a reunirse en formas nuevas, 
			aún más inventivas.  
			  
			¿Eran estos mayores de la corrientes 
			nuestros kin de esporas precedentes?
 
			Como en respuesta a ello, apareció una 
			intersección de planos de luz y sonido, tersa y cristalina. Cuatro 
			rayos brotaron del punto central de intersección. Entonces, 
			manteniéndose estable, el extremo de cada uno de los rayos rotó, 
			casi trazando un círculo. Esta especie de svástica comenzó entonces 
			a rotar, moviéndose más y más rápidamente hasta volverse borrosa, y 
			luego el borrón se transformó en una esfera cristalina. Dentro de la 
			esfera cristalina estaba todo lo que podía ser visto o conocido. 
			Nunca habíamos contemplado cosa semejante. En ella se hallaba el 
			propósito. Y el propósito éramos nosotros. 
			Como una sola espora majestuosa, todos nuestros seres individuales 
			se unieron en amor para crear el siempre evolutivo aunque nunca 
			cambiante propósito de la espora galáctica única. Las raíces de 
			nuestra “esporidad” galáctica se dirigieron profundamente al 
			distante sistema estelar de Kinich Ahau. El casquete o corona se 
			abrió en el radiante fulgor de Hunab Ku.
 
			  
			Bajo el casquete de la espora galáctica 
			se encontraba, entre otras, nuestra estrella natal Arcturo. Flotando 
			en luminosas simetrías a lo largo y alrededor de la columna de la 
			espora galáctica, podíamos ver cómo los destinos de nuestros 
			apéndices viraban y andaban su camino, a la ventura aunque 
			magnética-mente, en dirección de las alas orbitales de Velatropa 24, 
			escasamente visible en los insondables territorios del ser 
			galáctico. 
			Habiendo visto el propósito, necesitábamos hallar a los 
			constructores de planetas.
 
			  
			
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 26. INSTALACIÓN DE LA 
			ESTACIÓN INTERMEDIA AA
 
 YA LES HEMOS HABLADO acerca de las categorías de los ingenieros 
			“graduados” del propósito. Los constructores y amos estelares penta-dimensionales 
			supervisan los ciclos estelares de la existencia, nutriendo 
			cuidadosamente a las estrellas a través de la etapa que ustedes 
			denominan supernova. Una supernova es, en realidad, la etapa en que 
			el material tri y cuatri-dimensional de una estrella se transmuta en 
			fuerza-g y en reconstrucción dimensional elevada, como resultado de 
			haber alcanzado un punto máximo de placer y excitación colectivos.
 
			Los constructores cuatri-dimensionales de planetas, o diseñadores de 
			planetas, trabajan como aprendices de los amos estelares. De éstos, 
			los diseñadores de planetas aprenden variedades de diseños para una 
			gran variedad de campos orbitales - una estrella puede tener tan 
			pocos como seis, o tantos como cuarenta y ocho cuerpos planetarios. 
			El diseño planetario individual - ingeniería de las esferas 
			orbitales - depende totalmente de la posición orbital, tamaño del 
			planeta, tipo de estrella, y así en adelante. Los planetas pueden 
			ser diseñados para ajustarse a una gran variedad de manifestaciones evolucionarias en diferentes dimensiones y ciclos (fuera de la 
			longitud de onda de lo que ustedes tan mezquinamente llaman vida). 
			Pero la principal función de un planeta es mantener su frecuencia 
			orbital.
 
			Debido a la vasta amplitud de posibilidades de evolución planetaria, 
			las responsabilidades de los domesticadores de planetas - la 
			categoría a la que habíamos sido elevados - se dejaban 
			intencionalmente indefinidas. Sin embargo, el punto de la 
			domesticación de planetas es asegurar el campo orbital de una 
			estrella y supervisar la alianza armónica desarrollada entre los 
			planetas en sus posiciones orbitales.
 
			La actividad de domesticar planetas es una especie de custodia. Los 
			planetas, deben recordar, son “niños” estelares. Las estrellas son 
			las cosquillas sensoriales de la Madre Galáctica. Los planetas son 
			las esporas sensoriales individuales de una estrella. Cuando los 
			planetas están alineados y sus esporas maduras, la estrella 
			descuella en su tipo, y la Madre Galáctica es feliz.
 
			No hace falta decir que la mayor parte de la domesticación 
			planetaria se ha realizado en las zonas experimentales de todos los 
			cuatro cuadrantes galácticos. Esa información general era casi todo 
			lo que sabíamos. Siguiendo lo comunicado por los mayores de la 
			corriente, sabíamos que necesitábamos hallar mucho más acerca de esa 
			domesticación de planetas - y debíamos aplicarnos con precisión 
			respecto de Velatropa 24, Kinich Ahau.
 
			Nos reunimos en un congreso interdimensional en la estación 
			satelital del CSR, en la dirección del 
			
			Ancla Resplandeciente. Este 
			conglomerado de actividad de la Federación segura-mente nos 
			proveería de información acerca del paradero de los diseñadores de 
			planetas en sazón. Por suerte para nosotros, un contingente de 
			ingenieros en diseño planetario estaba tomando algo así como unas 
			vacaciones en la estación satelital del CSR. Era un grupo de 
			diseñadores proveniente de Antares.
 
			Estos Antareanos se habían especializado en diseño planetario en 
			todos los cuadrantes de la galaxia. Dada la naturaleza de su labor y 
			la disminución del número de nuevas estrellas, los Antareanos 
			estaban hambrientos de algo diferente. Nos acercamos a ellos en el 
			momento preciso. Dada su pericia en diseño planetario, sugerimos, 
			¿no sería sensato aliarnos con los Antareanos y permitir que nos 
			asistieran en nuestro proyecto? Después de todo, al menos hasta 
			donde podían recordarlo, a ellos se debía el diseño planetario 
			original de Velatropa 24.
 
				
				“¿Se trata de un proyecto de doce o 
				de diez planetas?”, se preguntaron.  
			La falta de certeza aumentó sus razones 
			para unirse a nosotros, pues así podrían verificar el proyecto.
			 
				
				“Pero,” advirtieron, “ domesticar 
				planetas requiere colonización galáctica. Y colonización 
				galáctica - bueno, requiere un gran conocimiento de biología 
				cósmica, y la ciencia y el saber de la Matriz. ¿Realmente poseen 
				ese conocimiento?” 
			Un apéndice de Analógicos habló en 
			nombre de los Arcturianos reunidos.  
				
				“Nosotros somos de Ur-Arc-Tania. No 
				sólo somos eruditos sino sabios. Pueden pensar que, comparados 
				con ustedes, somos unos advenedizos, pero ya nos hemos 
				enfrentado con más de lo que cualquiera necesita saber acerca de 
				esta zona experimental y sus dominios biológicos. Sí, Lucifer ha 
				hecho bien su trabajo. Y así, con nuestra Sonda, hemos 
				sobresalido. Por tal motivo, también sabemos mucho acerca de la 
				matriz, su saber y su ciencia, como ustedes dicen.” 
				“¿Y qué saben exactamente acerca de la ciencia de la ingeniería 
				planetaria?”
 
			A esto, los sagaces Analógicos 
			respondieron alegremente,  
				
				“Nada en absoluto. Pero esperamos 
				aprender todo lo que ustedes sepan, oh sabios Antareanos.”
				 
			Y con esta respuesta nació la gran 
			alianza entre los Arcturianos y los Antareanos, una alianza que 
			condujo a la instalación de la Estación Intermedia Arcturo-Antares (AA). 
			Como habría de verse, los Antareanos y los Arcturianos nos 
			necesitábamos mutuamente, en más de una manera. Como nosotros, los 
			Antareanos también se habían desarrollado como una especie de 
			espora.
 
			  
			Pero en tanto nosotros poseíamos siete nodos sensoriales, 
			ellos sólo poseían cinco.  
				
				“Edición mejorada. Los modelos 
				anteriores eran mejores, más eficientes,” dijeron orgullosamente 
				acerca de sus "sí mismos" más antiguos. 
			Aún así, averiguamos, no estaban 
			equipados con filtros eróticos, como los de nuestro tipo. Esos 
			filtros permitían el total funcionamiento de la excitación erótica, 
			bloqueando todo estímulo a la imaginación excepto los más eróticos. 
			Por otro lado, debido a que poseían dos nodos sensoriales menos, 
			contaban con una concentración mucho mayor. Con todo, trabajando con 
			nuestras diferencias, aprendimos a comprometernos eróticamente unos 
			con otros para nuestro mutuo beneficio. 
			Esos momentos de intimidad proveyeron la receptividad necesaria para 
			que los Antareanos demostraran sus conocimientos de diseño 
			planetario. Aunque habían sido aprendices de los constructores 
			estelares en la galaxia de Orión, ninguno de su grupo había 
			realmente experimentado la matriz, por lo menos no como nuestros 
			mayores de la corriente. Empero, el conocimiento y la experiencia de 
			los Antareanos eran vastos. Así que nuestra co-participación era 
			complementaria y completa.
 
			El diseño planetario, como los Antareanos lo practicaban, es una 
			forma de composición musical. Para practicar este arte, uno debe 
			poseer un sensorio multidimensional. Los Antareanos nos condujeron a 
			uno de tales sensorios profundamente dentro del CSR satelital. Allí 
			pudimos experimenta un simulacro de construcción planetaria.
 
			Cada órbita planetaria es como un tono o un acorde. El planeta mismo 
			es la nota que mantiene el acorde tonal. La nota planetaria es 
			“inscripta” según la calidad de resonancia del acorde tonal u 
			órbita. Las inscripciones que lleva un planeta definen los tipos de 
			formas de vida que es capaz de manejar, tales como carbono o 
			silicio. Todos los planetas de un sistema estelar dado deben ser 
			cuidadosamente inscriptos de modo que sus relaciones mutuas sean 
			también armónicamente resonantes.
 
			Todo este proceso es extremadamente delicado, y llevado a cabo 
			mediante una forma suprema de concentración o meditación grupal.
 
			  
			Cualquier hesitación o pérdida de conciencia o discernimiento puede 
			dar como resultado “aberraciones” evolucionarias. 
				
				“Lucifer fue, una vez, diseñador de 
				planetas, o por lo menos puso sus manos en eso,” comunicó 
				Ana-Tara, la más vieja y sabia de los apéndices Antareanos. “La 
				curiosidad de lo que podría suceder si la conciencia fuera 
				dirigida de manera demasiado desviada - eso es lo que inició 
				todo este desbarajuste cósmico. Y ahora, henos aquí con ustedes, 
				heteróclitos arcturianos y sus fieles colegas homóclitos. 
				Ustedes piensan que domesticando planetariamente un sistema 
				estelar podrán vencer el plan de Lucifer. Veremos. Será un 
				proyecto prolongado y muy peligroso. 
				“Pero este Velatropa 24,” continuó Ana-Tara, el apéndice de 
				múltiples voces, “sí, nosotros fuimos responsables de su 
				programa de diseño planetario, pero no fue fielmente ejecutado. 
				No estamos seguros de cuál fue el problema. Quizás fue un asunto 
				del número de planetas - ¿eran doce? ¿O solamente diez? Se lo 
				pensó como un típico proyecto de doce planetas, como Arcturo, 
				pero cuando después de haber trazado los planos se llevó a cabo 
				la supervisión, se contaron solamente diez.
 
				“Vuestra llegada aquí, al satélite del CSR, es oportuna. Con su 
				asistencia, Arcturianos, debemos ahora comandar este satélite en 
				beneficio de la Sonda. En honor a todos nosotros, rebautizaremos 
				esta estación como Estación Intermedia Arcturo-Antares. Pues es 
				aquí que estamos a mitad de camino entre nuestras estrellas 
				natales y el Ancla Resplandeciente. Y es también aquí que nos 
				hallamos a mitad de camino de determinar el resultado del plan 
				de Lucifer.”
 
			Cuando Ana-Tara completó sus órdenes, 
			todos a una supimos que habíamos logrado nuestro foco.  
			  
			Y con nuestro foco supimos que, en el 
			debido momento, todos nos dirigiríamos a casa. 
			  
			
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