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 SEGUNDA PARTE
 RECORDANDO LA NAVE DEL TIEMPO
 
 
			  
			1. PREGUNTAS 
			DE LA INTERMEDIA
 
 LA INTERMEDIA HA PUESTO EN MARCHA NUESTRA HISTORIA. Lo que parece 
			ser nuestra historia es también la suya.
 
			  
			Su historia es simple: ¿cómo pueden 
			vencer a la muerte?  
			  
			O, más exactamente,  
				
					
					
					¿Qué es la muerte y cómo pueden 
					vencer el miedo a la muerte? 
					
					¿Por qué no lo saben? 
					
					
					¿Qué es este cuerpo suyo? 
					
					
					¿Qué habita en él? 
					
					¿Qué pasa luego de que el cuerpo 
					desaparece?  
			Si supieran qué sucederá luego de que su 
			cuerpo desaparezca, o qué sucedió aún antes de que lo tuvieran, ¿se 
			comportarían de manera diferente? Nadie puede sustraerlos a la 
			muerte, así que ¿para qué se esfuerzan tanto por evitarla?  
			  
			Aún cuando, insólitamente, dicen creer 
			que hay vida después de la muerte, ¿por qué, aún así, insisten en 
			apoyar esta vida sobre garantías? Si realmente no conocen la muerte 
			y la causa del miedo a la muerte, entonces ¿qué saben realmente 
			acerca de la vida? 
			Ah, cosa fea, pueden pensar. Demasiado profundos, estos Arcturianos. 
			Demasiado vasta, esta Federación Galáctica. Puede ser. Pero 
			entonces, ¿qué van a hacer cuando mueran?
 
			Les resulta más fácil con cuentos de hadas, con fábulas y canciones; 
			así que continuemos descifrando este tapiz cósmico, nuestra 
			historia, y vean lo que resultará de ella.
 
			  
			
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 2. INFORME DE ARC-TARA - MUERTE OCULTA, MUERTE DEVELADA
 
 YO SOY EL UNO MÚLTIPLE, la llamada Arc-Tara, la que conoce el 
			supremo sendero hacia las estrellas, la enlazadora de mundos, la 
			conocedora de la muerte. Soy el central entre los apéndices, 
			Ana-Tara. Esta es mi historia.
 
			Entre aquéllos de Antares se me considera aparte, pues tempranamente 
			produje un agravio que le causó a mi familia estelar una gran 
			consternación, y una contingencia aún mayor. Fue esta contingencia 
			lo que los condujo a la Sonda y, finalmente, al pleno contacto con 
			los Arcturianos.
 
			Mi historia comienza en los campos estelares de Orión donde, entre 
			los constructores estelares de Rigel y Betelgeuse, aprendimos las 
			artes de la construcción y el diseño de planetas. En el sensorio 
			celestial donde los constructores estelares estaban iniciándonos en 
			el arte y la técnica del grabado resonante, recibí una llamado: una 
			luz penetró en mí, pero desde adentro. La luz ardía, y supe que 
			debía abandonar el sensorio. Fue lo único que supe.
 
			Originalmente, había sido seleccionada para la misión de Orión 
			debido a mis dones como cantante del cristal. Cantar tonos 
			multirresonantes era considerado un gran don, especialmente por su 
			aplicación en el diseño planetario y para cabalgar la zuvuya. Para 
			mí, este don era algo natural y no uno de mis más profundos 
			intereses. Mi deseo profundo y permanente era establecer contacto 
			con otros elementos del ser galáctico. Quizás, pensé, ése era el 
			significado de la luz que había venido a mí en el sensorio.
 
			Cuando escapé del sensorio hacia el gran, omnirradiante núcleo del 
			CSR de Orión, la luz en mí creció en intensidad. Me convocaba y 
			extasiaba, hasta que terminé totalmente sumida en esa luz. ¿Estaba 
			moviéndome, o era la luz que se arremolinaba en mí y dentro de mí - 
			o ambas cosas? Pronto fui catapultada simultáneamente en cada 
			dirección. Perdí todo sentido del control.
 
			Pronto los remolinos de luz menguaron. Dentro de mi ser, todos los 
			cinco nodos sensoriales experimentaron repentinamente un profundo 
			relajamiento. ¿Había alguien o algo más manipulándome? ¿Era éste el 
			resultado de no haber controlado mi propio deseo por alguno “otro” 
			tipo de contacto?
 
			Fuere lo que fuere, pronto sentí que una inteligencia muy penetrante 
			y brillante me exploraba. Cada terminación nerviosa de mis nodos 
			sensoriales fue penetrada, explorada, rastreada y grabada, excitada, 
			y luego liberada.
 
			  
			¿Quién o qué era esto? 
				
				“Soy Lucifer,” vino la respuesta. 
			Un profundo estremecimiento me recorrió. 
			El escalofrío contrastaba con la tibieza y la excitación apasionadas 
			que habían abrasado cada célula de mi “esporidad”. Mis sentidos 
			escudriñaron, pero allí sólo había una luz suavemente pulsante. 
				
				“¿Acaso no eres, Lucifer, el 
				portador de la luz?” Mi pregunta se respondía a sí misma. 
				“¿Sabes qué has experimentado?” continuó Lucifer.
 
				“Profundo placer, placer indescriptible, algún tipo de 
				conocimiento,” respondí hesitante.
 
				“Quizás. Pero eso es sólo la sensación. Lo que has experimentado 
				es la muerte.”
 
			El luminosamente invisible Lucifer puso 
			énfasis en la palabra muerte. 
				
				“Pero si eso fue la muerte, ¿por qué 
				estoy aún aquí? pregunté, sintiendo todavía el estremecimiento 
				que sigue a placeres secretos. 
			Tras una pausa, Lucifer habló 
			nuevamente.  
				
				“¿Sabes dónde estás? ¿Hay un reino 
				de la muerte?” No tenía respuesta. No sabía dónde estaba, 
				excepto que en la luz. 
				“Mi queridísima, mi elegida. Me has añorado porque se necesita 
				saber. Lucifer, el que trae y porta la luz, es el guardián del 
				reino de la muerte. Pero si la muerte es el placer para todos 
				tus nodos sensoriales tal como acabas de experimentarlo, 
				entonces no es acaso el reino más deseable, esta experiencia 
				llamada muerte?”
 
			Nosotros los de Antatres habíamos 
			lidiado hacia mucho tiempo con ciclos de marchita-miento, así que 
			para nosotros la muerte es virtualmente inexistente - al menos la 
			muerte como conclusión o fin de algo. Las cosas no finalizan. Se 
			reciclan, transmutan, se transforman en otra cosa. De modo que ¿qué 
			era este asunto de la muerte? Si era tan placentera como lo que 
			acababa de experimentar, entonces significaba más que un final. 
			Mucho más.  
			  
			Sí, yo quería saber acerca del reino de 
			la muerte. Y este Lucifer - en el mejor de los casos, una fuerza 
			cósmica erróneamente percibida; en el peor... ¿había algo peor que 
			lo peor con lo que podría lidiar? No. Y así me transformé en 
			aprendiz de Lucifer. 
			Para mis colegas antareanos estaba muerta. Ya no estaba entre ellos. 
			Pero yo sabía que podría regresar. No era fácil abandonar a Lucifer, 
			aunque eventualmente lo hice. Pero antes de dejar a Lucifer, aprendí 
			mucho, mucho debí compartir. Y ésa es la esencia del asunto.
 
			No diré que Lucifer es bueno o malo; Lucifer es simplemente Lucifer. 
			Cuando fui con él, viajamos al gran Cuadrante Norte, un supremo 
			lugar dentro de la quinta dimensión. Ese Cuadrante es el reino de la 
			muerte o, más correctamente, el gran almacén de la muerte. Allí fue 
			donde Lucifer, cuya luz va más allá de la quinta dimensión, me 
			consagró Reina de la Muerte. Y el reino sobre el que debía regir era 
			ese enorme almacén de la muerte.
 
			Como Reina de la Muerte, realicé una inspección de mis dominios, y 
			esto es lo que descubrí. Cada unidad individual del ser galáctico 
			posee un almacén de la muerte igual. La muerte no es otra cosa que 
			la verdad asequible de que dispone cualquier unidad individual del 
			ser para vérselas con su vida. Si una unidad individual ignora la 
			verdad o niega la muerte, entonces este almacén de la muerte quedará 
			oculto, y el individuo vivirá en una corriente de ilusiones autogenerativas. Pero si la unidad individual vive en la verdad, 
			entonces la muerte se revela como el inagotable almacén de la 
			muerte.
 
			Debido a esto, el reino de la muerte, el gran Cuadrante Norte de la 
			Liga de Cinco, es un lugar majestuoso y perpetuamente comprometido 
			como no hay otro. Las unidades individuales del ser son infinitas, y 
			cada uno de sus almacenes es infinito, y cada una de sus verdades, 
			el calidos-copio infinitamente facetado de infinitas posibilidades. 
			Por esa razón, cuando Lucifer me permitió experimentar mi muerte fue 
			algo más placentero que ninguna otra cosa, pues cada nodo sensorial 
			es también una infinidad.
 
			Durante mucho tiempo permanecí perdida, intoxicada en este reino, 
			intoxicada por el poder de Lucifer en conocerlo y aún así mantenerlo 
			secreto. Pero era evidente que Lucifer estaba inquieto. Este reino 
			resultaba insuficiente para él, y también para mí, Arc-Tara, la 
			Reina de la Muerte. Aunque Lucifer no deseaba dejarme ir, en la 
			potencia de mi ser, mi almacén de la verdad me dio poderes para 
			conjurar la voluntad de Lucifer. Otorgándome poder para abandonar 
			este reino, Lucifer me pidió que no compartiese lo que había 
			aprendido.
 
			  
			Pero tampoco pude prometérselo. 
				
				“Que así sea,” declaró Lucifer. “Que 
				seas a partir de ahora conocida como el enlazador de mundos, 
				pues has logrado el arte de enlazar los mundos de la vida y la 
				muerte. Pero no te dejaré. Cuídate, pues mis dominios se 
				extienden con cada giro de la fuerza-g que independientemente 
				del tiempo surge en espiral desde el Hunab Ku. En tanto haya 
				luz, Lucifer habrá de prevalecer.” 
			Reflexionando mucho aún sobre estas 
			palabras, yo, Arc-Tara, regresé. Allí, entre los apéndices de las 
			esporas antareanas, los diseñadores planetarios, reingresé en la 
			tercera y la cuarta dimensión. Cuando y donde la encontré, mi 
			familia original de esporas se hallaba lejos de Orión. Se 
			encontraban practicando sus artes en la zona experimental, llamada 
			Velatropa. 
			Parece que mi repentina desaparición había causado confusión entre 
			nuestras filas. Y fue esto lo que se proyectó a una distante 
			estrella, Velatropa 24, hogar del amo estelar Kinich Ahau. Por este 
			motivo también, fui yo - Arc-Tara, intérprete cristalina de las 
			canciones fuera del tiempo - quien, desde dentro del apéndice de la 
			espora, Ana-Tara, di gozosamente la bienvenida a los Arcturianos 
			cuando arribaron a nuestro lugar de descanso en el satélite del CSR, 
			ahora llamado Estación Intermedia AA, tan próxima y asimismo tan 
			alejada del sol central Alcione, en el Ancla Resplandeciente.
 
			Así, con la llegada de los domesticadores de planetas arcturianos 
			heteróclitos, tal vez podríamos aclarar el error resultante de mi 
			inquieto deseo juvenil de conocer mi propia muerte.
 
			  
			
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 3. VOZ DEL AMO ESTELAR 
			KINICH AHAU
 
 YO EL QUE HABLA SOY LA VOZ DE KINICH AHAU. Durante largos, 
			cavilantes eones he aguardado en la meditación de los constructores 
			galácticos de estrellas. Qué es lo que aguardaba, apenas lo sabía. 
			Alejado de Hunab Ku me hallaba, lejos del Ancla Resplandeciente 
			donde los constructores estelares continuaban su meditación. Larga 
			es la noche galáctica.
 
			  
			Aún más largo es el amanecer cósmico de 
			los constructores estelares a medida que despiertan, creando 
			estrellas con tanta facilidad y gracia como las nubes que aparecen, 
			se transforman y con la misma rapidez desaparecen en el azul de 
			vuestros cielos.
 
			Ahora puedo hablar. Nacido de la 
			meditación de los constructores estelares, supe que era el amo 
			estelar Kinich Ahau. “Helios” también me llamáis, pero ése es apenas 
			el nombre de mi forma exterior, mi manto ardiente, que llamáis el 
			sol. Pero pocos hay que realmente me conocen, el amo estelar Kinich 
			Ahau. En meditación fui concebido, de la meditación nací, y por 
			largos eones he morado dentro de mi meditación. 
			De esta meditación surgí para conocer el significado de mi nombre, 
			Kinich Ahau: guardián armónico de la luz distante.
 
			  
			Pues, desde la 
			superioridad del gran CSR de Hunab Ku, no soy sino una luz distante, 
			una de las muchas estrellas más pequeñas que sostienen un punto 
			rítmico dentro de las incesantes ondas de excitación de la Madre 
			Galáctica. Y una vez que me llegó el significado de mi nombre, mucho 
			tiempo medité sobre ello. De esa manera comencé yo a conocerme a mí 
			mismo, quién soy y por qué. 
			Entonces, desde dentro de mí mismo, desde dentro de mi propio 
			pensamiento, emané a otro, pues necesitaba dialogar. Y ese otro que 
			hice emanar de mi pensamiento fue llamado Ah K’al Balaam, el supremo 
			conocedor de la totalidad. Primero meditamos juntos, el Ah K’al 
			Balaam y yo, a fin de que pudiéramos conocer mutuamente nuestros 
			pensamientos y necesidades.
 
			  
			Este uno, el Ah K’al Balaam, se 
			transformó en mi doble etérico, mi agente a quien podría mover en mi 
			nombre, pues allí donde me hallaba necesitaba permanecer - allí, 
			donde los constructores estelares primero me meditaron a mí hacia el 
			ser. Mediante mi pensamiento, el Ah K’al Balaam salió en 
			peregrinación por los sistemas estelares vecinos. Entre 
			pensamientos, muchos eones transcurrieron. Pero entonces regresó el 
			Ah K’al Balaam, quien me informó muchas extrañas cosas. Habían 
			partido los constructores estelares dejando las estrellas huéspedes 
			del Ancla Resplandeciente con su sol central, Alcione, en su sitio. 
			Allí, dentro del sol central, Alcione, estaba uno llamado Layf-Tet-Tzun 
			- como yo, meditado hacia el ser por los constructores estelares. Y 
			había allí otros amos estelares meditados hacia el ser: Arc-tu-mo, 
			An-Tara, Si-Kinich-Rex, y más, más de los que querría nombrar. Pero 
			todos nosotros nos hallábamos ahora dentro de la meditación mayor de 
			Layf-Tet-Tzun.
 
			  
			En cuanto a los constructores de 
			estrellas, partieron hacia un reino llamado la matriz, guardado por 
			la Liga de Cinco. 
			También me dijo Ah K’al Balaam respecto de la zona experimental y de 
			aquél llamado Lucifer. Así fue que conocí mi posición en la zona 
			denominada Velatropa, la zona experimental, el lugar de la 
			cuarentena de Lucifer. Y con este informe de Ah K’al Balaam, mi 
			meditación primigenia finalizó. Ahora debía excitarme, prepararme 
			para el supremo esfuerzo creativo, la creación de mi sistema 
			planetario.
 
			Entonces llegó el turno de que Ah K’al Balaam entrase en meditación. 
			Una vez que Ah K’al Balaam hubo entrado en la meditación llamada la 
			canción cristalina de la galaxia, comencé yo a cantar. Mientras Ah 
			K’al Balaam meditaba, yo cantaba. Mi canción continuó, una ardiente 
			onda de sonido cristalino, acelerándose por múltiples caminos, 
			resonando a través de muchas 
			
			zuvuyas. Tras algunos eones del primer 
			aliento de mi canción, los distantes ecos de Hunab Ku trajeron mi 
			canción de vuelta a mí y me dieron un nuevo aliento.
 
			De esta manera, supe que mi canción se sostenía. Entonces canté 
			nuevamente, esta vez para excitar a los constructores planetarios a 
			fin de que cantaran mi canción, devolviéndomela. Canté, y canté a 
			pleno vigor, pero ¿dónde se encontraban los constructores 
			planetarios que devolverían la canción? Lanzándola con más fuerza de 
			pensamiento de lo que creía posible, los constructores planetarios 
			finalmente comenzaron a devolverla. Cantando en ambas direcciones 
			durante un vacilante eón, los constructores planetarios, los 
			diseñadores de órbitas, extrajeron de mi ardiente manto el material 
			para las esferas orbitales, mis hijos estelares, esas minúsculas 
			esferas llamadas planetas.
 
			¿Quiénes eran esos constructores planetarios?
 
				
				“La escuadra antareana de diseño,” 
				me informó el Ah K’al Balaam, interrumpiendo la meditación que 
				acompañaba ese fervor de canciones y entrecruzamiento de líneas 
				musicales planetarias. “¿Por qué lo preguntas?”   
				“Siento una disonancia, que falta un 
				acorde. Lo que canto no vuelve a mí completo,” respondí. 
				 
			Se suponía que debía tener doce alas 
			orbitales, pero cuando las líneas musicales cesaron sus vibrantes 
			esquemas, pareció que sólo había diez - diez y algunos cometas 
			erráticos. ¿Eran esos cometas los planetas faltantes? ¿Cómo podría 
			eso haber sucedido? ¿Había en mí alguna deficiencia? ¿O se debía a 
			un defecto en el diseño de los constructores antareanos de planetas?
			 
			  
			O, quizás, era Lucifer el responsable 
			por mis órbitas planetarias faltantes. 
				
				“Ah K’al Balaam,” llamé a mi doble 
				etérico meditador, “debes ir y hallar a esos constructores 
				antareanos de planetas. Debes ir a ver qué ha sucedido, a qué se 
				debe que su proyecto de diseño no se haya cumplido de acuerdo 
				con las especificaciones.” 
			Cuando Ah K’al Balaam regresó de su 
			misión, esto es lo que supe. Una joven, pero una muy poderosa en su 
			canto, había desaparecido de las filas de los Antareanos - según se 
			conjetura-ba, secuestrada o robada por Lucifer. Sin su presencia, su 
			poder y su conocimiento, las líneas musicales no se ajustaban a los 
			patrones. Los Antareanos se sentían mal al respecto. En toda su 
			experiencia, era el primero de sus diseños que había fallado su 
			propósito. 
			Comprendí. Recordé. Supe más profundamente aún que antes. Esto es 
			Velatropa. Esta es la zona experimental.
 
				
				“Haz que los Antareanos sepan que no 
				les guardo rencor. Deja que queden en paz. Pero asegúrate de que 
				sepan que es su responsabilidad localizar un equipo de 
				domesticadores de planetas capaz,” ordené al Ah K’al Balaam, y 
				lo envié en otra nueva misión. 
			Luego entré en otra profunda meditación, 
			la meditación denominada “el llamado y recuerdo del acorde perdido.” 
			Durante mucho tiempo he permanecido inmerso en esa meditación. 
			  
			
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 4. EL 
			AH K’AL BALAAM: CONOCEDOR UNO DE LA TOTALIDAD
 
 YO SOY EL AH K’AL BALAAM, el conocedor uno de la totalidad, el doble 
			etérico de Kinich Ahau. Esta es mi historia. Hasta ahora, muy pocos 
			han sabido de mi existencia - sólo algunos de esos que llamáis 
			profetas y, por supuesto, Merlín y Memnosis. Fui yo quien convocó a 
			Merlín y Memnosis para que me asistieran en mi misión, la 
			localización de los domesticadores de planetas.
 
			Así es como realicé mi tarea. Primero, vi que los Antareanos habían 
			regresado al CSR satélite, donde debían reagruparse y permanecer en 
			exploración híper-extendida. Era importante que la Federación 
			comprendiese lo que había sucedido con los Antareanos y que aquél 
			conocido como Arc-Tara o, ahora, Ana-Tara, fuese informado respecto 
			del episodio con Lucifer.
 
			A continuación, accedí a los archivos estelares con el fin de 
			localizar un equipo de domesticadores de planetas. Para acceder a 
			los archivos estelares, es preciso contar con absoluta claridad 
			mental. Deben siempre observarse ciertas distinciones: tipo 
			universal, tipo de sistema de mundos, tipo de sistema estelar y tipo 
			de galaxia.
 
			Un universo es el alcance de la experiencia definida por el sensorio 
			de un tipo dado cualquiera de forma de vida. Cada especie vive en su 
			propio sensorio o universo. Un universo es puramente mental y define 
			sistemas de mundos, sistemas estelares y las galaxias mismas. Los 
			universos paralelos pueden ser de la misma o diferente especie, y 
			cualquier especie puede acceder a ellos. El sistema telepático de 
			universos paralelos es lo que hace posible la intercomunicación de 
			las especies.
 
			Por “sistema de mundos” se entiende un sistema de pensamiento 
			sostenido a lo largo del tiempo. Estos sistemas de pensamiento 
			definen formas y cualidades de vida. Las formas o cualidades de vida 
			pueden ser progresivas o inhibitorias. Un sistema de mundos 
			progresivo se dirige hacia una mayor expansión de la voluntad y el 
			placer. Un sistema de mundos inhibitorio se dirige hacia el 
			estancamiento de la voluntad y la entropía del placer.
 
			Los sistemas de mundos tienen lugar dentro de los sistemas 
			estelares. Un sistema estelar es un nodo sensorial galáctico y puede 
			abarcar muchos sistemas de mundos diferentes. Los sistemas de mundos 
			a menudo son sinónimos de planetas. Un sistema de mundos maduro se 
			define como una forma de pensamiento planetario o espora sensorial 
			estelar. Los amos estelares dentro de los sistemas estelares 
			realmente definen la forma que puede tomar un sistema de mundos, o 
			una forma de pensamiento planetaria. Pero los amos estelares no 
			pueden controlar lo que sucede dentro de la forma definida por su 
			pensamiento.
 
			Los tipos galácticos se definen por los niveles de disposición 
			logrados por los sistemas estelares. Los grupos de sistemas 
			estelares forman las diferentes partes u órganos de un vasto cuerpo 
			sensorial. Los grados de conciencia dentro de los diferentes cuerpos 
			sensoriales o constelaciones de sistemas estelares, son el motivo de 
			la existencia de las federaciones galácticas. Las federaciones 
			galácticas existen para promover o avanzar en la conciencia de una 
			galaxia, de la que hay tres tipos básicos: galaxias sin federación, 
			galaxias con federación y galaxias más allá de la federación.
 
			Todas las galaxias son entidades de un enorme aliento y alcance, más 
			allá de lo que aún yo puedo comunicar. Una vez que una galaxia ha 
			evolucionado en federación, ésta funciona como un vasto sistema de 
			supervisión y procesamiento. Dentro de este sistema de procesamiento 
			hay algo que podríais llamar archivos o depósitos de información. 
			Los archivos están contenidos dentro del radión estelar central 
			[CSR] en todas sus partes constitutivas: galácticas, estelares, 
			planetarias. Dentro de los archivos, la información se almacena como 
			engramas. Una función principal de la federación es ecualizar 
			información.
 
			  
			Esto se hace abriendo circuitos de 
			zuvuya y desarrollando programas de información para conducir a 
			todos los sistemas estelares a un mismo nivel de desarrollo 
			programático. 
			Dado que los engramas - como yo mismo - son penta-dimensionales, 
			deben ser reducidos o disminuidos para que así sirvan al desarrollo 
			evolucionario en dimensiones más bajas. Esta reducción o 
			transducción de engramas es otra de las funciones del radión estelar 
			central.
 
			Los CSRs satelitales como el que ha llegado a ser conocido como 
			Estación Intermedia AA, son estrictamente un desarrollo de la 
			Federación Galáctica. Usualmente, esos CSRs satelitales, también 
			llamados naves madre, son impulsados en las zonas galácticas 
			experimentales mediante desarrollos caprichosos. La Estación 
			Intermedia AA, por ejemplo, fue construida con el propósito de 
			supervisar el sector de Velatropa, y para mantener a Lucifer en 
			cuarentena.
 
			Mediante el despacho telepático de los archivos de la Federación en 
			el CSR satelital intermedio, di con los archivos estelares 
			pertenecientes a la Sonda de Arcturo. Noté la desviación 
			evolucionaria desde un tipo de esporas binario al monádico. Algo más 
			acerca de esta desviación llamó mi atención. Esa Sonda había tenido 
			su origen en el undécimo y el duodécimo planetas del sistema estelar 
			de Arcturo. ¿No eran ellos los mismos planetas, undécimo y 
			duodécimo, que Kinich Ahau había perdido? ¿Había alguna compulsión 
			entre los Arcturianos por equilibrar la controversia de los planetas 
			perdidos de Kinich Ahau, y el hecho de que ellos se hubieran 
			desencarnado de sus propios undécimo y duodécimo planetas?
 
			Enfocando con mayor detalle en esas desviaciones, despaché las ondas 
			telepáticas penta-dimensionales de las esporas monádicas de Memnosis 
			y Merlín.
 
				
				“Ingeniería cosmobiológica! Esos dos 
				son ejemplo de ingeniería cosmobiológica,” pensé, “justamente lo 
				que se necesita para la colonización galáctica. La domesticación 
				de planetas no puede tener lugar sin introducir formas de 
				colonización galáctica.” 
			Absorbiendo esa información, entré en 
			una meditación llamada “despertar clarividente del impulso hacia la 
			trascensión universal.” En esa meditación, encontré y rastreé las 
			actividades de los heteróclitos arcturianos y sus excitadas 
			contrapartes homóclitas. Estos “fanáticos de la Sonda” poseían las 
			más tiernas cualidades de amor universal y desaforada osadía: 
			perfectos para la domesticación de planetas.  
			  
			Y, con los ejemplos ya establecidos por 
			Merlín y Memnosis, esas Sondas Arcturianas serían aptas para otras 
			desviaciones evolucionarias, exactamente lo que se requiere para 
			equipos de colonización galáctica. 
			A través de esas meditaciones e investigaciones telepáticas, 
			mantenía yo siempre obscuramente en la conciencia a aquél llamado 
			Lucifer. Así percibí que, si bien el cuerpo penta-dimensional de 
			Lucifer estaba en alguna parte de la cuarentena de Velatropa, había 
			una emanación suya en una forma hexa-dimensional o de luz pura, muy 
			lejos, en el Cuadrante Norte. Muy tramposo.
 
			Pero, con toda la información que había reunido, era capaz de 
			dirigir varios rayos de pensamiento bien colocados a Merlín y 
			Memnosis. Por medio del poder de esos rayos de pensamiento, supe que 
			Merlín y Memnosis pondrían en movimiento las actividades que 
			conducirían a la Sonda de Arcturo hacia su próximo nivel sensorial, 
			y finalmente también a la estación satelital del CSR, al lugar donde 
			los Antareanos estarían aguardándolos.
 
			Al comprender estas cosas, debéis considerar mis actividades como 
			mensajero etérico de la luz de Kinich Ahau, como iguales a las de un 
			padre en relación a su hijo. Un progenitor prudente sólo sugiere; no 
			otra cosa es lo que hice con mis rayos de pensamiento hacia Merlín y 
			Memnosis. Haber hecho más habría significado una transgresión al 
			código ético básico de la Federación sobre la no intervención y el 
			no abuso del libre albedrío. Abusar del libre albedrío es apartarse 
			de la meditación cósmica primigenia mediante la que yo y todas las 
			cosas en cualesquiera dimensiones, hemos llegado al ser. Esta 
			meditación, carente de origen y propósito en sí misma, es el 
			substrato mismo de lo que vosotros llamáis el universo.
 
			Vosotros, actuales terráqueos, cuyos “científicos” hablan únicamente 
			en términos de un universo violento, tenéis poca conciencia o 
			recuerdo de las meditaciones primigenias de las que vosotros, y todo 
			lo que conocéis, habéis surgido. Percibís violencia porque habéis 
			perdido la paz, y habiendo perdido la paz, preferís la violencia. 
			Así es vuestra peligrosa situación. Y así esta historia os es 
			contada, y para bien vuestro me hago conocer - pero solamente por 
			esta vez - a fin de que podáis dar un vistazo a las cosas y pensar 
			en ellas, de manera que puedan devolveros a la paz, a la gran 
			meditación que está ocurriendo siempre.
 
			Recordad: yo quien os dice esto, soy el Ah K’al Balaam, el conocedor 
			uno de la totalidad. Conocer la totalidad es conocer la paz, y 
			conocer la paz es ingresar totalmente en el asombroso, eterno 
			esplendor de la manifestación galáctica. Venid.
 
			  
			Estáis ya en el centro de esta historia. 
			  
			
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 5. EL HOLON RESONANTE UNIVERSAL - LAS VEINTE TRIBUS DEL TIEMPO
 
 NOSOTROS SOMOS LOS ANALÓGICOS. Los que condujeron a vuestros holones 
			de esporas al CSR satelital intermedio. Somos los domesticadores de 
			planetas, los que se unieron a los Antareanos en la gran festividad 
			de la domesticación planetaria de las diez alas orbitales de 
			Velatropa 24, reino del amo estelar Kinich Ahau. Así es como 
			realizamos nuestra tarea.
 
			Primero, revisamos y absorbimos el programa total de información de 
			la misión original de diseño de los Antareanos para Velatropa 24, 
			incluyendo la historia del uno, Arc-Tara/Ana-Tara. Entre la 
			consternación y el asombro concerniente al real paradero y 
			naturaleza de Lucifer, la comunicación telepática proveniente del 
			amo estelar etérico Ah K’al Balaam dio origen a nuestra 
			autodeterminación.
 
			Tras una breve reunión entre nosotros para tratar el comunicado de 
			Ah K’al Balaam, retornamos a la meditación en la unidad del CSR del 
			satélite intermedio. Allí, donde las luces líquidas pulsaban y se 
			derramaban sobre el espacio nuclear de la estación, nos enfocamos en 
			las lejanas mentes de los mayores de la corriente matriz, como así 
			también Merlín y Memnosis. Solicitamos alguna guía para un plan de 
			acción.
 
			Desde dentro del programa lumínico del núcleo cristalino del CSR, 
			los mayores de la corriente volvieron a emanar el poder del átomo 
			del tiempo galáctico primigenio. A medida que las luces y los rayos 
			del átomo del tiempo se transformaban en sonido coloreado, nuestra 
			telepatía colectiva AA infundió los rayos sónicos con rayos de 
			información. Estos rayos de información contenían el programa 
			completo de Velatropa 24 tal como lo comprendimos.
 
			Intensificando nuestra concentración, los rayos sónicos se 
			manifestaron con velos de luz y velos de materia, entremezclándose y 
			girando dentro del núcleo cristalino del CSR. Mientras los velos se 
			condensaban, recibíamos mágicamente la estructura esférica del Holón 
			Resonante Universal. Era nuestra responsabilidad transmitir la 
			información de diseño [o propósito] planetario de Velatropa 24 a 
			través del código conductor de holones, la estructura del Holón 
			Resonante Universal.
 
			Aquí debemos intentar transferiros la naturaleza del Holón Resonante 
			Universal y su estructura, el código conductor de holones. El Holón 
			Resonante Universal es la base formativa de las mentes del CSR y la 
			fuente de todo lo que llamáis vida. La creación de la vida, de todo 
			cuanto existe, es como los constructores y los amos estelares dicen: 
			todo proviene de la meditación, de la mente, la proyección mental. 
			La fuente de toda proyección galáctica está dentro de la matriz en 
			la que residen los mayores de la corriente. Allí, en el epicentro 
			fenoménico de toda existencia galáctica, se halla el átomo galáctico 
			del tiempo.
 
			Este átomo galáctico del tiempo es meditación autoexistente, 
			autosustentable. Nadie puede decir de dónde vino y cómo comenzó, 
			pues no hay reales comienzos o finales. Este átomo galáctico del 
			tiempo es la fuente de la matriz y la forma misma de Hunab Ku, si es 
			que puede decirse que Hunab Ku tiene una forma. Lo que consideráis 
			agujeros negros son los puntos de entrada y salida de este átomo del 
			tiempo que carece de medida o dimensión, pero posee orificios de 
			salida dispersos por todo el cuerpo de la Madre Galáctica.
 
			Desde las intersecciones del átomo galáctico del tiempo emanan 
			innumerables portadores de la matriz, como la Matriz de Cristal, la 
			de Diamante, la del Cielo Infinito, la del Constructor Estelar, la 
			de la Irradiación Pura, la de la Iluminación Libre, la de la Gloria 
			de Todo lo que Florece, y así sucesivamente. Estos portadores de la 
			matriz son el terreno de todo, y todo lo que existe está enraizado 
			en sus meditaciones.
 
			  
			Todo eso lo obtuvimos de los mayores de 
			la corriente. 
			Cada uno de esos portadores de la matriz tiene el poder de generar 
			un programa de base cristalina que confiere un orden primario a todo 
			lo que se manifiesta. De las permutaciones de esas formas de matriz 
			con base cristalina provienen los cuatro clanes, la Liga de Cinco y, 
			de ahí, todo lo que es conocido y lo que es desconocido: el cosmos 
			interdimensional, el galáctico, el metaga-láctico, el cosmos mismo.
 
			El primer nivel de comprensibilidad más allá de la matriz y los 
			infinitos reinos de los porta-dores de la matriz es conocido como 
			Holón Resonante Universal. Una vez que el Holón Resonante Universal 
			se ha construido, su forma esférica permanece constante. Debido a la 
			constancia de su forma, el Holón Resonante Universal es capaz de 
			estructurar el todo galáctico, un todo estelar, un todo planetaria, 
			o el todo de una especie. Interdimensional, y más allá de escala y 
			medida, el Holón Resonante Universal constituye la base formativa 
			mental del CSR.
 
			El polo norte del Holón Resonante Universal es galáctico, y su polo 
			sur es estelar o, como vosotros lo entendéis, solar. Lo que llamáis 
			vida es generado desde cualquiera de las infinitas matrices que 
			entran por el polo galáctico, atraviesan el cristal nuclear del 
			Holón Resonante Universal, y emergen por el polo sur.
 Una vez que se ha creado una forma de vida galáctica mediante el 
			Holón Resonante Universal, su estructura básica participa de la 
			misma estructura formativa mental del Holón Resonante Universal. Esa 
			es la razón porque cada forma de ser galáctico posee un polo 
			galáctico o lunar, y un polo estelar o solar. Es también la razón 
			porque cada forma de vida galáctica opera a través de una inhalación 
			galáctica y una exhalación estelar. Es la razón porque decimos que 
			la vida galáctica es uniforme, sin que importe cuán diferente se 
			haga.
 
			Dentro del núcleo cristalino del Holón Resonante Universal se 
			encuentra el código conductor de holones: las proporciones 
			geométricas para determinar las cualidades formales de cualquier 
			programa vital deseado. Mediante el código conductor de holones, por 
			ejemplo, el sistema planetario de una estrella dada puede ser 
			acomodado y dispuesto para crear el tipo más beneficioso de espora 
			estelar. Esa era precisamente nuestra preocupación como 
			domesticadores planetarios: ¿cuál era el tipo óptimo de espora según 
			el sistema planetario, las alas orbitales, de Velatropa 24?
 
			Debido a las contingencias luciferinas de Arc-Tara, el sistema 
			planetario de Velatropa 24 era de base cinco, en lugar de base seis. 
			De esta manera, diseñamos un programa emparejando los diez planetas 
			existentes según la inhalación galáctica y la exhalación solar de 
			Kinich Ahau.
 
			De acuerdo con los principios de la colonización galáctica, 
			contábamos con las bases para acomodar los cuatro clanes galácticos: 
			Fuego, Sangre, Verdad y Cielo.
 
			Si esos clanes estuvieran divididos en cinco tribus cada uno, 
			entonces, según los diez planetas, diez de las tribus (dos de los 
			clanes) corresponderían a la inhalación galáctica de Kinich Ahau, 
			mientras que las otras diez tribus o dos clanes corresponderían a la 
			exhalación solar. De este modo, cada planeta tendría asignadas dos 
			de las veinte tribus del tiempo. El propósito de estas tribus, por 
			supuesto, sería domesticar los planetas de Kinich Ahau.
 
			De toda la concentración que hasta ese momento nos había demandado 
			nuestra Sonda, operar con el Holón Resonante Universal había sido lo 
			más agotador. Poco sabíamos, cuando partimos desde nuestros 
			bienamados ápices de cristal de Ur-Arc-Tania tantos eones atrás, que 
			nos involucraríamos en tan ardua meditación. Y aún así, habíamos 
			dejado el asunto de las formas de vida reales para el sistema 
			estelar Velatropa 24.
 
			Antes de que Arcturianos y Antareanos pudiéramos reunir nuestros 
			talentos, Merlín se presentó en medio de nosotros.
 
				
				“Observad lo que habéis logrado, 
				estad orgullosos de ello!”  
			Temblando, abrumados porque la espora 
			del gran mago había venido a nosotros telepáticamente, comprendimos 
			nuestro logro: la meditación es acción creativa. Allí, en total 
			esplendor translúcido, tan fijo y permanente como podría estarlo, en 
			el centro mismo de la unidad del núcleo cristalino del CSR, se 
			encontraba el Holón Resonante Universal.  
			  
			Dentro de su simétrica 
			nervadura estaba la grilla concéntrica de Velatropa 24, la estrella 
			central, y sus diez alas orbitales. 
				
				“El Holón Resonante Universal 
				permanecerá en el centro del CSR del satélite intermedio en 
				tanto vuestra tarea esté inconclusa. En tanto Kinich Ahau 
				aguarde el retorno del acorde perdido, este Holón Resonante 
				Universal será vuestra herramienta primaria y guía. Estudiadla y 
				usadla bien!”  
			Antes de partir, la espora del mago nos 
			exhortó a reunirnos y celebrar. 
			Pero nuestro humor era más reflexivo que erótico. Durante largo 
			tiempo vivimos en mutua presencia, Arcturianos y Antareanos. Durante 
			largo tiempo, reflexionamos sobre la seriedad de nuestro destino y 
			de la Sonda. Fue nuestra asignación, creada por nosotros mismos, la 
			de guiar a un sistema estelar a través de su evolución y, mediante 
			esta tarea, exponer a la luz el plan de Lucifer. La tarea parecía 
			interminable. ¿Qué extrañas contingencias nos aguardaban? ¿Como se 
			manifestarían nuestras diferencias, las de Arcturianos y Antareanos? 
			¿Qué virajes y vueltas se producirían en nuestro destino y de qué 
			manera?
 
 
			Fue Arc-Tara/Ana-Tara quien, pensativa 
			aunque festivamente, quebró el encantamiento de nuestro humor.
			 
				
				“¿Habéis vosotros, Analógicos de 
				Arcturo, olvidado vuestro código de amor y celebración?” 
				 
			Tras un repentino estallido de emoción, 
			gran regocijo e intercambios amorosos se volvieron el orden del día.Pero antes de que hubiéramos ido más allá de la primera ola de 
			vértigo erótico, desde las arremolinadas brumas de luz en que estaba 
			sumido el Holón Resonante Universal en el centro del núcleo 
			cristalino del CSR de la Estación Intermedia, surgió un anuncio.
 
			  
			Era Memnosis, el inmortal, pronunciando 
			una proclama que nos dejó perplejos y brincando:  
				
				“Radiados bisexuados de cinco 
				puntas!” 
			
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 6. RADIADOS BISEXUADOS DE CINCO PUNTAS: ENGENDRAMIENTO DE LAS TRIBUS
 
 LA VISITA DE MEMNOSIS FUE CRÍPTICAMENTE BREVE. Reuniéndonos 
			nuevamente en consejo plenario - el Consejo Intermedio AA, como nos 
			denominábamos - supimos que debíamos aplicarnos a un nuevo aspecto 
			de nuestro trabajo: la colonización galáctica.
 
			Es una tremenda asignación que involucra nada menos que el llamado a 
			la vida y la inauguración de nuevos programas planetarios. Vimos que 
			la tarea tenía dos aspectos. Primero, debíamos comprender la 
			naturaleza resonante del sistema planetario de Velatropa 24, y 
			segundo, idear un esquema genérico y flexible de vida al que todos 
			los planetas pudieran acomodarse a través de sus diferentes 
			atmósferas y estructuras químicas.
 
			En cuanto al sistema planetario de Velatropa 24, he aquí lo que 
			descubrimos mediante el uso concentrado del Holón Resonante 
			Universal. Claramente, había dos grupos de alas orbitales: los cinco 
			cuerpos planetarios interiores constituían un grupo de alas 
			orbitales, y los cinco planetas exteriores constituían otro. Con la 
			excepción del décimo planeta de errática órbita, los cinco planetas 
			exteriores eran mucho mayores que los cinco interiores.
 
			Los dos planetas mayores eran los que mantenían la sexta y séptima 
			órbitas. Algo acerca de estos dos planetas, Velatropa 24.6 y 
			Velatropa 24.7, nos hizo preguntarnos si su excesivo volumen no se 
			debía de alguna manera a la absorción del material para lo que 
			deberían haber sido el undécimo y duodécimo planetas. Y, es cierto, 
			en lugar de un undécimo y un duodécimo planetas, había dos cometas 
			orbitando elípticamente.
 
			  
			¿Pertenecían esos fragmentos a esos 
			planetas pensados originalmente? 
			¿Qué había tenido que ver Lucifer con esta disposición? ¿Cómo estaba 
			siendo manipulada? ¿Y por qué?
 
			A continuación, y a través del Holón Resonante Universal, efectuamos 
			la transducción de la geometría del sistema planetario de Velatropa 
			24 de vuelta a nuestras esporas sensoriales. Estábamos sacudidos, 
			tanto por el orden como por la errática asimetría creada por esta 
			tan exquisita “música” que resonaba a través de nuestros cuerpos 
			eléctricos.
 
			  
			Esa música planetaria era la más 
			obsesionante que conociéramos - y la más inquietante, por la falta 
			de cierto acorde, el del undécimo y el duodécimo planetas. Debido a 
			nuestro origen en el undécimo y duodécimo planetas de Arcturo, 
			pensábamos que podríamos reformular ese acorde perdido e integrarlo 
			como quinto perfecto entre los diez planetas restantes. 
			Esencialmente, ésa era la tarea que nos aguardaba como 
			domesticadores de planetas. 
			Dado que fue Xymox, uno de los mayores antareanos, quien dio con la 
			solución del quinto perfecto, dimos su nombre al acorde perdido. En 
			el debido momento, mediante proyecciones de púlsares de larga 
			duración que pusimos en movimiento entre las órbitas planetarias, 
			Xymox, este quinto perfecto, debía sonar. Pero no antes de que la 
			colonización galáctica hubiera sido dirigida. De hecho, hasta tanto 
			no se cumpliera la colonización galáctica, todo lo que se dijera 
			acerca de hacer sonar ese quinto perfecto era pura fantasía.
 
			La cuestión de la colonización galáctica nos condujo de vuelta a la 
			proclama de Memnosis:
 
				
				“Radiados bisexuados de cinco 
				puntas!”  
			Era la clave para el tipo de memoria 
			cósmica a ser desarrollada en Velatropa 24. Pero ¿qué significaba,
			 
				
				“Radiados bisexuados de cinco 
				puntas”? 
			Nosotros Arcturianos, tanto heteróclitos 
			como homóclitos, somos del tipo conocido como espora. Esto es 
			también así respecto de los Antareanos, quienes pertenecen a un tipo 
			de espora aún más primigenia. Comparados con lo que entienden como 
			“espora”, somos complejos - lo que ustedes podrían llamar hongos 
			altamente evolucionados. Aún así, retenemos las características 
			básicas de la espora: la autoreproducción.  
			  
			Debido a esa capacidad, nuestras 
			relaciones eróticas son puras y, a diferencia de las que les son 
			conocidas, nada tienen que ver con la reproducción. Cada uno de 
			nuestros órganos de los sentidos es también una espora, de manera 
			que, en realidad, somos una amalgama de esporas. Cuando una de 
			nuestras esporas sensoriales alcanza un punto de excitación, produce 
			resonantes “imágenes accidentales” de sí misma. Nuestra comprensión 
			de los sistemas estelares también resulta afectada por nuestra 
			naturaleza de esporas.  
			  
			Si los sistemas estelares son, por su 
			naturaleza, semejantes a esporas, entonces el logro de su máximo de 
			excitación también producirá esas “imágenes” resonantes. A esas 
			“imágenes accidentales” de esporas sensoriales estelares ustedes se 
			refieren como quasars.  
			Como sea, un radiado bisexuado de cinco puntas era una línea 
			evolutiva enteramente nueva. Pero contábamos con algunos indicios, 
			gracias a lo que sabíamos acerca de la rama monádica de Memnosis y 
			Merlín, y de los escudos masculino y femenino cuyos 
			engramas
			ya 
			habíamos alojado en el sistema de Velatropa 24.
 
			Los escudos masculino y femenino nos ofrecían una base para entender 
			la bisexualidad, que también vimos en nuestras propias afinidades 
			hacia diferentes tipos, fueran ellos Arcturianos homóclitos o 
			Antareanos de esporas de cinco sentidos. Sin embargo, estos tipos 
			masculino y femenino no se suponían sólo como diferentes, sino como 
			de naturaleza totalmente opuesta o complementaria.
 
			Luego estaba el asunto de “radiados de cinco puntas.” Relacionábamos 
			“pentáculo” con el quinto acorde y, asimismo, con una estructura 
			orgánica de cinco partes o cinco extremidades. Por “radiado” 
			entendíamos que nos referíamos a una forma de vida portadora o 
			sintetizadora de luz. De manera que cuando analizamos la críptica 
			frase de Memnosis, tuvimos la noción de una forma de vida masculina 
			y femenina, sintetizadora de la luz, con cinco extremidades - 
			definitiva-mente no una espora, pero aún así, esporas como nosotros, 
			radiozoicamente capaces de apreciar y tocar el quinto acorde.
 
			Tomando esta información, proyectamos nuestras formas de pensamiento 
			hacia el Holón Resonante Universal para ver si nos hermanábamos 
			adecuadamente con el código conductor de holones. La resonancia se 
			alineó. Nos sentimos conmovidos. Ese radiado bisexuado de cinco 
			puntas era entonces la matriz para un patrón genético enteramente 
			nuevo capaz de engendrar un excitante nuevo ciclo evolucionario de 
			vida. Aún así, nos sentíamos abrumados. Esta clase de ingeniería 
			cosmobiológica presupone gran conocimiento y poder, y un sentido aún 
			mayor de responsabilidad.
 
			Fijando el patrón de vida del radiado bisexuado de cinco puntas 
			dentro del Holón Resonante Universal, teníamos entonces que evocar 
			el átomo galáctico del tiempo y la emisión de la matriz de los 
			cuatro clanes, base de la colonización galáctica. El híper-radión de 
			la matriz de los cuatro clanes debía atravesar nuestro Holón 
			Resonante Universal del CSR, donde recibiría la nueva impronta del 
			código conductor de holones.
 
			Esa impronta del código conductor de holones era así el patrón 
			genético básico del radiado bisexuado de cinco puntas. Una vez que 
			hubieran atravesado el Holón Resonante Universal y recibido la 
			impronta de código, los cuerpos eléctricos cuatri-dimensionales de 
			los clanes se diferenciarían en veinte tribus del tiempo. Cada tribu 
			gravitaría entonces hacia su campo orbital de influencia - dos 
			tribus por cada planeta. De esa manera, vimos cómo los clanes del 
			Fuego y el Cielo se distribuían entre los cinco planetas exteriores, 
			mientras que los clanes de la Sangre y la Verdad hacían lo propio 
			entre los cinco planetas interiores.
 
			Recordando que la función de las tribus es intervenir en la 
			respiración de Kinich Ahau, establecimos todo el sistema planetario 
			en una división de cinco celdas: dos células terminales de 
			inhalación-exhalación, correspondientes a los dos planetas más 
			exteriores; dos células de transferencia, correspondientes al 
			tercero, cuarto, séptimo y octavo planetas, y una célula intermedia.
 
			Esta célula intermedia era el lugar donde podrían encontrarse los 
			cuatro clanes. Habitaba en el funesto lugar entre el pequeño quinto 
			planeta y el gigante del sistema, el sexto planeta. Esta célula 
			intermedia también proveería de un claro punto de foco magnético al 
			Holón Resonante Universal dentro de nuestra propia estación 
			intermedia.
 
			Una vez que este código conductor de holones se hubo completado, 
			nuevamente caímos exhaustos por la concentración requerida por esa 
			tarea. Mientras contemplábamos el Holón Resonante Universal dentro 
			del núcleo cristalino del CSR intermedio, pudimos ver que todo 
			estaba listo para funcionar - todo, es decir, excepto la fuerza 
			vital misma. ¿Cómo cobraría vida ese patrón genético? ¿Qué lo 
			pondría en movimiento, propulsando su destino de flujo de vida 
			estelar, llevando (o así esperábamos todos) a la creación de otra 
			espora sensorial estelar-galáctica - y el sonar del acorde de la 
			quinta fuerza galáctica?
 
			Tan concentrados estábamos todos en la Estación Intermedia AA, que 
			olvidamos que éramos miembros de la Federación Galáctica. No 
			estábamos solos!
 
			  
			Mientras nos reuníamos en nuestra 
			reflexión postcreativa del Holón Resonante Universal y sus 
			contenidos amplificados, enviamos una señal pidiendo ayuda a fin de 
			que nuestros esfuerzos en pro de la domesticación planetaria 
			pudieran fructificar.
 
			
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			7. LLEGADA 
			DE LOS MAYA, NAVEGANTES DEL TIEMPO
 
 SOMOS LOS MAYA. Somos los navegantes del tiempo, los que colocamos 
			el Ancla Resplandeciente en su sitio. Somos los que, en nuestra 
			meditación, precedimos a todos los demás desde la matriz hasta las 
			avanzadas de los cuatro cuadrantes de la galaxia. Fuimos capaces de 
			hacerlo porque somos primeros en dominar el tiempo y, dominando el 
			tiempo, trascendimos el espacio. Penetramos desde la quinta 
			dimensión hasta la séptima. Más allá de la luz pura fuimos, hacia el 
			reino donde se halla solamente el sonido uno, el sonido de la 
			meditación cósmica.
 
			Nuestra recompensa fue el conocimiento de Hunab Ku y el poder de la 
			navegación galáctica. Memnosis y Merlín, los heteróclitos 
			arcturianos, nos procuraron como mentores, y con ellos compartimos 
			muchos conocimientos. Somos los constructores del Holón Resonante 
			Universal original, pues ése es nuestro giroscopio para la 
			navegación de las ondas del tiempo de la galaxia y los universos 
			paralelos.
 
			Quienquiera busque compartir el tiempo o conocer el destino, deberá 
			eventualmente encontrarse con nosotros, porque somos los portadores 
			de las tablas de la ley resonante, los códigos formadores de 
			púlsares por medio de los cuales los sistemas de mundos surgen y 
			caen. Nadie que desee hacer una verdadera historia de las cosas 
			puede hacerlo sin nuestro consejo.
 
			Por todo ello somos simples. El poder no ha sido nunca nuestro 
			propósito. Los mejores entre nosotros son desconocidos aún para 
			nosotros.
 
			  
			¿Quiénes somos, y de dónde provenimos? 
			Nuestro nombre es Maya. Somos los amos de la ilusión. Somos las 
			madres arquitectas de todos los sistemas del conocimiento y la 
			trascendencia del tiempo. Quienes no nos conocen o quienes, sabiendo 
			de nosotros, niegan nuestro poder, se relegan a la obscuridad.
 
			Somos Maya.
 
			  
			Surgimos de la ilusión misma de nosotros. Porque somos 
			los amos primigenios del tiempo y la ilusión, somos los intrépidos 
			que aceptan encarnación tras encarnación con el fin de establecer y 
			domesticar todos los planetas. Pues domesticar es armonizar, y por 
			eso somos también los amos de la armonía. 
			Desde un origen sin principio surgimos entre los constructores de la 
			Liga de Cinco. Conociendo el secreto de llegar a ser y dejar de ser, 
			nos ofrecimos en sacrificio a la ilusión de la inmortalidad. Merced 
			a nuestro dominio de esta ilusión, domesticamos y establecimos los 
			universos insectiles. Fuimos quienes dieron a todos los mundos de 
			insectos costumbres sociales, y los ligamos mutuamente en unidad 
			telepática como lección para quienes se consideran superiores.
 
			Es la ilusión de superioridad, condensada en una creencia en la 
			inmortalidad, lo que provoca el miedo a la muerte. Y es el miedo a 
			la muerte y la promesa de inmortalidad lo que Lucifer expone como 
			salvación. Pero conocemos bien a Lucifer. Toleramos a Lucifer tanto 
			como lo ignoramos, porque nos erguimos más alto y más grandes que 
			Lucifer, mientras permanecemos simples, pretendiendo nada a cambio 
			de nuestros esfuerzos. Desde nuestra superioridad, sabemos que no 
			existe lo correcto o lo incorrecto. Al mismo tiempo sabemos que, 
			para saber que no existe lo correcto o lo incorrecto, deben 
			observarse y seguirse reglas definidas.
 
			Dentro del Ancla Resplandeciente tenemos una base estelar. También 
			es llamada Maya. Desde esa base hemos mantenido un ojo alerta sobre 
			Velatropa, cooperando con la Federación Galáctica cada vez que así 
			lo solicitaron. Somos nosotros, los Maya, quienes por nuestro poder 
			mantenemos el Ancla Resplandeciente en su sitio, y quienes 
			proporcionamos a todos los sistemas estelares de la Federación los 
			códigos del tiempo y las artes todas del cabalgar el púlsar, el 
			cambio de formas y el desplazamiento mágico.
 
			No una, ni dos, sino seis veces antes hemos sido llamados para 
			encarnarnos como colonizadores galácticos. En veinte ocasiones, a 
			tantos otros sistemas estelares proporcionamos nuestra presencia 
			para probar el asunto de la ilusión del tiempo y el hueco llamado de 
			la inmortalidad. Aunque no mantenemos registros, dejamos atrás los 
			códigos de la definición resonante que llamáis tiempo. Hay quienes 
			registran nuestras huellas, y hacen de esos registros enseñanzas y 
			ciencias con grados variables de exactitud. Esto no lo aprobamos ni 
			lo desaprobamos.
 
			Así fue que desde nuestra base estelar en el Ancla Resplandeciente 
			observamos la Sonda de Arcturo y su compromiso con la misión 
			antarena en el satélite intermedio. Nosotros, que tan bien navegamos 
			gracias a nuestro dominio de la ilusión del tiempo, asumimos una 
			actitud simpática respecto de esos constructores y domadores de 
			planetas, en su esfuerzo por la Federación para rastrear a Lucifer 
			en la trampa estelar gobernada por Kinich Ahau.
 
			Nuestros servicios ya habían sido comprometidos por Kinich Ahau que, 
			en la meditación “el llamado y recuerdo del acorde perdido”, había 
			notado nuestra presencia y nuestros poderes. Debido a ello, nos 
			armonizamos con la banda de la Federación en la Estación Intermedia 
			AA. Sabíamos en qué andaban, y qué necesitaban.
 
			Una vez que el patrón genético para producir los cuatro clanes hubo 
			ocupado su sitio dentro de su Holón Resonante Universal, estábamos 
			listos. Nuestra capacidad para el sacrificio ya había sido ensayada 
			y probada seis veces en otros tantos sistemas estelares. Ahora 
			convocaba el mágico séptimo: la activación de la vida y la 
			encarnación entre las veinte tribus del tiempo, para colonizar el 
			sistema estelar de Velatropa 24, dominios de Kinich Ahau y el Ah 
			K’al Balaam.
 
 
			Tan pronto como la señal de ayuda fue 
			emitida, nuestros avanzados artistas de la transducción se hallaban 
			en sus rayos resonantes, haciendo vibrar su marcha hacia sus 
			posiciones según el clan y el planeta. Estos artistas transductores 
			activarían los patrones genéticos en diferentes estaciones 
			planetarias lunares. Para ello, los artistas transductores tocan 
			diferentes tonos resonantes. Cada uno de estos tonos porta un código 
			de engrama de acuerdo con el de los 144.000. 
			Somos conscientes de que el cumplimiento del código de engramas 
			depende de dos variables: memoria y libre albedrío. Lo que llamamos 
			memoria es la capacidad de encapsular la ley cósmica como 
			comportamiento usual. Libre albedrío es la acción que proviene 
			puramente de la autoabsorción de la unidad individual. Cuanto más 
			haya disminuido el poder de la memoria, más débil se tornará la 
			capacidad para el libre albedrío.
 
			Somos Maya. Conocemos los ciclos de la ilusión. Sabemos que cuatro 
			es el número de ciclos de la ilusión, el éxtasis de la totalidad, 
			mientras cinco es la trascendencia de la ilusión de ese éxtasis. 
			Alcanzar el quinto perfecto es el logro de la libertad. El gran 
			drama de la civilización galáctica reside en la simple articulación 
			entre el éxtasis del cuarto y la liberación del quinto. Este es el 
			significado de la quinta fuerza, los rayos de la fuerza-g que 
			nosotros los Maya navegamos en nuestra gran aventura del tiempo 
			galáctico.
 
			Somos Maya. Quien nos conoce, conoce el tiempo y la trascendencia 
			del tiempo. Aún tras haber activado el patrón genético, estamos 
			disponibles. Quienes nos conocen pueden siempre llamarnos y contar 
			con nosotros. Somos los navegantes galácticos del tiempo, los 
			colonizadores de los mundos perdidos, los amos de la ilusión.
 
			  
			Somos 
			Maya. Escuchad.  
			  
			Tenemos más para deciros. 
			  
			
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 8. NACIMIENTO DE LAS VEINTE TRIBUS: HISTORIA TEMPRANA DE KINICH AHAU
 
 DE ACUERDO CON LOS DIEZ PLANETAS DE KINICH AHAU, Velatropa 24, he 
			aquí los nombres de los diez grupos de tribus cuya vida activamos 
			por el poder del RANG, el poder de la fuerza de la vida resonante:
 
			  
				
					
					Tribus de Tribus de Inhalación Galáctica 
					Planeta Exhalación Solar
 Clan de Fuego Clan del Cielo
 Tribu Sol Amarillo V.24.10 Plutón Tribu Tormenta Azul
 Tribu Dragón Rojo V.24.9 Neptuno Tribu Espejo Blanco
 Tribu Viento Blanco V.24.8 Urano Tribu Tierra Roja
 Tribu Noche Azul V.24.7 Saturno Tribu Guerrero Amarillo
 Tribu Semilla Amarilla V.24.6 Júpiter Tribu Aguila Azul
 
 Clan de Sangre Clan de la Verdad
 Tribu Serpiente Roja V.24.5 Maldek Tribu Mago Blanco
 Tribu Enlazador de Mundos Blanco V.24.4 Marte Tribu 
					Caminante del Cielo Rojo
 Tribu Mano Azul V.24.3 Terra-Gaia Tribu Humano Amarillo
 Tribu Estrella Amarilla V.24.2 Venus Tribu Mono Azul
 Tribu Luna Roja V.24.1 Mercurio Tribu Perro Blanco
 
 Estrella: Velatropa 24 Kinich Ahau
 
			Originalmente, cada una de esas tribus 
			cuatri-dimensionales creó su propio encantamiento del sueño.  
			  
			A partir de ese encantamiento, cada 
			tribu tejió su propia historia, su propio juego de historias. 
			Algunas de ellas son aún obscuramente recordadas por ustedes humanos 
			del último ciclo de V.24.3, Terra-Gaia. Cada una de esas tribus 
			adoptó formas tri-dimensionales de acuerdo con las condiciones 
			electromagnéticas, gravitacionales, químicas y atmosféricas del 
			planeta. En muchos de esos planetas, las formas tri-dimensionales 
			vivieron profundamente bajo la superficie, tomando forma de 
			lagartos, reptiles, o aún peces. 
			El propósito de cada una de esas tribus era, en primer lugar, 
			equilibrarse mutuamente y al planeta con el fin de estabilizar la 
			órbita planetaria. En muchos casos, esto significó equilibrar los 
			campos energéticos y gravitacionales de las diferentes lunas que 
			orbitaban el planeta.
 
			  
			Una vez que las dos tribus planetarias 
			despertaran y se acomodaran mutuamente, resolvieron qué 
			posibilidades tri-dimensionales deseaban experimentar, y 
			establecieran una cultura básica, entonces volvieron su radar 
			telepático hacia el exterior y sus lunas. Allí, en las lunas, el 
			almacén del RANG, la fuerza cósmica de la vida, debía ser 
			equilibrado para establecer un adecuado intercambio con las tribus 
			de los otros planetas. 
			Una vez que se hubo establecido contacto con los otros planetas, la 
			intención fue continuar armonizando conscientemente los senderos 
			orbitales. El propósito final de este proceso era crear una gran 
			armonización consciente con Kinich Ahau, tal como los Arcturianos 
			habían hecho con su estrella, Ur-Arctur.
 
			Pero el florecimiento de Kinich Ahau como espora sensorial estelar 
			resonante tenía un motivo oculto. En el proceso para arribar a esa 
			condición, la Federación Galáctica y su Sonda de Arcturo - ya 
			operando a través de la Estación Intermedia AA - aspiraban a 
			expulsar y transmutar el poder de Lucifer que se creía estaba 
			actuando en el sistema Velatropa 24 de Kinich Ahau. Debido a ello, 
			la meta de domesticar Kinich Ahau era un evento más glorioso aún: 
			iba a ser el toque del gran acorde de la quinta fuerza.
 
			Es necesario un propósito o plan para lograr algo. Pero la 
			existencia de un propósito nunca garantiza su cumplimiento, mucho 
			menos su cumplimiento de acuerdo con la concepción original. Una vez 
			que los Maya hubieron activado los patrones genéticos de las tribus 
			según la fuerza que conocemos como RANG, encarnando también algunos 
			de nuestros avanzados miembros del equipo, retrocedimos a nuestro 
			puesto de observación en la base estelar Maya en el Ancla 
			Resplandeciente, cerca de Alcione, el sol central. También enviamos 
			a varios de nuestros exploradores a la Estación Intermedia AA para 
			trabajar con la Sonda de Arcturo.
 
			No fue mucho después de la gran ceremonia del RANG y nuestra partida 
			que se produjeron los primeros virajes en el plan. Observamos una 
			gran tormenta en V.24.6, Júpiter. Inmediatamente después, se produjo 
			una subversión en nuestro equipo original de vigilancia. Ocurrió lo 
			que ustedes llamarían una acción militar, seguida por la calma. 
			Entonces, hubo eventos similares en V.24.7, Saturno. En cierto 
			punto, se produjo un gran estallido, arrojando una lluvia de 
			escombros hacia la órbita gravitacional alrededor del planeta. Luego 
			sobrevino un nuevo período de calma - pero una calma intranquila.
 
			No había dudas de que la fuerza de Lucifer había sido expulsada 
			inmediatamente. Conjetu-rábamos que Lucifer había estado valiéndose 
			de los dos cuerpos planetarios más grandes como campamento base en 
			el sistema V.24. Ahora bien, durante largo tiempo nosotros también 
			habíamos estado siguiendo - aunque casualmente - los acontecimientos 
			vinculados con Lucifer, y a esa conclusión llegamos tras los sucesos 
			en V.24.6 y V.24.7.
 
			Lucifer se inclinaba por un propósito: transformarse en un 
			constructor estelar rival. Todos los esfuerzos y conocimientos de 
			Lucifer apuntaban a “robar” los dos planetas mayores de V.24, 
			situados uno próximo al otro, y valiéndose de ese material 
			planetario crear una nueva estrella, un gemelo binario de Kinich 
			Ahau. En nuestra opinión, esto no era bueno ni malo; pero debido a 
			la medida del tiempo, un esfuerzo meramente prematuro y, por lo 
			tanto, absurdo y sin arte. En una palabra, no produciría buena 
			música.
 
			No obstante, la bola se echó a rodar. Las tribus afectadas requerían 
			ayuda, así que fueron enviados los Antareanos mayores, ya entrenados 
			en las artes arcturianas de la Sonda. Así es como los Antareanos se 
			transformaron en guardianes de las tribus de la Semilla y el Aguila 
			de Júpiter, y de la Noche y el Guerrero de Saturno.
 
			Eruditos en construcción de planetas pero carentes de experiencia en 
			domesticación planetaria, a los esfuerzos antareanos les faltó 
			cierta sutileza. En lugar de establecer un campo de resonancia 
			telepática y sugestión, sus esfuerzos fueron interpretados 
			paranoicamente como otra forma de intervención luciferina. Aquéllos 
			ya subvertidos por Lucifer en esos dos planetas aprovecharon la 
			oportunidad para consolidar su poder. Y así fue que los dos planetas 
			V.24.6 y V.24.7, ya abotagados por la absorción del material 
			sobrante de los planetas faltantes undécimo y duodécimo, como 
			asimismo de engramas de otros mundos perdidos, resultaron aún más 
			hinchados por la arrogancia victoriosa del dominio mental de los 
			Luciferinos.
 
			Merced a la ventajosa posición de esos dos planetas, se cumplió la 
			primera etapa de los intentos de Lucifer por crear una estrella que 
			robase el trueno de Kinich Ahau. Se había creado así un bloqueo en 
			el flujo de inhalación-exhalación de Kinich Ahau. Las órbitas de los 
			tres planetas exteriores se separaron de las órbitas de los cinco 
			interiores. Con el campo de resonancia de sus alas orbitales 
			desbaratado, Kinich Ahau resultó incapacitado para recibir adecuada 
			ventilación y efectuar un adecuado vuelo galáctico.
 
			Además, con la subversión que sufrieron las actividades de los 
			Antareanos, se produjo una brecha entre éstos y los Arcturianos. 
			Entre algunos de los Arcturianos, creció el convencimiento de que la 
			intención antareana era aliarse con Lucifer para la toma de posesión 
			de los dos más grandes cuerpos planetarios de Kinich Ahau. En el 
			seno de la Estación Intermedia AA, se desarrolló una lucha sin 
			precedentes por el poder entre contingentes arcturianos y antareanos. 
			Esa brecha sólo sirvió para fijar el temor ante una posible alianza 
			de los Antareanos con Lucifer. Con excepción de unos pocos de sus 
			apéndices que permanecieron en la Estación Intermedia, los 
			Antareanos se mudaron directamente al sexto y el séptimo planetas, 
			los que ustedes llaman Júpiter y Saturno.
 
			Con las fuerzas de la Sonda de la Federación divididas y 
			desperdigadas, los victoriosos Luciferinos controlaban la situación. 
			En tanto el octavo y noveno cuerpos planetarios, los que conocen 
			como Urano y Neptuno, tenían considerable tamaño y poder, por 
			comparación los cuerpos planetarios quinto y cuarto eran pequeños. 
			La estrategia adoptada era, ante todo, tomar total pose-sión de los 
			planetas menores, equilibrando así el poder orbital del sexto y 
			séptimo planetas. Con las órbitas de V.24.4, V.24.5, V.24.6 y V.24.7 
			bajo su control, Lucifer podría volver ineficaz a Kinich Ahau como 
			estrella, y estar en posición de transformarse por fin en un 
			constructor de estrellas y constructor de estrellas por propio 
			derecho.
 
			Para consolidar esa posesión, el siguiente viraje en la divisionista 
			malicia de Lucifer fue aliarse con el poder masculino y así abrumar 
			al poder femenino. En este combativo divisionismo, la fragmentación 
			final de las fuerzas en todo el sistema de Kinich Ahau habría de 
			completarse, y Lucifer se transformaría en el indiscutido amo 
			estelar de V.24.
 
			Cuán rápido había degenerado la situación de Velatropa 24! Aún así, 
			manteniendo siempre la conducta más elevada, nosotros los Maya 
			comprendimos bien el poder del desafío. Debido a ello, nos 
			mantuvimos plenamente convencidos de la habilidad evolucionaria de 
			los Arcturianos para sobreponerse hasta a la más devastadora de las 
			situaciones, pues ése era el caso. Pero, para ello, los Arcturianos 
			debían comprender de modo realista que esto en lo que estaban 
			enredados era una guerra del tiempo agitada y convulsiva.
 
			  
			Sí, Lucifer había arrojado por fin a la 
			Federación en las guerras del tiempo. 
			  
			
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 9. PUNTO FINAL PARA LAS GUERRAS DEL TIEMPO LA HISTORIA ORIGINAL DE 
			MALDEK
 
 CON EL PREVACIAMIENTO DE LA CAPACIDAD DE KINICH AHAU para la total 
			“esporidad” estelar, el poder luciferino había iniciado un proceso 
			dirigido a la creación de un sistema estelar binario prematuro. 
			Mediante su apremio rápido y temprano, Lucifer había torcido el 
			brazo de la Federación. Y así surgió lo que por toda la galaxia 
			llegó a conocerse como las guerras del tiempo.
 
			Guerras del tiempo porque la movida luciferina estaba fuera del 
			tiempo previsto: condensar, acelerar y urdir el tiempo previsto para 
			que Velatropa 24 se transformase en una estrella binaria. Guerras 
			del tiempo, porque las fuerzas luciferinas en los planetas ya 
			conocidos como Júpiter y Saturno estaban consumiendo tiempo estelar 
			con el propósito de transformar esos planetas, antes de tiempo, en 
			una nueva estrella, un rival binario para Kinich Ahau.
 
			  
			Guerras del tiempo, porque la fuerza 
			vital resonante llamada RANG había sido incautada para intensificar 
			los procesos electro-químicos en Júpiter y Saturno. De este modo, 
			los Luciferinos crearon una fuerza-g artificial. Crear una fuerza-g 
			artificial es crear “tiempo artificial.” Crear tiempo artificial es 
			jugar a los dados con el destino galáctico. 
			Este tiempo artificial no estaba basado en la proporción de tiempo 
			13:20 natural de Velatropa 24, sino en una proporción 12:60 creada 
			intencionalmente. La proporción 13:20 se refiere al número de 
			dimensiones galácticas, 13, en relación con los 20 puntos de 
			inhalación-exhalación de la pulsación estelar de Kinich Ahau. Esto 
			significa que cada uno de los puntos de inhalación o exhalación 
			sostenidos por las diez órbitas planetarias responde a la escala 
			tonal de decimotercera dimensión, o espectro. Esta escala 
			dimensional o espectro tonal es la “escala musical” en la que el 
			RANG resuena a pleno poder a lo largo del tiempo.
 
			La proporción artificial 12:60 se basaba en la idea de los 12 
			planetas originalmente previstos para Velatropa 24, combinado con 
			60, el poder del quinto acorde multiplicado por doce. Esta 
			frecuencia de tiempo 12:60 poseía todo el talento de la verdad. Aún 
			más, su efecto era enfatizar la “solidez” de la realidad tri-dimensional 
			a costa de la cuarta, y otras, dimensiones. De ese modo, las formas 
			de vida radiozoica sobre las que se dirigía el rayo 12:60 tendían a 
			ignorar la cuarta dimensión y otras más altas, y luego olvidarlas.
 
			  
			(En realidad, Velatropa 24 debería haber 
			cambiado su nombre por el de Velatropa 20, pues la magnitud estelar 
			absoluta es siempre el número de órbitas planetarias multiplicado 
			por dos. No obstante, la anomalía de Velatropa 24 se fijó en todos 
			los archivos estelares, y así ha continuado hasta su uso actual.) 
			Aunque esta proporción artificial 12:60 era abstractamente correcta, 
			no derivaba de las leyes cósmicas que gobernaban la incidencia 
			natural del RANG en la entonación multidimensional de la fuerza-g a 
			través de la espora estelar. El efecto real de imponer una 
			proporción 12:60 era el de abortar la proporción de tiempo galáctico 
			en el sistema planetario de Velatropa 24, dejando un campo de 
			resonancia débil. El reemplazo de un perfecto despliegue del RANG a 
			través del espectro o escala tonal de trece dimensiones, era una 
			ficción mecánica que presentaba toda la apariencia de la verdad: el 
			tiempo 12:60.
 
			Una vez que la fuerza-g artificial o tiempo 12:60 fue proyectada 
			desde sus plazas fuertes en Júpiter y Saturno, el resto del sistema 
			planetario Velatropa quedó sujeto a sus efectos. Y estos efectos 
			eran (si bien sutiles en algunos casos y obvios en otros) de una 
			naturaleza totalmente devastadora. Pues sin una adecuada frecuencia 
			de tiempo, las cosas quedan fuera de resonancia. Cuando esto sucede, 
			se producen extrañas mutaciones y, en algunos casos, pueden explotar 
			los planetas. Esto es así porque la frecuencia natural de tiempo de 
			un sistema estelar es el real gobernante de los ciclos estelar y 
			planetario de su evolución. Si esa frecuencia natural de tiempo es 
			interferida, inevitablemente ocurren problemas.
 
			De hecho, uno de los efectos colaterales del tiempo 12:60 es negar 
			el RANG y repeler la fuerza-g. Sin una adecuada ingestión de RANG y 
			metabolización de fuerza-g, el proceso evolucionario estelar se 
			vuelve, por lo menos, confuso y mutante. Es como música interpretada 
			sin precisión, tocada en instrumentos malos y baratos, cantada en 
			forma desafinada y distorsionada, con un sistema de amplificación de 
			poca calidad.
 
			Dado que ustedes, que están leyendo este relato, son los últimos y 
			más impedidos receptores de la frecuencia de tiempo 12:60, operando 
			en una realidad mecanicista y artificial - es decir, no resonante -, 
			está bien que definamos más detalladamente la naturaleza del RANG y 
			su interacción con la fuerza-g.
 
			Dentro del corazón de Hunah Ku, fuente galáctica o centro, el RANG (neuro-gammatrón 
			radio-amplificado) es la fuerza primaria de la disociación cinética 
			responsable por la iniciación del movimiento galáctico. El poder del 
			RANG crea los intervalos disarmónicos necesarios para la expansión 
			del orden galáctico por todas sus dimensiones.
 
			Dondequiera haya RANG, hay armonía. Dondequiera que haya armonía, 
			hay RANG. La armonía es la modulación consciente de los intervalos 
			entre pulsaciones del RANG. La resonancia es la suma de cualquier 
			número de intervalos de disociación, y asociación armónica. Cuando 
			se crea armonía como forma consciente sobre el tiempo, se la llama 
			PAX.
 
			Nuestra noción de música está circundada por PAX. Pero, al ser un 
			alcance multidimensional de posibilidades tonales, PAX es mucho más 
			flexible y universal en sus modos y formas de expresión. Si pudieran 
			verdaderamente comprender qué significa la idea de paz universal, 
			comprenderían PAX.
 
			Todo esto es para ayudarlos a aprehender la importancia de las 
			guerras del tiempo. Como fue sintetizado por nuestros propios 
			mayores, los Le-Mu Maya, “Sin RANG, no hay PAX, no hay tiempo.”
 
			Diabólicas y tiránicas eran las olas de agresiva pasión en que 
			fueron sumidos los planetas centrales del sistema Velatropa 24, 
			donde primero se ensayaron los rayos 12:60. La sombra de lo ya 
			sucedido en Aldebarán y Alfa Centauro volvió a obsesionar a los 
			Arcturianos que observaban incómodos los acontecimientos en 
			Velatropa 24.
 
			Con su ostentosa alianza con los Antareanos a punto de zozobrar, los 
			Arcturianos apenas lograban entender la situación. A excepción de 
			unos pocos apéndices que permanecieran en la Estación Intermedia AA, 
			el resto de los Arcturianos partió en sus capullos para monitorear 
			el resto de los planetas de Velatropa 24, en prolongadas y pasivas 
			inspecciones.
 
			Como mayores y amos de la ilusión, nosotros los Maya también nos 
			mantuvimos vigilando atentamente, obedientes a la ley de no 
			intervención de la Federación. Mientras tanto, la crítica situación 
			se enfocó en la célula intermedia: los planetas que mantenían la 
			quinta y sexta órbitas. En tanto las tribus de la Semilla y el 
			Aguila del sexto planeta, Júpiter, habían sido ya socavadas por los 
			Luciferinos, las tribus de la Serpiente y el Mago en el quinto 
			planeta se afirmaban en el curso originalmente propuesto para ellas.
 
			El quinto planeta había llegado a hacerse conocido como Maldek. Esta 
			es una corrupción de la palabra Ma-El-Do-Ku, que significa “madre 
			primigenia del acorde sonante.” Esto se debe a que, como guardián de 
			la quinta órbita a contar de Velatropa 24, Maldek había completado 
			el primer quinto armónico del acorde galáctico. El quinto es la 
			tonalidad para tocar las más altas vibraciones de la ley cósmica. 
			Dentro de este quinto, Kinich Ahau había concentrado la aspiración 
			por recuperar el acorde perdido, Xymox, de los planetas undécimo y 
			duodécimo faltantes.
 
			Pero eso no iba a suceder. En un registro telepático titulado 
			“Idilios del Señor y las Damas de Maldek,” tenemos un relato de un 
			terrible coitus interruptus que habría de obsesionar la imaginación 
			estelar de Kinich Ahau hasta el presente.
 
			Así dice ese relato telepático (y es apenas un fragmento):
 
				
					
					Allí, junto al lago, donde el 
					rey lagarto y la reina lagarto danzaron bajo la brillanteluna maldekiana, los niños lagartos llegaron riendo, 
					llegaron danzando en parejas,
 para hacer el amor con el rey y la reina, allí bajo la 
					brillante luna maldekiana,
 cuando, desde la lejanía, desde gran estrella del atardecer, 
					cayó un rayo...
 
			No había más por registrar, pues en el 
			instante del supremo placer, un rayo de las guerras del tiempo 12:60 
			fue proyectado desde el vecino Júpiter. Su efecto fue literalmente 
			destructivo. En un solo instante, Maldek y su luna desaparecieron. 
			Su RANG fue arrasado, su poder de PAX instantáneamente disuelto.
			 
			  
			Hecho añicos, el amor de sus hijos 
			mantuvo esos fragmentos planetarios en órbita, la órbita que 
			vuestros científicos ahora llaman anillo de asteroides.
 
			
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			10. SERPIENTES Y MAGOS DE MALDEK: LA PROFECIA DE MERLIN
 
 YO SOY MERLÍN, DE ARCTURO SURGIDO. Para vosotros que vivís en la 
			onda del tiempo de los dimensionalmente muertos, no soy sino un 
			mito, una leyenda. ¿Existí alguna vez? En ese caso, ¿dónde?... ¿Pero 
			quién tiene la respuesta? Aún así, vuestros narradores nunca dejan 
			de estar fascinados, y aún aquéllos entre vosotros llamados 
			historiadores toman fragmentos de antiguos pergaminos garabateados 
			con inscripciones en tinta y tratan de ubicarme en algún rincón de 
			un bosque profanado.
 
			  
			¿De dónde proviene este poder que aún en 
			la era de la máquina mi nombre, o aún la palabra genérica “mago”, 
			todavía es invocado como signo de terribles capacidades? 
			Yo soy Merlín. Siendo mis raíces originales de Arcturo, soy 
			victorioso, una celebración de la magia del encantamiento del sueño 
			cuyos tonos y poderes del pensamiento ascienden y descienden escalas 
			interdimensionales, jamás soñadas por vuestros constructores de 
			bombas y crueles inventores de nuevos juguetes para provocar muertes 
			repentinas! Pero más que eso, soy Merlín. Aquéllos que conocen los 
			árboles, me conocen. ¿Y cuántos árboles hay para ser conocidos? Esa 
			es la razón de que yo sea Merlín, el uno y los muchos. Desde el 
			árbol del cielo que muestra el mapa de los orígenes celestiales, y 
			cuyas raíces y ramas están entrelazadas en la matriz de la 
			atemporalidad, yo vengo a vosotros.
 
			Desde la justa Procyon, que mis legiones del espíritu domesticaron, 
			aprendí la práctica de muchas artes de la magia y el modelado del 
			encantamientos del sueño. Mi magia toma muchas formas adaptadas a 
			las muchas variedades del conocimiento y la experiencia por la forma 
			múltiple del ser galáctico. El más profundo modelado de este 
			encantamiento del sueño es el Oráculo del Mago, el que nuevamente 
			toma muchas formas, apropiadas a las diferentes etapas en el gran 
			ciclo de la transformación.
 
			Mediante este Oráculo del Mago, las dimensiones pueden reunirse, y 
			lo que se consideraba muerto puede ser resucitado mediante el cáliz 
			de la inocencia. Vivir y volver a vivir, todo dentro de un solo 
			momento en el girar del ciclo - ésa es mi mayor alegría! Y aquéllos 
			que buscan y están dispuestos a viajar a través de las dimensiones 
			lejanas del tiempo, todo esto podrán saberlo y les será dado!
 
			Pero por fin, en recuerdo de la destrucción de vuestro sistema de 
			mundos, puedo compartir algunos recuerdos y una profecía. Desde la 
			justa Procyon mantuve la Sonda dentro del alcance de mi vista, 
			rastreándola por siempre en mi esfera de cristal, bien en lo alto de 
			mi torre de cristal, 208 peldaños arriba de las arboledas parlantes 
			de Camelot. También desde mi guarida, cada uno de cuyos portales 
			conducen hacia los infinitos corredores del tiempo, me mantuve 
			frente a la agotadora pasión de la Federación con el llamado 
			Lucifer. E, inevitablemente, mi comunión penta-dimensional de la 
			mente me llevó en trance a los magos del mago, los navegantes de la 
			ilusión del tiempo a quienes todos conocemos como los Maya.
 
			Reunido con los Maya, dispusimos los nombres de las tribus. Los 
			nombres originales son sonidos de poder. Los nombres dados a estas 
			tribus son en realidad los efectos o las proyecciones de esos 
			sonidos de poder. “Dragón”, o “Serpiente”, o “Caminante del Cielo”, 
			o “Mago” - cada nombre resulta de uno de los veinte sonidos de 
			poder. Los sonidos de poder también están grabados como íconos. Cada 
			uno de esos íconos es la forma visual de una instante congelado de 
			uno de los sonidos de poder.
 
			De manera que cuando los Maya asignaron dos tribus a cada uno de los 
			diez planetas de Velatropa 24, en verdad estaban asignando dos 
			sonidos de poder. En tanto la inocencia perdure, aunque el cuerpo 
			vegetal se haya disuelto, el poder del sonido permanecerá. Es 
			importante entender esto si es que vais a comprender la persistencia 
			del poder de Maldek. Pues su secreto reside en la continuación del 
			encantamiento del acorde perdido: Xymox!
 
			  
			Tocadlo una vez, y volved a 
			tocarlo: Xymox, el acorde perdido de Kinich Ahau que aguarda ser 
			tocado entre la tercera dimensión y la quinta. 
			Los guardianes de este acorde perdido, Xymox, eran los niños de 
			Maldek. Los Maya asignaron a Maldek las tribus de la Serpiente y el 
			Mago. Los sonidos de poder de esas dos tribus se generan desde la 
			corona y la raíz del ser. La Serpiente es el sonido primigenio de 
			poder que envía la fuerza vital RANG desde la corona a la raíz en un 
			torrente de sangre y pasión; el Mago es el sonido primigenio de 
			poder que devuelve la verdad desde la raíz a la corona en un pasmo 
			de atemporalidad.
 
			En cuatro planetas se reúnen corona y raíz de esa manera: el 
			primero, que llamáis Mercurio; el quinto, Maldek; el sexto, que 
			llamáis Júpiter, y el décimo, Plutón. Pero es el quinto el que tiene 
			la llave para todos, pues el quinto es el poder entonado que suena 
			en las dimensiones.
 
			Este asunto acerca del árbol también deben comprenderlo. Los árboles 
			que tan profusa-mente pueblan vuestro planeta son formas vegetales 
			de la plantilla cósmica. La plantilla cósmica posee raíz y corona. 
			Los cuatro clanes y todo lo que sustenta vida se extraen de esa 
			plantilla. La corona refleja la raíz, tal como las seis dimensiones 
			superiores reflejan las seis inferiores. La séptima dimensión es el 
			tronco que conecta a ambas.
 
			Mi espíritu, expelido desde el corazón de Memnosis, nació del árbol 
			primigenio. Alrededor de este árbol primigenio, se desenrolló el 
			dragón por primera vez. De este dragón me nutrí, y a ese dragón 
			retorno cada vez que necesito nutrirme. Es el motivo de que, según 
			el Oráculo del Encantamiento del Sueño, primero se voltea el dragón, 
			y luego viene el mago para retornar siempre. Pues nada se va o se 
			pierde verdaderamente. En esto reside la fuente del mágico 
			conocimiento del mago.
 
			Cada cuerpo planetario es extraído también de la plantilla del árbol 
			cósmico. El polo norte galáctico es la corona, y el polo sur estelar 
			o solar es la raíz. Entre ellos, corre un místico eje, alrededor del 
			cual se hilan todas las narraciones cósmicas. Es así como es 
			construida vuestra Tierra, tal como lo fue el precioso Maldek. De 
			esa manera, también, todo cuanto ha sido conocido en Maldek puede 
			ser recordado mediante el giro místico del eje polar. Y, por 
			supuesto, vuestro cuerpo, de cinco puntas y radizoico, es construido 
			según la plantilla del árbol cósmico. Como el planeta, vuestro 
			cuerpo posee su eje místico girando con la memoria de la antigua 
			maldición de Maldek.
 
			¿Como surgió, la furia maldekiana?
 
			  
			Preguntadle a la serpiente, pues 
			la serpiente sabe. Si el dragón se desenrolla de alrededor del 
			tronco del árbol cósmico, la serpiente desciende desde su corona 
			para atestiguar el giro del oráculo mágico del mago. Roja como el 
			dragón, de quien es hija, el elemento de la serpiente es la sangre, 
			en tanto que el elemento del dragón es el fuego. Es esta sangre, 
			fluido de la fuerza vital cósmica RANG, lo que encontráis 
			distribuido por las venas de vuestros cuerpos vegetales. 
			En Maldek despertaron los dos seres lagarto, el Adán y Eva de 
			vuestras pseudo-historias del Génesis. Eva, de la serpiente brotó; 
			Adán, convocado por el mago. Así, las tribus originales de la 
			Serpiente fueron femeninas, y las del Mago, masculinas. La mujer 
			trajo el conocimiento de la corona; el hombre, el conocimiento de la 
			raíz. De su placentero apareamiento vino el saber erótico llamado 
			Xymox. Este Xymox es el arte resonante y sinfónico de suscitar el 
			éxtasis en lentas oleadas progresivas.
 
			Debido a que la tribu de la Serpiente es el principal del clan de la 
			Sangre, y el Mago la raíz del clan de la Verdad, el poder para el 
			placer engendrado en Maldek fue grande. Esta ciencia del placer 
			llamada Xymox es verdaderamente el conocimiento perdido. Fue este 
			poder para el conocimiento placentero, inscripto en las tablas 
			electromagnéticas como los Cantos Épicos y Canciones Líricas de 
			Xymox, que suscitó los “celos luciferinos de las dioses.” Eran esos 
			engramas
			de los “dioses” de los mundos previos perdidos los que 
			habían llevado a Júpiter las tribus de la Semilla y el Aguila, 
			haciendo que éstas dirigiesen su primer prueba del rayo 12:60 sobre 
			Maldek.
 
			Los celosos de Júpiter estuvieron en verdad temporalmente insanos, 
			pues de todos los planetas el suyo es el mayor en tamaño y poder. Si 
			hubieran permanecido en su propio poder en lugar de dejarse seducir 
			por su envidia de los de Maldek, habrían descubierto acordes y coros 
			aún más grandes de arrobamiento sinfónico. Pero no sucedió así.
 
			  
			Ya divididos en campos bélicos de seres 
			masculinos buscando dominar a los femeninos, y aguijoneados por la 
			intervención antareana, la intención luciferina era lanzar el rayo 
			del tiempo 12:60 sobre Maldek, estupidizar a las dos tribus, seducir 
			a la tribu masculina del Mago con el poder, y esclavizar a la 
			Serpiente. Dado que el Aguila de Júpiter también representa la 
			corona, le correspondía apoderarse del poder de la Serpiente, en 
			tanto la Semilla, que también representa la raíz, debía vencer a los 
			Magos. 
			Pero nada de eso habría de suceder. Careciendo del conocimiento de 
			los más sutiles niveles de resonancia conocidos como el “arte y la 
			ciencia del tiempo y la transformación,” el rayo de frecuencia 
			extra-baja 12:60 proyectado sobre Maldek creó una disonancia casi 
			instantánea con el campo de resonancia del cuerpo planetario. Como 
			una manzana cayendo desde una gran altura y destrozándose al golpear 
			el suelo, Maldek se hizo añicos.
 
			Los Jupiterianos quedaron conmocionados ante el cataclismo cósmico 
			que habían engendrado. Medio atemorizados ante su propio poder, 
			medio alborozados, se resignaron a un gran ciclo de taciturno 
			desasosiego.
 
			¿Y Maldek y las tribus perdidas de la Serpiente y el Mago?
 
			Maldek fue el Paraíso perdido. La historia del Edén que conocéis es 
			la racionalización de los culpables Jupiterianos. El árbol de la 
			sabiduría es la plantilla cósmica de las trece dimensiones. El 
			conocimiento que Eva “saboreó” en la manzana ofrecida por la 
			serpiente que bajaba desde la corona del árbol de la vida, es el 
			conocimiento llamado Xymox.
 
			  
			“Jehová” es el antiguo
			engramas
			que 
			llevó a las tribus de la Semilla y el Aguila a quedar bajo la 
			influencia de Lucifer. La expulsión de Adán y Eva fuera del jardín 
			es la diseminación de las tribus perdidas en el momento de la 
			destrucción de Maldek. El ángel con la espada llameante montando 
			guardia a las puertas del jardín es el guardián de la memoria 
			galáctica. Quien se atreva a quebrar la esclavitud y la servidumbre 
			al mundo tri-dimensional del rayo del tiempo 12:60, podrá fácilmente 
			tomar la espada llameante de manos del ángel y cortar el nudo de la 
			amnesia que es la ignorancia interdimensional. 
			Yo soy Merlín. Maldek es mi dominio.
 
			  
			Soy el antiguo 
			“uno-y-los-muchos” que transmite el conocimiento de la 
			co-participación del tiempo a aquéllos de vosotros del tercer mundo, 
			llamado Tierra. Esto lo sé y os lo digo: las guerras del tiempo 
			están justamente ahora alcanzando su clímax. No existe el mal sino 
			la proyección de la sombra arrojada por la ignorancia.  
			  
			Hé aquí mi oráculo y profecía:  
				
					
					Cuando la raíz esté conectada 
					con la corona,Lucifer mostrará sólo luz en derredor
 Sólo luz en derredor, todas las estrellas conectadas con el 
					cielo
 Sólo la luz se elevará, el resto caerá
 Lucifer revelado, los túneles del tiempo devueltos
 Arcturianos Antareanos nunca más menospreciados.
 
			Este oráculo y profecía he dejado yo 
			Merlín, el atemporal, para que los descubráis en esos campos y rocas 
			que llamáis vuestro hogar.  
			  
			Pues cuando los círculos aparezcan entre 
			las hileras del trigo, entonces las rocas os recordarán qué se debe 
			hacer para apoderarse del tiempo y saber que nunca más seréis sus 
			esclavos! 
			  
			
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 11. GUERRAS DEL TIEMPO: LUCIFER RASTREADO, MARTE RECORDADO
 
 SOMOS LOS ANALÓGICOS ARCTURIANOS del equipo de reconocimiento de la 
			Estación Intermedia. Este es nuestro informe, en nombre de la 
			Federación Galáctica, respecto de sucesos en el sistema estelar 
			Velatropa 24.
 
			  
			Fuimos nosotros los primeros en dar a 
			Lucifer el nombre en código 666. He aquí el motivo. 
			Asimilando nuestro creciente cuerpo de experiencia como sonda 
			galáctica, llegamos finalmente a la conclusión de que Lucifer es, en 
			realidad, la proyección de nuestra - la del ser galáctico - 
			conciencia, moviéndose desde las dimensiones más bajas hacia la luz 
			pura. Lucifer es una “ente-ización” de la luz actuando desde la 
			sexta dimensión, la dimensión que ustedes llaman luz pura. Este es 
			el por qué de que el nombre de Lucifer signifique “portador de la 
			luz.”
 
			Como entidad hexa-dimensional - podríamos decir, como proyección 
			futurista de nuestro propio destino actuando fuera de secuencia e 
			impulsada a través del espacio, fuera del tiempo, hacia el sector de 
			Velatropa -, Lucifer naturalmente enfocó su atención en el sexto 
			cuerpo planetario de Velatropa 24. Debido a que el undécimo y el 
			duodécimo planeta habían sido eliminados desde un principio, 
			Velatropa se hallaba en realidad destinada a transformarse, en caso 
			de tener éxito, en una espora del sexto sentido estelar.
 
			Conjeturábamos que la intención de Lucifer era desarrollar Velatropa 
			24 para sí mismo. Componiéndolo desde el sexto planeta - que a su 
			turno transformaría en una estrella binaria - contaría con una 
			espora binaria del sexto sentido para dirigir energía hacia la sexta 
			dimensión, para sus propios propósitos.
 
			  
			Sexta dimensión, sexto 
			planeta, espora del sexto sentido estelar - de ahí, 666. 
			Rastrear y catalogar a Lucifer de ese modo fue extremadamente útil 
			para nosotros. Retro-alimentamos esta información al Gran Hunab Ku 
			del CSR, donde la Federación mantiene su centro de operaciones, y 
			por ello nuestra labor detectivesca fue muy apreciada.
 
			Simplemente porque haya un fenómeno tal como 
			
			la Federación 
			Galáctica, no deben pensar que todo se sabe. Por el contrario, el 
			conocimiento se crea a medida que evolucionamos. El gran ser, la 
			Madre Galáctica, está siempre en evolución, pues ésa es la 
			naturaleza del placer. Lo que está almacenado en los archivos 
			estelares no es conocimiento, sino sapiencia. Sapiencia es la 
			provisión almacenada del soñar. Conocimiento es lo que se crea a 
			partir de la exploración de situaciones producidas por la 
			interminable aventura de la transformación. Por lo menos eso es lo 
			que nosotros heteróclitos hemos descubierto en el desvelo de nuestra 
			sonda.
 
			Habiendo descubierto todo eso acerca de Lucifer - y de nosotros -, 
			podíamos continuar con la siguiente fase de nuestra domesticación de 
			planetas. Aunque nuestra empatía y ternura había sido sumamente 
			excitada por el prolongado curso de eventos que siguieron a nuestra 
			instalación de la Estación Intermedia AA, y aunque el número de 
			nosotros en la estación era reducido, no nos descorazonamos. Pero ya 
			resultaba más claro que nunca que lidiar con Lucifer era un asunto 
			de la mayor importancia.
 
			Ahora bien, cuando contemplamos el sistema de Velatropa 24 a 
			continuación del desastre de Maldek, esto es lo que vimos. Por lo 
			artero de su conocimiento hexa-dimensional (y nos referimos a 
			Lucifer como "él" simplemente debido al favoritismo masculino que 
			había engendrado, ya que no hay diferenciación sexual en la sexta 
			dimensión), Lucifer había llevado dos planetas a su dominio: los que 
			ustedes llaman Júpiter y Saturno. Mediante otro acto artero se había 
			creado el rayo 12:60 y, con él, el tiempo artificial. En las guerras 
			del tiempo ocurridas de resultas de ese rayo, un planeta fue 
			destruido. ¿Qué hacer a continuación?
 
 
			Nuestros capullos heteróclitos habían 
			rodeado Urano, ya por entonces suficientemente de nuestro lado. Con 
			la destrucción de Maldek, vimos la posibilidad de la existencia de 
			un quinto perfecto en el intervalo entre Urano, la octava órbita 
			planetaria, y su Tierra, Terra-Gaia, que mantiene la tercera órbita 
			planetaria. Como artistas del amor y amantes del arte placentero, la 
			única esperanza que nosotros Arcturianos veíamos para Velatropa 24 
			era la creación del túnel del tiempo que conectase el tercero y el 
			octavo planetas. 
			Dentro de este túnel del tiempo, almacenaríamos nuestra sapiencia, 
			como asimismo la de los mundos perdidos, ahora reunida en los Cantos 
			Épicos y Canciones Líricas de Xymox. En el momento apropiado, ese 
			túnel se abriría, liberando esa sapiencia y la posibilidad de hacer 
			sonar el quinto acorde. Pero sólo en el momento correcto, en ese 
			tiempo lejano y distante que ustedes llaman "pronto."
 
			Esto significaba desarrollar también un plan opuesto, para asegurar 
			los restantes planetas interiores, del cuarto al quinto. Dado que el 
			cuarto planeta se halla en contrapunto con el séptimo, Saturno, y 
			dado que Saturno era un bastón de los Luciferinos, decidimos 
			enfocarnos en el cuarto planeta, que ustedes llaman Marte. Pensamos 
			que si lográbamos asegurar este planeta podríamos entonces detener 
			los ataques luciferinos con el rayo del tiempo. Si los Luciferinos 
			tomaran Marte, estarían en posesión de una sólida cuña entre el 
			tercer planeta y el octavo, y no queríamos que eso sucediera, pues 
			de esa manera el túnel del tiempo quedaría bloqueado.
 
			Ahora bien, cuando hablamos de Luciferinos queremos decir esto: tri- 
			o cuatri-dimensiona-les atrapados en el falso encantamiento de 
			Lucifer. Observamos que Lucifer vivía de alimentar las proyecciones 
			de los tri- y cuatri-dimensionales. A quienes los alimentaban con 
			sus proyecciones, él les devolvía la ilusión del poder. De esa 
			manera habían sucumbido no solamente muchos miembros de las tribus 
			de la Noche, el Guerrero, la Semilla y el Aguila, sino también 
			muchos de los Antareanos que habían estado originalmente aliados con 
			nosotros en la Estación Intermedia AA.
 
			Ahora bien, Marte estaba bajo la custodia de las tribus del 
			Caminante del Cielo y el Enlazador de Mundos, que hasta ese momento 
			habían permanecido en sus formas cuatri-dimensionales. Llamando a 
			una asamblea entre ellos, así como con los cuatri-dimensionales del 
			destruido planeta de Maldek, diseñamos un plan de colonización tri-dimensional.
 
			Entre los restantes Antareanos en la Estación Intermedia y nosotros, 
			resolvimos que aquéllos se arriesgarían a encarnar entre los 
			Caminantes del Cielo y tomar el hemisferio austral de Marte, 
			mientras algunos de nuestros apéndices encarnarían entre los 
			Enlazadores de Mundos en el hemisferio boreal.
 
			Este tipo de experimentación y colonización galáctica toma algún 
			tiempo, así que una vez que el plan hubo comenzao, dejamos que 
			siguiera su curso. Muchos de nosotros notamos que rapsodiar entre 
			los planetas exteriores de Urano y Neptuno era una actividad mucho 
			más entretenida, mientras otros de nosotros permanecieron en sus 
			capullos circundando lentamente los tres primeros planetas. Como 
			resultado de ello, estábamos más preparados para lidiar con lo que 
			ocurrió en Marte. Y cuando la hora llegó para que Marte fuera 
			recordado nuevamente, era ya demasiado tarde.
 
			Según resultó, los Caminantes del Cielo del Marte austral, 
			patrocinados por los Antareanos, habían sido infiltrados por 
			Antareanos de Saturno. Mediante la influencia de los Antareanos del 
			séptimo planeta, los Caminantes del Cielo habían creado una 
			magnífica civilización, que recordaba a los Atlantesianos de 
			Aldebarán. Pero, como éstos, los Atlantesianos marcianos tenían 
			inclinación por un trueque fatal: una élite que continuamente 
			abogaba por una filosofía de defensa y seguridad, optaba por 
			atiborrarse de poder y lujo, en lugar de libre albedrío y memoria 
			cósmica. A nosotros nos traía un horrible recuerdo de los antiguos 
			de la Liga de Diez, de la Arcturo lejana en el espacio y el tiempo.
 
			En los reinos boreales de Marte, los Enlazadores de Mundos habían 
			creado un imperio llamado Elysium. En contraste con el lujo 
			decadente del Marte austral, Elysium era austero y magnífico. Allí, 
			tampoco estaba todo bien. La filosofía de "inmortalismo" había 
			entrado furtiva-mente, y con ella un curioso culto de la muerte. 
			Ahora bien, pueden recordar - por las aventuras de Arc-Tara - que el 
			reino de la muerte constituye, en realidad, el gran reino 
			interdimensional del norte de la galaxia, y es el lugar donde se 
			guarda el almacén de la verdad de cada uno. Pero aquí en Marte la 
			muerte era considerada la propiedad de unos pocos, así llamados 
			portadores de la verdad, los monarcas de Elysium. Todo esto nos 
			mostró cuán salvajemente podían desviarse las cosas sin mayor 
			vigilancia o supervisión.
 
			El resultado final de la situación marciana fue el comienzo de una 
			terrible guerra entre los Atlantesianos y los Elysianos. Más 
			irónicamente, por atender a la defensa y la seguridad, ninguna de 
			esas civilizaciones había prestado atención a los cambios 
			deterioradores en el clima del planeta, y de tal manera no estaban 
			preparados para lo que sobrevendría. Como resultado, un doble golpe 
			fatal cayó sobre el proyecto marciano: un tipo de guerra atómica que 
			no hizo sino acelerar la desecación de la atmósfera y el venenoso 
			adelgazamiento del campo electromagnético del planeta.
 
			En un tiempo muy breve, Marte quedaba inhabitable para su, una vez 
			orgullosa, población tri-dimensional. Allí adonde comercio y triunfo 
			habían llevado los ejércitos y caravanas de todo un imperio, 
			inútiles vientos bramaban y lanzaban escalofriantes estallidos de 
			arena roja. Por todas partes, la diabólica arena roca volaba a la 
			deriva, cubriendo destrozados monumentos en los que nadie más 
			respiraba tipo alguno de aire que no estuviera radioactivamente 
			envenenado.
 
			Pero antes de la triste muerte de este planeta como base estable 
			para sus operaciones, los Arcturianos de Elysium, recordando la 
			Sonda, sus orígenes, y su destino, erigieron un gran monumento: el 
			rostro de Ur-Arctur, en el que algunos de nosotros vieron también un 
			recuerdo de Thotmosis, el rey mono. Este rostro, vasto y enigmático, 
			hasta hoy día eleva su mirada desde el yermo arenoso de Cydonia, en 
			el Marte boreal, aguardando el recuerdo cósmico para retornar a 
			todas las tribus del tiempo.
 
			Considerando la leyenda de Marte, nos preguntamos cuántos planetas 
			más serían devastados por el envenenamiento producido por las 
			proyecciones de Lucifer.
 
			  
			Por el bien de la Sonda, por Kinich Ahau 
			y la gloria de la Federación, y por nuestro propio viaje de regreso 
			a Arcturo, supimos que no habría más planetas cercenados en este, ya 
			desolado, sistema estelar. 
			  
			
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