por Pedro Pozas Terrados (Nemo)
Noviembre 13, 2014
del Sitio Web
ElRobotPescador
Hace menos de un año, UNICEF lanzó una campaña
anunciando que tres millones y medio de niños morían de infecciones
en el mundo por no poder lavarse las manos.
Sanjay Wijesekera
Recientemente Sanjay Wijesekera Director de los programas
mundiales de agua, saneamiento e higiene de UNICEF, ha declarado
que:
"El lavado de manos con jabón es una de las
‘vacunas’ más baratas y eficaces contra las enfermedades
virales, desde la gripe estacional al resfriado común.
Nuestros equipos sobre el terreno en Sierra
Leona, Liberia y Guinea están destacando la importancia del
lavado de manos como de una serie de medidas que son necesarias
para detener la propagación del Ébola.
No es una panacea, pero es un medio adicional de
defensa que resulta barato y es fácil de conseguir".
En estas campañas se pide dinero al ciudadano para
que colabore y así poder llevar equipos para potabilizar agua y de
esta forma combatir las enfermedades.
Pues bien, yo me puse en contacto con la Presidenta de UNICEF en
España y le propuse que porqué no se plantean en
utilizar simplemente agua de mar para lavarse las manos
que recogida en camiones cisternas pudieran llevarse a los campos de
refugiados.
Un coste mínimo y muy fácil de poner en práctica.
El agua de mar es de por si desinfectante.
La contestación recibida es que ellos siguen las directrices de la
Organización Mundial de la Salud, que era buena idea pero que no se
podía poner en práctica.
De nuevo la contesté que millones de personas que se bañan en los
mares de la Tierra en verano no tienen que pedir permiso de
la OMS para hacerlo.
¿Porqué se debería pedir 'permiso' para usar el agua de mar para
lavarse las manos sin con ellos se salvaba millones de vidas?
No he recibido contestación.
...también callan....
Sólo les interesa el dinero que puedan recibir de la
gente buena, pero no les interesa soluciones factibles, baratas y
muy fáciles de aplicar.
Que el lector saque sus propias conclusiones.
Ante esta situación me pregunto...
Llevo años escribiendo artículos, hablando con
Instituciones, con Asociaciones… que el agua de mar evita la
desnutrición y es preventiva de numerosas enfermedades si se toma
tres vasos diarios recogida directamente de la playa, en zonas
limpias y transparentes.
Pero parece que las soluciones sencillas, casi gratuitas y que no
tienen ningún beneficios económico; es mejor olvidarlas, enterrarlas
y tachar de loco a quien las propone.
Pero la única locura es no aprovechar estas ideas que vienen de
René Quintón, un sabio francés
que abrió decenas de dispensarios en París donde curaba con agua de
mar a los niños desnutridos y que en 1912 paró el cólera en Egipto.
René Quintón
1908
Es mejor olvidar que con algo tan sencillo y que es abundante y
gratuito se pueden curar enfermedades y alentar por contrario, que
los fármacos y sus altos costes es
la mejor solución para combatir las enfermedades.
Puedo entender este rechazo ante las Instituciones Oficiales de
Salud que cabalgan muchas veces sumidas en paradigmas obsoletos y
que sólo reaccionan cuando la OMS estornuda, pero no lo puedo
entender en Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) que
están trabajando en campos de refugiados y que se encuentren
igualmente sometidas a la ceguera de
la OMS, que mantiene contactos con
la industria farmacéutica.
Por otro lado, estos mismos organismos internacionales y los propios
responsables de los Estados civilizados se echan las manos a la
cabeza por uno o dos contagios
de
Ébola, alarmando a la sociedad, mientras que 825 millones
de personas se encuentran desnutridas en el mundo y 25.000 personas
mueren de hambre al día.
¿Nadie se echa las manos a la cabeza por este horrible asesinato de
miles de personas?
Si, asesinato, porque en la actualidad hay recursos
suficientes para que nadie tuviera que morir de esa forma terrible y
sin embargo al permitirse la
especulación alimentaría, por culpa
de los mercados y gobiernos que no gestionan los recursos naturales
con eficacia, permitiendo que multinacionales arrasen los recursos,
es un asesinato, un genocidio masivo que el mundo occidental
consiente y alienta.
Esta sociedad, cada uno de nosotros, debemos cambiar de
rumbo.
Lo vemos en los medios informativos que continúan saliendo políticos
y empresarios imputados, sin que les de vergüenza en absoluto,
justificando incluso sus actuaciones como nobles y que han sido
víctimas de un atropello político.
Este sistema de,
-
odio
-
corrupción
-
negocio
-
riqueza para los más ricos
-
recortes en la sanidad
-
en la educación
-
en los sueldos de los trabajadores
-
en la precariedad de los mismos,
… es un sistema caduco que la propia sociedad tiene
que sanear o de lo contrario nos veremos inmersos en un caos donde
el dinero público será empleado para el beneficio de las grandes
empresas y de los bolsillos de algunos políticos.
En mi libro "Efecto
Esmeralda", dediqué un capítulo especial a el
Proyecto Venus, un mundo ideal,
donde el bienestar de las personas en todos sus ámbitos es el factor
fundamental de una sociedad distinta, donde los recursos naturales
son propiedad de todos.
¡Hasta donde puede llegar la arrogancia y la falsedad, cuando
gobiernos apoyados a veces por ONGs, para declarar Parque Nacional
en países de África, Indonesia o Latinoamérica, expulsan por la
fuerza a nativos de sus tierras ancestrales para abandonarlos en los
límites del parque y después perseguirlos por cazadores furtivos si
se les encuentra dentro del Parque cazando como lo han hecho toda la
vida!
Confundimos en muchas ocasiones términos e intereses que van contra
la propia humanidad, contra la vida.
Los Pigmeos son un ejemplo de ello; un pueblo que habitaba en los
Volcanes de Virunga en la República Democrática del Congo y que al
declararse Parque Nacional y Patrimonio de la Humanidad, fueron
expulsados de sus tierras con grandes promesas y hoy malviven en los
límites del parque y se les persigue por ser cazadores furtivos,
por realizar actividades en su propia tierra.
Todos estos ejemplos me recuerdan que el hombre atraviesa un siglo
de decadencia bajo la sombra de la ignorancia, de la inutilidad de
gobernantes que se rodean de personas sin escrúpulos que sólo buscan
la riqueza.
Menos mal que la muerte no se puede comprar y que por mucho dinero
que tengan, cuando llegue su hora no la podrá comprar y espero
también que exista un más allá y que estos humanos mutantes de
maldad por llamarlos de alguna forma, paguen por todos los crímenes
durante toda la eternidad.
¿Cómo podemos llamarnos humanos ante tanto sufrimiento en guerras,
en conflictos, en corrupciones, en asesinatos masivos, en la
especulación y en el robo?
La sombra de la ignorancia borra las neuronas del cerebro.
-
¿Porqué no aplicar agua de mar para lavarse
las manos si con ello evitamos millones de muertes?
-
¿Por qué cierran filas a algo tan sencillo y
noble?
-
¿Qué ocultan?
-
¿A caso
interesa que las enfermedades
continúen y que la problemática del hambre e
infecciones por falta de higiene no interese ser combatida?
No me queda otra explicación y mis lágrimas sacuden
la conciencia de la impotencia, de los oídos sordos, de la sombra de
la ignorancia, de humanos que son sólo máquinas frías sin emociones
y sin escrúpulos que sólo buscan el horror de la muerte violenta.
Tenemos que cambiar de ruta, de tomar todos juntos un cambio de
dirección para conquistar un mundo de igualdad y bienestar que nos
quieren usurpar.
De nosotros depende en gran medida que las cosas sigan igual que
hasta ahora o peor, o que por el contrario, podamos desempolvar la
sombra de la ignorancia, haciendo de este mundo un lugar de armonía,
de amor a la naturaleza, de protección a la biodiversidad de nuestro
planeta y de conseguir que la sociedad mundial abra los ojos y
tomemos el destino de la dignidad humana.
¿Cómo lo hacemos? Con una visión global y una acción local.
Las elecciones están por venir, algunos políticos están perdiendo
sus papeles, la corrupción y los privilegios acampan en las
sociedades mundiales, no solo en España. Nuestra voz, nuestro voto,
nuestro grito a la libertad debe de unirse por el bien de nuestros
hijos y de las generaciones futuras.
Tú decides...
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