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por Jacque Fresco 2009 del Sitio Web TheVenusProject
traducción de El Injenierillo
Más allá de la utopía
Actualmente, esto queda evidencia en los sistemas militares, donde son sensores electrónicos los encargados de mantener las características óptimas de vuelo en los modelos avanzados de aviones. La capacidad de los ordenadores supera hoy en día los quinientos billones de bits de información por segundo. La complejidad de la civilización actual es demasiado alta para que sean sistemas humanos quienes lo administren, sin la ayuda de computadoras electrónicas.
Los ordenadores de hoy serán
considerados primitivos en comparación con los modelos evolucionados
del futuro. Finalmente, la gestión de los sistemas sociales
demandará y requerirá sensores electrónicos interconectados con
todas las fases de las secuencias sociales, eliminando así la
necesidad de la política tal cual la conocemos.
En tal sociedad, la medida del éxito se basa en el cumplimiento de los sueños individuales, en lugar de la adquisición de riqueza, propiedad, o poder.
Aunque muchos de los conceptos
presentados aquí pueden parecer objetivos inalcanzables, todas las
ideas se basan en principios científicos conocidos. No es mi
propósito escribir un artículo para que sea consensuado y
considerado aceptable por todos, ya que no es ésta la preocupación
última de la ciencia.
Para establecer los parámetros de esta nueva civilización, será necesario trascender muchas de las tradiciones, valores y métodos del pasado. El futuro evolucionará sus propios nuevos paradigmas, de acuerdo con cada etapa del desarrollo humano y tecnológico. A lo largo de la historia de la civilización, sólo unos pocos caudillos o políticos nacionales han propuesto alguna vez un amplio plan para mejorar la vida de todas las personas bajo su jurisdicción.
Aunque personas como Platón, Edward
Bellamy, HG Wells, Karl Marx, Howard y Scott hicieron algunos
intentos para presentar una nueva civilización, el orden social
establecido los consideró soñadores poco prácticos con diseños
utópicos contrarios a los elementos innatos de la naturaleza humana.
En 1898, Edward Bellamy escribió el libro "Mirando hacia atrás".
Concibió un sistema social igualitario
ideal, con muchas ideas avanzadas para su época. Este best-seller
despertó gran interés, y muchas personas se preguntaron sobre cómo
este tipo de sociedad utópica de cooperación podía ser llevado a
cabo. Pero Bellamy respondió que sólo era un escritor y que no sabía
cómo crear este tipo de sociedad.
No cabe duda de que en tiempos de los libros de Bellamy las condiciones sociales eran abominables, lo cual hizo de su ideal utópico algo muy atractivo. Lo que parece faltar en la mayoría de estos conceptos ha sido, sin embargo, un plan general y los métodos necesarios para un régimen transitorio que permitan a dichas ideas convertirse en una realidad.
La mayoría de las primeras visiones de
un mundo mejor no permitía cambios en los valores tecnológicos ni
humanos, lo cual tendía a limitar los esfuerzos innovadores. Además,
todos han carecido de un conjunto extendido de planos, modelos y
metodología para su aplicación. Por último, han carecido de personas
competentes para lograr esa transición.
Hoy hemos desarrollado la tecnología necesaria para superar los más profundos anhelos y sueños de cualquier innovador social del pasado.
El hecho de que intentos de cambio
social anteriores hayan fracasado, no es justificación para que
dejemos de intentarlo. El verdadero peligro radica en la
autocomplacencia. Las únicas limitaciones para el futuro de la
humanidad son las que nos imponemos a nosotros mismos. Hoy es
posible aliviar a la humanidad de muchos de sus problemas no
resueltos, a través de la aplicación humanitaria de la tecnología.
Una película llamada "La Marcha del Tiempo" señalaba lo siguiente respecto del comunismo soviético:
El fracaso del comunismo para satisfacer las necesidades humanas y para enriquecer las vidas de sus ciudadanos no es diferente de nuestro propio fracaso.
Tanto el fracaso como el éxito son
inherentes en el actual experimento que es la evolución social. En
todos los sistemas sociales, es necesario elaborar enfoques
diferentes para mejorar el funcionamiento del sistema.
Toda la tecnología que usamos hoy en día, como computadoras, teléfonos celulares, el Internet, los aviones y los automóviles, se encuentran en un constante estado de mejora y modificación. Por el contrario, nuestro sistema social y sus valores se mantienen, en gran medida, estáticos.
Una inscripción sobre uno de nuestros edificios gubernamentales dice lo siguiente:
Alcanzar visiones exige cambiar. La
principal razón para la resistencia al cambio es que se tiende a
poner en peligro los intereses creados.
Estas incluían jornadas de trabajo extenuantes, explotación del trabajo infantil, falta de ventilación en plantas industriales, falta de derechos para las mujeres y minorías, condiciones peligrosas en minas, y los prejuicios raciales.
A pesar de sus muchos problemas, fue el
mayor experimento social en la historia en términos de diversidad de
los estilos de vida y las libertades individuales, las innovaciones
en la arquitectura y la tecnología, y, en una gran perspectiva, el
progreso en general. Es imperativo que continuemos el proceso de
experimentación social con el fin de trascender nuestras
limitaciones actuales y mejorar las vidas de todos.
Los caminos que se elijan determinarán, en última instancia, si hay o no vida inteligente en la tierra.
Si bien la gente busca ventajas
individuales durante los tiempos de prosperidad, al compartir el
sufrimiento tienden a acercarse entre sí. Hemos visto repetirse este
comportamiento una y otra vez a lo largo de los siglos, en tiempos
de inundaciones, hambruna, incendios u otros desastres naturales.
Sin embargo, una vez que la amenaza se ha resuelto, los patrones de
escasez vuelven, una vez más, a llevar a las personas de regreso a
sus comportamientos de búsqueda de ventajas individuales.
De hecho, parece que la única fuerza capaz de movilizar al mundo en una dirección unificada sería la que plantearía una amenaza común, como lo sería por ejemplo el impacto colosal de un meteorito sobre la faz de la tierra ú otro evento catastrófico importante. Si algo como esto ocurriese, todas las disputas fronterizas pasarían a ser irrelevantes de cara al desastre inminente.
Muchos suplicarían por intervención divina como salvación, pero todas las naciones, sin duda alguna, aunarán sus esfuerzos y exhortarán a la ciencia y la tecnología para que sea ella quién haga frente a la amenaza común.
Tanto banqueros como abogados, empresarios y políticos serían totalmente irrelevantes. Todos los recursos se pondrían a disposición y se aprovecharían sin ninguna vacilación o preocupación ni por sus costos o sus beneficios monetarios. En virtud de este tipo de condición amenazadora, la mayoría de la gente se daría cuenta fácilmente dónde yace la clave para su supervivencia.
Por ejemplo, durante la Segunda Guerra
Mundial, fue la movilización colectiva de los recursos humanos y
materiales los que condujeron a los EE.UU. y sus aliados al éxito.
No obstante, incluso enfrentando
amenazas de esta magnitud, comunes a todas las naciones, la
dirección de la acción humana no se verá alterada mientras las
naciones poderosas sigan siendo capaces de mantener el control sobre
los limitados recursos disponibles.
Lo que estas personas no logran explicar es cómo es que se logrará que estas nuevas tecnologías del futuro puedan ser utilizadas para organizar las sociedades y las economías de manera eficiente y equitativa, sin la uniformidad que se requiere para permitir que todos se beneficien de ellas y que el modelo monetario no entrega.
Los pocos grupos de reflexión dedicados
a los más recientes enfoques, con miras a lograr una organización
social a la par con la capacidad tecnológica actual, no consideran
los cambios sociales como un sistema planificado globalmente.
En caso de tal quiebre social, lo más
probable es que el gobierno de turno
declare un estado de emergencia, en
un intento por evitar el caos total. Luego, instaurará medidas que
puedan abordar los problemas inmediatos al mismo tiempo que permitan
preservar las instituciones y estructuras de poder existentes, aún
cuando éstas pudieran ser una de las causas principales que
contribuyen a crear dichos problemas.
Las razones para ello resultan claras cuando uno se da cuenta de que, incluso en las democracias modernas, estos dirigentes no benefician la vida de la persona promedio, sino que muy por el contrario, mantienen una posición preferente en favor de buena parte del orden establecido. En muchas zonas del mundo, cada vez aparecen nuevos indicadores de alerta por parte de la población, que dan cuenta de que los acontecimientos han ido más allá del control de sus dirigentes políticos.
En todas partes vemos líderes y partidos políticos que vienen y van, estrategias políticas siendo adoptadas para luego ser descartadas por su incapacidad para satisfacer las exigencias de una ú otra facción.
La razón por la que no le sugerimos que escriba a su congresista, o a cualquier número de organismos gubernamentales, es que simplemente carecen de los conocimientos necesarios para hacer frente a nuestros problemas. Su objetivo no es cambiar los sistemas existentes, sino preservarlos. Al parecer, hay muy pocas sociedades actuales que deseen borrarse paulatinamente a sí mismas.
En las sociedades industriales modernas
la causa de la inacción se encuentra precisamente en sus engorrosos
procesos políticos, lo cual constituye un verdadero anacronismo en
una época en que la mayoría de las decisiones sobre cualquier
cuestión importante puede lograrse en fracciones de segundo gracias
a la entrada de datos concretos en una computadora.
Sólo si el público estuviese mejor informado, sería posible introducir un nuevo y mejorado acuerdo social.
Desafortunadamente, hoy en día la mayoría de las personas entrega respuestas simplistas, que tienden a repetir el ciclo de los acontecimientos.
Cuando nos enfrentamos con condiciones sociales intolerables, muchos de los antiguos patrones surgen nuevamente, ya que la gente intenta encontrar a alguien o algo a quién culpar por esas condiciones, como por ejemplo, culpar,
El verdadero cambio social no es provocado por el hombre y la mujer en razón de la buena voluntad a nivel personal.
La idea de que uno puede sentarse y hablar con las personas y alterar así sus valores es altamente improbable. Si la persona a quién se está hablando no tiene los conocimientos fundamentales de la operación de los principios científicos y los procesos de leyes naturales, será muy difícil para ellos comprender cómo es que las piezas encajan en una perspectiva global.
Las soluciones a nuestros problemas no llegarán a través de la aplicación de la razón o la lógica. Lamentablemente, en la actualidad no vivimos en un mundo razonable o lógico. No parece haber registro histórico alguno, de líderes de sociedades establecidas que, deliberadamente y de forma global, hayan rediseñado la cultura para adaptarse a los tiempos cambiantes.
Si bien, no cabe duda de que algunos
dirigentes políticos, en cierta medida, contribuyen a modificar
ciertos patrones de comportamiento, los verdaderos artífices del
cambio social son en realidad las presiones biosociales, inherentes
a todo sistema social. Un gran cambio sólo puede ser provocado por
desastres naturales o sucesos económicos que afecten negativamente
las circunstancias inmediatas de un gran número de personas.
La introducción de los medios fiduciarios para procesos de intercambio ha provocado un cambio significativo en la sociedad, así como la hizo la introducción de la agricultura mecanizada y la Revolución Industrial. Lamentablemente, el anticuado orden mundial, tanto social como político, ya no resulta ser adecuado para estos tiempos.
Estas instituciones sociales obsoletas son incapaces de comprender la importancia de la tecnología innovadora para lograr un mayor bienestar para todas las personas, y superar así las desigualdades impuestas a tantas personas.
La competencia y la escasez han provocado entre los individuos y las naciones un ambiente de celos y desconfianza al desarrollo. Los conceptos de derechos de propiedad, la propiedad intelectual, derechos de autor y patentes, se manifiestan en entidades corporativas y en la soberanía de las naciones, impide el libre intercambio de información necesaria para satisfacer los desafíos mundiales.
La Unión Europea representa un intento
de salvar el presente con el futuro, pero se queda muy corta dado
que se encuentra íntimamente ligada al sistema monetario. Cualquier
intento de retroceso a los métodos del pasado condenarán a
incontables millones de personas a una vida de sufrimiento
innecesario, explotación, y sufrimiento.
La supervivencia última de la especie humana depende de la planificación a escala mundial y la búsqueda cooperativa de nuevas alternativas con una clara orientación hacia la mejora de los acuerdos sociales. Si la humanidad desea lograr la prosperidad mutua, el acceso universal a los recursos es esencial. Junto con la introducción de nuevos paradigmas relacionados con la preocupación por los seres humanos y el medio ambiente, debe haber una metodología para hacer esto realidad.
Si estos objetivos se quieren alcanzar, el sistema monetario debe ser sobrepasado por una economía mundial basada en los recursos. Con el fin de utilizar los recursos de manera efectiva y económica, la necesaria tecnología cibernética computarizada podría eventualmente aplicarse para garantizar un mejor nivel de vida para todos.
Con la aplicación inteligente y
humanitaria de la ciencia y la tecnología, las naciones del mundo
podrían guiar y dar forma el futuro para la preservación del medio
ambiente y la humanidad.
En realidad, nadie debería tomar decisiones en cuanto a la forma en que este plan será diseñado.
Debe basarse en la capacidad de carga de
nuestro planeta, sus recursos, las necesidades humanas y cosas por
el estilo. Con el propósito de mantener nuestra civilización,
debemos coordinar la tecnología avanzada y los recursos disponibles,
en un enfoque de sistemas mundiales totalmente humanitario.
En una sociedad que aplica un enfoque de sistemas, estas profesiones serán sustituidas por equipos interdisciplinarios, analistas de sistemas, programadores de computadoras, investigadores de operaciones, y todos aquellos que vinculen el mundo en grandes redes de comunicaciones y sean asistidos por ordenadores digitales de alta velocidad.
Serán ellos quienes nos lleven
finalmente a métodos de funcionamiento social a gran escala basados
en computadoras. Las operaciones sociales actuales resultan ser
demasiado complejas como para ser manejadas por cualquiera de los
políticos electos de hoy.
Esto podría ser fácilmente realizado mediante la utilización de muchas de nuestras universidades, centros de formación, y profesionales, quienes determinarán los mejores métodos alternativos posibles para la solución de estos problemas.
Esto podría ayudarnos a definir los
parámetros de transición posibles para el futuro de una civilización
mundial sostenible.
A medida que este proceso se actualice
continuamente, generará un código de conducta más apropiado. Por
conducta apropiada nos referimos a los procedimientos necesarios
para realizar una determinada tarea.
De esta manera, la tierra y nuestros procedimientos tecnológicos pueden proporcionarnos un suministro ilimitado de bienes materiales y servicios sin la creación de impuestos o deuda de ningún tipo.
En un sistema monetario, las principales preocupaciones de la industria son las utilidades, el mantenimiento de las ventajas competitivas, y la revisión de la última línea del balance financiero; no el bienestar de la humanidad. Los problemas sociales derivados de la masa de personas desempleadas que han sido desplazadas por la infusión de la automatización, se considera irrelevante, y eso, si es que en algo llegan a ser consideradas.
Cualquier necesidad que pudiera satisfacerse es considerada secundaria en la obtención de utilidades para la empresa. Si las utilidades resultan insuficientes, el servicio simplemente es retirado. Lo que la industria trata de hacer es mejorar su ventaja competitiva para aumentar el margen de utilidad para sus accionistas.
No contribuiría para nada a los
intereses de una sociedad monetaria, el participar en la producción
de bienes y servicios que tuviera como único objetivo mejorar la
calidad de vida de las personas.
Si bien estas tendencias son loables,
resultan ser insuficientes como métodos de solución a problemas
globales como la contaminación, la degradación del medio ambiente o
el innecesario sufrimiento humano.
El sistema monetario, por supuesto, sustituye el sistema del trueque, en que se tranzaban de manera directa los objetos de comercio y la mano de obra. Sin embargo, al igual que no hubo un estándar de trueque universal en el pasado, tampoco hay hoy en día un sistema monetario universal. Para los individuos y grupos, tanto hoy como ayer, sigue siendo necesario el intercambio de objetos y mano de obra para obtener bienes y servicios.
El comercio mundial se nutre de la
desigualdad en la distribución de las competencias, recursos y
materiales.
A comienzo del siglo 21, la población mundial se encuentra aumentando exponencialmente, elevándose por sobre los seis mil millones, los recursos y suministros de energía se agotan, el calentamiento global ya es una realidad, y la contaminación resulta evidente en todo el globo. El planeta Tierra está en crisis, y la mayoría de la población mundial no puede satisfacer sus necesidades básicas porque la gente simplemente no tiene los medios para comprar los cada vez más costosos recursos.
El dinero es ahora el factor
determinante del nivel de vida de las personas, en lugar de serlo la
disponibilidad de recursos.
Dado que la humanidad requiere de recursos para su existencia, el sistema sustituto deberá proporcionar los recursos directamente a las personas, sin el impedimento de intereses financieros y políticos para beneficio privado, a expensas de la vida y los medios de subsistencia de la población.
Por ende, el sistema sustituto resulta
ser, lógicamente, una economía basada en los recursos. Esta economía
mundial basada en los recursos deberá ser implementada gradualmente,
a medida que el viejo sistema monetario vaya siendo eliminado.
La guerra representa el fracaso supremo de las naciones para resolver sus diferencias. Desde un punto de vista estrictamente pragmático es la más ineficiente pérdida de vidas y recursos jamás concebidos por criatura alguna en el planeta.
Esta cruda y violenta forma de resolver las diferencias internacionales ha adquirido matices aún más ominosos con el advenimiento de elaborados sistemas computarizados de intercambio nuclear, de enfermedades y gases mortales, y de amenazas de sabotaje a través de las redes nacionales de ordenadores.
A pesar de la voluntad de las naciones
para lograr la paz, por lo general carecen de los conocimientos de
cómo llegar a soluciones pacíficas.
Los documentos de proclamaciones y tratados no alteran un ápice las condiciones de escasez e inseguridad. El nacionalismo sólo tiende a ayudar a propagar el separatismo en las naciones y pueblos del mundo. Ni siquiera la firma de un tratado de paz podrá evitar otra guerra, si las causas no son abordadas. Los aspectos inviables del derecho internacional tienden a congelar las cosas tal cual están.
Todas las naciones que han conquistado tierras por la fuerza y la violencia alrededor del mundo seguirán manteniendo sus posiciones aventajadas de territorio y recursos.
Nos demos cuenta de ello o no, este tipo
de acuerdos sólo sirven como suspensiones temporales a los próximos
conflictos que se avecinan.
Lamentablemente, esta no podrá ser logrado antes de alcanzar el punto de no retorno en la economía mundial actual.
Este nuevo diseño de las estructuras
sociales busca la eliminación de las causas subyacentes que son las
responsables de muchos de nuestros problemas. Pero, como se indicó
anteriormente, estas causas no podrían ser eliminadas dentro del
marco del actual sistema político y monetario.
Su eliminación no puede ser llevada a
cabo dentro de una la sociedad monetaria basada en los residuos y la
explotación humana. Con su obsolescencia planificada, descuido del
medio ambiente, gastos militares indignantes y desgastados métodos
de resolver conflictos mediante la promulgación de leyes, todos
estos intentos actuales de solución están destinados al fracaso.
En última instancia, la preocupación de
las empresas por sus utilidades a corto plazo, dará como resultado
el colapso de las economías monetarias.
De este modo, la automatización
continuará sustituyendo a la gente en el futuro próximo, lo que se
traducirá en un menor poder adquisitivo de esos trabajadores
desplazados. Aún cuando los mercados mundiales estén en expansión,
el costo en términos humanitarios que tendrá desplazar y privar a
los trabajadores de sus poblados, redundará inevitablemente en
problemas sociales masivos e inmanejables.
Se crearon nuevos puestos de trabajo a través de la Administración de,
Sin embargo, y en última instancia, fue la Segunda Guerra Mundial la que sacó a los EE.UU. de la gran depresión.
Si permitimos a las condiciones actuales tomar su curso natural, pronto nos veremos enfrentados a otra nueva recesión internacional de magnitud potencialmente mayor. En tiempos de esta depresión, y a comienzos de la Segunda Guerra Mundial, los EE.UU. tenían apenas unos 600 de aviones de guerra de primera categoría. Una vez estalló el conflicto, su producción se incrementó rápidamente a más de 90.000 aviones en tan sólo un año.
¿Teníamos los fondos suficientes para producir los implementos de guerra requeridos? La respuesta es No.
Tampoco teníamos dinero ni oro
suficiente, pero tuvimos recursos más que suficientes. Fue la
disponibilidad de los recursos lo que permitió a los EE.UU. alcanzar
la alta producción y eficiencia necesaria para ganar la guerra. Por
desgracia, estos esfuerzos extraordinarios sólo se logran en tiempos
de guerra.
Rara vez, si es que alguna vez, se hace
un esfuerzo concertado para ayudar a encontrar soluciones viables a
los problemas sociales. Si aplicáramos los mismos esfuerzos
científicos de movilización, pero orientados hacia la mejora social
en lugar de orientarlos a la guerra o a la solución de desastres a
gran escala, los resultados podrían ser alcanzados en un tiempo
relativamente corto.
Debemos destacar aquí que este enfoque
de la gobernanza global no tiene nada en común con los
objetivos actuales de una élite empresarial para formar un
gobierno mundial con ellos y las
grandes empresas en el control, y la gran mayoría de la población
del mundo subordinada a ellos.
Todos los sistemas sociales, independientemente de su filosofía política, creencia religiosa, o costumbres sociales, dependerá en última instancia de los recursos naturales, como por ejemplo, el aire puro y el agua, las tierras para el cultivo, o la tecnología necesaria.
Esto puede lograrse a través de la inteligente y humanitaria aplicación de la ciencia y la tecnología.
La verdadera riqueza de una nación
radica en sus recursos y desarrollos potenciales y en las personas
que trabajan orientadas a la eliminación de la escasez y desarrollo
de una forma de vida más humanitaria.
Lamentablemente, hoy en día la ciencia y la tecnología se han desviado de esos objetivos debido a los intereses privados y la búsqueda de ganancias monetaria a través de la retirada deliberada de la eficiencia más conocida como obsolescencia planificada.
Por ejemplo, resulta ser un irónico estado de cosas, cuando vemos que el Departamento de Agricultura de los EE.UU., cuya función es llevar a cabo la investigación sobre cómo lograr un mayor rendimiento de las cosechas por acre, paga a los agricultores para que no produzcan a plena capacidad (y controlar así los precios), mientras muchas personas padecen hambre.
Otro ejemplo es la práctica de algunas empresas de verter ilegalmente residuos sólidos en los océanos y ríos para así ahorrar dinero, cuando existen a disposición métodos de eliminación ecológicamente aceptables.
Un tercer ejemplo es la negativa de algunas industrias a instalar precipitadores electrostáticos en las chimeneas de sus fábricas y evitar así que el material particulado sea liberado a la atmósfera, a pesar de que esta tecnología ha estado disponible desde hace más de 75 años.
El sistema monetario no siempre
aplica los métodos conocidos que mejor sirven a las personas y al
medio ambiente.
Pero si las consecuencias humanas de la automatización se dejan sin resolver, tal como ocurre hoy, entonces todos los avances de la ciencia y la tecnología serán de mucho menos importancia.
La utilización actual de los grandes
sistemas informáticos de alta velocidad, también conocidos como
"supercarreteras de la información" o la Internet, nos podrían
ayudar en la definición de las variables y los parámetros necesarios
para el funcionamiento de una economía basada en los recursos que se
ajuste a las necesidades ambientales. La sobre explotación de los
recursos sería innecesaria y abolida.
En términos muy sencillos, un martillo puede ser usado para construir un edificio, o para matar a otra persona. El asunto no radical en el martillo mismo sino en cómo es utilizado.
La Cibernación, o aplicación de computadoras y automatización en el sistema social, puede considerarse como una proclamación de emancipación de la raza humana si se utiliza con inteligencia y humanidad. Su aplicación masiva podría permitir que las personas tuviesen el más alto nivel de vida concebible, prácticamente sin la utilización de mano de obra.
Podría liberar al mundo, por primera vez en su historia, de la externamente impuesta rutina de actividades altamente estructuradas, repetitivas y mundanas. Se podría permitir el retorno al concepto griego del ocio, donde los esclavos hacían la mayor parte de las labores y los hombres tenían tiempo para cultivar sus mentes.
La diferencia esencial es, que en el futuro, cada uno de nosotros comandará a más de un millón de esclavos - pero serán esclavos electromecánicos y no seres humanos.
Esto terminará para siempre con la
explotación degradante de seres humanos por sus propios congéneres,
para que de este modo, él o ella, tengan una vida abundante,
productiva y menos estresante. Tal vez el mayor aporta en la mejora
de la supervivencia de la raza humana sea la introducción de la
cibernación, las computadoras electrónicas, y la inteligencia
artificial, que puede muy bien salvar la raza humana de sus propias
insuficiencias.
Estas nuevas ciudades cibernéticas tendrán un sistema nervioso de sensores eléctricos autónomos, extendidos a todos los ámbitos de la complejidad social. Su función será la de coordinar el equilibrio entre la producción y la distribución así como operar una economía de carga equilibrada. Las decisiones se tomarán sobre la base de la información actualizada del medio ambiente.
A pesar de la manía actual por la seguridad nacional, y la consecuente intrusión en los asuntos personales, en una economía mundial basada en recursos no habrá necesidad de robar y será considerado socialmente ofensivo y contraproducente el que las máquinas controlen las actividades de las personas.
De hecho, inmiscuirse en los asuntos
personales no tendría utilidad alguna.
Este método de información electrónica
industrial se podría aplicar a todos los ámbitos de la gestión
global de la economía.
Todos los sistemas de transporte serían utilizados a su máxima capacidad en ambas direcciones. No habría camiones, trenes, u otras unidades de transporte volviendo vacías, ni de ida ni de vuelta. No habría trenes con mercancías, almacenadas en astilleros, a la espera de un ciclo económico para su uso.
Un sistema de inventario automatizado estaría conectado, tanto a los centros de distribución como a las fábricas, por lo tanto, la producción coordinada para satisfacer la demanda proveería una evaluación constante de las preferencias y estadísticas de consumo.
De este modo, una economía de carga
equilibrada podrá asegurar el suministro, eliminando de paso la
escasez, el exceso de producción, y los residuos.
Por ejemplo, si se visita el Parque Nacional de Yellowstone, uno recibe, en el acceso al sitio, una cámara fotográfica o de vídeo.
Uno puede usar la cámara, pero si no quiere quedársela, la devuelve en otro punto de entrega o centro de distribución fácilmente accesible, eliminando así la necesidad de que los individuos almacenen y mantengan equipos.
Además de los centros computarizados,
que se encontrarían ubicados en las distintas comunidades, habría
capacidad de procesamiento de imágenes de televisión de pantalla
plana tridimensionales en la comodidad de la propia casa. Si se
desea una materia en particular, una orden se colocaría, y la
materia podría ser automáticamente entregada, directamente en el
lugar de residencia de la persona.
Para comprender mejor el significado de una economía basada en los recursos considere lo siguiente: Si todo el dinero del mundo desapareciera de pronto, a la vez que tanto la tierra como las fábricas y otros recursos fuesen dejados intactos, se podría conseguir cualquier cosa que escogiésemos para construir y satisfacer cualquier necesidad humana.
No es el dinero lo que la gente necesita, sino más bien la libertad de acceder a la mayoría de sus necesidades sin tener que recurrir a una burocracia gubernamental o a cualquier otro tipo de organismo. En una economía basada en recursos, el dinero pasaría a ser irrelevante.
Lo único realmente necesario serían los
recursos, las fábricas y la distribución de productos.
La tierra sigue siendo el mismo lugar, son sólo las reglas del juego las que han quedado obsoletas y crean disputas, privaciones y sufrimientos humanos innecesarios. En la cultura actual de las utilidades, la producción de bienes no se realiza basada en las necesidad humanas. No construimos viviendas sobre la base de las necesidades de la población.
No cultivamos alimentos para alimentar a la población. La principal motivación de la industria son las utilidades. Considere el automóvil. Hoy en día, con el fin de prestar los servicios convencionales de reparación de automóviles, es necesario desarmar una gran cantidad de partes y piezas antes de que podamos llegar al interior del motor.
¿Por qué son los motores tan difíciles de acceder?
La razón es simple: porque la
preocupación de los fabricantes no es la facilidad con que se
reparan los motores, puesto que no son ellos quienes deben pagar por
el servicio de reparación del automóvil. Si los fabricantes tuviesen
efectivamente que hacerlo, le puedo asegurar, que el diseño de
automóviles consideraría componentes modulares que puedan ser
fácilmente removidos, facilitando así un acceso más fácil al motor.
Muchos de los componentes de los automóviles serían fácilmente desmontables para ahorrar tiempo y energía en el raro caso de su reparación, porque nadie se beneficiaría con el servicio de reparación de automóviles o cualquier otro producto. En consecuencia, todos los productos serían de la más alta calidad, y se simplificarían para la conveniencia del servicio.
Unidades de transporte serían diseñadas de puedan ser fácilmente manufacturados y funcionar libres de mantención por muchos años. Todos los componentes en el coche podrían ser fácilmente sustituidos, cuando sea necesario, con tecnología mejorada. Finalmente, con el desarrollo de amortiguadores suspendidos magnéticamente, la lubricación y el desgaste serían relegados al pasado.
Sensores de proximidad en los vehículos
evitarían las colisiones, reduciendo aún más los requerimientos por
servicios de reparación.
En una economía basada en recursos, la
tecnología aplicada de manera inteligente y eficiente preservará la
energía, reducirá los residuos, y proporcionará más tiempo libre.
Durante la transición, la semana laboral podría ser escalonada,
eliminando con ello los embotellamientos del tráfico o el
hacinamiento en todo ámbito de la actividad humana, incluidas playas
y zonas de recreo.
Para eliminar los residuos tales como papel de prensa, libros y otras publicaciones, estos podrían ser sustituidos, por ejemplo, por un proceso electrónico, en el que una película sensible a la luz, sea colocada sobre un monitor o TV, que produce una impresión temporal. Este material sería capaz de almacenar la información hasta que sea borrada.
Esto conservaría nuestros bosques y
ahorraría millones de libras de papel, que es una parte importante
del proceso de reciclaje. Eventualmente, la mayoría de los papeleos
ya no serían necesarios, como por ejemplo, la publicidad, el dinero,
la correspondencia, la prensa escrita, las agendas, etc.
Enormes cantidades de tiempo y energía también podrían ser ahorrados gracias a la eliminación de la duplicación de productos de la competencia. En lugar de tener cientos de plantas de fabricación diferentes, y todo el papeleo y personal necesario para producir productos similares, sólo muy pocas de la más alta calidad se necesitarían para servir a toda la población.
En una economía basada en recursos la obsolescencia planificada no existiría.
Esto puede ser cierto, pero también perpetúa la codicia, la malversación de fondos, la corrupción, la delincuencia, el estrés, las dificultades económicas y la inseguridad. Además, el argumento de que el sistema monetario y la libre competencia generan incentivos no siempre resulta ser efectivo.
La mayoría de nuestros principales avances en ciencia y tecnología han sido el resultado de los esfuerzos de muy pocas las personas que trabajaron de manera independiente y, a menudo, contra una gran oposición.
Grandes científicos como Goddard, Galileo, Darwin, Tesla, Edison y Einstein eran personas que estaban verdaderamente interesados en la solución de los problemas y de mejorar los procesos, más que en las meras ganancias financieras que obtendrían.
De hecho, muy a menudo se desconfía en
extremo de todos aquellos cuyo incentivo es totalmente motivado por
la obtención de ganancias monetarias; a saber, abogados, hombres de
negocios, vendedores y personeros de casi cualquier otro ámbito.
Esto equivale a decir que los niños criados en ambientes pudientes, en la que sus padres proporcionan todo lo necesario; llámese alimentos, vestimenta, vivienda, nutrición y buena educación, carecerán de incentivos o de iniciativa.
No hay ninguna evidencia que apoye esta
falacia, pero hay pruebas abrumadoras que sustentan el hecho de que
la malnutrición, la falta de empleo, los bajos salarios, las malas
condiciones de salud, la falta de orientación, la falta de educación
y de vivienda, el poco o nulo reconocimiento a los esfuerzos, los
malos modelos de rol, la pobreza, y unas perspectivas nada
halagüeñas para el futuro crean monumentales problemas sociales e
individuales, y reducen de forma significativa el ímpetu de un
individuo por conseguir logros.
Estos nuevos incentivos alentarán a la gente a perseguir metas distintas, tales como la realización personal, la creatividad y la eliminación de la escasez; la protección del medio ambiente y el alivio del sufrimiento de sus congéneres. La gente, abastecida con buena nutrición en una sociedad altamente productiva y humanitaria, va a evolucionar a un sistema de incentivos nuevos, inalcanzable en un sistema monetario como el de hoy.
La abundancia de nuevas maravillas que experimentar, explorar e inventar sería tal, que la noción de aburrimiento y apatía sería completamente absurda. Los incentivos son a menudo aplastados en nuestra cultura actual, donde las personas no se atreven a soñar con un futuro que les parece inalcanzable.
Es más, la visión de futuro que muchas
personas tienen hoy en día, consiste únicamente en interminables
días de trabajo duro y sin sentido; una vida desperdiciada cuyo
único fin es conseguir el dinero, apenas suficiente para sobrevivir.
En una civilización donde las personas
reciben alimentos, atención médica, educación y vivienda, los
incentivos, una vez más, serán modificados y redirigidos: Las
personas serán libres para explorar otras posibilidades y estilos de
vida que no podían ser previstos en épocas pasadas.
Sabemos, por ejemplo, que la salud física y mental de un individuo está directamente relacionada con su percepción de autoestima y bienestar. Además, sabemos que todos los niños sanos son curiosos, es la cultura la que configura y da una forma particular al modo de investigar y motivar. Por ejemplo, en India y otras zonas de gran escasez, hay muchas personas que no están motivados por acumular riqueza y bienes materiales, sino que renuncian a todos los bienes mundanos.
En las condiciones paupérrimas en que estas personas se encuentran, la verdad es que esto no es tan difícil de lograr. Esto parecería entrar en conflicto directo con otras culturas que valoran la acumulación de riqueza material.
Sin embargo, ¿cuál punto de vista es el
válido? Su respuesta a esta pregunta dependerá de su marco de
referencia, es decir, de la escala de valores culturales influidos
en Usted por su propio sistema.
Si un comportamiento constructivo es adecuadamente recompensado durante la temprana infancia, el niño crecerá motivado para repetir ese comportamiento recompensado, a condición de que la recompensa satisfaga sus necesidades individuales. Por ejemplo, si se entrega como recompensa un balón de fútbol a un niño que esté más interesado en la botánica, el balón de fútbol no sería una recompensa desde el punto de vista de ese niño.
Es muy lamentable que tantas personas en nuestra sociedad no sean debidamente recompensadas por sus esfuerzos creativos. En algunos casos, las personas son aparentemente capaces de superar las deficiencias de su entorno, a pesar de una aparente falta de refuerzos positivos. Esto se debe a su propio "auto-refuerzo", en la que ellos ven oportunidades de mejora en cualquier actividad a la que se dediquen, y logran así un sentido intrínseco de logro.
Su fortalecimiento no depende de la aprobación de los demás, ni de recompensa monetaria.
Los niños que dependen de la aprobación
de un grupo, tienden a padecer sentimientos de baja autoestima,
mientras que los niños que no dependen de la aprobación del grupo
suele adquirir un sentido de auto-aprobación, a través de la mejora
de su propio desempeño.
Sin embargo, soportaron tales condiciones de vida difíciles porque estuvieron motivados por aprender y descubrir nuevas formas de hacer las cosas. Si bien personas creativas como Leonardo de Vinci, Miguel Ángel, Beethoven recibieron generosos patrocinios de los más ricos mecenas, esto no disminuyó su incentivo en lo más mínimo. Por el contrario, los facultó para llegar a nuevas alturas en creatividad, perseverancia y logros individuales.
Este es un concepto difícil de entender, debido a que la mayoría de nosotros hemos sido criados con un sistema de valores que nos ha dado una serie de nociones acerca de la forma en que debemos pensar y comportarnos en relación con el dinero y la motivación. Estos se basan en ideas antiguas que hoy son realmente irrelevantes.
Se ha afirmado que la guerra genera la creatividad.
Este concepto deliberadamente falso no
tiene ningún sustento en los hechos. Fue el financiamiento estatal
de las industrias de guerra lo que ayudó a desarrollar muchos de los
nuevos materiales e invenciones. No cabe duda que una sociedad más
sana sería capaz de crear un sistema de incentivos más constructivo,
aplicando nuestro conocimiento de las condiciones que determinan la
motivación humana.
Esto significa proporcionar el entorno necesario, las instalaciones educativas, la nutrición, la atención de salud, la compasión, el amor, y la seguridad que todas las personas merecen y necesitan.
La familia es vista como el principal y más elemental lugar para la adquisición de habilidades para la vida, tales como el cuidado, la sociabilidad, la responsabilidad, la estabilidad y la preocupación por los demás.
El creciente malestar y la falta de
dirección mostrada por muchos jóvenes de hoy parecen legitimar estas
preocupaciones.
Es precisamente en este ámbito, que uno de los beneficios más profundos de esta nueva civilización puede ser logrado.
La propuesta de jornadas de trabajo más cortas proporcionará más tiempo para las relaciones familiares. El libre acceso a los bienes y servicios hará del hogar un lugar mucho más agradable, debido a la eliminación de las angustias económicas que hoy en día causan tanta agitación familiar. Con el mayor nivel de sociabilidad que naturalmente viene al no tener que competir por el acceso a los bienes y servicios, veremos una tendencia hacia la ampliación desde la unidad básica familiar hacia toda la comunidad.
Tal como ya se observa en otras
culturas, la crianza y el desarrollo de los niños se convertirán en
responsabilidad de la familia y la comunidad en general.
Cuando la educación y los recursos están
disponibles para todos de manera gratuita, no habrá ningún límite
para el potencial humano.
Del mismo modo, todos compartirán una intensa curiosidad por lo nuevo y desafiante. Con una mejor comprensión, la gente podrá poseer una flexibilidad de perspectiva desconocida en épocas anteriores, libres de fanatismos y prejuicios. Además, la gente de esta sociedad innovadora tendría una preocupación genuina por los seres humanos y la protección, mantenimiento y administración del medio ambiente natural de la Tierra.
Adicionalmente, todo el mundo,
independientemente de su raza, color o credo tendrá igual acceso a
todas las comodidades que esta cultura altamente productiva podrá
suministrar.
Llamamos a este enfoque "La moralidad funcional".
Este nuevo enfoque, más humano y
productivo, se avocará a la tarea de encontrar soluciones no
militares a las diferencias internacionales. Esto exige una visión
global, lo que se traducirá en una mejora considerable si partimos
de la visión miope y egoísta predominante en el mundo de hoy.
Podríamos utilizar los conocimientos y la información como
herramientas que serán descartados cuando las pruebas de nuevos y
más adecuados métodos sean presentadas.
Luego, le pregunté si era él mismo quién costeaba sus estudios universitarios o si, por el contrario, eran sus padres quienes los estaban pagando por él. El estudiante admitió que eran sus padres.
También le hice ver el hecho de que si él realmente creyese que las personas no deben recibir algo a cambio de nada, entonces, en la eventualidad de que un pariente suyo muy pudiente muriese, el estudiante debería preferir que la herencia del pariente se dejase, por ejemplo, a la fundación contra el cáncer, en lugar de serle heredada a él.
Sin embargo, el estudiante - no
faltaba más - obviamente se opuso a esta idea.
Lo que nos degrada es nuestra falta de preocupación por todos aquéllos desafortunados que deben padecer la pobreza, el hambre, y la falta de vivienda.
Los diseños y modelos sociales
propuestos en este ensayo se limitan a proporcionar la oportunidad
para que las personas desarrollen su máximo potencial en cualquier
emprendimiento que elijan, sin el temor de la pérdida de la
individualidad o la sumisión a la uniformidad.
No habrá necesidad de ninguna barrera social rígida subyacente que limite la participación de cualquier persona o restringa la introducción de nuevas ideas. El objetivo principal será el acceso a la información y la disponibilidad de bienes y servicios para todas las personas.
Esto permitirá a la gente a estar
dispuesta a participar en los emocionantes nuevos desafíos de esta
sociedad.
Esto no sería una cultura uniforme, sino una que estaría diseñada para estar en un constante proceso de crecimiento y mejora. A medida que mejoramos las vidas de los demás, protegemos nuestro medio ambiente, y trabajamos hacia la abundancia.
Toda nuestra vida será más rica y segura.
Si estos valores se pusieran en práctica nos permitiría a todos alcanzar un nivel de vida mucho mayor, en un período relativamente corto de tiempo. Un nivel de vida que mejoraría continuamente. En un futuro en que las instituciones comerciales ya no existan, la necesidad de cárceles, abogados, anuncios publicitarios, bancos y la bolsa ya no servirán a ningún propósito útil.
En la sociedad del futuro, en la que el sistema monetario de la escasez ha sido superado por una economía basada en recursos, y la mayoría de las necesidades físicas y creativas sean satisfechas, la propiedad privada, tal como la conocemos, dejará de ser una necesidad para proteger el acceso a los bienes y servicios.
El concepto de la propiedad no sería de ninguna ventaja en una sociedad de abundancia.
Aunque esto es para muchos difícil de imaginar, incluso las personas más ricas de hoy serían inmensamente mejores en una sociedad altamente productiva basada en recursos. Hoy en día, en los países desarrollados, la clase media vive mucho mejor que los reyes y los ricos de otras épocas.
Del mismo modo, en una economía basada
en recursos todos podrán vivir vidas más ricas que la de los
poderosos y ricos de hoy, no sólo material sino espiritualmente
también.
Por emprendimiento constructivo, nos referimos a todo aquello que mejore la vida de la persona y de los demás, al mismo tiempo que proteja el medio ambiente mundial. Cuando la educación y los recursos están disponibles para todos, sin un precio, no habrá ningún límite para el potencial humano. Con estos importantes cambios, las personas puedan vivir vidas más longevas, significativas, saludables y productivas.
En tal sociedad, la medida del éxito se basa en el cumplimiento de cada uno de los objetivos individuales en lugar de basarse en la adquisición de la riqueza, la propiedad, y el poder.
Representa muchos años de investigación y dedicación por parte de su creador y Director de Proyecto, Jacque Fresco. Su centro de investigación y diseño de 25 acres está situado en Venus, Florida, donde el futuro está tomando forma hoy.
La función del proyecto Venus es diseñar, desarrollar y preparar planes para la construcción de una ciudad experimental basada en los principios antes esbozados. En este sentido, se han construido nueve edificios experimentales y se están desarrollando sistemas de energía alternativa, diseños de ciudades, medios de transporte, sistemas de fabricación, y mucho más.
En apoyo de esta investigación es que
estamos creando maquetas, representaciones y modelos; realizando
seminarios junto con la producción de libros, vídeos y otros
materiales escritos para introducir a la gente a los objetivos del
Proyecto Venus.
El Proyecto Venus proporcionará los diseños y planos de un prototipo de comunidad para poner a prueba la validez de sus propuestas sociales y establecer un centro permanente de planificación que podría utilizarse para modelar proyectos futuros de corto y largo plazo.
Asimismo, propone una orientación pertinente para que las personas sean capaces de adaptarse intelectual y emocionalmente a nuestra nueva era tecnológica.
Cualquier cosa por debajo de un diseño social global será inapropiado y mucho menos eficaz. Nuestras propuestas se presentan al público en general y a todas las instituciones educativas, a quienes invitamos a participar.
Si una cantidad suficiente de gente
encuentra que las propuestas son aceptables y elige unírsenos en
este nuevo grupo de presión, esto podría ayudar a formar el núcleo
de una organización para promover los objetivos del Proyecto Venus.
Sin suficiente conocimiento de la relación simbiótica entre la humanidad y el medio ambiente, sería muy difícil desarrollar soluciones viables a muchos de nuestros problemas. En la planificación de esta nueva ciudad, el proyecto Venus ha considerado éste, y muchos otros factores, en un cuidadoso examen y estudio.
Esta nueva ciudad experimental se dedicará a trabajar en pro de los objetivos y metas del Proyecto Venus, que son los siguientes:
Al igual que todas las demás propuestas sociales innovadoras, ésta comienza con unas pocas personas que dedican parte de su tiempo a informar a otros de los beneficios humanitarios de esta nueva dirección.
Las personas son invitadas a participar en cualquier disciplina en la que pueden ayudar a llevar a cabo el diseño inicial de las fases experimentales de esta nueva ciudad. Un equipo interdisciplinario de ingenieros de sistemas, programadores, arquitectos, urbanistas, sociólogos, psicólogos, educadores y similares también será necesario.
El diseño del proyecto Venus no considera las condiciones del medio ambiente como fijas o estáticas. Debemos permitir la adaptación y el cambio en el sistema como un proceso continuo. De este modo se evitaría la tendencia a perpetuar configuraciones temporales más allá de su período de utilidad. La ciudad circular propuesta por el Proyecto Venus sería una fase de transición y podría evolucionar a partir de una sociedad orientada al dinero semi-cooperativa hacia una sociedad completamente basada en la economía de recursos.
Este podría ser el prototipo de una serie de nuevas ciudades que se construirán en diversos lugares de todo el mundo.
La tasa de progresión dependerá de la disponibilidad de los fondos recaudados durante las primeras etapas y del número de personas que se identifiquen, participen y apoyen los objetivos y la dirección del Proyecto Venus.
A medida que estas nuevas comunidades se desarrollen y sean ampliamente aceptadas, podrían muy bien constituir la base de una nueva civilización, de preferencia a través de un proceso de evolución y no de revolución. Somos muy conscientes de que nadie puede realmente predecir la forma del futuro. Sólo podemos extrapolar la información sobre la información actual y sus tendencias.
El crecimiento de la población, el cambio tecnológico, las condiciones ambientales en todo el mundo y los recursos disponibles son los principales criterios de las proyecciones futuras. También somos conscientes de que no existe ninguna filosofía o punto de vista, ya sea religioso, político, científico o ideológico, de la que alguien no pueda disentir o estar en desacuerdo.
Sin embargo, creemos que los únicos
aspectos del proyecto Venus que podrían parecer amenazadores para
algunas personas son aquéllos que otros proyectan sobre él.
Las únicas limitaciones son aquélla que nos imponemos nosotros mismos.
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