del Sitio Web BioPlaza
Aspartame un edulcorante "amargo"
				
				Acercarse a conocer lo que ocurre con el Aspartame es 
				parecido a adentrarse en un capítulo de los archivos X 
				producido por Michael Moore, donde intervienen más los abogados 
				que los médicos o los nutricionistas. Entre los 2’680.000 
				referencias a la palabra que trae Google en la primera pantalla 
				con resultados, aparte de la Wikipedia y un aviso pago, las 
				demás referencias son para atacarlo.
				
				La difusión de los ataques ha crecido paralela con la historia 
				de Internet, pues una de las primeras referencias es una 
				“cadena” de 1995, firmada por Nancy Merkle, que a la 
				postre ha sido desvirtuada como un hoax (correo engañoso) 
				por la Fundación de esclerosis múltiple, una de las entidades 
				allí mencionadas. 
				El único nombre que se mantuvo en la 
				lista que menciona el mensaje Merkle fue el del médico H. J. 
				Roberts, autor del libro 
				
				La enfermedad del Aspartame, una epidemia ignorada, 
				de 2001.
 
				
				Los 
				protagonistas
				
				Quizá lo que hace más explosivo el asunto es el tamaño de los 
				intereses que se enfrentan, a saber: 
los productores (actualmente es la compañía Merisant, que en el año 2.000 adquirió Nutra Sweet a Monsanto, y hoy por hoy comercializa en Colombia los productos Dulcet, Sucaryl, Nutrasweet y Sabro) y los usuarios industriales del aspartame (Coca cola, Nabisco, Pepsi, Kraft, etc.) Los edulcorantes facturan más de 1.200 millones de dólares; se estima que en estados Unidos actualmente se usa en más de 9.000 productos y en nuestro país en varios cientos
en segundo lugar los cultivadores y comercializadores del Azúcar, principal desplazado con la aparición del aspartame, (actualmente esta industria vende $37.000 millones de dólares/año)
el tercer elemento es un grupo informalmente organizado, que adoptó el ataque al aspartame como su forma de defender la salud de los consumidores (Médicos como John Olney, H. J. Roberts, Simeon Margolis, M.D., Ph.D; activistas como Betty Martíni, una de las más aguerridas, a quien se le adjudica la carta de Nancy Merkle, David Oliver Rietz, y comunicadores como Cori Brackett y J.T. Waldron que produjeron en 2004 el documental Dulce miseria: Un mundo envenenado, entre otros).
				
 
La saga
				
				La historia del aspartame se remonta a 1965, cuando James 
				Schlatter, quien trabajaba para G.D. Searle en la búsqueda 
				de un remedio para la Úlcera probó accidentalmente el dipéptido 
				que estaba desarrollando y se dio cuenta de su alta dulzura - 
				180 veces mayor que el azúcar - sin embargo pasaron varios años 
				hasta que la empresa lo pudo sacar al mercado. 
				El principal obstáculo ocurrió en 
				1973 cuando un equipo médico encontró que el producto podía 
				generar tumores cerebrales, según las pruebas que se hicieron 
				con animales, esto llevo
				
				al FDA a descartar la 
				comercialización del Aspartame, sin embargo aquí es 
				cuando aparece en escena Donald Rumsfeld, (si, el 
				mismo que inventó la invasión a Irak y también quería 
				imponer el
				
				Tamiflu contra la gripe aviar) 
				quien siempre se ha movido en la puerta giratoria entre lo 
				privado y lo público, en esa ocasión trabajó para
				
				G.D. Searle entre 1977 y 1981, 
				periodo en el cual fue aprobada la licencia para la venta del 
				aspartame, a través de procedimientos políticos más que 
				técnicos.
				
				El aspartame está compuesto por tres elementos: 
acido aspártico (40%)
fenilanalina (50%)
metanol (10%)
Los dos primeros son Aminoácidos (los mismos que aparecen en las proteínas) y el último es un alcohol que puede ser tóxico al consumirse en altas cantidades.
En teoría el Metabolismo que tienen estos componentes en el cuerpo es el mismo que cuando uno ingiere un alimento, sin embargo los detractores dicen que en los Alimentos estos aminoácidos se encuentran combinados con otros elementos que facilitan su asimilación y su evacuación, en tanto que al presentarse en la forma que salen del laboratorio, se produce en algunos casos la acumulación de residuos en el intestino (metanol), y en otros la fijación de ácido aspártico en el plasma sanguíneo, que a su vez genera excitotoxicidad.
Es decir el deterioro de las neuronas, que puede estar en el origen de enfermedades como la apoplejía y dolencias neurodegenerativas como:
esclerosis múltiple
enfermedad de Alzheimer
Fibromialgia
enfermedad de Parkinson, entre otras...
En los años 90s John Olney hizo notar el aumento del 10% en los tumores cerebrales que se habían producido en USA, entre 1975 y 1992, y explicó que uno de los elementos de amplio consumo durante ese periodo había sido el NutraSweet, que era el nuevo nombre del producto, luego que Monsanto adquiriera a G.D. Searle en 1985.
				En 1995 Thomas Wicox, 
				funcionario del FDA informó que las quejas relacionadas con el 
				aspartame representaban el 75% de los problemas relacionados con 
				alimentos que debieron atender entre 1991 y 1985.
				
				Los productores se han defendido a través de numerosos estudios, 
				que aunque no han despejado todas las dudas de los críticos, han 
				sido aceptados por el FDA (USA), el EFSA (Europa), los 
				reguladores del Japón y las autoridades sanitarias de países en 
				todos los continentes, el mas reciente fue emitido por EFSA en 
				2006, a raíz de nuevos cuestionamientos presentados por un 
				laboratorio italiano, y el comunicado expresaba su respaldo al 
				aspartame, basado en los estudios mencionados, y manteniendo un 
				consumo moderado. 
				En julio de 2007 el Centro para 
				la Ciencia de Interés Público lo bajo de la categoría “usar 
				con precaución” a “todo el mundo debe evitarlo”, a raíz del 
				estudio más reciente del instituto Ramazzini, donde evidencian 
				el riesgo de que los niños puedan desarrollar leucemia o linfoma 
				por el uso de dosis altas de Aspartame (mayores a 50 mg/Kg de 
				peso).
				
				El capítulo más reciente se acaba de producir en marzo de este 
				año, pues el mercado de edulcorantes norteamericano ha sido 
				arrebatado a Merissant (ventas por U$50 millones), por parte de 
				Splenda (ventas por U$200 millones), productor de la sucralosa, 
				otro endulzante intenso, que endulza 600 veces lo que el azúcar, 
				y que en el comienzo de su elaboración emplea azúcar, pero 
				transforma completamente sus moléculas, de modo que al final es 
				otra clase de sustancia, que también produce controversia.
				
				Sin embargo en este momento el 
				problema se encuentra ante los tribunales y es Merissant quien 
				demanda a Splenda por hacer publicidad engañosa, pues se anuncia 
				como un producto que “viene del azúcar y sabe como azúcar”, lo 
				cual es objetado por Merissant y se halla a la espera de una 
				decisión judicial.
 
				
				¿Qué 
				hacer?
				
				Lamentablemente, procedimientos como la vinculación laboral de 
				algunos directivos de las entidades de control sanitario con 
				grandes empresas que a su vez están bajo el control de esta 
				entidad, o la influencia directa, vía presupuesto, de algunas 
				empresas en las asociaciones de Diabetes o de otras 
				enfermedades, han deteriorado la confianza del público respecto 
				a la información oficial, alimentando la percepción que la 
				industria antes que buscar realmente soluciones de fondo a los 
				problemas, lo que busca es la forma de que estos problemas le 
				sean rentables, sin mayores miramientos de orden ético.
				
				Al cierre de esta historia, seguramente quedan preguntas por 
				responder, respecto al uso adecuado de estos endulzantes 
				artificiales, pues en cuanto a las enfermedades, por ejemplo 
				los críticos hablan hasta de 92 enfermedades, en tanto 
				que 
				
				el FDA habla de 1 solamente, 
				llamada 
				
				Fenilcetonuria, que es una 
				condición genética que impide metabolizar la fenilanalina, 
				y que puede ser diagnosticada en el momento de nacer, pues si no 
				se detecta, puede acarrear importantes deterioros en el cerebro, 
				e incluso retardo mental. 
Como dice Elizabeth Contreras Linares,
“los intereses en juego son muchos y los jugadores no siempre han sido los más honestos”, así que no sobra tener algunas precauciones en caso de utilizar estos endulzantes: Es mejor reducir su consumo al mínimo durante el embarazo, pues el feto puede acumular metanol, por ejemplo.
Es importante contar con asistencia médica en casos de depresión, o evitar su consumo, pues hay estudios que indican que puede ser nocivo en estos casos, igualmente ,es recomendable consumirlos con moderación, porque en caso contrario se puede acelerar el consumo de Carbohidratos, ya que produce cambios en la química cerebral que aumentan la ansiedad por consumir carbohidratos.
				Como sucede con los
				
				teléfonos celulares, los
				
				productos transgénicos y otros 
				frutos del matrimonio de la industria con la tecnología, 
				que son relativamente nuevos en el panorama y pueden afectar la 
				salud, la acumulación de casos que puedan demostrar sus efectos 
				nocivos es un proceso lento, y siempre será materia de 
				discusión, así que la prudencia continua siendo un factor de 
				gran importancia en el manejo de estos productos.
				
				Es oportuno recordar que las alternativas naturales también se 
				han abierto paso, y entre las más destacadas encontramos: 
la Miel de Abejas
la Melaza
los azucares de Remolacha
la Malta
la Estevia la miel de Agave
la Fructosa
				Todas ellas han venido ganando 
				adeptos, dado que además de ser ampliamente compatibles con la 
				química del organismo, generan beneficios adicionales tanto en 
				el aspecto nutricional como en la salud. 
 
El Video
Aspartame - Dulce Miseria - Un Mundo Envenenado
				por 
				
				Jenifer Jeri
				
				June 21, 2014
del Sitio Web YouTube
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