por Thierry Meyssan
Damasco (Siria) del Sitio Web RedVoltaire
El presidente Obama conversa con su amigo, el "paternalista liberal" (sic) Cass Sunstein, y con la esposa de este, la "idealista maquiavélica"
(también sic)
Samantha Power.
Durante su audición de confirmación ante el Senado, Power proclamó:
Después de cursar brillantes estudios de
Derecho en Yale, Power trabaja como periodista de deportes en la
CNN, televisión de información internacional cuya redacción
albergaba miembros del 4º Grupo de Operaciones Sicológicas de Fort
Bragg. [2]
Conoce entonces a Richard Holbrooke, quien se convierte en su mentor.
Hoolbroke fue el organizador de la independencia de Bosnia-Herzegovina, bajo la presidencia de Alija Izetbegovic, al término de una guerra organizada por Estados Unidos para desmembrar Yugoslavia.
Samantha Power no podía ignorar que Izetbegovic se había rodeado de 3 consejeros:
La prensa no es suficiente para Samantha Power así que retoma sus estudios en Harvard, en la Escuela Kennedy de Gobierno, donde crea, en 1998, el Centro Carr para la Política de los Derechos Humanos.
Samantha Power entiende los "Derechos Humanos" en el sentido anglosajón de ese término: proteger a los humanos de los posibles abusos del poder estatal.
Como hiperpotencia, el Imperio debe
tener una política de Derechos Humanos y formar para ello a sus
altos funcionarios.
Los expertos ponen sobre la mesa la idea
de que para prevenir masacres como las de Srebrenica o Rwanda, el
Consejo de Seguridad de la ONU tendría que poder intervenir cuando
ya no hay Estado.
Particularmente difícil de leer, este libro le valdrá la obtención del Premio Pulitzer.
Aunque comienza
por el genocidio armenio para terminar por el que supuestamente
sufrieron los albaneses en Kosovo, el libro gira esencialmente
alrededor de la cuestión del exterminio de los judíos de Europa a
manos de la Alemania nazi y de la doctrina jurídica de Raphael
Lemkins.
Como experto de la Sociedad de Naciones denunció los crímenes de "barbarie" cometidos por el Imperio Otomano contra los cristianos - incluyendo a los armenios - (de 1894 a 1915) y posteriormente por Irak contra los asirios (en 1933).
Durante la Segunda Guerra Mundial, Lemkins escapó a la persecución nazi contra los judíos exilándose en Estados Unidos, donde se convirtió en consejero del Departamento de Guerra.
Toda su familia, que se había quedado en
Europa, fue asesinada. Poco a poco, Lemkins forjó el término
"genocidio" para designar una política tendiente a liquidar un grupo
étnico en particular. Finalmente, se convirtió en consejero del
fiscal estadounidense en el Tribunal de Nuremberg que condenó a
varios dirigentes nazis por "genocidio".
Sólo el senador William Proxmire - pariente de los Rockefeller - continuó su lucha hasta que el Senado ratificó, en 1986, la Convención para la Prevención y la Represión del Crimen de Genocidio.
Como 'única' potencial global, Estados
Unidos tiene, en lo adelante, el deber de intervenir allí donde lo
exijan los "Derechos Humanos".
...y en Irak (desde 1991 hasta 2003) - o sobre su responsabilidad indirecta - como en,
La "responsabilidad de proteger" aporta la justificación teórica, a posteriori, de la "guerra humanitaria" en Kosovo.
Algo que el profesor Edward Harriman resume de la siguiente manera:
La "responsabilidad de proteger" se ha convertido en un "deber moral" de intervenir en todo país que Washington acuse de practicar o de planificar un genocidio.
Ya ni siquiera hay que esperar a que el
Estado se desmorone para iniciar la intervención, basta con un
pretexto.
Pero se manipula su respuesta para acusarla de no ponerse del lado de Israel por antisemitismo.
Así que Samantha Power se ve obligada a
solicitar la ayuda de varias personalidades judías estadounidenses,
como Abraham Foxman de la Anti-Defamation League, para que la saquen
de esa situación y redorar su imagen.
En 2003, participa
brevemente en el equipo de campaña del general Wesley Clark, el
ex-Comandante Supremo de las fuerzas de la OTAN en Kosovo, quien
compite por la investidura demócrata a la elección presidencial.
Este joven es un protegido del ex-consejero de Seguridad Nacional Zbigniew Brzeziński y de su financista David Rockefeller.
Se informa a Samantha Power sobre el
proyecto de convertir a este joven negro en el próximo presidente de
los Estados Unidos de América y ella decide renunciar a sus
funciones en Harvard y unirse al equipo de Obama para convertirse en
su secretaria de Estado.
Samantha Power recibe la misión de
preparar el viaje y principalmente la etapa de los campos de
refugiados de Darfur.
Este diplomático brasileño había sido Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos antes de morir asesinado en Irak, en 2003, cuando esperaba convertirse en secretario general de la ONU.
Power le dedica una entusiasta biografía, titulada "Mantener la llama: Sergio Vieira de Mello y la lucha por salvar el mundo" (sic).
También ejerce su influencia sobre otro
oportunista, el francés Bernard Kouchner, quien reemplazó a de Mello
como representante especial del secretario general de la ONU en
Kosovo (1999-2001) y fue posteriormente designado por Washington
como ministro de Relaciones Exteriores de Nicolas Sarkozy
(2007-2010).
Sunstein había trabajado durante mucho tiempo como profesor en Chicago, donde se vinculó con el joven político Obama. Más tarde se fue a Harvard, donde su oficina estaba a sólo una calle de la oficina de Power.
Extremadamente ambiciosos, estos dos personajes harían cualquier cosa por darse a conocer.
En julio de
2008, la católica Power y el judío cabalista Sunstein se casan en
Irlanda. Juntos formarán lo que el periodista populista Glenn Beck
llamará "la pareja más peligrosa de América".
Es, ampliamente, el profesor universitario más citado en la prensa estadounidense. [5]
Lo cual no tiene absolutamente nada de
sorprendente ya que se ha pronunciado sistemáticamente a favor del
poder del Estado en contra de las personas sometidas a procesos
judiciales, tanto respaldando las comisiones militares de George W.
Bush en Guantánamo como luchando contra la Primera Enmienda
(libertad de expresión).
Entre los dos son capaces de defender
cualquier cosa y lo contrario con el mismo ardor, siempre y cuando
ello sea útil a sus intereses.
Al mismo tiempo, elaboran una teoría
sobre cómo podrían utilizarse esas mismas influencias sociales para
llevarlos a tomar "decisiones correctas". Esto es lo que llaman el
"paternalismo liberal", un oxímoron que designa púdicamente un
método de manipulación de las masas.
En nombre de la "Libertad" ante el extremismo, los autores definen en ese trabajo un programa para aniquilar esta oposición:
La dictadura con guantes de terciopelo
inicia su marcha.
Buena noticia para el presidente Obama, quien redactó - cuando trabajaba para el ex-vicepresidente Al Gore y su socio financiero David Blood - los estatutos de la Climate Exchange Ltd y los de la Bolsa de Derechos de Emisiones de Carbono en Chicago.
El presidente francés Francois Hollande
y su ministro de Relaciones Exteriores Laurent Fabius utilizarán
esos argumentos para preparar la Cop 21 (Conference on climate
change) y enriquecer a sus amigos. [9]
Samantha Power, de la
posición de universitaria de moda a la de mujer del poder
En una entrevista, Samantha Power describe a Hillary Clinton, la entonces rival de Obama en la carrera por la investidura demócrata, como "un monstruo" capaz de ensuciar a cualquiera con mentiras con tal de ganarse un puesto (alusión a la polémica electoral sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte - TLCAN), [10] incidente que la obliga a dimitir.
Su mentor Richard Holbrooke -
quien encubrió el genocidio en Timor Oriental - servirá
posteriormente de intermediario entre Clinton y Power para resolver
el diferendo entre ambas.
Desde esas posiciones obtiene para David Pressman, un ex-asistente de Madeleine Albright, el puesto de director de Crímenes de Guerra y Atrocidades en el Consejo de Seguridad Nacional.
Pressman había creado, con John
Prendergast,
Not on Our Watch, una organización para
difundir la idea de que existía un genocidio en Darfur, y había
enrolado en esa tarea a una serie de figuras de Hollywood, como
George Clooney y Matt Damon.
Extrañamente ese organismo no ha publicado absolutamente ningún informe y se ha limitado a un solo encuentro en el Congreso. Lo único que se sabe de ese Consejo es que se felicitó por el éxito de la operación en Kenya, lo cual remite al viaje a África que la CIA y Samantha Power organizaron para el senador Obama.
Pero la mencionada operación fue un
cambio de régimen que, lejos de evitar un genocidio, se concretó al
precio de masacres tribales cuidadosamente provocadas. Finalmente,
ese Consejo parece haberse desvanecido cuando el Emirato Islámico
inició la limpieza étnica en el Sunnistán iraquí. [12]
Power desarrolla en ese texto la idea de una ética de geometría variable:
En el Consejo de Seguridad Nacional, Power conoce al asistente de Hillary Clinton enfrascado en la preparación de la "primavera árabe", el ex-"procónsul estadounidense" en Líbano, Jeffrey Feltman.
El objetivo es derrocar los regímenes
laicos árabes (Túnez, Egipto, Libia, Siria y Argelia), sean o no
aliados de Estados Unidos, para poner en el poder a
la Hermandad
Musulmana.
Las agencias de prensa occidentales hacen creer que una revolución popular está teniendo lugar en Libia y que Kadhafi se dispone a masacrar a su propio pueblo. Así que Estados Unidos tiene que evitar el genocidio que se prepara.
Rápidamente se pone en marcha la guerra contra Libia, planificada desde el año 2001.
La operación costará las vidas de 160.000 personas y dejará además 4 millones de desplazados.
Arregla el arresto, con esposas y todo, del general David Petraeus, director de la CIA, y saca a Hillary Clinton del Departamento de Estado. La soñada dirección del Departamento de Estado está nuevamente disponible, pero el presidente Obama nombra a John Kerry - de 70 años, con 28 años como senador, y ex-candidato a la presidencia de Estados Unidos.
Con 43 años y sin haber ocupado nunca un
cargo sometido a la voluntad de los electores, Samantha Power logra
obtener el puesto de embajadora en la ONU.
A partir de su nominación, en junio de 2012, Feltman organiza por debajo de la mesa el sabotaje contra el Comunicado de Ginebra por parte de la secretaria de Estado. [13]
Feltman es un tipo hábil y no tardará en
reclutar a la ambiciosa embajadora Power, sumándola a su bando a
espaldas del nuevo secretario de Estado, John Kerry.
Si todo funciona bien, Estados Unidos
obtendrá la victoria, Rusia será expulsada del Medio Oriente, se
mantendrá el embargo contra Irán y el presidente Obama se verá ante
los hechos consumados.
Pero ese grupo está en realidad bajo la dirección de Muaz Mustafa, un palestino miembro de la Hermandad Musulmana, ex-asistente parlamentario de John McCain y ex-periodista de Al-Jazeera, que trabaja para el Washington Institute for Near East Policy (el tanque pensante del AIPAC) y está implicado en los diversos países que han sido blanco de la "primavera árabe".
Este personaje dirigió la televisión Sawatel, creada en Egipto para poner a Mohamed Morsi en el poder y dirigió después el Libyan Council of North America.
Fue precisamente Muaz Mustafa quien
organizó el viaje de John McCain a Siria, en mayo de 2013, y el
encuentro de ese senador estadounidense con el futuro califa del
Emirato Islámico. [14]
En una conferencia en el Center for American Progress, se pronuncia a favor de,
Pero, ya informada de que todo es una operación bajo bandera falsa de los servicios secretos turcos tendiente a implicar a la OTAN en la guerra, la Casa Blanca le ordena no hacer nada.
Atrapada entre su retórica humanitaria,
sus compromisos con Feltman y su deber de lealtad al presidente,
Power se va con su esposo a un festival de cine en Irlanda mientras
que el Consejo de Seguridad de la ONU debate el tema. [15]
Con ella, Estados Unidos logra forzar el primer ministro iraquí recién electo, Nuri al-Maliki, a dimitir sin tener que mencionar su violación del embargo estadounidense sobre el armamento iraní ni sus ventas de petróleo a China sin uso del dólar.
También permite justificar la creación
de la coalición internacional contra el Emirato Islámico que, por
supuesto, siguiendo instrucciones impartidas por Feltman a la ONU y
del general Petraeus, en vez de bombardear el grupo yihadista, le
lanza en paracaídas cargamentos de armas y municiones a lo largo de
un año.
En una reunión del Consejo de Seguridad
Nacional, la señora Power reclama una intervención estadounidense y
entra en conflicto con Robert Malley, responsable del Medio Oriente
en el seno del Consejo.
Robert Malley milita en contra del imperialismo de Estados Unidos pero es favorable a un liderazgo estadounidense con los Estado en vías de desarrollo y desempeñó un papel importante en las negociaciones con Irán.
Y conoce bien al presidente sirio Bachar al-Assad, con quien se ha entrevistado en numerosas ocasiones. Resulta por consiguiente imposible hacerle tragar el cuento del tirano-que-asesina-a-su-propia-pueblo.
Malley subraya que la República Árabe Siria, con el respaldo de Rusia, ha ganado y que ya es hora de pactar la paz.
Power finge
aceptar, pero la CIA ya ha iniciado una nueva guerra, ahora
destinada a crear un Kurdistán en el norte de Siria, en un
territorio que incluye un 70% de tierras no habitadas por kurdos.
Referencias
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