por Laura Knight-Jadczyk
28 de noviembre de 2005
del Sitio Web
Cassiopaea
traducción de
Adela Kaufmann
versión
original en ingles
Andrew M. Lobaczewski
Nov. 2005
La Patocracia es una enfermedad de grandes movimientos sociales, seguidos
por sociedades enteras, naciones e imperios. En el curso de la historia
humana, ha afectado a movimientos sociales, políticos y religiosos, así como
a las ideologías que los acompañan… convirtiéndolas en caricaturas de ellos
mismos... Esto ocurrió como resultado de la … participación de agentes
patológicos en un similar proceso patodinámico.
Eso explica porqué todas las patrocacias en el mundo son y han sido tan
similares en sus problemas esenciales.
…Identificando este fenómeno a través de la historia, y calificándolo de
acuerdo a su verdadera naturaleza y contenidos – no de acuerdo a la
ideología en cuestión, (la cual sucumbió al proceso de caricaturización) –
es una labor para historiadores. […]
Las acciones [de la patocracia] afectan a una sociedad entera, comenzando con
los líderes, infiltrando toda ciudad, negocio e institución. La estructura
social patológica gradualmente cubre el país entero, creando una “nueva
clase” dentro de esa nación.
Esta clase privilegiada [de patócratas], se siente permanentemente amenazada
por los “otros”, es decir por la mayoría de la gente normal. Los patócratas
tampoco entretienen ninguna ilusión acerca de su destino personal, de haber
un retorno al sistema del hombre normal.
Andrew M. Lobaczewski
Political Ponerology: A science on the
nature of evil adjusted for political purposes
(Ponerología Política: Una ciencia sobre la naturaleza de mal ajustada para
propósitos políticos)
La palabra “psicópata” generalmente evoca imágenes apenas refrenadas – sin
embargo sorprendentemente urbanas de la fama del Dr. Hannibal Lecter en “El
Silencio de los Inocentes”. Yo admito que esta fue la imagen que vino a mi
mente cada vez que escuchaba la palabra.
Pero estaba equivocado, e iba a aprender muy dolorosamente esta lección por
experiencia directa.
Los detalles exactos están escritos en otra parte; lo
importante es que esta experiencia fue probablemente uno de los episodios
más dolorosos e instructivos de mi vida, y me habilitó para sobreponer un
bloqueo en mi conciencia del mundo a mí alrededor, y de aquellos que lo
habitan.
Con respecto a la conciencia, necesito declarar, a título de indicación, que
he pasado 30 años estudiando psicología, historia, cultura, religión, mito y
lo supuestamente llamado paranormal. Yo también he trabajado durante muchos
años con
hipnoterapia – lo cual me dio un buen conocimiento mecánico de cómo
la mente/cerebro del ser humano opera a niveles muy, pero muy profundos.
Pero aun así, yo todavía estaba operando con ciertas creencias firmemente en
su lugar, y éstas se convirtieron en añicos debido a mi investigación sobre
la psicopatía. Realicé que había cierto juego de ideas que yo sostenía
acerca de los seres humanos que eran sacrosantos.
Incluso hasta escribí acerca de esto una vez, de la siguiente manera:
…mi trabajo me ha demostrado que la vasta mayoría de las personas quieren
hacer el bien, para experimentar buenas cosas, pensar Buenos pensamientos y
hacer decisiones con Buenos resultados. También intentan con toda su fuerza
hacerlo así. Con la mayoría de la gente teniendo este deseo interno, ¿porqué
no está sucediendo?
Era muy ingenuo, lo admito. Había muchas cosas que no sabía, que he
aprendido desde esas palabras. Pero aun en ese tiempo, yo estaba consciente
de cómo nuestras propias mentes pueden ser usadas para engañarnos.
Ahora, ¿Qué creencias sostenía yo que me hicieron víctima de un psicópata?
La primera y más obvia es que yo realmente creía muy dentro de mi que todas
las personas eran básicamente “buenas”, y que todas,
“querían hacer el bien,
experimentar cosas buenas, pensar buenos pensamientos y hacer decisiones con
buenos resultados. Y que intentan con toda su fuerza hacerlo…”
Pues sucede que esto no es verdad, y cuando yo – y todos los implicados en
nuestro grupo de trabajo – aprendimos, para nuestro dolor, como dicen ellos,
pero también para nuestra edificación. Para llegar a alguna comprensión
sobre que clase de ser humano exactamente podría hacer las cosas que estaban
haciéndome (y a otros cerca de mí), y que es lo que podría motivarlos –
incluso conducidos – a comportarse de esta manera, comenzamos a investigar
la literatura sobre psicología para encontrar pistas, porque necesitábamos
comprenderlo, para nuestra propia paz mental.
Si hay alguna teoría psicológica que pueda explicar una conducta viciosa y
dañina, ayuda mucho para la víctima de tales actos el tener esta información,
para que no tengan que pasar todo el tiempo sintiéndose heridos o enojados.
Y ciertamente, si hay una teoría psicológica que ayude a una persona a
encontrar que clase de palabras o hechos puedan servir de puente sobre el
abismo entre las personas, para sanar malos entendidos, esto es también una
meta que vale la pena. Fue desde tal perspectiva que comenzamos nuestro
extensivo trabajo en los temas de narcisismo que nos condujeron, entonces,
al estudio de la psicopatía.
Por supuesto, no comenzamos con tal “diagnóstico” o etiqueta para lo que
estábamos atestiguando.
Comenzamos con observaciones, y buscamos en la literatura pistas de
perfiles, de cualquier cosa que pudiera ayudarnos a comprender el mundo
interno de un ser humano – realmente un grupo de seres humanos – que
parecían ser totalmente depravados y nada parecidos a cualquier otra cosa
que hayamos encontrado antes.
Imagine – si usted puede – no tener conciencia alguna, para nada, ninguna
sensación de culpabilidad o remordimiento, sin importar lo que usted haga,
ninguna sensación de límites o preocupación por el bienestar de extraños,
amigos o aun miembros de la familia. Imagínese, ninguna lucha con la
vergüenza, ni siquiera una tan sola en toda su vida, sin importar que clase
de acción egoísta, perezosa, dañina o inmoral usted haya tomado.
Y pretender que el concepto de responsabilidad es desconocido para usted,
excepto como carga que otros parecen aceptar sin cuestionar, como bobos
crédulos.
Ahora agregue a esta extraña fantasía la capacidad para encubrir de la gente
que su maquillaje psicológico es radicalmente diferente del de ellos. Puesto
que todo el mundo asuma que la conciencia es universal entre los seres
humanos, esconder el hecho de que al estar libre de conciencia es algo que
no requiere esfuerzo alguno.
Ustedes no se detienen para conseguir lo que desean por vergüenza o culpa, y nunca son
confrontados por otros por su sangre fría. El agua helada en sus venas es
tan bizarra, tan completamente fuera de su experiencia personal, que raras
veces siquiera adivinan su condición.
En otras palabras, están completamente libres de restricciones internas, y
en su completa libertad, hacen solo lo que les place, sin punzadas de
conciencia, y convenientemente invisibles para el mundo.
Pueden hacer cualquier cosa, y aun así, su extraña ventaja sobre la mayoría
de personas, quienes son mantenidas a raya por sus propias conciencias, casi
siempre permanece sin descubrir.
¿De que manera vivirán su vida?
¿Qué harán con su enorme y secreta ventaja, y con el correspondiente “daño o
faltante” de otras personas (conciencia)?
[...] La respuesta dependerá en gran parte en lo que sea que fuesen sus
deseos, porque las personas no son todas iguales. Aun los que son
profundamente inescrupulosos no son iguales. Algunas gentes – ya sea tengan
o no conciencia – favorecen la facilidad de la inercia, mientras que otras
están llenas de sueños y salvajes ambiciones. Algunos seres humanos son
brillantes y talentosos, otros son insulsos-ingeniosos, y la mayoría, con o
sin conciencia, están en alguna parte en medio de esto. Los hay violentos y
no violentos, individuos que están motivados por la lujuria de la sangre y
aquellos que no tienen ninguno de estos apetitos. Si no se les pone paro
fuertemente, pueden hacer cualquier cosa que sea.
Si nacen en el momento adecuado, con algún acceso a fortuna familiar, y
tienen talento especial para azotar para azotar el odio de otras personas y
el sentido de privación, pueden lograr matar grandes números de gente que ni
sospecha. Con suficiente dinero, pueden lograr esto desde lejos, y sentarse
a observar con satisfacción, mientras están a salvo. [...]
Locos y atemorizantes – y reales en aproximadamente el 4% de la población…
La proporción de predominio para los desórdenes anoréxicos alimenticios está
estimado ser de un 3.34%, condenado a ser casi epidémico, y así, esta figura
es una fracción más baja que la proporción de personalidades antisociales.
Los desórdenes de alto perfil, calificados como esquizofrenia ocurren en
solamente cerca del 1% de la población – un cuarto de la tasa de
personalidades antisociales – y los Centros para Prevención y Control de
Enfermedades dicen que la tasa de cáncer del colon en los Estados Unidos,
considerada “alarmantemente alta” es cerca de un 40 por cada 100,000 – cien
veces más baja que la tasa de personalidades antisociales.
La alta incidencia de sociopatía en la sociedad humana tiene un profundo
efecto en el resto de los que debemos vivir en esta planeta también, aun
aquellos de nosotros quienes no hemos sido clínicamente traumatizados. Los
individuos que constituyen este 4% drenan nuestras relaciones, nuestras
cuentas bancarias, nuestros logros, nuestra auto-estima, nuestra misma paz
en la tierra.
Sorprendentemente, muchas personas no conocen nada acerca de este desorden,
o si lo hacen, piensan en el solamente en términos de psicopatía violenta –
asesinos, asesinos en serie, asesinos de masas – gente que ha roto la ley
muchas veces, y que, si los pillan, serán puestos en prisión, talvez aun
condenados a morir por nuestro sistema legal.
No estamos comúnmente conscientes, ni usualmente identificamos el gran
número de psicópatas no-violentos entre nosotros, gente que a menudo no
rompen la ley evidentemente, y contra los cuales nuestro sistema legal
formal nos suministra muy poca defensa.
La mayoría de nosotros no nos imaginamos ninguna correspondencia entre la
concepción de un genocidio étnico y, digamos, la falta de culpabilidad para
mentirle al jefe acerca de algún compañero de trabajo. Pero la
correspondencia psicológica nos solamente está allí; es escalofriante.
Simple y profundo, el vínculo es la ausencia del mecanismo interno que nos
golpea emocionalmente hablando, cuando tomamos una opción que vemos como
inmoral, no-ética, descuidada o egoísta.
La mayor parte de nosotros nos sentimos levemente culpables si nos comemos
el último pedazo de pastel en la cocina, ya no se diga lo que sentiríamos si
intencional o metódicamente lastimamos a otra persona.
Aquellos que no tienen conciencia para nada son un grupo en sí, ya sean
tiranos homicidas o meramente crueles emboscadotes sociales.
La presencia o ausencia de conciencia es una profunda división humana,
discutiblemente más significativa que la inteligencia, raza o aún género.
Lo que diferencia a un sociópata que vive del trabajo de otros del que
ocasionalmente roba tiendas de conveniencia, o del que es un contemporáneo
barón de robo - o bien, lo que hace la diferencia entre un asesino matón
ordinario y un asesino sociópata – n o es nada más que el estatus social, el
intelecto, lujuria de sangre o simple oportunidad. Lo que distingue a toda
esa gente del resto de nosotros es un espacio totalmente vacío en la
psiquis, donde debería estar la función humanizadora más evolucionada de
todas. Martha Stout
The Sociopath Next Door (El Vecino Sociópata)
Nosotros no tuvimos la ventaja del libro de la Dra. Stout al comienzo de
nuestro proyecto de investigación.
Por supuesto, sí tuvimos a Hare,
Checkley y Guggenbuhl-Craig y otros.
Todavía hay más que han aparecido en los últimos años, en respuesta a las
preguntas formuladas por muchos psicólogos y psiquiatras acerca del estado
de nuestro mundo y la posibilidad de que haya alguna diferencia esencial
entre tales individuos como
George W.
Bush y muchos de los llamados
Neocones, y el resto de nosotros.
El libro de la Dra. Stout tiene una de las más largas explicaciones del
porqué ninguno de sus ejemplos se parece a cualquier persona real que y haya
leído antes. Y entonces, en un capítulo muy al principio, ella describe un
caso “compuesto” en donde el sujeto pasó su niñez haciendo explotar ranas
con pólvora.
Es ampliamente conocido que George W. Bush hizo esto, así es que uno
naturalmente se pregunta…
En cualquier caso, aun sin el trabajo de la Dra.
Stout, al momento en que
estábamos estudiando la materia, nos dimos cuenta que lo que estábamos
aprendiendo era muy importante para todos, porque al ensamblar la
información, vimos que las pistas, los perfiles, revelaban que lo que
estábamos enfrentando, todo el mundo lo enfrentaba también, en cualquier
momento, en mayor o menor grado.
También comenzamos a darnos cuenta que los perfiles que emergieron también
describen algo exactamente a muchos individuos que buscan posiciones de
poder en campos de autoridad, más particularmente la política y el comercio.
Esto realmente no es una idea que nos sorprenda, pero, honestamente no nos
hubiera ocurrido hasta que vimos los patrones y los reconocimos en las
conductas de numerosas figuras históricas, y últimamente incluyendo a George
W. Bush y miembros de su administración.
La estadística actual nos dice que hay más gente psicológicamente enferma
que gente sana. Si usted toma un muestreo de individuos en ningún campo
dado, es casi seguro que encontrará un número significativo de ellos
desplegando síntomas patológicos a un grado u otro. La Política no es la
excepción, y por su misma naturaleza, tenderían a atraer más del “tipo
dominador” patológico que en otros campos.
Eso es lógico, y comenzamos a realizar que no solo era lógico, era
horriblemente exacto; horrorizante porque la patología entre la gente en el
poder puede tener efectos desastrosos sobre todas las personas bajo el
control de tales individuos patológicos.
Por eso decidimos escribir acerca de este tema y publicarlo en el Internet.
Al subir el material a la Internet, comenzaron a llegar cartas de nuestros
lectores, agradeciéndonos por ponerle nombre a lo que les estaba sucediendo
a ellos en sus vidas personales, así como ayudándoles a entender lo que está
pasando en un mundo que parece haberse vuelto completamente loco.
Nosotros comenzamos a pensar que era epidémico en cierto sentido, y
estábamos en lo correcto. Solo que no de la manera que pensábamos. Si un
individuo con una enfermedad muy contagiosa trabaja en un puesto que los
coloca en contacto con el público, el resultado es una epidemia. De la misma
manera, si un individuo en una posición de poder político es un psicópata,
el o ella pueden crear una epidemia de psicopatología en personas que no son
esencialmente psicopáticas. Nuestras ideas a lo largo de esta línea pronto
habrían de recibir confirmación de una fuente inesperada.
Recibí un correo electrónico de un psicólogo polaco, quien escribió como
sigue:
Estimados señores y señoras: Tengo su Proyecto de Investigación Especial sobre psicopatía en mi
computadora. Ustedes están hacienda un trabajo muy importante y valioso para
el futuro de las naciones. […]
Soy un psicólogo clínico de muy avanzada edad. Hace cuarenta años tome parte
en una investigación secreta de la verdadera naturaleza y psicopatología del
fenómeno macro-social llamado “comunismo”. Los otros investigadores fueron
los científicos de la generación anterior, que ahora ya murieron.
El estudio profundo de la naturaleza psicopatía, la cual jugó una parte
esencial e inspiracional en este fenómeno psicopatológico macro-social, y
distinguirlo de otras anomalías mentales, parece que fue la preparación
necesaria para el entendimiento de la naturaleza entera del fenómeno.
La mayor parte del trabajo que usted está hacienda ahora fue hecha en esos
tiempos. …
Puedo suministrarle el documento científico más valioso, útil para sus
propósitos. Es mi libro, “PONEROLOGÍA POLÍTICA – Una ciencia sobre la
naturaleza del mal ajustada para propósitos políticos” (POLITICAL PONEROLOGY – A science on the
nature of evil adjusted for political purposes). Usted también puede
encontrar una copia de este libro en la Biblioteca del Congreso, y en
algunas bibliotecas públicas y de universidades en los Estados Unidos.
Por favor contácteme para poder enviarle una copia por correo.
Muy
atentamente,
Andrew M. Lobaczewski
Puntualmente le escribí una contestación, y unas semanas más tarde me llegó
el manuscrito por correo.
Al leerlo, realicé que lo que estaba sosteniendo en mis manos era
esencialmente una crónica de un descenso al infierno, transformación y un
retorno triunfal al mundo, con el conocimiento de que el infierno no tenía
precio para el resto de nosotros, particularmente en estos días y tiempo,
cuando parece evidente que un infierno general está envolviendo al planeta.
Los riesgos que fueron tomados por el grupo de científicos que realizaron la
investigación en la cual se basó este libro están más allá de la comprensión
para la mayoría de nosotros.
Muchos de ellos eran jóvenes comenzando sus carreras cuando los Nazis
comenzaron a marchar en sus botas de cien ligas a través de Europa. Estos
investigadores vivieron eso, y cuando los nazis fueron expulsados y
reemplazados por los comunistas, bajo los talones de Stalin, ellos
enfrentaron años de opresión, similar a los cuales aquellos entre nosotros
ahora, que estamos escogiendo ponerle paro al Reich de Bush ni siquiera
imaginamos. Y así, puesto que estaban allí, tuvieron que pasar por esto y
trajeron información para el resto de nosotros, la cual podría bien salvar
nuestras vidas para tener un mapa que nos guíe en la oscuridad descendiente.
Es en este contexto que me gustaría traer al tema de cómo el Dr. Lobczewski
discute el valor del estudio cercano y clínico del mal en este libro, antes
de que vayamos al tema de la Ponerología:
Esta nueva ciencia es
incalculablemente rica en detalles casuistas… Contiene conocimiento y una
descripción del fenómeno en las categorías de la visión natural del mundo,
correspondientemente modificada de acuerdo con la necesidad de aprender
[muchos] temas…
El desarrollo de esta familiaridad con el fenómeno va acompañado por
desarrollo del lenguaje comunicativo, por medio del cual la sociedad puede
mantenerse informada y emitir advertencias de peligro. Un tercer lenguaje,
pues, aparece a lo largo del lenguaje ideológico de doble sentido … en
parte, presta los nombres usados por la ideología oficial en sus
significados modificados y transformados. En parte también, este lenguaje
opera con palabras prestadas de bromas todavía más vívidamente circulantes.
A pesar de ser tan extraño, este lenguaje se vuelve un medio muy útil de
comunicación, y juega una parte regenerando los vínculos sociales. … Sin
embargo, a pesar de los esfuerzos en la parte de literatura y de
periodistas, este lenguaje permanece comunicativo solamente adentro; se
vuelve hermético hacia afuera del alcance del fenómeno, e incomprensible a
la gente que carece de la apropiada experiencia personal. […]
Esta nueva ciencia, expresada en lenguaje derivado de una realidad desviada,
es algo extraño para las personas que desean entender este fenómeno
macro-social, pero piensa en las categorías de los países de gente normal.
El intentar comprender esta lengua produce cierta sensación de desamparo, la
cual da lugar a levantar la tendencia de crearse doctrinas propias,
construidas de los propios conceptos de nuestro propio mundo, y una cierta
cantidad de material de propaganda patocrático apropiadamente co-optado. Tal
doctrina – un ejemplo sería la doctrina Estadounidense anti-comunista – hace
aun más difícil entender esa otra realidad. La objetiva descripción puede
ser aducida aquí para permitirles superar y salir del impase engendrado.
[...]
Vale la pena señalar el rol específico de ciertos individuos durante tales
tiempos; ellos participaron en el descubrimiento de la naturaleza de esta
nueva realidad, y ayudaron a otros a encontrar el camino correcto. Ellos
tienen una naturaleza normal, peor tuvieron una niñez desafortunada, siendo
sujetos muy temprano, a la dominación por individuos con varias desviaciones
psicológicas, incluyendo el egotismo patológico y métodos para aterrorizar a
otros. El nuevo sistema de poder golpeó a esta gente como una multiplicación
social a gran escala, de lo que ellos sabían de su experiencia individual.
Desde el mismo principio, ellos vieron esta realidad mucho más
prosaicamente, tratando inmediatamente la ideología de acuerdo con las
historias paralogísticas bien conocidas a ellos, cuyo propósito era
disfrazar la amarga realidad de sus experiencias de juventud. Pronto
alcanzaron la verdad, puesto que el génesis y la naturaleza del mal son
análogos con independencia de la escala social en la cual aparece.
Tales personas son raramente comprendidas en sociedades felices, pero allí
se volvieron útiles; sus explicaciones y consejos probaron ser exactos, y
fueron transmitidos a otros que se unían al trabajo en red de esta herencia
no perceptiva. Sin embargo, su propio sufrimiento fue duplicado, puesto que
esto fue demasiado de un tipo de abuso muy similar para manejarlo en una
sola vida. …
Finalmente, la sociedad ve la aparición de individuos que han recolectado
excepcionales percepciones intuitivas y conocimiento práctico en el área de
cómo piensan los patócratas, y cómo opera tal sistema de reglas.
Algunos de ellos llegan a ser tan expertos en el lenguaje irregular del
psicópata y su idiomática, que pueden hasta utilizarlo, bastante como un
lenguaje extranjero que hayan aprendido bien. Puesto que ellos han de
descifrar las intenciones de la autoridad, tales personas ofrecen consejo a
la gente que está teniendo problemas con las autoridades. Estos abogados
generalmente desinteresados de la sociedad de personas normales, juegan un
papel irremplazable en la vida de una sociedad.
Los patócratas, sin embargo, nunca pueden aprender a pensar en categoría de
gente normal. Al mismo tiempo, la habilidad para predecir las maneras de
reaccionar de tal autoridad también conduce a la conclusión que el sistema
es rígidamente causativo y que carece de la libertad natural de opción. […]
Una vez me refirieron a un paciente quien había sido un interno en un campo
de concentración. Ella regresó de ese infierno en tal excepcionalmente Buena
condición que todavía fue capaz de casarse y tener tres hijos. Sin embargo,
sus métodos de crianza de niños eran tan extremadamente con mano de hierro,
en cuanto a que eran demasiado reminiscentes de la vida del campo de
concentración, que perseveraba tan obstinadamente en personas que habían
estado prisioneros. La reacción de los hijos fue de protesta neurótica, y
agresividad en contra de otros niños.
Durante la psicoterapia de la madre, recordamos las figures de oficiales
femeninos y masculinos de la SS en su mente, señalando sus características
psicopáticas (tales personas fueron reclutas principales.) Para ayudarle a
eliminar su material patológico de su persona, le suministré con información
aproximada sobre la aparición de tales individuos dentro de la población
general. Esto le ayudó a alcanzar una visión más objetiva de esa realidad, y
reestablecer la confianza en la sociedad de gente normal. …
Paralelo al desarrollo de conocimiento práctico y de un lenguaje de
comunicación del iniciado, otro fenómeno psicológico toma forma; ellos son
verdaderamente significativos en la transformación de vida social bajo una
regla patocrática, y discernirlos es esencial si uno quiere entender a
individuos y naciones condenados a vivir bajo tales condiciones, y a evaluar
la situación en la esfera política. Ellos incluyen la inmunización
psicológica de la gente y su adaptación a la vida bajo tales condiciones
irregulares.
Los métodos de terror psicológico (el específico arte patocrático), las
técnicas de arrogancia patológica y el progreso de maltrato hacia las almas
de otras personas, inicialmente tiene tales efectos traumáticos, que las
personas son privadas de su capacidad para una reacción útil y con
propósito; Yo ya he aducido los aspectos psico-fisiológicos de tales estados.
Diez o veinte años más tarde, el comportamiento análogo puede reconocerse
como bufonería, y no priva a la víctima de su habilidad de pensar y
reaccionar de forma útil. Sus respuestas son usualmente estrategias muy bien
pensadas, sacadas de la posición de la superioridad de una persona normal, y
a menudo atadas al ridículo. Uno puede ver el sufrimiento y aun la muerte a
los ojos con la calma requerida. Una peligrosa arma cae fuera de las manos
del gobernante.
Tenemos que entender que este proceso de inmunización no es meramente el
resultado del incremento de conocimiento práctico del fenómeno macro-social
descrito arriba. Es el efecto de de muchas capas y de un proceso gradual de
crecimiento en conocimiento, familiarización con el fenómeno, creación de
hábitos reactivos apropiados y auto control, con una concepción general y
principios morales que se están trabajando para mientras. Después de varios
años, el mismo estímulo que anteriormente causó una fría impotencia
espiritual o parálisis mental, ahora provoca el deseo de hacer gárgaras con
algo fuerte como para deshacerse de esta inmundicia.
Hubo una época cuando muchas personas soñaban con encontrar alguna píldora
que les hiciera más fácil aguantar el ocuparse de las autoridades o atender
las sesiones de adoctrinamiento forzado, generalmente presididas por un
carácter sicopático. Algunos antidepresivos, de hecho, provocaron los
efectos deseados. Veinte años más tarde, esto había sido olvidado
completamente.
Cuando fui arrestado por primera vez en 1951, los métodos de confesión a la
fuerza, como fuerza bruta, arrogancia y métodos psicopáticos casi me
privaron enteramente de mis capacidades de auto-defensa. Mi cerebro paró de
funcionar solo después de unos pocos días de arresto sin agua. Ni siquiera
estaba consciente que había sido provocado a propósito, y que las
condiciones que permiten la auto-defensa, de hecho sí existen. Ellos
hicieron conmigo lo que quisieron.
Cuando me arrestaron por última vez en 1968, fui interrogado por cinco
funcionarios de seguridad que se veían feroces. En un momento en particular,
después de pensar a través de sus reacciones predichas, yo dejé que mi
mirada tomara cada cara secuencialmente con gran atención.
El más importante de ellos me preguntó,
“¿Qué es lo que tienes en mente, que nos estás viendo de esa manera?”
Yo contesté sin ningún miedo a las consecuencias:
“Solo pensaba del porqué tantos de la carrera de ustedes, caballeros,
terminaban en un hospital psiquiátrico.”
Por un momento se quedaron estupefactos, con lo cual el mismo hombre
exclamó,
“¡Porque es un trabajo tan endemoniadamente horrible!”
“Soy de la opinión que es todo lo contrario”, le respondí calmadamente.
Luego fui llevado de regreso a mi celda.
Tres días más tarde tuve la oportunidad de hablar con el, pero esta vez el
fue mucho más respetuoso. Luego el ordenó que me sacaran – hacia afuera,
como resultó. Yo me monté en el tranvía, pasando mi casa a un gran parque,
todavía incapaz de creerle a mis ojos. Una vez en mi habitación, me acosté
en la cama; el mundo no era muy real para mi todavía, pero las personas que
están exhaustas se quedan dormidas fácilmente.
Cuando desperté, dije en voz alta:
“Querido Dios, no estás supuesto a estar a cargo de este mundo?!”
Por ese tiempo, yo sabía que no solamente hasta ¼ de todos los oficiales de
la policía secreta iban a parar a hospitales psiquiátricos. También sabía
que su “enfermedad ocupacional” es una demencia congestiva, antes encontrada
solamente entre las Viejas prostitutas. El humano no puede violar los
sentimientos naturales humanos dentro de el sin impunidad, sin importar que
clase de profesión tiene. Desde este punto de vista, el Camarada Capitán
estaba parcialmente en lo cierto. Sin embargo, al mismo tiempo mis
reacciones se habían vuelto resistentes, un lejano grito de lo que habían
sido diecisieta años antes.
Todas estas transformaciones de la conciencia humana y de la inconciencia
resultan en adaptaciones individuales y colectivas para vivir bajo tales
sistemas. Bajo condiciones alteradas del material y las limitaciones
morales, surgen recursos que se preparan para superar muchas dificultades.
Una nueva red de la sociedad de personas normales es también creada para
auto-ayuda y asistencia mutual.
Esta sociedad actúa en concierto, y está enterada de la verdadera situación
de las cosas; comienza a desarrollar maneras de influenciar varios elementos
de autoridad y de lograr metas que son socialmente útiles. …La opinión de
que la sociedad está totalmente privada de cualquier influencia sobre el
gobierno en tal país es, sin embargo, inexacta. En realidad la sociedad sí
co-gobierna hasta cierto grado, a veces con éxito y a veces fallando en su
intento de crear condiciones de vida más tolerables. Esto, sin embargo,
ocurre de manera totalmente diferente de lo que sucede en los países
democráticos.
Esos procesos: la inmunización cognitiva, psicológica y la adaptación
permiten la creación de nuevos vínculos sociales interpersonales, que operan
dentro del alcance de la gran mayoría que ya hemos llamado la “sociedad de
la gente normal.” Estos vínculos se extienden discretamente hace el mundo de
la clase media del régimen, entre gente en la que se puede confiar hasta
cierto punto…
El intercambio de información, advertencias y asistencia abarca a la
sociedad entera. Quienquiera que sea capaz de hacer esto le ofrece ayuda a
cualquier persona que se encuentre en problemas, a menudo de tal manera que
la persona que recibe la ayudo no sabe quien se la brindó. Sin embargo, si
causó su desgracia por su propia carencia de precaución circunspecta con
respecto a las autoridades, el lo recibe con reprobación, pero no con la
ayuda recibida.
Es posible crear tales lazos porque esta nueva división de la sociedad da
solamente una limitada consideración a factores tales como el nivel de
talento o educación, o tradiciones unidas a las antiguas capas sociales. Ni
la reducida diferencia de prosperidad disuelve estos lazos. Una parte de
esta división contiene aquellos de la cult8ura mental más alta, gente simple
y ordinaria, intelectuales, especialistas que trabajan con su cabeza,
trabajadores de fábricas y campesinos, unidos por la protesta común de su
naturaleza humana en contra de la dominación de una experiencia para-humana
y métodos gubernamentales.
Estos lazos engendran entendimientos interpersonales y sensaciones de
compañerismo entre personas y grupos sociales antes divididos por
diferencias económicas y tradiciones sociales. Los procesos de pensamiento
al servicio de estos lazos son de un carácter más psicológico, capaz de
comprender las motivaciones de otros. Al mismo tiempo, el pueblo ordinario
mantiene respeto para personas que han sido bien educadas y que representan
valores intelectuales. Ciertos valores sociales y morales también aparecen,
y pudieran probar ser permanentes.
El génesis, sin embargo, de esta gran solidaridad interpersonal solo se
vuelve comprensible una vez que ya sepamos la naturaleza del fenómeno
macro-social patológico, el cual trajo consigo la liberación de tales
actitudes, completamente con el reconocimiento de la propia humanidad y
aquella de los demás.
Otra reflexión se sugiere, cuan diferentes son estos grandes lazos de la
competitiva sociedad estadounidense…
Este trabajo es tan importante que creo que cada ser humano debería de
leerlo, para su propia seguridad e higiene mental. Voy a presentar aquí
algunos importantes extractos del libro, que pronto estará disponible en su
totalidad.
Del Prefacio del autor:
Al presentarle a mis honorables lectores este volumen, en el cual
generalmente trabajé en las tempranas horas antes de irme a ganar la vida,
me gustaría primero disculparme por los defectos, los cuales son el
resultado de circunstancias anómalas, tales como la ausencia de un
laboratorio apropiado. Admito que estas lagunas deben de ser llenadas,
aunque consuman tanto tiempo, porque los hechos sobre los cuales se basa
este libro son urgentemente necesitados. No es falla del autor, pero esta
información ha venido demasiado tarde.
El lector tiene el derecho a
una explicación de la larga historia y circunstancias bajo las cuales se
ha compilado este trabajo. Esta es la tercera vez que he tratado el
mismo tema. El primer manuscrito lo tire al horno de calefacción,
habiendo sido advertido justo a tiempo acerca de una búsqueda oficial,
la cual tuvo lugar minutos más tarde. El segundo borrador lo envié a un
dignatario de una Iglesia en
el Vaticano
por medio de un
turista estadounidense, y fui absolutamente incapaz de obtener ninguna clase
de información acerca del destino del paquete, una vez se fue con el.
Esta… historia … hizo que el trabajo de la tercera versión fuera más
laborioso. Los párrafos y frases anteriores, a partir de ambos borradores
frecuentan la mente del escritor y hacen más difícil el planeamiento
apropiado del contenido.
Los dos primeros borradores fueron escritos en un lenguaje muy retorcido,
para el beneficio de especialistas con la base necesaria, particularmente en
el campo de la psicopatología. La irrecuperable desaparición de la segunda
versión también incluía la mayor parte de datos estadísticos y hechos, los
cuales han sido tan valiosos y conclusivos para especialistas. Algunos
análisis de casos individuales también fueron perdidos.
La presente versión contiene solo os datos que habían sido memorizados
debido a su frecuente uso, o que podían ser reconstruidos con precisión
satisfactoria. […] También guardo la esperanza que este trabajo pueda
alcanzar una audiencia más amplia y que haga accesible aluna información
científica útil que pueda servir como base para la comprensión del mundo
contemporáneo y su historia. También pueda hacer más fácil para los lectores
entenderse a sí mismos, a sus vecinos y a otras naciones.
¿Quien produjo el conocimiento y ejecutó el trabajo resumido dentro de las
páginas de este libro? Es un esfuerzo común que contiene, no solo mis
esfuerzos, sino que también representa el trabajo de muchos investigadores…
El autor trabajó en Polonia, muy lejos de los centros de actividad política
y cultural durante muchos años. Allí es donde tomé una serie de
observaciones y pruebas detalladas, los cuales debían ser combinados dentro
de las generalizaciones resultantes, para producir una introducción general
para un entendimiento del fenómeno macro-social que nos rodea. El nombre de
la persona esperada a efectuar esta síntesis era un secreto, como era de
entenderse necesariamente, dado el tiempo y la situación. Muy ocasionalmente
recibiría yo resúmenes anónimos de los resultados de pruebas desde Polonia y
Hungría. Poca información era publicada, ya que así no levantaba sospechas
de que se estaba compilando un trabajo especializado, y esta información
todavía puede ser ubicada ahora.
La síntesis prevista para este trabajo no se dio. Todos mis contactos se
volvieron inoperables como resultado de los arrestos secretos de
investigadores a principio de los años sesenta. La información científica
restante que todavía tenía estaba muy incomplete, no obstante es de
incalculable valor. Tomó muchos años de trabajo solitario para soldar estos
fragmentos hacia un todo coherente, llenando las lagunas con mi propia
experiencia e investigación.
Mi investigación sobre la psicopatía esencial y el excepcional papel que
jugó en el fenómeno macro-social fue conducido concurrentemente junto con, o
poco después de aquel de otros. Sus conclusiones me alcanzaron más tarde, y
confirmaron las mías. El artículo más característico en mi trabajo es el
concepto general para una nueva disciplina científica llamada
“Ponerología”.[…]
Como autor del trabajo final, por este medio expreso mi profundo respeto
para todos aquellos que iniciaron la investigación y continuaron
condiciéndola, a riesgo de sus carreras, salud y vidas. Pago homenaje a
aquellos que pagaron el precio a través del sufrimiento o muerte. Que este
trabajo constituya alguna compensación por sus sacrificios…
Nueva York, N.Y. Agosto 1984
El Dr. Lobaczewski escapó a los Estado Unidos, donde reensambló y anotó su
investigación antes de que la solidaridad trajera la caída del comunismo en
Polonia.
Lobaczewski agregó algunas palabras a su introducción:
Quince años pasaron, cargados con acontecimientos políticos. El mundo cambió
esencialmente debido a las leyes naturales del fenómeno descrito en su
libro, y a los esfuerzos de las personas de Buena voluntad. No obstante, el
mundo todavía no se restaura a la Buena salud; y los restos de la gran
enfermedad siguen estando aun muy activos y amenazando la re-ocurrencia de
la enfermedad. Tal es el resultado de un gran esfuerzo completado sin el
apoyo del conocimiento objetivo acerca de la misma naturaleza del fenómeno.
[…]
El autor fue reconocido como el portador de esta “peligrosa” ciencia en
Austria, por un “amistoso” médico quien resultó ser un agente “rojo”. Los
grupos comunistas en Nueva York fueron entonces fijados a organizar una
“contra acción”. Fue terrible saber cómo funcionaba el sistema de empeños
concientes e inconcientes. Lo peor eran las personas que crédulamente
confiaron en sus “amigos” concientes y ejecutaron las actividades insinuadas
con celo patriótico.
Al autor le fue negada la ayuda, y tuvo que salvar su vida trabajando como
soldador. Mi salud colapsó, y fueron perdidos dos años. Parecía que yo no
era el primero en venir a los Estados Unidos trayendo un conocimiento
similar, y, una vez allí, tratado en una forma similar.
A pesar de todas estas circunstancias, el libro fue escrito a tiempo, pero
nadie lo publicaría. El trabajo fue descrito como “muy informativo” pero
para redactores psicológicos, contenía demasiada política, y para editores
políticos, contenía demasiada psicología, o simplemente “la fecha límite
editorial acaba de cerrar.” Gradualmente, se puso claro que el libro no
pasaba la inspección interna. […]
El valor científico que podría servir en el futuro permanece, y otras
investigaciones podrían rendir una nueva comprensión del problema humano,
con progreso hacia una paz universal. Esta fue la razón por la cual me tomé
el trabajo de reescribir, en mi computadora, todo el manuscrito ya
descolorido. Está aquí presentado, y fue escrito en 1983-84 en Nueva York,
Estados Unidos.
Dejémoslo ser un documento de una Buena ciencia y una peligrosa labor. El
deseo del auto res dar este trabajo en las manos de estudiosos, en la
esperanza que tomarán esta carga y progresarán con la investigación teórica
en Ponerología – y que la pondrán en práctica para el bien de las personas y
naciones.
Polonia – junio de 1998
El Dr. Lobaczewski dejó los Estados Unidos y regresó a Polonia antes del 11
de septiembre de 2001. Pero sus observaciones fueron proféticas:
No obstante, el mundo hasta ahora no se restaura a la buena salud; los
recordatorios de la gran enfermedad todavía están muy activos y amenazantes
a la re-ocurrencia de la enfermedad.
¿Cual “ciencia peligrosa” llevaba el Dr. Lobaczewski consigo cuando escapó
de la Polonia comunista?
El la llama “Ponerología”, que el diccionario define:
Una división de la Teológica que se ocupa del mal; doctrina teológica de
perversidad o maldad; del griego: poneros ->’mal’.
Pero el Dr. Lobaczewski
no estaba proponiendo un estudio “teológico”, sino más bien un estudio
científico de lo que podríamos llamar simplemente Maldad. El problema es,
nuestra cultura científica materialista no admite fácilmente que realmente
existe el mal por sí mismo. Sí, el “mal” juega una parte en el tratado
religioso, pero aun allí se le da una corta denominación como “error” o una
“rebelión” que será corregida en algún punto en el futuro, lo cual es
discutido en otra división teológica: escatología, la cual se ocupa de los
eventos finales en la historia del mundo, el último destino de la humanidad.
Hay un buen número de psicólogos modernos quienes están realmente comenzando
a moverse en la dirección de lo que el Dr. Lobaczewski dijo que ya había
sido hecho detrás de la Cortina de Hierro hace muchos años. Tengo una pila
de sus libros en mi escritorio. Algunos de ellos parecen estar cayendo en la
perspectiva religiosa, simplemente porque no tiene base científica en la
cual sostenerse. En lo personal pienso que eso es contraproducente.
Como George K. Simon, Jr. escribe en su libro “In Sheep’s Clothing“ (En
Vestidos de Ovejas) [ALTAMENTE recomendado]:
…Nosotros hemos sido programados
a creer que la gente exhibe problemas de conducta solamente cuando están
“emproblemados” por dentro, o ansiosos por algo. También hemos sido
ensañados que la gente agrede solamente cuando son atacados de alguna
manera. Así, aun cuando nuestro sexto sentido nos dice que algo está
atacándonos, y por ninguna buena razón, nosotros realmente no aceptamos la
noción.
Generalmente comenzamos a preguntarnos que es lo que tanto le está
molestando a la persona “en el fondo”, que la hace actuar de tal manera tan
perturbadora. Incluso podríamos aún preguntarnos que es lo que podríamos
haber dicho o hecho para que se sintieran “amenazados”. Nosotros casi nunca
pensamos que podrían simplemente estar peleando para conseguir algo, o que
se haga lo que ellos quieren o bien ganar la delantera. Así, pues, en vez de
verlos como meramente peleando, los vemos sobre todo como lastimando de
cierta manera.
No solamente tenemos a menudo problemas reconociendo las maneras en que otra
gente nos agrede, sino que también tenemos dificultad en discernir el
carácter distintivamente agresivo de algunas personalidades. El legado del
trabajo de Sigmund Freud tiene mucho que ver con esto. Las teorías de Freud
(y hay teorías de otros que construyeron sobre su trabajo) influenciaron en
gran manera, durante mucho tiempo la psicología de la personalidad.
Los elementos de las teorías clásicas de personalidad encontraron su camino
hacia muchas disciplinas además de la psicología, así como dentro de muchas
instituciones sociales y empresas. Los dogmas básicos de éstas teorías y su
sello distintivo de construcción, la neurosis se ha grabado fuertemente en
la conciencia del público.
Las teorías psicodinámicas de personalidad tienden a ver a todos, por lo
menos hasta algún grado, como neuróticos. Los individuos neuróticos son
gente sobre inhibida que sufren de miedo irracional (ansiedad), culpa y
vergüenza cuando se trata de asegurar sus deseos y necesidades básicas.
El impacto maligno de sobre generalizar las observaciones de Freud acerca de
un pequeño grupo de individuos sobre-inhibidos hacia un amplio juego de
suposiciones acerca de las causas de la mala salud psicológica en todos, no
puede ser exagerada. […]
Los terapeutas cuyo entrenamiento los ha
sobre-adoctrinado en la teoría de la neurosis, pudiera “enmarcar”
incorrectamente los problemas que se les presentan. Ellos pudieran, por
ejemplo, asumir que una persona, quien toda su vida ha buscado agresivamente
independencia, y ha demostrado poca afinidad con otros, necesariamente
deberá estar “compensando” por un “miedo” de la intimidad. En otras
palabras, ellos verán a un peleador endurecido como un corredor atemorizado,
así percibiendo mal la realidad básica de la situación. […]
Necesitamos un marco teórico completamente diferente, si hemos de entender
verdaderamente, y de ocuparnos y tratar la clase de gente que pelea
demasiado en comparación a aquellos que se acobardan o “corren” demasiado.
El problema es, por supuesto, que cuando usted lee todos esos libros sobre
personas como el Dr. Simon está describiendo, usted descubre que
“tratamiento” realmente significa tratar a las víctimas porque tales
agresores casi nunca buscan ayuda.
Regresando al Dr. Lobaczewski. Le escribí para pedirle más detalles en
cuanto al porqué este importante trabajo era generalmente desconocido. Que
cual era el significado de su observación:
“Parecía que no era yo el primero en venir a los Estados Unidos trayendo un
conocimiento similar, y, una vez allí, fui tratado de manera similar.”
El contestó por correo:
[…] Hace años, la publicación del libro en
los Estados Unidos fue matada por el Sr.
Zbigniew Brzezinski
de una manera muy astuta. Su motivación solamente
puedo adivinarla. ¿Fue su propia estrategia privada, o actuó el como un
iniciado del “gran sistema”, como seguramente lo es? ¡Cuántos billones de
dólares y cuántas vidas humanas le ha costado al mundo la carencia de esta
ciencia. […]
En cuanto a quien estuvo involucrado en este trabajo: en esos tiempos, tal
trabajo pudo haberse hecho solamente bajo total secreto. Durante la
ocupación alemana, aprendimos a nunca preguntar nombres, aunque era bien
conocido entre nosotros que esta era una comunicación internacional entre
algunos científicos.
Yo puedo decirles que un científico húngaro fue muerto por su trabajo en
este proyecto, y en Polonia, el profesor Stephan Blachowski murió
misteriosamente mientras trabajaba en estas investigaciones. Es una certeza
que el profesor Kasimir Dabrowski estaba activo en el estudio, siendo un
experto en psicopatía.
El escapó a los Estados Unidos, y en Nueva York se convirtió en objeto de
hostigamiento, como lo fui yo. El fue a Canadá y trabajó en la Universidad
en Edmonton.
Después de leer el trabajo de Lobaczewski, es fácil entender porqué
Brzezinski lo suprimió. Es porque expone a los Neocons y a los Patócratas
tan completamente que no podían permitir que se propagara. También podría
ser que lo usaron como manual para poder “tirar la lana” sobre los ojos de
las masas.
Continuando con el libro de Lobaczewski:
Patocracia
Cuando yo era un joven, leí un libro acerca de un naturalista vagando a
través de la Cuenca de la selva del Amazonas. En algún momento, un pequeño
animal cayó de un árbol sobre su nuca, desgarrando dolorosamente su piel y
succionando su sangre. El biólogo cuidadosamente lo quitó – sin enojo,
puesto que esa era su forma de alimentarse – y procedió a estudiarlo
cuidadosamente. Esta historia se pegó obstinadamente en mi mente durante
esos tiempos tan difíciles, cuando un vampiro cayó sobre nuestras nucas,
succionando la sangre de una infeliz nación.
La actitud de un naturalista – quien procura rastrear la naturaleza del
fenómeno macro-social a pesar de toda adversidad – aseguró cierta distancia
intelectual y mejora la higiene psicológica, también levemente incrementando
la sensación de seguridad y guardando una premonición que este método podría
ayudar a encontrar cierta solución creativa. Esto requirió controlar los
reflejos naturales, moralizantes de revulsión y de otras dolorosas emociones
que provoca este fenómeno en cualquier persona normal cuando es privada de
su alegría de vivir y su seguridad personal, arruinando su propio futuro y
aquel de su nación. La curiosidad científica se vuelve un leal aliado
durante tales tiempos.
Ya podrá el lector imaginarse un muy largo pasillo en algún viejo edificio
universitario gótico. Muchos de nosotros nos reuníamos allí temprano en
nuestros estudios para escuchar las conferencias de notables filósofos.
Fuimos reunidos allí el año antes de la graduación, para escuchar las
conferencias de adoctrinamiento que recientemente habían sido introducidas.
Alguien que nadie conocía apareció detrás del conferencista, y nos informó
que el sería ahora el profesor.
Su discurso era fluido, pero no tenía nada de científico: el falló en
distinguir entre los conceptos científicos y los diarios, y trató
pensamientos promedio como si fuesen sabiduría que no podía ponerse en tela
de duda. Durante noventa minutos cada semana, el nos inundaba con visiones
de la realidad humana que eran ingenuas, presuntuosas y patológicas
paralogísticas. Fuimos tratados con desdén y un odio escasamente controlado.
Puesto que el empuje de la diversión podría exigir terribles consecuencias,
teníamos que escuchar atentamente y con la más extrema seriedad.
La uva del vino pronto descubrió los orígenes de esta persona. El venía de
un suburbio en Cracovia y fue a la escuela secundaria, aunque nadie supo si
se graduó. De todas formas, esta fue la primera vez que el cruzaba los
portales universitarios – como un profesor, ¡en eso! […]
Después de tal tortura mental, tomó un largo tiempo para que alguien
quebrara el silencio. Nos estudiamos a nosotros mismos, puesto que sentíamos
que algo extraño había tomado posesión de nuestras mentes, y algo valioso
estaba filtrándose irremediablemente. El mundo de la realidad psicológica y
valores morales parecía suspendido como una niebla helada.
Nuestra
solidaridad estudiantil y sentimientos humanos perdieron su significado,
como también el patriotismo y nuestros viejos criterios establecidos. Así
que nos preguntábamos unos a otros: “¿Te está sucediendo esto también a ti?”
Cada uno de nosotros experimentó esta preocupación sobre su propia
personalidad y futuro de su propia manera. Algunos de nosotros contestamos
las preguntas con silencio. La profundidad de esas experiencias resultó ser
diferente para cada uno individualmente.
No obstante nos preguntábamos cómo protegernos a nosotros mismos de los
resultados de este “adoctrinamiento”.
Teresa D. hizo la primera sugerencia: Pasemos un fin de semana en las
montañas. Esto funcionó. Compañía placentera, un poco de bromas, luego
cansancio, seguido por un profundo sueño en un refugio, y nuestras
personalidades humanas regresaron, no obstante, con cierto remanente. El
tiempo también probó crear una especie de inmunidad psicológica, aunque no
con todos. Analizando las características psicopáticas de la personalidad
del “profesor” probó ser una excelente manera de proteger la propia higiene
psicológica.
Apenas se podrán imaginar nuestra preocupación, decepción y sorpresa cuando
algunos colegas que conocíamos bien repentinamente comenzaron a cambiar su
visión del mundo; sus patrones de pensamiento más allá nos recordaban
aquella cháchara del “profesor”. Sus sentimientos, los cuales recientemente
habían sido amistosos, se volvieron notoriamente más frías, aunque todavía
no hostiles. Los argumentos críticos o benevolentes de los estudiantes
salían rebotando de ellos. Daban la impresión de poseer algún conocimiento
secreto; nosotros éramos solamente sus antiguos colegas, que creíamos
todavía aquello que nos enseñaron aquellos antiguos profesores. Teníamos que
ser cuidadosos con lo que les decíamos a ellos.
Nuestros antiguos colegas pronto se unieron al Partido. ¿Quiénes eran ellos?
¿De que grupos sociales vinieron? ¿Que clase de estudiantes y personas eran
ellos? ¿Cómo y porqué cambiaron tanto en menos de un año? ¿Porqué ni yo ni
la mayoría de mis compañeros estudiantes sucumbimos a este fenómeno y
proceso? Muchas de esas preguntas revoloteaban a través de nuestras cabezas
entonces.
Esos tiempos, preguntas y actitudes dieron lugar a la idea que este fenómeno
podría ser objetivamente comprendido, una idea cuyo mayor significado se
cristalizó con el tiempo. Muchos de nosotros participamos en las
observaciones y reflexiones iniciales, pero la mayor parte se desmenuzó
frente a los problemas materiales o académicos. Solo pocos quedamos; así, el
autor de este libro podría ser el último de los Mohicanos.
Fue relativamente fácil determinar los ambientes y el origen de las personas
que sucumbieron a este proceso, el cual yo, entonces, llamé
“transpersonificación”. Ellos venían de todos los grupos sociales,
incluyendo familias aristocráticas y fervientemente religiosas, y causó un
rompimiento en nuestra solidaridad estudiantil en un orden de algún 6%. La
mayoría restante sufrió varios grades de desintegración de personalidad, lo
cual dio cabida a esfuerzos individuales en la búsqueda de los valores
necesarios para encontrarnos a nosotros mismos nuevamente; los resultados
fueron variados, y a veces creativos.
Incluso entonces, nosotros no teníamos dudas en cuanto a la naturaleza
patológica de su proceso de “transpersonificación”, el cual transcurrió de
manera similar, pero no idéntica en todos los casos. La duración de los
resultados de éste fenómeno también variaban. Algunas de estas personas más
tarde se volvieron fanáticos. Otros más tarde tomaron ventaja de varias
circunstancias para retirarse y reestablecer sus lazos perdidos hacia a
sociedad de personas normales. Ellos fueron reemplazados. El único valor
constante del nuevo sistema social era el número mágico del 6%.
Intentamos evaluar el nivel de talento de esos colegas que habían sucumbido
al proceso de transformación de personalidad, y llegamos a la conclusión que
en promedio, era levemente más bajo que el promedio de la población
estudiantil Su menor resistencia obviamente residía en otras características
bio-psicológicas, las cuales eran muy probablemente cualitativamente
heterogéneas.
Tuve que estudiar temas lindando con psicología y psicopatología para
contestar las preguntas que surgían de nuestras observaciones; descuido
científico en estas áreas probó ser un obstáculo difícil de superar. Al
mismo tiempo, alguien guiado por un conocimiento especial, al parecer
desocupó las bibliotecas de todo lo podríamos haber encontrado en el asunto.
No es de extrañarse porqué hoy en día, cualquier grupo buscando suministrar
este mismo conocimiento a otros sería etiquetado como “culto”.
Analizando estos acontecimientos ahora en retrospectiva, podríamos decir que
el “profesor” estaba poniendo cebo sobre nuestras cabezas, pasado en
conocimiento psicológico específico sobre psicópatas. El sabía de antemano
que pescaría individuos sensibles, pero el limitado número lo decepcionó. El
proceso de transpersonificación generalmente se arraigaba siempre que el
substrato instintivo de un individuo estaba marcado por palidez o algún
déficit. A menor grado también trabajó entre gente que manifestaba otras
deficiencias, también el estado provocado dentro de éstos fue parcialmente
inestable, siendo en gran parte el resultado de inducción psicopatológica.
Este conocimiento acerca de la existencia de individuos susceptibles y cómo
trabajar en ellos continuará siendo una herramienta para la conquista del
mundo mientras permanezca siendo el secreto de tales “profesores”. Cuando se
convierta en ciencia hábilmente popularizada, ayudará a las naciones a
desarrollar inmunidad. Pero ninguno de nosotros sabía eso en ese tiempo.
Sin embargo, debemos admitir que demostrando las propiedades de la
patocracia a fin de forzarnos a una experiencia profundizada, el profesor
nos ayudó a entender la naturaleza del fenómeno en un alcance más grande que
muchos verdaderos investigadores científicos participando en este trabajo,
de una manera u otra. […]
La visión natural del mundo psicológico, social y moral es producto del
proceso de desarrollo del hombre dentro de una sociedad, bajo la constante
influencia de sus valores innatos. Ninguna persona puede desarrollarse sin
ser influenciado por otras personas y sus personalidades, o por los valores
imbuidos por su civilización y sus tradiciones morales y religiosas. Eso es
porqué su visión del mundo no puede ser ni universal de verdadera.
Así, pues, es significativo que los valores principales de su opinión humana
del mundo sobre la naturaleza indican semejanzas básicas a pesar de grandes
lapsos de tiempo, raza y civilización. Es sugerido, pues, que “la visión
humana del mundo” se deriva de la naturaleza de nuestra especie y la
experiencia natural de las sociedades humanas que han alcanzado un cierto
nivel necesario de civilización. Los refinamientos basados en valores
literarios o en reflexiones morales y filosóficas indican algunas
diferencias, pero generalmente hablando, tienden a juntar el lenguaje
conceptual natural de varias civilizaciones y eras.
La gente con una educación “humanística” puede tener la impresión que ha
alcanzado la sabiduría, pero aquí es donde abordamos el problema; debemos
preguntar lo siguiente: Aun si la opinión natural del mundo ha sido
refinada, ¿refleja esto la realidad con suficiente confiabilidad? O refleja
solamente la percepción de nuestra especie? ¿Hasta que grado podemos
depender de él como base para la toma de decisiones en las esferas
individual, política y social de la vida?
La experiencia nos ensaña, primero que nada, que esta opinión natural del
mundo tiene tendencias permanentes y características hacia la deformación
dictada por nuestros rasgos instintivos y emocionales. Segundo, nuestro
trabajo nos expone a muchos fenómenos que no pueden ser entendidos ni
descritos por la lengua natural solamente.
Considerando la tendencia deformante de la realidad, notamos que esos rasgos
emocionales, que son un componente natural de la personalidad humana nunca
son completamente apropiados a la realidad que está siendo experimentada.
Esto resulta tanto de nuestro instinto como de las condiciones de crianza.
Esto es porqué las mejores tradiciones de pensamientos filosóficos y
religiosos han aconsejado la sumisión de las emociones para alcanzar una
visión más exacta de la realidad.
Otro problema es el hecho que nuestra opinión natural del mundo está
generalmente caracterizada por una tendencia a dar nuestras opiniones con
juicios morales, a menudo tan negativos como para representar indignación o
furia. Esto apela a tendencias que están profundamente enraizadas en la
naturaleza humana y las costumbres sociales.
A menudo nos encontramos con gente sensible, dotada con una bien
desarrollada opinión natural del mundo en lo que se refiere a los aspectos
psicológicos, sociales y morales, frecuentemente refinados por medio de
influencias literarias, deliberaciones religiosas y reflexiones filosóficas.
Tales personas tienen una pronunciada tendencia a sobrevalorar su opinión
del mundo. Ellos no toman en cuenta el hecho que su sistema también puede
ser erróneo, puesto que no es suficientemente objetivo.
Permitamos llamar a tal actitud un egotismo de la opinión natural del mundo.
Hasta la fecha, ha sido el tipo menos pernicioso de egotismo, siendo
meramente una sobre estimación de aquel método de comprensión que contiene
los valores eternos de la experiencia humana.
Hoy, sin embargo, el mundo está siendo comprometido por un fenómeno que no
puede ser entendido ni descrito por medio de tal lenguaje natural
conceptual; esta clase de egotismo, pues, se vuelve un factor de peligro,
sofocando la posibilidad de algunas medidas contrarias. Desarrollando y
popularizando la opinión objetiva y psicológica del mundo podría expander
mucho el alcance de tratar con el mal por medio de acciones sensibles y
contramedidas claramente establecidas
Siempre desde épocas antiguas, los filósofos y pensadores religiosos que
representaban varias actitudes en diversas culturas han estado buscando la
verdad referente a los valores morales, intentando encontrar un criterio
para lo que está bien, lo que constituye buen consejo. Ellos describieron
las virtudes del carácter humano y sugirieron que esto debía ser adquirido.
Ellos crearon una herencia… la cual contiene siglos de experiencia y
reflexiones. A pesar de las diferencias entre actitudes, la similitud o
complementariedad de las conclusiones alcanzadas por famosos antiguos son
contundentes, aunque ellos trabajaron en tiempos y lugares totalmente
diferentes. Después de todo, cualquier cosa con valor está condicionada por
las leyes de la naturaleza actuando sobre las personalidades, tanto del ser
humano individual como de las sociedades colectivas.
Sin embargo, igualmente es provocativo para el pensamiento el ver cuan
relativamente poco ha sido dicho acerca del lado opuesto de la moneda, las
causas y el génesis del mal. Estos asuntos están usualmente disfrazados
detrás de las conclusiones arriba generalizadas, con una cierta cantidad de
secreto. Tal estado de las cosas puede parcialmente ser atribuida a las
condiciones sociales y a las circunstancias históricas bajo las cuales estos
pensadores trabajaron. Su modus operandi pudiera haber sido dictado por lo
menos en parte por el destino personal, las tradiciones heredadas o aun por
mojigatería. Después de todo, la justicia y la virtud son los opuestos de la
fuerza y la perversidad, igualmente aplica a la verdad versus la mentira, al
igual que la salud es el opuesto de la enfermedad.
El carácter y génesis del mal, permanece, pues escondido en las discretas
sombras, dejándolo a los dramaturgos que se ocupen del tema en su altamente
expresivo lenguaje, pero éste no alcanzó la fuente primaria del fenómeno. Un
cierto espacio cognitivo, no obstante, permanece sin investigar, un puñado
de generalizaciones filosóficas y preguntas morales las cuales se resisten a
ser entendidas. […]
Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha soñado con una vida en la cual sus
esfuerzos para acumular beneficios puede ser recalcado por el descanso,
tiempo durante el cual el goza de esos beneficios. El aprendió cómo
domesticar animales para acumular más beneficios, y cuando esto ya no
resuelve sus necesidades, aprendió a esclavizar a otros seres humanos,
simplemente por ser más poderoso y por poder hacerlo.
Sueños de una vida feliz de “más beneficios acumulados” para ser gozados, y
más tiempo de ocio en el cual gozarlos dio lugar a ejercer la fuerza sobre
otros, una fuerza la cual pervierte la mente de quien la usa. Esto es porqué
los sueños de felicidad del hombre no se volvieron realidad a través de la
historia: la opinión hedonística de “felicidad” contiene las semillas de la
miseria. El hedonismo, la búsqueda de la acumulación de beneficios con el
único propósito del propio disfrute, alimenta el eterno ciclo en donde los
buenos tiempos condujeron a malos tiempos.
Durante los buenos tiempos, la gente pierde de vista la necesidad para
pensar, para la introspección, el conocimiento de otros y un entendimiento
de la vida. Cuando las cosas están “bien”, la gente se pregunta si vale la
pena considerar la naturaleza humana y los defectos en la personalidad (ya
sea la propia o la de otros). En los buenos tiempos, generaciones enteras
pueden crecer sin entendimiento alguno del significado creativo del
sufrimiento, puesto que ellos nunca lo han experimentado por ellos mismos.
Cuando todas las alegrías de la vida están allí para tomarlas, el esfuerzo
mental para entender la ciencia y las leyes de la naturaleza – para adquirir
conocimiento que pueda no estar directamente relacionado con acumular cosas
– parece como una labor insustancial. Siendo “de mentalidad saludable” y
positiva – un buen deporte sin ninguna palabra descorazonadora – es visto
como algo bueno, y cualquiera que prediga consecuencias calamitosas como
resultado de tal indiferencia es etiquetado como un aguafiestas o un ave de
mal agüero.
La percepción de la verdad acerca de la realidad, especialmente un verdadero
entendimiento de la naturaleza humana en todos sus rangos y permutaciones,
deja de ser una virtud a ser adquirida. Los escépticos pensativos son
“entrometidos” que no pueden dejar de inmiscuirse. “No lo arregles si no se
ha roto”. Esta actitud conduce a un empobrecimiento del conocimiento
psicológico, incluyendo la capacidad de diferenciar las propiedades de la
naturaleza humana y personalidad, y la habilidad de moldear mentes sanas
creativamente.
El culto al poder, sin embargo, suplanta los valores mentales y morales, tan
esenciales para mantener la paz mental por medios pacíficos. El
enriquecimiento de una nación o su involución respecto a su opinión
psicológica del mundo puede ser considerada un indicador de si el futuro
será bueno o malo.
Durante buenas épocas, la búsqueda del significado de la vida, la verdad de
nuestra realidad se vuelve incómoda, porque revela factores inconvenientes.
La eliminación inconsciente de información que es, o parece ser inexacta,
comienza a hacerse un hábito, una costumbre aceptada por sociedades enteras.
El resultado es que cualquier proceso de pensamiento basado en tal
información truncada no puede traer conclusiones correctas.
Esto, entonces, lleva a la sustitución de mentiras convenientes a uno mismo
para reemplazar las incómodas verdades, y de esta manera acercándose a los
límites del fenómeno que debería ser visto como psicológico.
Los hechos son que los “Buenos tiempos” para un grupo de personas han estado
históricamente enraizados en alguna injusticia a otros grupos de personas.
En una sociedad así, donde todas las verdades escondidas están al acecho,
escondidas debajo de la superficie, como un témpano, el desastre está a la
vuelta de la esquina.
Está claro que los Estados Unidos han experimentado un largo período de
“buenos tiempos” para la mayor parte de su existencia, (sin importar cuánta
gente hayan tenido que oprimir o matar para hacerlo), pero particularmente
así durante los 50 años que le precedieron al
11 de Septiembre de 2001.
Durante esos 50 años, varias generaciones de niños nacieron, y los que
nacieron al principio de ese tiempo, lo que nunca han conocido “malos
tiempos” están ahora en una edad donde quieren “disfrutar” los beneficios
que han acumulado.
Desafortunadamente, no parece como si eso fuera a suceder; el 9/11 ha
cambiado todo tan profundamente que parece como si no habrá ningún disfrute
para nadie durante un plazo muy, pero muy largo.
¿Cómo pudo suceder esto?
La respuesta es que el valor de las “buenas épocas” de unas pocas
generaciones dio lugar al déficit social descrito arriba, con respecto a las
habilidades psicológicas y la crítica moral. Largos períodos de
preocupación con uno mismo y “acumulando beneficios” para uno mismo
disminuye la capacidad de leer con exactitud el ambiente y a otras personas.
Pero la situación es más seria que solo una debilidad generalizada de una
sociedad que podría “ser endurecida” con un poco de “épocas difíciles”.
Lobaczewski escribe:
Los rasgos psicológicos de cada una de esas crisis son únicos para la
cultura y el tiempo, pero un denominador común que existe al principio de
esos “malos tiempos” es una exacerbación de la condición histérica de la
sociedad. La emotividad dominante en la vida del individuo, la colectiva y
política, combinada con la selección subconsciente y sustitución de
información en el razonamiento, conducen a un egotismo individual y
nacional.
La manía de tomar las ofensas a pecho provoca constante venganza, tomando
ventaja de la hiper-irritabilidad y poca crítica por parte de otros. Es este
rasgo, esta histerización de la sociedad que la que capacita a los
planeadores patológicos, encantadores de serpientes y otros primitivos
desviados a actuar como factores esenciales en los procesos del origen del
mal a una escala macro-social.
¿Quiénes son exactamente estos “organizadores patológicos” y que es lo que
puede motivar a tales individuos durante tiempos que son generalmente
entendidos por otros como “buenos”? Si los tiempos son “buenos”, ¿porqué
quisiera alguien urdir y generar el mal?
Bien, ciertamente, la actual administración estadounidense ha surgido con
una respuesta:
“Nos odian por nuestras libertades”.
Este es un típico ejemplo de “selección y sustitución de información en el
razonamiento” el cual es voluntaria y alegremente aceptado como explicación
por el público, debido a sus déficit de capacidades psicológicas y crítica
moral.
Lobaczewski:
Los filósofos actuales que desarrollan las meta-éticas están intentando
presionar hacia adelante en su comprensión, y el deslizarse y resbalar a lo
largo del espacio elástico que conduce a un análisis del lenguaje de ética,
ellos contribuyen hacia la eliminación de algunas imperfecciones y hábitos
de la lengua conceptual natural. Sin embargo, es tentador para un científico
penetrar en este núcleo siempre-misterioso. […]
Si los médicos se comportasen como éticos y no pudieran estudiar
enfermedades, porque están solamente interesados en estudiar cuestiones de
salud, no habría tal cosa como la medicina moderna. […]
Los médicos estaban en lo correcto en su énfasis en estudiar las
enfermedades sobre todo, para poder descubrir las causas y propiedades
biológicas de la enfermedad, y luego entender las patodinámicas de sus
cursos. Una comprensión de la naturaleza de una enfermedad, y el curso que
ésta toma, después de todo, capacita los medios curativos apropiados a ser
elaborados y empleados. […]
No obstante, surge la pregunta: ¿podría algún modus operandi análogo no ser
usado para estudiar las causas y el génesis de otras clases de males que
azotan a individuos humanos, familias y sociedades? La experiencia le ha
enseñado al autor que el mal es similar a la enfermedad en su naturaleza,
aunque posiblemente más complejo y evasivo a nuestro entendimiento. […]
Paralelamente al abordamiento tradicional, los problemas comúnmente
percibidos como siendo morales, también pueden ser tratados en base a la
información provista por la biología, la medicina y la psicología, ya que
los factores de esta clase están simultáneamente presentes en la cuestión
como un todo. La experiencia nos ensaña que una comprensión de la esencia y
génesis del mal, generalmente hacen uso de información de éstas áreas. […]
El pensamiento filosófico puede haber engendrado todas las disciplinas
científicas, pero este último no maduró hasta que se independizó, basado en
información detallada y en una relación hacia otras disciplinas que
suministran esta información.
Estimulado por el a menudo descubrimiento “coincidente” de estos aspectos
naturalistas del mal, el autor inició la metodología de la medicina; un
psicólogo clínico y un compañero de trabajo que es médico de profesión, él
tenía, de todas maneras tales tendencias. Como en el caso de los médicos y
la enfermedad, él tomó los riesgos del contacto cercano con el mal, y sufrió
las consecuencias. Su propósito era comprobar las posibilidades de entender
la naturaleza del mal, sus factores etiológicos y rastrear sus
patodinámicas. […]
Una nueva disciplina surgió: Ponerología. El proceso del génesis del mal fue
llamado correspondientemente “Ponerogénesis.” […]
Se pueden recoger considerables ventajas morales, intelectuales y practicas
de la comprensión del génesis del Mal, gracias a la objetividad requerida
para estudiarla desapasionadamente. La herencia humana sobre éticas no se
destruye tomando tal acercamiento.: realmente se fortalece, porque el método
científico puede ser utilizado para confirmar los valores básicos de las
enseñanzas morales.
Entender la naturaleza de la patología macro-social nos ayuda a encontrar
una actitud saludable y al mismo tiempo proteger nuestras mentes de ser
controladas o envenenadas con contenidos enfermos y con influencias de su
propaganda.
Solamente podremos conquistar este enorme y contagioso cáncer social si
comprendemos su esencia y sus causas etiológicas.
Tal comprensión de la naturaleza del fenómeno nos conduce a la conclusión
lógica que las medidas para sanar o reordenar el mundo hoy deberán ser
completamente diferentes de las usadas hasta ahora para resolver los
conflictos internacionales. Es también verdad que, meramente teniendo el
conocimiento y conciencia del fenómeno del génesis del Mal macro-social
puede comenzar a sanar a humanos individualmente y ayudar a sus mentes a
recuperar la armonía. […]
Lobaczewski discute el hecho que los “malos tiempos” parecen tener un
“propósito” histórico. Parece que el sufrir durante tiempos de crisis
conduce a una actividad mental dirigida a resolver o a terminar con el
sufrimiento. La amargura de la pérdida invariablemente conduce a una
regeneración de valores y empatía.
Lobaczewski:
Cuando llegan los malos tiempos y la gente está abrumada por un exceso del
mal, deberán recoger todas sus fuerzas físicas y mentales para luchar por la
existencia y proteger la razón humana. La búsqueda de la salida de las
dificultades y peligros re-enciende energías o discreciones largamente
enterradas. Tales personas tienen la tendencia inicial de confiar en la
fuerza, para contraatacar la amenaza.; ellos podría, por ejemplo,
convertirse en “detonadores de felicidad” (“trigger happy”) o dependientes
de ejércitos.
Lenta y laboriosamente, sin embargo, ellos descubren las
ventajas conferidas por el esfuerzo mental; un mejorado entendimiento de las
situaciones psicológicas en particular, mejor diferenciación de los
caracteres humanos y personalidades, y finalmente, la comprensión de los
adversarios. Durante tales tiempos, las virtudes que generaciones anteriores
relegaron a motivos literarios recuperan su sustancia verdadera y útil y se
vuelven estimadas por su valor. Una persona sabia, capaz de dar buen consejo
es altamente respetada.
Parece que ha habido muchos de esos “malos tiempos” en el curso de la
historia humana, y fue durante tales tiempos que los grandes sistemas de
éticas fueron desarrollados. Desafortunadamente, durante los “buenos
tiempos” nadie quiere escuchar acerca de ello. Ellos quieren “disfrutar” las
cosas, tener placer y experiencias placenteras, y así, cualquier literatura
que se relacione a esos tiempos se pierde, se olvida, es suprimida o
ignorada. Esto conduce a más desgaste de la corriente intelectual y abre una
brecha para que los malos tiempos vengan de Nuevo.
Si se hiciera una colección de todos los libros que describen los horrores
de las guerras, las crueldades de las revoluciones y los hechos sangrientos
de líderes políticos y sistemas, la mayoría de las personas evitarían tal
biblioteca. En tal biblioteca, los antiguos trabajos serían encontrados
junto con libros escritos por historiadores contemporáneos y reporteros. La
evidencia documentada de la exterminación alemana y los campos de
concentración, completa con datos estadísticos secos, describiendo la
“labor” bien-organizada de la destrucción de la vida humana, sería observado
que ésta usa un lenguaje apropiadamente tranquilo, y proporcionaría la base
para reconocer la naturaleza del mal.
La autobiografía de Rudolf Hess, el comandante de los campos en Osweicim
(Auschwitz) y Brzezinka, (Birkenau) es un ejemplo clásico de cómo siente y
piensa un psicópata inteligente.
Nuestra biblioteca de la muerte incluiría trabajos filosóficos que discuten
los aspectos sociales y morales del génesis del Mal, mientras que usan la
historia para justificar en parte las “soluciones” empapadas de sangre.
La biblioteca mostraría al lector alerta una clase de evolución desde las
actitudes primitivas, de que está bien esclavizar y asesinar a la gente
vencida, hasta el día presente, moralizando lo que declara que tal conducta
es barbárica y digna de condenación.
Sin embargo, a tal biblioteca le estaría faltando un tomo crucial: no habría
un solo trabajo ofreciendo suficiente explicación de las causas y procesos
por los cuales se originan tales dramas históricos, de cómo y porqué los
seres humanos periódicamente se degeneran para convertirse en locos
sedientos de sangre.
Las viejas preguntas seguirían sin contestar: ¿Qué hizo que esto sucediera?
¿Lleva cada uno de nosotros las semillas del crimen dentro de sí, o solo
algunos de nosotros?
Sin importar cuan fiel a los eventos, ni cual psicológicamente exactos
puedan ser los libros disponibles, no pueden contestar a esas preguntas ni
pueden explicara totalmente el origen del Mal.
Así, la humanidad está en gran desventaja, porque sin una explicación
científica completa de los orígenes del Mal, no hay posibilidad del
desarrollo de suficientes principios efectivos para contrarrestar el Mal.
La mejor descripción literaria de una enfermedad no puede producir un
entendimiento de su etiología esencial, y por eso no puede suministrar
principios para tratamientos. De la misma manera, las descripciones de
tragedias históricas son incapaces de elaborar medidas efectivas para
contrarrestar el génesis, la existencia o la extensión del Mal.
Al usar el lenguaje natural para discutir conceptos psicológicos, sociales y
morales, nosotros nos encontramos con que solamente podemos producir una
aproximación, lo cual nos conduce a una irritante sospecha de desamparo.
Nuestro sistema ordinario de conceptos no está investido con el contenido
factual necesario – observaciones científicas acerca del Mal – lo cual
permitiría una comprensión de la calidad de los muchos factores
(particularmente los psicológicos), los cuales están activos antes y durante
el nacimiento de las épocas crueles de la inhumanidad.
. Sin embargo los autores de algunos de los libros que encontraríamos en
nuestra Biblioteca del Mal tomaron mucho cuidado en infundir sus palabras
con la precisión apropiada, como si estuvieran esperanzados de que alguien,
alguna vez, usaría sus registros para explicar lo que ellos mismos no
pudieron explicar, aun en el mejor lenguaje literario.
La mayoría de los seres humanos estarían horrorizados por tal literatura.
Las sociedades hedonísticas (auto-indulgentes) tienen una fuerte tendencia a
estimular el escape hacia la ignorancia o hacia doctrinas ingenuas. Algunas
personas sienten, incluso, desprecio por el sufrimiento de otros.
Es verdad que, rastreando los mecanismos de conducta del génesis del Mal,
uno debe guardar el aborrecimiento y el miedo bajo control, someterse a una
pasión por la ciencia y desarrollar un punto de vista tranquilo, necesario
en la historia natural
Este libro aspira tomar al lector de la mano hacia un mundo más allá de los
conceptos e imaginaciones en los cuales ha confiado y usado desde la niñez.
Esto es necesario, debido a los problemas que enfrenta nuestro mundo, cosas
que ya no podemos ignorar, o ignorar solo frente al peligro de toda la
humanidad. Debemos darnos cuenta que ya no somos capaces de distinguir el
camino a una catástrofe nuclear del camino a la dedicación creativa, a menos
que entremos más allá del mundo subjetivo de los bien-conocidos conceptos, y
debemos también darnos cuenta que este mundo subjetivo fue escogido por
nosotros, por poderosas fuerzas en contra de las cuales nuestra nostalgia
por las ideas hogareñas, humanas, sobre calor y seguridad no cuadran.
El mal moral y psicobiológico está entrelazado por medio de tantas
relaciones causales y mutuas influencias, que solo puede ser separado por
medios de la abstracción. Sin embargo, la capacidad de distinguirlas
cualitativamente nos protege de interpretaciones moralizantes que pueden
envenenar tan fácilmente la mente humana, de una manera insidiosa.
Los fenómenos macro-sociales del Mal, los cuales constituyen el objetivo más
importante de este libro parecen estar sujetos a las mismas leyes de la
naturaleza que funcionan dentro de los seres humanos a niveles individuales
o de pequeños grupos. El papel de personas con varios defectos psicológicos
y anomalías de un bajo nivel clínico parecen ser una característica perenne
de tal fenómeno.
En el fenómeno macro-social donde el Mal funciona desenfrenado, la
“Patocracia”, una cierta anomalía hereditaria aislada como “psicopatía
esencial” es catalítica y causativamente esencial para el génesis y la
supervivencia de tal estado. […].
Este último comentario es la clave para
“grandes conspiraciones” de las cuales muchos están convencidos de que no
puede existir. El Dr. Lobaczewski discute las clases de individuos que
forman una “Patocracia” o “gobierno psicopático”, y más allá, el elabora
detalles acerca de los psicópatas, basado en sus estudios y en los estudios
de aquellos con los cuales el estaba asociado, que nunca han sido
abiertamente discutidos hasta ahora, como puedo decirlo después de leer
muchas miles de páginas de material en el tema generado, en el Occidente.
Por otra parte, el Dr. Lobaczewski emprendió sus estudios “en el vientre de
la bestia”, por así decirlo, con “especímenes” vivos. El valor de tal
estudio no puede ser exagerado.
Los procesos patológicos han tenido históricamente una profunda influencia
en la sociedad humana, mucho debido al hecho de que muchos individuos con
caracteres deformados han desempeñado papeles excepcionales en la formación
de construcciones sociales. Es provechoso tener cierto fondo en esto.
El Dr. Lobaczewski escribe:
El tejido cerebral es muy limitado en su habilidad regeneradora. Si se daña
y este cambio sana posteriormente, toma lugar un proceso de rehabilitación,
gracias al cual el tejido sano en la vecindad toma la función de la porción
dañada. Esta sustitución nunca es tan perfecta, así pues, algunos déficits
en lo que concierne a la habilidad y los procesos psicológicos apropiados
pueden ser detectados, aun en casos de un daño muy pequeño, usando las
pruebas apropiadas.[…]
En cuanto a los factores patológicos de los procesos ponerogénicos, los
daños perinatales o de la temprana infancia tienen resultados más activos
que los daños que ocurren más tarde.
En sociedades con asistencia
médica altamente desarrollada, encontramos entre los grados más bajos de
las escuelas elementales, que de 5 a 7 % de los niños han sufrido
lesiones en el tejido cerebral, que causan ciertas dificultades
académicas o conductuales.[…]
Esto es realmente un figura que causa miedo. Si nos damos cuenta que aun un
porcentaje más alto de las generaciones previas han sufrido lesiones en el
tejido cerebral durante un tiempo donde los cuidados médicos perinatales o
neonatales no estaban altamente desarrollados, sin mencionar el daño que
pudiera sufrirse entre aquellas poblaciones ahora en donde tales cuidados
son todavía primitivos, podemos entender que mucho de nuestra propia cultura
ha sido formada por gente con daños cerebrales y nosotros nos enfrentamos
con tratar con un mundo en el cual individuos con daño cerebral tienen
influencia importante en las construcciones sociales.
Tenga en mente que si su abuelo sufrió daño cerebral neonatal o perinatal,
si esto afectó cómo el crió a alguno de sus padres, esto afecta en cómo este
padre lo crió a usted.
La Epilepsia constituye el resultado conocido más antiguo de tales lesiones;
se observa en relativamente pequeños números de personas que sufren tal
daño. Los Investigadores en estas materias están más o menos unánime en
creer que Julio César y luego más tarde Napoleón Bonaparte tenían ataques
epilépticos. El grado hasta el cual estas dolencias tienen un efecto
negativo sobre sus caracteres y toma de decisiones histórica, o desempeñó un
papel ponerogénico, éste puede ser tema de un estudio por separado. En la
mayoría de los casos, sin embargo, la epilepsia es una dolencia evidente, la
cual limita su papel como factor ponerogénico.
En una parte mucho más grande de los portadores de tejido cerebral dañado,
la deformación negativa de sus caracteres crece con el tiempo. Adquiere
varios cuadros mentales, dependiendo de las propiedades y localizaciones del
daño, su tiempo de origen y también las condiciones de vida del individuo
después de que esto ocurre. A los desórdenes de carácter resultantes de tal
patología los llamaremos “caracteopatías.”
Algunas caracteopatías juegan un papel importante como agentes patológicos
en los procesos del génesis del mal a una escala social grande. […]
Un ejemplo relativamente bien-documentado de tal influencia de una
personalidad caracteopática a escala macro-social fue el último emperador
alemán,
Wilhelm II. El estuvo sujeto a trauma cerebral en su nacimiento.
Durante y después de su reinado entero, su discapacidad física y psicológica
fue escondida del conocimiento público. Las habilidades motores de la
porción superior izquierda de su cuerpo estaban discapacitadas.
Cuando era un muchacho, él tenía dificultades para aprender gramática,
geometría y dibujo, lo cual constituye la típica tríada de las dificultades
académicas causadas por lesiones cerebrales menores. El desarrolló una
personalidad con rasgos infantiles y un control insuficiente sobre sus
emociones, y también un modo algo paranoico de pensar, lo cual fácilmente
evadió el corazón de algunos asuntos importantes en el proceso de esquivar
problemas.
Poses militares y un uniforme de general sobre-compensaba sus sensaciones de
inferioridad, y efectivamente disfrazó sus defectos. Políticamente, el
escaso control de sus emociones y los factores de rencores personales
entraron en juego. El viejo Canciller de Hierro tuvo que irse, ese astuto y
despiadado político quien había sido fiel a la monarquía y había acumulado
el poder prusiano.
Después de todo, el también era demasiado conocedor de los defectos del
príncipe, y había trabajado en contra de su coronación. Un destino similar
corrieron otras personas excesivamente críticas, quienes fueron substituidas
por personas con menos cerebro, más serviles y a veces con pequeñas
desviaciones psicológicas
Tuvo lugar una selección negativa.
Observe este último término: “tuvo lugar una selección negativa.”
Esto es por decir, un cabecilla de estado seleccionó su personal, su
gobierno, basado en su propia visión del mundo patológicamente dañada. Estoy
seguro que el lector podrá percibir cuan peligrosa puede ser tal situación
para las personas gobernadas por tal grupo “negativamente seleccionado”.
Lo importante a considerar aquí es que efecto tuvo esto en las
construcciones sociales bajo la regla de tales individuos.
Lobaczewski explica:
La experiencia de gente con tales anomalías se sale del mundo humano normal
al cual pertenecen por naturaleza. Así, su manera diferente de pensar, su
violencia emocional y su egotismo encuentran relativamente fácil entrada
hacia las mentes de otras personas, y son percibidos dentro de las
categorías de la visión natural del mundo.
Tal comportamiento por parte de personas con tales desórdenes de carácter
traumatiza las mentes y sentimientos de las personas normales, disminuyendo
gradualmente su habilidad para usar su sentido común. A pesar de su
resistencia, las personas se acostumbran a los rígidos hábitos del
pensamiento y la experiencia patológica. En gente joven, como resultado, la
personalidad sufre un desarrollo anormal, conduciendo a una mal formación.
Esto, pues, representa factores patológicos ponerogénicos, los cuales, pues
su actividad encubierta, fácilmente engendra nuevas fases en el génesis
eterno del mal, abriendo la puerta a una activación más tarde de otros
factores que asumen el control sobre el papel principal. […]
[En el caso del efecto de Wilhelm II], muchos alemanes fueron
progresivamente privados de su habilidad para usar su sentido común, debido
al choque del material psicológico del tipo caracteopático, ya que el pueblo
es propenso a identificarse con el emperador…
Una nueva generación creció con deformidades en cuanto a realidades morales,
psicológicas sociales y políticas. Es extremadamente típico que en muchas
familias alemanas haya un miembro que no es muy normal psicológicamente, se
volvió una cuestión de honor (incluso excusando una conducta infame) para
esconder este hecho de la opinión pública – y aun la conciencia de amigos
cercanos y parientes. Grandes porciones de sociedad ingirieron material
psicopatolólgico, junco con esa manera irrealista de pensad, donde los lemas
adquieren la energía de argumentos y los datos reales son sujetos a
selección subconsciente.
Esto ocurrió durante una época de historia estaba creciendo a través de
Europa, incluyendo una tendencia de que las emociones dominaran y que el
comportamiento humano contuviera un el elemento de drama. […] Esto
progresivamente asumió el control de tres imperios y otros países en el
continente.
¿En que medida contribuyó Wilhelm II a esto, junto con otros dos emperadores
cuyas mentes tampoco admitieron los hechos más reales de historia y
gobierno? ¿En que medida fueron ellos mismos influenciados por una
intensificación de histeria durante sus reinados?
Este sería un interesante tópico de discusión entre historiadores y
ponerologistas.
Se incrementaron las tensiones internacionales; el Archiduque Fernando fue
asesinado en Sarajevo. No obstante, ni el Kaiser ni ninguna otra autoridad
gubernamental en su país poseyó razón. (Debido al proceso de selección
negativa ya mencionado.) Lo que entró en juego fue la actitud emocional de
Wilhelm y los estereotipos de pensamiento y acción heredadas del pasado.
Estalló la Guerra. Los planes generales de Guerra fueron preparados con
anterioridad, los cuales habían perdido su actualidad bajo las nuevas
condiciones, se desplegaron más como maniobras militares. Incluso aquellos
historiadores familiares con el génesis y carácter del estado prusiano,
incluyendo su tradición ideológica de sangriento expansionismo, intuyen que
esas situaciones contenían alguna actividad de una incomprendida fatalidad,
la cual elude el análisis en términos de causalidad histórica.
Muchas personas pensantes siguen preguntándose la misma pregunta ansiosa:
¿Cómo pudo, la nación alemana, haber elegido por Caudillo a un payaso
psicópata quien no hizo secreta su visión patológica del gobierno del super
hombre?
Bajo su dirección, Alemania, entonces desencadenó una segunda Guerra,
criminal y políticamente absurda. Durante la segunda mitad de esta guerra,
los oficiales del ejército altamente entrenados, ejecutaron honorablemente
órdenes inhumanas, totalmente sin sentido desde el punto de vista político y
militar, emitidas por un hombre cuyo estado psicológico corresponde al
criterio de ser forzosamente confinado a una hospitalización psiquiátrica.
Cualquier tentativa de explicar las cosas que ocurrieron durante la primera
mitad de nuestro siglo por medio de categorías generalmente aceptadas en el
pensamiento histórico, deja una sensación de inadecuación. Solamente un
abordamiento ponerológico puede compensar este déficit en nuestra
comprensión, ya que hace justicia al papel de varios factores patológicos en
el génesis del mal en cada nivel social.
Alimentado durante generaciones en material psicológico, patológicamente
alterado, la nación alemana cayó en un estado comparable a lo que vemos en
ciertos individuos criados por personas que son caracteópatas histéricas.
Los psicólogos saben por experiencia cuántas veces esa gente, entonces,
comete actos que seriamente lastiman a otros. […]
Los alemanes inflingieron y sufrieron enorme dolor durante la primera Guerra
Mundial; no sentían, así, ninguna culpabilidad substancial, e incluso creían
que habían sido maltratados, ya que se comportaban de acuerdo con su
acostumbrado hábito de no se conscientes de sus causas patológicas. La
necesidad para cubrir este estado en heroico garbo después de la guerra,
para evitar una amarga desintegración se volvió muy común.
Se levantó un
misterioso anhelo, como si el organismo social se … volvió adicto a alguna
droga. Esta era el hambre de material psicológico patológicamente modificado
un fenómeno conocido a la experiencia psicoterapéutica. Esta hambre solo
podía ser satisfecha por otra personalidad y sistema de gobierno, ambos
similarmente patológicos.
Una personalidad caracteopática abrió la puerta al liderazgo por un
individuo psicopático.
Lo que es interesante a este punto en el discurso de
Lobaczewski es su
indicación que este patrón se repite a sí mismo una y otra vez en la
historia: un individuo con el cerebro patológicamente dañado crea
circunstancias que condicionan al público de cierta manera, y esto,
entonces, abre la puerta para que el psicópata venga a accionar.
Mientras leo esto, pensé en los últimos 45 o 50 años de la historia en los
Estados Unidos, y realicé que la “Guerra fría”, la amenaza nuclear, el
asesinato de JFK, las bufonadas de Nixon, Johnson, Reagan, Clinton, la
manipulación de los estadounidenses por medio de los medios de comunicación
fueron tales acondicionamientos caracteopáticos que abrieron la puerta para
los Neocons y su marioneta nominal, George W. Bush, quien puede ser
ciertamente descrito como,
“un psicópata payaso quien no esconde su visión patológica del
super-gobierno estadounidense.”
Incluso podemos ver en el grupo que está reunido alrededor de
George W.
Bush, la misma “selección negativa” de consejeros y funcionarios de gabinete
como los describe Lobaczewski que estaban reunidos alrededor del Emperador
Wilhelm.
Así, pues, comenzamos a comprender cuan importante esta “ciencia del mal
adaptada para propósitos políticos” puede ser y de cuánto entendimiento
carecemos nosotros, como sociedad.
Para entender exactamente cómo una sociedad entera, aun una nación entera
puede convertirse en Patocracia, necesitamos entender un poco acerca de los
tipos de individuos que componen la base de tal “conspiración.”
Lobaczewski discute las más frecuentes
caracteopatías y su relación a
lesiones cerebrales, dando algunos ejemplos.
Desórdenes Paranoicos de Carácter
Es característico de una conducta paranoica que la gente sea capaz de un
razonamiento y discusión relativamente correcto, mientras la conversación
involucre diferencias menores de opiniones. Esto para abruptamente cuando
los argumentos del otro comienzan a minar sus ideas sobrevaloradas, machacan
sus estereotipos de razonamiento largamente sostenidos, o los fuerzan a
aceptar una conclusión que subconscientemente han rechazado antes. Tal
estímulo libera sobre el otro un torrente de elocuciones insultantes
pseudo-lógicas, muy para-moralísticas, las cuales siempre contienen algún
grado de sugerencia.
Elocuciones como éstas inspiran aversión entre las personas lógicas y
cultivadas, pero esclavizan a mentes menos críticas, es decir a personas con
otras clases de deficiencias psicológicas, quienes fueron anteriormente
objetos de influencias egotistas por individuos con desórdenes de carácter,
y en particular una gran parte de los jóvenes. […]
Sabemos hoy que el mecanismo psicológico del fenómeno paranoide es doble:
uno es causado por daño en el tejido cerebral, el otro es funcional o
conductual. […]
En personas libres de daños en el tejido cerebral, tal fenómeno ocurre más
frecuentemente como resultado de ser criados por personas con caracteopatía
paranoides, junto con el terror psicológico de su niñez. Tal material
psicológico es, entonces, asimilado, creando rígidos estereotipos de
sufrimiento anormal. Esto hace difícil que el pensamiento y la visión del
mundo se desarrollen normalmente, y el contenido, bloqueado por el terror,
se transforma en centros congestivos funcionales permanentes. […]
Caracteopatía Frontal
Las áreas frontales de la corteza cerebral (10ª y B, según la
división Brodmann -
Brodmann division) no están virtualmente presentes en ninguna otra
criatura excepto el hombre; están compuestas del tejido nervioso
filogenético más joven. Su cito-arquitectura es similar a las áreas de
proyección visual más antiguas en el polo opuesto del cerebro. Esto sugiere
alguna similitud funcional. […] Como descrito por investigadores (Luria y
otros), las funciones de estas áreas – la aceleración y la coordinación del
proceso de pensamiento parecen ser el resultado de esta función básica.
El daño en ésta área … ha sido significativamente reducido, debido a la
mejorada asistencia médica en mujeres embarazadas y recién nacidos. El
espectacular papel ponerogénico, que resulta de los desórdenes de carácter
causados por esto, pueden ser considerados algo característico de
generaciones pasadas y de culturas primitivas.
El daño a la corteza cerebral en éstas áreas selectivamente deteriora la
función arriba mencionada, sin deteriorar la memoria, la capacidad
asociativa, o, en particular tales sensaciones basadas en el instinto y
funciones, como por ejemplo la habilidad de intuir una situación
psicológica. No obstante, la inteligencia general de un individuo no es
grandemente reducida. […]
El carácter patológico de tales personas, generalmente conteniendo un
componente de histeria, se desarrolla a través de años. Las funciones
psicológicas no-dañadas se vuelven sobre desarrolladas para compensar, lo
cual significa que predominan las reacciones instintivas y afectivas. Las
personas relativamente vitales se vuelven beligerantes, brutales, y les
gusta tomar riesgos, tanto en palabras como en hechos.
Las personas con talento innato para intuir situaciones psicológicas tienden
a tomar ventaja de este don de manera egotista y despiadada. En el proceso
de pensamiento de tales personas, se desarrolla un camino de atajo, el cual
puentea la función de discapacidad, conduciendo así, de asociaciones
directamente a palabras, hechos y decisiones las cuales no están sujetas a
ninguna disuasión.
Tales individuos interpretan su talento para intuir situaciones y tomar
decisiones sobre-simplificadas en fracciones de segundo, como signo de su
superioridad comparados a las personas normales, quienes necesitan pensar
durante mucho tiempo, experimentando auto-duda y motivaciones que están en
conflicto. El destino de tales criaturas no merece ser largamente ponderado.
Tales “caracteres Stalinísticos” traumatizan y activamente hechizan a otros,
y su influencia encuentra excepcionalmente fácil puentear los controles del
sentido común. Una gran proporción de gente tiende a acreditar a tales
individuos con poderes especiales, sucumbiendo así a sus creencias
egotistas. Si un padre manifiesta tal defecto, sin importar cuan mínimo,
todos los hijos de la familia evidencian anomalías en el desarrollo de la
personalidad.
El autor estudió una generación entera de gente mayor y educada, donde la
fuente de tal influencia era la hermana mayor, quien sufría de daño
perinatal en los centros frontales. Desde la temprana niñez, sus cuatro
hermanos menores asimilaron material patológicamente alterado
psicológicamente, incluyendo el componente cada vez mayor de la histeria de
la hermana.
Ellos retuvieron bien hasta bien entrados los sesenta años las deformidades
de personalidad y visión del mundo, así como rasgos histéricos, causados
así, cuya intensidad disminuyó en proporción a la mayor diferencia en edad.
La selección subconsciente de información hizo imposible para ellos percibir
algún comentario crítico relacionado con el carácter de su hermana, también
éstos eran capaces de ofender el honor familiar. Los hermanos aceptaron como
reales las alucinaciones y quejas acerca de su “mal” esposo (quien era
realmente una persona decente) y su hijo, en quien ella encontró un chivo
expiatorio para vengarse de sus faltas.
De tal modo participaron en un mundo de emociones vengativas, considerando a
su hermana una persona completamente normal, a quien estaban preparados a
defender – por métodos infames, si fuese necesario – en contra de cualquier
sugerencia a su anormalidad. Ellos pensaban que las mujeres normales eran
insípidas e ingenuas, buenas para nada, siendo solamente una conquiste
sexual. Ni uno entre los hermanos creó jamás una familia saludable, o
desarrolló siquiera una sabiduría promedio de vida.
El desarrollo del carácter de éstas personas también incluía muchos otros
factores dependientes del tiempo y lugar en el cuales fueron criados: el
cambio de siglo, con un padre patriótico polonés y una madre alemana que
obedecía a la costumbre contemporánea, formalmente aceptando la nacionalidad
de su esposo, pero quien permaneció siendo defensora del militarismo y
aceptando la histeria intensificada que cubría a Europa en ese entonces.
Esa era la Europa de los tres Emperadores: El concepto del triunfo
santificado por el “honor”. El mirar a alguien fijamente durante mucho rato
era suficiente pretexto para un duelo. Estos hermanos fueron, pues criados
para ser valientes duelistas llenos de cicatrices de sablazos; sin embargo,
las rayas verticales que ellos inflingían a sus oponentes eran más
frecuentes y mucho peores. […]
[Dejando de lado las consideraciones del tiempo y lugar], si la hermana no
hubiera sufrido daño cerebral y en los factores patológicos no hubieran
existido, el mal [de estos hombres] sembrado demasiado liberalmente durante
sus vidas, no hubiera existido para nada, o bien hubiera sido reducido a un
alcance acondicionado por factores patológicos más remotos. […]
Las consideraciones comparativas también guiaron al autor a concluir que
Iosif Vissarionovich Dzhugashvili también conocido como Stalin, debería ser
incluido en la lista de esta caracteopatía ponerogénica, la cual se
desarrolló contra el contexto del daño perinatal a sus campos cerebrales
pre-frontales de su cerebro.
La literatura y las noticias acerca de el abundan en indicadores: brutal,
con encanto de encantador de serpientes; emisor de decisiones irrevocables;
crueldad inhumana, venganza patológica dirigida hacia cualquiera que se
interpusiera en su camino; la creencia egotista de su propio genio en la
parte de una persona cuya menta era, de hecho, promedio. Este estado explica
también su dependencia psicológica de un psicópata como Beria. Algunos
fotógrafos revelan la típica deformación de su frente, la cual aparece en
personas que sufren un daño muy temprano de las áreas mencionadas arriba.
[…]
Caracteopatías inducidas por Drogas
Durante las últimas pocas décadas, la medicina ha comenzado a usar una serie
de drogas con serios efectos secundarios: éstas atacan el sistema nervioso,
dejando daño permanente detrás. Estas desventajas, generalmente discretas, a
veces dan cabida a cambios de personalidad, los cuales son a menudo
socialmente dañinos. La estreptomicina ha probado ser una droga muy
peligrosa; como resultado, algunos países han limitado su uso, mientras que
otros la han quitado de la lista de drogas permitidas.
Las drogas citostáticas [tratamientos del cáncer], usadas para tratar
enfermedades neoplásticas a menudo atacan el tejido filogenético cerebral
más viejo, el principal portador de nuestro substrato instintivo y
sensaciones básicas. Las personas tratados con tales drogas tienen
progresivamente a perder su color emocional y su habilidad para intuir una
situación sicológica. Ellos retienen sus funciones intelectuales, pero se
vuelven unos egocéntricos anhelando constante alabanzas, fácilmente
dominados por personas que saben cómo tomar ventaja de esto.
Se vuelven indiferentes a los sentimientos de otras personas, y el daño que
están inflingiendo sobre ellas, cualquier crítica de su propia persona o
comportamiento es pagado con una venganza. Tal cambio de carácter en una
persona que recientemente gozaba de respeto por parte de su ambiente o
comunidad, que persevera en las mentes humanas, se vuelve un fenómeno
patológico, causando, a menudo, resultados trágicos.[…]
Similar al cuadro descrito anteriormente, tales resultados pueden ser
causados por toxinas endógenas o virus. Cuando a veces las paperas operan
con una reacción cerebral, deja en su estela una pálida sensación o carencia
de sensaciones y una leve disminución en eficiencia mental. Un fenómeno
similar es visto después de un combate difícil con la difteria. Finalmente,
la poliomelitis también ataca el cerebro. [..]
La gente con parálisis de piernas raramente manifiesta estos efectos, pero
aquellos con parálisis de la nuca y/u hombros debe considerarse con suerte
si no lo hacen. Además, de carencia afectiva, las personas manifestando esos
efectos usualmente evidencian una discapacidad para comprender la raíz de
una cuestión o bien ingenuidad. […]
Las anomalías de carácter que se desarrollan como resultado de daño en el
tejido cerebral se comportan como factores insidiosos ponerogénicos. Como
resultado de los rasgos arriba descritos, [influencias ponerogénicas]
fácilmente se anclan en las mentes humanas, traumatizando nuestras psiquis,
empobreciendo y deformando nuestros pensamientos y sentimientos, y limitando
la capacidad de los individuos y sociedades de usar el sentido común y
reconocer una situación psicológica o moral.
Esto abre la puerta para otros caracteres patológicos que más frecuentemente
acarrean algunas desviaciones psicológicas hereditarias. Ellos, entonces,
empujan a los individuos caracteopáticos hacia las sombras y proceden con su
trabajo ponerogénico. Esto es porqué varios tipos de caraceopatías
participan en los períodos iniciales del génesis del mal, tanto a escala
macro-social como a escala individual de familias humanas.
Un sistema social mejorado del futuro debe, pues proteger a individuos y
sociedades previniendo de personas con las desviaciones antedichas, o con
las características a ser discutidas más abajo, de cualquier función social
en donde el destino de otra gente dependería de su comportamiento. Esto, por
supuesto, aplica principalmente a las posiciones gubernamentales superiores.
Tales preguntas deberán ser decididas por una institución apropiada,
compuesta de personas con una reputación de sabiduría y con entrenamiento
médico y psicológico. Los rasgos de las lesiones de tejido cerebral y sus
resultados de desórdenes de carácter son mucho más fácilmente detectadas que
cualquier otra anomalía hereditaria.
Así, el sofocante proceso ponerogénico, quitando estos factores del proceso
de la síntesis del mal es efectivo durante las fases tempranas de tal
génesis, y mucho más fácil en la práctica.
Desviaciones Heredadas
La ciencia ya protege a las sociedades de los resultados de algunas
anomalías psicológicas, las cuales son acompañadas por ciertas debilidades
psicológicas. El trágico papel jugado por la hemofilia hereditaria entre la
realeza europea es bien conocido. Las personas responsables hoy en día están
ansiosas de no permitir que un portador de tal gen se vuelva rey o reina.
Cualquier sociedad que prodiga tanto cuidado entre individuos con
insuficiencia de coagulación sanguínea protestaría si un hombre con esta
anomalía estuviese designado a este alto cargo.
Este modelo conductual debería extenderse a muchas otras anomalías
hereditarias.
Las personas daltónicas con una capacidad deteriorada de distinguir los
colores rojo y verde del color gris tienen ahora una barrera de profesiones
en las cuales este impedimento podría causar alguna catástrofe. También
sabemos que esta anomalía está acompañada por una disminución de la
experiencia estética, emociones y la sensación de estar vinculado a una
sociedad de personas que pueden ver normalmente los colores. Los psicólogos
industriales son cautelosos si debería confiarse en tales personas para un
trabajo que implica dependencia de un sentido autónoma de responsabilidad,
ya que la seguridad de los trabajadores es un contingente sobre este
sentido.
Hace mucho tiempo fue descubierto que esta anomalía es heredada por medio de
un gen ubicado en el cromosoma X, y rastreando la transmisión a través de
muchas generaciones, no se encuentra con dificultad. Los genetistas también
han estudiado la herencia de otras características de los organismos
humanos, pero ponen escasa atención a las anomalías que nos interesan.
Muchos rasgos de carácter humano tienen base hereditaria en genes ubicados
en el mismo cromosoma X; aunque no es una regla. Algo similar podría aplicar
a la mayoría de las anomalías discutidas abajo. […]
Los problemas severos son causados por el kariotipo XYY (XYY karyotype), el
cual produce hombres que son altos, Fuertes y emocionalmente violentos…pero
su número y papel en el proceso ponerogénico es muy pequeño.
Mucho más numerosos son aquellas desviaciones que juegan un papel
correspondientemente mayor que los factores patológicos involucrando
procesos ponerológicos; son muy probablemente transmitidos a través de
maneras hereditarias normales.
Sin embargo, este reino de la genética se enfrenta con múltiples
dificultades biológicas y psicológicas.
Lobaczewski después describe un número de
patologías heredadas, tales como la
psicopatía esquizoide – ahora designada “desorden de personalidad de tipo
esquizoide” – sobre lo cual dice:
Los portadores de esta anomalía son hipersensitivos y desconfiados, pero le
ponen poca atención a los sentimientos de otros, tienden a asumir posiciones
extremas y son impacientes para tomar represalias para ofensas de menor
importancia. Son, a veces, excéntricos y raros. Su pobre apreciación de una
situación psicológica y la realidad los conduce a sobre-imponer
interpretaciones erróneas y peyorativas en cuanto a las intenciones de otras
personas. Ellos fácilmente se involucran en actividades que son
ostensiblemente morales, pero que realmente inflingen daño sobre sí mismos y
otros. Su visión psicológica del mundo los hace típicamente pesimistas.[…]
Cuando se encuentran envueltos en situaciones de extrema tensión, sus fallas
causan que colapsen fácilmente. … Los esquizoides frecuentemente caen en
estados psicóticos reactivos, tan similares en apariencia, a la
esquizofrenia, que conducen a diagnósticos erróneos.
Si la presión emocional en ellos es minimizada, son capaces de desarrollar
razonamiento especulativo apropiado, pero tienden a considerarse a sí mismos
intelectualmente superiores a la gente “ordinaria”.
La frecuencia cuantitativa de esta anomalía varía entre las razas. Es baja
entre los negros, y más alta entre judíos. La observación sugiere que es
automáticamente heredada.
Una actividad ponerológica esquizoide debería ser evaluada en dos aspectos.
A pequeña escala, tales personas le causan problemas a sus familias,
fácilmente se convierten en herramientas para intrigas en las manos de
individuos astutos, y generalmente hacen mal trabajo criando a la generación
más joven. […]
Sin embargo, su papel ponerogénico puede tomar proporciones macro-sociales
si su actitud hacia la realidad humana, y su tendencia para inventar grandes
doctrinas son puestas en papel y duplicadas en grandes ediciones.
A pesar de su típico déficit, o incluso una declaración abiertamente
esquizoide, sus lectores no se dan cuenta cómo es el carácter de sus
autores, y tienden a interpretar tales trabajos de una manera que
corresponda a su propia naturaleza. Las mentes de personas normales tienen
hacia una interpretación correctiva, gracias a la participación de su propia
visión psicológica del mundo más rica. No obstante, muchos lectores rechazan
tales trabajos con disgusto moral, pero sin estar conscientes de la causa
específica.
Un análisis del papel jugado por los trabajos de Karl Marx fácilmente revela
todos los tipos de percepciones arriba mencionados y las reacciones sociales
que engendraron separaciones entre las personas.
Psicopatía Esencial
Ahora llegamos a la patología más importante: la psicopatología o
psicopatía.
La Psicopatía no es, como mucha gente piensa, tan fácil de reconocer. El
problema es que el término “psicópata” ha llegado a ser usualmente aplicado
al público (debido a la influencia de los medios de comunicación) a obvios
asesinos locos. Hay tambi8én alguna a confusión respecto a la psicopatía
frente al “desorden de personalidad antisocial”.
Bonitas palabras, ¿no es así? Suenan tan limpias y cínicas; solamente una
persona que es “anti-social”. Casi sugiere un ermitaño que jamás molesta a
nadie. Pero nada podría estar más lejos de la verdad.
Robert Hare, el actual gurú estadounidense sobre la psicopatía escribe
acerca de este problema de terminología de la siguiente manera:
Tradicionalmente, los tratos afectivos e interpersonales, tales como la egocentricidad, engaño, poco afecto, manipulación, egoísmo y carencia de
empatía, culpa o remordimiento, han jugado un papel central en la
conceptualización y diagnóstico de la psicopatía (Cleckey; Hare 1993; en
prensa; Widiger y Corbitt).
En 1980, esta tradición fue rota con la publicación del DSM-III. Psicopatía
– renombrada como desorden de personalidad antisocial – ha sido ahora
definida por persistentes violaciones de normas sociales, incluyendo mentir,
robar, falta de clase, conducta laboral inconsistente y detenciones de
tráfico.
Entre las razones dadas para este dramático cambio fuera del uso de
inferencias clínicas estaba que los rasgos de personalidad son difíciles de
medir confiablemente, y que es más fácil convenir en los comportamientos que
caracterizan un desorden, que una de las razones del porqué ocurren. El
resultado fue una categoría de diagnóstico con buena confiabilidad pero con
dudosa validez, una categoría que ha carecido de congruencia con los otros
bien establecidos conceptos de la psicopatía. […]
Los problemas con el
DSM-III y su revisión de 1987 (DSM-III-R) fueron
ampliamente discutidos en la literatura e investigación clínica (Widger y
Corbitt). Mucho de la discusión se refirió a la ausencia de los rasgos de
personalidad en el diagnóstico del
ASPD (desorden de personalidad
antisocial), una omisión que permite que individuos antisociales con
personalidades completamente diferentes, actitudes y motivaciones compartan
el mismo diagnóstico. Al mismo tiempo, hay creciente evidencia que el
criterio del ASPD, defina un desorden que era más artifactual que
“verdadero” (Livesley y Schroeder). […]
La mayoría de psicópatas (con la excepción de aquellos que de alguna manera
pueden hacerse su camino a través de la vida sin llegar a un contacto formal
o prolongado con el sistema de justicia criminal satisfacen los criterios de
ASPD, pero la mayoría de individuos con ASPD no son psicópatas. […]
Las diferencias entre la psicopatía y el ASPD son destacadas más a fondo por
recientes investigaciones de laboratorio, implicando el proceso y uso de
información lingüística y emocional. Los Psicópatas difieren dramáticamente
de los no-psicópatas en su ejecución de una variedad de tareas cognitivas y
afectivas. Comparado con individuos normales, por ejemplo, los psicópatas
son menos capaces de procesar o usar los significados semánticos profundos
de la lengua y de apreciar la significancia emocional de eventos o
experiencias (Larbing y otros; Patrick; Williamson y otros). […]
Las cosas se vuelven aún más problemáticas si consideramos que la
descripción en el texto de DMS-IV del ASPD (que dice que es también conocido
como psicopatía) contiene muchas referencias a los rasgos tradicionales de
psicopatía. […]
La falla para diferenciar entre psicopatía y ASPD puede tener serias
consecuencias para los clínicos y la sociedad. Por ejemplo, la mayoría de
jurisdicciones consideras que la psicopatía es un factor agravante en vez de
ser un factor mitigante en determinar responsabilidad criminal. En algunos
estados, un ofensor convicto de asesinato en primer grado, y diagnosticado
como psicópata es probable que reciba la pena de muerte, considerando que
los psicópatas son de sangre fría, sin remordimientos, intratables y casi
seguro que vuelven a cometer los hechos.
Pero muchos de los asesinos que están ahora en fila de muerte, continúan
siendo erróneamente designados como psicópatas en base al criterio DSM-III,
DSM-III-R o DSM-IV para el ASPD (Meloy). No sabemos cuántos de estos
habitantes de las filas de muerte realmente exhiben la estructura de
personalidad del psicópata, o cuántos tienen simplemente los criterios para
ASPD, un desorden que aplica a la mayoría de criminales y que tiene
solamente una tenue implicación para tratamiento, y la probabilidad de
volver a cometer hechos violentos.
Si un diagnóstico de psicopatía tiene consecuencias de pena de muerte, u
otra disposición severa, como una sentencia indeterminada o un compromiso
civil – los clínicos que hacen los diagnósticos deberían estar seguros que
no confunden el ASPD con la psicopatía. […]
La confusión de diagnóstico sobre ambos desórdenes tiene el potencial de
dañar a los pacientes psiquiátricos y también a la sociedad.
En mi libro,
Without Conscience
(Sin Conciencia), yo argumento que vivimos
en una “sociedad camuflada”, una sociedad en la cual algunos rasgos
psicopáticos – egocentrismo, carencia de preocupación por otros,
superficialidad, estilo sobre sustancia, ser “cool”, la manipulación, etc.
son cada vez más tolerados e incluso valorados.
Con respecto al tópico de este artículo, es fácil ver cómo tanto los
psicópatas y aquellos con ASPD podrían mezclarse fácilmente dentro de grupos
que sostienen valores antisociales o valores criminales. Es más difícil
considerar cómo aquellos con ASPD pueden esconderse entre más segmentos pro-sociales de la sociedad. No obstante, los psicópatas tienen poca dificultad
infiltrándose en los dominios de los negocios, la política, aplicación de
leyes, gobierno, academia y otras estructuras sociales (Babiak).
Son los psicópatas egocéntricos, de sangre fría y sin remordimientos los que
se mezclan en todos los aspectos de la sociedad, y tienen un impacto tan
devastador sobre las personas alrededor de ellos que les da escalofríos a
los oficiales de aplicación de leyes.
Hare, Robert D. Psicopatía y Desorden de Personalidad Antisocial: un Caso de Confusión de
Diagnóstico.
Psychiatric Times, Febrero 1996: Vol. XIII Issue 2
Con respecto a la psicopatía esencial, Lobaczewski nos dice:
Permitámonos caracterizar otra anomalía transmitida por herencia, cuyo papel
en los procesos ponerogénicos a cualquier escala social parece ser
excepcionalmente grande. Debemos subrayar que la necesidad de aislar este
fenómeno y examinarlo en detalle se volvió más evidente para aquellos
investigadores que estaban interesados en la escala macro social del génesis
del mal, porque lo han visto por sí mismos. Reconozco estar en deuda con
Kasimir Dabrowski, quien hizo esto y llamó a esta anomalía una “psicopatía
esencial”.
Biológicamente hablando, el fenómeno es similar al daltonismo o ceguera de
colores, y ocurre con similar frecuencia, (levemente sobre el .5 por
ciento), salvo que, al contrario del daltonismo, afecta ambos sexos.
Aquí, Lobaczewski sugiere una particular baja frecuencia de ocurrencia de
psicopatía esencial. No obstante, en su libro, el también menciona un 1.15
por ciento de su total población de 5,000 sujetos que no demostraron ninguna
patología abiertamente identificable, salvo que éstos realizaron acciones
que trajeron daños a otras personas sin ninguna razón explicable.
Si tomamos en consideración lo que escribió arriba el Dr. Hare, que los
psicópatas tienen poca dificultad en infiltrarse en los dominios de los
negocios, la política, aplicación de la ley, el gobierno, la academia y
otras estructuras sociales, y pueden mezclarse dentro de todos los aspectos
de la sociedad, debemos preguntar lo siguiente: ¿Será posible que el 1.15%
de “hacedores del mal” no identificados de Lobaczewski fuesen este tipo de
psicópatas?
Como él señala, habrían podido muy bien ser los criterios de diagnóstico los
que hacían falta, y si se hubiese utilizado la lista de comprobación de Hare
sobre la psicopatía, este grupo podría muy bien haber sido identificado como
psicópatas.
El punto que deseo hacer es que el número de individuos psicópatas que muy
probablemente se encontrarán en cualquier muestreo seccionado de la sociedad
podría ser mucho más alto de lo que sospechamos. Lobaczewski sugiere que la
ocurrencia de la psicopatía es casi la misma que la del daltonismo: un .5%.
Pero si a esta figura le agregamos ese 1.15% que él no pudo identificar, el
número real de su población podría estar más cerca del 1.65%.
Recordemos que la psicóloga de Harvard,
Martha Stout afirma que el 4% de la
“gente ordinaria” (es decir uno en 25) a menudo tienen,
“un desorden mental
no detectado, cuyo principal síntoma es que la persona no posee conciencia.
El o ella no tienen la habilidad, en absoluto, de sentir vergüenza, culpa o
remordimiento… Ellos literalmente pueden hacer cualquier cosa, y no sentir
culpa alguna.”
Sucede que esto encaja totalmente con la descripción de Hare
de la psicopatía, aunque nosotros aquí estamos obviamente tratando con un
espectro entero de manifestación, como lo enfatiza la Dra. Stout, sin
mencionar la diferencia entre patologías que son mecánicas, es decir, daño
cerebral, y patologías que son hereditarias.
Si a la figura de Lobaczewski del .5% le agregamos la figura de Stout del 4%
de la gente “ordinaria”, e incluimos el 1.5% de gente que han hecho daño a
otros sin patología evidente, entonces tendremos una figura de un 5.65 % -
casi el 6% de la población.
Mis matemáticas pueden estar oxidadas, pero yo recuerdo lo que
Lobaczewski
escribió acerca de la influencia de la “adoctrinación” en sus vistas.
Era
relativamente fácil determinar el ambiente y origen de la gente que sucumbía
a este proceso, que yo, en ese entonces llamaba “transpersonificación”.
Estos venían de todos los grupos sociales, incluyendo las familias
aristócratas y fervientemente religiosas, y causaban un quiebre en nuestra
solidaridad estudiantil, en el orden de algún 6%. […]
Incluso entonces, no teníamos dudas de la naturaleza patológica de este
proceso de “transpersonificación”, el cual corría similar pero no idéntico
en todos los casos. La duración de los resultados de este fenómeno también
varía. Algunas de estas gentes más tarde se volvieron defensores. Otros más
tarde tomaron ventaja de varias circunstancias para retirar y reestablecer
sus vínculos perdidos a la sociedad de gente normal. Éstos fueron
sustituidos. El único valor constante del nuevo sistema social era el número
mágico del 6%.
Esto es algo interesante, este número. No tengo explicación
para ello, porque ciertamente estamos hablando de muchos factores, y no de
una sola patología. Talvez talvez haya algo mas en este problema de lo que
nadie, todavía, haya descubierto.
Continuando con la visión ponerológica de Lobaczewski de la psicopatía:
Su intensidad también varía en el alcance, desde un nivel apenas perceptible
para un observador con experiencia, hasta una deficiencia patológica obvia.
Así como el daltonismo, esta anomalía también parece representar un déficit
en estímulo de transformación, ocurriendo, no obstante, no a nivel
sensorial, sino que instintivo.
Los psiquiatras de la vieja escuela solían llamar a tales individuos
“daltónicos de sentimientos humanos y valores socio-morales”. El cuadro psicológico muestra claros déficits entre hombres solamente; entre
mujeres es generalmente atenuado, como por el efecto del segundo allele
normal. Esto sugiere que la anomalía es también heredada por medio del
cromosoma X, pero a través de un gene semi-dominante. Sin embargo, el autor
fue incapaz de confirmar esto excluyendo la herencia de padre a hijo.
Aquí, es interesante especular que
George Bush
heredó su psicopatía de su madre, Bárbara.
El análisis de la diversa manera experimental demostrada por esos individuos
nos hizo concluir que su sustrato instintivo es también defectuoso,
conteniendo ciertas brechas y careciendo de las respuestas sintónicas
naturales comúnmente demostradas por miembros de la especie del Homo
Sapiens. […]
Nuestro mundo natural de conceptos, entonces, golpea a tales personas como
una casi incomprensible convención sin justificación alguna, en su propia
experiencia psicológica. Ellos piensan que las costumbres y principios
humanos normales de decencia son una convención extraña inventada e impuesta
por alguien más (“probablemente por sacerdotes”), risible. Onerosa, a veces
hasta ridícula. Al mismo tiempo, no obstante, ellos, entonces, fácilmente
perciben las deficiencias y debilidades de nuestro lenguaje natural de
conceptos psicológicos y morales, de una manera más bien reminiscentes de la
actitud de un psicólogo contemporáneo – excepto en caricatura.
El promedio de inteligencia de los individuos con las desviaciones arriba
mencionadas, especialmente si son medidas por medio de pruebas comúnmente
usadas, es algo más baja que aquella de la gente normal, no obstante
similarmente variada. Sin embargo, este grupo no contiene casos de la más
alta inteligencia, ni encontramos talentos técnicos o artesanales entre
ellos.
Los miembros más dotados entre ellos podrían alcanzar logros en las ciencias
que no requieren una visión humanística del mundo o de habilidades
prácticas. Siempre que procuremos construir pruebas especiales para medir
“sabiduría de vida” o “imaginación socio-moral”, incluso si se toman en
cuenta las dificultades de evaluación psicométrica, los individuos de este
tipo indican un déficit desproporcionado de su cociente intelectual
personal.
A pesar de sus deficiencias en lo que concierne al conocimiento psicológico
normal y moral, ellos desarrollan y luego tienen a su disposición un
conocimiento propio, algo de lo cual carecen las personas con una visión
natural del mundo.
Ellos aprenden a reconocerse en una multitud, desde la niñez, y desarrollan
un conocimiento de la existencia de otros individuos similares a ellos.
También llegan a estar conscientes de ser diferentes del mundo de aquellas
otras personas que los rodean. Ellos nos ven desde una cierta distancia,
tomando una variedad para-específica.
Las reacciones humanas naturales – las cuales a menudo fallan en despertar
interés por ser consideradas auto-evidentes – golpean a los psicópatas como
extrañas, y por ello interesantes, aun cómicas. Ellos, entonces, nos
observan, sacando conclusiones, formando su diferente mundo de conceptos.
Ellos se vuelven expertos en nuestras debilidades, y a veces efectúan
experimentos despiadados sobre nosotros. …Ni una persona normal ni nuestra
visión natural del mundo pueden percibir o evaluar apropiadamente la
existencia de este mundo de conceptos diferentes.
Un investigador de tal fenómeno puede recoger un conocimiento irregular
similar a través de estudios a largo plazo de las personalidades de tales
personas, usándolas con alguna dificultad, como un idioma extranjero. … [El
psicópata] jamás será capaz de incorporar la visión del mundo de una persona
normal, aunque ellos a menudo tratan de hacerlo todas sus vidas. El producto
de sus esfuerzos es solo un papel y una máscara detrás de la cual ellos
esconden su realidad desviada.
Otro
mito y papel – aunque contiene un grano de verdad – sería la mente brillante
del psicópata o genio psicológico; algunos de ellos realmente creen en esto
y tratan de insinuar esta creencia a otros.
Hablando de la mascara de la normalidad psicológica que llevan tales
individuos (y desviados similares e un menor grado), debemos mencionar el
libro
The Mask of
Sanity (La Máscara de Cordura); el autor,
Hervey Cleckley,
hizo de este mismo fenómeno el punto crucial de sus reflexiones:
Déjenos recordar que esta típica conducta derrota lo que parecen ser sus
propias metas. No es él mismo quien está más profundamente engañado en esta
aparente normalidad? Aunque el deliberadamente le mienta a otros, y esté muy
consciente de sus mentiras, parece incapaz de distinguir adecuadamente entre
sus propias pseudo-intenciones, pseudo-remordimiento, pseudo-amor, y las
respuestas genuinas de una persona normal.
Su monumental carencia de perspicacia indica cuan poco es capaz de apreciar
la naturaleza de su desorden. Cuando otros fallan en aceptar inmediatamente
su “palabra de honor como caballero”, su asombro, creo, es, a menudo,
genuino. El término genuino es usado aquí, no para calificar las intenciones
del psicópata, sino para calificar su asombro. Su experiencia subjetiva está
tan blanqueada
de profunda emoción, que es invenciblemente ignorante de lo que significa la
vida para otros.
Su conocimiento de la hipocresía opuesta es tan insustancialmente teorética
que se vuelve cuestionable si lo que queremos decir por hipocresía debería
ser atribuido a el. No teniendo mayores valores de él mismo, ¿podría decirse
que se da cuenta adecuadamente de la naturaleza y calidad de los ultrajes
que su conducta inflinge sobre otros?
Un niño joven que no tiene ninguna memoria impresita de dolor severo pudo
haber sido dicho por su madre que es incorrecto cortar la cola del perro.
Sabiendo que es incorrecto, el pudiera proceder con la operación. No
necesitamos absolverlos totalmente de responsabilidad, si decimos que se da
menos cuenta de lo que hizo, que un adulto quien, en plena apreciación de la
agonía física, usa así un cuchillo. Puede una persona experimentar los
niveles más profundos del dolor sin un considerable conocimiento de la
felicidad? ¿Puede él alcanzar la intención malvada en el sentido completo
sin el conocimiento verdadero del opuesto del mal?
No tengo respuesta final a estas interrogantes.
[Cleckley]
Todos los investigadores de la psicopatía subrayan tres calidades primarias
con respecto a esta variedad más típica: La ausencia de un sentido de culpa
para acciones antisociales, la incapacidad de amar verdaderamente, y la
tendencia a ser locuaces de una manera que más fácilmente se desvía de la
realidad.
Un paciente neurótico es generalmente taciturno, y tiene
problemas en explicar lo que más lo lastima. […] Estos pacientes son
capaces de un amor decente y duradero, aunque tengan dificultades en
expresarlo o alcanzando sus sueños. El comportamiento de un psicópata
constituye la antípoda de
tales fenómenos y dificultades.
Nuestro primer contacto [con el psicópata] está caracterizado por una
corriente habladora, la cual fluye con facilidad y evita asuntos
verdaderamente importantes con igual facilidad si éstos ponen incómodo al
transmisor. Este tren de pensamiento también evita aquellos temas de
sentimientos y valores humanos, cuya representación está ausente en la
visión del mundo del psicópata. […] Desde el punto de vista lógico, el flujo
de pensamiento es ostensiblemente correcto…
[Los psicópatas] son virtualmente desconocedores de las emociones duraderas
de amor por otra persona… esto constituye un cuento de hadas de ese “otro”
mundo humano. [Para el psicópata], el amor es un fenómeno efímero dirigido a
la aventura sexual. No obstante [el psicópata] es capaz de jugar el papel
del amante lo suficientemente bien para que sus parejas los acepten en buena
fe. [Las enseñanzas morales] también los tocan como otro cuento de hadas
similar, solo para niños, y para aquellos “otros” que son diferentes a
ellos.” […]
El mundo de la gente normal a quien ellos hieren es incomprensible y hostil
a ellos. […]
[La vida para el psicópata] es la búsqueda de sus atracciones inmediatas,
placer y poder. Ellos se encuentran con fallas a lo largo de este camino,
junto con fuerza y condena por la sociedad de aquellas otras gentes
incomprensibles.
Deberá enfatizarse que los psicópatas son a menudo bastante interesantes –
aun excitantes!
Ellos exudan una energía cautivadora que mantiene a sus oyentes al borde de
sus asientos. Aun si alguna parte de la persona normal es choqueada o
repelida por lo que dice el psicópata, ellos son como el ratón hipnotizado
por el gato torturador. Aunque tengan la ocasión de escapar, no lo hacen.
Muchos psicópatas “se ganan la vida” usando su encanto, engaño y
manipulación para ganar la confianza de sus víctimas.
Muchos de ellos pueden ser encontrados en profesiones de cuellos blancos,
donde son ayudados en su maldad por el hecho que la mayoría de personas
esperan que ciertas clases de personas sean de confiar por sus credenciales
sociales o profesionales. Abogados, doctores, maestros, políticos,
psiquiatras y psicólogos, generalmente no tienen que ganarse nuestra
confianza, por tener la virtud de sus posiciones.
Pero el hecho es que: ¡los
psicópatas se encuentran también en tales altas esferas!
Al mismo tiempo,
los psicópatas son muy buenos impostores. Ellos no vacilan
absolutamente acerca de falsificar y usar impresionantes credenciales para
adoptar papeles profesionales y atraer prestigio y poder. Ellos escogen
profesiones en las cuales las capacidades requeridas son fáciles de
falsificar, le jerga es fácil de aprender y que los credenciales sean poco
probables de ser examinados a fondo. Los psicópatas encuentran
extremadamente fácil presentarse como consultores financieros, ministros,
consejeros psicológicos y psicólogos.
¡Y este es un pensamiento que da
miedo!
(Actualización )
Los Psicópatas se hacen su camino mandando a
que la gente haga cosas para ellos; que obtengan dinero para ellos,
prestigio, poder o incluso saltar por ellos cuando otros tratan de
exponerlos. Pero es su demanda a la fama. Eso es lo que ellos hacen. Y lo
hacen muy bien. Que más, el trabajo es fácil porque la mayoría de las
personas son crédulos con la firme creencia en la inherente bondad del
hombre quien, debo agregar, ha sido programado hacia la gente normal por
psicópatas.
Regresando al trabajo de Lobaczewski, el nos da las pistas más importantes
de cómo y porqué una verdadera conspiración global puede y, de hecho existe
en nuestro planeta, aunque ciertamente no es una conspiración en el sentido
normalmente aceptado de la palabra.
Incluso se podría decir que tales conspiraciones surgen simplemente como un
resultado natural de la división sin puentes entre la gente normal y
desviados. En cierto sentido, comprendiendo la visión que tiene el psicópata
de la “gente normal”, que son “los otros” e incluso “extraños”, nos ayuda a
realizar cómo tal conspiración puede ser tan “secreta” – aunque esta no
sería la palabra exacta que nos gustaría utilizar.
Incluso si diferentes grupos ponerológicos son opuestos unos a otros, aún
así excluirían a la “gente normal” de sus confidencias. Es solamente la
gente “normal” los que han sido inducidos en sus redes las que proporcionan
las “filtraciones”.
Lobaczewski lo describe de la siguiente forma:
En cualquier sociedad en este mundo, los
individuos psicopáticos y algunos otros desviados crean una red active
ponerogénica de colusiones comunes, parcialmente alejados de la
comunidad de gente normal. Algún papel inspirador de la psicopatía
esencial en esta red también parece ser un fenómeno común.
Están conscientes de ser diferentes, ya que no obtuvieron su experiencia
de la vida, y se familiarizaron con diferentes maneras de luchar por sus
metas. Su mundo está para siempre dividido en “nosotros y ellos” – su
mundo, con sus propias leyes y costumbres, y aquel mundo extraño, lleno
de ideas presuntuosas y costumbres a cuya luz ellos están moralmente
condenados.
Su “sentido de honor” los hace engañar y proferir insultos a aquel otro
mundo humano y sus valores. En contradicción a las costumbres de la
gente normal, ellos sienten que el incumplimiento de sus promesas u
obligaciones es conducta acostumbrada.
También aprenden cómo pueden sus personalidades tener efectos
traumatizantes en las personalidades de aquellas personas normales, y
cómo tomar ventaja de esta raíz de terror para propósitos de alcanzar
sus metas.
Esta dicotomía de mundos es permanente, y no desaparece aun si tienen
éxito realizando sus sueños de ganar poder sobre la sociedad de gene
normal. Esto prueba que la separación está condicionada biológicamente.
En tales personas, un sueño emerge como alguna Utopía de juventud de un
mundo “feliz” y un sistema social el cual no los rechazaría o los
forzaría a someterse a leyes y costumbres cuyos significados son
incomprensibles para ellos. Ellos sueñan con un mundo en el cual su
simple y radical manera de experimentar y percibir la realidad [es
decir, mentir, engañar, destruir, usar a otros, etc.] dominaría, donde
ellos, por supuesto, tendrían asegurada su prosperidad y seguridad.
Aquellos “otros” – diferentes, pero también técnicamente más capaces –
debería ser puestos a trabajar para alcanzar esta meta. “Nosotros”,
después de todo, crearíamos un nuevo gobierno, uno de justicia [para
psicópatas]. Ellos están preparados para pelear y sufrir por tal nuevo
mundo valiente, y también, por supuesto, infligir sufrimiento sobre
otros.
Tal visión justifica el matar personas cuyo sufrimiento no los mueve
hacia la compasión, porque “ellos” no son con-específicos.
Y allí está.
Lobaczewski ha dicho francamente que los
psicópatas – desde cierta perspectiva – son un diferente tipo de seres
humanos, un tipo que es consciente de su diferencia desde su niñez. Ponga
esto junto con su afirmación de que tales individuos reconocen a los de su
clase, y consideran a la gente normal como ser completamente “otros”, y
podremos comenzar a entender porqué y cómo pueden y cómo existen las
conspiraciones entre tales individuos.
Ellos se juntan, con visiones similares del mundo, como la grasa que flota
en un tazón de sopa. Cuando uno de ellos comienza a desvariar, otros como
ellos – o aquellos con daño cerebral que los hace susceptibles – “se reúnen
alrededor de la bandera”, por así decirlo. Y es más, ellos saben esto, y
conocen cómo funciona.
Hablando de redes, nosotros necesitamos echar una ojeada más cercana a cómo
los psicópatas afectan a otros seres humanos a quienes ellos usan para crear
las bases para su gobierno, en las dinámicas macro-sociales. Esto destaca el
hecho que la carencia de conocimiento psicológico entre el público general,
sin mencionar la neurosis general de la mayoría de personas, los hace
vulnerables a tales depredadores.
Lobaczewski:
Subordinando a una persona normal a
individuos psicológicamente anormales tiene un efecto deformante en su
personalidad: engendra trauma y neurosis. Esto es alcanzado de una
manera que generalmente evade los suficientes controles conscientes.
[Lobos Vestidos de Ovejas]
Tal situación, entonces, priva a la persona de sus derechos naturales de
practicar su propia higiene mental, desarrollar una personalidad
suficientemente autónoma y utilizar su sentido común. A la luz de la ley
natural, esto constituye un tipo de ilegalidad, la cual puede aparecer
en cualquier escala social, aunque no sea mencionada en ningún código
legal.
El psicólogo, George Simon, citado
arriba, discute a lo que él se refiere como “personalidades con agresión
encubierta”, las cuales, leyendo su libro, se revelan a sí mismas como
miembros del espectro psicopático.
El escribe:
A las personalidades agresivas no les gusta
que nadie las presione a hacer lo que no quieren hacer, o les impida
hacer lo que quieren. “No” es una respuesta que ellos no aceptarán.
[En algunos casos], si pueden veer algún beneficio en el auto-dominio,
ellos pudieran internalizar inhibiciones [y volverse encubiertamente
agresivos].
Refrenándose de cualquier acto abierto de hostilidad hacia otros, logran
convencerse a sí mismos y a otros que no son la gente despiadada que
realmente son. Ellos pudieran observar la ley al pie de la letra, pero
violar con facilidad su espíritu. Ellos pudieran exhibir turbación o
confusión, si esto estuviese en su mejor interés, pero se resisten
verdaderamente a someterse a ninguna autoridad más alta o juego de
principios. [Ellos están] esforzándose, sobre todo, en encubrir sus
verdaderas intenciones y agendas agresivas de otros. Ellos pudieran
comportarse con civismo y apropiadamente, al ser escudriñados de cerca o
vulnerables. Pero cuando creen que son inmunes a ser detectados, harán
cualquier cosa que deseen.
Tratar con personalidades de agresión encubierta es como conseguir
latigazos. A menudo, uno realmente no sabe que es lo que lo ha golpeado
hasta mucho después que se ha hecho el daño. …
Los agresivos encubiertos son a menudo tan expertos explotando
las debilidades e inseguridades emocionales de otros que casi cualquier
persona puede ser embaucada…
Los agresivos encubiertos explotan situaciones en las cuales
ellos están bien conscientes de la vulnerabilidad de su presa. A menudo
son muy selectivos acerca de las clases de personas con quienes se
asocian o con quienes trabajan. Ellos son particularmente adeptos a
encontrar y mantener a otros en una posición hacia abajo. Ellos gozan
estando en posiciones de poder sobre otros.
Es mi experiencia que la prueba más confiable de su carácter es cómo una
persona utiliza su poder…
[Simon, op. cit.]
Ahora, solamente imagine que las casi 1 de 25
personas mencionadas por Martha Sout en su libro: “El Sociópata de al lado”.
Siendo los que buscan y alcanzan posiciones de poder y autoridad en casi
cualquier campo de esfuerzo, donde el poder puede alcanzarse, y uno comienza
a entender cuan verdaderamente dañino esto puede ser a una sociedad entera.
Imagine a maestros escolares con poder sobre sus niños, que son
“agresivos-encubiertos”.
Imaginen a doctores, psicólogos, “ministros de la fe” y politicos en tales
posiciones.
Con este entendimiento, nosotros comenzamos a tener una mejor idea de cómo
los psicópatas pueden conspirar y realmente actuar: en una sociedad donde el
mal no es estudiado ni entendido, ellos fácilmente “suben a la cima” y
proceden a condicionar a la gente normal a que acepten su dominación, a que
acepten sus mentiras sin cuestionar.
Según lo observado al principio de esta sección, Lobaczewski observó:
Largos períodos de preocupación con uno
mismo y “acumulando beneficios” para uno mismo, disminuye la hablidad de
leer exactamente el ambiente de otras personas. […] Es esta
característica, esta histerización de la sociedad que permite a
conspiradores, encantadores de serpientes y otros primitivos desviados
que actúen como factores esenciales en los procesos de originar el mal a
escala macro social.
Vemos exactamente este patrón de desarrollo
social en los Estados Unidos sobre los últimos 50 a 60 años o aún más.
El hecho es que mucha gente que pueda haber nacido “normal” se ha convertido
en lo que podría ser denominado “psicopáticos secundarios” o caracteópatas,
debido a la influencia de la psicopatía en la cultura estadounidense, desde
muchos campos – incluyendo ciencias, medicina, psicología, leyes, etc. –
donde ellos están conscientes de lo que le están haciendo a la gente
“normal.
Lobaczewski:
Ya hemos discutido la naturaleza de algunas
personalidades patológicas – carateopatías – que pudieran ser “creadas”
por una exposición individual a una persona con una severa deformación
de carácter. La psicopatía esencial tiene efectos excepcionalmente
intensos de este modo: algo misterioso roe en la personalidad de un
individuo a merced del psicópata; y se lucha como se lucharía un
demonio. Sus emociones se congelan, su sentido de realidad psicológica
se aquietan o se duermen.
Esto conduce a una descriterialización del pensamiento y a una sensación
de desamparo que culmina en reacciones depresivas, las cuales pueden ser
tan severas que a veces los psiquiatras las mal-diagnostican como
psicosis maníaco-depresiva. Muchas personas evidentemente también se
rebelan mucho más temprano, y comienzan a buscar algún camino para
liberarse de tales influencias.
Una estructura social dominada por gente normal y su mundo conceptual
fácilmente le parece al psicópata como un “sistema de fuerza y
opresión”. Si sucede que la verdadera injusticia, de hecho, existe en
esa sociedad, las sensaciones patológicas de injusticia y afirmaciones
sugestivas pueden resonar entre aquellos quienes verdaderamente han sido
tratados injustamente. Las doctrinas revolucionarias pueden, entonces,
encontrar aprobación entre ambos grupos, aunque sus motivaciones
realmente son bastante diferentes.
La presencia de bacterias patógenas en nuestro ambiente es un fenómeno
común; no obstante, no es el único factor decisivo en cuanto a su un
individuo o una sociedad se enferma. De manera similar, los factores
psicopatológicos por sí solos no deciden acerca de la extensión del mal.
[…]
Otras Psicopatías
Podemos también incluir entre las categorías psicopáticas un número algo
indeterminado de anomalías con un sustrato hereditario…
También encontramos a individuos difíciles con una tendencia a
comportarse de una manera hiriente hacia otras personas, para quienes
las pruebas no indican un daño existente del tejido cerebral, y no hay
una indicación de un fondo anormal en la infancia. El hecho que tales
casos se repitan entre las familias sugeriría un
substrato hereditario.[…]
Tales personas también procuran enmascarar su diferente mundo de
experiencia y juegan el papel de gente normal a variados grados… Estas
personas participan en el génesis del mal de muy diversas maneras, ya
sea tomando parte abiertamente o, a un menor grado, cuando hana logrado
adaptarse a las maneras apropiadas de vivir.
Estas psicopatías y fenómenos relacionados podría, cuantitativamente
hablando, ser, en resumen, estimado a dos o tres veces el número de
casos de psicopatía esencial, es decir, en menos del dos por ciento de
la población.
Aquí quisiera comentar que, si especulamos el
número real de psicópatas en un 6 por ciento – o incluso solamente un 4%,
como lo afirma Stout – entonces, estas otras “personas” de las que está
hablando Lobaczewski podrían ser tan frecuentes como un 12 o 18% de la
población. Esto significaría que el número total de psicópatas agregado a
los “casi psicópatas” sería del 16 al 24 por ciento de la población total.
Sin embargo, es obvio que la expansión estadística puede ser diferente en
diferentes países y en épocas o tiempos diferentes.
Veremos este tema más adelante.
Lobaczewski:
Este tipo de persona encuentra más fácil ajustarse
a la vida social. Muy pocos casos particulares se adaptan a
las demandas de la sociedad de personas normales, tomando ventaja de su
entendimiento en las artes u otras áreas con tradiciones similares.
Ellos creatividad literaria es a menudo perturbadora, si es concebida
solamente en categorías de ideales; ellos insinúan a sus lectores que
sus mundos conceptuales y experiencias es auto-evidente, también
realmente contiene deformidades características.
El tipo más frecuentemente indicado y conocido es la psicopatía
asténica, la cual aparece en cada intensidad concebible, desde apenas
perceptible hasta una obvia deficiencia patológica. Estas personas,
asténicas (asthenic)
e hipersensitivas (hypersensitive)
no indican el mismo déficit obvio en sentimientos morales y habilidad de
sentir una situación psicológica como aparece en la psicopatía esencial.
Son algo idealistas, y tienden a tener remordimientos de conciencia como
resultado de su conducta errada. En promedio, ellos son también menos
inteligentes que las personas normales, y sus mentes evitan la
consistencia y la exactitud en el razonamiento. Su visión psicológica
del mundo es claramente falsificada, por lo cual no se puede confiar en
sus opciones acerca de las personas.
Una especie de mascara disfraza el mundo de sus aspiraciones personales,
el cual está en desacuerdo con las aspiraciones oficiales demandadas por
una situación. Su conducta hacia las personas que no notan sus faltas es
urbana, aun amistosa. No obstante, estas mismas personas manifiestan una
hostilidad y agresión preferente hacia personas con talento para la
psicología o un conocimiento apropiado en esta área.
Son relativamente menos vitales sexualmente, y por lo tanto más
favorables a aceptar el celibato; esto es porqué algunos monjes
católicos y sacerdotes a menudo representan menos o menores casos de
esta anomalía. Ellos son el factor principal que inspiró la actitud
tradicional anti-psicológica en el Pensamiento eclesiástico.
Los casos más severos son más brutalmente anti-psicológicos y
despectivos hacia la gente normal; ellos tienden a ser activos en los
procesos del génesis del mal a gran escala. Sus sueños no carecen de un
cierto idealismo, similar a las ideas de la gente normal. Les gustaría
reformar al mundo a su gusto, pero son incapaces de prever implicaciones
y resultados de una mayor envergadura. Condimentados con su desviación,
sus visiones podrían influenciar a ingenuos rebeldes de la gente
quienes, de hecho, han sufrido injusticia.
La injusticia social existente podría verse como una justificación para
la visión radicalizada del mundo, y la asimilación de tales visiones.
Lo siguiente es un ejemplo, dado por Lobaczewski,
del patrón de pensamiento de una persona que parece ser un típico y severo
caso de psicopatía asténica:
Si tuviera que comenzar la vida de nuevo,
haría exactamente lo mismo: es una necesidad orgánica, y no el dictado
del deber. Tengo una cosa que me mantiene andando y me obliga a ser
sereno aun cuando las cosas estén muy tristes.
Esta es una fe inquebrantable en las personas. Las condiciones
cambiarán, y el mal cesará de reinar, y el hombre será hermano del
hombre, no un lobo, como es ahora el caso. Mi paciencia deriva, no de mi
suposición, sino más bien de mi clara visión de la causa que da lugar al
mal.”
Estas palabras fueron escritas en prisión, el 15
de diciembre de 1913 por Gélix Dzierzhynski, (1877-1926), quien es
mejor conocido como el primer cabecilla de la “Cheka” soviética, o policía
soviética de Seguridad, el precursor del KGB. Regando el miedo en una época
de caos, la Cheka fue el instrumento perfecto para la despiadada
consolidación del poder de Stalin, y la exterminación de la oposición.
Dzierzhynski hizo que Robespierre se viera como un mariquita, siendo
responsable del asesinato de millones de personas.
Si llegara el tiempo alguna vez, cuando “las condiciones cambiaran” y el
“mal ya no gobernaría”, podría ser porque el progreso en el estudio del
fenómeno patológico y su papel ponerogénico le haría posible a las
sociedades aceptar tranquilamente la existencia de este fenómeno, y lo
comprendiera como categorías de la naturaleza. La visión de una sociedad
nueva, con una estructura justa podría, entonces ser realizada dentro del
marco de trabajo y bajo el control de gente normal.
Habiéndonos reconciliado con el hecho que los psicópatas son diferentes y
tienen una limitada capacidad para el ajuste social, nosotros deberíamos de
crear un sistema de protección permanente para ellos, dentro del marco de
trabajo de la razón y el conocimiento apropiado.
Aquí debe observarse que las personas psicológicamente normales constituyen
tanto la gran mayoría estadística de tipo de seres humanos y así, como
Lobaczewski lo señala, de acuerdo con la ley natural, deberían ser quienes
fijan el paso; la ley moral se deriva de su naturaleza.
El poder debería estar en las manos de la gente normal.
Para nuestros propósitos, deberíamos llamar
la atención a los tipos psicopáticos con rasgos desviados o irregulares:
estos eran aislados, hace relativamente mucho tiempo por Brzezicki
y aceptados por E. Kretschmer como característicos de Europa del
Este en particular.
Los Esquirtoides son individuos vitales, egoístas y de piel de elefante,
quienes hacen Buenos soldados por su Resistencia física y psicológica.
No obstante, en tiempos de paz, son incapaces de entender las cosas más
sutiles de la vida, o de criar prudentemente a la generación más joven.
Ellos son felices en alrededores primitivos; un ambiente confortable
fácilmente les causa histeria. Prueban ser rígidamente conservadores en
todas las áreas, y apoyan gobiernos de mano dura.
Kretschmer era de la opinión que esta anomalía era un fenómeno
biodinámico, causado por el cruce de dos grupos étnicos quitados de su
lugar natural, lo cual es muy frecuente en esa área de Europa. Si este
fuera el caso, los Estados Unidos debería de estar lleno de
esquirtoides. Esta anomalía debería tomarse en consideración si
queremos comprender la historia de Rusia, así como Polonia en un grado
inferior. […]
Las caracterizaciones arriba son ejemplos seleccionados de factores
patológicos que participan en los procesos ponerogénicos […] El actual
estado de conocimiento en esta área es, sin embargo, todavía
insuficiente como para producir soluciones prácticas a tantos problemas
humanos, particularmente aquellos a escala individual y familiar. […]
Algunos excepcionales psicopatólogos, convencidos que es imposible
desarrollar una visión tranquila y suficiente de la realidad humana, sin
resultados psicopatológicos, están, por lo tanto, desafortunadamente en
lo correcto, una conclusión difícil de aceptar por gente que cree que ha
obtenido una visión madura del mundo sin tanto estudio pesado. Los
defensores de la visión natural del mundo tienen tradición, belles-lettres,
aun la filosofía de su lado. Ellos no se dan cuenta que durante los
tiempos presentes, su modo de comprender las interrogantes de la vida
los hace comprender que la batalla con el mal es más problemática. […]
Procurando una observación más cercana de estos procesos psicológicos y
fenómenos que conducen a un hombre o a una nación a dañar a otros, vamos
a seleccionar fenómenos lo más característicos posibles. De nuevo, nos
convenceremos que la participación de varios factores patológicos en
estos procesos es la regla, no la excepción.[…]
Nuestros conceptos sociales, psicológicos y morales, así como nuestras
formas naturales de reaccionar no son adecuadas para cada situación con
la que la vida nos confronta. Nosotros generalmente terminamos hiriendo
a alguien si comprometemos nuestros conceptos naturales y arquetipos
reactivos en situaciones que parecen ser las apropiadas para nuestras
ideas, aunque estas sean, de hecho, esencialmente diferentes. Como
regla, tales situaciones diferentes … ocurren porque algún factor
patológico difícil de comprender ha entrado en escena. El valor práctico
de nuestra visión natural del mundo generalmente termina donde comienza
la psicopatología.
La familiaridad con esta debilidad común de la naturaleza humana y la
“ingenuidad” de la persona normal es parte del conocimiento específico
que encontramos en muchos individuos psicopáticos. Encantadores (spellbinder)
de varias escuelas intentan provocar tales reacciones para-apropiadas de
otras personas en nombre de sus metas específicas, o en servicio de sus
ideologías reinantes. Esta factor patológico difícil de entender está
localizado dentro del mismo encantador (spellbinder).
Llamamos egotismo a la actitud, subconscientemente condicionada
como una regla, gracias a la cual atribuimos un valor excesivo a nuestro
reflejo instintivo, reflejos y hábitos tempranamente adquiridos y una
visión individual del mundo. …Un egotista mide a otras personas
con su propia vara, tratando sus conceptos y manera experiencial
como un criterio objetivo. El quisiera forzar a otras personas a sentir
y pensar de la misma manera que el lo hace. Las naciones egotistas tiene
la meta subconsciente de enseñar o forzar a otras naciones a pensar en
sus propias categorías, lo cual los hace incapaces de entender a otras
personas y naciones, o a volverse familiar con los valores de sus
culturas.
La crianza apropiada de un niño ( y la propia también) siempre tiene
como objetivo un desegotizamiento, de tal modo que abra la mente.
[…]
El tipo de egotismo excesivo que obstaculiza el desarrollo de los
valores humanos y conduce a juzgar mal y aterrorizar a otros, bien
merece el título de “Rey de las fallas humanas”. Dificultades, disputas,
problemas serios y reacciones neuróticas brotan hacia arriba alrededor
de un egotista, como los hongos después de una lluvia. Las naciones
egotistas comienzan a gastar dinero y esfuerzos para alcanzar metas
derivadas de sus razonamientos erróneos y reacciones sobre-emocionales.
Su incapacidad para reconocer los valores de otras naciones, y sus
discrepancias, derivadas de otras tradiciones culturales, los conduce a
conflictos y a guerras. […]
Si analizamos el desarrollo de personalidades excesivamente egotistas,
encontramos algunas causas no-patológicas, tales como haber sido criados
en un ambiente estrecho y excesivamente rutinario, o por personas menos
inteligentes que el niño. No obstante, la principal razón es la
contaminación a través de inducción psicológica, por parte de personas
excesivamente egotistas o histéricas, quienes desarrollaron esta
característica bajo la influencia de varias causas patológicas. …
Muchas personas con varias desviaciones hereditarias y defectos
adquiridos desarrollan un egotismo patológico. Para tales personas,
forzar a otros a su ambiente, grupos sociales enteros, y si es posible,
naciones enteras que sientan y piensen como ellos, se vuelve una
necesidad interna, un concepto predominante.
Alguna cosa que una persona normal no tomaría seriamente se vuelve a
veces una meta de vida para ellos, el objeto de esfuerzo, sacrificios y
de astuta estrategia psicológica. El egotismo patológico se deriva de
reprimir del campo de conciencia de uno cualquier asociación
objecionable auto-crítica que se refiere a la propia naturaleza de uno a
normalidad. Preguntas dramáticas, tales como “quien es aquí anormal, ¿yo
o este mundo de gente que siente y piensa de manera diferente?” son
contestadas de modo desfavorable sobre el mundo.
Tal egotismo está siempre vinculado a una actitud de disimulo,
con una máscara de Cleckley o alguna otra cualidad patológica
siendo escondida de la conciencia, tanto de la propia como de la de las
otras personas. […]
La importancia de la contribución de esta clase de egotismo al génesis
del mal, pues, difícilmente necesita elaboración. Es sobre todo un
recurso social, el erotizar o traumatizar a otros, lo que, a su vez,
causa más dificultades. El egotismo patológico es un componente
constante de variados estados, donde alguien quien parece ser normal
(aunque el, de hecho, no lo sea) es conducido por motivos o luchas por
metas que una persona normal consideraría no realistas o extrañas.
La persona promedio preguntaría:
“¿Que podría el esperar ganar con eso?”
La opinión ambiental, sin embargo,
interpreta tal situación de acuerdo con el “sentido común”, y es
propensa a aceptar una versión “más probable” de la ocurrencia. Tal
interpretación a menudo da lugar a una tragedia humana.
Por eso, siempre debemos recordar que el principio de ley de cui
prodest se vuelve ilusorio siempre que esté incorporado algún factor
patológico en el cuadro. […]
Hechizadores
Para poder comprender los caminos ponerogénicos, especialmente aquellos
actuando en un contexto social más amplio, observemos los papeles y
personalidades de individuos que llamaremos “hechizadores”, quienes son
altamente activos en esta área, a pesar de su número estadísticamente
insignificante. Ellos son generalmente los portadores de varios factores
patológicos, algunas caracteopatías y otras anomalías hereditarias…
Los Hechizadores se caracterizan por un egotismo patológico. Tal
persona es forzada, por algunas causas internas, a tomar una temprana
opción entre dos posibilidades: la primera es forzando a otras personas
a que piensen y experimenten cosas de manera similar a la suya propia;
la segunda es una sensación de soledad, y de ser diferente, una
excentricidad patológica en la vida social. A veces, la opción es, ya
sea encentador de serpientes o suicidio.
Una triunfante represión de conceptos auto-críticos o desagradables
desde el capo de la conciencia, gradualmente da surgimiento a un
pensamiento conversivo, es decir, un paramoralismo.
Paramoralismos
La convicción de que los valores morales existen, pero que algunas
acciones violan las reglas morales es un fenómeno tan común y tan
antiguo que parece tener un fondo a nivel instintivo subconsciente del
hombre, y no solo una representación de siglos de experiencia, cultura,
religiones y socialización.
No obstante, cualquier insinuación que conlleve un “lema moral” es
siempre sugestivo, aun si el criterio “moral” usado es solamente una
invención ad hoc. Cualquier acto puede, así, probar ser inmoral o
moral por medio del uso de “paramoralismos” a través de una activa
sugestión, y las personas que sucumbirán a esta manipulación son
abundantes.
Buscando un ejemplo de un acto de maldad, cuyo valor negativo no
provocaría duda en cualquier situación social, los eruditos de las
éticas frecuentemente mencionan abuso infantil.
No obstante, los psicólogos a menudo se encuentran con afirmaciones
paramorales a tales conductas, en su práctica.
Lobaczewski anteriormente dio el ejemplo
de una mujer con daño en el campo prefrontal, quien era sadísticamente
abusiva con su hijo, pero era apoyada en su abuso con su niño, por sus
hermanos, quienes estaban totalmente bajo su influencia y estaban
convencidos de sus “cualidades de excepcionalmente alta moral”.
Ejemplos particularmente monstruosos de este tipo de cosas ocurren a menudo
en el contexto religioso, donde los niños han sido azotados a muerto para
“sacarle los demonios”. Siempre es hecho para “salvar las almas”, y esto es
un ejemplo de “paramoralismo” usado de manera conversiva.
Ciertamente, hemos sido sujetos a este tipo de uso de “paramoralismos”, pero
esa es otra historia.
Las afirmaciones y sugerencias
paramoralísticas acompañan tan a menudo varias clases de males que
parecen bastante irreemplazables. Desafortunadamente, se ha vuelto un
fenómeno frecuente para individuos y grupos opresivos, o sistemas
pato-políticos, inventar criterios morales siempre innovadores, a
conveniencia de alguien. Tales sugerencias privan a las personas de su
razonamiento moral y deforman el desarrollo de los niños. Las fábricas
de paramoralismo han sido encontradas a todo lo largo y ancho del mundo,
y un ponerologista encuentra difícil de creen que ellos son manejados
por personas psicológicamente normales.
Los rasgos conversivos en el génesis del paramoralismo parece probar que
es derivado mayormente de rechazo subconsciente (y regresión del campo
de la conciencia) de algo completamente diferente, lo cual llamamos la
“voz de la conciencia”. … Como todo fenómeno conversivo, la tendencia a
usar paramoralismos es psicológicamente contagiosa.
Lobaczewski señala que los
“paramoralismos” fluyen profusamente de tales individuos, de manera que
inundan las mentes de las personas promedio.
Para el hechizador, todo se vuelve
subordinado a su convicción de que ellos son excepcionales, a veces aún
mesiánicos. Una ideología puede surgir de tales individuos que es
ciertamente, parcialmente verdadera, y el valor de la cual se afirma ser
superior a todas las otras ideologías.
Ellos creen que encontrarán a muchos
conversos a su ideología, y cuando descubren qhe este no es el caso, se
“shockean” y bufan de la cólera con indignación “paramoral”. La actitud
de la mayor parte de las personas normales hacia tales hechizadores es
generalmente crítica, llena de aflicciones y perturbadora.
El hechizador coloca en un plano altamente moral a cualquiera que
sucumba a su influencia, y éste bañará a tales personas con atenciones y
adulaciones de todo tipo. Los críticos se encontraran con furia “moral”
y el hechizador afirmará que la minoría que se queja de ellos es
realmente una mayoría.
Tal actividad es siempre caracterizada por la incapacidad de ver por
anticipado sus resultados finales, algo obvio desde el punto de vista
psicológico, porque en el fondo contiene un fenómeno patológico, y tanto
el hechizar como el encanto les hace imposible percibir con exactitud la
realidad, por lo menos para poder prever por lógica los resultados.
En una sociedad sana, las actividades de los hechizadores encuentran la
suficiente crítica como para sofocarlos rápidamente. No obstante, cuando
son precedidos por condiciones que operan destructivamente el sentido
común y el orden social – tales como la injusticia social, el atraso
cultural, o gobernantes intelectualmente limitados manifestando
características patológicas – las actividades de estos hechizadores han
conducido a sociedades enteras a tragedias humanas a gran escala.
Tal individuo pesca un ambiente o sociedad para personas que sea
favorable a su influencia, profundizando sus debilidades psicológicas
hasta que finalmente se convierte en una unión ponerogénica.
Por otra parte, la gente que ha mantenido sus facultades críticas sanas
y intactas, intentan contrarrestar las actividades de los hechizadores y
sus resultados, basados en su propio sentido común y criterio moral. En
la polarización resultante de actitudes sociales, cada lado se justifica
por medio de categorías morales.
La conciencia de que un hechizador es siempre un individuo patológico
debería de protegernos de los resultados conocidos de una interpretación
moralizante del fenómeno patológico, asegurándonos criterios objetivos
para una acción más eficaz.
[Un alto cociente intelectual] generalmente ayuda a tener inmunidad
contra hechizadores, pero solo moderadamente. Reales diferencias en la
formación de actitudes humanas bajo la influencia de tales actividades
debería ser atribuida a otras propiedades de la naturaleza humana. El
factor más decisivo en cuanto a asumir una actitud crítica es una buena
inteligencia básica que condicione nuestra percepción de la realidad
psicológica.
Podemos observar también cómo las actividades de un hechizador
“descascaran” a individuos favorables con asombrosa regularidad.
Asociaciones Ponerogénicas
Le daremos el nombre de “asociación ponerogénica” a cualquier grupo de
personas caracterizadas por procesos ponerogénicos de intensidad social
sobre el promedio, donde los portadores de varios factores patológicos
funcionan como inspiradores, hechizadores y líderes, y donde se genera
una estructura social apropiadamente patológica. Asociaciones más
pequeñas y menos permanentes podrían ser llamadas “grupos” o “uniones”.
Tales asociaciones le dan el nacimiento al mal que lastima a otras
personas tanto como a sus propios miembros.
Podríamos enumerar varios nombres atribuidos a tales organizaciones por
tradición lingüística: pandillas, turbas criminales, mafias, clicas y
coterías, las cuales astutamente evitan el choque con la ley mientras
están buscando ganar su propia ventaja. Tales uniones frecuentemente
aspiran al poder político para imponer su legislación conveniente ante
la sociedad, en nombre de alguna ideología convenientemente preparada,
derivando ventajas en forma de una desproporcionada prosperidad y
satisfacción de su anhelo de poder.[…]
Un fenómeno que tienen en común todos los grupos y asociaciones
ponerogénicas es el hecho que sus miembros pierden (o ya han perdido) la
capacidad de percibir a los individuos patológicos como tales,
interpretando su conducta de manera fascinante, heroica o melodramática.
Las opiniones, ideas y juicios de personas portadoras de varios déficits
psicológicos están dotados con una importancia por lo menos igual a
aquella de individuos excepcionales entre la gente normal.
La atrofia de las facultades críticas naturales respecto a individuos
patológicos se vuelve una abertura a sus actividades, y al mismo tiempo
un criterio para reconocer la asociación en concierto, como ponerogénica.
Llamemos esto el primer criterio de ponerogénesis.
Otro fenómeno que todas las asociaciones ponerogénicas tienen en común
es su estadísticamente alta concentración de individuos con varias
anomalías psicológicas. Su composición cualitativa es crucialmente
importante en la formación del carácter total de la unión, de sus
actividades, su desarrollo o extinción.
Grupos dominados por varias clases de individuos caracteopáticos
desarrollarán actividades relativamente primitivas, probando poder ser
quebrantada más bien fácilmente por una sociedad de personas normales.
Las cosas son diferentes cuando tales uniones están inspiradas por
individuos psicopáticos. Aduzcamos el siguiente ejemplo, ilustrando los
papeles de dos diferentes anomalías, seleccionadas entre algunos eventos
estudiados por el autor.
En pandillas criminales de jóvenes, un papel específico es desempeñado
por muchachos (y ocasionalmente chicas) llevando los resultados
característicos, a veces dejados atrás por una inflamación de las
glándulas parótidas (paperas). Como se h e mencionado, esta enfermedad
tiene como secuelas reacciones cerebrales, en algunos casos, dejando
atrás un discreto, pero permanente blanqueo de sentimientos o
sensaciones, y una leve disminución de habilidades mentales en general.
Resultados similares son a veces dejados como secuelas después de una
difteria. Como resultado, tales personas fácilmente sucumben a las
sugestiones de individuos más astutos.
Cuando estos individuos son arrastrados hacia un grupo criminal, se
vuelven ayudantes con poco criterio, y ejecutores de las intenciones de
estos últimos, herramientas en las manos de líderes más traidores,
usualmente psicopáticos. Una vez arrestados, ellos se someten a las
explicaciones insinuadas por sus líderes, que sienten que la idea grupal
más alta (paramoral) demanda que se vuelvan chivos expiatorios,
asumiendo ellos la mayor parte de la culpa. …
Los individuos con los anteriormente descritos rasgos de post-paperas y
post-difteria constituyen menos que el 1.0% de la población como un
todo, pero sus alcances llegan al 25% de los grupos delincuentes
juveniles. Esto representa una condensación del orden de 30 veces, lo
cual ya no requiere más métodos de análisis estadístico. Al estudiar el
contenido de las uniones ponerogénicas lo suficientemente, a menudo nos
encontramos con una condensación de otras anomalías psicológicas que
también hablan por sí mismas.
Dos tipos básicos de las uniones arriba mencionadas deben ser
diferenciados: Los ponerogénicos primarios y los ponerogénicos
secundarios.
Describamos ahora una unión ponerogénica primaria, cuyos miembros
anormales estaban activos desde el mismo principio, jugando el papel de
catalizadores cristalizantes desde que comenzó el proceso para la
creación del grupo.
Llamaremos ponerogénicos secundarios a una unión que fue fundada en
nombre de alguna idea con un significado social independiente,
generalmente comprensible dentro de las categorías de la visión natural
del mundo, pero que más tarde sucumbió a cierta degeneración moral.
Esto, a su vez, abrió la puerta a la infección y activación de los
factores patológicos adentro, y más tarde a una ponerización del grupo
como un todo, o a menudo de una fracción.
Desde el mismo principio, una unión ponerogénica primaria es un cuerpo
extraño dentro del organismo de sociedad, colisionando su carácter con
los valores morales respetados por la mayoría. Las actividades de tales
grupos provocan oposición y disgusto, y son considerados inmorales; como
regla, por ello, tales grupos no se extienden mucho, no se extiende a
numerosas uniones. Finalmente pierden su batalla con la sociedad.
Sin embargo, para tener una ocasión de convertirse en una asociación
ponerogénica grande, es suficiente que una cierta organización humana,
caracterizada por metas sociales o políticas, y una ideología con algún
haber valorado como creativo, sean aceptados por un gran número de
personas normales antes de que sucumba a un proceso de malignidad
ponerogénica. La principal tradición y valores ideológicos podrían,
entonces proteger durante largo tiempo a una unión que haya sucumbido al
proceso de ponerización desde el punto de vista del sentido común de la
sociedad, especialmente sus componentes menos críticos.
Cuando el proceso ponerogénico toca tal organización humana, la cual
emergió y actuó en nombre de metas políticas o sociales, cuyas causas
estaban condicionadas en la historia y en la situación social, los
valores originales primarios nutrirán y protegerán tal unión – a pesar
del hecho de que aquellos valores primarios sucumben a una degeneración
característica, volviéndose su función práctica completamente diferente
de la primaria – porque los nombres y símbolos son retenidos. De tal
modo, el “sentido común” individual y social pone al descubierto su
punto más débil. […]
Dentro de cada unión ponerogénica se crea una estructura psicológica ,
la cual puede ser considerada una contraparte caricature de la
estructura normal de la sociedad, o de una organización social.
Individuos con varias aberraciones psicológicas complementan los
talentos y características de cada uno. … Fases tempranas de la
actividad de la unión son usualmente dominadas por caracteópatas,
particularmente por individuos paranoicos, quienes a menudo juegan un
papel de inspiradores o hechizadores en el proceso de ponerización. A
este punto, la unión todavía indica un cierto rasgo romántico, y todavía
no es caracterizado por una conducta excesivamente brutal. No obstante,
pronto, más miembros normales son empujados a funciones de poca
importancia y finalmente son excluidos…
Los individuos con desviaciones hereditarias, entonces, progresivamente
asumen el control sobre las posiciones de liderazgo e inspiración. El
papel de los psicópatas esenciales gradualmente crece. …
Un hechizador, al principio, simultáneamente juega el papel de líder en
un grupo ponerogénico. Más tarde aparece otra clase de “talento de
liderazgo”, un individuo más vital quien a menudo se ha unido más tarde
a la organización, una vez que ésta haya sucumbido a la ponerización. El
individuo hechizador, siendo más débil, es forzado a llegar a términos,
siendo empujado hacia las sombras, y reconociendo el “genio” del nuevo
líder, a menos que éste acepte la amenaza del fallo total. Se reparten
los papeles.
El hechizador necesita el apoyo del líder primitivo, pero decisivo,
quien, a su vez, necesita al hechizador para mantener la ideología de la
asociación, tan esencial para mantener la actitud apropiada por parte de
aquellos miembros del rango y fila que traicionan una tendencia a la
crítica y la duda de la variedad moral. El hechizador deberá reempacar
la ideología apropiadamente, haciendo resbalar nuevos contenidos bajo
viejos títulos, para que esto pueda continuar satisfaciendo su función
de propaganda bajo condiciones siempre cambiantes.
El tiene también que mantener la mística del líder dentro y fuera de la
asociación. Una completa confianza no puede existir entre los dos, sin
embargo, puesto que el líder secretamente siente desprecio por el
hechizador y su ideología, mientras que este último desprecia al líder,
por ser un individuo grotesco. El arreglo de cuentas es siempre
probable; quien sea más débil se convierte en el perdedor.
La estructura de tal unión experimenta una diversidad y especialización
adicional. Un abismo se abre entre las masas más normales y los
iniciados de la élite, quienes son, por regla general, más patológicos.
Este subgrupo se vuelve cada vez más dominado por factores patológicos
hereditarios, el anterior por los efectos secundarios de las varias
enfermedades que afectan el cerebro, individuos psicopáticos menos
típicos, y gente cuyas personalidades mal formadas fueron causadas por
una temprana privación o por métodos brutales de crianza por parte de
individuos patológicos.
Hay cada vez menos y menos sitio para gente normal en el grupo. Las
intenciones secretas de los líderes son mantenidas escondidas de la
unión del proletariado; los productos del trabajo de los hechizadores
deberán ser suficientes para este segmento.
Un observador que ve las actividades de tal unión desde afuera, y usando
la visión psicológica natural del mundo, siempre tenderá a sobre estimar
el papel del líder y su supuesta función autocrática. Los hechizadores y
el aparato de propaganda son movilizados para mantener esta opinión
externa errónea. El líder, sin embardo, depende de los intereses de la
unión, especialmente de los iniciados de la élite, a un grado mayor de
lo que él mismo sabe.
El emprende una constante batalla para mantener su posición; es un actor
con un director. En uniones macro-sociales, esta posición está
generalmente ocupada por un individuo más representativo, con ciertas
facultades críticas; el iniciarlo en todos esos planes y calculaciones
criminales sería contraproducente. Conjuntamente con parte de la élite,
un grupo de individuos psicopáticos, escondiéndose detrás de la escena,
está dirige al líder como lo hizo Borman y su pandilla,
dirigiendo a Hitler.
Si el líder no satisface su papel asignado, el generalmente sabe que la
pandilla que representa la élite de la unión está en posición de
matarlo, o de otra manera, de quitarlo.[…]
El Proceso de Ponerización
La observación de los procesos de ponerización de varias uniones humanas
a través de la historia, fácilmente lleva a la conclusión que el paso
inicial es una tergiversación moral del contenido ideacional del grupo.
[…]
Lobczewski discute largamente cómo la ideología
es distorsionada y torcida por la infiltración de personas patológicas en
cualquier grupo que puede estar yendo en una dirección positiva.
Un ejemplo muy bueno es el Comunismo, el cual, de hecho, según el nuevo
testamento es una ideología cristiana.
Sin embargo, una vez que se han infiltrado grupos comunistas, el proceso de
Ponerización comenzó, y el comunismo se convirtió meramente en un tipo de
Corporautocracia Facista, siendo “el Estado” la corporación.
El Fenómeno Macro-Social
Cuando un proceso ponerogénico abarca la clase predominante entera de
una sociedad o nación, o si se sofoca la oposición por parte de las
sociedades de gente normal – como resultado del carácter masivo del
fenómeno, o usando medios hechizantes y compulsión física – estamos
tratando con un fenómeno ponerológico macro-social.
En aquel momento, sin embargo, la tragedia de una sociedad, a menudo
acoplada con el sufrimiento del propio investigador, abren ante el un
volumen entero de conocimiento ponerológico, donde éste puede leer todo
acerca de las leyes que gobiernan tales procesos, si éste es capaz de
familiarizarse a tiempo con su lenguaje naturalístico y su gramática
diferente. Los estudios del génesis del mal que están basados en la
observación de pequeños grupos de gente, nos pueden indicar los detalles
de estas leyes. […]
Aceptaré la denominación de “patrocracia” para un sistema de gobierno
así creado, donde una pequeña minoría patológica toma el control sobre
una sociedad de gente normal. El nombre sí seleccionado sobre todo,
subraya la cualidad básica del fenómeno psicopatológico macro social, el
cual lo diferencia de los muchos sistemas sociales posibles que son
dominados por una estructura, costumbres y leyes de gente normal. …
Pienso que este nombre es consistente con las demandas de la semántica,
puesto que ningún término conciso puede caracterizar adecuadamente tal
complejo fenómeno.
Implicaciones Políticas de la Patocracia
El logro de los patócratas de absoluta dominación en el gobierno de un
país no sería permanente, puesto que grandes sectores de la sociedad se
volverían desafectos por tal gobierno, y encontraría un camino para
derribarlo
La patocracia a altos niveles de una organización gubernamental tampoco
constituye el cuadro complete del “fenómeno maduro”. Tal sistema de
gobierno no tiene otro lugar más donde ir sino hacia abajo.
Cualquier posición de liderazgo – hasta abajo, a los cabecillas del
pueblo y los gerentes cooperativos de comunidades, sin mencionar a los
directores de unidades policíacas, y personal policial de
servicios-especiales, y activistas en el partido patocrático – deberán
ser llenados por individuos cuyos sentimientos de vinculación hacia tal
régimen están condicionados por las correspondientes desviaciones
psicológicas, las cuales son heredadas como regla.
No obstante, tales personas se vuelven más valiosas, porque constituyen
un muy pequeño porcentaje de la población. Su nivel intelectual o
habilidades profesionales no pueden ser tomadas en cuenta, puesto que
las personas representando habilidades superiores, con el requisito de
desviaciones psicológicas- son todavía más difíciles de encontrar.
Después de que tal sistema ha durado durante varios años, el cien por
ciento de todos los casos de psicopatía esencial están involucrados en
actividad patocrática. Son consideramos los mas leales,
aunque algunos de ellos fueron parte, de un modo u otro, del "otro
lado".
Bajo tales condiciones, ningún área de vida social puede desarrollarse
normalmente, ya sea en economía, cultura, ciencia, tecnología,
administración, etc.
La Patocracia progresivamente paraliza todo.
Las personas razonables deberán desarrollar un nivel de paciencia más
allá de la vista de cualquiera viviendo en un sistema normal humano,
solo para explicar que hacer y cómo hacerlo a algún obtuso mediocre,
psicológicamente desviado. Esta pedagogía especial requiere mucho tiempo
y esfuerzo, pero de otra manera no sería posible mantener condiciones
tolerables de vida, y los logros necesarios en el área económica o en la
vida intelectual de una sociedad. No obstante, la patocracia
progresivamente se inmiscuye por todas partes y decolora todo.
Aquellas personas que inicialmente encontraron la ideología original
atractiva, eventualmente llegar a la realización que, de hecho, estaban
tratando con otra cosa.
La desilusión experimentada por tales antiguos adherentes ideológicos es
amarga en extremo.
Los intentos de la minoría patológica para retener el poder, siempre
estarán amenazados por la sociedad de personas normales, cuyo criticismo
continúa creciendo. Por una parte, cualquier y todos los métodos de
terror y políticas de exterminación deberán, entonces, ser usadas en
contra de individuos conocidos por sus sentimientos patrióticos y
entrenamiento militar.; por otra parte, actividades de “adoctrinamiento”
específica, tales como esas que hemos presentado son también utilizadas.
Al carecer del sentimiento natural de estar vinculados con la sociedad,
se vuelven irreemplazables en cualquiera de estas actividades. El primer
plano debe, de nuevo, ser ocupado por casos de psicopatía esencial,
seguido por aquellos con anomalías similares, y finalmente por personas
alienadas de la sociedad en cuestión, como resultado de diferencias
raciales o nacionales.
El fenómeno de patocracia madura
durante este período: se construye un extensivo y activo sistema de
indoctrinación, con una ideología adecuada y restaurada que constituye
el vehículo del caballo de Troya para el proceso de patologizar el
pensamiento de individuos y de la sociedad. La meta jamás es admitida:
forzar a las mentes humanas a incorporarse a métodos experimentales
patológicos y patrones de pensamiento, y consecuentemente hacerlos
aceptar tal regla. […]
Durante el choque inicial, el sentimiento de vínculos sociales se
desvanecen; después de que se sobrevive a esto, no obstante, la gran
mayoría de las personas manifiestan su propio fenómeno de inmunización
psicológica. La sociedad simultáneamente comienza a recolectar
conocimiento práctico en el tema de esta nueva habilidad y sus
propiedades psicológicas. Las personas normales lentamente aprenden a
percibir los puntos débiles de tal sistema, y utilizar las posibilidades
de un arreglo más conveniente para sus vidas.
Ellos comienzan a aconsejarse mutuamente en estos temas, así, lentamente
regenerando los sentimientos de vínculos sociales y mutua confianza. Un
nuevo fenómeno ocurre: la separación entre los patócratas y la sociedad
de personas normales. Estos últimos tienen una ventaja respecto a
talento, a capacidades profesionales y a un sentido común sano. Por lo
tanto, sostienen algunos ases.
La patocracia finalmente realiza que deberá encontrar algún “modus
Vivendi” o relaciones con la mayoría de la sociedad:
“Después de todo, alguien tiene que
hacer el trabajo para nosotros.”
Hay otras necesidades y presiones,
especialmente desde afuera. La cara patológica deberá esconderse del
mundo, de alguna forma, puesto que el reconocimiento por la opinión
mundial sería catastrófico. Principalmente para los intereses de la
nueva élite y sus planes expansionistas, un estado patocrático
deberá mantener relaciones comerciales con los países de hombres
normales. Tal estado tiene como meta lograr el reconocimiento
internacional como cierta clase de estructura política; teme el
reconocimiento en términos de diagnóstico clínico.
Todo esto hace que los patócratas tengan la tendencia de limitar sus
medidas de terror, sujetos a métodos de propaganda y adoctrinamiento
para colocarse cierto maquillaje, y de acuerdo con la sociedad que ellos
controlan, algún margen de actividad autónoma, especialmente en cuanto a
vida cultural. Los patócratas más liberales no serían adversos a darle a
tal sociedad un cierto mínimo de prosperidad económica, para reducir el
nivel de irritación, pero su propia corrupción e incapacidad de
administrar la economía, les previene hacer esto.
Esta gran enfermedad social corre su curso a través de una nueva fase:
los métodos de actividad se vuelven más suaves, y hay una coexistencia
con países cuya estructura es aquella del hombre normal. Cualquiera
estudiando este fenómeno… es recordado más bien, del estado disimulativo
de la fase de un paciente intentando jugar el papel de una persona
normal, escondiendo la realidad patológica, aunque continúe estando
enfermo o siendo anormal.
Por ello, usaremos el término “la fase disimulativa de la patocracia”
para el estado de asuntos en donde un sistema patocrático juega aun más
hábilmente el papel de un sistema sociopolítico normal. En este estado,
las personas se vuelven resistentes y se adaptan a la situación dentro
del país afectado por este fenómeno; hacia fuera, sin embargo, esta fase
está marcada por una realzada actividad ponerogénica.
El material patológico de este sistema, se infiltra más bien fácilmente
en otras sociedades, particularmente si son más primitivos, y todas las
avenidas de expansión patocrática son facilitadas por la disminución de
crítica de sentido común por parte de las naciones que constituyen el
territorio de expansionismo.
Mientras tanto, en el país patocrático, la
estructura activa del gobierno descansa en las manos de individuos
psicopáticos, y la psicopatía esencial juega un papel estelar.
Especialmente durante la fase disimulativa. No obstante, los
individuos con rasgos obviamente patológicos deberán ser quitados de
ciertas áreas de actividad: es decir, de puestos políticos con
exposición internacional, en donde tales personalidades podrían
traicionar el contenido patológico del fenómeno. […]
Necesidades similares aplican en otras áreas también. El constructor del
edificio de una nueva fábrica es a menudo alguien apenas conectado con
el sistema patocrático, pero sus habilidades son esenciales. Una vez la
plante esté en operación, el control de su administración es asumida por
patócratas, lo cual a menudo lleva a una ruina técnica. El ejército
similarmente necesita a personas dotadas con perspicacia y
cualificaciones esenciales, especialmente en el área de armas modernas.
…
En tales situaciones, muchas personas son forzadas a adaptarse,
aceptando el sistema gobernante como un status quo, pero también
criticándolo. Ellos cumplen con sus deberes a pesar de las dudas y
conflictos de conciencia, siempre buscando una mejor salida, lo cual
discuten dentro de círculos de confianza. …
La siguiente pregunta se sugiere así: ¿Qué sucede si la red de
entendimientos entre los psicópatas logra poder en posiciones de
liderazgo con exposición internacional?
Esto puede sucedes, especialmente durante
las últimas fases del fenómeno. Incitados por su carácter, tales
personas tienen sed por solamente eso, aunque entrara en conflicto con
sus propios intereses de vida. … Ellos no comprenden que sobrevendría
una catástrofe. Los gérmenes no están conscientes de que serán quemados
vivos o escondidos en lo profundo del suelo, junto con el cuerpo humano
cuya muerte ellos están causando.
Si varias posiciones de mando de un gobierno son asumidas por individuos
carentes de suficientes habilidades para sentir y comprender a otras
personas, y quienes tienen también deficiencias en cuanto a imaginación
técnica y habilidades prácticas – todas las áreas, tanto dentro del país
en cuestión como con respecto a las relaciones internacionales.
En el interior, la situación se volverá
intolerable aun para aquellos ciudadanos que fueron capaces de anidarse
dentro de un “modus vivendi” relativamente confortable. Afuera, otras
sociedades comienzan a sentir la cualidad patológica del fenómeno muy
distintamente. Tal estado de asuntos no puede perdurar mucho tiempo. Uno
debe, entonces, estar preparado para cambios aun más rápidos, y también
comportarse con gran circunspección.
La Patocracia es una enfermedad de grandes movimientos sociales seguidos
por sociedades enteras, naciones e imperios.
En el curso de la historia humana, esto ha afectado a movimientos
sociales, políticos y religiosos, así como a las ideologías
acompañantes… convirtiéndolas en caricaturas de ellos mismos. … Esto
ocurrió como resultado de la … participación de agentes patológicos en
un proceso similarmente patodinámico. Esto explica porqué todas las
patocracias del mundo son, y han sido tan similares en sus propiedades
esenciales.…
Identificando este fenómeno a través de la historia, y calificándolos
apropiadamente de acuerdo a su verdadera naturaleza y contenidos – no de
acuerdo a la ideología en cuestión, la cual sucumbió al proceso de
caricaturización – es un trabajo para historiadores. […]
Las acciones de patocracia afectan a la sociedad entera, comenzando con
los líderes e infiltrando cada pueblo, negocio e institución. La
estructura social patológica gradualmente cubre el país entero, creando
una “nueva clase” dentro de aquella nación. Esta clase privilegiada se
siente permanentemente amenazada por los “otros”, es decir, por la
mayoría de las personas normales. Ni los patócratas mantienen ninguna
ilusión acerca de su destino personal, de haber un retorno al sistema
del hombre normal.
Una persona normal privada del privilegio o alta posición va por allí
haciendo algún trabajo que le hará ganarse el sustento; pero los
patócratas nunca poseyeron ningún talento práctico, y el marco de tiempo
de su gobierno ha eliminado cualquier posibilidad residual de adaptarse
a las demandas del trabajo normal.
Si le ley del hombre normal habría de reinstalarse, ellos y los de su
clase podrían ser sujetos a juicios, incluyendo una interpretación
moralizadora de sus desviaciones psicológicas; ellos serían amenazados
por una pérdida de libertad y vida, no meramente una pérdida de posición
y privilegios. Puesto que son incapaces de esta clase de sacrifico, la
sobrevivencia de un sistema el cual es mejor para ellos se convierte en
una idea moral. Tal amenaza deberá ser batallada por medios de astucia
política y carencia de escrúpulos respecto a aquellos otras personas de
“calidad – inferior”.
En general, esta nueva clase está en la posición de depurar a sus
líderes si su conducta pone en peligro la existencia de tal sistema. …
La Patocracia sobrevive, gracias a la sensación de estar siendo
amenazado por la sociedad de personas normales, así como por otros
países en donde persisten varias formas del sistema del hombre normal.
Para los gobernantes, mantenerse en la cima es, por ello, el clásico
problema de “ser o no ser”.
Así, pues, podemos formular una pregunta más cautelosa: ¿Puede, tal
sistema, alguna vez renunciar a una expansión política y territorial en
el exterior y establecerla como sus posesiones actuales? ¿Qué sucedería
si sobreviniera una situación que confiriera paz interna, el orden
correspondiente y una relativa prosperidad dentro de la nación?
La gran mayoría de la población del país – siendo normal – haría un
hábil uso de todas las posibilidades emergentes, tomando ventaja de sus
cualificaciones superiores para luchar por un alcance cada vez más
grande de actividades. Gracias a sus números más altos, habría una mayor
tasa de nacimientos de su clase, y se incrementaría su poder.
A esta mayoría se les unirían algunos hijos de la clase privilegiada,
quienes no heredaron los genes psicopáticos. El dominio de la patocracia
sería grandemente debilitado, finalmente llevando a una situación en
donde la sociedad de gente normal retoma el poder. Para los patócratas,
esta es una visión conocida y es su pesadilla.
Así, la destrucción biológica, psicológica, moral y económica de esta
mayoría de gente normal es una necesidad “biológica” para los patócratas.
Muchos medios sirven a este fin, comenzando con los campos de
concentración e incluyendo la guerra contra una turba obstinada, bien
armada que devastará y debilitará la energía humana lanzada e él, es
decir, que gobierna el mismo poder de poner en peligro a los patócratas.
Una vez están muertos con seguridad, los soldados serán decretados
héroes, para ser venerados, y útiles para criar a una nueva generación
fiel a la patocracia.
Cualquier guerra emprendida por una nación patocrática tiene dos
frentes: el interno y el externo. El frente interno es más importante
para los líderes y la élite gobernante, y la amenaza interna es un
factor decisivo en lo que respecta a dar rienda suelta a la guerra.
Considerando si comenzar una guerra en contra de un país patocrático, u
no deberá considerar principalmente el hecho de que uno podría ser usado
como ejecutor de la gente común, cuyo aumento de poder representa un
incipiente peligro para la patocracia. Después de todo, los patócratas
no vacilan en hacer correr la sangre y el sufrimiento a la gente que
ellos consideran que no son completamente como ellos. […]
La patocracia tiene otras razones internas para la búsqueda de
expansionismo a través del uso de todos los medios posibles. Mientras
exista ese “otro” mundo, gobernado por los sistemas del hombre normal,
instalado en y dentro de los esfuerzos de la mayoría no patológica,
creando, de tal modo, cierto sentido de dirección.
La mayoría de la población no-patológica del país jamás dejará de sonar
con el restablecimiento del sistema del hombre normal de cualquier forma
posible. Esta mayoría jamás dejará de observar a otras países, esperando
el momento oportuno; su atención y poder deberá, por eso, ser distraída
de este propósito, y las masas deberán ser educadas y canalizadas en
dirección de esfuerzos imperialistas. Tales metas deberán buscarse
tenazmente, para que todo el mundo sepa para que se está luchando y en
nombre de quien deberán ser aguantadas las duras disciplinas y la
pobreza.
Este último factor efectivamente limita la
posibilidad de actividades “subversivas” por parte de la sociedad de
personas normales.
La ideología debe, por supuesto tener una
justificación correspondiente para este supuesto derecho para conquistar
al mundo, y deberá, por ello, ser apropiadamente elaborada. El
expansionismo es derivado de la naturaleza misma de a patocracia, no
desde la ideología, sino este hecho deberá ser enmascarado con
ideologías. […]
Por otra parte, hay países con gobiernos de hombres normales, en donde
la gran mayoría de sociedades tiemblan solo de pensar que un sistema
similar podría ser impuesto en ellos.
Los gobiernos de tales naciones, por eso hacen todo lo que pueden dentro
del marco de trabajo de sus posibilidades y su entendimiento del
fenómeno, para poder contener su expansión. Los ciudadanos de esos
países suspirarían con alivio si algún levantamiento fuera a reemplazar
este malévolo e incomprensible sistema con un método de gobierno más
humano, más fácilmente entendido, con quien sería posible una
coexistencia pacífica.
Tales países emprenden así varios medios de acción para este propósito,
dependiendo su calidad de la posibilidad de entender esa otra realidad.
[…]
Los factores económicos constituyen una parte muy significativa de la
motivación para esta tendencia expansionista. Puesto que las funciones
directivas han sido asumidas por individuos con una inteligencia
mediocre y rasgos patológicos de carácter, la patocracia se vuelve
incapaz de administrar apropiadamente cualquier cosa en absoluto. […]
La prosperidad recolectada de naciones conquistadas puede ser explotada
durante un tiempo, haciendo que los ciudadanos se vean forzados a
trabajar más duro por una ínfima remuneración. Por el momento, no se le
ha dado pensamiento al hecho de que un sistema patocrático, dentro de un
país conquistado, causará eventualmente similares condiciones
improductivas; después de todo el correspondiente auto-conocimiento en
esta área no es resistente en el psicópata. […]
Como ha sido el caso durante siglos, el poder militar es, por supuesto,
el principal medio para alcanzar estos fines. A través de los siglos,
dondequiera que la historia haya registrado la aparición del fenómeno
descrito, se han vuelto aparentes medidas específicas de influencia –
algo en el orden de inteligencia específica al servicio de la intriga
internacional, facilitando la conquista. Esta cualidad se deriva de las
características de personalidad que inspiran el fenómeno; debería
constituir información para que los historiadores identifiquen este tipo
de fenómeno a través de la historia.
Los psicópatas existen en todas partes en el mundo; incluso una
patocracia muy lejana evoca una respuesta resonante en ellos, trabajando
en su sensación subyacente de que “hay un lugar para personas como
nosotros allí.” Las personas no críticas, frustradas y abusadas también
existen en todas partes, y ellas pueden ser alcanzadas por medio de una
propaganda apropiadamente elaborada.
El futuro de una nación es grandemente dependiente de cuántas de estas
personas contenga. Gracias a su conocimiento psicológico específico y su
convicción de que la gente normal son ingenuos, una patocracia es capaz
de improvisar sus técnicas “anti-psicoterapéuticas” y patológicamente
egotistas, como usual, para insinuar su mundo de conceptos desviados a
otros. […]
Siempre que una nación experimenta una “crisis interna del sistema” o
una hiperactividad de procesos ponerogénicos, se vuelve objeto de una
penetración patocrática, cuyo propósito es servirse del país como botín.
Entonces se vuelve fácil tomar ventaja de su debilidad interna y de sus
movimientos revolucionarios para imponer reglas en base al uso limitado
de la fuerza. … Después de una imposición forzada de tal sistema, el
curso de patologización de la vida se vuelve diferente; y tal patocracia
será menos estable, dependiendo su existencia misma del factor de la
fuerza exterior interminable…
La fuerza bruta debe primero sofocar la resistencia de una nación
agotada; las personas que tienen habilidades militares o de liderazgo
deberán ser liquidados, y cualquiera apelando a valores morales y
principios legales deberá ser silenciado. Los nuevos principios nunca
son explícitamente declarados. La gente deberá aprender la nueva ley no
escrita por medio de dolorosa experiencia. La influencia anulada de este
mundo de conceptos desviados termina el trabajo, y el sentido común
demanda precaución y resistencia.
Esto es seguido por un choque que aparece como trágico, siendo
espantoso. Alguna personas de cada grupo social – ya sean gente común
que han sido abusados, oficiales aristócratas, literarios, estudiantes,
científicos sacerdotes, ateos o don nadie no conocidos – repentinamente
comienzan a cambiar su personalidad y visión del mundo. Solo ayer eran
decentes cristianos y patriotas, ellos ahora exponen la nueva ideología
y se comportan despectivamente con cualquiera que todavía de adhiera a
los viejos valores. Solamente más tarde se vuelve evidente que esta
ostensible avalancha, como proceso, tiene sus límites naturales. …
La patocracia impuesta a la fuerza llega en una forma acabada .
podríamos incluso llamarla madura. Las personas observándola de cerca
fueron incapaces de distinguir las fases tempranas de su desarrollo;
cuando los esquizoides y carateópatas estaban a cargo. …
En un sistema impuesto, el material psicopático ya es dominante. […]
La primera conclusión que se sugería a sí misma pronto después del
encuentro con el “profesor” [discutido anteriormente] fue que el
desarrollo del fenómeno está limitado por naturaleza, en términos de la
participación de individuos susceptibles dentro de una sociedad dada. La
evaluación inicial del aproximadamente 6% probó ser realista.
Datos estadísticos coleccionados progresivamente, y ensamblados más
tarde, no contradijeron este gravamen. Esta valor varía de país en país,
en una magnitud de cerca de un por ciento hacia arriba o hacia abajo. …
La psicopatía esencial juega un papel desproporcionado, comparado a los
números, saturando el fenómeno como un todo con su propia calidad de
pensamiento y experiencia.
Otras psicopatías – asténica, esquizoide, anankástica,
histérica y otras – definitivamente tocan el segundo violín,
aunque en suma son mucho más numerosas. Los individuos esquirtoidales se
vuelven compañero viajeros, guiados por su lujuria por la vida, pero sus
actividades son limitadas por consideraciones a su propia ventaja.
En naciones no-semíticas, los esquizoides son algo más numerosos que los
psicópatas esenciales; aunque altamente activos en las fases tempranas
del génesis del fenómeno, éstos traicionan una atracción a la patocracia,
como también la distancia racional del pensamiento eficiente. Así, se
encuentran divididos entre tal sistema y la sociedad de personas
normales.
Hay personas menos distintamente inclinadas en la dirección patocrática.
Estas incluyen estados causados por las actividades tóxicas de ciertas
sustancias, tales como el éter, el monóxido de carbono, y posiblemente
algunas endotoxinas. [¿Tal como la nicotina? ¿Habremos quizás ahora
encontrado la razón por la cual la actual patocracia y la anterior – La
Alemania Nazi – era tan fascista en su imposición de la legislación
antifumadora?]
Los individuos paranoicos cuentan con el apoyo sin crítica alguna,
dentro de tal sistema. No obstante, en general, los portadores de varias
clases de daño al tejido cerebral claramente se inclinan hacia la
sociedad de personas normales, y como resultado de sus problemas
psicológicos, bajo una patocracia, sufren incluso más que las personas
sanas.
También resultó que los portadores de algunas anomalías fisiológicas,
conocidas a los médicos y a veces a los psicólogos, y las cuales son,
sobre todo, de naturaleza hereditaria, manifiestan tendencias partidas,
similares e las de los esquizoides. De manera similar, las personas cuya
naturaleza les ha cargado con una vida corta, y una frecuencia de muerte
relacionada con cáncer indica una característica e irracional atracción
hacia este fenómeno. … La resistencia disminuida de un individuo a los
efectos de la patocracia y su atracción a ella, parece ser una respuesta
holística del organismo de la persona, no meramente de su maquillaje
psicológico por sí solo.
Aproximadamente el 6% de la población constituyen la estructura activa
de la patocracia, la cual lleva su propio y peculiar sentido de
conciencia para sus propias metas. El doble de personas constituyen un
segundo grupo: aquellos que han logrado envolver sus personalidades para
resolver las demandas de la nueva realidad. …
Este segundo grupo consiste de individuos quienes, en promedio, son más
débiles, más enfermizos y menos vitales. La frecuencia de enfermedades
mentales conocidas en este grupo es dos veces el índice del promedio
nacional. Podemos asumir, así, que el génesis de su actitud sumisa hacia
el régimen, mayor es su susceptibilidad a los efectos patológicos, y su
caprichoso oportunismo incluye varias anomalías relativamente
impalpables. …
El grupo del 6% constituye la nueva nobleza; el grupo del 12% forma una
nueva burguesía, cuya situación económica es la más ventajosa. …
Solamente el 18% de la población del país está, así, a favor del nuevo
sistema de gobierno.
La gran mayoría de la población forma la sociedad de personas normales,
creando una red informal de comunicaciones. Es necesario que nos
preguntemos porqué estas personas rechazan las ventajas que produce la
conformidad, conscientemente prefiriendo el papel se oposición: pobreza,
hostigamiento y acortamiento de las libertades humanas.
¿Qué ideales los motivan? ¿Será meramente un
tipo de romanticismo?
Una persona con un subconsciente normal humano, una buena inteligencia
básica y completas facultades de pensamiento crítico tendría un rato
difícil aceptando tal compromiso; devastaría su personalidad y
engendraría neurosis. Al mismo tiempo, tal sistema fácilmente lo
distingue y lo separa de su propia clase, sin importar sus vacilaciones
esporádicas. Ningún método de propaganda puede cambiar la naturaleza de
este fenómeno macro-social, o la naturaleza de un ser humano normal.
Éstos permanecen extraños uno a otro para siempre.
Después de que ha sido formada una estructura patocrática, la población
es efectivamente dividida de acuerdo con líneas completamente diferentes
de lo que alguien, que haya sido criado afuera de lo articulado en este
fenómeno, pudiera imaginar, y que de alguna manera cuyas condiciones
actuales son también imposibles de comprender. …
La Patocracia corroe el organismo social
entero, echando a perder sus habilidades y energía. … Los típicos
patócratas toman todas las funciones administrativas en una estructura
totalmente destruida de una nación. Tal estado deberá ser a corto plazo,
puesto que ninguna ideología puede vivificarlo. El tiempo llega cuando
las masas comunes de la gente desean vivir como seres humanos, y el
sistema ya no puede resistirlo más.
La Patocracia es incluso menos que un sistema socioeconómico que una
estructura social o un sistema político. Es un proceso de enfermedad
macro social afectando naciones enteras, y corriendo el curso de sus
características propiedades patodinámicas. … Mientras nos mantengamos
usando métodos de comprensión para este fenómeno patológico, que
intentan doctrinas políticas para definirlo, (aun si esas doctrinas son
heterogéneas a él), no seremos capaces de identificar las causas y
propiedades de la enfermedad.
Una ideología correspondientemente preparada
podría disimular las cualidades esenciales de las mentes de científicos,
políticos y gente común.
Personas Normales Bajo Regla Patocrática
Como lo hemos citado arriba, la anomalía distinguida como psicopatía
esencial inspira el fenómeno global en una patocracia bien desarrollada…
El mundo patocrático – el mundo de egotismo y terror patológico – es tan
difícil de entender para las personas criadas fuera del alcance de este
fenómeno, que a menudo manifiestan ingenuidad infantil, aun si han
estudiado la psicopatología y son psicólogos de profesión. …
Si una persona con un sustrato instintivo normal e inteligencia básica
ya ha escuchado y leído acerca de tal sistema de despiadada autocracia “
“basada en una ideología fanática”, siente que ya ha formado una opinión
en el tema. Sin embargo, una confrontación directa con el fenómeno causa
que se sienta intelectualmente impotente. Todas sus anteriores
proyecciones demostraron ser virtualmente inútiles; no explican
absolutamente nada. Esto provoca una molesta sensación de que el y la
sociedad en la que fue educado son bastante ingenuos…
Una de las diferencias observadas entre una persona normalmente
resistente y alguien que ha sido sometido a una transpersonificación es
que el primero tiene mayor capacidad para sobrevivir este vacío
cognoscible y desintegrador, mientras que el último llena el vacío con
el material de propaganda patológica, y sin suficientes controles.
Cuando la mente humana entra en contacto con esta nueva realidad, tan
diferente de cualquier experiencia encontrada por una persona criada en
una sociedad dominada por gente normal, esto suelta síntomas de choque
psicofisiológico en el cerebro humano, con un tono más alto de
inhibición de la corteza y una sofocación de sensaciones, las cuales a
veces fluyen incontrolablemente. Las mentes humanas trabajan más
despacio y menos intensamente, puesto que los mecanismos asociativos se
vuelven ineficientes.
Especialmente cuando una persona tiene contacto directo con
representantes psicopáticos del Nuevo régimen, quienes usan su
experiencia específica como para traumatizar las mentes de los “otros”
con sus propia personalidades, su mente sucumbe a un estado de catatonía
temporal (N. d T. – síndrome propio de psicosis esquizofrénica que
supone negativismo, mutismo, sugestionabilidad, estereotipia, etc.) .
Sus arrogantes y humillantes técnicas, sus brutales paramoralizaciones,
matan sus procesos de pensamiento y sus capacidades de auto defensa, y
sus métodos de de experiencias divergentes se ancla en su mente.
Solamente después de que han pasado estos estados psicológicos
increíblemente desagradables, gracias al descanso en compañía
benevolente, es posible reflejar – lo cual es siempre un difícil y
doloroso proceso – o volverse consciente que la mente de uno y el
sentido común ha sido engañado por algo que no puede encajar en la
imaginación normal humana.
El hombre y la sociedad están parados al comienzo de una larga ruta de
experiencias desconocidas, las cuales, después de mucho ensayo y error,
finalmente conduce a cierto conocimiento hermético de cuáles son las
cualidades del fenómeno, y cómo acumular resistencia psicológica a ello.
Especialmente durante la fase disimulativa, esto hace posible adaptarse
a la vida en este mundo diferente y así hacer arreglos para unas
condiciones de vida más tolerables.
Por ello observaremos los fenómenos
psicológicos, el conocimiento, la inmunización y adaptación, tal como no
habría podido ser predicha antes, y tampoco pudo ser entendida en el
mundo restante, bajo la regla de los sistemas del hombre normal. Sin
embargo, una persona normal nunca puede adaptarse completamente a un
sistema patológico; es fácil volverse pesimita acerca de los resultados
finales de esto.
Tales experiencias son intercambiadas durante discusiones vespertinas
entre un círculo de amigos, creando así, dentro de la mente de las
personas, una especie de conglomeración de percepción, la cual es
inicialmente incoherente, y contiene deficiencias objetivas. [...]
La ideología oficialmente predicada para la patocracia continúan
conservando sus energías sugestivas, que continúan disminuyendo, hasta
que llega el momento en la razón humana logra localizarla como algo
subordinado, lo cual no es descriptivo de la esencia del fenómeno. [...]
Bajo tales condiciones, tanto el instinto como las sensaciones y la
resultante inteligencia básica juegan papeles instrumentales,
estimulando al hombre a hacer selecciones que son en gran medida
subconscientes.
Bajo las condiciones creadas por la regla patocrática impuesta, nuestro
subconsciente instintivo es un factor instrumental para unirse a la
oposición. Similarmente, las motivaciones ambientes, económicas e
ideológicas que influenciaron la formación de la personalidad del
individuo, incluyendo aquellas actitudes políticas que fueron asumidas
más temprano… desaparecen dentro del acercamiento estadístico y
disminuye a través de los años de gobierno patocrático.
Las decisiones y las selecciones de caminos hechas de regreso a la
sociedad del hombre normal son finalmente decididas por factores
usualmente heredados por medios biológicos, y así, no son el producto de
la opción de la persona, y predominantemente en procesos subconscientes.
La inteligencia general del humano, especialmente su nivel intelectual,
juega un papel relativamente limitado en este proceso de seleccionar un
camino de acción, como expresado por la significativa estadística, pero
baja correlación de -0.16. Mientras más alto sea el nivel general de
talento de la persona, más difícil es usualmente para el reconciliarse
con esta realidad diferente, y encontrar dentro de ella un modus
vivendi.
Al mismo tiempo, las personas con dones y talento sí se unen a la
patocracia, y ásperas palabras de desprecio contra el sistema pueden
escucharse por parte de personas simples, sin educación.
Solamente aquellas personas con el grado más alto de inteligencia – las
cuales, como ya se ha mencionado, no acompañan psicopatías - son
incapaces de encontrar el significado de la vida dentro de tal sistema.
A veces son capaces de tomar ventaja de su mentalidad superior para
encontrar caminos excepcionales en los cuales ser útiles a otros.
Desperdiciando los mejores talentos predice
una eventual catástrofe para cualquier sistema social.
Puesto que esos factores sujetos a las leyes de la genética han probado
ser decisivos, la sociedad se vuelve dividida en los adherentes de la
nueva regla, la nueva clase media, mencionada arriba, y la mayoría de
oposición por medio de criterio no conocido antes.
Puesto que las propiedades que causan esta
nueva división aparecen en más o menos iguales proporciones dentro de
cualquier viejo grupo social o nivel, esta nueva división corta justo a
través de estas capas tradicionales de la sociedad. Si tratamos la
antigua estratificación, cuya formación fue decisivamente influenciada
por el factor talento, como horizontal, la nueve debería ser referida a
ella como vertical. El factor más instrumental en esta última es una
buena inteligencia básica, la cual, como ya sabemos, es ampliamente
distribuida a través de todos los grupos sociales.
Incluso aquellas personas que fueron objeto de injusticia social en el
sistema anterior y luego se les confiere otro sistema, el cual
supuestamente los protege, lentamente comienzan a criticar a esta
último. [...]
Uno de los primeros descubrimientos hechos por una sociedad de personas
normales es que es superior a los nuevos gobernantes en inteligencia y
capacidades prácticas, sin importar cuan genios estos parezcan ser (por
medio del magnetismo o encanto). Los nudos que anulan la razón son
gradualmente soltados, y la fascinación con el conocimiento secreto y el
plan de acción del nuevo régimen comienza a disminuir, seguido por la
familiarización con el conocimiento acerca de esta nueva realidad..
El mundo de personas normales es siempre superior al otro, siempre que
sea necesaria una actividad constructiva, ya sea la reconstrucción de un
país devastado, del área de tecnología, la organización de la vida
económica o científica, y el trabajo de medicina. [...]
Como ya hemos señalado anteriormente, cada anomalía psicológica es, de
hecho, un tipo de deficiencia. Las Psicopatías están basadas
principalmente en deficiencia en el subconsciente instintivo; sin
embargo, su influencia ejercida sobre el desarrollo mental también
conduce a deficiencias en la inteligencia en general, como lo discutimos
ya arriba.
Esta deficiencia no es compensada por la creación del conocimiento
especial psicológico que observamos entre algunos psicópatas.
Tal conocimiento pierde su poder hipnotizante cuando la gente normal
aprende a entender este fenómeno también. El psicopatólogo no se
sorprendió por el hecho que el mundo de personas normales es dominante,
y requiere habilidades y talento. Para aquella sociedad, sin embargo,
esto representó un descubrimiento que engendró esperanzas y relajación
psicológica.
Puesto que nuestra inteligencia es superior a la de ellos, podemos
reconocerlos y entender cómo piensan y actúan. Esto es lo que aprende
una persona en tal sistema, por su propia iniciativa, forzado por las
necesidades diarias. El aprende al ir a trabajar a su oficina, escuela o
fábrica, ya sea que necesite tratar con las autoridades, o al ser
arrestado – algo que solo muy poca gente logra evitar.
El autor y muchos otros aprendieron mucho acerca de la psicología de
este fenómeno macro social, durante el entrenamiento de indoctrinación
obligatoria. Los organizadores y conferencistas no podrían haber pensado
en tal resultado. El conocimiento práctico de esta nueva realidad va
acrecentando, gracias a lo cual la sociedad gana recursos de acción que
les permite tomar una mejor ventaja de los puntos débiles del sistema
de gobierno.
Esto permite una reorganización gradual de acoplamiento social, que con
el tiempo trae sus frutos. …
Capitalismo y Psicopatía
Los miembros de la
Quantum Future School
(Escuela de Futuro Cuántico) han sido contratados para
estudiar la psicopatía y la pseudo-psicopatía durante varios años. Esto
ciertamente ha preparado a la mayoría de nosotros a ser capaces de ver al
hombre detrás de la cortina, o, en este caso, detrás de la “máscara de la
cordura”.
Estos estudios condujeron a la pregunta: ¿porqué el comportamiento
psicopático parece estar ten extendido en los Estados Unidos? (Eso no
significa que no existe en cualquier otras partes – esto es un hecho).
Linda Mealey, del Departamento de Psicología en la Universidad de San
Benedicto en San José, Minnesota, recientemente propuso ciertas ideas en su
papel: “La socio-biología de la sociopatía – Un Modelo Evolucionario
Integrado" (The Sociobiology of Sociopathy - An Integrated Evolutionary Model.)
Estas idean abordan el aumento de la psicopatía en la cultura
estadounidense, sugiriendo que en una sociedad competitiva – capitalista por
definición – la psicopatía es adaptativa y probable que se incremente.
Ella escribe:
“Yo he, así, discutido que algunos
individuos parecen tener un genotipo que los predispone a la psicopatía.
[La psicopatía describe] las diferencias individuales, genéticamente
basadas y dependientes de la frecuencia en el empleo de estrategias de
vida. [Los psicópatas] siempre aparecen en toda cultura, sin importan
cuales son las condiciones socio-culturales. [...]
La competividad incrementa el uso de estrategias antisociales y
maquiavélicas, y puede contrarrestar una conducta pro-social… Algunas
culturas estimulan más que otras la competividad, y estas diferencias en
valores sociales varían tanto culturalmente como a través de las
culturas. […]
A través de ambas dimensiones, altos niveles de competitividad están
asociados con altas proporciones de crímenes y maquiavelismo.
Una alta densidad de la población, una forma indirecta de la
competición, es también asociada con una conducta pro-social reducida y
un comportamiento anti-social incrementado.”
[Mealey, op. cit.].
La conclusión es que el modo capitalista de
vida, asociada, en los Estados Unidos, con la “democracia” ha optimizado la
sobrevivencia de psicópatas, con la consecuencia de que es una “estrategia
de vida” adaptativa, que es extremadamente exitosa en la sociedad
estadounidense, y así ha incrementado en la población en términos genéticos,
así como actuando como un factor de atracción para los individuos
psicopáticos en otros países durante ya bastante tiempo.
El hecho es que los Estados Unidos están probablemente inundados con
psicópatas y esquirtoides, como lo menciona Lobaczewski.
Es más, como consecuencia de una sociedad que es adaptante para lal
psicopatía, muchos individuos que NO son psicópatas genéticos se han
adaptado similarmente, volviéndose psicópatas “efectivos”, o “caracteópatas”,
como lo ha descrito Lobaczewski.
Mealey:
“Por supuesto, porque no son discapacitados
intelectualmente, esos individuos [psicópatas] progresarán normalmente
en términos de desarrollo perceptivo, y adquirirán una teoría de la
mente. Sus teorías, sin embargo, serán formuladas puramente en términos
instrumentales [¿Que podría CONSEGUIR para mi el asumir esto u lo
otro?], sin acceso al entendimiento empático en el que nos fiamos
nosotros la mayor parte del tiempo.
Podrán volverse excelentes juzgadores del comportamiento de otros, ya
que no están sugestionados por la ‘intrusividad’ de la emoción, actuando
como lo hacen los apostadores profesionales, únicamente sobre las leyes
nomothetics y datos actuarial (actuarial data) datos actualizados en vez
de en sensaciones y corazonadas.
En la determinación de cómo ‘actuar’ en los encuentros sociales del
acontecer diario, ellos usarán un acercamiento puramente de costos y
beneficios, basados en resultados personales inmediatos, sin cotar con
reacciones emocionales de los otros con quienes están tratando.
Sin ningún verdadero amor que los ‘comprometa’, sin ansiedad alguna que
les prevenga el miedo de ‘ser detectados’, sin culpabilidad que les
inspire arrepentimiento, esos son libres para jugar continuamente para
su beneficio a corto plazo.
Al mismo tiempo, por los cambios en las frecuencias de los genes dentro
de la población, no serán capaces de mantener el paso con los parámetros
tan rápidamente cambiantes de las interacciones sociales, una proporción
adicional fluctuante de sociopatía será el resultado, porque, en una
sociedad de []psicopatía], las circunstancias ambientales hacen una
estrategia antisocial de la vida más provechosa que una estrategia
favorable socialmente.”
[Mealey, op. cit.]
En otras palabras, en un mundo de psicópatas,
aquellos que no son psicópatas genéticos, son inducidos a comportarse como
psicópatas para sobrevivir. Cuando se establecen reglas para hacer a una
sociedad “adaptable” a la psicopatía, convierte a todos en sociópatas.
Lo que hace al psicópata tan peligroso y atemorizante es que el o ella
llevan puesta una completamente convincente “máscara de Cordura”- esto
pueda, al principio hacer parecer a tal persona muy persuasiva y
obligatoriamente sana, de acuerdo al psiquiatra
Harvey Cleckley. Chackley fue el
primero en describir los síntomas dominantes del desorden.
En general, el psicópata exitoso “computa” hasta donde pueden salirse con
una proporción de costos y beneficios de las alternativas. Entre los
factores que ellos consideran como los más importantes están el dinero, el
poder y la gratificación de deseos negativos.
Ellos no están motivados por tal refuerzo social como ventajas al futuro o
al bienestar de otros – aun incluyendo aquellos que uno sospecharía que sí
les importarían, como serían sus propias familias. Se han realizado estudios
que muestran que encerrando a un psicópata no tiene absolutamente ningún
efecto en ellos en términos de modificar sus estrategias de vida. De hecho,
se ha demostrado que esto los hace peores.
Efectivamente, cuando son encerrados, los psicópatas simplemente aprenden
cómo ser mejores psicópatas.
El psicópata está obsesionado con el control, aun si dan la impresión
de ser desamparados. Su pretensión de sensibilidad emocional es realmente
parte de su función de control: Mientras más alto sea el nivel de creencia
que el psicópata pudiera inducir en su víctima a través de sus dramas, mayor
“control” cree el psicópata que tiene. Y, de hecho, esto es verdad.
Ellos tienen el control cuando otros creen sus mentiras. Lamentablemente, el
grado de creencia, el grado de “sumisión” a este control por medio de falsas
representaciones, generalmente produce mucho dolor cuando la verdad es
vislumbrada, que la víctima preferiría continuar en esa mentira que
enfrentar el hecho que ha sido embaucado.
La conducta pasada de una sociedad será usada por el psicópata (o por la
red ponerológica) para predecir el futuro comportamiento de esa
sociedad. Como un jugador individual, una sociedad tendrá cierta
probabilidad de detectar engaño y una memoria más o menos exacta de quien lo
ha engañado en el pasado. La sociedad también tendrá una cierta probabilidad
de haber desarrollado o no una propensión a tomar represalias en contra de
un mentiroso o timador.
Puesto que el psicópata está usando un abordamiento actuado para determinar
los costos y beneficios de diferentes conductas, (hasta que grado puede
salirse con la suya), es realmente el comportamiento pasado de la sociedad
el que entrará en sus cálculos, en vez de cualquier gravamen de riesgo
basado en cualquier “miedo o ansiedad” de ser pillado y castigado, que las
personas empáticas pudieran sentir con anticipación al hacer algo ilegal.
Así, para reducir el comportamiento psicopático en la sociedad y en el
gobierno, una sociedad debe establecer y reforzar una reputación para más
altos promedios de detección de engaño e identificación de mentirosos, y de
una buena voluntad para tomar represalias. En otras palabras, debe
establecer una exitosa estrategia de disuasión.
Puesto que el psicópata es particularmente incapaz de tomar decisiones
basadas en consecuencias a futuro, es capaz solamente de enfocar su atención
en una gratificación inmediata – metas a corto plazo – es posible que se
pueda tratar con tales individuos, estableciendo una historia de castigo
social de rápida distribución. Es decir, el identificar y castigar a
mentirosos y timadores deberá ser inmediato y consistente, siendo así,
predecible cuando esto ocurra.
Y aquí venimos al tema referente a las interacciones sociales humanas del
mundo real a gran escala: reducir la psicopatía en nuestros líderes
depende de que expandamos la memoria colectiva de la sociedad sobre las
conductas pasadas de jugadores individuales. Aquellos que no recuerdan
la historia están condenados a repetirla.
Cualquier exploración razonable en las noticias revelará que las mentiras y
el engaño no están tan “encubiertos” como los apologistas americanos
quisieran pensar.
Incluso los estadounidenses menos informados tiene alguna idea de que hubo
ciertamente algo que olía mal acerca de la investigación del asesinato de
JFK. En años recientes, el hombre a cargo de la Comisión Warren, Gerald
Ford, también expresidentes, admitió haber “engañado” en el reporte cuando
admitió haber cambiado el lugar de una de las heridas de bala en el reporte
final.
Entonces vino el Watergate, seguido por el Asunto Irán-Contra, sin mencionar
el “Mónica-gate”. Esto parece casi ingenuo comparado con las mentiras de la
gente actualmente en el poder. Las mentiras de la “pandilla
de Bush", de elecciones robadas, hasta
los
ataques del 9/11 y a través de las infames armas de destrucción
masiva en Irak, han tomado el arte de la mentira a alturas que
impresionarían a Hitler mismo. Y aquí estamos solamente tocando algunas
cosas destacadas que son más familiares para todos los estadounidenses.
¿Que consecuencias sufrieron los engañadores de la sociedad?
Ninguna. De hecho, en casi cada caso, fueron recompensados elegantemente con
aquellas cosas de valor para el psicópata: dinero y bienes materiales. Si
alguien piensa que se avergonzaron por exposición al público, ¡piénselo de
nuevo! Pero lo que de interés crucial aquí es el hecho que el pueblo
estadounidense simplemente no ha respondido a las revelaciones de las
mentiras en el gobierno con ningún ultraje que pudiera ser considerado como
símbolo. En el presente, ni siquiera hay un “ultraje simbólico”.
¿No encuentra esto extraño?
Pero nosotros ya hemos notado la razón: el estilo de vida estadounidense ha
optimizado la sobrevivencia de la psicopatía y en un mundo de psicópatas,
aquellos que no son genéticamente psicópatas, son inducidos a comportarse
como sicópatas simplemente para sobrevivir.
Cuando las reglas se fijan para hacer una sociedad “adaptada” a la
psicopatía, hace de todos unos sociópatas. Como consecuencia, un largo
número de estadounidenses son sociópatas efectivos. (Aquí, nosotros usamos
la palabra “sociópata” como designación de aquellos individuos que nos son
psicópatas genéticos)
Y así, tenemos a George Bush y el Cuarto Reich calculando
hasta dónde pueden salirse cn la suya viendo en la historia las reacciones
de las personas estadounidenses al engaño.
No hay ninguno, porque el sistema es tan adaptado a la psicopatía. En otras
palabras, los estadounidenses aguantan a Bush y a su agenda porque la
mayoría de ellos son, efectivamente, como el.
Pero eso no es porque todos nacieron de esa
manera. Es porque la psicopatía es requerida para sobrevivir en la sociedad
capitalista, competitiva estadounidense.
Cuando una sociedad vuelve más grande y más competitiva, los individuos se
vuelven más anónimos y más maquiavélicos. La estratificación y segregación
social conduce a sensaciones de inferioridad, pesimismo y depresión entre
los “no-tengo”, promoviendo el uso de “estrategias de engaño” en la vida,
que, entonces, hacen el ambiente más adaptable para la psicopatía en
general, porque aquellos que están sufriendo responderán positivamente a
cualquier signo de cambio, incluso si no realizan que el cambio está siendo
propuesto por aquellos que realmente harán peores sus vidas.
La conducta psicopática entre los psicópatas no-genéticos pudiera
visualizarse como un método funcional para obtener los recursos deseables,
incrementando el estatus de un individuo en un grupo local, e incluso un
medio de proporcionar un estímulo que la gente social y financieramente
acertada encuentra aceptable en los desafíos físicos e intelectuales.
En los Estados Unidos, la gran mayoría de hogares son afectados por el hecho
que el trabajo, divorcio o ambos, les han quitado a uno o ambos padres de la
interacción con sus hijos durante la mayor parte del día. Esto es una
consecuencia de la economía capitalista.
Cuando los padres están ausentes, o incluso cuando uno de los padres está
presente, pero no posee el conocimiento suficiente o la información, los
niños son dejados a la merced de lo que está disponible a sus ojos (TV,
Nintendo, etc.), una cultura formada por los medios de comunicación. Armados
con palancas de mando y controles remotos de TV, los niños son guiados desde
South Park y Jerry Springer hasta Combate Mortal en el Nintendo. Los
niños normales se desensibilizan a la violencia.
Niños más susceptibles – niños con una herencia genética a la psicopatía -
son empujados hacia un peligroso precipicio mental. Mientras tanto, el
gobierno regularmente está pasando leyes, a demanda de los padres y de la
comunidad psicológica, diseñados a evitar las consecuencias impuestas sobre
el comportamiento violento de los jóvenes.
En cuanto a la violencia de los medios de comunicación, pocos investigadores
continúan tratando de disputar que el derramamiento de sangre en la TV y en
las películas tiene un efecto en los niños que las miran. Agregado a esta
mezcla están ahora los juegos de video estructurados alrededor de modelos de
caza y matanza. Enganchados por los gráficos, los niños aprenden a asociar
los chorros de “sangre” con la satisfacción principal de anotar un
“triunfo”.
Una vez más, la economía – el capitalismo disfrazado como “democracia”
– controla su realidad.
El hecho es que es un sistema casi mecánico el que opera basado en la
naturaleza psicológica de los seres humanos, la mayoría de los cuales
prefiere vivir en la negación o necesitan vivir en la negación para
complacer a sus padres, sus parejas, sus líderes religiosos y sus líderes
políticos. Todo lo que ellos quieren hacer es tener alguna relajación para
disfrutar el “Sueño Americano”.
Después de todo, “si la ignorancia es una dicha, es tonto ser sabio”. Esto
es más que nada especialmente verdad cuando consideramos el instinto de
sobrevivencia del ego. Si la cultura oficial – creada por psicópatas - dice
que “no hay hombre detrás de la Cortina”, trabajando a través del sistema de
creencias inculcado, hay muy poca posibilidad de que la mayoría de gente sea
capaz de ver la fuente del fenómeno ponerológico en nuestro mundo.
Ahora,
considere toda la previa información ahora en relación
a los ataques del 9/11.
De hecho, ellos han CREADO sus procesos de pensamiento!
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