por Tony Cartalucci
8 Enero 2015
del Sitio Web
LandDestroyer
traducción de El Robot Pescador
9 Enero 2014
del Sitio Web
ElRobotPescador
Versión original en ingles
Los terroristas se radicalizaron en
Europa, viajaron a Siria, regresaron, fueron detenidos anteriormente
por las agencias de seguridad occidentales contra el terrorismo y
entraron a formar parte de las listas de vigilados por la agencia de
inteligencia francesa así como otras occidentales.
Sin embargo, "de alguna manera misteriosa" se las arreglaron para
ejecutar un ataque perfectamente organizado en el corazón de Europa
y en concreto en una de las grandes capitales mundiales.
Siguiendo un patrón ya muy conocido y predecible, los tiradores
involucrados en la matanza en la redacción de la revista satírica
Charlie Hebdo este pasado Miércoles, 7 de enero, eran ciudadanos
franceses, se radicalizaron en Europa y fueron "exportados" a Siria
para combatir en la guerra sostenida secretamente por la OTAN contra
el gobierno de Damasco, y posteriormente fueron traídos de vuelta a
Francia, para llevar a cabo un ataque interno.
Además, como ha sucedido en muchos otros ataques internos, los
sospechosos habían sido largamente vigilados por los servicios de
inteligencia occidentales, con al menos uno de los sospechosos
habiendo sido arrestado anteriormente por cargos de terrorismo.
"Los hermanos, de origen argelino,
nacieron en París. Cherif fue condenado a tres años de prisión
por cargos de terrorismo en mayo de 2008. Los dos hermanos
regresaron de Siria este verano"
No nos dejemos engañar. Estamos ante el típico esquema de operación
dirigida por las agencias de inteligencia occidentales.
Es un reflejo literal del tipo de operaciones de inteligencia de
la
OTAN durante la Guerra Fría, con redes similares de militantes
radicalizados usados como mercenarios extranjeros así como
provocadores domésticos. Hacia el final de la Guerra Fría, uno de
estos grupos militantes era literalmente Al Qaeda, un frente
mercenario armado, financiado y contratado Occidente hasta el día de
hoy.
Además, con toda probabilidad, los hermanos que participaron en el
ataque en París habrían estado luchando en Siria con armas que les
proporcionó el propio Gobierno francés.
Así nos lo dijo el canal France 24 el año pasado en un artículo
titulado, "Hollande
confirma que Francia entregó armas a los rebeldes sirios":
"El Presidente François Hollande,
dijo el jueves que Francia había entregado armas a los rebeldes
que luchan contra el régimen sirio de Bashar al-Assad meses
atrás"
Desviar las culpas por el ataque hacia
el "Islam radical" no es más que una patraña que oculta la verdad:
estos terroristas fueron creados
intencionadamente por Occidente, para luchar contra los enemigos
de Occidente en el extranjero, y para intimidar y aterrorizar a
la población dentro de los propios países occidentales, con el
fin de justificar políticas de control sobre la población cada
vez más restrictivas.
Al igual que en cualquier ataque
de falsa bandera diseñado por un
gobierno con el fin de manipular la percepción pública y impulsar
políticas restrictivas de las libertades injustificables, se han
creado una serie de bulos con el fin de distraer al público de la
verdadera naturaleza del ataque.
En el reciente ataque en París, Francia, los bulos o
leitmotiv del engaño han sido,
...todo aderezado con una campaña de
propaganda perfectamente diseñada a modo publicitario a través del
hashtag
#jesuischarlie ("yo soy charlie"), que ha inundado las redes
sociales utilizando un lema claro y recordable.
Al más puro estilo "Ice Bucket Challenge", o "Kony 2012″, campañas
que recuerdan mucho a la que nos mostraban en la brillante película
de Barry Levinson, "La
Cortina de Humo" (Wag the Dog).
La cuestión de fondo de la que se intenta alejar a la opinión
pública es que Al Qaeda y otros grupos similares, no son creaciones
del "extremismo islámico", sino instrumentos al servicio de la
política exterior occidental, que ha usado el "extremismo" como
herramienta para adoctrinar a los miembros, pero que los utiliza por
y con el único propósito de servir a una agenda totalmente
occidental.
Para
debilitar a Irán, que es
predominantemente chiíta, la
Administración
Bush decidió, por ejemplo,
reconfigurar sus prioridades en Oriente Medio. En el Líbano, la
Administración Bush cooperó con el gobierno de Arabia Saudita, que
es sunita, en operaciones clandestinas que pretenden debilitar a
Hezbolá, la organización chií respaldada por Irán.
Los EE.UU. también han participado en operaciones clandestinas
contra Irán y su aliado Siria.
Un subproducto de estas actividades ha
sido el refuerzo de esos grupos extremistas sunitas que propugnan
una visión militante del Islam y son hostiles a Estados Unidos y
simpatizantes de Al Qaeda.
A día de hoy, los EE.UU., sus socios de la OTAN, incluida Turquía, y
los socios regionales como Israel, Arabia Saudita y Qatar, arman,
financian, acogen, forman y ayudan a perpetuar a estos "extremistas
islámicos"
dentro de Siria y ahora también en
las fronteras de Irak.
Occidente cierra la boca mientras las autocracias del Golfo Pérsico,
sus aliadas, financian y gestionan una red global de mezquitas
indispensables para generar este "extremismo islámico". Y los
servicios de inteligencia Occidentales, obviamente lo saben y
colaboran en ello.
La reciente crisis del secuestro con rehenes en la cafetería de
Sidney es un buen ejemplo de ello.
Ver artículo,
5 ASPECTOS SOSPECHOSOS DEL ATAQUE ISLAMISTA EN
SIDNEY.
Recordemos que el secuestro fue presuntamente perpetrado por Man
Haron Monis, un disidente iraní al que se le concedió asilo en
Australia y que aparecía regularmente en los medios de comunicación
para hacer propaganda anti-iraní.
Este caso expone una vasta red de
radicalización y reclutamiento en Sidney, que se utiliza para
organizar el apoyo y enviar combatientes a la guerra de Siria
contra
el gobierno de Assad, enemigo de Occidente.
Man Haron Monis
La red incluye a muchos individuos notorios, bien conocidos por los
organismos policiales y de inteligencia australianos, y muchos de
los cuales habían viajado a Siria, habían tomado parte en la lucha
formando parte de organizaciones terroristas bien conocidas, y se
les permitió regresar y continuar con sus actividades políticas en
Australia.
Un ejemplo de ello lo encontramos en el artículo del Daily Mail,
titulado "¿Por qué la policía le pide a un ex sospechoso de
terrorismo una bandera de ISIS?", que afirma lo siguiente:
"La policía antiterrorista ha
contactado con Zaky Mallah un hombre de Sidney, que en su día
fue acusado por actividades terroristas y le han pedido si podía
darles una bandera de ISIS"
(presuntamente porque el secuestrador del café la había
solicitado a las autoridades durante el secuestro, a pesar de
que Monis era Shiita y ISIS es sunnita)
"Zaky Mallah, ofreció a la policía antiterrorista la bandera que
cuelga en la pared de su apartamento, una bandera del Frente
Islámico, un grupo mucho más moderado, pero según Mallah, 'no se
mostraron interesados: querían una bandera del Estado
Islámico'."
El artículo también sostiene que:
"Hace dos años, Mallah viajó a Siria
y vivió con los rebeldes de la FSA en su lucha contra el
presidente Bashar el Assad. Después de regresar a casa, animó a
los jóvenes a ir a Siria y participar en la yihad para
experimentar la lucha por la libertad en contra de El Assad".
No deja de ser curioso que las
autoridades conozcan y tengan perfectamente controlados a aquellos
que pueden tener una bandera del Estado Islámico y soliciten su
ayuda…
Al igual que en Australia, Francia, aparentemente también tiene
vigilados y controlados a un nutrido grupo de ex terroristas que
habían viajado a luchar a Siria y que habían vuelto a Francia a
proseguir con sus actividades.
Algunos de estos terroristas son
confidentes y colaboradores de las agencias de seguridad y forman
claramente parte de la propia comunidad de inteligencia que no solo
los vigila, sino que los mantiene.
Estas redes han permitido reclutar a miles de combatientes para
luchar en la guerra encubierta de la OTAN en Siria.
La BBC informa de ello en un artículo titulado, "La
crisis del Estado Islámico: 3000 yihadistas europeos se unen a la
lucha":
"El número de europeos que se han
convertido en combatientes islamistas en Siria e Irak se ha
elevado a más de 3000, según afirma el jefe antiterrorista de la
UE.
Gilles de Kerchove también advirtió
que los ataques aéreos occidentales aumentarían el riesgo de
ataques de represalia en Europa".
¿Cómo alguien puede creer que tal
cantidad de terroristas emigren al extranjero para luchar junto a
los terroristas sin la colaboración necesaria por omisión, de los
servicios de inteligencia Occidentales?
Es evidente que, al igual que se armó intencionadamente a Al Qaeda
en Siria, los servicios de inteligencia occidentales han abierto las
compuertas para permitir que los terroristas europeos se unan a esa
guerra que tanto interesa a la OTAN y han permitido, además, que
vuelvan a reingresar en los países occidentales sin ningún problema.
OPERACIÓN
GLADIO CON ESTEROIDES
Estas redes son un reflejo claro de la política de la OTAN iniciada
durante la Guerra Fría, en la que se crearon ejércitos secretos y
grupos terroristas controlados por la OTAN y la CIA, como fue la ya
célebre
Operación Gladio, una red
terrorista encubierta consistente en milicias de ultraderecha,
elementos del crimen organizado, agentes provocadores y unidades
militares secretas que
permaneció en,
-
Francia
-
Bélgica
-
Dinamarca
-
Italia
-
Portugal
-
Países Bajos
-
Noruega
-
Alemania,
...y otros, y que fue diseñada para
presentar a los grupos políticos de izquierda de Europa como
terroristas ante la opinión pública y arrastrar a la población
asustada para que votara por gobiernos autoritarios.
Para llevar a cabo este objetivo, los
operativos Gladio realizaron una serie de mortíferos ataques
terroristas que fueron atribuidos a los izquierdistas y marxistas.
Muchos de los militantes y extremistas utilizados en esas
operaciones por la OTAN, fueron liquidados a la finalización de los
muchos ataques de falsa bandera que se perpetraron a costa de
cientos de vidas de inocentes ciudadanos europeos.
Del mismo modo, hoy en día, muchos de los hombres armados
involucrados en los ataques terroristas domésticos controlados por
las mismas agencias de inteligencia, acaban muriendo.
Mientras que las operaciones de OTAN y la CIA durante la Guerra Fría
estaban destinadas a actos de terrorismo contra el propio pueblo,
las redes actuales se utilizan para llevar a cabo tanto guerras en
el extranjero, como ataques terroristas en el propio país.
La naturaleza expansiva de estas redes y la amenaza que representan
para la paz y la estabilidad mundial debería estar en el centro del
debate acerca del ataque de París, dejando a un lado las presuntas
creencias religiosas de los atacantes que, al igual que sus
homólogos de la Guerra Fría, no son más que chivos expiatorios y
peones en medio de un juego mucho más grande e insidioso.
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