por F. William Engdahl
21 Abril 2016
del Sitio Web
NEO
traducción de El Robot Pescador
25 Abril 2016
del Sitio Web
ElRobotPescador
Versión original en ingles
Versión en italiano
Rusia puede estar dando una enorme bofetada en la cara de la
agroindustria estadounidense que busca la dominación del comercio
mundial de alimentos.
En un reciente discurso, el presidente
Vladimir Putin anunció que el
objetivo nacional de Rusia es convertirse en autosuficiente en
materia de alimentos para el año
2020.
NOTA de ERP:
De nuevo el año 2020, un año que aparece
con una insistencia alucinante en todas las previsiones a gran
escala de todos los países.
Y lo que es más destacado:
Putin pretende convertir a Rusia en
el mayor exportador mundial de alimentos orgánicos no
transgénicos de la industria de la alimentación.
En occidente se tiene la imagen
superficial de una Rusia que no es más que un país dependiente de
las exportaciones de petróleo y gas al igual que Arabia Saudita o
Qatar.
Sin embargo, pasan por alto la
transformación significativa que hay actualmente en marcha en la
agricultura rusa y el enorme impacto que eso puede tener en todo el
mundo.
Hoy, tras menos de un año y medio después de tomar la decisión de
prohibir las principales importaciones agrícolas procedentes de la
UE hacia Rusia, como represalia por las sanciones impuestas por la
UE sobre Rusia, la producción agrícola interna de Rusia está
experimentando un renacimiento notable, y en algunos casos, incluso
un nacimiento.
En términos de dólares, las exportaciones rusas de productos
agrícolas superan en valor a las de armas, y equivalen a un tercio
de los beneficios de exportación de gas. Algo a tener muy en cuenta.
El presidente Putin dijo a los miembros reunidos en el Parlamento en
su discurso sobre el estado de la nación rusa en diciembre que:
"Nuestro sector de la agricultura es
un ejemplo positivo.
Hace una década importamos casi la
mitad de nuestros productos alimenticios y dependíamos
críticamente de las importaciones, mientras que ahora Rusia se
ha unido al club de los exportadores.
El año pasado las exportaciones
agrícolas de Rusia ascendieron a casi 20.000 millones de
dólares.
Esto es un cuarto más que nuestros
ingresos procedentes de la venta de armas y alrededor de un
tercio de los ingresos procedentes por las exportaciones de gas.
Nuestra agricultura ha hecho este salto en un periodo corto pero
productivo.
Muchas gracias a nuestros residentes
en las zonas rurales.
Creo que hay que establecer un objetivo nacional, suministrar
plenamente nuestro mercado interior con alimentos producidos en
el país para el año 2020.
Somos capaces de alimentarnos a
nosotros mismos y lo que es importante, además tenemos los
recursos hídricos.
Rusia puede convertirse en uno de
los mayores proveedores mundiales de alimentos de calidad, sanos
y limpios ecológicamente, alimentos que algunas empresas
occidentales han dejado de producir desde hace mucho tiempo, a
pesar de que la demanda mundial de estos productos
sigue creciendo".
Como medida adicional, el presidente Putin pidió a la Duma que se
promulguen medidas para empezar a usar millones de hectáreas de
tierra cultivable, que ahora están inactivas:
"Es necesario poner en uso millones
de hectáreas de tierra cultivable que ahora está en espera.
Pertenecen a los grandes
propietarios de tierras, muchos de los cuales muestran poco
interés en la agricultura. ¿Cuántos años hemos estado hablando
de esto? Sin embargo, las cosas no han avanzado.
Sugiero requisar tierras agrícolas
de las que propietarios cuestionables hacen un mal uso y
venderlas en subasta a los que puedan y quieran
cultivar la tierra"
EL GRAN GIRO
DE LA AGRICULTURA RUSA
Comenzando con la primera presidencia de Vladimir Putin, la Rusia
del año 2000 comenzó a transformar su producción agrícola.
Durante los desastrosos años de Yeltsin
en la década de 1990, Rusia importó una gran parte de los alimentos
que necesitaba. Eso fue en parte debido a la creencia errónea de que
todo lo que era "Made in America" o procedía de Occidente era mejor.
Rusia importó productos insípidos procedentes de las granjas
avícolas en serie de Estados Unidos en lugar de promover sus propios
pollos criados sueltos y de forma natural, mucho mejores en calidad.
El país también importó insípidos
tomates artificialmente coloreados procedentes de España u Holanda
en lugar de los deliciosos y suculentos tomates orgánicos de cosecha
propia.
Quien haya probado ambos sabrá que no hay comparación posible.
La comida orgánica Rusa supera a los
productos agrícolas industriales occidentales, adulterados
deshonestamente y etiquetados erróneamente como "alimento".
Lo que los rusos no entendieron en la era de Yeltsin fue que
la calidad de los alimentos occidentales había disminuido
drásticamente desde la introducción de la "agricultura de negocios"
norteamericana y de sus fábricas de alimentos impulsadas en la
década de 1970.
La UE hizo lo mismo con su imitación de
los métodos industriales de los Estados Unidos, aunque no llegó a
los extremos de los norteamericanos.
Además, el uso intensivo de fertilizantes químicos, herbicidas,
pesticidas, antibióticos que pasan de los animales a los campos,
todos han llevado a un agotamiento dramático de los microorganismos
esenciales en cada vez más suelos agrícolas de América y de la UE.
Y desgraciadamente, lo mismo está
sucediendo en China de acuerdo con los agrónomos bien informados.
En los Estados Unidos, a finales de 2015, el Congreso derogó una ley
de etiquetado de la carne utilizada durante muchos años, la ley
Country-of-Origin Labeling (COOL),
que obligaba a los minoristas a indicar explícitamente el país de
origen de todas las carnes rojas.
Ya no se requiere en los paquetes de carne de ternera y cerdo en los
EE.UU. que lleven una etiqueta que indique la procedencia del
animal.
La agroindustria estadounidense presionó
para que el cambio permitiera la importación de carne de dudosa
calidad procedente de países en desarrollo donde los controles de
salud y seguridad, y los costos, son mínimos.
En muchos estados de los Estados Unidos, donde la agroindustria
dispone de grandes granjas, las llamados ley "Ag-mordaza" prohíben a
los periodistas incluso fotografiar esas instalaciones agrícolas
industriales, a menudo
grandes productoras de lácteos,
aves y cerdos.
Eso es debido a que si se hiciera
público lo que sucede en esas grandes instalaciones agrícolas, el
público en general se daría cuenta de lo que hace al poner carne en
su mesa y grandes masas de población se volverían vegetarianas.
DE IMPORTADOR
NETO A EXPORTADOR
Durante la era soviética, especialmente después de 1972, cuando las
malas cosechas soviéticas provocaban escasez de alimentos, la URSS
utilizó sus petrodólares para convertirse en un gran importador de
trigo y grano de Estados Unidos.
Compañías del cártel del grano de
Estados Unidos como Cargill y Continental Grain,
trabajaron con el secretario de Estado
Henry Kissinger para negociar
precios astronómicos de venta de estos productos agrícolas a Rusia,
en lo que se llamó como "el
gran robo del grano".
Los contribuyentes estadounidenses
fueron robados también por los subsidios a los productores
estadounidenses de grano.
Cargill recibió suculentos beneficios de
estas operaciones.
Para el año 2000, Rusia, junto con Ucrania, y en menor medida,
Kazajstán, revocó la dependencia de las importaciones de cereales y
se convirtieron otra vez en gigantes mundiales en la exportación de
grano y especialmente de trigo, tal y como lo eran antes de la
Revolución Rusa de 1917.
Incluso antes de la crisis de las sanciones de Estados Unidos, en
2011-2013, Rusia exportaba un promedio de 23 millones de toneladas
métricas (mmt) de grano al año.
En combinación, Rusia, Ucrania y
Kazajstán vendían 57 millones de toneladas métricas al extranjero.
Los tres países como una única región suministraban el 19% del total
de las exportaciones mundiales de cereales durante ese período, y el
21% de las exportaciones de trigo, desplazando a Estados Unidos como
el mayor
exportador de trigo del mundo.
Ahora, con Ucrania convertida de facto en un Estado fallido
debido a la intervención del Departamento de Estado de Estados
Unidos y de la
Administración
Obama en febrero de 2014, que
promovieron el golpe de estado en Kiev, la agricultura rusa tiene
una importancia estratégica mundial en términos de alimentos y
granos orgánicos de alta calidad.
La prohibición rusa de 2014 de importar productos alimenticios de la
UE fue un importante punto de inflexión si se observa en
retrospectiva, convirtiendo lo que fue "una crisis en una
oportunidad", tal y como dice el antiguo proverbio chino.
Del total de importaciones agrícolas y alimentarias rusas por valor
de 39 millones de dólares que se producían en 2013, 23,5 millones
correspondían a la categoría de productos afectados por la
prohibición, el 61% de todas las importaciones de alimentos en
Rusia.
La decisión reciente de prohibir también
la importación de alimentos turcos, a modo de sanción por el derribo
por parte de Turquía de un avión ruso en el espacio aéreo sirio, se
suma también al total de importaciones agrícolas y alimenticias
prohibidas.
La prohibición de la importación de
alimentos de Turquía entró en vigor el 1 de enero de 2016.
Mientras que muchos economistas occidentales señalaron el gran
impacto de la inflación inicial que comportaría la prohibición del
año pasado, un factor que condujo al Banco Central de Rusia a
mantener las tasas de interés elevadas de forma extremadamente
peligrosa durante un tiempo demasiado largo, la realidad a largo
plazo realidad es que la prohibición obligó a Rusia a realizar un
giro dramático hacia la auto-suficiencia agrícola.
A medida que los alimentos de
importación más caros iban desapareciendo de las estanterías de los
supermercados en toda Rusia, también lo hizo en 2015 la inflación
inicial de precios de los alimentos.
La reciente caída del rublo, en medio de la caída global de los
precios del petróleo, reducirá aún más el consumo ruso de alimentos
de importación procedentes de la UE, algo que favorecerá el consumo
de los alimentos "producidos en Rusia".
Así pues, lejos de ser un desastre como el New York Times y
otros
medios occidentales proclaman
alegremente, la caída más reciente del rublo se convertirá en un
beneficio para la economía agrícola de Rusia e incluso para la
economía
global.
Eso va a aumentar en gran medida los
objetivos de autosuficiencia de la industria agrícola y de la
alimentación rusa. Las restricciones a la importación de alimentos a
Rusia es poco probable en el futuro cercano, incluso si la UE
abandonara sus sanciones a Rusia.
Hay demasiado en juego ahora para la
economía nacional rusa, inmersa en el desarrollo de una agricultura
orgánica de alta calidad orgánica libre de
productos Genéticamente Modificados.
Además de la decisión de Rusia sobre la autosuficiencia alimentaria
para el año 2020, la prohibición de septiembre de 2015 hacia todos
los cultivos de agricultura transgénica, ha sido otra de las
decisiones tomadas por el Presidente Putin que han permitido
convertir la adversidad en una
virtud.
ESA HERMOSA
TIERRA NEGRA RUSA
Rusia también tiene una ventaja natural extraordinaria para
convertirse hoy en el productor más importante del mundo y también
en el mayor exportador de alimentos orgánicos y no-OGM de alta
calidad.
La Rusia actual dispone de algunos de los suelos agrícolas más
fértiles del mundo.
Debido a las restricciones económicas de
la Guerra Fría, en esa época se dictaminó que los productos de la
industria química se dedicaran principalmente a las necesidades de
la defensa nacional, lo que libró en gran parte al suelo fértil de
Rusia de verse sometido a décadas de destrucción provocadas por los
fertilizantes químicos o las fumigaciones de herbicidas, como ha
sucedido en gran parte de occidente.
Ahora bien, esto se convierte en una bendición disfrazada, ya que
los agricultores de la UE y de América del Norte luchan contra los
efectos destructivos que los productos químicos han causado en sus
suelos y que han destruido gran parte de los microorganismos
esenciales para la agricultura.
Crear suelos agrícolas ricos requiere de años y en cambio, esos
mismos suelos pueden ser destruidos en un momento.
Allí donde el clima es húmedo y cálido,
se tarda miles de años en formarse unos pocos centímetros de suelo
fértil. En los climas fríos y secos se necesita mucho
más tiempo.
Rusia abarca uno de los dos cinturones de suelo en el mundo conocido
como "cinturones Chernozem". Se extiende desde el sur de Rusia en
Siberia, a través de los Oblasts de Kursk, Lipetsk, Tambov y
Voronezh.
Chernozem, que es la palabra rusa
para denominar las tierras negras, son suelos negros, con un alto
porcentaje de humus, ácidos fosfóricos, fósforo y amoniaco.
Chernozem es un suelo muy fértil con un
alto rendimiento agrícola.
El cinturón Chernozem de Rusia se
extiende desde el sur de Siberia y Rusia, hasta el en noreste de
Ucrania, y hasta los Balcanes a lo largo del
Danubio.
RESULTADOS
INICIALES MUY POSITIVOS
Los resultados iniciales de esta nueva política de autosuficiencia
en la agricultura rusa son en general bastante positivos.
Desde que se impuso en agosto de 2014 la
prohibición de importar alimentos de la UE, la producción,
-
de carne de vacuno y de patatas
se ha incrementado en un 25%
-
de carne de cerdo en un 18%
-
de queso y de requesón en un 15%
-
de carne de aves de corral en un
11%
-
de mantequilla en un 6%
La cosecha de verduras de Rusia de 2015
estableció también un récord, con un crecimiento de producción
global del 3%.
Las absurdas sanciones estadounidenses y la guerra económica contra
Rusia están produciendo lo contrario de lo que
los globalistas pretendían
conseguir.
De hecho, está obligando a Rusia a escapar de los acuerdos de la
agroindustria impuestos por la Organización Mundial del Comercio.
Cargill dictó el acuerdo de la OMC en materia de Agricultura.
Las sanciones están obligando a Rusia a abandonar el libre flujo de
intercambio de productos alimentarios occidentales.
Ha obligado a Rusia a tratar de alcanzar una autosuficiencia
nacional en uno de los bienes económicos más estratégicos, sino el
más estratégico: el campo de la alimentación y además, de una
producción alimentaria sana y de calidad.
Rusia sabiamente ha decidido que tiene prioridad sobre los "derechos
de libre comercio" de gigantes como Cargill, ADM o
Monsanto. La revolución de la
agricultura rusa representa un ejemplo para el resto del mundo. Está
centrada en la búsqueda de la calidad sobre la cantidad.
Y es que la nutrición de calidad es mucho más que los rendimientos
por hectárea de los cultivos.
***
Nota de El Robot Pescador
Artículos como éste deberían hacer pensar a todos los ciudadanos
europeos sobre el indignante papel de sus gobernantes, que
directamente, están traicionando a sus pueblos.
Tenemos a una
Unión Europea dispuesta a arrojarse
a los brazos
de EE.UU.
mediante monstruosos tratados como
el TTIP (y
el
TPP), que comportarán grandes daños para el continente
europeo (y al resto del mundo), pues se verán sometidos a una
inundación de productos alimentarios tóxicos norteamericanos.
Tengamos en cuenta que el TTIP eliminará
las restricciones que establece la UE a los organismos modificados
genéticamente, los pesticidas y al carne de vacuno tratada con
hormonas.
Para quien no vea claro las graves consecuencias que esto puede
tener, solo tenemos que echar un vistazo al estado de salud del
norteamericano medio...
Está claro que, al menos en el aspecto agrícola y alimentario y por
lo tanto, en el campo de la salud, a los europeos les iría mucho
mejor ser amigos de Rusia que de EE.UU...
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