Renata F. pregunta - en síntesis - por qué se duda de
‘Maitreya’…
Hermana… la duda no recae sobre Maitreya, sino sobre la persona que
se presenta como Maitreya.
Quiero decir que los grandes Iniciados de la humanidad son conocidos
–-en la gran mayoría de los casos-- tal como fueron conocidos desde
pequeños, o como se les llama en la organización o ashram donde han
sido iniciados. Es el caso de Jiddu Krishnamurti, quién recibió el
‘Krishnamurti’ de parte de lo Sociedad Teosófica por considerarlo
una nueva encarnación de Krishna: Krishna – murti = el que lleva a
Krishna.
Este señor, ‘Maitreya’ en cambio, nació con otro nombre. Y en algún
momento, nace la idea que pueda ser una presente encarnación de ‘Maitreya’.
Este es sin duda alguna, un momento crucial en nuestra
‘civilización’… Un cambio de Era se nos viene encima como lava de
volcán amoroso que ha de llevarnos del oscurantismo pisceano a la
libertad acuariana.
Al mencionar ‘el oscurantismo pisceano’ se hace relación con el
dolor, el asesinato sangriento, la
crucifixión del Avatar de Piscis.
Luego vino la persecución de los primeros cristianos, convertidos
muchos de ellos en pasto de mofa y diversión en el circo romano.
Eran ‘tiempos bárbaros’ dirán muchos, mientras olvidan que hoy
dejamos a muchos de nuestros congéneres literalmente morir de hambre,
sin siquiera denunciar esta barbarie.
No pasaron cuatro siglos desde
la muerte de Jesús y ya el cristianismo comenzaba a convertirse en
el persecutor de otras creencias.
Templos fueron destruidos. Bibliotecas arrasadas. Almas
excarnadas
sin piedad. Todo ‘en el nombre de Dios.’ Los clérigos azotaban sus
cuerpos, bajo las sotanas llevaban cinturones de metal con púas… Fue
necesario crear cofradías secretas para proteger el conocimiento de
los mundos internos, de las dimensiones paralelas, de las entidades
elementales, y todo ese bagaje pasó a llamarse por ende, ‘ocultismo.’
Las cámaras del horror de la auto-llamada ‘Santa Inquisición’
contuvieron los instrumentos de tortura menos refinados y más
brutales que es dable imaginar. La
Iglesia Católica mató impunemente
cerca de 200 millones de personas, por el mero hecho de no comulgar
con su versión del cristianismo… (¿Alguien puede pretender que Cristo hoy, sería
católico…?)
Todo el párrafo anterior, resumido en aras de las buenas maneras, es
apenas una sombra del verdadero oscurantismo. Se ha dejado sin
mencionar la persecución a cualquier tipo de conocimiento,
investigación o sabiduría cuyas premisas no encajaran con el dogma
católico.
Lo anterior y más, es el por qué se menciona a la Era de Piscis como
un tiempo oscuro, a pesar de Jesús su avatar que vino a enclavar en
la Tierra la noción del amor, el segundo principio divino. Ironía
divina.
Y Jesús se llamaba Jesús, Joshua. A pesar de saber él muy claramente
que estaba encarnando a una tremenda entidad como es la segunda
persona divina, no hizo alarde de cambiarse el nombre.
Hoy, estamos al final de Era de Piscis. Muchos hablan de la Era de
Acuario como algo ya iniciado, pero aun faltan unos cuantos años
para que el Sol se halle en el Signo de Acuario al despuntar el
solsticio del 21 de Marzo de cada año. Esa fecha todavía muestra al
Sol dentro del Signo de los Peces. No es mucho lo que falta, y por
ello la alborada acuariana se hace sentir con fuerza.
Acuario es libertad, humanismo, y la introducción a la inmortalidad
como esencia de la vida personal de cada quién.
Todas las religiones mundiales verán su ocaso. Ya es notoria la
falta de vocaciones. La vocación ‘religiosa’ hoy día, se canaliza a
través de un sentido libertario, de la búsqueda espiritual sin
cadenas dogmáticas, y una tolerancia que nos permite intercambiar
visiones ‘divinas’ sin desenvainar la espada por el hecho de ser
diferentes concepciones.
Todo se ha globalizado, gracias al ordenador personal.
La Web se llena de maestros, gurúes y vendedores de canalizaciones
diversas. Te ofrecen la ‘meditación serbaka’ por apenas 500 dólares:
un ticket al espacio exterior; el mismísimo Sanat Kumara te abre los
brazos en su ashram por una cantidad indeterminada; y tan sólo falta
que la deidad misma tenga su portal www.Dios.Dios... (venga ya mismo,
y webee con Dios… y si llama dentro de los siguiente 30 minutos, le
damos un dios extra…)
Las ‘escuelas’ tradicionales, léase masonería,
hermetismo, teosofía, etc., han perdido prestigio y las nuevas generaciones a pesar de su
evidente atracción por la zona abstracta de la existencia, se
desligan de ellas por anticuadas.
¿Qué ‘maestro’ podrá entonces, liberar la esencia de tanta gente que
busca una luz guía sin atar el alma que los anima?
Entonces, al hablar de
Maitreya, tenemos dos vertientes que analizar.
Por una parte está este ‘Maitreya siglo 21’, y por otra, el
Maitreya
de la Jerarquía Espiritual terrestre.
Un señor
Creme, testaferro a
toda prueba y probablemente sin afán de engañar, es la cabeza
visible que maneja, escribe y mantiene viva la mascarada que nos
presenta este Omar Ben Uh'Alshatar, personaje asiático que de alguna
forma ha logrado hacerle creer que es en realidad, el Maitreya de la
eternidad, el ungido por la Deidad para ayudar a la humanidad en su
tránsito desde esta actualidad de vida terrenal sufrida hacia una
forma social plena, fraterna e iluminada. (Si hasta es posible leer
en alguno de sus portales un listado que demuestra su linaje
descendiente del mismísimo David, el bíblico rey de Israel…)
El otro Maitreya en cambio, el verdadero, no precisa de ser
reconocido ni necesita seguidores. Su misión será realizada de forma
silenciosa, a través de millones de almas encarnadas y otras no
encarnadas, cuyas esencias resuenan con el principio crístico.
Este Omar Ben Uh'Alshatar ya tiene harto tiempo luego de haber
hecho la profecía por boca de Creme en el sentido que se presentará
ante todo el mundo para ser reconocido como el Instructor Espiritual
Planetario y tomar las riendas del gobierno mundial y de así
comenzar un cambio radical en la Tierra y la sociedad humana.
Es cierto que ocurrirá una revolución fundamental en todos los
ámbitos de la convivencia humana, pero no será por la aparición de
tal o cual ‘Maestro’, ‘Mesías’ o como sea dado llamarlo. De ser así,
¿cuánto duraría libre y vivo antes de ser ultimado por los dardos de
la Mano Negra?
Vivimos tiempos en que un presidente norteamericano se siente con
derecho a invadir tierras extrañas bajo la excusa de ‘armas de
destrucción masiva’ las cuales al final de su tiránico tiempo de
mandato tuvo además el descaro de reconocer que no existían. En
nombre de la paz mundial y la guerra contra el terrorismo mantienen
cárceles donde los derechos humanos son un par de palabras en boca
de la ingenuidad.
Tiempos en que los poderosos se han unido ahora de
forma abierta para imponer un orden totalitario disfrazado de algo
que ningún pueblo ha votado a favor.
¿Y usted piensa amiga, hermana, que estos nuevos romanos permitirían
a un renovado Jesús predicando por las calles del hombre?
No decaiga
su fe sin embargo, porque si de verdad usted quiere—como manifiesta—conocer
al real y único salvador, mire y busque en su corazón, porque la
verdad es que ‘Cristo viene’, pero su llegada no será anunciada por
TV sino por su corazón y el todos aquellos que quieran portarlo y
sean capaces de amar, amar sin esperar ser amados, amar en entrega
total, amar arriesgando a que el tiempo pase y nada suceda a favor
de los millones que en vez de vivir la vida, la sufren a diario;
porque le verdad sea dicha:
la Divinidad necesita de todos nosotros
para madurar una sociedad justa, y mientras la humanidad se mantenga
en los parámetros de la beligerancia armada, ella por sí sola se ve
impedida de realizar los cambios necesarios.
Cristo, Maitreya o el nombre que sea, es una entidad espiritual cuya
prédica es inútil si las pequeñas voluntades de los administradores
del poder político mundial persisten en la mezquindad y el afán
morboso contra los semejantes. Y la clase política mundial está
formada por muchas personas, detrás de las cuales los verdaderamente
poderosos mueven sus hilos y los obligan a seguir sus dictados.
Este no es un foro para denunciar lo malévolo. Por el contrario, es
un espacio para decirte hermana, que lo bueno de la promesa hecha al
Hombre por boca de Jesús, está por hacerse realidad.
Sin embargo, la evolución social no pasa por una dirigencia
espiritual encabezada por el más iluminado de los Maestros. Tenemos
en el Tíbet un claro ejemplo.
¿Quién podría negar que el
Dalai Lama
es un alma de gran tamaño?
Hasta los sectores más reaccionarios y antitolerantes del catolicismo lo reconocen como un valiosísimo ser,
y sin embargo, el flujo de los acontecimientos lo hizo huir de su
propia patria, exiliado por las fuerzas oscuras.
El Dalai es una
figura pública que siempre ha contado con el apoyo irrestricto de
sus compatriotas, y su exilio aunque doloroso ha contado
invariablemente con el apoyo de muchas personas alrededor de todo el
mundo.
¿Cómo haría el verdadero Maitreya para ser reconocido y poder así
contar también con un soporte material para realizar su prédica?
¿Y qué predicaría que no haya sido expuesto con anterioridad?
Los
problemas mundiales son de todos conocidos, y trocar la voluntad
política para eliminar hambrunas, pestes y abandonos pasa por la
eliminación del verdadero poder tras la administración de la
sociedad humana, y
ese grupo de personas, no cederán, no están
dispuestos a perder las regalías de que disponen.
Entonces, la transformación mundial habrá de ocurrir de alguna forma
insospechada para los poderosos. Es una guerra declarada,
profetizada por muchos. La eterna lucha entre las fuerzas opuestas.
La oscuridad está en contra de los planes benévolos; en cambio la
luz sólo dedica sus esfuerzos en aprovechar las circunstancias del
flujo natural de los eventos cósmicos que han de permitir el
establecimiento de una sociedad mundial justa, digna e iluminada.
Son los ‘Illuminati’—si quiere así llamarlos—los que tratan de
impedir que la Tierra gire.
El Ejército de la Luz en cambio, avanza
según los nuevos horizontes que ilumina el sol acuariano van
apareciendo en el escenario mundial. Pueden ellos eliminar una y mil
veces a quienes predican el amor como base de la convivencia humana,
y aunque esas coacciones parezcan un triunfo, sólo representan
pinceladas de su propia estrechez espiritual, y la verdad, el
amor y
la justicia prevalecerán cuando todo sea consumado.
Maitreya, el verdadero, conoce la raíz de la problemática humana, y
es ahí donde él enfoca su voluntad de transformación radical. Cuando
nuestra raza comprenda que somos todos hojas del mismo árbol, el
dolor humano retrocederá hasta desvanecerse bajo la intensa luz del
amor y la comprensión mundial.
Manifestar lo que ha sido ya
predicado hasta la saciedad misma está fuera de la planificación del
esfuerzo ‘personal’ y circunstancial de Maitreya. Sin embargo ese
discurso debe ser recurrentemente puesto en titulares para que todos
tengan acceso a la información, tanto la del horror como la del amor
que nos circunda.
Mantengan siempre en alto la bandera de la fe, del amor y la
concordia.