por Enrique Pérez Porter

02 Enero 2009

recibido por Email

 


Estas líneas sean, para responder a una pregunta que me llegó vía email.

 

Renata F. pregunta - en síntesis - por qué se duda de ‘Maitreya’…
 

Hermana… la duda no recae sobre Maitreya, sino sobre la persona que se presenta como Maitreya.

Quiero decir que los grandes Iniciados de la humanidad son conocidos –-en la gran mayoría de los casos-- tal como fueron conocidos desde pequeños, o como se les llama en la organización o ashram donde han sido iniciados. Es el caso de Jiddu Krishnamurti, quién recibió el ‘Krishnamurti’ de parte de lo Sociedad Teosófica por considerarlo una nueva encarnación de Krishna: Krishna – murti = el que lleva a Krishna.

Este señor, ‘Maitreya’ en cambio, nació con otro nombre. Y en algún momento, nace la idea que pueda ser una presente encarnación de ‘Maitreya’.

Este es sin duda alguna, un momento crucial en nuestra ‘civilización’… Un cambio de Era se nos viene encima como lava de volcán amoroso que ha de llevarnos del oscurantismo pisceano a la libertad acuariana.

Al mencionar ‘el oscurantismo pisceano’ se hace relación con el dolor, el asesinato sangriento, la crucifixión del Avatar de Piscis. Luego vino la persecución de los primeros cristianos, convertidos muchos de ellos en pasto de mofa y diversión en el circo romano. Eran ‘tiempos bárbaros’ dirán muchos, mientras olvidan que hoy dejamos a muchos de nuestros congéneres literalmente morir de hambre, sin siquiera denunciar esta barbarie.

 

No pasaron cuatro siglos desde la muerte de Jesús y ya el cristianismo comenzaba a convertirse en el persecutor de otras creencias.

Templos fueron destruidos. Bibliotecas arrasadas. Almas excarnadas sin piedad. Todo ‘en el nombre de Dios.’ Los clérigos azotaban sus cuerpos, bajo las sotanas llevaban cinturones de metal con púas… Fue necesario crear cofradías secretas para proteger el conocimiento de los mundos internos, de las dimensiones paralelas, de las entidades elementales, y todo ese bagaje pasó a llamarse por ende, ‘ocultismo.’

 

Las cámaras del horror de la auto-llamada ‘Santa Inquisición’ contuvieron los instrumentos de tortura menos refinados y más brutales que es dable imaginar. La Iglesia Católica mató impunemente cerca de 200 millones de personas, por el mero hecho de no comulgar con su versión del cristianismo… (¿Alguien puede pretender que Cristo hoy, sería católico…?)

Todo el párrafo anterior, resumido en aras de las buenas maneras, es apenas una sombra del verdadero oscurantismo. Se ha dejado sin mencionar la persecución a cualquier tipo de conocimiento, investigación o sabiduría cuyas premisas no encajaran con el dogma católico.

Lo anterior y más, es el por qué se menciona a la Era de Piscis como un tiempo oscuro, a pesar de Jesús su avatar que vino a enclavar en la Tierra la noción del amor, el segundo principio divino. Ironía divina.

Y Jesús se llamaba Jesús, Joshua. A pesar de saber él muy claramente que estaba encarnando a una tremenda entidad como es la segunda persona divina, no hizo alarde de cambiarse el nombre.

Hoy, estamos al final de Era de Piscis. Muchos hablan de la Era de Acuario como algo ya iniciado, pero aun faltan unos cuantos años para que el Sol se halle en el Signo de Acuario al despuntar el solsticio del 21 de Marzo de cada año. Esa fecha todavía muestra al Sol dentro del Signo de los Peces. No es mucho lo que falta, y por ello la alborada acuariana se hace sentir con fuerza.

Acuario es libertad, humanismo, y la introducción a la inmortalidad como esencia de la vida personal de cada quién.

Todas las religiones mundiales verán su ocaso. Ya es notoria la falta de vocaciones. La vocación ‘religiosa’ hoy día, se canaliza a través de un sentido libertario, de la búsqueda espiritual sin cadenas dogmáticas, y una tolerancia que nos permite intercambiar visiones ‘divinas’ sin desenvainar la espada por el hecho de ser diferentes concepciones.

Todo se ha globalizado, gracias al ordenador personal.

La Web se llena de maestros, gurúes y vendedores de canalizaciones diversas. Te ofrecen la ‘meditación serbaka’ por apenas 500 dólares: un ticket al espacio exterior; el mismísimo Sanat Kumara te abre los brazos en su ashram por una cantidad indeterminada; y tan sólo falta que la deidad misma tenga su portal www.Dios.Dios... (venga ya mismo, y webee con Dios… y si llama dentro de los siguiente 30 minutos, le damos un dios extra…)

Las ‘escuelas’ tradicionales, léase masonería, hermetismo, teosofía, etc., han perdido prestigio y las nuevas generaciones a pesar de su evidente atracción por la zona abstracta de la existencia, se desligan de ellas por anticuadas.


¿Qué ‘maestro’ podrá entonces, liberar la esencia de tanta gente que busca una luz guía sin atar el alma que los anima?

Entonces, al hablar de Maitreya, tenemos dos vertientes que analizar. Por una parte está este ‘Maitreya siglo 21’, y por otra, el Maitreya de la Jerarquía Espiritual terrestre.

 

Un señor Creme, testaferro a toda prueba y probablemente sin afán de engañar, es la cabeza visible que maneja, escribe y mantiene viva la mascarada que nos presenta este Omar Ben Uh'Alshatar, personaje asiático que de alguna forma ha logrado hacerle creer que es en realidad, el Maitreya de la eternidad, el ungido por la Deidad para ayudar a la humanidad en su tránsito desde esta actualidad de vida terrenal sufrida hacia una forma social plena, fraterna e iluminada. (Si hasta es posible leer en alguno de sus portales un listado que demuestra su linaje descendiente del mismísimo David, el bíblico rey de Israel…)

El otro Maitreya en cambio, el verdadero, no precisa de ser reconocido ni necesita seguidores. Su misión será realizada de forma silenciosa, a través de millones de almas encarnadas y otras no encarnadas, cuyas esencias resuenan con el principio crístico.


Este Omar Ben Uh'Alshatar ya tiene harto tiempo luego de haber hecho la profecía por boca de Creme en el sentido que se presentará ante todo el mundo para ser reconocido como el Instructor Espiritual Planetario y tomar las riendas del gobierno mundial y de así comenzar un cambio radical en la Tierra y la sociedad humana.

Es cierto que ocurrirá una revolución fundamental en todos los ámbitos de la convivencia humana, pero no será por la aparición de tal o cual ‘Maestro’, ‘Mesías’ o como sea dado llamarlo. De ser así, ¿cuánto duraría libre y vivo antes de ser ultimado por los dardos de la Mano Negra?

Vivimos tiempos en que un presidente norteamericano se siente con derecho a invadir tierras extrañas bajo la excusa de ‘armas de destrucción masiva’ las cuales al final de su tiránico tiempo de mandato tuvo además el descaro de reconocer que no existían. En nombre de la paz mundial y la guerra contra el terrorismo mantienen cárceles donde los derechos humanos son un par de palabras en boca de la ingenuidad.

 

Tiempos en que los poderosos se han unido ahora de forma abierta para imponer un orden totalitario disfrazado de algo que ningún pueblo ha votado a favor.

¿Y usted piensa amiga, hermana, que estos nuevos romanos permitirían a un renovado Jesús predicando por las calles del hombre?

 

No decaiga su fe sin embargo, porque si de verdad usted quiere—como manifiesta—conocer al real y único salvador, mire y busque en su corazón, porque la verdad es que ‘Cristo viene’, pero su llegada no será anunciada por TV sino por su corazón y el todos aquellos que quieran portarlo y sean capaces de amar, amar sin esperar ser amados, amar en entrega total, amar arriesgando a que el tiempo pase y nada suceda a favor de los millones que en vez de vivir la vida, la sufren a diario; porque le verdad sea dicha:

la Divinidad necesita de todos nosotros para madurar una sociedad justa, y mientras la humanidad se mantenga en los parámetros de la beligerancia armada, ella por sí sola se ve impedida de realizar los cambios necesarios.

Cristo, Maitreya o el nombre que sea, es una entidad espiritual cuya prédica es inútil si las pequeñas voluntades de los administradores del poder político mundial persisten en la mezquindad y el afán morboso contra los semejantes. Y la clase política mundial está formada por muchas personas, detrás de las cuales los verdaderamente poderosos mueven sus hilos y los obligan a seguir sus dictados.

Este no es un foro para denunciar lo malévolo. Por el contrario, es un espacio para decirte hermana, que lo bueno de la promesa hecha al Hombre por boca de Jesús, está por hacerse realidad.

Sin embargo, la evolución social no pasa por una dirigencia espiritual encabezada por el más iluminado de los Maestros. Tenemos en el Tíbet un claro ejemplo.

 

¿Quién podría negar que el Dalai Lama es un alma de gran tamaño?

 

Hasta los sectores más reaccionarios y antitolerantes del catolicismo lo reconocen como un valiosísimo ser, y sin embargo, el flujo de los acontecimientos lo hizo huir de su propia patria, exiliado por las fuerzas oscuras.

 

El Dalai es una figura pública que siempre ha contado con el apoyo irrestricto de sus compatriotas, y su exilio aunque doloroso ha contado invariablemente con el apoyo de muchas personas alrededor de todo el mundo.


¿Cómo haría el verdadero Maitreya para ser reconocido y poder así contar también con un soporte material para realizar su prédica?


¿Y qué predicaría que no haya sido expuesto con anterioridad?

 

Los problemas mundiales son de todos conocidos, y trocar la voluntad política para eliminar hambrunas, pestes y abandonos pasa por la eliminación del verdadero poder tras la administración de la sociedad humana, y ese grupo de personas, no cederán, no están dispuestos a perder las regalías de que disponen.

Entonces, la transformación mundial habrá de ocurrir de alguna forma insospechada para los poderosos. Es una guerra declarada, profetizada por muchos. La eterna lucha entre las fuerzas opuestas.


La oscuridad está en contra de los planes benévolos; en cambio la luz sólo dedica sus esfuerzos en aprovechar las circunstancias del flujo natural de los eventos cósmicos que han de permitir el establecimiento de una sociedad mundial justa, digna e iluminada. Son los ‘Illuminati’—si quiere así llamarlos—los que tratan de impedir que la Tierra gire.

 

El Ejército de la Luz en cambio, avanza según los nuevos horizontes que ilumina el sol acuariano van apareciendo en el escenario mundial. Pueden ellos eliminar una y mil veces a quienes predican el amor como base de la convivencia humana, y aunque esas coacciones parezcan un triunfo, sólo representan pinceladas de su propia estrechez espiritual, y la verdad, el amor y la justicia prevalecerán cuando todo sea consumado.

Maitreya, el verdadero, conoce la raíz de la problemática humana, y es ahí donde él enfoca su voluntad de transformación radical. Cuando nuestra raza comprenda que somos todos hojas del mismo árbol, el dolor humano retrocederá hasta desvanecerse bajo la intensa luz del amor y la comprensión mundial.

 

Manifestar lo que ha sido ya predicado hasta la saciedad misma está fuera de la planificación del esfuerzo ‘personal’ y circunstancial de Maitreya. Sin embargo ese discurso debe ser recurrentemente puesto en titulares para que todos tengan acceso a la información, tanto la del horror como la del amor que nos circunda.

Mantengan siempre en alto la bandera de la fe, del amor y la concordia.

 

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