Diciembre 8, 2008
del Sitio Web
ZisisWeblog
El Tercer Reich fue para Alemania una época de progreso en todos los
campos: Alemania poseía los autos más rápidos, los aviones más
veloces y de mayor autonomía de vuelo, la primera televisión (durante
los Juegos Olímpicos de 1936), las mejores películas de
entretenimiento, la industria farmacéutica más pionera, etc.
Pronto
volaron los primeros aviones a reacción (Me-262) y los primeros
misiles de largo alcance (V2). Todo esto es conocido.
Mucho menos conocida es otra tecnología que, por razones obvias, los
alemanes del Reich mantuvieron en secreto y sobre la que los aliados,
una vez tuvieron noticia de ella, mantuvieron el más absoluto
silencio.
Basándose en la filosofía ocultista del Tercer Reich (Sociedades Thule y Vril), científicos hitlerianos habrían conseguido avances científicos (especialmente
aeronáuticos y astronáuticos) de una magnitud inimaginable.
El conocimiento de misteriosos aviones circulares alemanes
propulsados por motores anti-gravitacionales con el nombre en clave
de “Vril” y “Haunebu”, que supuestamente fueron desarrollados no
basándose en la técnica convencional, sino en una nueva técnica
surgida de la filosofía ocultista NS, ha sido siempre negado por las
fuerzas aliadas.
Muchos podrán pensar que es imposible que los alemanes en tan corto
espacio de tiempo desarrollaran tan fabulosa técnica, pero olvidan
que no se basaron en los principios científicos clásicos, si no,
como ya hemos apuntado, en la filosofía ocultista de las sociedades
germánicas como Thule y Vril.
Así por ejemplo, el científico alemán Viktor Schauberger era un
convencido defensor de la “implosión en lugar de explosión”.
Rechazaba el motor de explosión, pues éste se basa en la destrucción
(explosión), pero la Creación divina es siempre constructiva.
Por lo tanto, una técnica basada en la destrucción es contraria a
las leyes de Dios y puede denominarse como técnica satánica. En su
lugar, proponía los motores de implosión. Éste es tan sólo un
ejemplo de la filosofía de estos científicos. Gracias a la forma de
pensar del Tercer Reich, los alemanes avanzaron en técnica en pocos
años lo que los aliados no avanzarían en cien.
A mediados de los noventa dos documentales de televisión sobre los
platillos nazis conmocionaron a la comunidad ufológica internacional.
En ellos se vinculaba la existencia de prototipos discoidales
diseñados en la Alemania de entreguerras y las tradiciones
esotéricas que tanto influyeron en la gestación del III Reich.
Personalmente he visionado un video titulado “OVNIs: El arma secreta
de Hitler”, en que se trataban estas cuestiones.
Pero mucho antes, libros como “Geheime Wunderwaffen” (“Armas
prodigiosas secretas”, partes 1, 2 y 3), de D. H. Haarmann o
“Deutsche Flugscheiben und U-Boote überwachen die Weltmeere” (“Platillos
y submarinos alemanes vigilan los mares del mundo.)
O. Bergmann,
hablaban ya de los “OVNIs del Tercer Reich”.
Proyecto Haunebu
Sobre la denominación “Haunebu” no hay acuerdo. Algunos afirman que
se trata en realidad de la abreviatura de Hauneburg*, lugar en que
serían desarrollados. Este nombre sería abreviado como “Haunebu” por
falta de espacio en las casillas de los formularios.
* NOTA: Hauneburg era un pueblo situado en el Haunetal (el valle
Haune), situado en el norte de la provincia alemana de Hessen. Como
vemos, el lugar no es ficticio y probablemente fue allí donde se
desarrollaron los platillos de la serie “Haunebu”.
Aquí mostramos algunas imágenes de los tres modelos de Haunebu.
La
pregunta que todos nos hacemos es:
¿por qué los OVNIs que aparecen
en las fotografías y el video que filmó
Adamski
se parecen TANTO al modelo
Haunebu II?
Proyecto Vril
El proyecto Vril estaba en manos de
la Sociedad Vril, el círculo de
damas esotéricas. Era un diseño independiente del “Haunebu”.
Los
desarrollos empezaron con
el Vril 1 y culminaron supuestamente en el Vril 7. El primero ensayo con el Vril 7 tuvo lugar al parecer sobre
el mar Báltico en invierno de 1944.
Fue todo un éxito.
El “Andromeda-Gerät”
El “Andromeda-Gerät” o “aparato Andrómeda” era una nave nodriza.
Desconocemos si llegó a construirse antes de terminar la Segunda
Guerra Mundial, pero de no ser así se construyó en Neuschwabenland
tras la guerra con los planos y diseños previos. Tenía forma de
cigarro, y esto coincide con la descripción de muchos pilotos de
vuelo que dicen haber visto OVNIs con esa forma y de unos 140 metros
de longitud.
¿Por qué Alemania, si disponía de esta tecnología, no ganó la guerra?
Una pregunta que se formulará todo el mundo.
Las razones que los
autores del hitlerismo esotérico apuntan son varias:
-
El desarrollo de esa tecnología llegó demasiado tarde, más bien
entre 1944 y 1945, y no se pudo llegar a emplear militarmente.
Ciertamente disponían de esa tecnología, pero no se llegó a tiempo a
la fabricación masiva.
-
Los OVNIs de Hitler ciertamente eran muchísimo más veloces que
cualquier avión existente, pero esto no bastaba. Se mostraron, al
menos en esa fecha, no aptos como aeronaves caza.
-
Por alguna razón, los alemanes del Reich vieron la guerra
materialmente perdida y decidieron replegarse, esperar un momento
futuro en que la victoria del Reich fuese tan segura como
contundente.
Si efectivamente el Tercer Reich nunca fue completamente destruido y
subsiste actualmente oculto, no podría hablarse en absoluto de que
el Reich perdiera la guerra.
El propio Hitler había declarado:
“En
esta guerra no habrá vencedores ni vencidos, tan sólo muertos y
supervivientes”.
Alemania fue ocupada y lo sigue hoy, pero otra
Alemania, la verdadera y legítima, existe fuera del territorio
tradicionalmente alemán.
¿Qué fue de la prodigiosa tecnología hitleriana?
No puede descartarse que poco antes del fin de la guerra se llegase
a fabricar una limitada serie de platillos Haunebu II. Ésta
posibilidad es apoyada por las numerosas fotos de OVNIs tras 1945,
que tienen un asombroso parecido con el modelo Haunebu II (por
ejemplo los OVNIs del contactado Adamski).
Es importante dejar en claro una pregunta fundamental:
¿Consiguieron
los aliados esta prodigiosa tecnología como parte del botín de
guerra?
En absoluto. Sería una verdadera
contradicción pensar que los alemanes fueran capaces de desarrollar
semejante tecnología para luego dejarla caer en falsas manos. Los
científicos alemanes responsables del desarrollo de esta tecnología
y todos sus creaciones habían desaparecido a tiempo de Alemania para
cuando la guerra “terminó”.
Así por ejemplo, el terreno de la firma Arado en Brandenburgo,
supuestamente empleado por la Vril-Gesellschaft, fue completamente
dinamitado y no quedó nada. Los alemanes dejaron a propósito
señuelos para despistar y distraer a los aliados.
Estos señuelos eran flamantes proyectos aeronáuticos del Tercer
Reich, así como científicos como Werner von Braun (gracias al cual
los americanos lograrían realizar el programa Apolo y llegar a la
Luna), pero estaban basados en la técnica convencional (motores de
propulsión a reacción o de hélice, a lo sumo).
La técnica antigravitacional fue puesta a salvo con antelación.
Según algunos autores, los OVNIs de Hitler fueron escondidos en
algún lugar de
la Antártica, razón por la cual se pondría en marcha
la
Operación Highjump. Aun hoy hay gente convencida de que los
Alemanes aun poseen una base de OVNIs y que los llevaron allí
desmontados en submarinos.
El autor Hans Altmann, por su parte,
escribió “Eine Deutsche Legende”, una novela autobiográfica donde
narra su contacto con los alemanes del Reich y describe sus bases en
Suramérica.
Los avistamientos OVNIs que en la actualidad se producen se deben a
la actividad de los platillos alemanes, pues los alemanes del Reich
están vigilando el planeta. Estos platillos serían pilotados por
pilotos del “último batallón”. Éste “último batallón” intervendrá en
el momento preciso durante la próxima caída de la civilización
occidental.
Vendrán a salvar Europa cuando el cataclismo sea inevitable.
La
civilización occidental habrá caído mucho antes de 50 años. La
decadencia de Occidente es patente: manifestaciones de homosexuales,
ateísmo y ausencia de valores, aborto, drogadicción, paro y crisis
económica, conflictos sociales, confusión generalizada…
Pero esta caída de Occidente no será el Apocalipsis ni tampoco la
destrucción de Europa, sino un Renacimiento sobre valores
completamente distintos. Muchos famosos visionarios y videntes
coinciden cuando hablan de una nueva guerra mundial y de
“revoluciones y guerras civiles en casi todos los países de Europa”.
Los miembros del gobierno invisible (judeo-masonería), que controlan
las naciones más poderosas del mundo, no pueden hacer nada contra
las fuerzas del mundo interior. Tienen miedo del “último batallón”,
de los OVNIs de Hitler.
Por eso guardan silencio sobre su existencia
y desvían la atención difundiendo que se trata de “extraterrestres”.
Las bases lunar y marciana del Reich
Además de Miguel Serrano, han sido otros autores los que sostienen
que los alemanes del Reich hace muchos años (unos sesenta años) que
poseen una base en la Luna (si no un auténtico país). Disponiendo de
semejantes astronaves, no es ningún problema para ellos alcanzar
la
Luna o
Marte.
Los OVNIs del Reich no tienen que preocuparse de
llevar miles de toneladas en combustible líquido, ni del costo, como
los programas espaciales de la NASA o la ESA.
Durante la
misión Apolo 11 a la Luna, los tripulantes del Apolo 11
mantuvieron una conversación con el centro de control en Houston,
casualmente captada por unos radioaficionados que escuchaban un
“canal reservado”, que revela que tuvieron un encuentro con
aeronaves,
“muy superiores en tamaño y tecnología a las nuestras”.
Toda la Luna estaría en manos de los alemanes del Reich, razón por
la cual los norteamericanos no han vuelto a ella: tienen “Hausverbot”,
es decir, los alemanes del Reich les han prohibido poner un pie en
la Luna.
Es por ello que ahora la NASA dice con cierto tono de
desprecio que,
“la Luna ya no constituye un objetivo interesante para
la Agencia Espacial”.
Lo cierto es que después de 1972 (el primer
alunizaje fue el 20 de Julio de 1969), no ha habido más misiones a
la Luna.
La NASA declara que se interesa más por Marte, donde según autores
como Jan Udo Holey o Hans Altmann también los alemanes están
establecidos en construcciones subterráneas desde hace decenios.
Los
repetidos fracasos de la NASA en Marte tendrían su explicación en la
actuación de los alemanes del Reich.
La base lunar Alpha
La base lunar del Tercer Reich tendría el nombre de “Alpha” y se
habría empezado a construir en 1942.
Vladimir Terziski, presidente
de la “American Academy of Dissident Sciences” escribió en 1992 un
artículo (en inglés) titulado “HALF A CENTURY OF THE GERMAN MOON
BASE (1942 – 1992)”.
En ese artículo se habla también de la estrecha cooperación entre
alemanes y japoneses. Y así fue y lo sigue siendo hoy, pues el Reich
de Adolf Hitler hizo partícipe en sus ambiciosos planes de futuro al
Imperio Japonés, aliado fiel del Tercer Reich. Lo mejor de Occidente
y Oriente se habría unido en esta gran empresa de conquista del
espacio.
No fueron los norteamericanos los primeros en pisar la Luna
ni los rusos los primeros en poner un hombre en órbita, sino los
alemanes del Reich, junto a sus camaradas japoneses.
El Apolo 11 y
su encuentro con “extraterrestres” en la Luna
El ufólogo Timothy Good, en su libro
Beyond Top Secret, informa de
que los astronautas vieron “extraterrestres” en la Luna.
La
evidencia reside en una conversación secreta entre el control de la
misión y los astronautas del Apolo 11, Armstrong y Aldrin, que fue
registrada por unos radioaficionados que pudieron captar un “canal
reservado” para estos mensajes, tal como informó mucho después un
ex-empleado de la NASA, Otto Binder.
La trascripción de la
conversación es la siguiente:
-
¡Oh, Dios, nadie lo va a creer!
- Houston: ¿Qué es, diablos, qué es? ¡Es lo único que quiero saber!
- Apolo 11: Estas pequeñas cosas son gigantescas, son enormes… No,
no, lo de ahora era una desfiguración óptica del terreno. ¡Oh, Dios,
nadie lo va a creer!
- Houston: ¿Qué… qué… qué diablos está ocurriendo allí? ¿Qué os pasa,
chicos?
- Apolo 11: Están allí, bajo la superficie.
- Houson: ¿Qué hay allí? [Interferencias, ruido] Control llamando a
Apolo 11.
- Apolo 11: Roger, estamos aquí los tres, pero vimos unos visitantes.
Estuvieron aquí un rato, observando los instrumentos.
- Houson: Orden de control: ¡Repetid el último informe!
- Apolo 11: Digo que había otras astronaves. Están alineadas en el
otro borde del cráter.
- Houston: ¡Repetid, repetid!
- Apolo 11: Dejadnos sondear esta órbita y a casa… En 625 al 5… Relé
automático conectado… Mis manos tiemblan tan fuerte que no puedo
hacer nada. ¿Filmar? Cielos, sí, esas malditas cámaras han filmado.
- Houston: ¿Habéis captado algo?
-Apolo 11: No tenía ninguna película a mano [ruidos], tres disparos
de los platillos o de lo que fuera pueden haber estropeado la
película.
- Houston: Control de mando, aquí, control de mando. ¿Estáis ya en
camino? ¿Qué hay con ese jaleo de los ovnis? Cambio.
- Apolo 11: Han aterrizado ahí. Están en la Luna y nos observan.
- Houston: Los espejos, los espejos. ¿Los habéis colocado?
- Apolo 11: Sí los espejos están en su sitio. Pero quien haya
fabricado semejantes astronaves puede seguramente venir y quitarlos
mañana mismo del suelo. Cambio y fuera.
También cierto profesor, que desea permanecer en el anonimato,
mantuvo una conversación con Neil Armstrong durante un simposio:
- Profesor: ¿Qué ocurrió realmente con Apolo 11?
- Armstrong: Fue increíble; claro, pero el hecho es que nos
advirtieron que debíamos irnos. Nunca se nos dijo nada sobre una
estación lunar…
- Profesor: ¿Qué quiere decir con eso de que “nos advirtieron que
debíamos irnos?”.
- Armstrong: No puedo entrar en detalles, excepto para decir que sus
naves eran muy superiores a las nuestras en tamaño y tecnología.
- Profesor: ¡Pero la NASA envió otras misiones después de Apolo 11!
- Armstrong: Naturalmente, la NASA estaba comprometida en esa época
y no podía arriesgarse a desatar el pánico en la Tierra, pero sí,
fue algo rápido y de ida y vuelta.
El ufólogo Timothy Good, en su libro Beyond Top Secret, informa de
que los astronautas vieron “extraterrestres” en la Luna. La
evidencia reside en una conversación secreta entre el control de la
misión y los astronautas del Apolo 11 Armstrong y Aldrin, que fue
registrada por los soviéticos.
El Dr. Vladimir Azhazha, físico y profesor de matemáticas ruso, dijo
que el encuentro ocurrió poco después de que alunizara el módulo
lunar, pero que el público nunca pudo escuchar el informe de los
astronautas porque la NASA lo prohibió.
Maurice Chatelain, un
especialista en comunicaciones de la NASA, comentó que,
“el encuentro
con OVNIS era perfectamente conocido en la NASA” y que “todas las
misiones Apolo habían sido seguidas por OVNIS”.
Esto sugiere que la NASA no está dispuesta a admitir ante el mundo
que sus astronautas habían sido vigilados de cerca por OVNIS, y
menos todavía por OVNIS del Tercer Reich, y según ciertos autores
escenificaron las fotografías en la Tierra para que el público no se
asustase con lo que sucedía realmente en el espacio.
En un documental de TV que analizaba la dudas en torno al primer
alunizaje, se mencionaba que esta escenificación tuvo lugar en algún
estudio de cine de Londres y que se puso al frente de la misma al
director Stanley Kubrick, razón por la cual Stanley vivió
obsesionado con el temor de ser asesinado por la CIA por todo cuanto
sabía…
Según el Dr. Vladimir Azhazha, presidente del Centro de OVNIS de
Moscú:
“Neil Armstrong transmitió al Centro de Control un mensaje de
que dos objetos grandes y misteriosos los observaban cuando
alunizaron. Pero este mensaje nunca fue oído por el público, ya que
la NASA lo censuró”.
El Dr. Aleksandr Kasantsev afirma que Aldrin
hizo un grabación en color de los OVNIS desde el interior del módulo.
Una de las más extrañas preguntas sobre la Luna es por qué la NASA
no ha enviado más astronautas desde las misiones Apolo y por qué no
tiene intención de hacerlo en el futuro. Ellos aducen que es ahora
Marte el astro que les interesa, pero si damos crédito a las
informaciones sobre bases permanentes de los Reichsdeutschen en la
Luna, tendremos de inmediato la respuesta…
Las actuales misiones de la NASA a Marte tienen como objeto tantear
las fuerzas alemanas
establecidas allí.
Y hay que destacar que son
muy sospechosos los repetidos fracasos y la inexplicable “mala
suerte” de la NASA en estas misiones marcianas…
Avistamientos
por astronautas
Los estudiosos del fenómeno OVNI aseguran que los astronautas que
“hablaron demasiado” sobre lo que descubrieron en la Luna pronto
fueron dados de baja y tuvieron que abandonar el servicio activo,
como en el caso de Gordon Cooper, que después de haber integrado el
equipo del proyecto Mercury y tripulado éste en 1963 y el Géminis 5
en 1968, no fue enviado con destino a la Luna en el Apolo…
Poco
después se declaró abierto partidario de la existencia de OVNIS.
La NASA no ha revelado la existencia de los OVNIs del Reich ni
siquiera a sus propios astronautas, que nunca fueron prevenidos y
tuvieron que enfrentarse súbitamente al shock de encontrarse de
golpe con esas astronaves durante sus misiones en el espacio,
poniendo sus vidas en peligro, pues un astronauta con pánico comete
errores.
Muy posiblemente, la NASA ha hecho creer a sus propios astronautas
que esas astronaves pertenecen a “civilizaciones extraterrestres”,
ni los propios astronautas conocen la verdad sobre su origen
terrestre. Es por ello que a menudo los astronautas hablan de “vida extraterrestre”, porque es lo que la
NASA ha querido que crean, o
porque colaboran conscientemente con la campaña de desinformación.
Pero es muy probable que los OVNIs se hayan acercado tanto a los
trasbordadores y a astronautas que éstos hayan visto esvásticas y
cruces balcánicas en los OVNIs. Hasta la fecha, ningún astronauta ha
declarado esto ni ha hablado de “OVNIs del Reich”.
Si lo hiciera,
sabe que sería asesinado.
Además, los astronautas son adoctrinados
en la idea de que la existencia de los OVNIS y todo lo que ellos han
visto durante sus misiones debe permanecer bajo secreto por bien de
la seguridad nacional y para evitar el pánico en la Tierra.
Los OVNIS del Proyecto Mercury VII
El 24 de Mayo de 1962, el astronauta Scott Carpenter logra
fotografiar a un objeto en forma de disco, mientras se encontraba en
el espacio a bordo del Aurora VII.
Cuando Carpenter se encontraba a
275.000 metros de altura, vio acercarse “algo” a la cápsula,
inmediatamente comunicó a Houston:
“¡Es metálico! y refleja
intensamente la luz solar”.
El objeto siguió desplazándose en sentido contrario a la marcha de
la Aurora 7, hasta perderse de vista.
Scout Carpenter, mientras
orbitaba la Tierra en Mayo de 1962, a la altura de Australia,
comunico a la base:
“Estoy observando unas partículas luminosas que
vienen a mi encuentro, ¡son muy rápidas! Y parecen tener una luz mas
brillante que las estrellas… ¡Entonces ellos existen…! ¡Son ellos…!"
Scott Carpenter, a bordo de la cápsula Aurora 7, vio y fotografió a
varios objetos de gran tamaño y luminosidad que siguieron al
vehículo norteamericano durante su corto periplo espacial. La NASA
dio una absurda explicación a las fotografías, diciendo que eran
“cristales de hielo adheridos a las ventanillas”.
En su tercera vuelta a la Tierra, Carpenter vio otro objeto y
comunicó a Houston:
“Está claro que aquello no orbita la Tierra…
Viene de otra parte”.
Carpenter reconoció haber sentido miedo,
también dijo:
“Era cilíndrico, enorme… y se movía a gran velocidad”.
[Nota: ¿Cilíndrico y enorme? ¡El Andromeda-Gerät!].
El objeto se
inmovilizó junto a la Aurora 7 y siguió su misma trayectoria.
Entonces, de aquel cilindro salieron 3 objetos en forma de disco,
los cuales se alejaron. Al instante que la nodriza desapareció hacia
las estrellas”.
Algunas declaraciones de gente de la NASA.
La NASA siempre ha dicho que lo encontrado en la Luna por las
expediciones no tiene ningún secreto, sin embargo, el doctor Farduk
Elbaz, uno de los más prominentes científicos de la NASA, admitió:
“No todo lo descubierto se ha anunciado”.
Añadió también que se
utilizó un “código secreto” en las conversaciones entre los
astronautas y la base de control de la Tierra. ¿Es que había algo
que ocultar?
El científico Maurice Chatelain, que estuvo a cargo del equipo de
comunicaciones del Apolo, declaro que:
“Todas las naves Apolo y
Géminis fueron seguidas por vehículos espaciales que no pertenecen a
este planeta. Siempre que esto ocurre los astronautas informan al
centro de control y desde allí se les ordena silencio absoluto”.
Añadió además que:
“Los astronautas del Apolo XI no solo escucharon
ruidos extraños en la radio cuando se acercaban a la Luna, sino que
se encontraron con un comité de bienvenida: dos ovnis que
contemplaban el alunizaje”.
Más que “contemplaban” habría que decir
“vigilaban”…
Fred Bell, otro científico que trabajó para la NASA dice:
“Los
astronautas han guardado silencio sobre sus encuentros con ovnis
porque están entrenados para creer que es una cuestión de seguridad
nacional”.
Además el doctor Bell aseguro haber visto fotografías de
OVNIS tomadas por los astronautas. Aseguró que
el Proyecto Apolo fue
interrumpido abruptamente debido a que se habían encontrado
“demasiadas cosas allá afuera”, tomando seguramente muy en serio la
prohibición del Reich de volver allí.
El ex-astronauta John Glenn, posteriormente senador de los EE.UU.,
hizo importantes declaraciones para un programa radiofónico, sin
saber que estaba siendo grabado:
“Sabemos perfectamente lo que vimos
allí afuera, pero no podemos contar nada”.
Además agregó lo
siguiente:
“Nunca conoceremos la verdadera respuesta… Aún así, vimos
cosas allá afuera, cosas extrañas…”
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