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ElRobotPescador
Según el entonces presidente George Bush, el gobierno de Hussein poseía armas biológicas y químicas que serían utilizadas en contra de la población civil, algo que fue totalmente desmentido por diversos informes de la ONU.
Por el contrario, fue la misma administración Bush la que se opuso en 2001 a la firma de un convenio internacional que prohibía el uso de armas biológicas, aduciendo que este acuerdo,
En efecto, ha sido el Pentágono quien ha desarrollado complejos laboratorios para producir armas biológicas y químicas en detrimento de grandes poblaciones.
Algunos ejemplos de la intervención norteamericana al respecto fueron las guerras de Corea y Vietnam, los intentos de asesinato a los líderes Fidel Castro y Patrice Lumumba y la utilización de agentes químicos en la erradicación de plantaciones de coca en Colombia.
La estrategia de la Casa Blanca presenta dos aristas:
La vocación bélica de un país como Estados Unidos no tiene límites, por lo que a diario genera nuevas estrategias para el control territorial.
La Casa Blanca es consciente que la utilización de armas nucleares sería un acontecimiento apocalíptico debido a que la respuesta eventual de naciones como Corea del Norte, Rusia o incluso Pakistán podrían desencadenar un conflicto sin precedentes.
Por tal motivo, el poder central en Washington ha buscado alternativas para ejercer el mismo dominio a las poblaciones sin levantar demasiadas sospechas.
Sumada a la presencia
militar que según algunas estimaciones es del 70% en la totalidad
del globo (es decir que hay tropas norteamericanas en al menos 134
países del mundo), existen evidencias suficientes para creer que
Estados Unidos posee "centros de investigación biológica" que no son
más que laboratorios de
producción de armas químicas.
Por eso no sorprende que la presidenta brasilera Dilma Rousseff haya sido sustituida sin justificación y su remplazo, Michel Temer, sea un socio del Pentágono.
Desde esta perspectiva, el gobierno de Rousseff significaba un obstáculo para Estados Unidos y su plan de posesión estratégica de la Amazonía. Con Temer en el poder resulta mucho más fácil continuar con las investigaciones secretas que, dicho sea de paso, ya cobraron sus primeras víctimas.
En 2012, ocho militares brasileros se infectaron con un virus desconocido en la zona amazónica, pero el acontecimiento se mantuvo en total hermetismo debido a la polémica que hubiera podido desatarse.
Sin embargo, es muy
complejo ocultar el plan que el gobierno de Estados Unidos tiene con
el control fáctico de la Amazonía y que consiste además de la
explotación de los recursos naturales, en la creación de una
poderosa arma biológica en detrimento de la humanidad.
De acuerdo con diversos estudios, el gobierno de Estados Unidos desarrolla investigaciones secretas sobre nuevos y poderosos virus. No obstante, haciendo gala de su acostumbrada astucia política, la Casa Blanca ha ocultado la verdadera utilidad de los laboratorios bajo pseudo-acuerdos con universidades peruanas.
Así pues, encubriéndose bajo el nombre de Instituto de investigaciones de enfermedades tropicales, el bio-laboratorio NAMRU-6 ha establecido vínculos con la Universidad Cayetano Heredia para hacer pasar una actividad militar como un asunto de "investigación científica".
Empero, las intenciones
del Pentágono son bien distintas si se toma en cuenta las diversas
pruebas con bacterias y virus desarrollas misteriosamente en estos
centros y el plan de elevar a la ciudad de Iquitos como un enclave
estratégico del hemisferio occidental.
Además de las razones físicas y geográficas mencionadas con anterioridad, América Latina - una zona tradicionalmente libre de tensiones militares a gran escala - representa un punto neurálgico para la expansión del control territorial norteamericano.
Es importante destacar que América Latina y el Caribe es una región del mundo comprometida con la paz mundial. El 25 de abril de 1969, 33 naciones del subcontinente se comprometieron mediante el tratado de Tlatelolco a rechazar el desarrollo de armamento nuclear.
Sin embargo, este acuerdo no le restó importancia al interés del Pentágono pues desde entonces, Estados Unidos, Francia y la OTAN poseen 39 bases militares en todo el subcontinente latinoamericano dada su relevancia en términos estratégicos.
No en vano en la zona compartida por los Estados de Brasil, Perú y Colombia se encuentran las reservas más importantes de agua dulce del mundo, aproximadamente 6.950 km3 lo que equivale al 26% del agua dulce utilizable del planeta.
Sólo en la cuenca amazónica se encuentra el 16% de esta reserva.
Por esa razón resultaría
fácil y efectivo para el gobierno norteamericano producir una
enfermedad capaz de devastar a poblaciones enteras con el fin último
de hacerse con el control del "pulmón del mundo".
De ahí radica el interés del gobierno de los Estados Unidos por poner en marcha otros laboratorios en el mundo como en efecto lo ha conseguido.
Sumados a los de Perú y Brasil, se encuentran los laboratorios de,
En estos centros al igual
que en la Amazonía se realizan
pruebas con seres humanos y se
inoculan peligrosas bacterias cuyo propósito es el futuro control de
la densidad poblacional, una de las grandes preocupaciones de
Estados Unidos.
De una parte, un centro biológico ubicado en el país con mayor cantidad de fieles musulmanes del mundo y cuya población oscila entre los 260 millones de habitantes (Indonesia), es un claro desafío para potencias como China y Rusia debido a su cercanía geográfica.
Además, se ha logrado establecer la existencia de dos nuevos centros biológicos ocultos en Ucrania y Kazajistán por lo que el plan estratégico del Pentágono es "rodear" a sus enemigos políticos con potenciales virus.
En otros términos, la propagación de una bacteria en todo el continente asiático sería cuestión de días o incluso horas. De la misma manera, la situación geográfica de Egipto tan cerca al Medio Oriente significaría una amenaza para todos los países musulmanes de la región que contravengan los caprichos de la Casa Blanca.
En Kenia, ubicada en el corazón de África, provocaría un desastre de magnitudes monumentales, lo que se convertiría en una forma de control sobre el crecimiento de las poblaciones en sur del globo (una preocupación latente de Estados Unidos y las naciones de Europa cuyas poblaciones se han envejecido paulatinamente).
En efecto, llama la
atención que estos laboratorios biológicos se encuentran en el
otrora llamado tercer mundo por lo que la propagación de un virus
para reducir la población mundial no es una idea descabellada.
Según los estudios, existen cuatro variantes del Ébola siendo la cepa actual la más virulenta y cuyo origen se circunscribe al Zaire y algunas aldeas aledañas. Sin embargo, lo que es incomprensible para los científicos es cómo el virus pudo viajar 4000 Km. hasta África occidental sin dejar a su paso secuelas de la enfermedad.
La reaparición del ébola en la ciudad de Meliandou en Guinea despertó las sospechas de investigadores independientes que lograron relacionar el actual brote con actividades militares que el gobierno de Estados Unidos cumplió en la zona en el año 2009.
Es un secreto a voces que el Pentágono está detrás de todos los experimentos relacionados con bacterias y virus so pretexto de encontrar,
Al contrario, el poder
central en Washington está interesado en crear virus específicos que
puedan devastar regiones enteras y por qué no a razas específicas.
Dentro del transporte diplomático se pueden enviar muestras de bacterias y posibles curas, por lo que sin saberlo actualmente puede existir un intercambio sin control de enfermedades.
Lo que sí es seguro es el deseo de Estados Unidos por encontrar virus más potentes y devastadores.
En Fort Detrick, el centro de desarrollo de armas biológicas ubicado en Maryland, Estados Unidos, se están desarrollando tres tipos de agentes químicos-bacteriológicos:
Estas son tan solo tres
de las diversas combinaciones de los agentes biológicos que el
ejército y científicos de los Estados Unidos pueden crear para
dominar a su antojo a la población mundial.
Actualmente Estados Unidos cuenta con al menos una decena de laboratorios, dos de los cuales se encuentran ubicados en la Amazonía y cuyas investigaciones pueden derivar en un serio problema de seguridad para el continente latinoamericano y, por extensión, para el mundo entero.
Si se toma en cuenta que las bases militares en un país como Colombia hacen parte del control fáctico del imperio norteamericano, los laboratorios fungen como "centros de investigación" que lejos de cumplir con su aparente propósito, complementan la labor militar del dominio territorial.
En caso de que lo
recursos estratégicos vayan disminuyendo considerablemente, el
Pentágono ya tiene en curso un plan para la aniquilación silenciosa
de la humanidad esta vez mediante una peste artificial que le
permita manejar a su antojo los destinos del mundo.
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