por
Filastreo
22 Marzo 2018
del Sitio Web
LaIncubacionSolar
Versión en ingles
Entender a la humanidad como un mero experimento de una raza de
consciencia superior es, para ponerlo en una única palabra, incómodo.
Defenestra nuestra concepción antropocéntrica de la realidad,
quitándonos la corona soberana que nos ciñeron en los primeros
versículos del Génesis; es más, nos rebaja a la misma altura con la
que consideramos a los animales y vegetales de los que nos
alimentamos o con los que experimentamos.
Pensar en la existencia de entidades que gocen de mayor libertad de
la que poseemos y que ésta sea usada en pos de nutrirse o investigar
con nosotros resulta inquietante; es indiscutiblemente más sencillo
creer en un relato como el de las Sagradas Escrituras... allí se nos
trata mejor, se nos coloca en el lugar adecuado para nuestra paz de
espíritu:
¡somos los soberanos de la creación!
Baste inclinar la
cabeza, cumplir con algunas leyes, no trabajar en día sábado y ante
cualquier inconveniente, ofrecer algún sacrificio de sangre.
En un
contexto que quizá resulte menos histriónico, Mangasar Mangasarian,
autor de 'How the Bible was
Invented' (Cómo fue Inventada la Biblia),
tiene algo interesante que aclararnos:
La Biblia es un libro extraordinario; cualquier libro que declare
completa infalibilidad, que aspire a la absoluta autoridad sobre
mente y cuerpo, que exija rendición incondicional a todas sus
pretensiones so pena de eterna condenación, necesariamente es un
libro extraordinario, y uno que, por tanto, debe ser sometido a
evaluaciones extraordinarias.
Pero no lo es...
Ni los sacerdotes
cristianos, ni los rabinos judíos aprueban el someter la Biblia a
las mismas evaluaciones a las que deben someterse otros libros.
¿Pero
por qué? ¿Tal vez esto podría ayudar a la Biblia? Esa no puede ser
la razón. ¿Por qué podría dañarla? No se nos ocurre ninguna otra
explicación.
La verdad es que la Biblia es una colección de escritos
de autoría desconocida y fecha incierta, traducidos a partir de
dudosas copias de supuestos originales desafortunadamente perdidos.
Sin embargo, existe hoy bastante certidumbre académica sobre el
material que pudo haber dado origen al Pentateuco:
desde la
publicación de la obra
Epic of Gilgamesh del asiriólogo George
Smith, quien a fines del siglo XIX la tradujo a partir de las
tablillas cuneiformes que relatan el Diluvio Universal, en donde se
identifica con suma sencillez al Utnapishtim acadio con el Noé
bíblico.
El aretalogista David Cangá Corozo en su libro
La
Conspiración del Ángel Gabriel conecta este relato con otros poemas
mesopotámicos:
En
el Enuma Elish se relatan sucesos cósmicos ocurridos durante la
creación del sistema solar, en el Atrahasis se nos relata los
sucesos ocurridos desde las actividades de los Anunnaki en este
planeta antes y durante la creación del hombre, hasta el diluvio, y
en la Lista Real Sumeria, se nos dan detalles de las primeras
civilizaciones de humanos.
Combinando los relatos de estos tres
poemas épicos mesopotámicos, se puede armar una historia paralela a
la historia de la creación del Génesis bíblico, de hecho, George
Smith publicó en el año 1876, su hoy famoso libro "The Chaldean
Genesis" (El Génesis Caldeo), en donde sugiere que, por las varias
similitudes, el poema épico Enuma Elish, y el Génesis hebreo, se
refieran a la misma historia de la creación.
Según estas tablillas,
hace miles años, de alguna parte - especulamos que del cosmos, o de
alguna otra dimensión - llegaron unos seres a la Tierra, con la
intención de extraer minerales.
A estos seres se les denomina
los Anunnaki, que significa,
"aquellos que del cielo a la tierra bajaron."
Los Anunnaki estaban regidos por un sistema jerárquico basado en el
linaje, en donde el líder de todos era An (Anu), el cual tenía dos
hijos:
Enlil y Enki, los cuales eran los líderes de la misión
planeta Tierra.
El relato del Atrahasis puede resultar más que interesante, sobre
todo, si se logra conectar su contenido legendario con la óptica
ufológica.
De hecho, es un relato que podría considerarse gnóstico e
incluso, ponderando su exquisita veta literaria, de un notable
trasfondo lovecraftiano:
unos seres llegan a la Tierra a realizar
ciertos trabajos de "extracción de materiales."
Los había de
diferentes categorías: los dioses líderes, entre los que hallamos a Anu, Enlil y Enki, y sus subordinados trabajadores, denominados
genéricamente como las deidades Igigi. (1)
Después de un tiempo,
ocurre una revuelta y estos últimos se quejan de las condiciones
extenuantes y rehusan continuar con sus labores; luego que las
negociaciones con los Igigi fueran agotadas, Enki resuelve el
problema diseñando un obrero especializado, haciendo uso del cuerpo
de un Igigi sacrificado desde donde se extraen genes Anunnaki, y de
Belet-ili, la "diosa matriz," para que finalmente:
"un dios y un
hombre se mezclan conjuntamente en arcilla."
Resulta llamativo
hallar un punto de contacto con la obra del antropólogo
Carlos Castaneda,
El Lado Activo del Infinito, cuando Don Juan le dice que,
"los depredadores nos dieron su mente, que se convirtió en nuestra
mente."
Si leemos el primer volumen de Textos Gnósticos: Biblioteca
de
Nag Hammadi (cap. Sobre el Origen del Mundo
-
On the Origin of the World) también nos topamos
con algo semejante:
Cuando (los arcontes) hubieron terminado a Adán, (el príncipe) lo
colocó en una vasija, pues había tomado la forma de un aborto
carente de espíritu.
A causa de esto, cuando el gran arconte se
acordó de la palabra de Pistis, temió que el hombre verdadero
penetrara en su criatura y se constituyera en señor (del arconte)
[...]
Llegados cabe Adán, cuando vieron que Eva hablaba con él, se dijeron
[entre los Arcontes]:
"¿Qué es esta cosa luminosa? Pues se parece a
la semejanza que se nos manifestó en la luz. Ea, capturémosla y
vertamos nuestra simiente en ella, a fin de que quede
mancillada y ya no pueda regresar a su luz.
Además, los que
nazcan de ella quedarán bajo nuestra obediencia."
De lograr ver este relato desde una perspectiva ufológica o
hiperdimensional podríamos proponer una concepción más amplia:
unas
entidades extraterrestres arriban a un planeta para explotar sus
recursos.
Estos seres, organizados bajo una férrea jerarquía, envían
a sus operarios subordinados a efectuar una labor engorrosa y
fatigosa:
mientras los dioses superiores permanecen en el plano
celestial (en Cuarta Densidad) la labor de los Igigi, en cambio,
acontece en la realidad física (en Tercera Densidad).
¿Qué labor es
la que extenúa a las deidades Igigi?
El Atrahasis nos informa que:
"Los dioses tuvieron que cavar canales. Tenían que limpiar los
canales, las líneas de vida de la tierra. Los dioses excavaron el
río Tigris y luego excavaron el Éufrates."
¿Es que acaso estuvieran terraformando?
La referencia a las líneas de vida de la tierra nos
puede conectar rápidamente con las
Líneas Ley:
las famosas
alineaciones energéticas que los druidas denominaban Nwyvre (dragón
terrestre) donde encontramos emplazados los antiguos monumentos,
las construcciones megalíticas junto a los lugares sagrados.
(2)
Robert Monroe, en su libro
Far Journeys, hace mención a un planteo
semejante:
los Sembradores, unas entidades de un nivel de realidad
superior, en su afán de obtener un "bien escaso" que se encontraría
dentro de las moléculas orgánicas diseminadas a lo largo de la
galaxia, realizaron una serie de experimentos biológicos, comenzando
por los Cultivos Primero y Segundo, es decir, los Estacionarios o
vegetales y los Móviles o animales.
Este "bien escaso,"
denominado Loosh, (3) podía ser recolectado fácilmente en una situación de
conflicto, en especial, durante el deceso de un organismo viviente:
Así como el Segundo Cultivo se volvió escaso, los requerimientos
energéticos para las unidades Móviles se volvieron una seria
restricción en el Jardín de las Deidades.
Era frecuente que dos
unidades Móviles se vieran en la necesidad de ingerir el único
remanente del Segundo Cultivo; y esto creaba conflicto que devino en
luchas entre las hambrientas unidades Móviles.
Los Sembradores
observaron estas luchas, en un principio perplejos con el problema,
pero luego con gran interés, ya que a través del conflicto, la
unidades Móviles comenzaron a generar grandes cantidades de Loosh,
de una altísima pureza.
Fue entonces cuando los Sembradores pusieron una nueva teoría en
práctica:
alteraron a los Móviles de manera que fuesen más pequeños,
pero a su vez que necesitaran alimentarse de otros Móviles o de otra
forma perecerían.
Esto resolvía el problema de la sobrepoblación de
Móviles, pero a su vez se generarían grandes cantidades de Loosh
fruto del conflicto y muerte en pos de la supervivencia.
En este paradigma, el conflicto en la vida orgánica de la Tierra
- el
Jardín de las Deidades, que nuestro John Keel bautizó
convenientemente como
Disneyland of the Gods - genera un manantial
de energía vital, surgida a partir de la lucha por la supervivencia.
Estos
Sembradores o granjeros cósmicos, equiparon a los animales
con
colmillos, garras, celeridad y destreza con el fin de prolongar el
combate víctima-depredador y así incrementar la recolección de Loosh.
Pero finalmente dieron con un prototipo novedoso que les había
llevado gran esfuerzo en diseñar y un considerable tiempo en
perfeccionar:
el Cuarto Cultivo, el ser humano, aquel modelo
experimental que superaba a todos los demás Cultivos anteriores:
El Cuarto Cultivo excedió las expectativas de los Sembradores.
Resultó en una producción consistente y utilizable de loosh que fue
obtenido desde el Jardín. El balance de "vida" operaba de manera
perfecta, con el Factor de Conflicto produciendo inmensas cantidades
de loosh manando de manera permanente a través de las constantes
muertes y destrucciones de todo tipo de organismos:
Móviles,
Estacionarios y el nuevo Cuarto Cultivo.
Para manejar la recolección, los Sembradores crearon unos
recolectores especializados para ayudar durante la cosecha.
Crearon
entonces canales para recolectar el loosh en bruto desde el Jardín
hacia su Residencia. Desde entonces, nunca más se necesitó depender
del loosh en estado salvaje.
El Jardín [el Plano Físico] fue una
fuente inagotable para los Sembradores.
Para optimizar la recolección, los Recolectores generaban
turbulencia y caos en la envoltura gaseosa y en el núcleo que forma
la base del Jardín.
Estas hecatombes tienen el efecto de culminar
con la vida de multitudes de sembradíos, dado que son aplastados por
los movimientos telúricos, el fuego emanado de los terremotos o el
agua que ha sido agitada.
Hallamos entonces una interesante explicación al origen y caída de
las civilizaciones humanas, lejos de cualquier cosmovisión
antropocéntrica y en línea con el pensamiento gnóstico del
cristianismo primitivo.
Asimismo, se comprende que el trabajo que
despreciaron hacer los Recolectores - los Anunnaki: las deidades
Igigi del poema Atrahasis - era estar, de alguna manera, "encarnadas"
en el plano físico de Tercera Densidad para procesar la materia
prima en componentes más elaborados de Loosh.
Resulta más
conveniente diseñar autómatas Estacionarios que conviertan la
energía solar en azúcares y luego que otros robots con mayor
movilidad, a través de su necesaria subsistencia, cosechen los
polisacáridos y sean a su vez alimento de otros autómatas más
sofisticados que se nutran de sus reservas grasas y proteicas.
Con
cada herida, fagocitación o muerte, se libera energía sutil
aprovechable para los Sembradores - los dioses líderes de la
jerarquía extraterrestre - en Cuarta Densidad.
Bajo este marco, es
fácil comprender las insaciables necesidades
de Yahweh y sus tenaces
reclamos de sacrificios de sangre.
De hecho, también se explican los
conflictos, batallas y guerras a los que sometió a su pueblo elegido
e ilustran el adecuado mote de
El Señor de los Ejércitos...
Prometeo, del pintor barroco
Theodoor Rombouts
(siglo XVII)
Pero al arribar a la explicación del Cuarto Cultivo es natural
deducir que el Loosh de alta pureza es, en definitiva, aquello que
los psicólogos identificaron como la libido, la pulsión sexual
freudiana que más tarde el doctor Carl Gustav Jung señaló como la
fuerza o energía psíquica, el pulso vital de la subsistencia, y que,
por supuesto, el psicoanalista
Wilhelm Reich razonó como la
energía orgónica:
el qi (chi) de los orientales.
En definitiva, el Cuarto
Cultivo es el eslabón final en la cadena trófica que completa la
"extracción de materiales," desde los rudimentarios azúcares y
almidones de los Estacionarios, las proteínas y grasas de los
Móviles hasta la fórmula del Loosh destilado de la humanidad:
las
energías sutiles que surgen del
orgasmo, el sufrimiento, la ansiedad
y la melancolía.
Es más, determinados humanos, abyectos a los ojos
del sistema de control alienígena, pueden ser endilgados con
ultores
o implantes, que operen como disciplinantes cilicios psíquicos.
Nuestros bienamados hermanos en la Búsqueda de la Verdad quizá
intenten conectar esta hebra de conocimiento con el acopio y
preservación de los
hidrógenos sutiles en los centros instintivo y
emocional como llave de la ergástula.
Monroe, más tarde concluiría
en que:
El concepto de Loosh explicó todo claramente.
Y lo más importante:
declaró el propósito, la razón de todo, el por qué de la existencia
física. Este factor se me había escapado durante mucho tiempo. La
respuesta del Loosh era simple y evidente.
La razón estaba allí, de
una manera muy prosaica. Se nos ha facilitado lo que entendemos como
civilización pues producimos de hecho algo de valor: Loosh.
Si
finalmente uno era capaz de superar las barreras emocionales
asociadas, era fácil, casi obsceno, entender la razón de nuestra
existencia en la Tierra. Una explicación completa sobre la conducta
humana y sobre la historia de nuestra civilización.
Loosh es una energía generada por toda la vida orgánica en diversos
grados de pureza, la más destilada y potente proviene de los seres
humanos - engendrada por la actividad humana que provoca la emoción,
la más alta de dichas emociones - el instinto de reproducción y
supervivencia.
Al igual que las antiguas enseñanzas gnósticas de las escuelas
cópticas tempranas, la moderna New Age observó algo similar al
paradigma que presentó Robert Monroe.
En su material canalizado,
Barbara Marciniak facilitó una explicación sorprendentemente análoga,
datando el comienzo de la manipulación genética hace aproximadamente
300.000 años - una fecha cercana a la brindada en
las Sesiones Cassiopaea:
309.000 años,
...que, si se la divide por la medida de un
año platónico (25.776 años), se obtiene un guarismo cercano a 12 que
representaría, para nuestro momento presente, el fin de una era o
ciclo mayor:
La conciencia se comunica continuamente. La conciencia vibra, o
puede ser llevada a vibrar, con ciertas frecuencias
electromagnéticas.
Las energías de conciencia electromagnéticas
pueden ser influenciadas para que vibren de cierta manera con el fin
de crear una fuente de alimento.
Así como podemos preparar y comer
las manzanas de muchas maneras, la conciencia también puede ser
preparada e ingerida de muchas formas.
Algunas entidades, en el
proceso de su propia evolución, empezaron a descubrir que, mientras
creaban vida y dotaban de consciencia a las cosas mediante la
modulación de frecuencias de las formas de consciencia, podían
alimentarse; podían mantenerse en control.
Empezaron a darse cuenta
que era así como el Creador Principal se nutría, el Creador
Principal encarga a otros la tarea de crear una frecuencia de
consciencia electromagnética que le sirve de alimento. Los nuevos
propietarios del planeta tenían un apetito diferente y otras
preferencias que los antiguos propietarios.
Se nutrían a través del
caos y del miedo:
esto los alimentaba, los estimulaba y los mantenía
en el poder.
Estos nuevos propietarios que llegaron hace 300.000
años, son los magníficos seres que se manifiestan en los relatos
bíblicos, en las tablas babilónicas y sumerias y en los textos de
todo el mundo.
Vinieron a la Tierra y volvieron a ordenar a la
nativa especie humana. Volvieron a ordenar vuestro ADN con el fin de
que el hombre transmita dentro de una cierta banda de frecuencia
limitada, cuya frecuencia los pudiera alimentar y mantener en el
poder.
La colegiatura rosacruz ya había descubierto este asunto siglos
atrás pero lo mantuvo en secreto, sólo revelándolo a sus adeptos más
avanzados, seguramente debido al shock ontológico que podía producir
en una mente no preparada.
Antes de sumergirnos en el análisis de
sus conocimientos, quisiéramos parapetarnos previamente en los
trabajos de Kyle Griffith, los cuales hemos comentado previamente y
vaya nuestra advertencia no porque los consideremos a pies juntillas,
sino porque una atenta lectura permitirá observar que las dos
facciones que se aprecian en su obra, War in Heaven (Guerra en el
Cielo), tienen parecidas tácticas hiperdimensionales, esgrimiendo
una espuria consideración por el libre albedrío de los humanos.
Si
el ojo entrenado puede conectar al Colegio Invisible con las
sectas
del iluminismo europeo (herméticas, masónicas, rosacruces y demás
peculados energéticos), gran parte de nuestra tarea profiláctica
podrá entenderse como cumplida. (4)
Bajo la égida de los excelentes trabajos de la académica inglesa
Frances Yates, el movimiento rosacruz nace durante los siglos XV y
XVI en el seno de la religión católica de mano de dos tonsurados
renacentistas:
Marsilio Ficino y
Giordano Bruno.
Ambos cultivaron
sus estudios a la sombra del venerable Corpus Hermeticum, obra del
supuesto sacerdote egipcio
Hermes Trismegisto - aunque ninguno
de los dos se percató que había sido fraguado por monjes cristianos
- con
la adición de tratados sobre Kabbalah y Alquimia medieval. (5)
Dejando los detalles históricos para otra ocasión, el paradigma
rosacruz - a diferencia del masónico que se somete al Gran Arquitecto
o Demiurgo - expone a los Decanos, los demonios caldeos o los Señores
del Zodíaco, que rigen con frialdad el plano físico a los que se
debe apaciguar con frecuentes sacrificios.
Hoy en día, las órdenes
herméticas los denominan
Arcontes del Destino, es decir, aquellos
que detentan el poder.
En definitiva, los Arcontes hacen uso y abuso
del ser humano, como un esclavo orgánico diseñado para recolectar y
cosechar a través de su experiencia terrena un producto energético
útil a nivel cósmico llamado
askokin, de similares propiedades al
loosh.
El desaparecido maestre de la orden rosacruz chilena y
director del Instituto Filosófico Hermético,
John Baines (Dario
Salas Sommer), comentaba:
Si fuéramos dioses perversos o expoliadores inmorales, no podríamos
idear nada mejor para hacer trabajar tranquilos a un grupo de
esclavos que hacerles creer por medio de hipnosis colectiva que son
felices e importantes.
Contaríamos con perfectos autómatas de
protoplasma que laborarían incansablemente produciendo aquello que a
nosotros nos interesara.
Por añadidura, estos robots se fabricarían
y mantendrían a sí mismos.
Para culminar esta entrega y volver a encausar nuestro análisis
bíblico en relación a la teocracia mosaica, en su libro
El Hombre Estelar, Baines se refiere a la fallida labor de
Moisés durante la
liberación de los judíos de su esclavitud en Egipto.
Su
accionar, haciendo un ritual de invocación mediante el uso de las
sagradas artes egipcias, atrajo a una entidad demoníaca a la que,
curiosamente, sólo menciona con una Y. (Yahweh):
Todos conocen la aparición de Moisés flotando en una cesta en el río,
y su posterior adopción, circunstancia que indujo a engaño a los
sacerdotes egipcios de aquella época, quienes tomándolo por egipcio
llegaron a iniciarlo en los misterios de la magia ritual, que es un
método para hacer vibrar notas claves de la naturaleza y producir
así ciertos fenómenos que el operador desea lograr.
El estudio de la
física atómica nos muestra en teoría que es posible producir cambios
o transmutaciones en la materia, por lo que no tiene nada de
milagroso que estas mutaciones se lleven a cabo por procedimientos
secretos.
A pesar de su identificación esotérica con la magia
egipcia, Moisés siempre permaneció fiel a la sangre de sus ancestros,
por lo cual su más fuerte deseo era el de constituirse en el líder
que liberara a su pueblo de la esclavitud, conduciéndolo a la tierra
prometida.
Guiado por este deseo, Moisés, consciente de las
poderosas fuerzas que había aprendido a manejar, concibió una audaz
idea:
realizar un pacto o alianza mágica con un ángel, criatura
divina que se encargaría de darle el poder y la ayuda del cielo para
salvar a sus hombres.
Después de una larga preparación llevó a cabo, en la más profunda
soledad, la ceremonia ritual con las palabras mágicas e invocaciones
correspondientes.
En medio de impresionantes fenómenos atmosféricos
y telúricos hizo su aparición un ser de impresionante presencia, que
hizo temblar de pánico a Moisés por la tremenda fuerza que
proyectaba.
Jamás sabremos ni nos será posible imaginar las
condiciones en las cuales se llevó a cabo el pacto entre el hombre y
el cielo.
El ángel accedió a todo lo que Moisés le solicitaba y
prometió su ayuda, exigiendo en cambio una irrestricta obediencia.
Le reveló su nombre que era Y., y le pidió que en señal de unión
todos sus seguidores debían experimentar una pequeña operación
quirúrgica de tipo ritual, con leve derramamiento de sangre.
Todo
hombre que pasaba por esto llegaba a ser hijo de Y. La sangre que se
derramaba sellaba este pacto.
A partir de este día, Moisés, revestido de un poder sobrehumano
comienza a realizar toda clase de actos de magia, convirtiendo en el
centro de su poder al "Arca de la Alianza."
Toda clase de plagas y
calamidades fueron enviadas sobre Egipto e incrédulos y rebeldes
eran fulminados por la ira de Y.
De esta manera el pueblo de Moisés
iniciaría el éxodo que habría de durar 40 años. Posteriormente, Y.,
el poder oculto tras el líder, comenzó a cambiar súbitamente su
manera de proceder, empezando a formular extrañas exigencias, cuyo
común denominador era el derramamiento de sangre.
Moisés,
sobrecogido, empezó a darse cuenta de la magnitud del error cometido,
al comprender que el "ángel divino" era en verdad "ángel de las
tinieblas," polo opuesto al de la potencia luminosa que él había
pretendido evocar.
Este "ángel infernal" era uno de los integrantes
de las huestes de las sombras, vampiro que para mantener su poder y
fortaleza necesitaba beber sangre humana, esencia cargada de la
vitalidad que otorga la chispa divina.
Es por eso que a lo largo del
éxodo se producen tantos incidentes de sangre, provocados por el
oculto dictador.
Referencias
(1) Sin perder generalidad, las deidades Igigi podrían asociarse al
actual concepto ufológico de Reptoides mientras que sus amos de
orden superior con los Nórdicos de orientación espiritual negativa.
Leemos en Conocimiento Marginal para Principiantes de
Thomas Minderle (cap. IX: Alienígenas):
Los reptilianos ocupan las filas de antiguos imperios que han
conquistado y esclavizado numerosos mundos. Con el tiempo, esta
actividad ha reducido mucha de su pasada individualidad, por lo que
la mayoría de reptilianos de hoy en día son parte de las facciones
negativas.
Los reptilianos positivos están en minoría, habiéndose
separado de los grupos negativos para utilizar su ingenio y su poder
hacia la liberación en lugar de la manipulación.
Los nórdicos tienen más libre albedrío y diversidad que los
reptilianos, siendo una raza más antigua y perfeccionada. La mitad
de todos los nórdicos son negativos, y la otra mitad positivos.
Los
nórdicos negativos son superiores a los reptilianos, y funcionan
como sus oscuros jefes supremos, siendo ambos poseídos o guiados por
entidades demoníacas que les ordenan y les dan poder.
Los nórdicos
positivos son igualmente poderosos, pero trabajan al servicio del
Creador como guerreros divinos.
(2) Las
Líneas Ley o Sendas del Dragón según la acepción celta,
fueron estudiadas por el arqueólogo aficionado Alfred Watkins. Cf.
The old straight track: its mounds, beacons, moats, sites, and
markstones (Alfred Watkins) y el más moderno
Ancient Energies of the Earth
(David Cowan.)
(3) Una concisa definición de loosh:
término que designa la energía
vital/emocional.
Se trata de la definición que reunió Robert Monroe
en sus viajes astrales donde, mediante la interacción con entidades,
aprendió que este tipo de energía era la razón para la existencia de
la vida terrestre y que la humanidad fue reacondicionada y aun es
manipulada para su continua producción y extracción.
(4) De acuerdo a la información que se le proporciona a Griffith, el
"Cielo" sería una construcción mental, sustentada por el "bando de
los Teócratas," un grupo de entidades conglomeradas en un reino de
consciencia artificial de "imaginería religiosa" que se nutre de la
devoción de los seres humanos que creen en ellos, y por lo tanto, no
necesitan volver a encarnar mientras consigan nuevos "devotos" que
suplan sus necesidades energéticas.
Griffith recibe esta información
de otro bando conocido como el "Colegio Invisible," en aparente
lucha por la libertad de la humanidad, curiosamente usando los
mismos artilugios de manipulación y control mental.
(5) De su
magnífica obra Giordano Bruno y la Tradición Hermética de
la historiadora inglesa Frances Yates, leemos del cap. XXI: Después
de la Correcta Datación de Hermes Trismegisto:
Algunos descubrimientos de importancia fundamental para la historia
de las ideas parecen pasar relativamente desapercibidos.
Nadie habla
de una "era precasauboniana" o de una "era postcasauboniana" y, sin
embargo, la datación de los escritos herméticos, llevada a cabo por
Isaac Casaubon en 1614, que los sitúa de una vez por todas no como
surgidos de la mano de un antiquísimo sacerdote egipcio, sino como
un texto escrito en tiempos post-cristianos, es una divisoria que
separa el Renacimiento del mundo moderno.
[...] Casaubon cree que tales personajes han sido inventados durante
los primeros tiempos del cristianismo para convertir en aceptable la
nueva doctrina ante los ojos de los gentiles.
Los escritos
atribuidos a Trismegisto son obra, afirma, de autores cristianos o semicristianos, falsificaciones hechas con buena intención, pero
detestables en cuanto no encierran verdad alguna.
Casaubon admite
que haya podido existir realmente en tiempos muy remotos una persona
llamada Hermes Trismegisto, pero en todo caso no puede tratarse del
escritor a quien son atribuidas tales obras.
Los escritos herméticos
no contienen las doctrinas de un antiguo egipcio, sino que trata de
textos parcialmente basados en las obras de Platón y de los
platónicos y en los libros sagrados cristianos.
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