Comenzando
el 11-S y continuando, por casi
20 años, con repetidos, brutales y sangrientos "ataques
terroristas musulmanes" en suelo occidental y en
Oriente Medio, se inculcó en
las mentes de las poblaciones occidentales, tanto de forma
consciente como inconsciente,
una conciencia y
un miedo aumentados e irracionales a su propia mortalidad...
Desde aproximadamente
el año 2000,
la iglesia católica y la
corriente principal del
cristianismo en general
recibieron una brutal paliza a manos de
los medios de comunicación con
el resultado de que la asistencia a las ceremonias religiosas y
la creencia religiosa (de cualquier intensidad) prácticamente
desapareció.
Simultáneamente, se
ha promovido incesantemente la "creencia" en la ciencia y el
culto al materialismo como panacea para todos los sufrimientos
de la vida y como sustituto adecuado (o superior) de cualquier
noción de lo trascendente.
Este proceso de 20 años convirtió a miles de millones de
personas en "presas fáciles" cuando a principios de este año se
tomó la decisión de lanzar una "pandemia
mortal" contra la población mundial.
El anterior
condicionamiento basado en el miedo a largo plazo explica por
qué tantas personas han respondido a una,
manipulación
por lo demás burda con una aceptación y una obediencia
ciegas...
Hoy en día,
la muerte ya no es ampliamente
aceptada como parte natural de la vida, un riesgo
perpetuo que debe ser tratado con la mayor gracia y dignidad
posible.
En cambio, es algo
que debe temerse y evitarse a toda costa, con el 'gobierno' - la
autodenominada 'autoridad todopoderosa' en la vida de los
ciudadanos - en el inverosímil papel de 'salvador de la
humanidad'...
Los adeptos de esta nueva "religión" se están poniendo en grave
peligro existencial al poner su bienestar físico y espiritual en
manos de materialistas ensimismados que,
los ven como poco
más que un recurso que hay que gestionar, explotar,
...y en última
instancia, prescindir de ellos, cuando su pequeño juego sádico
haya concluido...