por Jimena O.
22 Enero
2020
del
Sitio Web
PijamaSurf
Compartimos una reflexión
acerca de las
diferentes dimensiones
del impacto que
una epidemia
puede tener en
nuestras vidas...
La vida cotidiana es eso que damos por sentado:
es la certeza de
saber que las cosas que normalmente hacemos, así seguirán...
Como despertarse y saber
que nuestro cepillo dental estará en el mismo lugar donde siempre lo
dejamos. O salir de casa y tener la certeza de que el transporte
público partirá del mismo lugar y nos llevará al mismo destino cada
día.
¿Qué pasa cuando se
presenta algo que irrumpe con las certezas de nuestra vida
práctica?
En este caso, ¿qué
pasa cuando hay una epidemia?
Una epidemia es una
enfermedad que ataca a un gran número de personas y animales en un
mismo lugar durante un determinado periodo.
Por estas cualidades, las
epidemias son eventos extraordinarios, que no suceden con
frecuencia, que ocurren esporádicamente y, además, que involucran
enfermedades que no pueden ser tratadas de manera rápida, incluso
con la supervisión de los expertos en salud.
En ese sentido, y
particularmente en nuestra época, cuando se sabe de la existencia de
una epidemia, la respuesta suele ser de urgencia, pues la rapidez en
la reacción es fundamental para detener la propagación de la
enfermedad o para evitar mutaciones.
Cualquier situación que implique tratar con
un virus o bacteria, necesariamente
implica la gestión de lo vivo.
Es en este sentido
que los límites de lo que define la vida se reconfiguran.
En situación de alerta
por una epidemia, las nuevas características de los límites que
distinguen,
...cambian.
Además, todas las
características anteriores influyen en la concepción que tenemos de
nuestro cuerpo.
Es a partir de estas nuevas definiciones que la vida se reordena.
Por ejemplo, la
relación de los humanos con los animales.
Dado que la mayoría de
los virus provienen de aves, ganado o peces, una consecuencia muy
lógica es que ante una epidemia, nuestra alimentación cambie.
En relación a la distinción político/natural es inevitable pensar,
en el caso de que se fabricaran
vacunas para determinado virus,
¿quiénes tendrían
acceso primero a ellas?
¿a dónde llegarían
primero?
Otro de los límites que
más podrían alarmarnos es el de lo local y lo global.
Antes del brote de una
epidemia, las fronteras nos son muy claras.
Una vez registrado y
comunicado un nuevo virus, y tomando en cuenta la posibilidad de
su fácil contagio, las comunidades tienden a aislarse para que
sus miembros no tengan contacto con la enfermedad...
Pero en una época de
comunicaciones globales como la nuestra, los viajes internacionales,
el gran flujo en aeropuertos o estaciones de autobús vuelve muy
complicada la posibilidad de aislamiento.
Estas distinciones ponen también en el centro el papel que tiene la
medicina en nuestras vidas, en el sentido de protegernos en la
medida de lo posible de cualquier amenaza de enfermedad:
-
cuidar nuestra
alimentación
-
usar cubrebocas
-
ir al médico
apenas se presenten los más pequeños síntomas para descartar
cualquier enfermedad más seria
-
asegurarnos de
que, en efecto, los síntomas no corresponden a los propios
del nuevo brote de un virus...
Todo esto, cabe
mencionar, aunque tiene expresiones contemporáneas específicas, que
corresponden al momento histórico en que vivimos, no es
nuevo para la humanidad.
Entre otros,
Michel Foucault examinó el
singular efecto que tuvo el surgimiento de
la peste en la Europa del siglo XVIII
en términos políticos y sociales.
En pocas palabras, en
aras de la prevención y la contención de la enfermedad, la autoridad
política encontró la manera idónea de registrar, clasificar y llevar
el control de una población de maneras altamente efectivas.
Al respecto dice
Foucault, en
Vigilar y Castigar:
Este espacio cerrado,
recortado, vigilado, en todos sus puntos, en el que los
individuos están insertos en un lugar fijo, en el que los
menores movimientos se hallan controlados, en el que todos los
acontecimientos están registrados, en el que un trabajo
ininterrumpido de escritura une el centro y la periferia, en el
que el poder se ejerce por entero, de acuerdo con una figura
jerárquica continua, en el que cada individuo está
constantemente localizado, examinado y distribuido entre los
vivos, los enfermos y los muertos - todo esto constituye un
modelo compacto del dispositivo disciplinario.
A la peste responde
el orden; tiene por función desenredar todas las confusiones:
la de la
enfermedad que se trasmite cuando los cuerpos se mezclan; la
del mal que se multiplica cuando el miedo y la muerte borran
los interdictos.
Prescribe a cada cual
su lugar, a cada cual su cuerpo, a cada cual su enfermedad y su
muerte, a cada cual su bien, por el efecto de un poder
omnipresente y omnisciente que se subdivide él mismo de manera
regular e ininterrumpida hasta la determinación final del
individuo, de lo que lo caracteriza, de lo que le pertenece, de
lo que le ocurre.
Contra la peste que
es mezcla, la disciplina hace valer su poder que es análisis.
La epidemia, desde esta
perspectiva, es también una gran oportunidad de conocimiento para
las varias formas del poder en turno, pues en general
el temor tanto a la enfermedad como
a la muerte hace a poblaciones
enteras someterse casi sin oposición de ningún tipo.
El poder político se
beneficia de ello, por supuesto, pero también
el poder médico, el poder que
hay en las instituciones educativas y de propaganda y otros...
Como señala Foucault, la
epidemia, aun cuando en sí misma sea esencialmente irracional, fruto
del azar y la circunstancia, una vez que es tratada por el ser
humano se racionaliza y por ello se convierte en una posibilidad de
análisis y conocimiento.
Vivimos en una época donde la sensibilidad que tenemos frente a las
enfermedades es muy alta, pues representan una amenaza directa a la
vulnerabilidad de nuestro cuerpo.
Cualquier alerta de salud
enciende las voces de alerta y nos volvemos un poco más reflexivos
sobre los riesgos a los que estamos expuestos diariamente.
Sin duda, reflexionar
sobre todo lo que resulta de una epidemia y el impacto que esta
tiene en nuestras sociedades es muy relevante...
Sin ánimo de alarmar y de
crear un ambiente de pánico, consideramos importante dar cuenta de
que cuando se habla de una epidemia no se habla exclusivamente de
temas de salud pública.
A pesar de ser una de las
dimensiones de más peso, lo que hay alrededor de una epidemia y lo
que esta visibiliza (ya hablamos de la redefinición de límites)
debe ser central en los debates sobre cómo detener un virus, cómo
evitar su propagación y cómo cuidarnos como población...
La Verdad sobre el Coronavirus
...y la Probabilidad de que Desate una Pandemia
22 Enero
2020
Fuente
En China surgió un virus desconocido (Enero 2020) que afecta las
vías respiratorias y ha provocado ya la muerte de 9 personas (a
inicios de Enero).
Como es sabido, en días recientes el mundo ha entrado poco a
poco en un estado de preocupación importante al respecto de un
coronavirus que surgió en un mercado de mariscos en la ciudad
china de
Wuhan, al centro del país, a
inicios de año.
Para este momento se
ha esparcido ya a distintos puntos del planeta, incluyendo
países cercanos como Japón y Tailandia, y otros un tanto más
distantes como Estados Unidos y México (este último con un par
de personas cuya infección todavía está por confirmarse).
¿Qué es un
coronavirus?
Los
coronavirus son, de hecho,
'viejos conocidos de la humanidad'...
En sus distintas
variantes son virus caracterizados por afectar las vías
respiratorias del ser humano, provocando desde un simple
resfriado hasta enfermedades más severas como el síndrome
respiratorio agudo severo,
SARS, que en 2002 también tuvo
en vilo a la humanidad.
En este caso, sin embargo, dado que se trata de un tipo
totalmente nuevo de coronavirus, hasta ahora no se tienen
formas efectivas de combatirlo.
Recordemos que, por
su estructura (a medio camino entre la vida y la no-vida), los
virus no pueden ser enfrentados con los medios tradiciones como
los antibióticos u otros tratamientos médicos similares, sino
sólo con retrovirales, pero estos tardan un tiempo
considerable en desarrollarse, ponerse a prueba, perfeccionarse
y finalmente presentarse como un remedio válido.
En vista de su novedad, los efectos de este coronavirus no han
podido definirse del todo, pues mientras que algunas personas
contagiadas han caído gravemente enfermas, en otras los efectos
han sido más bien menores.
En los peores casos
todo indica que, luego del contagio, el virus da pie a una
neumonía capaz de conducir a la muerte.
¿Cómo se
transmite este coronavirus?
Al inicio se creía que este coronavirus no se transmitía entre
seres humanos, pero para mediados de enero (2020) las
autoridades sanitarias chinas confirmaron el contagio de
cuatrocientos cuarenta personas, nueve de las cuales
fallecieron.
Desde entonces, los
gobiernos de,
-
Tailandia
-
Corea del Sur
-
Taiwán
-
Japón
-
Estados
Unidos,
...dieron a conocer
que en sus países había también personas portadoras del virus.
Su transmisión ocurre
por vía del contacto corporal o contacto con los fluidos de
personas infectadas.
Según reporta el diario inglés
The Guardian, un modelo
predictivo elaborado por especialistas de la Organización
Mundial de la Salud (WHO
por sus siglas en ingles) que laboran en el Imperial College
de Londres sugiere que actualmente podría haber ya unas cuatro
mil personas contagiadas con el coronavirus, cálculo cuyos
márgenes se encuentran entre mil y nueve mil setecientos.
Con todo, la
interrogante que al respecto tienen los especialistas de la
salud mundial es cuántas de las personas contagiadas podrían
terminar en el hospital, pues en casos anteriores se ha
observado que virus que se esparcen con facilidad tienden a
tener un impacto reducido en poblaciones amplias.
Asimismo, los expertos temen un brote exponencial de la
enfermedad ahora que en China se celebran las fiestas por el año
nuevo lunar (a partir del 24 de enero), fechas que la población
suele aprovechar para salir de vacaciones.
¿Hay
motivos reales para preocuparse? ¿Existe posibilidad de una
epidemia mundial?
La respuesta a estas preguntas podría ser sí y
no, aunque con énfasis en el no.
Sí es, en efecto, un
virus con efectos graves, pero cabe hacer notar que dicha
gravedad se debe en buena medida a su novedad.
Dado que este
coronavirus nunca había afectado a seres humanos y, por
consiguiente, no se tenía conocimiento ni noticia de él, sus
primeros efectos son mucho más severos de lo que seguramente
serán de aquí a unas semanas.
El genoma del virus
ha sido ya secuenciado por científicos chinos, quienes a su vez
lo pusieron a disposición de la comunidad científica
internacional:
esto sin duda
contribuirá a desarrollar pronto un remedio a la enfermedad
que provoca...
Asimismo, es
importante mencionar que la posibilidad de cura depende mucho de
la fortaleza del sistema inmunológico de la persona
contagiada.
Todas las
personas fallecidas tenían un estado general de salud débil
antes del contagio...
En cuanto a las
probabilidades de una "epidemia mundial", en realidad son más
bien menores.
Los abundantes tratos
comerciales y de otro tipo con China explican que el virus haya
salido relativamente pronto del país, pero en el fondo se
trata de un esparcimiento totalmente normal y hasta
esperado.
En conclusión:
puedes seguir tu
vida normalmente, sin temor a que la población humana
comience a ser diezmada por una extraña enfermedad
incontrolable.
Come frutas y
verduras, haz ejercicio, aliméntate sanamente y toma las
precauciones necesarias para preservar tu salud.
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