por Ricardo González
del Sitio Web
LegadoCosmico
Parte 1
Noviembre 2004
"..En otras circunstancias, me hubiese reservado muchos detalles de
esta experiencia, quizá empujado por una saludable y a veces
excesiva prudencia, o por alguna aprensión a que este mensaje no
fuese comprendido (por cuanto estamos acostumbrados a confundir las
cosas).
No obstante, los hermanos mayores, nuestros
Guías de la
Misión, me hicieron comprender y sentir la necesidad de
transmitir todo esto, tal como lo enfrenté. Así, según me
dijeron, ayudaría a otros hermanos a recordar. Y hoy es el
tiempo…"
Extracto del "Informe Mintaka"
LOS PORMENORES
- EL EGIPTO SECRETO
Contemplar la Gran Pirámide corta el aliento a cualquiera.
Aunque
señalan su edificación en el 2500 a .C., y que fue levantada por
100.000 hombres en 20 años de arduo trabajo (información basada en
una opinión recogida por el historiador griego Herodoto), este
portento milenario fue alzado a sus 146 metros de altura empleando
la "modesta" cifra de 2.500.000 bloques de piedra, y algunos, con
más de dos toneladas y media de peso.
¿Por qué semejante esfuerzo? ¿Cuál
era el propósito de erguir aquel gigantesco templo de piedra?
Antiguamente, la
Gran Pirámide habría tenido un revestimiento de
piedra calcárea blanca de Turah (y que fue quitado en la época de la
dominación árabe para la construcción de Mezquitas), que le daba una
iluminación extrema cuando la iluminaban los rayos del Sol. Sin duda,
su imagen en el pasado debió haber inspirado a muchos hombres.
Según lo que recibimos en nuestra experiencia de contacto
extraterrestre, las pirámides, en verdad, actúan como
"estabilizadores planetarios", puestos a funcionamiento a raíz del
desequilibrio energético que significó la destrucción de
Atlantis (mencionada
por Platón, aunque una fantasía para los arqueólogos) por el impacto
de dos fragmentos de Maldek, un planeta desaparecido, otrora ubicado
en el actual cinturón de asteroides que se halla entre las órbitas
de Marte y Júpiter.
Este espantoso episodio invirtió los polos magnéticos de la Tierra e
impuso por un tiempo una suerte de invierno nuclear.
Las pirámides de Egipto, catalogadas siempre de "Tumbas",
esconderían una función secreta que ningún arqueólogo ha sabido
interpretar. En primer lugar, resulta sumamente inquietante
comprobar que nunca se han encontrado restos humanos en los
sarcófagos de las pirámides de Gizeh.
Ante todo esto, los arqueólogos salen al paso argumentando que los
cuerpos de los faraones fueron sustraídos por cazadores de tesoros.
Una presunción absurda. Ya cuando el califa Al-Mamun abrió el túnel
que sirve hoy de ingreso a los turistas para visitar la Gran
Pirámide, allá por el siglo IX a.C., al penetrar
vehementemente en las galerías atribuidas posteriormente a Keops,
comprobó con abnegada frustración que no había nada...
Sin embargo, no olvidemos que galerías secretas repletas de
"información cósmica" han sido señaladas reiteradamente bajo la pata
derecha de la Esfinge y en la propia Gran Pirámide. Ya en 1993, el
ingeniero alemán Rudolf Gantenbrink puso a descubierto (gracias a su
pequeño robot explorador "UPUAUT") una cámara secreta en Keops.
Este tema fue desempolvado cuando el pasado 17 de septiembre del
2002, un nuevo robot se internó en la Gran Pirámide para desvelar
qué había en esa misteriosa cámara, que se hallaba interrumpida por
un bloque de piedra, a manera de puerta.
Ante el rostro atónito de 1.500 millones de televidentes en 140
países, el "Pyramid Rover" perforó la puerta de piedra, para
introducir seguidamente una pequeñísima cámara de vídeo, que,
penosamente, se encontró con otra puerta más... Pero ello no
desanimará a los arqueólogos que están convencidos de estar a
puertas del descubrimiento más importante del siglo.
Recientemente, Christopher Dunn, en Tecnologías del Antiguo Egipto,
aportó suficientes pruebas para pensar que una de las cámaras
conocidas era el núcleo central de energía de la Gran Pirámide: La
Cámara del Rey.
Formada por un granito que contiene, sospechosamente, un 55% de
cristal de silicio-cuarzo, esta cámara habría sido diseñada para que
el granito vibre por simpatía con el sonido (¿mantrams?)
sobrecargando el cuarzo en la roca (incluyendo el sarcófago) y
haciendo fluir electrones mediante un fenómeno que se conoce
científicamente como "efecto piezoeléctrico".
La energía, a decir de Dunn, que llenaba la Cámara del Rey (ubicada
convenientemente bajo la "cámara de descarga") en ese punto se
transformaba en una "combinación" de energía acústica y energía
electromagnética. Todo ello permitía crear un "conducto de luz" o "guía de ondas" hacia algún lugar...
¿Este es el objetivo secreto de
las pirámides? ¿Un "cañón estelar"? ¿Un conducto de luz?
Sea como fuere, resulta curioso observar que los egipcios llamaban a
las pirámides "Ikhet", que significa "Luz Gloriosa". Para pensar un
poco más, los mayas, denominaban "Pirhua Amenco" a sus pirámides,
que se traduce como "Revelador de Luz". En Sumer, sabemos que a los
zigurats o pirámides escalonadas se les llamaba "Esh", que significa
"Fuente de Luz". Quizá por ello la palabra pirámide (PIRA = "Fuego o
Luz" MIDE = "Medida") también significa "Medidor de energía o de luz".
No nos debe sorprender teniendo en cuenta el objetivo de construir
las pirámides, o al menos,
la Gran Pirámide.
Pero: ¿Adónde señalaría aquel supuesto conducto de luz que a decir
de Dunn se puede formar al interior de la Gran Pirámide?
LOS DIOSES ANTIGUOS
Se presume que la Civilización Egipcia se habría iniciado en el año
3.100 a. C., cuando el Alto y el Bajo Egipto fueron "unidos" por un
personaje llamado Menes, o también "El Rey Escorpión",
constituyéndose así en el primer Faraón.
Al margen que los datos sean totalmente correctos, me llamó la
atención la fecha de la fundación del Egipto dinástico, que es
similar a la fecha en que se habría iniciado la Civilización Maya
(año 3.113 a. C.). También me era curioso el nombre "Menes", que me
recordaba la denominación Estekna-Manés, por cuanto la palabra Manés,
por lo que comprendí, al igual que el sánscrito "Manú" significaría
"Mentor", "Maestro" o "Arquetipo Humano".
Menes es, sin discusión alguna para los historiadores, el "punto de
partida" de las dinastías egipcias. Aquí hay que anotar que mucho (o
más bien poco) de lo que saben los estudiosos sobre los gobernantes
de Egipto se debe a Manetón (nombre que significa, curiosamente,
"la
Verdad de Thot"), un sacerdote egipcio de Heliópolis que habría
vivido en el Siglo III a. C. Aquel sabio recopiló informaciones
antiquísimas sobre los orígenes de Egipto que aun hoy en día son
causa de controversia.
No disponemos del texto completo de Manetón, pero, al menos,
contamos con fragmentos importantes de su obra en los escritos del
cronista judío Flavio Josefo (año 340 a. C.) y de cronistas
cristianos como El Africano (año 300 de nuestra era) y Eusebio (año
340 de nuestra era). Es sumamente desconcertante que los egiptólogos
utilicen la obra de Manetón sólo para referirse al período histórico,
y no a la prehistoria que el sacerdote egipcio citaba no como
leyendas o mitología, sino como hechos reales que sucedieron en el
país del Nilo hace miles de años.
Por ejemplo, y yendo al grano,
Eusebio cita la obra de Manetón mencionando una lista de nueve
dioses que gobernaron Egipto; aquellos seres son esencialmente el
panteón de deidades de Heliópolis, como Ra, Osiris, Seth, Isis,
Horus, entre otros.
"...Estos fueron los primeros que gobernaron Egipto. A partir de ahí,
el cetro del poder pasó de uno a otro en una sucesión ininterrumpida...
a lo largo de 13.900 años... Después de los dioses reinaron los
semidioses durante 1.255 años; y de nuevo se instauró otro
linaje de reyes, quienes gobernaron durante 1.790 años; y otros
diez reyes, que gobernaron durante 350 años. A continuación
gobernaron los espíritus de los muertos por 5.813 años..."
Todo esto habría sucedido antes que Menes uniera las dos tierras de
Egipto. ¿Qué pensar de ello si Manetón dice la verdad? ¿Cómo
interpretar el reinado de dioses, de semidioses-reyes, y finalmente
el de los espíritus de los muertos?
Esta misteriosa época se conoció con el nombre de Zep Tepi ("El
Tiempo Primero") y aquella raza de seres estelares fue denominada
Neteru, término que curiosamente significa: "Vigilantes";
posiblemente los "dioses" que alude Manetón...
Los "semidioses", son llamados Shemsu-Hor, o "Hijos de Horus",
mencionados además, a todas luces, en el conocido Papiro de Turín.
De cara a todo esto resulta muy intrigante recordar que los dioses
de Egipto tenían una relación más que íntima con Sahu, el nombre
egipcio que identifica la Constelación de Orión y, por ende, el
enigma que mora allí.
No hay que olvidar, que los Textos de las
Pirámides son categóricos en sostener la importancia de Orión para
la cultura egipcia, y la relación directa que existe con sus dioses.
EL MISTERIO DE ORIÓN
Este episodio "pre-dinástico" guarda un sospechoso parecido con las
informaciones que hemos recibido en nuestra experiencia de contacto.
Por ejemplo: en el primer peldaño, la existencia de seres
extraterrestres deportados en la Tierra (los dioses); luego los
atlantes o mestizos (los semidioses-reyes).
Las pirámides de Egipto
reproducen por alguna razón el
Cinturón de Orión.
Finalmente, seres de
procedencia extraterrestre que quedaron atrapados en otro plano
dimensional en nuestro mundo (los espíritus de los muertos), como si
se tratasen de los mismos ángeles caídos que mencionan los textos
sagrados.
Como fuere, y enfocándonos particularmente en las cifras que nos
sugiere Manetón, si el lector sumó bien, verá que este tiempo
prehistórico anterior a Menes duró nada más y nada menos que 24.925
años. Es comprensible la actitud reservada de los egiptólogos para
rechazar una cifra tan apabullante como esta.
Pero, insisto, ¿y si Manetón dijese la verdad…?
No debemos olvidar que son 25.920 años el ciclo de precesión de los
equinoccios. Precisamente este movimiento pendular del planeta sobre
su eje (que dividimos en 12 eras o Zodíaco) es el que muestra un
aparente cambio de posición de las estrellas en los cielos.
Por esta
razón, actualmente, el Cinturón de Orión marca el ecuador celeste,
siendo su estrella más septentrional, Mintaka, la única estrella del
firmamento que puede ser vista en ambos polos del mundo, como si se
tratase de una "señal"...
Un punto que debemos tener en cuenta, es el hallazgo de
Robert
Bauval (The Orion Mystery), un ingeniero belga aficionado a la
astronomía que demolería los rígidos esquemas mentales de la
arqueología moderna al demostrar que las tres pirámides de Gizeh son
una reproducción "exacta" de las estrellas Al Nitak, Al Nilam y
Mintaka del Cinturón de Orión ("Las tres Marías"), y lo más
importante, que esta alineación sólo pudo llevarse a cabo hacia el
año 10.500 a.C.
Una fecha que podría calzar
perfectamente con el hundimiento de la Atlántida y que obliga a
replantearse la verdadera antigüedad de las pirámides, que se
atribuyen siempre a la IV Dinastía (2.500 a.C).
Lo que más llamó mi atención, en todo caso, no era el pasado cósmico
de Egipto y su probable relación con Orión; pensaba si sobre la base
de todo este enigma podría existir un "futuro", alguna clave que
podría comprometer a la humanidad. Aquella señal que buscaba era la
llamada "Clave del Retorno", misterio que vibra en el secreto número
14.
Por ejemplo, en la mitología egipcia se narra cómo Osiris (Orión)
fue traicionado por su hermano Seth, quien le encierra en un
sarcófago y le arroja al Nilo. Pero el cuerpo del dios es rescatado
por Isis (asociada con Sirio), su consorte estelar, quien copula con
él para dar a luz más tarde a Horus. Seth, al enterarse de ello,
lleno de ira encontró a Osiris y despedazó su cuerpo en "14 partes",
que serían arrojadas una vez más al río sagrado de los egipcios.
Isis recuperará del Nilo 13 de los restos del amado dios, mas nunca
ubicará el trozo 14, que se trataba curiosamente del falo, símbolo
de procreación; una alegoría por demás sugestiva a nuestra condición
de "hijos de Orión".
La connotación de Orión con un "retorno" está relacionada, pues, con
la Clave 14.
Para pensar un poco más, las estrellas visibles de la
gran constelación de Orión desde nuestro planeta, son 14, así como
fueron ciclos de 14 generaciones que transcurrieron para la llegada
de Cristo:
"De manera que todas las
generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David
hasta la deportación de Babilonia, catorce; y desde la
deportación de Babilonia hasta Cristo, catorce..."
San Mateo 1: 17
Y he aquí el misterio.
El secreto está en el área celeste que los egipcios denominaban "Duat", y que involucra el cinturón de la Constelación de Orión.
Bajo nuestra visión (en el hemisferio norte), particularmente la
tercera estrella del cinto imaginario: Mintaka.
Mintaka es, pues, la única estrella que puede ser vista desde el
polo sur al polo norte, como si fuese una señal que todos los seres
humanos debemos tener en cuenta. Como sugiere el escritor británico
Adrian Gilbert en "Signs in the Sky", esta podría ser la señal del
"Hijo del Hombre" en el cielo, mencionada en la Biblia como una "clave" a tener en cuenta para el retorno de Cristo.
Y aunque esto pueda sonar extraño, lo cierto es que el cinturón de
Orión, que se encuentra actualmente cerca del ecuador celeste, nunca
lo cruzará, pues "retrocederá" hacia su posición más meridional. Es
decir, después de 12,500 años encontraría ahora su punto de "retorno".
¿Por qué Orión?
EL VIAJE ESTELAR A ORIÓN
Viernes 21 de marzo del 2003: cerca de las 11:00 a.m., en silencio,
nuestros pasos se encaminaban a través del corredor ascendente de la
Gran Pirámide (en extremo empinado) que concluye su trayectoria en
la Cámara del Rey, donde descansa el sarcófago vacío de granito.
La energía que se estaba acumulando en la Cámara e, incluso, en el
propio interior del sarcófago, resultaba increíble. Mi cuerpo,
estremecido de esta fuerza, se sentía llamado a ingresar en aquella
cavidad de roca que ahora parecía tener vida. Mi corazón estaba
latiendo a mil. Entonces ingresé.
Me recosté en el sarcófago, al resto de los muchachos del grupo que
terminaban de formar casi un círculo alrededor de mi ubicación.
Ni bien me hallé recostado, sentí una fuerza impresionante caer
sobre mi cuerpo, en el preciso instante en que cruzaba mis brazos a
la altura del pecho, a usanza del rito osiriano que alude el "gran
viaje" al Duat.
Perdí noción de todo. Ya no escuchaba el mantram Zin-Uru de mis
siete compañeros, y la Cámara del Rey, no existía. Ni siquiera mi
cuerpo, que de un momento a otro dejé de percibir cuando esta
fuerza, en verdad poderosa, lo saturó de su energía, hasta
"desprenderme"de él hacia arriba, elevándome con suavidad.
Yo me veía flotando dentro de la Gran Pirámide, ascendiendo por un
sutil conducto de luz blanco-azulada; en ese instante comprendí lo
que me estaba pasando, precisamente cuando me hallaba atravesando
una galería más (por arriba de la llamada "Cámara de Descarga") un
lugar que, supuestamente, no debía existir.
En esa cámara observé,
rápidamente en mi paso, lo que parecía ser una estatua, y podría
asegurar que se trataba de una representación de Anubis.
Sólo "pasé" por allí en mi ascenso, que de un momento a otro tomó
una velocidad inusitada, como si este conducto de luz que me
elevaba, se hubiese convertido en una gran "aspiradora".
Como una flecha, me disparé hacia el espacio.
Abandoné la Tierra y
de pronto me hallaba viajando en el cosmos.
EL CONSEJO DE LOS 14 DE ORIÓN
Fui llevado a través de las más bellas luminarias y formas que
podría haberme imaginado existen en el Universo.
Una de estas
manifestaciones, encendida como una poderosa luz blanca a la
distancia, era la estrella que conocemos con el nombre de Mintaka,
en el Cinturón de Orión.
Luego de observarla seguí en aquel viaje, hasta llegar a un planeta
azul, asombrosamente similar a la Tierra. Fui conducido a él,
viendo, al aproximarme, que poseía montañas, y grandes cuencas y
cauces que insinuaban allí había existido abundante agua. El planeta
lucía devastado como por una guerra, prácticamente abandonado.
Empero seguía latiendo.
Descendí a través de sus amplios cañones, fluyendo luego por una
especie de hangar, de kilómetros de longitud, que me llevó
finalmente a una pequeña ciudad subterránea. No parecía haber sido
construida para habitar, sino como un centro de operaciones, un
lugar de dirección. También lo "conocía".
En medio de las construcciones - parcialmente destruidas y también
abandonadas-, que parecían conos de helado apuntando al cielo,
esferas e inclusive pirámides, resaltaba una especie de domo, muy
grande; dentro de las proporciones que percibí, lo podría comparar
con un estadio. Entonces entre en él.
Me hallé de pronto en un gran salón, que se iluminó de una
fosforescencia similar a la luz de la luna llena, ni bien me ubiqué
en su centro, donde había como un promontorio, ubicado
estratégicamente frente a una suerte de gran mesa semicircular que
exhibía 14 asientos, todos ellos vacíos.
Y he aquí, que en cada uno de los asientos, se fue encendiendo una
luz azul, adquiriendo luego la forma de una esfera perfecta.
Entonces me hallé ante 14 esferas azules, cada una levitando sobre
los asientos, haciéndome sentir que me encontraba ante una especie
de audiencia...
Entonces las luces hablaron:
"Seas bienvenido, en tu camino de retorno".
-¿Qué significa camino de retorno? - Inquirí extrañado.
"Nadie que no haya estado antes aquí, puede llegar".
"¿Porqué has venido?"
-Porque necesitamos saber - repuse.
"Recordar, quieres decir". "¿Para qué necesitas ello?"
Me quedé en silencio. ¡Había tantas razones pero ninguna de ellas me
era suficiente para exponerla!
-Lo necesitamos, en verdad lo necesitamos para terminar de
comprender, y así cumplir a conciencia nuestra parte en el Plan
Cósmico - dije.
"Comprender..."
"Empezar a comprender quieres decir"…
-¿Quiénes fueron ustedes? ¿Por qué ya no tienen cuerpo físico? ¿Qué
sucedió aquí? - Pregunté.
"Somos el Consejo Supremo de Orión".
"Ya nos conoces, y en verdad no
tenemos que decirte mucho".
"Tan sólo te ayudaremos a recordar,
y para ello, es mejor que lo veas todo y lo sientas por ti
mismo..."
El salón se "partió" violentamente en dos frente a mí, como
deformándose en una gran luz, que me absorbió, y me llevó a través
de ella...
RAH - "El
DADOR DE VIDA"
Vi diversos planetas, y en ellos extraordinarias construcciones,
todas concentradas principalmente en el subsuelo.
Observé lo que
parecían ser vehículos, no siempre con la forma de disco o esfera
que hemos conocido. Comprobé que existían extrañas máquinas cuya
apariencia escapa a nuestra imaginación. Había mucha actividad.
Aquellos mundos, y sus ciudades, eran coordinados por un Consejo de
elevados seres que funcionaba en aquel planeta azul de Orión. Ignoro
si la ciencia ha detectado ese mundo, pero lo que vi allí fue
extraordinario: era estremecedoramente similar a la Tierra...
Se me mostró también a las diversas humanidades de este sector
espacial que conocemos como "Constelación de Orión", viendo que
todas tenían aspecto humanoide, es decir, cabeza, tronco y
extremidades, y erguidos en sus dos piernas. No obstante, eran
visibles las diferencias de raza, tamaño, e inclusive el aspecto de
la piel, que en un grupo de estos seres me recordaba a los reptiles,
cuyos ojos también eran distintos, además de no llevar cabello.
Empero todos vivían en paz, en equilibrio. En un progreso
tecnológico y organizativo abrumador.
Todo giraba en torno a lo que ellos denominaban "RAH" o "El dador de
Vida", "La Fuente Primera". Lo reverenciaban por cuanto en esta
manifestación cósmica se hallaban sus orígenes. Entonces desee ver a
"RAH", hallarme ante él...
Y así, fui conducido frente a su presencia, estremeciéndome al
encontrarme nada más y nada menos que ante la Gran Nebulosa de
Orión. Sabía que un sector de los científicos de la Tierra,
sospechan que de allí llegaron las moléculas orgánicas que hicieron
posible la vida en nuestro planeta, mas me resultaba desconcertante
comprobar que en Orión se pudiese venerar a este cúmulo de gas y
polvo estelar. ¿Por qué?
La Gran Nebulosa de Orión o M42 es la nebulosa más estudiada del
espacio. Se constituye a decir de los astrónomos en un "Crisol de
Creación". Aunque en la Constelación de Orión se han hallado
alrededor de veinticinco formaciones nebulosas, la M42 resulta ser
el "núcleo" de este enigma que llama tanto la atención de los
astrofísicos.
Hace pocos años, el telescopio espacial Hubble fue
apuntado especialmente a la Gran Nebulosa por cuanto era un
verdadero laboratorio para estudiar los procesos que hicieron nacer
nuestro Sol y todo el Sistema Solar hace cerca de 5.000 millones de
años.
Dentro de la nebulosa, el Hubble encontró un área delimitada
en una figura trapezoidal (que recuerda sospechosamente las puertas
incas y egipcias, las mismas que aluden puertas interdimensionales),
el punto preciso donde "nacen" estrellas. A decir de los
científicos, esta "caverna estelar" tiene en formación 70.000
estrellas jóvenes y 153 brillantes discos proto-planetarios.
La Nebulosa de Orión se encuentra a 1500 años luz de distancia, y
está ubicada en el centro de la región de la Espada del "Cazador de
Orión". Es tan grande, que nuestro Sistema Solar entraría en ella 20
millones de veces.
En 1997 se difundió la noticia que el propio Hubble había detectado moléculas orgánicas similares a las que
dieron vida a la Tierra, y que posiblemente, debido al fenómeno de
la panspermia, llegaron desde Orión a nuestro mundo hace 3.000
millones de años...
La Nebulosa de Orión o M42 vista por el Hubble.
"Aquí están nuestros orígenes", me abrazó una vez más aquella
"voz"
conocida.
Se me explicó entonces, que de esta región del Universo proviene la
materia primera que dio origen a las formas de vida que poseen
apariencia humanoide.
En el Universo, el inmedible Cosmos, existen para nosotros
"infinitas" manifestaciones de vida, distintas en forma y sustancia,
más aquellas que tienen forma humana, procedían de "RAH"...
Es importante señalar que si bien es cierto el término "Ra", para la
mayoría de los egiptólogos, alude a una entidad solar amada en el
Egipto Antiguo, recientes estudios vienen echando por tierra el
concepto solar en los orígenes de la misteriosa civilización de las
pirámides.
Para Robert Bauval ("El Misterio de Orión") está
demostrado que en los albores de la IV Dinastía, se produjo un cisma
religioso en Egipto que ocultó la religión estelar que lo
relacionaba con Orión, para sustituirlo más tarde por un culto
solar. Este "cambio" se ve reflejado cuando, precisamente, en
aquella IV Dinastía, se adopta el sufijo "Ra" para los nombres
reales.
Por ejemplo: Jaf-ra (Kefrén) y Menkau-ra (Mikerinos). Asimismo, la
incorporación del término "Hijo de Ra" empezó a utilizarse recién en
la V Dinastía, poniendo punto final a la disputa religiosa que
terminó ocultando el secreto de Orión para algunos pocos iniciados.
Debo decir que en esta experiencia interdimensional, veía a la Gran
Nebulosa de Orión muy distinta, más bella y sobrenatural de como la
muestran las fotografías científicas del Hubble. Sentía que había
algo más en ella. Una revelación importante.
Entonces aquella "voz" me habló nuevamente, y me dijo:
"Aún no has visto a RAH". "Lo que has recordado ahora, es su
manifestación exterior, su aspecto denso y físico". "Ahora verás su
esencia, lo que es en realidad..."
Mi vista fue bendecida por un espectáculo maravilloso.
Ya no veía la
creación de estrellas y planetas dentro de RAH; veía, sorprendido y
poseído de una emoción indescriptible, a una bellísima manifestación
de energía, de intensos y mágicos colores, que, como si fuese una
gran fuente de agua, lanzaba al espacio, lentamente, esferas de luz,
de diversos colores...
"Estás viendo la destilación de las
esencias, la aparición misma de los espíritus navegantes..."
"Sí, estás viendo un Estanque
Cósmico..."
Sacudido por esta escena en verdad imposible de describir, comprendí
porqué "RAH" era tan respetado y hasta venerado en Orión; no como un
dios, sino como una fuente maravillosa de vida, como cuando un hijo
ve a su madre.
Se me dijo entonces, que existían diversos "estanques cósmicos"
donde se destilaban las energías de los reinos inferiores de la
naturaleza para la creación de un espíritu humano, que según sea su
"fuente", será su característica espiritual y su camino de retorno.
Pero a mí me inquietaba saber más de RAH y el mecanismo para la
creación de las esencias...
¿Quién hace esto en realidad? ¿Es aquel
"gran ser" que llaman RAH?
- Pregunté.
"RAH es una de las manifestaciones del Universo Conciente, que crece
fluyendo y reproduciéndose a sí mismo". "Es la fuente que nos dio la
vida. Pero ni siquiera nosotros podemos rastrear su origen en el
tiempo, ya que es la emanación de una fuente aun más antigua, la
responsable de todos estos fenómenos. No es sólo física, como
viste..."
"...Sí, te estamos hablando de un misterio cósmico que conociste en
la Tierra bajo la denominación de Dios".
"Es real, de lo contrario, no
estarías aquí..."
Parte 2
Diciembre 2004
"Si pretendemos un "perdón conciente"
- reflexionaba-, no se puede perdonar lo que no se conoce;
por esta razón se nos dijo que debíamos conocer la verdadera
historia de la humanidad, que a su vez es cósmica, por
cuanto todo está conectado, todo está en íntima relación…" Extracto del
"Informe Mintaka"
LA GUERRA ANTIGUA Y LOS 33 MENSAJEROS DE LA PAZ
"Ahora que has recordado a RAH, comprenderás porqué se produjo en
Orión la Gran Guerra".
-La insurrección de Satanael, el "ángel caído"
- hablé con intensidad
ante aquella "voz".
"No, su rebelión ocurrió más tarde..."
"Nos referimos a la Gran Guerra,
la Guerra Antigua..."
Entonces se me mostró a un grupo de seres grandísimos y de aspecto
insectoide llegando en poderosas naves para estudiar a RAH, la Gran
Nebulosa de Orión.
Aquellos visitantes estelares - procedentes de la estrella Antares en
la Constelación del Escorpión - deseaban comprender primordialmente
el misterio de la creación de las esencias.
Su visita no fue bien recibida, por cuanto el celo de los oriones
frente a la "santidad" de RAH o "El Dador de Vida" era extremo. Y la
tensión no pudo ser manejada, teniendo en cuenta que los visitantes
de Escorpio estaban haciendo sus estudios sin haber comunicado de
ello al Consejo de Orión. Este episodio, ciertamente, ocurría mucho
tiempo antes de la insurrección de Satanael, evento que se produjo
hace unos 25,000 años de los nuestros y que está íntimamente ligado
a la situación mundial actual.
Aquella "Guerra Antigua" que precedió la conocida rebelión del "ángel caído" fue inevitable: escorpiones y oriones se vieron
involucrados en medio de un estremecedor enfrentamiento cósmico que,
inclusive, comprometió a otras civilizaciones extraterrestres.
Mundos enteros fueron exterminados.
En esta experiencia tuve fuertes visiones, donde vi emplear armas
terribles y mortíferas, sumándose a ello el esfuerzo por ambos
líderes opuestos de la guerra - Orión y Escorpio - en concentrar su
avance tecnológico para la creación de nuevas armas y, por si todo
ello fuera poco, "ejércitos de clones".
En Orión se creó genéticamente una raza a servicio de esta verdadera
"Guerra de Galaxias". Aunque de cuerpo frágil y pequeña estatura,
aquellos hombrecillos grises serían dotados de una gran capacidad de
aprendizaje, constituyéndose en poderosos científicos y operadores
de tecnología. Eran los principales aliados de los oriones. Su
apariencia me recordaba a la descripción de los "grises".
En medio de todo este panorama un ser Orión resaltaba por su papel
en la Guerra. Se trataba de una entidad de rasgos humanoides, alta y
esbelta, de tez blanca y largos cabellos negros. Era un varón de
ojos claros, profundos, penetrantes. Aquel Vigilante de la estrella
Rigel era el propio Satanael. Me sorprendió verle con esa apariencia
y no como un
humanoide reptil.
Supe entonces que "ellos" no siempre
guardaron el mismo aspecto, y que podían "mudar" de cuerpo.
Debido al avance evolutivo que lograron, al morir y encarnar
nuevamente, los extraterrestres de Orión no pierden el recuerdo de
la experiencia adquirida en la vida anterior. Poseen una "conciencia
lineal". Por ello, en un procedimiento que no podemos comprender aun
en la Tierra, decidieron construir sus propios cuerpos o réplicas
adultas, para ser ocupadas si su vehículo material era destruido o
se detectaba ya inservible. Era como cambiar de ropa.
Todo esto me explicaba porqué no vi niños en Orión.
Entonces me imaginaba a un ser con una conciencia de 3,000 años de
existencia encarnar nuevamente como bebé, y tener que vivir ese
proceso, una y otra vez, hasta poseer un cuerpo adulto. En la
Tierra, desde luego, esto no es así, por cuanto nos encontramos en
un peldaño distinto de aprendizaje, olvidando quiénes fuimos en una
existencia anterior y creciendo en distintas familias, geografías y
realidades para finalmente abrazar la iluminación que nos lleva de
regreso a Dios.
Según los Guías, no poseemos aun la preparación
necesaria para recordar todo cuanto hicimos. Si en una sola
existencia, los seres humanos nos vemos afectados por las personas
que nos hicieron daño, que dañamos, que amamos, que perdimos, y
diversas experiencias de impacto que nos sacuden, ¿qué pasaría si
recordáramos el mismo proceso pero en 20 o 50 existencias? No
soportaríamos.
Lo que nos permitiría prepararnos para asumir ello, es la conciencia
de que somos en realidad seres cósmicos.
Volviendo al relato, Satanael, conmovido por el peligroso desarrollo
de la guerra - y esto sonará desconcertante - llevó a cabo una intensa
campaña por conseguir una tregua en medio del enfrentamiento
cósmico, lo cual logró, entrevistándose inclusive con el mismísimo
Consejo de Antares. Fue el inicio de la paz.
Sin duda, capítulos ignorados de nuestra historia cósmica como la
Guerra Antigua, nos enseña que ascender en la escala evolutiva no
nos libra de cometer errores. Mientras más alto se asciende, la
caída puede ser más fuerte. Y ello fue lo que ocurrió con aquellas
milenarias civilizaciones extraterrestres.
Olvidaron "algo".
En aquella Gran Guerra estuvieron involucradas 33 civilizaciones
extraterrestres. Y fruto de la paz y el intercambio mutuo en
armonía, se creó el "Consejo de los 33", con un representante por
cada civilización. Satanael, por sus denodados esfuerzos en pos de
la paz, fue elegido por unanimidad para ser el representante de
Orión...
El número 33, no está demás decirlo, tiene su secreto en
este acontecimiento.
El lugar elegido para cobijar esta iniciativa cósmica sería aquel
planeta azul que viese al inicio de la experiencia. Lo llamaban
Ahelón, en aquel tiempo la sede de tres importantes Consejos:
-
el de
los 14 de Orión
-
el de los 24 Ancianos de la Galaxia
-
el recién
establecido Consejo de los 33, la base de operaciones de los "Emisarios de la Paz Galáctica"
(no confundir con la llamada Hermandad Blanca de la Gran
Estrella o Gobierno del Universo Local, constituido por 33
miembros: los 24 Ancianos y los 9 de Andrómeda)
Entonces se construyó una gran nave, blanca como la nieve, y de
forma triangular como las siluetas de las pirámides de Egipto. Esta
gran nave llevaría a los 33 a visitar diferentes mundos para sembrar
aquel llamado a formar parte de Confederación Galáctica.
Hicieron
esto en nueve ocasiones, antes que llegara un insólito emisario al
Consejo de los 14 de Orión.
LA INSURRECCIÓN DE SATANAEL
Y he aquí que se me mostró la sede del Consejo de los 14 de Orión,
recibiendo la visita de un extraño. Venía de muy lejos.
Aquel visitante, que irrumpía sin previo aviso en el Consejo de
Orión, disfrazaba hábilmente su secreto origen. No era un ser
extraterrestre. Se trataba en realidad de una entidad llamada
Luzbel, uno de los "resplandecientes" del Universo Mental, que había
logrado "auto-otorgarse" en Orión - empleando para ello un cuerpo
extraterrestre - con la intención de influir directamente en el
Consejo, y llevar nuevamente a los oriones a una guerra. Una guerra
que buscaba destruir a "los hijos de Orión", o más bien, sus
hermanos: la humanidad de la Tierra.
El Consejo de Orión supo mantenerse ajeno a las oscuras intenciones
del visitante. Sin embargo, las ideas de Luzbel - eje de la saga del
Plan Cósmico - iban ganando terreno y simpatizantes.
Entonces aquella entidad puso sus ojos en Satanael, el antiguo
General de los Vigilantes de Orión.
Satanael caería en las tinieblas, transformándose en el principal
seguidor de la causa de Luzbel: evitar que el denominado Plan
Cósmico fluyera con los seres humanos como esperanza de cambio en el
Universo.
El argumento de Luzbel hacía alusión a los primeros seres del
Universo Material que vinieron a la Tierra hace unos tres mil
millones de años, instalándose en bases submarinas en
la
Antártica - cuando esta se hallaba en el ecuador - en un escenario planetario
donde los mares eran ácidos. Aquellos visitantes provenían de la
Constelación del Cisne, a 6.000 años luz de nuestro Sistema Solar.
Como nos enseñaron los Guías, aquellos científicos espaciales
sembraron esporas en nuestro mundo, con la intención de cambiar la
acidez de los mares y convertirlos en alcalinos, y así modificar las
condiciones químicas del planeta para depositar una molécula
auto-replicante, que derivaría más tarde en el desarrollo de formas
de vida complejas.
La vida llegó del espacio. Fue sembrada por
ellos.
Y la molécula "madre" que depositaron, provenía de la Gran Nebulosa
de Orión. He allí la clave.
Sin embargo, el ser "hijos" de Orión no era lo más terrible, sino
que habíamos sido destinados a superar la crisis del estancamiento
evolutivo que afectaba al Universo, y que sólo podía ser vencida por
una humanidad que conectara los tres planos
(Físico-Mental-Espiritual), afrontando el tránsito hacia esferas
superiores a través de una conexión vivencial.
Los extraterrestres
la habían "perdido" al volverse demasiado mentales, al punto de no
fluir correctamente en la ley de libre albedrío que involucra a
todas las formas de vida del Universo Material. Por ello el Plan
Cósmico se aplicó a nuevas humanidades como la nuestra, y no con las
más antiguas por hallarse condicionadas a la dinámica anterior de
comportamiento.
Sin embargo no era así para Luzbel.
De alguna u otra forma logró convencer a Satanael de que la
humanidad de la Tierra debía ser destruida. Y por si fuera poco,
hasta afirmarle que constituíamos un peligro para los mismísimos
oriones, por cuanto en un futuro, tarde o temprano, les
destruiríamos al convertirnos en una civilización más poderosa.
Todo esto era un golpe muy estudiado, pues, si el Resplandeciente
lograba polarizar a Satanael, sabía que el antiguo General de
Vigilantes y hoy maestro representante de todo Orión, contaría con
miríadas de seguidores. Y así fue.
En cierta medida, estas escenas - reconozco difíciles de aceptar - guardan similitud con la enseñanza de algunas religiones y
filosofías sobre "Guerras en el Cielo" y "ángeles caídos".
Curiosamente, Satanael recuerda al
Satanás bíblico, que dichos sea
de paso su nombre hebreo significa "El Adversario".
En primera instancia, el propio Satanael intentó convencer al
mismísimo Consejo de los 14 para enviar una avanzada de
aniquilamiento a la Tierra. Y al igual que su mentor, Luzbel, no
tuvo éxito.
De hecho, los sabios maestros del
Consejo comprendían que la propia existencia de la humanidad era
parte de aquel plan superior, una estrategia que buscaba que nuevas
formas de vida, pero con los mismos inconvenientes que ellos - como la tendencia guerrera
y colonizadora, por ello se habría sembrado la vida en la Tierra con
patrones de Orión - pudiese encontrar el "eslabón perdido" que
permitiría restituir el orden quebrantado y por consecuencia
alcanzar grados superiores de evolución.
Empero Satanael no comprendía. Estaba lleno de odio.
Algunos apartes de esta historia ya los conocía. Pero no todos... Y
era muy diferente pasar de conocerlos a "verlos", "vivirlos", "sentirlos". E inclusive - y los más intenso -
"recordarlos".Entonces vi cómo
Satanael, frente al Consejo de Orión y poseído de ira - algo
extraño para un Vigilante que generalmente controla casi como una
máquina sus emociones-, levantó su larga y extraña arma con la cual
disparó espantosas energías - como si fuese un fuego eléctrico - hacia
los miembros del Consejo. Les destruyó a todos.
Era el inicio de la rebelión.
Con el tiempo entendí que el Consejo "había permitido" que este
incidente ocurriese para justificar, como una medida de emergencia,
el traslado de los consejos supremos a otras regiones del espacio
más seguras. Por ello la sede actual de los "24 Ancianos" se
encuentra actualmente en Ganímedes. Fue trasladada a la luna de
Júpiter luego de aquel violento episodio.
Y así, luego de ver y asimilar las fuertes sensaciones que produjo
en mí esta escena, se me mostró el punto de conexión con la llegada
de Luzbel a Orión.
Era una gigantesca puerta estelar, emanada desde la estrella
Mintaka.
"Esta puerta, es una grieta de luz que comunica los Universos, un
fenómeno que sólo se da en el núcleo de algunas galaxias y
estrellas".
-Esa puerta, ¿adónde conduce? - pregunté a la voz que me guiaba en
esta experiencia.
"La energía de esta puerta fue la que te
trajo hasta aquí. Es el faro que guía en los viajes estelares
que conectan a Orión. Pero es más que eso. También es una
ventana que conecta con el Universo Mental..."
-¿Puedo ver el Universo Mental?
"No puedes". "Pero verás su reflejo, y quienes habitan allí..."
Y lo vi. Y aunque recuerdo todo esto, no puedo describirlo. Cierro
mis ojos y lo veo nuevamente, más no sé cómo relatarlo. Si lo
hiciese, si al menos lo intentase, ya no sería lo que observé...
Sólo lo puedo "ver" y "recrear" en mi mente.
Esta revelación me ayudó a comprender también la importante cercanía
que tenían los seres de Orión con las inteligencias del Universo
Mental - sus "apoderados"-, que se habían constituido en la principal
dirección e influencia en las formas de vida que operaban en esta y
otras regiones del Universo Material.
Por ello muchas civilizaciones
extraterrestres, como los oriones, habían adoptado determinada línea
de comportamiento que, con el tiempo, terminó limitando sus pasos en
la evolución a pesar de haber avanzado mucho en un principio.
...Y conocía esa Puerta-Estrella.
Por algo me había llevado, desde la Gran Pirámide de Egipto en la
Tierra, hasta allí...
Parte 3
Enero 2005
LA DEPORTACIÓN DE LOS REBELDES Y EL ARMAGEDÓN
- LA GUERRA FINAL
La rebelión de Satanael y sus seguidores se convirtió en una
verdadera batalla interna, que por poco se volvió cósmica al
extenderse la semilla de Luzbel como si se tratase de un virus.
Afortunadamente la Confederación Galáctica pudo reducir las
hostilidades, obligando a Satanael y a los suyos en venir a la
Tierra para revertir su error colaborando en la dinámica de aquel
Plan Cósmico. Todo esto habría ocurrido hace unos 25.000 años.
La rebelión de Satanael, mucho más terrible de lo que nos
imaginábamos (y sin olvidar el cargo que ocupaba cuando estalló su
insurrección) afectó muchísimo la vida y organización espacial en
Orión, que sumada a la fuerte crisis que significó la destrucción
física del Consejo de los 14, creó un ambiente de incertidumbre e
inseguridad, a pesar de que la Confederación Galáctica tenía ya el
control.
Finalmente, un importante sector de los oriones, que no participaron
de la guerra civil que desencadenaría Satanael, sumados al Consejo
Galáctico,
abandonaron Ahelón y otros mundos de Orión en un viaje
espacial que los llevaría a las lunas de Júpiter, en nuestro Sistema
Solar. En Ganímedes, como recordamos llamado "Morlen" por ellos, se
establecería la nueva sede del Consejo. Renunciaron a su pasado
guerrero, y dejaron atrás los abusos tecnológicos de la clonación.
Volvieron a sus orígenes, hasta el punto de procrear nuevamente
niños.
Mientras ello ocurría, Satanael y sus seguidores oriones en la
Tierra, empezaban a sabotear el proyecto una vez más, enseñando
conocimientos prohibidos y excesivamente peligrosos a los hombres de
aquella época: eran los tiempos de la Atlántida.
Siempre me pregunté cómo la Confederación había permitido que
Satanael llegase a la Tierra, teniendo en cuenta el peligro
potencial, latente, que encerraba el leal seguidor de Luzbel. Pero
viendo todo esto, recordando, descubrí que formaba parte de un plan.
La presencia disociadora de Satanael en nuestro planeta es lo que
llamaríamos "un mal necesario".
También se me reveló que fueron enviados a nuestro planeta en
grupos. No vinieron todos los rebeldes en un sólo viaje.
El primero
de estos grupos llegaría a la Tierra poco antes de la trasgresión de
los 200 Vigilantes en el Monte Hermón (entre la actual Siria, Líbano
y la antigua Israel) que como recordamos involucró la unión del
equipo del Comandante pleyadiano Semiasas con mujeres humanas, dando
como resultado una raza mestiza que constituirá más tarde la
civilización atlante.
Nota: Este episodio se grafica al detalle en el denominado
"Libro de Enoch", un Apócrifo del Antiguo testamento. Ver: "El Libro de los
Vigilantes".
El último grupo de deportados, con Satanael a la cabeza, llegó a
nuestro planeta en los primeros tiempos de la Atlántida.
Un fenómeno que ya se había registrado en el primer grupo había
alertado a la Confederación. Se trataba de un envejecimiento
prematuro, fruto de poseer cuerpos clonados y estar bajo una
influencia energética extraña para ellos: nuestro propio planeta.
Esto no es descabellado, por cuanto el problema que enfrenta la
clonación humana actualmente es, precisamente, el envejecimiento
acelerado.
Cuando empezaron a envejecer rápidamente los primeros en venir,
muchos de estos oriones, siempre bajo el mando de Satanael, se
esparcieron sobre la faz del planeta en colonias, para intentar
hallar en los laboratorios que pudieron construir, una alternativa o
"antídoto"para prolongarse. Mas la mayoría de estas iniciativas
fueron suprimidas por los Vigilantes de las Pléyades (guardianes
cósmicos que seguían el proceso del planeta).
Sin embargo, una vez más no fue suficiente.
Los oriones deportados, totalmente ajenos a la misión de ayuda para
la cual fueron enviados en primera instancia a la Tierra, seguían
generando peligrosas tensiones en los diferentes puntos donde se
establecieron.
Los Vigilantes recibieron tarde la orden de destruir las pocas
colonias que habían logrado establecerse y operar en el planeta. No
intervinieron en un principio porque dentro de los propios oriones
que participaron en la rebelión, y que ahora se hallaban deportados
con Satanael en la Tierra, había un grupo que no
deseaba participar
de la nueva revuelta; al contrario, deseaba ayudar sinceramente a la
humanidad, con la cual se sentía identificado por proceder todos de
la misma fuente de vida.
Esta tensión fue tan intensa que se estaba convirtiendo en una
disputa interna entre los deportados.
Vi entonces que los Vigilantes de las Pléyades recibían la orden de
destruirlos a todos. El foco de tensión era tal, que no se podía
esperar más...
Reconocí, impresionado, los lugares donde se intervino bélicamente
las pequeñas instalaciones y laboratorios subterráneos de los
deportados, enclaves que hoy en día han sido visitados por grupos de
contacto.
Entre ellos reconocí las selvas del Paititi, Monte Shasta,
Saqqara, el Monte Sinaí, y Talampaya.
A los seres de la rebelión deportados a la Tierra, y que deseaban
ayudar a la humanidad (pero que fueron alcanzados por esta
inevitable intervención bélica de los Vigilantes pleyadianos) se les
dio la oportunidad de encarnar en el futuro como seres humanos, y
así participar en las diferentes misiones de ayuda que procurarían
la concreción del Plan Cósmico.
Sé que suena atrevido e increíble. Pero ello fue lo que se me
mostró.
Luego de cumplir con cada existencia en la Tierra, aquellas esencias
de origen estelar volverían a Orión. Este misterio, desde luego, no
tiene explicación alguna en nuestro plano físico, sino en una
determinación de los Guardianes del Destino, seres Ultraterrestres
que desde el Universo Mental habían seguido los pormenores del Plan
Cósmico.
Los otros seres de la rebelión, que se mantuvieron fieles a
Satanael, correrían una suerte distinta: fueron apresados
astralmente en unos extraños cristales de color verde; unos con
forma de pirámide de base cuadrada, y otros con forma de octaedro.
Vi que esos cristales fueron instalados por los Vigilantes en
cavernas. De esta forma, se evitaba que Satanael y sus seguidores
encarnasen en los cuerpos adultos que tenían ocultos en Orión y que
la Confederación Galáctica buscaba infructuosamente para
"confiscarlos". La medida era lógica. De lo contrario, desde allí se
habría iniciado una nueva guerra espacial...
Aunque esta, en verdad, no terminó.
La raza que fue creada en Orión en la Guerra Antigua, de pequeños
hombres grises, fue controlada por Satanael.
Estos seres, que luego
de la Gran Guerra habían sido desplazados de Orión a la Osa Mayor,
fueron más tarde, como sabemos, la posibilidad de escape para los oriones atrapados en la Tierra; ello al intentar crear cuerpos
biológicos donde los "ángeles caídos" pudiesen encarnar como paso
previo de una fuga en masa desde nuestro planeta.
Sin embargo, los Guías también nos dijeron que la cuarentena
planetaria (el cordón de protección que los Vigilantes han
establecido en nuestro mundo) había logrado impedir mayores
intervenciones de los "grises", como comúnmente se les conoce. Un
ejemplo de ello es el famoso caso Roswell: la nave en mención fue en
realidad derribada por los Vigilantes de la Confederación.
No obstante a ello, desde las sombras, y a pesar de sus limitaciones
al estar atado cual prisión astral a nuestro planeta, Satanael
cocinaba su último y gran intento.
Entonces vi una entidad extraterrestre de
aspecto reptiloide, al
parecer, de rasgos femeninos. Era una antigua Vigilante de Orión y
por lo que comprendí "brazo derecho" de Satanael en la rebelión.
Había logrado escapar de aquella revuelta al mando de un importante
colectivo de seres también con apariencia de reptiles-humanoides.
La Confederación, les había perdido el rastro.
Ellos viajaron a Antares (Escorpión) para pedir una suerte de asilo.
Fueron recibidos, y hasta intentaron convencer a los poderosos
escorpiones de plegarse a una nueva guerra. Y aunque sus antiguos
enemigos no aceptaron participar, un grupo de ellos, en secreto y a
espaldas del Consejo Supremo de Antares, convino en otorgar
tecnología bélica que pudiese convertir a esta Vigilante y su
pequeño ejército de reptiles-humanoides en una avanzada invencible.
Con esto, los escorpiones estaban violando el tratado de paz
galáctica que, a consecuencia de la Guerra Antigua, señalaba que no
debían producirse máquinas destinadas a planes bélicos o de
agresión. Esta situación, me hacía recordar todos los errores que
hemos venido cometiendo en la Tierra: acuerdos quebrantados,
conspiraciones, concilios de emergencia, guerras y armas prohibidas,
rebeliones, periodos de paz y nuevas crisis por tensiones hasta
ideológicas.
Era como hallarme frente a un espejo. Estábamos
cometiendo el mismo error que "ellos". Pero también reflexionaba, lo
trascendente que significaría superar esta verdadera prueba. Sentí
en ese momento, la esencia del Plan Cósmico. Comprendí.
Pero la suerte de aquel grupo oriónida en Escorpio no fue tan
abundante. Sus cuerpos adicionales o réplicas físicas fueron
finalmente hallados por la
Confederación en Orión, y por lo tanto,
controlados. Así, estos seres fieles a Satanael, congelaron sus
únicos cuerpos disponibles en Antares, para ser despertados miles de
años más tarde, en el momento indicado en que se llevaría a cabo la
"guerra de las guerras", el Armagedón o batalla de "ángeles" que
cita la Biblia.
Los escorpiones, poco o nada podían hacer para ayudar en la creación
de nuevos cuerpos. De haberlo logrado, las réplicas físicas podrían
haber permitido a este último grupo disidente de Orión prolongarse
el tiempo físico necesario, para actuar en la guerra que pretendían
iniciar contra la Tierra. Mas la tecnología escorpión no era
compatible en este punto. Así, este pequeño ejército fiel a Satanael
tenía tan sólo un cuerpo físico (el que llevan "puesto") para llevar
a cabo sus planes.
Este punto en contra, frente a las fuerzas de la Confederación,
había sido superado por la posesión de poderosísimas armas; entre
ellas, una terrible y prohibida. Se trataban de cañones de
"antimateria", que habían sido adaptados por los escorpiones para no
sólo destruir el cuerpo físico, sino también la "memoria virtual",
que involucra todo lo aprendido a lo largo de vidas sucesivas.
Las criaturas alcanzadas por estas terribles armas, a consecuencia,
"olvidarían" todo y empezarían de cero. Un arma, desde luego, muy
conveniente para ser utilizada no sólo contra los Vigilantes de la
Confederación, sino contra la humanidad misma...
Vi también, cómo se me anunció en
la experiencia de Celea, que este
grupo ya había "despertado", y que se encontraba en camino a la
Tierra portando aquellas temibles máquinas.
Y en eso, una imagen me sobrecogió:
Veía a Jesús, clavado y amarrado en unos gruesos maderos sobre un
monte. Era la escena de
la crucifixión...
"El amor que les enseñó este hombre de la Tierra es la
verdad
absoluta" - escuché.
"Orión fue conmovido al seguir
su vida desde aquí. Nos hizo reflexionar sobre nuestros errores.
Él, es también nuestra luz. Es un Maestro cósmico..."
E inmediatamente a estas palabras, me hallé nuevamente ante las 14
esferas de luz azul, en la antigua sede del Consejo de Orión.
¿La guerra ocurrirá? - pregunté.
"Está ocurriendo..."
"Pero si te refieres a las
intenciones de una nueva conflagración física, y esta vez contra
la Tierra, te decimos que el planeta azul de los humanos no será
tocado... y ello gracias a lo que puedan lograr"
Perdonar... - repuse.
"Tú lo has dicho. Y cierto es, que sólo con esa manifestación
suprema de amor, el Universo será salvo..."
Parte 4
Febrero 2005
EL CAMINO DE RETORNO
Si pretendemos un "perdón conciente" - reflexionaba - no se puede
perdonar lo que no se conoce; por esta razón se nos dijo que
debíamos conocer la verdadera historia de la humanidad, que a su vez
es cósmica, por cuanto todo está conectado, todo está en íntima
relación.
"Tu tiempo aquí se está prolongando demasiado"
- me dijeron - ; "lleva ahora contigo lo que has visto y
sentido, pero, como te dijimos cuando llegaste, en el camino de
regreso, no podemos ayudarte..."
-¡Aún nos queda tanto por hacer! - exclamé.
"Entonces
vuelve ya... valiente caminante... que debes culminar lo que se
empezó..."
Y un flash de intensa luz blanca me encegueció.
En un instante me hallaba en el túnel de luz dorada, volviendo a
gran velocidad; y debo confesar, que retornaba con cierta tristeza,
dejando Ahelón tras de mí. Me entristecía - aunque no se comprenda
esto, debo decirlo - volver a ser "Ricardo González", cuando ahora,
disfrutaba de una realidad cósmica, auténtica, sin límites.
Y vi una vez más a los gigantescos guardianes dorados que protegen
esta ruta estelar. Pero en esta oportunidad, no se movieron. Me
quedé entonces "detenido" frente a estas impactantes presencias que
parecían ignorar que me hallaba allí.
No me daban el paso para
continuar...
-Debes "creer" para volver... - reconocí, emocionado, la presencia
del Guía Oxalc, asistiéndome.
Creer, creer - me decía - y mis intensos deseos de volver a la
Tierra, y los lazos de amor con mis seres queridos, fueron dotándome
de una fuerza increíble, notando, de cara a mi reacción, cómo
lentamente los guardianes se hacían a un lado para que pudiese
pasar...
Y fluí nuevamente por el túnel, y cada tramo que cubría del mismo,
percibía con mayor fuerza "la energía de la Tierra", y mis
recuerdos, la gente que amaba, el compromiso con la Misión de
contacto. Era como volver a "nacer".
Y logré salir del túnel de luz dorada, ya en mi tránsito final para
descender sobre la Tierra.
¡Nordac! ¡Nordac!, escuchaba a alguien llamarme por mi Nombre
Cósmico, mientras descendía con suavidad, lentamente, a la Tierra.
Y
lo que recuerdo inmediatamente a esto, es a Elvis Martínez (un gran
amigo de Puerto Rico, presente en la experiencia) ayudarme salir del
sarcófago, allí, en la Cámara del Rey en
la Gran Pirámide.
Veía todo deforme, como si el lugar donde me hallaba ahora fuese un
"holograma", y en donde había estado, fuese el "mundo real". El
impacto que me produjo esto fue tan aplastante que me tomó un tiempo
de reflexión y silencio para siquiera articular alguna palabra a mis
compañeros. Algo grande había sucedido. Así lo sentía.
Y sólo el
tiempo ayudaría a comprender…
RECORDANDO EN SAQQARA
Sólo cuando salí de la Gran Pirámide y mis ojos vieron la luz del
Sol sobre la arena, pude comunicarme con los muchachos del grupo,
quienes lucían muy impactados y atentos a mi persona, por todo lo
que había sucedido en mi "ausencia" en la Cámara del Rey.
Como ya ha
ocurrido en otras experiencias de contacto, fue asombroso comprobar
que el tiempo que permanecí al interior del sarcófago no excedió los
10 o 15 minutos. No obstante, el recuerdo que poseía de la
experiencia, era muchísimo mayor, con una conciencia de "días"...
Elvis había sentido y visualizado que estaba como "acompañándome"
durante la experiencia que significó "salir" de la Gran Pirámide.
Incluso, en ese instante nuestro hermano empezó a vocalizar Mantrams
desconocidos por el grupo, en una lengua extraña, y que saturaron de
una vibración poderosa tanto el sarcófago como la Cámara del Rey.
-Al llegar a una especie de túnel de luz
- relata Elvis - vi cómo
Richard se fue por esa luz, mientras yo me quedé afuera,
esperándole...
Carlos me comentó que en el preciso momento en que me hallaba como
volviendo en sí dentro del sarcófago, ingresó a la Cámara del Rey un
inesperado grupo de turistas, decenas de personas, y que se
abalanzaron sobre el grupo con sus cámaras fotográficas, intrigadas
por lo que estábamos haciendo.
Nuestro hermano, intuyendo que ello
podría afectar en alguna medida el cierre del trabajo y, mi
"retorno", se dio media vuelta y levantando los brazos - sin dejar de mantralizar
- impidió el paso de toda esta gente, hasta que yo
hubiese tomado total conciencia de mi cuerpo en el sarcófago,
instantes después.
Luego de la Gran Pirámide nos desplazamos para concluir todo nuestro
trabajo, tal como lo sugerían los Guías, en Saqqara.
Al caminar a través de las columnas del Templo de Djosser, noté que
Elvis se estremeció. Ni bien había llegado a Egipto - por primera
vez - él me comentó un sueño en donde se veía caminando en un Templo
con grandes columnas de piedra. La descripción de Elvis correspondía
a este yacimiento de marcada importancia en Saqqara... Pero no fue
todo.
Tal como rezaba un mensaje de los Guías, y que advertía que en
Saqqara se "recordarían vidas anteriores", al ingresar a la pirámide
de Teti la emoción se apoderó de muchos. Ni qué decir cuando uno a
uno los muchachos del grupo fueron ingresando al interior del gran
sarcófago de esta pirámide.
Las visiones que tuvieron al meditar
dentro de él, fueron en extremo importantes y confirmatorias:
"...Vi rápido a un ser vestido de blanco, que me dijo: Recuerda,
recuerda, recuerda... Al decirme esto, me vi en ese lugar (Saqqara)
trabajando con jeroglíficos y símbolos. Había una habitación llena
de ellos, y mi función era proteger el conocimiento que se
encontraba en ese lugar. De repente, la visión cambió y veía todo el
lugar como era por fuera.
Veía pirámides, templos, calles en
piedras y árboles y palmeras en donde hoy día es un desierto; lo
curioso es que la gente que veía no me parecían egipcias. Y de
pronto, vi naves que comenzaron a dispararle a la gente una
especie de energía que los destruía. Yo comencé a reaccionar con
angustia y dolor ante esto, como cuando uno está teniendo una
pesadilla, y sólo preguntaba: por qué, por qué..."
(Extracto del Informe personal de Elvis Martínez).
Escenas similares fueron enfrentadas también por Rafael Calderón, de
Ecuador, recordándonos que estábamos aquí, en este tiempo y lugar,
por un compromiso que asumimos de antiguo…
Debo hacer una reflexión: Fue más difícil el camino de retorno de
Orión, que el camino que me llevaría a Mintaka. Y ello simboliza el
esfuerzo por adquirir el conocimiento.
El Maestro pregunta entonces
a su persistente discípulo: Luego que lo poseas: ¿Qué harás con él?
Esta enseñanza encierra el mensaje de que el conocimiento en sí
mismo, no es importante. Es tan sólo una herramienta de comprensión.
Los vientos que empujan la vela de la Misión de contacto, desde
luego, son otros. No están afuera. Están dentro. Y todo aquello que
nos pueda ayudar a despertar, será importante para encendernos en
aquella luz de amor que abrazará al planeta y, como sabemos, al
Universo...
Ahora, la célebre frase del Guía Oxalc, cobra un sentido
determinante:
"Al final, comprenderán que la
Misión, consistía en recordar..."
Al volver al hotel, luego de los recuerdos que fluyeron en Saqqara,
nos llevamos más de una sorpresa.
En primera instancia, el amigo de la guía turística que nos
consiguiera el permiso para entrar en la Gran Pirámide, había
llamado desconcertado a nuestra amiga para preguntarle qué habíamos
hecho en la Cámara del Rey, porque "los perfumes" que habíamos
utilizado (!) habían llenado todo el recinto de un intenso aroma a
flores... Sin comentarios.
También allí nos enteramos, que el equipaje extraviado de Elvis (que
se perdió en uno de los puntos de conexión previos a El Cairo:
EE.UU.), se hallaba "sano y salvo" en el aeropuerto de Egipto, listo
para ser retirado.
Y una sorpresa más: En un aparte de la recepción del hotel, donde un
joven muchacho vendía algún souvenir a los turistas, hallamos una
reproducción del Papiro de Hunefer del
Libro de los Muertos, que,
aunque personalmente conocía su existencia, sólo luego de la
extraordinaria experiencia que me llevaría al Consejo de los 14 en
Orión, comprendí lo que significaba...
En este singular papiro, de más de tres mil años de antigüedad,
aparece Hunefer - que representa a un egipcio que acaba de morir - tomado de la mano de Anubis, quien pesa su corazón con una pluma, en
una alegoría por determinar si Hunefer se condujo con sabiduría y
nobleza durante su existencia física.
De no haber sido así, hubiese
sido devorado por aquella bestia que figura a un lado de la balanza
- quizá representando a los "bajos astrales" - pero en este caso, como
vemos, la esencia continúa su camino al Duat en Orión.
Thot, "El Atlante" - con cabeza de Ibis-, aparece, fiel a sus
funciones, tomando nota, archivando el conocimiento adquirido por Hunefer durante la vida terrena. Acto seguido, Horus, como
recordamos quien destruyó a Seth, lleva al "alma" o esencia ante su
padre: Osiris, que representa a Orión. Osiris aparece acompañado de
Isis y Neftis - a sus espaldas - cuyo simbolismo estelar resulta
sugerente dentro de la saga del Plan Cósmico.
Finalmente, ya cruzado el Duat - representado en la pieza dorada
donde está sentado Osiris - Hunefer se halla en una audiencia ante 14
seres... ¿A quiénes se quiso representar?
Si bien es cierto, el papiro alude según los estudiosos al "Gran
tribunal", representado por 42 dioses de la denominada "Sala de la
Justicia" (Maat), la réplica del original que se vende en el hotel
reproduce a Hunefer ante 14 entidades. Igual ocurre con el papiro
oficial que se exhibe en el British Museum de Londres (Pieza EA
9901/3).
Ver
http://www.ancientegypt.co.uk/gods/home.html
¿Una casualidad? No lo creo.
Menos lo fueron las extrañas esferas de luz, conocidas también como
"orbs", que aparecieron en
los revelados fotográficos. Dos cámaras distintas, "captaron" estas
extrañas manifestaciones en la Cámara del Rey, luego de haberse
registrado la experiencia en el sarcófago.
Sólo nos dimos cuenta al
revelarse los negativos más tarde, en dos ciudades distintas (San
Juan de Puerto Rico y Quito de Ecuador) y con idénticas "esferas"…
En ninguna otra imagen del viaje sucede lo mismo, sólo allí, en la
Cámara del Rey…
ORBS en Egipto
Como fuere, asimilar el viaje estelar a Orión me ha tomado
- y lo
sigue haciendo - momentos de profunda reflexión. Ninguna experiencia
había movilizado antes tantas cosas en mi interior.
De hecho todavía puedo "ver" aquellos mundos, tan lejanos a
nosotros, pero viviendo en algún lugar de nuestra memoria.
En otras circunstancias, me hubiese reservado muchos detalles de
esta experiencia, quizá empujado por una saludable y a veces
excesiva prudencia, o por alguna aprensión a que este mensaje no
fuese comprendido - por cuanto estamos acostumbrados a confundir las
cosas.
No obstante, los hermanos mayores, nuestros Guías de la
Misión, me hicieron comprender y sentir la necesidad de transmitir
todo esto, tal como lo enfrenté. Así, según me dijeron, ayudaría a
otros hermanos a recordar. Y hoy es el tiempo.
He intentado - dentro de mis limitaciones humanas - transmitir en este
informe la esencia de lo que pasó en Egipto y la conexión estelar
con Orión, acontecimiento extraordinario que permitió acariciar su
historia, y comprender algunos aspectos no muy conocidos del Plan
Cósmico; confirmar importantes informaciones que veníamos
percibiendo, y activar en nosotros y aquellos hermanos que sientan
su mensaje, lo que los hermanos mayores bien llamaron "La Clave del
Recuerdo".
Este extraordinaria experiencia, que he descrito someramente - por
cuanto el tiempo es sabio en iluminar lo vivido, y aun tenemos que
asimilar todo lo que fue entregado - constituye más que una
reveladora respuesta, una interrogante abierta a sentir cuál es
nuestro verdadero compromiso con el Plan Cósmico, y hasta dónde
estamos dispuestos a participar, a conciencia, de un proceso que
involucra a diversas civilizaciones y formas de vida en el Universo.
Lo recibido en esta conexión estelar desde la Gran Pirámide, bajo mi
humilde punto de vista, encaja perfectamente con todo lo que hemos
venido aprendiendo sobre el Plan Cósmico; no lo contradice en ningún
punto; más bien lo profundiza, otorgando luz a ciertos episodios,
donde empezamos comprender desde una visión más panorámica
determinadas etapas de la Historia del Universo Material, sus más
intensos momentos, determinaciones, y acciones en medio de este
verdadero mosaico cósmico en el cual, el ser humano - nosotros - deberá restituir el orden interrumpido.
El Universo es bello. Impresionante. Una manifestación viva del
Profundo. Parece tan extraño que toda la creación esté pendiente de
una fuerza que muchas veces no comprendemos en la Tierra, y que es
la clave, el camino y la verdad para nuestra ascensión.
Comprometerse con esa "fuerza", es asumir el mismo sendero que Jesús
transitó; por ello, nuestra misión suprema dentro del Plan, es
preparar Su camino de retorno...
"Y entonces aparecerá el signo del
Hijo del Hombre en el cielo..."
(Mateo 24: 27-35), una señal estelar, que podría tratarse de la
propia estrella Mintaka, el Sol de Ahelón - el planeta hermano de la
Tierra.
Debido a la precesión de los equinoccios, como mencioné
anteriormente,
Mintaka se encuentra en una posición privilegiada
dentro del ecuador celeste, pudiendo ser la única estrella en ser
vista desde polo sur al polo norte. Para que todos los seres humanos
la vean en este tiempo.
Y recuerden, que el Señor del Tiempo, vendrá
pronto.
Alnitak, Alnilam,
Mintaka
Es una clave que dejó aquí para que los hermanos que leen estas
líneas la profundicen.
Insisto en que es difícil aceptar todo lo aquí expuesto. Y debo
decir también, que quienes participamos de este
viaje a Egipto, hoy
tenemos interpretaciones distintas de todo lo que enfrentamos. Y no
es para menos.
Personalmente, conforme pasa el tiempo, empiezo a comprender todo lo
que sucedió. Y entonces me descubro tan pequeño, y al Universo tan
infinito…
Que cada cual saque sus propias conclusiones.
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