por Eduardo Martínez y Alicia Montesdeoca
19 Mayo
2020
del
Sitio Web
Tendencias21
Eduardo Martínez y Alicia Montesdeoca son los editores
de Tendencias21 y Miembros Directivos
del
Club Nuevo Mundo. |
Imagen de Gerd Altmann
Pixabay
Nuestro planeta
está en estado terminal
debido a la
acción humana:
su agonía será
complicada para nuestra especie,
enfrentada al
reto de preservar la vida
e impulsada a
construir un futuro más armónico
en el que todo
deberá cambiar...
Nuestro mundo está en una situación parecida a la que vivimos cuando
un ser querido se encuentra hospitalizado.
Los médicos se acercan, nos muestran radiografías y resultados de
diferentes pruebas, y nos dicen que nuestro pariente está muy grave.
No afirman que va a morir, pero se muestran pesimistas.
Este el diagnóstico del estado del mundo que los miembros del
Comité Científico del Club Nuevo Mundo realizaron la semana
pasada, en una
reunión especial sobre la crisis de nuestra
civilización.
Según este diagnóstico, el planeta manifiesta todos los síntomas
propios de un estado terminal:
sus océanos se están
quedando sin oxígeno, las especies que lo mantienen con vida
desaparecen a velocidad vertiginosa, su atmósfera está
seriamente contaminada, la fiebre le sube cada vez más y puede
alcanzar temperaturas que lo llevarían al colapso.
Además, se ha
desconfigurado completamente:
su modo de vida ha
devenido anacrónico, es incapaz de mantenerse en equilibrio y ha
engendrado desigualdades internas que hacen inviable la
prolongación de la vida.
El diagnóstico se
completa con la constatación de que el planeta está abandonado a su
suerte:
nosotros, a los que
la evolución nos ha dotado de la capacidad de gestionar sus
recursos naturales, somos los responsables últimos de la crisis
planetaria y de su eventual desenlace.
La gestión forestal
podría ser clave para salvarle la vida:
genera empleo, reduce
el riesgo de incendios, aumenta los caudales hídricos, mejora la
biodiversidad, provee de bio-productos y aumenta la resiliencia
ante el cambio climático.
Sin embargo, la
Covid-19 representa una
advertencia:
ha precipitado la
metástasis y desvelado nuestra fragilidad sanitaria.
También ha señalado que
los tiempos de reacción se agotan.
El coronavirus es solo un
síntoma:
en el fondo nos enfrentamos a una crisis de la vida...
Vida amenazada
La vida, una proeza de la evolución que se inició hace 3.800
millones de años, sólo 700 millones de años después de la formación
de nuestro planeta, está a punto de desaparecer de este hormiguero
de la Vía Láctea que es la Tierra.
El ser humano, que solo lleva 2 millones y medio de años de
evolución, y que en comparación con los demás cuerpos celestes, por
sus dimensiones físicas, es tan insignificante como una bacteria
terrestre, está a punto de poner fin al experimento cósmico de la
vida en este rincón del universo.
Atónitos ante la agonía del planeta, nos planteamos si todavía hay
algo que podamos hacer para impedir el colapso sistémico que
supondría la desaparición de nuestra especie.
Momentos
complicados
Descubrimos que,
-
Lo primero que debemos hacer es asumir la gravedad
del momento y recuperar la confianza en el futuro.
-
Lo segundo, que debemos cambiar nuestra manera de pensar y de vivir
porque la cultura en la que estamos nos conduce al abismo:
considera
al ser humano como la cumbre de la evolución con el derecho a
someter a la naturaleza en todas sus formas.
La agonía del planeta no será tranquila, advierten los científicos,
sino turbulenta en episodios como,
Reacción
cívica
No podemos seguir esperando por las instituciones porque su cultura
les impide apreciar la gravedad de la crisis planetaria y actuar en
consecuencia.
Debemos ayudarles a que hagan mejor su trabajo, pero al mismo tiempo
poner en marcha iniciativas cívicas que resuelvan los problemas
prácticos que habremos de afrontar.
Los habitantes de la Tierra estamos solos en esta crisis.
Lo que pase en este rincón perdido del universo, a las bacterias
humanas que representamos para el cosmos, no supondrá nada relevante
para la evolución universal.
Una vez más descubrimos que todo depende de nosotros.
El mayor reto
La vida que nos ha proporcionado la evolución se enfrenta al mayor
reto de su historia:
usar nuestras facultades superiores, nuestros
talentos y la capacidad de amar que hemos desarrollado, para impedir
que desaparezca del sistema solar, único sitio del universo conocido
donde tenemos constancia de que exista.
Como todo gran reto, la respuesta empieza por lo más pequeño y
simple:
el cambio personal,
la decisión de mejorar las cosas, la organización de respuestas
y servicios coordinados, primero a pequeña escala y luego a
dimensiones más amplias.
Imagen de Free-Photos
Pixabay
Nuevos
escenarios
Y también debemos despedirnos del mundo que fue:
nada volverá a ser
como antes después de lo que está pasando...
El rito funerario es lo
que permite superar la pérdida.
También deberemos imaginar y construir nuevos escenarios que eviten
experiencias pasadas, de poder o violencia, los dos pilares que han
vertebrado la evolución humana hasta ahora.
Debemos conseguir una mejor organización social y económica, otra
manera más armónica de entender las relaciones humanas, la economía
y la política, el derecho, la ciencia y la tecnología, si queremos
preservar la vida.
Puertas
abiertas
Este es el relato y las conclusiones de las dos jornadas que los
miembros del Club Nuevo Mundo vivimos la semana pasada junto a los
miembros del Comité Científico, para conocer el estado de nuestro
hogar planetario.
Nuestras puertas están abiertas para seguir acogiendo personas,
proyectos e iniciativas que quieran reaccionar a la crisis global y
estén dispuestas a contribuir a este esfuerzo colectivo aportando lo
mejor de sí mismos.
Somos conscientes de que solos no vamos a conseguirlo, y de que los
retos nos trascienden completamente.
Pero también tenemos la determinación de no permanecer impasibles
ante la crisis y de contribuir a la refundación del mundo.
No sabemos si lo conseguiremos, pero pensamos que nuestro deber y
nuestra responsabilidad hoy es intentarlo.
Si quieres sumarte,
escríbenos y explícanos lo que quieres aportar.
Miembros del
Comité Científico que han participado en esta reflexión
EDUARDO COSTAS
Y VICTORIA LÓPEZ RODAS,
directores del Comité Científico del Club Nuevo Mundo.
Catedráticos de Genética en la Universidad Complutense
de Madrid, donde llevan casi 30 años investigando juntos
en genética evolutiva y biotecnología.
Ponencia: Perspectiva científica de la
crisis global desde el ámbito de las ciencias de la
vida.
Lema resumen de
su intervención:
"O somos capaces de
revertir esto a una economía sostenible, o nos vamos
todos".
EMMA HUERTAS, vicedirectora del
Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, experta en
el ciclo
del CO² y
cambio global.
Ponencia:
Situación de los océanos del mundo ante la crisis
global
Lema resumen de
su intervención:
"La salud del
océano es la salud humana".
JORDI FIGUEROLA, investigador del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas en la
Estación Biológica de Doñana.
Ponencia:
Desafíos de la conservación de la biodiversidad ante la
sexta gran extinción en curso
Lema resumen de
su intervención:
"Un mundo, una sola
salud".
EDUARDO ROJAS, Profesor UPV, Decano
Colegio Oficial Ingenieros de Montes, Coordinador de
Juntos por los Bosques, exsubdirector General de FAO y
responsable de su Departamento forestal, Comisario
General de la ONU para la Exposición Universal de Milán
(2015).
Ponencia:
Cambio global y bosques: posibles respuestas
Lema resumen de
su intervención:
"Los retos hay
que planteárselos de forma integral".
EDUARDO COSTAS.
Ponencia:
Claves de la crisis sanitaria y medidas a adoptar para
un mundo más sano.
Lema resumen de
su intervención:
"En 2030, la gran causa de
muerte serán las infecciones".
JOSE ESQUINAS es doctor ingeniero
agrónomo por la Universidad Politécnica de Madrid, con
máster en Horticultura y Doctor en Genética por la
Universidad de California. Ha trabajado en la FAO
durante 30 años ocupándose de los temas de recursos
genéticos, biodiversidad agrícola, cooperación
internacional y ética para la agricultura y la
alimentación.
Ponencia:
Retos y posibles cambios necesarios en las políticas
agroalimentarias para superar la crisis global
Lema resumen de
su intervención: "Hagamos converger
economía y ecología"
PEDRO BAÑOS, coronel del Ejército y
diplomado de Estado Mayor, especialista en Geopolítica,
Estrategia, Defensa, Seguridad, Terrorismo, Inteligencia
y Relaciones Internacionales. Es magister en Defensa y
Seguridad por la Universidad Complutense de Madrid.
Ponencia: Organización política del mundo
actual y su incidencia en la crisis global,
particularmente desde el eje tecnológico
chino-americano.
Lema resumen de
su intervención:
"Estamos en una democracia
que no lo es".
CRISTINA JIMÉNEZ SAVURIDO es Presidente
y fundadora de Fide, Fundación para la Investigación
sobre el Derecho y la Empresa con sede en Madrid.
Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de
Madrid, ha ejercido como Juez de Primera Instancia e
Instrucción y como Magistrada en la jurisdicción civil y
penal.
Ponencia:
¿Por qué es relevante la regulación si queremos afrontar
eficazmente la crisis global?
Lema resumen de
su intervención:
"La ciencia no es una
opinión más. Los científicos deben opinar para generar
las políticas".
FERNANDO VELASCO es Doctor en Filosofía
y Licenciado en Ciencias Morales, es director de la
Cátedra Servicios de Inteligencia y Sistemas
Democráticos de la Universidad Rey Juan Carlos y
profesor titular de Filosofía Moral en la citada
Universidad.
Ponencia: El Análisis de Inteligencia como
herramienta para la toma de decisiones en momentos de
crisis.
Lema resumen de
su intervención: "Analizar para decidir".
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