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			15 Julio 2009 
			del Sitio Web
			
			TrinityATierra 
			  
			  
			  
				
					
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						Traducción de Trinity a Tierra con inserción de imágenes y 
			comentarios a pie de foto de Trinity a Tierra. Se añade más abajo un 
			análisis y enlaces a referencias y vídeos sobre la gripe "española" 
			de 1918. 
						
						
						English original source
 Extracto del libro "Vacunación, el asesino siencioso" (Vaccination 
			The Silent Killer p28) de E. McBean
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				Muy poca gente se da cuenta de que la peor epidemia que azotó jamás 
			a América, la gripe española de 1918, ocurrió por el efecto 
			secundario de una campaña de vacunas masiva a nivel nacional.
   
				Los 
			doctores dijeron que la gente moría por la enfermedad causada por 
			los gérmenes. Los virus aun no se habían descubierto en aquella 
			época porque, de lo contrario, hubieran sido culpados de todo 
			aquello.  
				  
				Los gérmenes, las bacterias y los virus, junto con los 
			bacilos y otros organismos invisibles, son los seres "malvados" a 
			los que los doctores achacan todos los males que desconocemos (o 
			desconocen).    
				Si el doctor hace un diagnóstico incorrecto, y mata al 
			paciente, siempre puede culpar a los gérmenes, y decir que el 
			paciente no recibió un diagnóstico a tiempo o no fue a verle a 
			tiempo. 
				  
				  
				
				 
				El pintor noruego Eduard Munch, hijo de un médico castrense, 
				 
				pintó 
			su estado cuando contrajo la enfermedad de la terrible gripe 
			española.  
				Mucho de su obra, sólo puede entenderse desde ese ángulo 
			del horror de la enfermedad.
 
				  
				Si revisamos la historia del periodo de 1918, cuando se extendió la 
			gripe, veremos que ésta comenzó repentinamente, justo después de que 
			los soldados volvieran de la Primera Guerra Mundial.  
				  
				Fue la primera 
			guerra en la que todas las vacunas conocidas fueron inyectadas 
				obligatoriamente a los hombres en servicio.    
				La mezcla de fármacos 
			venenosos y proteínas pútridas de las que se componen las vacunas
				 
				(Nota Trinity: esta expresión del autor es la más acertada, 
				"proteínas que se pudren en el interior del organismo"), causaron 
			tal extensión de la enfermedad y muerte entre los soldados, que lo 
			que se decía entonces (Nota Trinity: ¡ya se decía entonces pero por 
			desgracia nuestros abuelos y bisabuelos no están aquí para 
			corroborar mucho de esto y los libros que podrían contarlo, como 
			éste, está descatalogado y es imposible de encontrar en una librería)
				era que habían causado más muertes las inyecciones médicas que los 
			tiros del enemigo en el frente. 
				   
				Miles de hombres quedaron inválidos 
			por las vacunas, como enfermos tullidos e inútiles, antes incluso de 
			que vieran el campo de batalla.
 La tasa de mortalidad y enfermedad entre los soldados vacunados fue 
			cuatro veces más alta que entre los civiles no vacunados. Pero esto 
			no frenó a los promotores de las vacunas. La vacuna ha sido SIEMPRE 
			un gran negocio y así continúa siéndolo hasta el día de hoy.
 
 Al parecer, la Guerra (la Primera) fue más corta de lo que los 
			fabricantes de vacunas habían planificado; duró cerca de un año, así 
			que los promotores de vacunas tenían un montón de vacunas sobrantes 
			en stock que deseaban vender a buen precio, de forma que hicieron lo 
			que hacen habitualmente, organizaron una reunión secreta entre 
			bastidores y organizaron completamente todo este sórdido programa, 
			un programa de vacunación a nivel mundial en el que usar todas sus 
			vacunas, mientras les decían a la gente que los soldados volvían a 
			casa con muchas enfermedades mortales contraídas en países extraños 
			y que, por lo tanto, era un deber "patriótico" de cada hombre, mujer 
			y niño, protegerse de todo ello por medio de la vacunación, 
			acudiendo a toda prisa a los centros de vacunación a recibir todas 
			las inyecciones previstas.
 
 La mayor parte de la gente cree a sus doctores y a los políticos y 
			hacen lo que éstos les dicen. El resultado fue, que casi toda la 
			población sometida a las vacunas sin cuestionarlas, en cuestión de 
			horas, comenzó a caer muerta en agonía, mientras otros colapsaban 
			con una enfermedad de tan virulencia que nadie había visto jamás en 
			su vida.
 
 Tenían todas las características de las enfermedades contra las que 
			habían sido vacunados, fiebre alta, dolor, diarrea, etc. como la 
			tifus o la neumonía, como la congestión de pulmón y de garganta en 
			la difteria y el vómito, dolor de cabeza, debilidad de la hepatitis 
			y las manchas en la piel de las vacunas de varicela, junto con 
			parálisis como consecuencia de todas las vacunas, etc.
 
 Los doctores estaban aterrorizados y aseguraban que no sabían qué 
			causaba la extraña y mortal enfermedad y realmente, no tenían cura 
			para ella.
   
				Ellos debían haber entendido que la causa común de todo 
			ello eran las vacunas, porque todos los soldados que recibían las 
			vacunas en los campos, sufrían los mismos efectos. 
				  
				  
				
				 
				  
				  
				La vacunas contra la fiebre de la tifus causaba una forma peor de 
			enfermedad que lo que ellos llamaban "para-tifoide"
 Más tarde intentaron mejorar los síntomas de aquellas enfermedades 
			con vacunas aun más fuertes que causaban una enfermedad aun más 
			seria que mató y dejó paralíticos a una proporción enorme de 
			hombres. La combinación de todas las vacunas venenosas, fermentando 
			juntas en el cuerpo, causaba reacciones tan violentas que los 
			cuerpos no podían soportarlas.
 
 En el campo de batalla se produjo el desastre. Algunos hospitales 
			militares se llenaron con nada más que hombres paralizados, y fueron 
			descritas esas bajas como "bajas de guerra", incluso después de que 
			se produjeran en suelo americano.
 
 Hablé con algunos de aquellos supervivientes de la barbarie de las 
			vacunas cuando volvieron a casa después de la Guerra y hablaron de 
			los horrores, no de las Guerra en sí misma, sino de la enfermedad en 
			el frente.
 
 Los doctores no quisieron que esta enfermedad masiva provocada por 
			las vacunas reflejara la realidad de su intervención, así que la 
			llamaron "Gripe Española". España era un lugar lejano y algunos de 
			los soldados habían estado allí, así que la idea de llamarlo "española" parecía una buena forma de cargar la culpa sobre otros.
   
				Los españoles no nos perdonaron que le diéramos a la enfermedad un 
			nombre que les señalaba a ellos, porque sabían muy bien que la gripe 
			no se había originado en su país. 
				(Nota Trinity: los cerdos y las 
			aves tampoco les perdonarán por llamar la gripe "aviar" y "porcina") 
			.
 20 millones de personas (Trinity: las estadísticas no se ponen de 
			acuerdo y parece que murieron muchos más) 
				murieron de esa epidemia 
			de una gripe en todo el mundo que parecía ser casi universal, o 
			llegaba a tantos sitios como las vacunas. Grecia y pocos otros 
			lugares que no aceptaron las vacunas, fue de los únicos países 
			adonde la Gripe española no llegó.
   
				¿No es eso la prueba de algo? 
				(Nota Trinity: He intentado encontrar datos sobre ello sin éxito, si 
			alguien puede aportarlos, serán muy bienvenidos).
 En casa (en los Estados Unidos), la situación era la misma. Los 
			únicos que escaparon a la gripe española fueron aquellos que se 
			negaron a vacunarse. Mi familia y yo estuvimos entre aquellos que 
			persistieron en negarse a pesar de la presión de la propaganda, y 
			ninguno de nosotros contrajo jamás la gripe española, ni siquiera 
			llegamos a tener ningún síntoma, a pesar de que todo el mundo 
			alrededor, estaba enfermo, y tuvimos un crudo invierno aquel año.
 
 Todo el mundo parecía estar enfermo. La ciudad entera estaba enferma 
			y muriéndose. Los hospitales estaban cerrados porque los doctores y 
			enfermeras estaban de baja por la gripe. Todo estaba cerrado, las 
			escuelas, los negocios, las oficinas de correos, todo.
 
				  
				No había 
			nadie en las calles, era una ciudad fantasma, no había doctores que 
			cuidaran de los enfermos, así que mis padres iban de casa en casa 
			haciendo lo que podían para ayudar a los enfermos de todas las 
			maneras que podían (Nota Trinity: ahora podemos comprender mejor lo 
			sucedido en Méjico como ensayo general, de ese modo, podrán decir 
			que lo que la alarma y enfermedad ya existía mucho antes que la 
			vacuna).
 Mis padres pasaban el día entero y parte de la noche, durante 
			semanas, en salas con enfermos y venían a casa sólo para comer y 
			dormir. Si los gérmenes o virus, bacterias o cualquier otro 
			organismo, hubieran sido la causa de la enfermedad, hubieran tenido 
			un montón de oportunidades de contagiar a mis padres y enfermarles 
			con la enfermedad que había postrado al mundo.
 
 Pero no eran los gérmenes la causa de aquello, ni ninguna otra 
			enfermedad, así que no la "cogieron".
   
				He conocido a poca gente que 
			escapara de la enfermedad, desde entonces, así que siempre les 
			pregunto si recibieron las vacunas y en todos los casos, me dicen 
			que nunca creyeron en las vacunas y que nunca se las administraron. 
				
				 
				  
				El sentido común nos dice que todas esas vacunas tóxicas mezcladas y 
			puestas juntas en la gente, no solo no podían ayudar, sino que 
			causaban un extremo envenenamiento del cuerpo, en una forma u otra., 
			lo que era la causa de la enfermedad.
 Cuando una persona tose o estornuda, mucha gente se vuelve, pensando 
			que los gérmenes se están extendiendo alrededor y atacarán a otras 
			personas. No hay necesidad de temer a esos gérmenes porque esa no es 
			la forma en que se desarrollan los catarros o enfermedades.
   
				Los 
			gérmenes no pueden vivir solos fuera de las células (residentes) y 
			no pueden hacer ningún daño incluso si quisieran. No tienen dientes 
			para morder a nadie, no tienen veneno como las serpientes, los 
			mosquitos o las abejas, no se multiplican, excepto en sustancias en 
			descomposición (Nota Trinity: 
				lo que da la razón a los "terrenistas"), de 
			manera que no están capacitados para hacer daño alguno. Como he 
			dicho antes, su propósito es útil, no destructivo.
 La gripe de 1918 fue la enfermedad más devastadora que nunca hemos 
			tenido y nos llegó por culpa de todos los inventos médicos, porque 
			todas las sustancias añadidas químicas, todas ellas venenosas, sólo 
			intensificaron la enfermedad de los que ya estaban muy envenenados 
			de manera que los tratamientos posteriores realmente mataron a más 
			gente que las propias vacunas.
 
			Fin del extracto del libro mencionado de Mc Bean
     
			Aquí puedes ver imágenes de aquella 
			"pandemia" de gripe "española" 
			en los años 1918 y 1919. 
			  
			  
			  
			
			
			
			The 1918 Flu Pandemic         
			El documental arriba, sigue la línea argumental 
			oficial de que "los soldados trajeron enfermedades muy contagiosas 
			del frente" pero las imágenes ilustran el horror de lo que se ha 
			venido en llamar "la pandemia desconocida", algo que ya de por sí, 
			resulta revelador.   
			Algunos hechos: 
				
				Según los datos actuales, la gripe 
				"española" enfermó al 20% – 40% 
			de la población mundial y entre 60 y 100 millones de personas 
			murieron en todo el mundo, principalmente adultos jóvenes.
 El 99% de las muertes se produjeron en personas de menos de 65 años, 
			entre 20 y 40 años.
   
				Esto ocurre ahora, con la llamada 
				"Gripe A" que 
			afecta a adultos jóvenes, especialmente, cuando la gripe normal 
			afecta sobretodo a aquellos con un sistema inmunitario más 
			debilitado.    
				Fijaos de qué forma más sencilla, se produce un efecto 
			multiplicador: si decimos que afecta sobretodo a adultos jóvenes y 
			animamos a éstos a vacunarse especialmente, estos serán los que, 
			efectivamente, más enfermen.    
				De la misma forma, si animamos a los 
			homosexuales a hacerse la prueba falsa de detención de SIDA, sin 
			saber qué estamos buscando y qué detecta, más probabilidades tenemos 
			de encontrarnos "algo" que "curar" con los asesinos fármacos 
			diseñados para eso llamado "SIDA". Y así funciona todo. 
			Si quieres detectar por 
			ti mismo las incoherencias de todo esta 
			locura entorno a la gripe porcina mira esta presentación abajo: 
			  
			  
			
			
			Influenza por Virus Porcino 
			  
			
			 
			  
			  
			La vacuna estará 
			preparada y lista para su 
			
			venta en octubre-noviembre del 2009, de 
			momento lo que están dando es anti-virales para los "enfermos" y 
			observamos que hay muy pocas muertes, si exceptuamos las de México 
			donde, según fuentes, se inocularon vacunas a personas poco antes de 
			que comenzaran a producirse las muertes.    
			Mucho me temo que cuándo 
			comiencen a producirse las muertes, dirán que la gripe porcina ha 
			"mutado" y se ha convertido en mortal. Es terrible que sean los 
			niños, de nuevo, los primeros en ser víctimas de este engendro.
 Japón fue una de las zonas menos afectadas por la gripe "española" 
			con una tasa de mortalidad del 0.425% Sería muy interesante conocer 
			cual fue la incidencia de la campaña de vacunación para la gripe "española" allí y cuántas dosis se aplicaron para poder comprobar 
			correlaciones.
 
 Existen testimonios que dicen haber visto, durante la 
			"epidemia" de 
			gripe "española", a siete jóvenes morir en la clínica al lado del 
			doctor justo después de ser vacunados en un centro militar. Quien lo 
			afirma pidió verificación sobre este dato.
   
			Le enviaron un informe 
			del Secretario de Guerra de USA, Henry L. Stimson que verificaba 
			esas informaciones de siente muertos por las vacunas, y aseguraba 
			que se habían producido 63 muertes y 28.585 casos de hepatitis como 
			resultado directo de la vacuna de la fiebre amarilla durante sólo 6 
			meses de guerra. Este fue uno de los 14 o 15 vacunas administradas 
			as los soldados.
 Es alucinante que esta así llamada "pandemia" sea tan desconocida y 
			existan tan pocos estudios científicos rigurosos sobre todo aquello 
			a disposición de la opinión pública.
   
			Parece obvio que un evento que 
			causó la muerte y enfermedad de tantos millones de personas hubiera 
			requerido algo más de interés por parte de los historiadores, los 
			doctores, y la comunidad científica en general; hubiera requerido 
			que se estudiaran e investigaran a fondo y durante años todas las 
			correlaciones posibles existentes, correlaciones como las que 
			planteo arriba y son fácilmente verificables con los datos en la 
			mano y otras mil más, y sin embargo es una de las etapas más oscuras 
			de la historia humana, apenas conocida, que no ocupó un lugar 
			destacado en nuestros libros de historia y de la que, probablemente, 
			no estaríamos hablando, si no fuera por las, así llamadas, gripe 
			"aviar" o la gripe "A".
 Como un gran amigo mío matemático solía decir 
			"si alguien no te 
			explica bien las cosas, es porque tiene MUCHO que ocultar".
   
			Lo decía 
			con ‘segundas’ y ‘terceras’, empezando porque las personas, que 
			explican mal las cosas, esconden a menudo su propia ignorancia sobre 
			la cuestión, pero además porque se ven obligados a ocultar algo más, 
			como en este caso.
 Efectivamente, como bien dice el autor del libro, 
			
			la gripe española 
			no tenía nada de "española" y 
			cesó abruptamente al final de 1918, 
			antes de comenzar una segunda oleada en 1919 (ver abajo). En 
			Filadelfia, por ejemplo, donde murieron casi 5000 personas en una 
			semana a finales de octubre, el 11 de noviembre había casi 
			desaparecido de la ciudad (¿tiene ese algo que ver con una dinámica 
			de contagio?).
   
			Una explicación oficial al rápido decrecimiento de la 
			mortalidad en la primera oleada fue que los doctores mejoraban el 
			tratamiento y prevención pero nadie ha encontrado una sola prueba 
			que soporte esa explicación. Otra teoría dice que el virus de 1918 
			mutó extremadamente rápido a un brote menos mortal.  
			  
			Esto parece 
			bastante manido ya y actualmente nos advierten de ello CON 
			ANTELACIÓN, lo cual es ALUCINANTE COMPLETAMENTE.    
			Estos genios saben por 
			anticipado si un virus va a mutar o no va a mutar. Impresionante. 
			  
			  
			 
			  
			  
			Todo esto no es nuevo, en cierto modo. 
			   
			En 1948, 
			
			Heinrich Mueller,  
			anterior jefe de las Gestapo le dijo a sus interrogadores de la CIA 
			que la plaga más devastadora de la historia humana, la epidemia de 
			gripe "española", había sido fabricada por el hombre. Por su culpa, 
			murieron y enfermaron tres veces más personas que en la Primera 
			Guerra Mundial, con cifras sólo comparables con la Segunda Guerra.
 Mueller dijo que la gripe comenzó como un 
			
			arma bacteriológica 
			militar de USA que, de algún modo, se extendió por el mundo, como 
			"por error" desde Camp Riley, Kansas en Marzo de1918. Con lo que ya 
			sabemos, parece claro que aquí Mueller o peca de "iluso" o miente 
			descaradamente en esto de que fue un "error".
 
 En una conferencia sobre la guerra bacteriológica en Berlín en 1944, 
			el General Walter Schreiber, Jefe del Cuerpo Médico Militar alemán, 
			le dijo a Mueller que había pasado dos meses en USA en 1927 con sus 
			colegas que le habían dicho que el virus de la gripe "española" 
			había ya sido desarrollado y empleado durante la guerra de 1914.
 
 Según Mueller, en 1918,
 
				
				"se les fue de las manos y, en lugar de matar 
			sólo a los alemanes, a quienes iba dirigida el arma, como tenían 
			previsto, se volvió contra ellos y contra todo el mundo". 
				 
			Incluso si 
			hubiera sido cierto que el objetivo era exclusivamente matar 
			alemanes, estaríamos hablando de graves crímenes de guerra porque en 
			la guerra no todo vale y un método de guerra, como las armas 
			bacteriológicas, que no distinguen entre militares y civiles no 
			puede ser empleado en ningún caso porque se trata de genocidio 
			voluntario y de crímenes contra la humanidad.    
			Observemos sin embargo 
			que Mueller, dice sólo "medias verdades" dejando de lado 
			completamente el asunto de las vacunas.
 Mueller se refería al virus de la gripe española como al virus del 
			"doble soplo", al parecer atacando el sistema inmunitario para hacer 
			a la victima susceptible primero, y después insuflando una forma de 
			neumonía en el cuerpo.
 
 Mueller dijo que los nazis introdujeron deliberadamente el tifus a 
			los campos de trabajo rusos, lo que junto al hambre, mató a 3 
			millones de personas más. El tifus se expandió a Auschwitz y a otros 
			campos de concentración en Rusia y Polonia. Recordemos que Mueller 
			habla de un arma bacteriológica fabricada por los americanos para 
			asesinar que ya se había desabollado en 1914.
 
 En el contexto de la Guerra Fría, Mueller dice,
 
				
				"Si Stalin invade 
			Europa, una pequeña enfermedad aquí y allá reducirá las hordas de 
			Stalin sin disparar un tiro. Una pequeña botella de gérmenes es más 
			barata que una bomba atómica.  
				  
				¿Para qué tener más soldados que Stalin pueda usar contra ti cuando además tienes que alimentarles y 
			abrigarles? Por otro lado, la amenaza de la guerra hace maravillas 
			para la economía".  
				(pag 108 del 
				mencionado libro) 
			Gregory Douglas aparentemente es un seudónimo y quien escribió este 
			libro con las declaraciones y memorias de Mueller fue su sobrino. 
			   
			A 
			mi me parece todo obra maestra de los desinformadores: te digo algo 
			que parece alto secreto y te oculto lo más importante. Así satisfago 
			a los teóricos de la "conspiración" y a los que "duermen tranquilos" 
			les reafirmo en su concepción de que "los nazis tienen la culpa de 
			todo lo malo ocurrido en el mundo y ahora, como ya no están, 
			seguimos durmiendo tranquilos".
 Porque, observad, lo curioso de este tema, y esto es importante, es 
			que tanto si me creo las declaraciones de Mueller, como si no, 
			ninguna de las dos versiones me obliga a descartar la teoría de los 
			gérmenes, según la cual , estos "bichitos" van por ahí matando a 
			todo el que se ponga por delante.
   
			Si uno no pone en tela de juicio, 
			como estamos obligados a hacer, la propia teoría de los gérmenes, 
			llega a la conclusión de que lo mejor que se puede hacer contra esos 
			invisibles y malintencionados "bichitos" es efectivamente, vacunarse, 
			incluso si las vacunas contienen veneno, como parece estar archi-demostrado, y no niegan ni las autoridades, ni las empresas 
			fabricantes que adjuntan una lista de los aditivos ingredientes de 
			sus vacunas (no comentan claro los ingredientes virales, bacterianos, 
			proteínicos, ADN y demás).
 De manera que el punto fundamental aquí, la clave de toda esta 
			historia, gira entorno a la propia teoría de los gérmenes, cuyos 
			promotores históricos fueron Jenner y Pasteur.
 
 La teoría de la vacunación está basada en la 
			"teoría de los gérmenes" 
			según la cual éstos tienen un poder intrínseco, independientemente 
			de cualquier otro elemento, de enfermar al organismo, e incluso un 
			poder mortífero, independiente de la célula.
   
			Si se demuestra, como 
			ya se hizo (ver post anterior) que esta teoría es falsa, la teoría 
			de la vacunación requiere una revisión inmediata y no puede ser 
			aceptada, en ningún caso, ni como mal menor, que es como nos las 
			venden. Pues bien, no es un mal menor sino el origen de millones de 
			enfermedades terribles, causa de muerte para muchos infantes, origen 
			de degeneración neuronal y una herramienta de expansión de pandemias, 
			en sí misma.
 Algo que la gente que habla de vacunas a menudo desconoce es el 
			hecho de que 
			 
			
			Edward Jenner, el primero en emplear las vacunas ya en 
			1749, mucho antes que Pasteur, inoculó a un niño de ochos años, 
			James Phipps, en 1796. El niño fue revacunado veinte veces y murió a 
			la edad de 20 años. Jenner, tan convencido estaba de su teoría, que 
			vacunó a su propio hijo y su hijo murió a la edad de veinte un años.
   
			Este dato no se menciona en la Wikipedia pero podéis comprobarlo en 
			una enciclopedia más o menos rigurosa.    
			A pesar de eso, 
			
			leemos que,
			 
				
				"gracias a sus 
				trabajos podemos disfrutar de sus beneficios" 
				(Que se 
			lo pregunten al pobre James Phipps). 
				  
			 
			  
			  
			Respecto a Pasteur, 
			como escribí anteriormente, él mismo 
			reconoció, tras un intenso debate durante gran parte de su vida, con 
			otras autoridades en química y medicina, con mayor prestigio 
			científico que el suyo en ese momento, que la clave no está en los 
			gérmenes, sino en el terreno biológico del individuo que es el que 
			favorece que esos organismos (que están en la Tierra desde que el 
			mundo es mundo, que están en nuestro organismo y en absolutamente 
			todo lo que nos rodea) tengan un comportamiento patológico y sean 
			causantes de la enfermedad.
 Como ejemplo, cuando Ud. consume esos yogures que según la 
			publicidad ayudan al tracto intestinal, está consumiendo bacterias 
			que, supuestamente, ayudan a su organismo (lactobaccillus, 
			comúnmente, aunque no las de los yogures).
   
			Si esas bacterias las 
			deposita Ud. sobre un pedazo de carne y las deja a la intemperie, 
			verá qué resultado producen.  
			  
			¿Por qué las mismas bacterias han 
			producido un efecto tan distinto en diferentes ocasiones?  
			  
			Porque el 
			terreno biológico es lo que varía. Si Ud. toma grandes dosis de 
			vitamina C este invierno, verá que no "coge" ninguna enfermedad 
			respiratoria, aunque bien sabemos que los organismos microbianos 
			siguen ahí, como siempre han estado y estarán.    
			Esto lo sabemos todos 
			¿Verdad?. Pues bien, parece que cuando se llega al capítulo de las 
			vacunas, todos nos olvidamos de ello y comenzamos a volvernos locos.
 Y resulta que es en ellas donde se encuentra el verdadero peligro, 
			como hemos tenido la oportunidad de ver y leer en todos los 
			documentos y libros que se enlazan en este y el anterior post donde 
			expongo 
			
			la opinión de la Doctora 
			Carley.
 
 La llamada gripe aviar ha matado, según las estadísticas, a menos de 
			200 personas en total desde 2003. El número de fallecidos por la 
			gripe A (antes porcina) hasta ahora ha sido de menos de 100 
			personas.
 
 También sabemos que el brote de la gripe porcina de 1976 afectó a 
			unos cien soldados y mató a una persona, generando una reacción 
			completamente exagerada (ver documental de la CBS sobre la Gripe 
			porcina en 1976) y una campaña de vacunación ordenada por el 
			gobierno del presidente Gerald Ford que 
			
			causó más daños que la 
			propia enfermedad, como ha sido
			
			aceptado y poco discutido.
 
 Es una pena que no sea más fácil consultar las estadísticas para 
			estudiar las correlaciones entre porcentajes de vacunación entre 
			1918 y 1919 y mortalidad.
 
			  
			Es realmente necesario poder tener esas 
			cifras y esos datos para mostrar la evidencia a todo el mundo (aunque 
			mucho me temo que ni eso sería una evidencia y una prueba para 
			muchos).
 Un dato interesante sobre la incidencia de la gripe 
			"española" en 
			España que me he encontrado en el camino de mi estudio es el de que 
			la incidencia fue mayor en ciudades como 
			
			Zamora y Burgos que en 
			otros lugares y que, además, esa mayor incidencia ha sido 
			relacionada con el culto religioso.
   
			Según dice el autor, 
				
				"en Zamora, 
			las autoridades de 
				la Iglesia Católica indicaron que el mal podría 
			ser una consecuencia de nuestros pecados, falta de gratitud y la 
				venganza de la eterna justicia y por este motivo, organizaron actos 
			religiosos masivos en la Catedral de Zamora, lo que contribuyó a la 
			expansión del virus".  
			¿Es eso cierto?  
			  
			¿O es por el contrario la 
			influencia de los padres de la Iglesia, sumado al de las autoridades, 
			llamando a la vacunación masiva lo que tuvo ese efecto multiplicador 
			y devastador?.
 Sé que no hace falta señalar esto a la mayor parte de mis lectores, 
			pero a otros les conviene recordar tal vez , que una estadística es 
			la cosa más manipulable del mundo y que la única forma de 
			interpretar los datos es estudiando y comparando multitud de 
			correlaciones y no ignorando las "excepciones".
   
			Si no hacemos esto, 
			corremos el riesgo de pensar que, por ejemplo, como el número de 
			elefantes en el contienen africano es el mayor del mundo y la tasa 
			de mortalidad infantil está entre las mayores de mundo, el número de 
			elefantes es un factor decisivo en la mortalidad infantil y, por lo 
			tanto, exterminamos a los elefantes y nos quedamos tan panchos y 
			anchos.    
			Esto es, a grandes rasgos, lo que ocurre a menudo con la 
			interpretación de estadísticas "científicas".
 La administración de vacunas específicas y en complejos 
			de vacunación 
			especiales, en un marco de histeria mediática y declaraciones de 
			autoridades sanitarias exagerando los efectos de la enfermedad, es 
			un cóctel explosivo que ya ha sido probado con efectos espantosos.
 
			  
			Es la mente, como de costumbre, la que debe, puede y está obligada a 
			resistir los ataques de quien quiere destruirnos a toda costa.
 Si no te convence nada de lo que has leído, no dejes de buscar y 
			preguntar hasta que realmente observes una correlación 100% sobre lo 
			que te explican.
 
 Ante la duda, ¿hacer o no hacer? ¿Vacunar o no vacunar?.
   
			Ante la 
			duda, en este, como en todos los casos, no actúes, es mejor siempre 
			dedicar toda tu energía a resolver tus dudas e ir adonde tengas que 
			ir para resolverlas, estar atento a lo que ocurre a tu alrededor, 
			observar tú mismo las correlaciones, no caer en estado de pánico que 
			es lo que quieren que sientas para perder el control de tu mente. 
			   
			Si 
			hay una excepción y mil excepciones, como en el caso de la 
			vacunación, enciende la luz de "alerta".    
			Y no sólo hay mil, sino 
			millones de excepciones:  
				
					
					
					enfermos que se vacunaron contra una 
			enfermedad que sufren después
					
					personas no vacunadas perfectamente 
			sanas
					
					personas que se enfermaron 
					"casualmente" después de vacunarse
					
					personal médico que te recomienda vacunas pero, cuando les preguntas 
			qué son y qué contienen, no saben contestarte o no lo hacen con 
			rigor
					
					campañas de vacunación en pediatría que te recomiendan hasta 
					"vacunas para la gastroenteritis" (esto está ocurriendo y es 
			escandaloso), 
			….todo eso debe poner en pie de guerra tu luz de 
			"alerta" y obligarte a seguir buscando hasta que te convenzas de lo 
			que yo ya estoy convencida: que las vacunas enferman y matan a la 
			gente.
 En España hay organizaciones y asociaciones de ciudadanos para 
			proteger sus derechos e informar a las personas que han tomado la 
			decisión (la mejor) de no vacunarse, ni vacunar a sus hijos.
   
			Puedes 
			contactar con ellos, puedes intentar ayudarles y, si tienes dudas, 
			comprobar tú mismo lo extraordinariamente sanas que están todas esas 
			personas y niños no vacunados.
 
			  
			Algunas referencias
 
				
				Libros editados en inglés que hablan del peligro de las vacunas, 
			entre los que se encuentran:     
			
			
			La vacuna de la gripe porcina es mortal       
			David Icke sobre la vacuna de la gripe 
			"porcina"
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