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Protegido hasta que el secretario de Defensa Chuck Hagel (en primer plano en la foto) presentó su propia dimisión, el general Martin Dempsey (en segundo plano) organizó la rebelión de los generales del Estado Mayor Conjunto ante las contradicciones de la Casa Blanca.
Las críticas de estos militares se concentraban en lo que consideran una obsesión de la administración sobre el principal aliado de Assad: Vladimir Putin.
Para estos militares, Obama está atrapado en una lógica de guerra fría en todo lo concierne a Rusia y China, y no ha adaptado su discurso sobre Siria al hecho que tanto Rusia como China comparten la angustia de Washington sobre la propagación del terrorismo dentro y fuera de Siria.
Al igual que Washington, estos dos
Estados estiman que hay que poner fin a las acciones del "Estado
Islámico". [1]
Un ex consejero del Estado Mayor Conjunto me dijo que aquel documento era una evaluación proveniente de fuentes múltiples, basado en informes sobre intercepciones, datos de inteligencia provenientes de fuentes humanas o satelitales, y que lanzaba una mirada sombría sobre la incoherencia de la administración Obama, que consistía en seguir financiando y entregando armamento a los grupos de supuestos rebeldes moderados.
Hasta aquel momento, la CIA había organizado - durante más de un año - con sus aliados del Reino Unido, Arabia Saudita y Qatar, un complot con el que enviaba a Siria armamento y otros medios - desde Libia y a través de Turquía - que debían ser utilizados para derrocar a Assad.
Los últimos datos de inteligencia identifican a Turquía como principal obstáculo ante la política siria de Obama.
El documento mostraba, según el consejero:
La conclusión era desastrosa:
El general Michael Flynn, director de la DIA entre 2012 y 2014, ha confirmado que esa agencia alimentó a la dirección política con un flujo regular de advertencias clasificadas [secretas] sobre las consecuencias nefastas que tendría un derrocamiento de Assad.
Los yihadistas, dijo el general Flynn, controlaban la oposición.
Turquía no hacía lo suficiente para poner fin al tráfico de combatientes extranjeros y de armas que transitaba por la frontera.
Los informes de la DIA, dijo el general Flynn,
Los jefes del Estado Mayor Conjunto opinaban que una oposición directa a la política de Obama,
Así que en el otoño de 2013 decidieron tomar medidas contra los extremistas sin pasar por los canales tradicionales de la política, proporcionando datos de inteligencia estadounidenses a los militares de otros países, calculando que dichos datos serían retransmitidos al ejército sirio y utilizados contra el enemigo común:
Alemania, Israel y Rusia estaban en contacto con el ejército sirio y podían influir en ciertas decisiones de Assad - a través de esos países serían compartidos algunos datos de inteligencia de Estados Unidos.
Cada uno de esos países tenía sus propias razones para cooperar con Assad:
Según el consejero:
Cuando comenzó el flujo de datos de inteligencia estadounidense, Alemania, Israel y Rusia comenzaron a transmitir al ejército sirio información sobre las localizaciones e intenciones de los grupos yihadistas radicales.
A cambio, Siria proporcionaba información sobre sus propias capacidades e intenciones. No había contacto directo entre Estados Unidos y los militares sirios.
En vez de ello, dijo el consejero,
La historia oficial de las relaciones entre Estados Unidos y Siria durante las últimas décadas está llena de gestos inamistosos.
Assad había condenado los atentados del 11 de septiembre, pero se opuso a la guerra contra Irak. Durante toda su presidencia, George W. Bush asoció repetidamente a Siria con los tres países miembros del "Eje del Mal" - Irak, Irán y Corea del Norte.
Cables del Departamento de Estado dados
a conocer por WikiLeaks prueban que la administración Bush trató de
desestabilizar Siria y que esos esfuerzos prosiguieron bajo la
administración Obama.
Otro cable de 2006 mostró que la embajada [de Estados Unidos en Damasco] había gastado 5 millones de dólares para financiar disidentes que se presentaban como candidatos independientes a la Cámara del Pueblo.
Los pagos prosiguieron incluso cuando los servicios de inteligencia sirios ya sabían lo que se tramaba.
Un cable de 2010 advertía que el financiamiento de un canal de televisión, con sede en Londres, dirigido por un grupo de oposición sirio sería considerado por el gobierno sirio,
Pero, durante el mismo periodo, existe también una historia paralela de cooperación secreta entre Siria y Estados Unidos. Los dos países colaboraron contra al-Qaeda, su enemigo común.
Un consejero de mucho tiempo del Mando Conjunto de Operaciones Especiales afirmó que después del 11 de septiembre,
En 2002, Assad autorizó a los servicios de inteligencia sirios a entregarnos cientos de documentos internos sobre las actividades de la Hermandad Musulmana en Siria y en Alemania.
Durante aquel mismo año, la inteligencia siria impidió un atentado de al-Qaeda contra el cuartel general de la Quinta Flota estadounidense en Bahréin y Assad aceptó entregar a la CIA el nombre de un informante vital de al-Qaeda.
Violando el acuerdo entre las partes, la CIA contactó directamente al informante. Este último rechazó el intento de acercamiento y rompió relaciones con los sirios que se ocupaban de él.
Assad también entregó secretamente a
Estados Unidos varios parientes cercanos de Sadam Husein que habían
buscado refugio en Siria y - al igual que otros aliados de Estados
Unidos en Jordania, Egipto, Tailandia y otros países - hizo
torturar, por cuenta de la CIA, a varios sospechosos de terrorismo
en una prisión de Damasco.
Los jefes de estado mayor hicieron saber que, en pago, Estados Unidos solicitaría 4 cosas:
Un consejero de mucho tiempo en el Kremlin, a cargo de los asuntos del Medio Oriente, me contó que a finales de 2012, después de haber sufrido toda una serie de reveses y deserciones en su ejército, Assad se había acercado a Israel, a través de un contacto en Moscú, proponiendo reabrir las negociaciones sobre las Alturas del Golán.
Los israelíes rechazaron la proposición.
Me dijo que los turcos habían dicho lo mismo a los rusos.
Sin embargo, hacia mediados de 2013, los
sirios pensaban que lo peor ya había pasado y querían garantías de
que los estadounidenses y otros países eran serios en sus
proposiciones de asistencia.
La respuesta les llegó a través de uno de los amigos de Assad:
Los jefes de estado mayor no respondieron a aquel pedido.
Bandar ben Sultan había sido durante décadas jefe de la inteligencia y de la Seguridad Nacional de Arabia Saudita y había sido embajador en Washington D.C. durante 20 años. [2]
Durante los últimos años, era conocido
como partidario de eliminar a Assad a cualquier precio.
Aparentemente en mal estado de salud, Bandar ben Sultan renunció el
año pasado a su cargo de director del Consejo de Seguridad Nacional
de Arabia Saudita. Pero ese país sigue siendo la principal fuente de
financiamiento de la oposición siria, financiamiento estimado por la
inteligencia estadounidense en 700 millones de dólares el año pasado
[2015].
En aquella época, un tráfico de armas organizado en secreto por la CIA, desde Libia hacia la oposición siria y a través de Turquía, venía desarrollándose desde hacía más de un año (desde la muerte de Gaddafi, el 20 de octubre de 2011).
La operación se dirigía en gran parte desde un anexo de la CIA en Bengazi, con el consentimiento del Departamento de Estado.
El 11 de septiembre de 2012, el embajador de Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens, resultaba muerto durante una manifestación anti-estadounidense que terminó con el incendio del consulado de Estados Unidos en Bengazi.
Periodistas del Washington Post descubrieron copias de la agenda del embajador entre los escombros del edificio.
Aquellos documentos demostraban que el día anterior [10 de septiembre de 2011], el embajador Stevens había tenido una reunión con el jefe de la estación local de la CIA.
Al día siguiente, poco antes de su
muerte, el embajador se había reunido también con un representante
de Al-Marfa Shipping and Maritime Services, una firma de frete
marítimo con base en Trípoli, que - según el consejero de los jefes
de estado mayor - era conocida por encargarse del envío de
armamento.
Pero, aunque muchos miembros de la comunidad estadounidense de inteligencia estaban al tanto de que los extremistas dominaban la oposición siria, el tráfico de armas organizado por la CIA seguía teniendo lugar, planteando un problema constante al ejército de Assad.
Los alijos de armas que Gaddafi había acumulado se habían convertido en una verdadera caverna de Alí Babá del armamento internacional, a pesar de que se vendían a precios elevados.
Pero no sería la CIA la única en utilizarlas.
El flujo de inteligencia estadounidense que se transmitía al ejército sirio y la degradación de la calidad del armamento entregado a los rebeldes llegaron en un momento crítico.
El ejército sirio había sufrido grandes pérdidas en la primavera de 2013, luchando contra el Frente al-Nusra y otros grupos extremistas, y había perdido el control de la capital de la provincia de Raqqa.
Ataques esporádicos de las fuerzas aéreas y terrestres sirias se sucedieron durante meses, sin éxitos notables, hasta que se tomó la decisión de abandonar Raqqa y otras zonas poco pobladas y difíciles de defender en el norte y el oeste para concentrar el fortalecimiento del control gubernamental en Damasco y en las zonas densamente pobladas que vinculan la capital con Latakia, en el noreste.
Pero, mientras el ejército [sirio] se fortalecía gracias a la ayuda de los jefes de estado mayor, Arabia Saudita, Qatar y Turquía elevaron su financiamiento y sus entregas de armas al Frente al-Nusra y el Estado Islámico, que a finales de 2013 había avanzado enormemente en territorios situados a ambos lados de la frontera entre Siria e Irak.
Los rebeldes no fundamentalistas que quedaban se vieron bruscamente luchando y perdiendo en verdaderas batallas contra los extremistas. En enero de 2014, el Estado Islámico había tomado control total de Raqqa y de las zonas tribales de al-Nusra y había convertido esa ciudad [siria] en su capital.
Assad seguía controlando el 80% de la
población siria, pero había perdido gran parte de su territorio.
Se sospechaba que algunos de los voluntarios para el entrenamiento en realidad eran soldados regulares del ejército sirio sin uniforme.
Era algo que ya había sucedido en el momento más fuerte de la guerra de Irak, cuando miles de miembros de milicias chiitas se presentaron en campos de entrenamiento estadounidenses para recibir uniformes nuevos, armas y algunos días de entrenamiento y desaparecer después en el desierto.
Un programa de entrenamiento diferente, organizado por el Pentágono en Turquía, no tuvo mejor resultado.
El Pentágono había reconocido en
septiembre que sólo "4 o 5" de sus reclutas seguían luchando contra
el Estado Islámico; días después 70 de ellos se pasaron al Frente
al-Nusra inmediatamente después de haber cruzado la frontera siria.
Los sauditas ignoraron el mensaje de Brennan, según el consejero,
Pero los sauditas estaban muy lejos de ser el único problema: la inteligencia estadounidense había coleccionado los mensajes interceptados e informaciones de origen humano que mostraban que el gobierno [turco] de Erdogan había respaldado al Frente al-Nusra durante años y que ahora estaba haciendo lo mismo con el Estado Islámico.
Una de las constantes en la política de Estados Unidos desde el derrumbe de la Unión Soviética ha sido la relación entre sus militares y Rusia.
Después de 1991, Estados Unidos gastó miles de millones de dólares para ayudar Rusia a garantizar la seguridad de su armamento nuclear, incluyendo una operación conjunta ultrasecreta para evacuar el uranio de uso militar de los depósitos de Kazajstán, cuya seguridad no estaba garantizada.
Los programas conjuntos para garantizar la seguridad de las materias fisibles prosiguieron durante las dos décadas siguientes.
Durante la guerra en Afganistán, Rusia concedió diariamente autorizaciones de sobrevuelo a los aviones estadounidenses de carga y de reabastecimiento en vuelo y permitió el flujo de los enormes volúmenes de armas, municiones, alimentos y agua que necesita la máquina de guerra de Estados Unidos.
El ejército ruso proporcionó datos de inteligencia sobre los escondites de Osama ben Laden y ayudó a Estados Unidos a negociar los derechos de uso de una base aérea en Kirguistán.
Los jefes de estado mayor [estadounidenses] han estado en contacto con sus homólogos rusos durante todo el conflicto sirio, y esos vínculos entre las fuerzas armadas [de Estados Unidos y Rusia] comienzan en lo más alto de la jerarquía.
En agosto, semanas antes de su retiro como jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Dempsey hizo una visita de adiós al cuartel general de las Fuerzas de Defensa Irlandesas, en Dublín, y anunció a su auditorio que durante el cumplimiento de sus funciones había considerado como una cuestión de honor el mantenerse en contacto con el jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas de Rusia, el general Valeri Guerasimov.
Tratándose de arremeter contra el Estado Islámico, Rusia y Estados Unidos tienen muchas cosas que compartir.
En la dirección y la jerarquía del Estado Islámico son numerosos los que han luchado durante más de una década contra Rusia en las dos guerras de Chechenia, que comenzaron en 1994, y el gobierno de Putin está profundamente implicado en la lucha contra el terrorismo islámico.
En cambio, agregó,
El consejero no mencionará lo que la
inteligencia estadounidense también puede proponer: una capacidad
para obtener datos sobre objetivos, a menudo pagando enormes sumas
de dinero, datos provenientes de fuentes en el seno de las milicias
rebeldes.
Sin embargo, la administración Obama sigue condenando a Rusia por su respaldo a Assad.
Un diplomático retirado que trabajó en la embajada estadounidense en Moscú expresó compasión ante el dilema de Obama como dirigente de la coalición occidental que se opone a la agresión rusa contra Ucrania:
El diplomático también se hizo eco de un punto de vista que algunos defienden en el Pentágono, al mencionar un factor de daños colaterales dando a entender la decisión de Rusia de realizar incursiones aéreas en respaldo al ejército sirio el 30 de septiembre:
A este ex diplomático le dijeron que Putin miró 3 veces el video de la muerte atroz de Gaddafi, donde se muestra cómo el líder libio fue sodomizado con una bayoneta.
El consejero de los jefes de estado mayor también me habló de un informe de la inteligencia estadounidense que concluía que Putin se había quedado consternado con el fin de Gaddafi:
En un discurso pronunciado el 22 de noviembre, Obama declaró que los "principales blancos" de los ataques aéreos [rusos],
Es una versión de la que la administración [Obama] - al igual que los principales medios de prensa estadounidenses - se han separado muy raramente.
Los rusos insisten en el hecho que ellos apuntan contra todos los grupos rebeldes que amenazan la estabilidad de Siria - incluyendo el Estado Islámico.
El consejero ruso del Kremlin sobre el Medio Oriente explicó en una entrevista que la primera serie de golpes aéreos rusos estaba destinada a reforzar la seguridad alrededor de la base aérea rusa de Latakia, un bastión alauita.
El objetivo estratégico, declaró, era establecer un corredor libre de yihadistas desde Damasco hasta Latakia y la base naval rusa de Tartús, e ir moviendo progresivamente los blancos hacia el sur y el este, con una concentración más importante de las misiones de bombardeo sobre el territorio ocupado por el Estado Islámico.
Desde inicios de octubre se reportaron golpes aéreos rusos sobre blancos del Estado Islámico en Raqqa y sus alrededores.
En noviembre hubo otros golpes aéreos
contra las posiciones del Estado Islámico cerca de la ciudad de
Palmira y en la provincia de Idlib, bastión encarnizadamente
disputado cerca de la frontera turca.
El mensaje enviado a la aviación turca, nos dijo el consejero de los jefes de estado mayor, era el siguiente:
La agresión de Rusia trajo nuevas protestas turcas y denegaciones rusas así como patrullajes fronterizos más agresivos por parte de la aviación turca.
No hubo incidentes significativos hasta el 24 de noviembre, cuando 2 cazas F-16 turcos, actuando aparentemente según reglas de enfrentamiento más agresivas, derribaron un cazabombardero ruso Su-24M que había penetrado en el espacio aéreo turco por más de 17 segundos. [3]
Durante los siguientes días, Obama expresó su respaldo a Erdogan y, después de su encuentro privado del 1º de diciembre, declaró en una conferencia de prensa que su administración se mantenía,
Obama declaró que mientras Rusia siguiera siendo aliada de Assad,
El consejero del Kremlin para el Medio Oriente, al igual que los jefes de estado mayor y la DIA, rechazan a los "moderados" que gozan del respaldo de Obama, considerándolos como grupos islámicos extremistas que luchan junto al Frente al-Nusra y el Estado Islámico.
Los generales estadounidenses los consideran milicias agonizantes que se han visto obligadas a concluir acuerdos con el Frente al-Nusra y con el Estado Islámico para poder sobrevivir.
A finales de 2014, el periodista alemán Jurgen Todenhofer, quien fue autorizado a pasar 10 días en Irak y en Siria, en territorios bajo control del Estado Islámico, declaró a CNN que los dirigentes del Estado Islámico,
La campaña de bombardeos de Putin provocó una serie de artículos anti-rusos en la prensa estadounidense.
El 25 de octubre, el New York Times publicó un artículo, que citaba fuentes oficiales de la administración Obama, según el cual los submarinos y barcos-espías rusos operaban "agresivamente" cerca de los cables submarinos por donde transita la parte esencial del tráfico mundial de Internet - aunque, como reconocía el artículo, no había "ninguna prueba hasta ahora" de un intento ruso de interrumpir ese tráfico.
Diez días antes, el Times había publicado un resumen de las intrusiones rusas en las antiguas repúblicas satélites y describía los bombardeos rusos en Siria como,
Aquel artículo mantenía en silencio el hecho que el gobierno de Assad había invitado a los rusos a intervenir en su país y omitía indicar que los ataques aéreos estadounidenses en Siria se desarrollaban desde septiembre [de 2014] sin ninguna autorización de Siria.
En octubre, un editorial publicado en el mismo diario y escrito por Michael McFaul, el embajador de Obama en Rusia entre 2012 y 2014, decía que la campaña rusa de golpes aéreos apuntaba contra,
Los artículos anti-rusos no cesaron después de la catástrofe del avión de Metrojet, cuya responsabilidad reclamó el Estado Islámico.
En el gobierno y los medios de prensa
estadounidenses fueron pocos los que se plantearon la cuestión de
saber por qué el Estado Islámico atacaría un avión civil ruso y sus
224 pasajeros si la aviación rusa estaba atacando solamente a los
sirios "moderados".
En un artículo sobre las sanciones publicado a finales de noviembre, el New York Times volvió a agitar una afirmación vieja y sin fundamento, según la cual las medidas del Tesoro estadounidense,
Los 4 elementos fundamentales de la política siria de Obama siguen siendo los mismos hoy en día:
Los atentados perpetrados en París el 13 de noviembre de 2015, con saldo de 130 víctimas, no han modificado el discurso oficial de la Casa Blanca, aunque varios dirigentes europeos, incluyendo a Francois Hollande, han reclamado una mayor cooperación con Rusia y han estado de acuerdo en coordinar más estrechamente sus acciones con la aviación rusa.
También hay discusiones sobre la
necesidad de mostrar mayor flexibilidad en cuanto al calendario de
salida de Assad del poder.
Durante una conferencia de prensa conjunta en la Casa Blanca, Obama dijo que él y Hollande habían estado de acuerdo en que,
Hollande no llegó tan lejos, pero dijo que un proceso diplomático en Viena,
La conferencia de prensa no logró resolver el principal obstáculo existente entre ellos [Obama y Hollande] en lo tocante a Erdogan.
Obama apoyó el derecho de Turquía a
defender sus fronteras. Hollande dijo que es urgente que Turquía
tome las medidas necesarias contra los terroristas.
Los europeos no se unieron para hacer una declaración de ese tipo en el seno de la OTAN, siendo Turquía miembro de esa alianza militar.
Naturalmente, Assad no acepta que un grupo de dirigentes extranjeros pueda decidir su futuro.
Imad Mustafa, actualmente embajador de Siria en China, era rector de la facultad de la Universidad de Damasco en materia de tecnologías de la información y consejero cercano de Assad cuando fue nombrado embajador de Siria en Estados Unidos, cargo que ocupó durante 7 años.
Mustafa es conocido como una personalidad que sigue siendo cercana a Assad y se puede confiar en él para interpretar su pensamiento [de Assad].
Me dijo que, para Assad, abandonar el poder equivalía a capitular ante "grupos terroristas armados" y que los ministros de un gobierno de unión nacional - tal y como lo proponen los europeos - serían considerados como deudores de las potencias extranjeras que los nombrasen.
Esas potencias podrían recordar entonces al nuevo presidente,
Mustafa también abordó el caso de China, un aliado de Assad que aparentemente ha previsto asignar 30 000 millones de dólares a la reconstrucción de Siria cuando termine la guerra.
China también está preocupada por el Estado Islámico.
Esta [provincia china] tiene fronteras con 8 países,
...y, desde el punto de vista de China, sirve de pasarela al terrorismo mundial y dentro de China.
Muchos combatientes uigures en Siria son conocidos como miembros del Movimiento Islámico del Turquestán oriental - una organización separatista, a menudo violenta, que pretende instalar un Estado islamista uigur en la provincia de Xinjiang.
Las preocupaciones de Mustafa han hallado eco en un analista de relaciones exteriores de Washington que ha seguido de cerca el tránsito de los yihadistas hasta Siria a través de Turquía.
Este analista, a cuyas opiniones recurren regularmente personalidades de la cúpula del gobierno [estadounidense], me dijo que,
Agregó que desde China hacia Kazajstán también existía una verdadera red que organizaba el paso de los uigures, con un posible tránsito a través de Turquía - los estimados van desde varios cientos a varios miles al año - y de allí pasan al territorio bajo control del Estado Islámico en Siria.
También dijo que no estaba claro si los responsables oficiales de la política hacia Siria en el Departamento de Estado y la Casa Blanca "estaban muy al corriente".
La publicación especializada estadounidense IHS-Jane's Defense Weekly estimó en octubre que cerca de 5 000 voluntarios uigures decididos a luchar habían llegado a Turquía desde 2013, y que 2 000 de ellos habían entrado en Siria.
Mustafa afirmó que él mismo tenía
informes según los cuales cerca de 860 combatientes uigures están
actualmente en Siria.
Chistina Lin me dijo que, varias semanas después, China y la India, ex enemigos de la guerra fría, que,
Desde el punto de vista chino, sugiere Lin, los militantes uigures que han llegado a Siria son entrenados por el Estado Islámico con técnicas de supervivencia destinadas a servirles de ayuda cuando regresen para realizar ataques terroristas en territorio chino.
El general Dempsey y sus colegas del Estado Mayor Conjunto mantuvieron sus disensiones fuera de los canales burocráticos y así conservaron sus cargos.
El general Michael Flynn no lo hizo.
El propio Flynn me dijo que su problema iba más allá de Siria.
En entrevista concedida recientemente a Der Spiegel, Flynn era categórico en cuanto a la entrada de Rusia en la guerra de Siria:
En el Congreso de Estados Unidos son pocos los que comparten ese punto de vista.
Una de las excepciones es Tulsi Gabbard, una representante demócrata de Hawai, miembro de la Comisión de la Cámara de Representantes sobre las fuerzas armadas.
Como mayor de la Guardia Nacional, Tulsi Gabbard ha servido 2 veces en el Medio Oriente. En entrevista concedida a CNN en octubre declaró:
El periodista le preguntó:
La propia Gabbard me dijo posteriormente que muchos de sus colegas en el Congreso, tanto demócratas como republicanos, le agradecieron en privado por haberse expresado de esa manera.
No es usual ver a un político desafiar la política exterior de su propio partido dirigiéndose directamente a la prensa.
Para alguien que está realmente al tanto
de lo que pasa, que dispone de acceso a la información más
confidencial, hablar tan abiertamente y de manera crítica puede
significar el fin de su carrera. Una disensión bien informada puede
transmitirse a través de una relación de confianza entre un
periodista y personas bien informadas, pero eso implica
invariablemente que no haya mención de nombres.
El consejero que trabajó durante mucho tiempo con el Mando Conjunto de Operaciones Especiales no pudo ocultar su desprecio cuando le pregunté su punto de vista sobre la política de Estados Unidos en Siria.
El canal militar indirecto hacia Assad desapareció cuando Dempsey pasó a retiro, en septiembre [de 2015].
Su sucesor a la cabeza de los jefes de estado mayo, el general Joseph Dunford, compareció ante la Comisión del Senado para las Fuerzas Armadas en julio, 2 meses antes de asumir sus funciones.
En octubre, como presidente de los jefes de estado mayor, Dunford negó los resultados de los bombardeos rusos en Siria, declarando ante la misma comisión que Rusia,
Agregó que Estados Unidos debería,
Obama dispone ahora de un Pentágono más complaciente.
Ya no habrá desafío indirecto de los dirigentes militares ante su política de desprecio hacia Assad o su respaldo a Erdogan.
Dempsey y sus compañeros siguen asombrados ante el hecho que Obama continúa defendiendo a Erdogan, a pesar de las numerosas pruebas que la inteligencia estadounidense ha logrado acumular en contra del presidente turco.
Los jefes del Estado Mayor Conjunto y la DIA han seguido informando a los dirigentes de Washington sobre la amenaza que representan los yihadistas en Siria y el respaldo que Turquía les aporta, mensaje que nunca ha sido escuchado.
¿Porqué...?
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