del Sitio Web RedVoltaire Fuente Komsomolskaïa Pravda
Estupefactos, los franceses han sido testigos del arresto en Estados Unidos
del más popular de los líderes políticos de su país: Domique Strauss-Kahn. Ex ministro de Economía, Strauss-Kahn se había convertido en el alto funcionario mejor pagado del mundo - con un salario básico anual de 461,510 dólares, sin contar primas y gastos de representación - y se disponía, según se dice, a presentarse como candidato a la presidencia de Francia.
Este
cálido personaje, de notorio apetito a la mesa y en la cama, acusado a veces
de diletantismo en materia de política debido a su gusto por los placeres de
la vida, ha sido acusado de haber violado a una mucama en un hotel de
Manhattan.
La caída de Dominique Strauss-Kahn
representaba también el fin de las ilusiones de muchos franceses.
Ascenso y caída
Según los sondeos de opinión, el 57% de los franceses no cree en la historia de bestia en celo que la prensa estadounidense se complace en divulgar.
Algunos empezaron a imaginarse diversos escenarios de manipulación mientras que otros se preguntaban,
El primer nombre que viene a la mente es el de Nicolas Sarkozy.
¿Cómo es posible no pensar en él cuando recordamos que logró convertirse en presidente de Francia acusando ante los tribunales a su principal rival, Dominique de Villepin, y ahogándolo en un escándalo de documentos falsos tan grotesco como este?
¿No sería entonces el caso DSK un nuevo complot
destinado a eliminar a su nuevo adversario? Poco importa entonces que Sarkozy y DSK se necesiten uno al otro para la preparación de los próximos encuentros cumbres internacionales, ni que los dos se hayan puesto al servicio del mismo amo estadounidense.
Ya se sabe que los peores crímenes exigen precisamente la sangre de los amigos e incluso la de los propios parientes. Los franceses ignoran en todo caso los vínculos de DSK [1], al igual que ignoraban los de Nicolas Sarkozy cuando lo eligieron presidente de la República [2].
La prensa nunca dijo a los franceses que en los años 1990, cuando atravesaba su mala racha como político, DSK fue contratado como profesor en la universidad de Stanford por una tal… Condoleezza Rice.
Tampoco saben que DSK y sus lugartenientes Pierre Moscovici y Jean-Christophe Cambadelis asumieron el financiamiento del Partido Socialista francés y de la Fundación Jean-Jaures por encargo de la National Endowment for Democracy - fachada legal de la CIA [3].
Tampoco han seguido sus numerosos trabajos y contratos con los thinks tanks (centros o institutos de propaganda ideológica) atlantistas, como el German Marshall Fund of the United States [4] o el Grupo de Bilderberg [5].
Nada saben, en definitiva, de su compromiso a favor de la integración de Francia y de Europa en el seno de un gran mercado transatlántico bajo el dominio de Estados Unidos. Los franceses no conocen tampoco los estrechos vínculos de DSK con Israel.
Dentro del Partido Socialista francés, Dominique Strauss-Kahn dirige el Círculo Leon Blum, que lleva el nombre de un ex primer ministro francés judío.
Este discreto y poderoso grupo de influencia se encarga de apartar de la escena política a todo el que cuestione el proyecto sionista. Y ha hecho caer unas cuantas cabezas, como la del politólogo Pascal Boniface que subrayaba el carácter electoralmente contraproducente del respaldo a Tel Aviv en un país donde el 10% de la población es de cultura árabe.
Pero DSK no ocultaba su juego e incluso llegó a declarar abiertamente:
Extraña declaración en boca de alguien que aspira a ser presidente de Francia.
Pero no importa. ¡Es tan simpático!
Todo eso se expuso durante días en el noticiero de las 20 horas, con lujo de detalles, bajo los ojos suspicaces de padres que regresaban del trabajo y ante niños atónitos que hundían la mirada en sus platos de sopa.
Algunos comentaristas [franceses] han tratado de explicar la rudeza de la policía estadounidense y del primer juez como un deseo de dar el mismo tratamiento a débiles y poderosos.
Todos han tenido
sin embargo la ocasión de leer los trabajos de ilustres sociólogos que
demuestran que en ese inicuo sistema el dinero es dueño y señor y que la
justicia tiene un carácter clasista. Los franceses han aceptado también sin protestar los reproches de la prensa anglosajona.
Se ha publicado que todo es culpa de la prensa francesa que, en nombre del respeto de la vida privada, no investigó la vida sexual desenfrenada del señor Strauss-Kahn. Los puritanos argumentan seguidamente que todo aquel que seduce a las mujeres de forma ostensible, llegando a hostigarlas y a veces a presionarlas, es un violador potencial.
O sea, «¡Quien roba uno roba un ciento!»
La portada de la revista estadounidense Time
representa a DSK y a los que son como él con la imagen de puerco. Nadie ha
señalado que el acusado dirigía el FMI y vivía en Washington desde hace 3
años sin que la prensa anglosajona, que tanto se preocupa ahora por dar
lecciones de periodismo, se ocupara anteriormente de investigar sus
supuestos vicios.
¿Será que en
Nueva York la violencia invadió al hombre galante transformándolo en
criminal?
Los franceses volvieron a verla en el tribunal, durante la presentación de Dominique Strauss-Kahn ante el juez, con unos años más pero tan bella y voluntariosa como siempre. Nieta de un gran comerciante de obras de arte, Anne Sinclair dispone de una confortable fortuna familiar. Llegó de París y pagó sin vacilación un millón de dólares de fianza, además de ofrecer una garantía bancaria suplementaria de 5 millones de dólares.
O sea, esta mujer más que adinerada estaba dispuesta a todo por sacar a su esposo de las fauces de la justicia estadounidense, actitud que la hacía más admirable aún.
La esposa que solía acompañarlo a La Chandelle, un club parisino de
intercambio de parejas, no le hacía pagar sus infidelidades.
DSK, blanco del complot. Ninguna nación digna de ese nombre hubiese tolerado que una personalidad considerada aspirante a la presidencia de la República y a ser el máximo representante del país apareciera esposada entre los esbirros del FBI, que lo metieran en un vehículo policial como un vulgar delincuente y que lo exhibieran ante un tribunal sin haber ni siquiera la posibilidad de afeitarse.
Lo más probable es que la gente asediara la embajada estadounidense cantando himnos patrióticos. Nada de eso ha sucedido en Francia. Los franceses sienten demasiada admiración por los «americanos». Los miran como el conejo hipnotizado por la cobra.
Y les cuesta trabajo admitir que Francia no es el ombligo del mundo, que si hay un complot no tiene que ser obligatoriamente un complot tramado a orillas del Sena, sino en las riberas del Potomac.
Se hallaba confortablemente instalado en su asiento del vuelo de Air France
cuando fue arrestado, 10 minutos antes del despegue.
Para evitar que alguien pudiera prevenir a DSK, solicitaron - eso sí - que se interfiera la señal de la telefonía móvil en esa zona del aeropuerto durante el tiempo necesario hasta que ellos llegaran al lugar [6]. Pero la posibilidad de interferir la señal de la telefonía móvil no entra en de las prerrogativas de una brigada de lucha contra el vicio.
Así que en realidad se trata de un caso de seguridad nacional.
Se explicó que la prisión preventiva era necesaria porque el acusado podía tratar de escapar hacia Francia, Estado con el que Washington no ha concluido ningún acuerdo de extradición y que protegió al cineasta Roman Polanski, acusado también de violación. La decisión no había sido tomada para aislar al acusado e impedirle influenciar a los testigos, pero la jueza decidió encerrarlo en Rikers Island, una de las mayores cárceles del mundo - con 14 000 detenidos - y también una de las más tenebrosas, un verdadero infierno terrestre.
«Para su protección», lo
metieron en una celda individual y lo mantuvieron incomunicado.
Durante 10 días, los
problemas del euro y del dólar, la quiebra de Grecia y muchas otras
cuestiones quedaron en suspenso, esperando por la buena voluntad de policías,
jueces y carceleros.
Al
día siguiente, inesperadamente, un nuevo juez aceptó su solicitud de
libertad bajo vigilancia. Ya era inútil mantenerlo entre rejos, porque el
FMI había recuperado su capacidad de acción.
a todos los que creyeron en las promesas de
Washington al señor Zhu.
Se habla de Christine Lagarde, la ministra de Economía de Francia, quien
hizo carrera en Estados Unidos defendiendo los intereses del complejo
militaro-industrial [7], como presunta sucesora del acusado a la cabeza del
FMI, a pesar de las vehementes protestas de Rusia y China.
La estrella del colegio de abogados de Nueva York había salido precipitadamente para Israel. Oficialmente, para celebrar en familia una fiesta religiosa en ese país [8].
Para ganarse sus honorarios, sin embargo, el abogado Brafman no se limitó seguramente a encender las velas del Lag Ba’homer sino que tuvo probablemente que negociar ayuda para su cliente.
Después de deplorar que el proyecto
del economista John Maynard Keynes de creación de una moneda internacional
(el
Bancor) no hubiese llegado a concretarse al término de la Segunda Guerra
Mundial, el señor Zhu propuso la utilización de los Derechos Especiales de
Giro (En inglés Special Drawing Rights o
SDR. Ndt.) del FMI para asumir ese
papel [9].
no ha dicho aún su última palabra. El 2 de abril de 2009, en la Cumbre del G20 celebrada en Londres, Estados Unidos acepta que se tripliquen los recursos del FMI así como la emisión, por parte del propio FMI, de Derechos Especiales de Giro (DEG, siglas en español.) por valor de 250 000 millones de dólares.
También aceptó, en
principio, la creación de un Consejo de Estabilidad Financiera al que
estarían asociados los grandes países emergentes.
Dimitri Medvedev, que había dado orden de
imprimir simbólicamente varios prototipos
de dicha moneda, puso incluso varios de ellos sobre la mesa. Estos mostraban,
por una cara, las efigies de los 8 jefes de Estado y, por la otra, la divisa
en inglés «Unity in Diversity» [10].
Washington habría renunciado así al financiamiento de su superpoderío
militar a través de la deuda para consagrarse a su reestructuración interna.
con su valor garantizado en oro y en Derechos Especiales de Giro del FMI. En 2000, el coronel Kadhafi había concebido la creación de una moneda panafricana garantizada por el oro. Pero no logró concretar esa idea.
Así que, en 2009,
se unió espontáneamente al proyecto de Zhu y lo adoptó unilateralmente para
su país.
Ciertos Estados - como Rusia y
China - han sido engañados. El arresto de Dominique Strauss-Kahn demuestra
que Washington venía actuando de mala fe y que sus concesiones no eran otra
cosa que una forma de ganar tiempo.
El asunto era particularmente
importante ya que el fondo soberano de Libia es uno de los más ricos del
mundo - incluso más que el de Rusia.
No se sabe si Nicolas Sarkozy y David Cameron se dejaron
arrastrar por su propio despliegue de fuerza o si actuaron por orden de sus
amos de Washington, pero lo cierto es que la frágil estructura que Dominique
Strauss-Kahn se ha venido abajo.
Posteriormente tenía que partir, en compañía de un emisario de la
señora Merkel, a negociar con representantes del coronel Gaddafi - quizás
directamente con este último - cuya firma era indispensable para desbloquear
la situación.
En momentos en que la situación económica de Estados Unidos se tambalea más que nunca y el dólar puede convertirse en cualquier momento en simple papel mojado, el acuerdo concluido con el G8 y avalado por en el G20, elaborado por el FMI en coordinación con el Banco Mundial y con los medios bancarios internacionales, cuyo campeón era DSK, está ahora en suspenso.
El
predominio del dólar sigue intacto, pero es más artificial que nunca. Se
trata del dólar cuyo valor querían relativizar los Estados emergentes, pero
que sirve de base al poderío del complejo militaro-industrial
israelo-estadounidense.
Notas
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