por Michael Rivero traducción de Editorial-Streicher 1 Febrero 2013
Guerras de los Banqueros
Hay un amplio precedente
para esto.
Después de la revolución, el nuevo Estados Unidos adoptó un sistema económico radicalmente diferente en el cual el gobierno emitía su propio dinero basado en el valor, de modo que los bancos privados, como el Banco de Inglaterra, no sacaran con sifón la riqueza de la gente por medio de billetes de banco portadores de interés.
Pero los banqueros están solamente dedicados a sus artificios para adquirir vuestra riqueza, y saben muy bien cuán fácil es corromper a los líderes de las naciones.
Sólo un año después de que Mayer Amschel Rothschild hubo pronunciado su infame ,
los banqueros tuvieron éxito en establecer un nuevo Banco Central privado llamado el Primer Banco de Estados Unidos (First Bank of the United States), en gran parte por los esfuerzos del principal partidario estadounidense de los Rothschild, Alexander Hamilton.
Fundado en 1791, hacia el final de su concesión de veinte años el Primer Banco de Estados Unidos había casi arruinado la economía de la nación, mientras que enriqueció a los banqueros. El Congreso rechazó renovar la concesión y señaló su intención de volver a una moneda basada en el valor emitida por el Estado por la cual la gente no pagaría ningún interés en absoluto a ningún banquero.
Esto provocó una amenaza de Nathan Mayer Rothschild contra el Gobierno estadounidense:
El Congreso aún así rechazó renovar la concesión para el Primer Banco de Estados Unidos, con lo cual Nathan Mayer Rothschild puso el grito en el cielo:
Financiado por el controlado por los Rothschild, Banco de Inglaterra, Gran Bretaña entonces emprendió la guerra de 1812 para colonizar de nuevo a Estados Unidos y llevarlo de vuelta hacia la esclavitud bajo el Banco de Inglaterra, o sumergir a Estados Unidos bajo tanta deuda que ellos se verían obligados a aceptar un nuevo banco central privado.
Y el plan funcionó.
Incluso aunque la Guerra de 1812 fue ganada por Estados Unidos, el Congreso fue forzado a otorgar una nueva concesión para otro nuevo banco privado que emitiría el dinero público como préstamos contra interés, el Segundo Banco de Estados Unidos (Second Bank of the United States).
Una vez más, los banqueros
privados tenían el control de la oferta de dinero de la nación y no les
importaba quién hiciera las leyes o cuántos soldados británicos y
norteamericanos tuvieran que morir para ello.
Fiel a su palabra, Jackson tuvo éxito en el bloqueo de la renovación de la concesión para el Segundo Banco de Estados Unidos.
Poco después de que el Presidente Jackson (el único presidente estadounidense en pagar realmente la Deuda Pública) terminara con el Segundo Banco de Estados Unidos, hubo un intento de asesinato que fracasó cuando ambas pistolas usadas por el asesino, Richard Lawrence, fallaron al ser disparadas.
Lawrence más tarde dijo que con Jackson muerto, "el dinero sería
más abundante".
De
esa manera, no debería ser tan sorprendente que muchos de los verdaderos
motivos de los acontecimientos de la Guerra Civil no sean conocidos por el
estadounidense común y corriente.
Ésta fue una amenaza directa para la riqueza y el poder de los banqueros centrales, que rápidamente respondieron.
En 1872 los banqueros de Nueva York enviaron una carta a cada banco en Estados Unidos, impulsándolos a financiar periódicos que se opusieran al dinero emitido por el gobierno (los dólares de Lincoln):
Acicateada por los banqueros privados, la mayor parte de Europa apoyó a la Confederación contra la Unión, con la expectativa de que la victoria sobre Lincoln significaría el final del Dólar.
Francia y Gran Bretaña consideraron un ataque directo contra Estados Unidos para ayudar a la Confederación, pero fueron mantenidas a raya por Rusia, que acababa de terminar con el sistema de servidumbre y tenía un banco central estatal similar al sistema bajo el que Estados Unidos había sido fundado. Sin la intervención europea, la Unión ganó la guerra, y Lincoln anunció su intención de continuar la emisión de dólares.
Después del asesinato de Lincoln, los Dólares fueron sacados de
circulación y el pueblo estadounidense fue obligado a volver a una economía
basada en billetes de banco tomados prestados bajo interés de los banqueros
privados.
Debido a la hostilidad hacia los bancos anteriores, el nombre fue cambiado por el de Sistema de la "Reserva Federal" con el fin de otorgar al nuevo banco una imagen cuasi gubernamental, pero de hecho se trataba de un banco privado, no más "federal" que la compañía Federal Express.
En efecto, en 2012 la Reserva Federal rechazó exitosamente una demanda judicial entablada por Bloomberg News acerca de la Libertad de Información, a causa de que como corporación bancaria privada y no realmente una parte del gobierno, la Ley de Libertad de Información no se aplicaba a las operaciones de la Reserva Federal.
1913 resultó ser un año transformativo para la economía nacional, primero con la aprobación de la decimosexta Enmienda sobre el "impuesto a la renta" y la falsa afirmación de que aquella había sido ratificada.
Más tarde, ese mismo año, y aparentemente poco dispuesto a arriesgar otra Enmienda cuestionable, el Congreso aprobó la Ley de la Reserva Federal durante la Navidad de 1913, mientras los congresistas que se oponían a la medida estaban en casa.
Ésta fue una actuación muy solapada, por cuanto la Constitución explícitamente concede al Congreso la autoridad para emitir el dinero público pero no autoriza su delegación, y de esa manera se debería haber requerido una nueva Enmienda para transferir aquella autoridad a un banco privado.
Pero fue aprobada por el Congreso, y el presidente Woodrow Wilson la firmó como lo había prometido a los banqueros a cambio de sus generosas contribuciones de campaña.
Wilson más tarde lamentó aquella decisión:
El año siguiente comenzó la Primera Guerra Mundial, y es importante recordar
que antes de la creación de la Reserva Federal no existía tal cosa como una
guerra mundial.
Aunque la Alemania de antes de la guerra tuviera un banco central privado, éste estaba fuertemente restringido y la inflación era mantenida a niveles razonables.
Bajo el control del gobierno, la inversión estaba garantizada para el desarrollo económico interno, y Alemania era vista como una potencia principal. De ese modo, en los medios de comunicación de entonces, Alemania fue retratada como el opositor principal de la Primera Guerra Mundial, y no sólo fue derrotada sino que su base industrial fue aplastada.
Después de Tratado de Versalles, a Alemania se le ordenó pagar los gastos de guerra de todas las naciones participantes, aunque Alemania realmente no había comenzado la guerra. Dichas sumas ascendían a tres veces el valor de toda Alemania misma.
El banco central
privado de Alemania, con quien Alemania había quedado profundamente en deuda
para pagar los gastos de la guerra, se liberó de control del gobierno, y
comenzó una inflación masiva (mayormente provocada por especuladores
monetarios), atrapando de manera permanente al pueblo alemán en una deuda
inacabable.
Su primer movimiento financiero fue emitir su propio dinero estatal que no fue tomado prestado de los banqueros centrales privados. Liberada de la necesidad de pagar intereses por el dinero en circulación, Alemania floreció y rápidamente comenzó a reconstruir su industria. Los medios lo llamaron "el Milagro Alemán".
La revista Time asignó gran importancia social a
Hitler por el
asombroso mejoramiento de la vida para la gente alemana y por el repentino
gran desarrollo de la industria de Alemania, e incluso lo designó como el Hombre del Año en 1938.
El dinero de Alemania basado en el valor, emitido por el Estado, era también
una amenaza directa para la riqueza y el poder de los bancos centrales
privados, y tan tempranamente como en 1933 ellos comenzaron a organizar un
boicot global contra Alemania para estrangular a este gobernante advenedizo
que ¡pensaba que podía liberarse de los banqueros centrales privados!.
Años más tarde, en un espíritu de sinceridad, los verdaderos motivos de aquella guerra quedaron en claro.
Como una nota aparte, tenemos que retroceder antes de la Segunda Guerra Mundial y recordar al mayor general de la Marina Smedley Butler.
En 1933, los banqueros y financistas de Wall Street habían financiado la exitosa toma del poder tanto de Mussolini como de Hitler. Brown Brothers Harriman & Co. en Nueva York estuvo financiando a Hitler hasta el mismo día en que se declaró la guerra contra Alemania.
Y ellos decidieron que una dictadura fascista en Estados Unidos, basada en la de Italia, sería mucho mejor para sus intereses comerciales que el "Nuevo Trato" (New Deal) de Roosevelt, que amenazaba la redistribución de la riqueza masiva mediante la re-capitalización de las clases media y trabajadora de Estados Unidos.
Entonces los magnates de Wall Street reclutaron al general Butler para conducir el derrocamiento del Gobierno estadounidense e instalar un "Secretario de Asuntos Generales" que sería responsable ante Wall Street y no ante el pueblo, aplastando el malestar social y cerrando todos los sindicatos.
El general Butler fingió estar de acuerdo con el plan, pero luego expuso el complot ante el Congreso.
El Congreso, que tanto entonces como ahora estaba en el bolsillo de los banqueros de Wall Street, rechazó actuar. Cuando Roosevelt supo del golpe planeado, exigió la detención de los conspiradores, pero éstos simplemente le recordaron a Roosevelt que si cualquiera de ellos fuera enviado a prisión, sus amigos en Wall Street harían colapsar deliberadamente la todavía frágil economía y culparían a Roosevelt de ello.
Roosevelt fue así incapaz de actuar hasta el comienzo de la Guerra, ocasión en la cual él procesó a muchos de los conspiradores bajo la Ley de Comercio con el Enemigo.
Las actas del Congreso relativas al golpe fueron finalmente puestas a disposición del público en 1967, y se convirtieron en la inspiración para la película "Seven Days in May", pero con los verdaderos bandidos financieros borrados del libreto.
Como presidente, John F. Kennedy comprendió la naturaleza depredadora de la banca central privada.
Él entendió por qué Andrew Jackson luchó con tanta
fuerza para terminar con el Segundo Banco de Estados Unidos. Entonces
Kennedy escribió y firmó la
Orden Ejecutiva 11110 que ordenó que la
Tesorería estadounidense emitiera un nuevo dinero público, la Nota de
Estados Unidos.
Esto representaba una vuelta al sistema de economía bajo el cual Estados Unidos había sido fundado, y era absolutamente legal que Kennedy lo hiciera.
En total, aproximadamente unos 4.500 millones de dólares entraron en circulación pública, erosionando los pagos de intereses a la Reserva Federal y soltando su control sobre la nación.
Cinco meses más tarde John F. Kennedy fue asesinado en Dallas, Texas, y las Notas de Estados Unidos sacadas de circulación y destruidas (excepto las muestras conservadas por coleccionistas).
John J. McCloy, presidente del Chase
Manhattan Bank, y presidente del Banco Mundial, fue llamado ante la Comisión
Warren, probablemente para asegurar que las dimensiones bancarias detrás del
asesinato fueran ocultadas del público.
La Libra esterlina perdió su posición como la moneda comercial global y de reserva en favor del dólar estadounidense (como parte del precio exigido por Roosevelt a cambio de la entrada estadounidense en la guerra).
En ausencia de las ventajas económicas de ser el dinero del mundo, Gran Bretaña se vio obligada a nacionalizar el Banco de Inglaterra en 1946. El acuerdo de Bretton Woods, ratificado en 1945, además de hacer del dólar la moneda comercial global y de reserva, obligó las naciones signatarias a vincular estrechamente sus divisas al dólar.
Las naciones que ratificaron Bretton Woods lo hicieron bajo dos condiciones:
Por supuesto, la Reserva Federal, siendo un banco privado y no responsable ante el Gobierno estadounidense, comenzó a sobreimprimir dólares de papel, y la mayor parte de la prosperidad percibida de los años '50 y '60 fue el resultado de las obligaciones de las naciones extranjeras para aceptar las notas de papel como equivalentes del oro a razón de 35 dólares por onza.
Entonces en 1970 Francia miró el enorme montón de notas de papel acumuladas en sus bóvedas, por las cuales productos reales franceses como vino y queso habían sido cambiados, y notificó al gobierno de Estados Unidos que ellos ejercerían su opción de acuerdo a Bretton Woods para devolver las notas de papel y cambiarlas por oro a 35 dólares por onza.
Por supuesto, Estados Unidos no tenía por ninguna parte ni cercanamente del oro para redimir las notas de papel, y de ese modo, el 15 de Agosto de 1971 Richard Nixon suspendió "temporalmente" la convertibilidad en oro de las Notas de la Reserva Federal de EE.UU.
Este "shock Nixon" terminó efectivamente con Bretton Woods, y muchas divisas globales comenzaron a desligarse del dólar estadounidense.
Peor aún, desde que Estados Unidos había garantizado sus préstamos con las reservas nacionales de oro, rápidamente se hizo evidente que el Gobierno estadounidense no tenía de hecho el suficiente oro para cubrir las deudas pendientes. Las naciones extranjeras comenzaron a ponerse muy nerviosas en cuanto a sus préstamos a EE.UU. y comprensiblemente estaban poco dispuestas a prestar ningún dinero adicional a Estados Unidos sin alguna forma de garantía subsidiaria.
Entonces Richard Nixon comenzó el movimiento ambiental, con la Environmental Protection Agency (EPA) y sus varios programas como "zonas silvestres", "áreas sin caminos", "ríos patrimoniales", "pantanos", etc., todos los cuales incautaron enormes áreas de tierras públicas y las pusieron fuera del alcance del pueblo estadounidense, que era técnicamente el dueño de aquellas tierras.
Pero Nixon tenía poco interés por el medioambiente, y el verdadero objetivo de esta confiscación de tierras so pretexto del medioambiente era prometer aquellas prístinas tierras y sus vastos recursos minerales como la garantía subsidiaria para la deuda pública.
La abundancia de programas diferentes era
simplemente para ocultar la verdadera escala de cuánta tierra estadounidense
estaba siendo prometida a los prestamistas extranjeros como la garantía
subsidiaria para las deudas del gobierno; eventualmente, casi el 25% de la
nación misma.
Estados Unidos se acercó a las naciones productoras de petróleo, sobre todo en el Oriente Medio, y les ofreció un trato:
Estas naciones consentirían en gastar e invertir sus dólares de papel estadounidenses dentro de Estados Unidos, en particular en Bonos de Tesorería, rescatables a lo largo de futuras generaciones de contribuyentes estadounidenses.
El concepto fue etiquetado como el "petrodólar".
En efecto,
Estados Unidos, incapaz en adelante de respaldar el dólar con oro, estaba
ahora respaldándolo con petróleo. El petróleo de otros pueblos. Y aquella
necesidad para mantener el control de aquellas naciones petrolíferas para
apoyar el dólar ha formado la política exterior de Estados Unidos en la
región desde entonces.
Los automóviles y aviones europeos eran superiores y menos costosos, mientras los experimentos con cosechas de alimentos de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) condujo a las naciones a rechazar comprar las exportaciones de alimentos estadounidenses. La constante beligerancia de Israel contra sus vecinos hizo que ellos se preguntaran si EE.UU. realmente podría cumplir su parte del acuerdo de los petrodólares.
Las naciones productoras de petróleo comenzaron a hablar de vender su petróleo por cualquier divisa que los compradores decidieran usar. Irak, ya hostil a Estados Unidos después de la "Tormenta del Desierto", exigió el derecho de vender su petróleo por Euros en 2000 y en 2002.
Las Naciones Unidas consintió en permitirlo bajo el programa "Petróleo
por Alimentos", instituido después de la guerra de 1991. Un año más tarde,
en 2003, Estados Unidos invadió de nuevo Irak, linchó a Saddam Hussein
(2006), y puso el petróleo de Irak de vuelta en el mercado mundial sólo por
dólares estadounidenses.
Este movimiento tenía el potencial para socavar seriamente la hegemonía global del dólar.
El presidente francés Nicolás Sarkozy según se informa llegó tan lejos como llamar a Libia,
De este modo, Estados Unidos invadió Libia, asesinó de manera brutal a Gaddafi (no siendo la lección práctica del linchamiento de Saddam un mensaje suficiente, por lo visto), impuso un Banco Central privado, y devolvió la producción de petróleo de Libia sólo por dólares.
El paradero del oro que debía haberse
convertido en los Dinares de oro, según los últimos informes, es desconocido.
Lo que es notable en esto de las siete naciones originales puestas en la mira por EE.UU. es que ninguna de ellas es miembro del Banco de Pagos Internacionales (BIS), el banco central privado de los banqueros centrales privados, localizado en Suiza.
Esto significaba que estas naciones estaban decidiendo por ellas
mismas cómo dirigir las economías de sus naciones, más bien que rendirse a
los bancos privados internacionales.
La agenda de guerra es, como siempre,
forzar a que el petróleo de Irán sea vendido sólo por dólares y obligarlos a
aceptar un banco central privado.
Esto sugiere fuertemente que el Banco de Francia y la Reserva Federal de Nueva York han usado el oro depositado para otros objetivos, y ellos están moviéndose rápidamente para encontrar el nuevo oro que cubra el déficit y evitar una estampida del oro.
Entonces es inevitable que de repente Francia invada Mali, aparentemente para combatir a Al-Qaeda, con los estadounidenses uniéndose a ellos.
Mali justo resulta ser uno de los más grandes productores
de oro del mundo, las exportaciones del cual representan el 80% de las
exportaciones totales de Mali. ¡La guerra para beneficio de los banqueros es
imposible que pueda ser más obvia!.
Estados Unidos afirma llevar la democracia a las tierras conquistadas que no lo hacen; el resultado habitual de un derrocamiento hecho por los estadounidenses es la imposición de una dictadura, como,
Siempre hacen pasar sus asesinatos
como obras de locos solitarios para obscurecer la verdadera agenda.
Aquella obligación es falsa porque el sistema de Bancos Centrales Privados, por su diseño intrínseco, siempre crea más deuda que el dinero con el cual se paga aquella deuda.
La Banca Central Privada no es una ciencia, es una religión; es un conjunto de reglas arbitrarias creadas para beneficiar al sacerdocio, esto es, a los dueños del Banco Central Privado.
El fraude persiste, con resultados a menudo letales, porque la gente es engañada para que crea que éste es el modo en que la vida se supone que es y que ninguna otra alternativa existe o debería ser soñada. Lo mismo era verdadero aplicado a dos sistemas más antiguos de esclavitud,
...ambos sistemas construidos para engañar a la gente y someterla a la obediencia, y ambos ahora reconocidos por la civilización moderna como ilegítimos.
Ahora estamos entrando en un tiempo en la historia humana donde reconoceremos que el gobernar mediante la deuda, o el gobierno de los Banqueros Centrales Privados que emiten el dinero público como un préstamo con interés, es igualmente ilegítimo.
Eso sólo funciona mientras la gente
siga creyendo que éste es el modo en que se supone que la vida es.
Detrás de todas estas guerras, todos estos asesinatos, los cien millones de muertes horribles de todas las guerras, yace una sola política de dictadura.
Los banqueros centrales privados permiten que los gobernantes gobiernen sólo
a condición de que la gente de una nación sea esclavizada por los bancos
centrales privados. Si fracasan en esto, dicho gobernante será asesinado y
su nación invadida por aquellas otras naciones esclavizadas por los bancos
centrales privados.
En efecto, la constante agitación del odio contra los musulmanes descansa en un hecho simple:
Y ésa es la razón por la que nuestro gobierno y los medios de comunicación insisten en que los musulmanes deben ser asesinados o convertidos.
Ellos rechazan rendirse a las monedas que son emitidas sólo para cobrar los intereses. Ellos rechazan ser esclavos de las deudas. Así que a la guerra sus hijos deben ir para derramar su sangre por el oro de los adictos al dinero.
Apenas hemos sobrevivido a las dos últimas guerras mundiales.
En la época nuclear y de bio-armas, ¿están dispuestos los
banqueros centrales privados a arriesgar la incineración del planeta entero
sólo para alimentar su avaricia?.
Dejando a un lado la agitación de banderas y la propaganda, todas las guerras modernas son guerras hechas por y para los banqueros privados, luchadas y sangradas por terceros, inconscientes de la razón verdadera por la que ellos esperan ser graciosamente matados y mutilados.
El proceso es bastante simple:
Esto
es por qué
Brown Brothers Harriman en Nueva York estaban financiando el
ascenso de Adolf Hitler.
Es la esencia misma del sistema bancario. Para hacernos a todos esclavos a través la deuda.
Los que controlan la deuda, controlan todo.
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