por Vladimir Platov
22 Abril 2015
del Sitio Web
NewEasternOutlook
traducción de El Robot Pescador
29 Abril 2015
del Sitio Web
ElRobotPescador
Versión original en ingles
Versión en
italiano
Se cree que sólo hay más unos 1400 millones de hectáreas de tierras
potencialmente aptas para la producción agrícola en todo el mundo.
Según muchos expertos occidentales, actualmente las tierras
explotables agrícolamente representan una inversión de negocio
altamente rentable, por lo que en los próximos años se prevé que
varios países invertirán cerca de 150 mil millones de dólares tan
solo en comprar tierras agrícolas.
Entre las razones para este tipo de maniobras de inversión, está la
predicción de un aumento constante de los precios de los alimentos.
Por ejemplo, se espera que en 2017, el precio del trigo y el de la
cebada aumentarán en promedio un 50% y el coste del girasol, se
duplicará.
En este sentido, la compra de tierras agrícolas fuera del territorio
nacional ya ha sido elevado a la categoría de política de Estado en
varios países.
En particular, es habitual en,
...y otros países.
Por lo tanto, los jeques árabes son muy conscientes de que solo
serán capaces de vivir del "oro negro" tan sólo un par de décadas
más, durante los cuales el petróleo puede perder su posición como
fuente de energía más importante, y por lo tanto están preparando
planes de contingencia con antelación, comprando tierras agrícolas.
Probablemente el territorio más atractivo en términos de
transacciones de bajo costo para la venta de tierras, ha sido África
hasta hace poco.
Sin embargo, se está produciendo un auténtico "boom" en compra de
tierras en Ucrania, que actualmente está inmersa en una profunda
crisis financiera y económica.
Las consecuencias de estos
males que azotan a Ucrania
son precios bajos, ausencia de legislación del suelo para proteger
los derechos e intereses de la población local y bajos costos de
producción, que resultan altamente atractivos para los compradores
potenciales.
Según cálculos aproximados, hoy en el continente africano solamente,
los extranjeros poseen o arriendan más de 60 millones de hectáreas,
que es un área dos veces más grande que el tamaño de Gran Bretaña.
Por regla general, el coste de alquiler de la tierra en África es
puramente simbólico. En particular, en Etiopía la tasa es de un
dólar 1,2 dólares por hectárea y año.
La compra de la tierra es barata, también, hasta 20 o 30 dólares por
hectárea.
En los últimos años, la tierra en África ha empezado
a ser adquirida por los países desarrollados de Occidente, y los
pioneros en esta práctica fueron Alemania y los Estados Unidos.
En general, las empresas de estos países hacen crecer cultivos
Genéticamente Modificados y palma aceitera, de la que extraer aceite
de palma para elaborar biodiesel.
La empresa norteamericana
Monsanto, líder en la producción y
distribución de productos Genéticamente Modificados ha sido
particularmente activa en este sentido.
Incluso las universidades de Estados Unidos se han convertido en
propietarios de tierras en África:
Harvard, Vanderbilt y muchas otras universidades
estadounidenses están comprando tierras en África a través del
mediador londinense Emergent Asset Management.
La Universidad de Iowa, junto con la empresa
estadounidense Agrisol ha iniciado recientemente un proyecto en
Tanzania por valor de 700 millones de dólares, que ha provocado que
162.000 residentes africanos hayan sido desplazados de sus
residencias en áreas de Katoomba y Misam.
Dado el nivel insostenible de la corrupción en las agencias del
gobierno de los EE.UU., a menudo estos nuevos "propietarios" de
tierras son estadounidenses, que han utilizado su posición e
influencia para este fin.
Por ejemplo, el ex-embajador de Estados Unidos en Sudán, Howard
Eugene Douglas, fundó Kinyeti Development Company, una
empresa ubicada en Texas, que se convirtió en dueña de 600.000
hectáreas en este país africano.
Resulta notable que Douglas, al empezar con la compra
de tierras, estuviera desempeñándose como coordinador de refugiados
en Sudán; es decir, él mismo multiplicaba el número de refugiados,
al haberlos expulsado de la tierras que ahora son propiedad de su
compañía.
Hoy en día, la adquisición de tierras se lleva a cabo a gran escala
y para un observador casual, es un proceso que pasa bastante
desapercibido, ya que no se trata de una maniobra centralizada.
A menudo, el proceso de compra de tierras no se
anuncia y se produce en virtud de negociaciones en la sombra, ya que
en muchos países está prohibida la venta de tierras a extranjeros.
En tales casos, se crean "joint ventures", empresas conjuntas
formadas por locales que ejerce de testaferros y extranjeros, que
permiten eludir las leyes de prácticamente cualquier país.
En última instancia, la compra de tierras revelará su verdadero
sentido: el colonialismo.
Si antiguamente, las colonias se creaban por la fuerza con el
objetivo de apoderarse de territorios y de sus recursos, hoy en día
es suficiente con comprarla a bajo precio, pero el resultado sigue
siendo el mismo:
a los propietarios locales se les arrebata el
control de su propia tierra.
En el caso de Ucrania, de acuerdo con la Inspección
del Estado para el control y uso de la tierra en este país, a raíz
de los "consejos de Occidente sobre la privatización de la propiedad
estatal", el 75% de la tierra cultivable de 33 millones de hectáreas
de tierras agrícolas ya es de propiedad privada.
Después de todo, las nuevas autoridades de Kiev fueron empujados en
esta dirección por The New York Times, que escribió en mayo
pasado que,
"el renacimiento de Ucrania puede comenzar con la
industria agrícola; lo único que necesitan es eliminar los
obstáculos innecesarios y a continuación, como se suele decir,
las inversiones vendrán solas".
A pesar del hecho de que la moratoria sobre la venta
de tierras en Ucrania se amplió oficialmente hasta enero de 2016,
después de que el nuevo gobierno surgido
del Euromaidán llegara al
poder en 2015, el esquema de arrendar la tierra durante 50 años se
ha utilizado activamente para enriquecer a las nuevas autoridades y
ahora resulta muy atractivo para los inversores "independientes".
Gran parte de la tierra se concentra hoy en día en manos de
oligarcas ucranianos con estrechos vínculos con las nuevas
autoridades y Occidente; personajes como,
-
Sergei Taruta
-
Vadim Novinsky
-
Víctor Nusenkis
-
Yuri Kosyuk
-
Vladimir Shkolnik
-
Andrew Verevskiy,
...así como en las manos de grandes empresas y
holdings agrícolas Europeos y Norteamericanos.
Estos últimos se sienten atraídos por el suelo barato y fértil de
Ucrania, el mejor lugar del mundo para el cultivo de productos y
cultivos modificados genéticamente para la producción de
biocombustibles.
Estas explotaciones agrícolas estadounidenses incluyen, en primer
lugar, a
Monsanto, la compañía criticada en muchos países, uno de
los mayores productores de semillas genéticamente modificadas de
todo el planeta.
Esta empresa ya ha anunciado una inversión de varios millones de
dólares en el sector agrícola de Ucrania.
Y lo mismo sucederá con otro productor
norteamericano, el Cargill Agrarian Holding.
De acuerdo con el Director de Estrategia del Oakland California Institute, Frederic Mousseau, que se ocupa de las cuestiones
de seguridad alimentaria y del cambio climático, el crecimiento
excesivo de la inversión occidental en el sector agrícola de Ucrania
en los últimos meses,
"puede calificarse como la compra total del
potencial agrícola de Ucrania por parte de las corporaciones
occidentales".
Mientras tanto, las organizaciones financieras de
Occidente, en particular
el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional, al vincular los intereses del capital
occidental con la prestación de nuevos préstamos a las autoridades
de Ucrania, han establecido sus condiciones:
dinero a cambio de que reducir el control estatal
en el sector agrícola, incluyendo el volumen de negocio de los
transgénicos.
Como resultado, algunos inversionistas extranjeros se
convertirán en los propietarios directos de las empresas agrícolas
de Ucrania.
Por ejemplo, la estadounidense Cargill ya posee más del 5% del
holding agrícola más grande de Ucrania, UkrLandFarming y venden
activamente pesticidas, semillas transgénicas y fertilizantes en
Ucrania.
Además de las empresas de Estados Unidos, ahora cerca de 40 empresas
agrícolas alemanas están representadas en Ucrania, la mayoría de los
cuales trabajan en territorios de 2000 y 3000 hectáreas.
De acuerdo con la base de datos (Land Matrix) del German
Institute of Global and Area Studies, ubicado en Hamburgo, cerca
de 1.7 millones de hectáreas de tierras agrícolas de Ucrania son
propiedad de extranjeros actualmente.
Es de destacar que, además de las empresas privadas y de
particulares, las tierras de cultivo de Ucrania han sido vistas
recientemente con interés por parte del fondo de pensiones
estadounidense NCH Capital, que arrendó 450.000 hectáreas de tierras
y también está involucrado en el cultivo de productos transgénicos.
Los diputados alemanes ya han expresado su preocupación por el uso
masivo de las tierras agrícolas de Ucrania por parte de las empresas
estadounidenses que producen
productos Genéticamente Modificados,
por temor a que dichos productos perjudiciales puedan tener un
impacto muy negativo, no solo en la salud de las personas que viven
en Ucrania y zonas limítrofes, sino también en toda Europa.
Arseni Yatseniuk
Por desgracia, este problema no molesta en absoluto las actuales
autoridades de Kiev, que anticipando un colapso económico en su país
en un futuro próximo, sólo están interesados en su
propio
beneficio, y no piensan en la salud y el futuro de sus ciudadanos y
de los ciudadanos de Europa.
Como vemos, los grandes poderes financieros del mundo, se están
apoderando a toda prisa de los recursos básicos.
En un anterior artículo, titulado
Los Grandes Bancos se Apoderan del Agua de
Todo el Planeta, ya hablábamos de
como los grandes bancos se apoderan de los recursos acuíferos de
todo el mundo y en este artículo, podemos ver como esos grandes
poderes financieros se apoderan también de las tierras de cultivo.
Y es que el futuro se está dibujando ante nuestros ojos de forma
cada vez más clara.
Vamos camino de un NEO-FEUDALISMO…
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