por Alba Muñoz
03 Noviembre 2015
del Sitio Web
PlayGroundNoticias
"En la Internet de hoy,
si no eres un paranoico
es que estás loco"
Enamorados de una pistola que apunta
hacia nosotros mismos y adictos al control que cabe en nuestra mano,
en nuestro bolsillo. Así es como podríamos definir a la humanidad
ante las nuevas tecnologías, ante la Internet.
Poca duda cabe después de leer
El Quinto Elemento (Deusto, 2015),
lo último de Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña:
los ciudadanos hemos caído en la
trampa de la dimensión virtual.
Y no estamos alarmados por algo tan
evidente como idiota, pues nuestra vida física sigue intacta - o eso
pensamos - mientras gobiernos, empresas, ejércitos, agencias de
inteligencia y hackers operan en el ciberespacio.
Los siguientes son tres conceptos básicos presentes en el libro, muy
útiles para fomentar la paranoia.
Porque si no eres paranoico, estás
loco...
-
Te están chupando la sangre,
y gratis
A ver, de una vez por todas: cualquier empresa tecnológica
con sede en Estados Unidos trabaja para Obama.
"Multinacionales como
Google,
Facebook, Dropbox,
Apple, AOL, Yahoo!, Twitter o Instagram suministran
información al Gobierno de Estados Unidos", afirma
Suárez en el libro.
Aunque lo nieguen reiteradamente
se ha demostrado que estas empresas mienten:
"En la mayoría de los casos,
las multinacionales colaboran de buen grado
con la Agencia de Seguridad
Nacional (NSA), facilitándole un acceso
permanente y sin autorización previa a toda la
información privada almacenada en sus servidores",
escribe.
La administración destina
partidas de millones de dólares para asegurarse la
complicidad de las empresas tecnológicas y de todo Silicon
Valley:
"Si el patriotismo y el
dinero no son suficientes [...] el Gobierno del país
dispone de la Ley Patriótica, que fue aprobada tras los
atentados del 11 de septiembre de 2001, y que amplió los
poderes de vigilancia contra los delitos de terrorismo".
Es decir, te vigilan por las
buenas o por las malas.
No hay privacidad:
"Por si fuera poco, debido a
su estatus económico y tecnológico, la mayor parte de
las comunicaciones mundiales pasa por Estados Unidos
[...] eso convierte las redes norteamericanas en el
Disneyland de los voyeurs".
Vamos ahora a la segunda parte:
el "gratis".
¿Sabías que los servicios de
inteligencia de Gran Bretaña y Estados Unidos han espiado a
sus ciudadanos a través de aplicaciones gratuitas como Angry
Birds?
"Si es gratis,
entonces el producto
eres tú"
Quizá tampoco sepas que ningún
mandatario inteligente utiliza smartphone. Al menos,
Obama lo tiene
prohibido por motivos de seguridad.
Dos premisas que nunca fallan:
-
"Si es gratis, entonces
el producto eres tú"
-
"Si es un smartphone,
entonces no es un teléfono, es un dispositivo de
seguimiento"
-
Para bien y para mal, lo que
ves no es todo lo que hay
"Te despiertas y enciendes
el ordenador. Subes al metro y tecleas en tu móvil.
Crees que el mundo cabe en la pantalla de tu iPad.
No hay rincón del universo
digital que no pueda barrer tu dispositivo inteligente,
no hay información que no puedas encontrar con Google
Chrome [...] lamento decirte que lo que puedes ver es
tan sólo una pequeña superficie emergida en medio del
océano: la punta de un inmenso iceberg".
La Darknet, también conocida
como
la Deep Web, es la Internet
oculta que no podrás encontrar a través de tus buscadores
habituales.
Se trata de un cúmulo inmenso de
contenido indexado que surgió allá por 2001, tras la
clausura de Napster, la primera gran red de
intercambio de archivos P2P.
Hackear un ordenador
personal: 80 dólares.
Hackear un perfil de
Facebook o Twitter: 50 dólares
Seguramente utilizaste la Deep
Web en sus inicios, buscando música y películas en Ares,
Kazaa o Emule. Hoy va mucho más allá de estas redes de
intercambio y concentra el 96% del tráfico de la red.
¿Y cómo se accede? A través de programas como TOR, un
software financiado por organizaciones filantrópicas. ¿Y qué
hay allí abajo? Pues de todo.
Gracias
a la Deep Web millones de
personas sortean la censura y pueden expresarse libremente.
Muchos movimientos sociales disidentes se organizan sin ser
detectados por regímenes gracias a TOR.
Pero, como ya habrás intuido, en el quinto elemento, las
fronteras entre buenos y malos son difusas.
Hay hacktivistas que vulneran
leyes por motivos éticos y la defensa de las libertades
civiles, como
Anonymous; hay hackers que
se lucran con el ciber-crimen, trabajando para sí mismos o
para otros.
"Seguramente
formaste parte
de los inicios de la
Deep Web:
¿buscaste música o
películas
en Ares, eDonkey, Kazaa
o Emule?"
De hecho, Alejandro Suárez expone algunos servicios
disponibles en la Deep Web:
-
"Hackear un servidor Web (VPS
o hosting): 120 dólares.
-
Localizar a alguien: 140
dólares.
-
Hackear un ordenador
personal: 80 dólares.
-
Hackear un perfil de
Facebook, Twitter, etc: 50 dólares".
-
El Epic Fail y la prisión en
la que te vigilas a ti mismo
El gesto más humano, el selfie más inocente, puede terminar
en atentado terrorista.
Cuenta el autor una anécdota en
su libro que, por suerte, terminó bien.
Es decir, en nada.
"Base militar Coronel
Sánchez Bilbao, en Almagro (Ciudad Real).
En diciembre de 2014 sucedió
un surrealista incidente al dejarse un piloto las llaves
de un helicóptero Tigre HAD/E dentro de la cabina (sí,
para matarlo).
Al no poder acceder al
aparato, considerado uno de los orgullos tecnológicos de
nuestro ejército, se llamó a un cerrajero de una
población cercana.
"Al ejército
español le entraron sudores fríos
cuando un cerrajero
subió a Facebook
un selfie que
mostraba
los cuadros de
mando del helicóptero"
"El paisano, posiblemente habituado a otro tipo de
trabajos, no se había visto en una situación como esa en
la vida. Aprovechó la ocasión para inmortalizarse",
relata Suárez.
El cerrajero publicó los
selfies en Facebook, y al ejército español le entraron
los sudores fríos:
en las imágenes era posible
ver los cuadros de mando, que dan información del
equipamiento de todo el helicóptero.
El hombre las borró ipso facto.
El ciberterrorismo, y la ciber-guerra entre países, es quizá
el rostro más temible de la dimensión virtual.
"El próximo 11-S
empezará con un clic"
Terroristas, gobiernos, corporaciones y criminales compiten
por ser los primeros en aprovechar la tecnología en su
favor, y en 2014 llegaron a gastar 71.000 millones de
dólares en ciber-seguridad (se prevé que en 2019 será el
doble).
Algo que, según el autor, sólo
es un parche:
"Sólo hay dos tipos de
sistemas informáticos:
Ya se habla de ciber-califato,
de los hackers de ISIS:
"La amenaza existe, es
exponencial e inmediata [...] El próximo
11-S empezará con un
clic".
Sin embargo el ciberterrorismo
no ha producido aún su primera víctima mortal.
Lo que sí genera es miedo:
"Y ese miedo se explota
[...] un gobierno occidental puede dictar todo tipo de
normas y leyes en contra de las libertades personales
con la aprobación de sus ciudadanos".
"Alguien que no sabe si
le observan
pero sabe que puede
estar siendo observado,
se siente vigilado y
siempre será sumiso"
En referencia al miedo y al
control, Alejandro Suárez habla de la estructura que
proyectó el filósofo y economista Jeremy Bentham en
el siglo XVII, el panóptico:
"Se trataba de diseñar la
cárcel perfecta, y el objetivo era tener a los reclusos
controlados sin necesidad de verlos todo el tiempo".
Se construyó una torre en el
centro del patio, con un ángulo que impedía a los reclusos
poder ver si había alguien dentro:
"Alguien que no sabe si lo
observan pero sabe que puede estar siendo observado, se
siente vigilado y siempre será sumiso.
Se trata de usar el miedo
para que los ciudadanos cumplan, y los tiempos no han
cambiado mucho desde entonces".
El Quinto Elemento es una
prisión en la que te vigilas a ti mismo.
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