Amy Goodman: Alfred de Zayas,
bienvenido a
Democracy Now!.
Háblenos de lo que sucede
actualmente en Venezuela. ¿Estamos viendo un golpe de Estado?
Alfred de Zayas: Primeramente, Amy, es para mí un honor
participar en su programa. Apoyo todo lo que acaba de decir mi
colega, el profesor Tinker Salas, un experto en la materia.
En cuanto al golpe de Estado, no se trata de un golpe de Estado
consumado. Es un intento de golpe de Estado. Todos creemos en
la democracia. Este programa se llama Democracy Now! No hay
nada más antidemocrático que un golpe de Estado y el boicot de
elecciones.
Como ustedes saben, desde la elección de Chávez - en 1998 - ha
habido 26 o 27 elecciones en Venezuela.
Por consiguiente, si
usted quiere jugar el juego, usted debe participar en las
elecciones. Y si la oposición se niega a participar en las
elecciones, entonces es responsable de la situación provocada.
Por otro lado, quiero apoyar las declaraciones del secretario
general (de
la ONU) Antonio Guterres llamando al diálogo.
He
respaldado mucho la mediación que realizó - de 2016 a 2018 - José
Luis Rodríguez Zapatero, ex primer ministro español. Su
mediación había llevado a un compromiso razonable. El acuerdo
estaba encima de la mesa, listo para la firma.
En el último
momento, el 6 de febrero de 2018, (el jefe de la oposición)
Julio Borges se negó a firmarlo.
Amy Goodman: ¿Se trata entonces de un golpe de Estado?
Alfred de Zayas: Es sólo una cuestión de semántica.
Estamos
ante una situación inconstitucional, donde el legislador usurpa
competencias que pertenecen al ejecutivo y a la justicia. El
poder judicial ya declaró que todos los actos y declaraciones de
la Asamblea Nacional son inconstitucionales.
Yo no soy un estudioso de la Constitución de Venezuela pero,
cuando estuve en ese país, en noviembre de 2017, pude hablar
con todos los diferentes actores, con miembros,
...y por supuesto, con todos los ministros.
La función de un relator no es hacer demagogia. La función de un
relator no es denunciar ni condenar.
La función de un relator
es escuchar, estudiar después toda la documentación pertinente
y lograr proposiciones constructivas, proposiciones que formulé
en el informe que presenté al Consejo de Derechos Humanos, el 10
de septiembre de 2018.
En ese informe formulé numerosas
recomendaciones y el gobierno ya puso en práctica cierta
cantidad de esas recomendaciones poco después de mi visita
- porque también entregué al ministro de Exteriores de
Venezuela, el señor Arreaza, una nota confidencial de 6 páginas
antes de irme.
Mi informe reflejaba parte de esas
recomendaciones.
Mi preocupación, y creo que es también la de todos los que
creemos en la democracia y en el predominio del derecho, es
calmar los ánimos, es evitar una guerra civil.
Una cosa que dije a los diputados de la oposición fue: ustedes
no pueden simplemente derrocar el gobierno y Maduro no va
simplemente a abandonar su función.
Voy a explicar lo que quiero decir:
hay 7, 8 o 9 millones de chavistas comprometidos y ustedes tienen que tenerlos en cuenta.
¿Qué harán ustedes derrocando el gobierno con un golpe de
Estado? ¿Qué harán con toda esa gente?
Ellos, probablemente van
a luchar. No queremos que haya combates. No queremos
derramamiento de sangre. Por consiguiente, la única vía lógica
es hoy llamar al diálogo.
Y yo espero que el Vaticano, México y
Uruguay van a mostrar el camino.
Amy Goodman: ¿Cuál es el papel tienen los medios en lo que está
sucediendo en Venezuela?
Si miramos los canales de televisión
de Estados Unidos - no hablo sólo de Fox News, hablo también de
CNN y de MSNBC - si usted los ve con regularidad no tiene idea
alguna de lo que realmente sucede.
Alfred de Zayas: Sí, es verdad.
Amy Goodman: Lo que sucede muestra el nivel de implicación de
Estados Unidos, hasta este video que el vicepresidente
(Mike) Pence difundió justo antes de que Juan Guaidó anunciara en
plena calle que se proclamaba presidente, él, el jefe de la
Asamblea Nacional, el equivalente de Nancy Pelosi.
Alfred de Zayas: Los grandes medios de difusión han sido
cómplices en este intento de golpe de Estado.
Los medios de
difusión masiva han creado, mediante gran cantidad de noticias
falsas, una atmósfera para que el público acepte ese cambio de
régimen que Estados Unidos impone al pueblo de Venezuela, porque
a fin de cuentas se supone que es en interés de los venezolanos.
Eso nos recuerda el periodo que precedió
la invasión de 2003
contra Irak.
Los medios masivos de difusión apoyaron todas las
mentiras y manipulaciones de
George W. Bush y Tony Blair para
convencer al mundo de que Saddam Hussein tenía armas de
destrucción masiva...
Y con ese subterfugio se engañó a la
opinión pública mundial para invadir Irak y eliminar su gobierno
por la fuerza. Pero, de hecho, aquello no fue sólo un crimen de
agresión, una guerra ilegal, como el ex secretario general
(de
la ONU) lo explicó en más de una ocasión.
Aquello fue una revuelta de 43 Estados, la "coalición de
voluntarios", contra el derecho internacional.
Si hay un
principio claramente expresado en la Carta de la ONU, que es el
jus cogens, que es el derecho internacional imperativo, ese
principio es la prohibición del uso de la fuerza. Y aquel
ataque contra Irak fue perpetrado por 43 Estados, todos
cómplices, violando todas las reglas del derecho internacional.
Y aquellos hechos estuvieron precedidos por toda una campaña
mediática, un océano de mentiras y de verdades a medias - similar a lo que pasó
con Libia,
con Siria y ahora
con
Venezuela.
Hace años que venimos observando, en efecto, una campaña
mediática contra Venezuela.
Y conozco la situación
particularmente bien porque, antes de viajar a ese país, tuve
que leer todos los informes - no sólo lo que publicaban el
Washington Post y el New York Times - sino también los informes
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de Amnistía
Internacional, de Human Rights Watch, etc., que insinuaban que
había una crisis humanitaria en Venezuela.
Cuando fui a Venezuela aproveché nuevamente la oportunidad para
entrevistar a representantes de Amnistía Internacional, de
PROVEA y de otras ONGs de la oposición y también estudié y
comparé los documentos, analicé las estadísticas, etc.
En aquella época no había ciertamente ninguna crisis
humanitaria.
Es cierto que había hambre, había zozobra,
(2)
como se dice en español. Había sufrimiento, había malnutrición,
etc. Pero no se trata de decir sólo que hay una crisis
económica.
Eso no es lo fundamental.
Lo fundamental es saber
cuáles son las causas de esa llamada "crisis humanitaria". Y
los que ahora dicen querer resolver la crisis humanitaria son en
parte los mismos que la provocaron.
Existe un principio del derecho internacional llamado ex injuria
non oritur jus ("el derecho no puede nacer de un hecho
ilícito"). Por lo tanto hay que impedirles exigir un cambio de
régimen ya que son ellos mismos quienes agravan la situación,
causada inicialmente por la caída dramática de los precios del
petróleo.
Yo quiero referirme a la profesora Pasqualina Curcio, de la
Universidad de Caracas.
Cuando estuve allí tuve la oportunidad
de reunirme con ella durante varias horas. La profesora Pasqualina Curcio ha publicado un libro titulado
The Visible
Hand of the Market ("La Mano Visible del Mercado").
Es un libro que informa sobre el bloqueo financiero, sobre toda
la compleja guerra económica contra Venezuela, recordando la
guerra económica desatada (en Chile) contra Salvador Allende.
Y
lo interesante es que, después de 3 años de guerra económica
contra Allende, sin lograr derrocarlo, tuvieron que organizar
el golpe de Estado del general Augusto Pinochet, que impuso al
pueblo chileno 17 años de dictadura.
Nosotros tendríamos que preguntarnos:
¿Queremos un golpe de
Estado en Venezuela? ¿Qué legitimidad tendría un gobierno de Guiadó?
Como ya dije, en Venezuela ha habido 26 o 27 elecciones
desde 1998.
Y el presidente Jimmy Carter y el
Carter Center
estuvieron varias veces en Venezuela para vigilar esas
elecciones. Carter tenía una opinión muy buena del sistema y de
las garantías de las elecciones en Venezuela.
Por lo tanto, si la oposición se considera verdaderamente
democrática debe jugar el juego democrático y participar en las
elecciones. Pero en estos últimos años han optado por boicotear
las elecciones.
Otra cosa más que me parece importante mencionar es que
los
medios masivos de difusión siempre han presentado a la
oposición como manifestantes pacíficos. ¡Esa no es la verdad!
Existen gran cantidad de videos y fotos de los actos de
violencia perpetrados por las llamadas "guarimbas"
(3) en
Venezuela desde 2014 y principalmente en 2017.
En Venezuela
entrevisté no sólo a víctimas de brutalidad policial sino
también a víctimas de las guarimbas - personas que simplemente
trataban ir del punto A al punto B, y que se encontraban alguna
vía bloqueada y eran asesinadas o gravemente heridas o
quemadas.
Yo interrogué a esas personas cuando estuve allá.
Por lo tanto tengo que decir audiatur et altera pars,
"escuchemos a los dos bandos" y no nos concentremos
- como hacen
los medios masivos de difusión en Estados Unidos - sólo en los
argumentos de la oposición.
También hay que tener en cuenta a
los 7, 8 o 9 millones de venezolanos, que son seres humanos con
derechos democráticos y que han expresado esos derechos
democráticos en las urnas.
Ustedes simplemente no pueden ignorar
a esas personas.
Amy Goodman: Voy a dar la última intervención a Miguel Tinker
Salas.
¿Cómo va a evolucionar la situación? ¿Qué cree usted?
En el
pasado ya vimos que casi hubo un golpe de Estado contra el
Presidente Chávez. El ejército se lo llevó, fue liberado. Lo
mismo sucedió en Ecuador con (el Presidente) Correa, que
también pudo liberarse y mantenerse como Presidente.
Por otro lado, también tenemos el caso del Presidente Aristide,
en Haití, con vínculos comprobados entre Estados Unidos y el
golpe de Estado.
Y el caso del Presidente Zelaya, en Honduras,
que también fue forzado a dejar su cargo. No pudo quedarse en el
poder.
¿Qué piensa usted que va a suceder, profesor Tinker Salas?
Miguel Tinker Salas: Pienso que parte de lo que Estados Unidos
y la oposición están tratando de hacer es ver si hay fallas
fundamentales en el seno del ejército que puedan facilitar su
estrategia.
Eso también podría llevar a un golpe de Estado.
En mi opinión eso no sería la mejor solución para Venezuela.
Insisto en el hecho que si seguimos reforzando esta política de
la cuerda floja, corremos el peligro de exacerbar esta crisis y
esta violencia obscena.
Pienso que tendríamos que tratar de
evitar la violencia. Pienso que la mejor solución consiste en
encontrar un proceso que permita negociar y conversar.
Podemos intentar dialogar con la cabeza fría, aceptando la
existencia del otro.
Porque si hay elecciones mañana,
-
y si gana
el gobierno, la oposición no va a reconocerlo
-
y si gana la
oposición, los partidarios del chavismo no la reconocerán
Es
un callejón sin salida...
Tenemos que eliminar esos obstáculos y
desarrollar soluciones con las cuales, a largo plazo, los
venezolanos podrán aceptar la presencia del otro en la
sociedad, reconocer cada cual la humanidad del otro y hallar
mediante el diálogo una solución pacífica a esta crisis.