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			por Timothy Alexander 
			Guzman 
			27 Enero 
			2021 
			del 
			Sitio Web 
			Globalizacion 
			traducción de 
			Ariel Noyola Rodríguez  
			
			
			Versión original en inglés 
			  
			  
			  
			  
			
			 
			  
			  
			Injerencia en Procesos Electorales,
 
			el Cambio de 
			Régimen  
			y una posible 
			Intervención Humanitaria  
			están en la 
			agenda de Washington... 
			
 
 El presidente de Estados Unidos, 
			
			Joseph Biden, una reliquia del antiguo régimen 
			político de Washington, continuará la misma política imperialista en 
			América Latina que sus predecesores, incluida la de 
			
			Donald Trump.
 
			  
			Está claro que las 
			hostilidades de Washington hacia el presidente
			
			de Venezuela, Nicolás Maduro, 
			continuarán bajo la administración Biden.
 El día antes de la toma de posesión de Biden, Reuters...
 
				
				'había publicado un 
				informe sobre lo que podemos esperar de la nueva administración 
				en lo que respecta a Venezuela,'  
			Biden reconocerá a 
			Guaidó como 'líder' (sic) de Venezuela, dice un alto 
			diplomático, lo que significa que Washington seguirá apoyando al 
			líder de la oposición, Juan Guaidó, como presidente 
			"legítimo" de Venezuela.
 Según el informe, Anthony Blinken dijo que,
 
				
				"la administración 
				del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, continuará 
				reconociendo al líder de la oposición venezolana Juan Guaidó 
				como presidente del país sudamericano".  
			Así, Washington no 
			solamente reconocería a una figura política elegida por 
			Washington, sino que continuaría aplicando sanciones contra el 
			país latinoamericano junto con la "ayuda humanitaria":
 Blinken dijo a los miembros del Senado de Estados Unidos que Biden 
			buscaría "aplicar de manera más efectiva" sanciones contra el país, 
			que apuntan a derrocar al presidente Nicolás Maduro, quien retiene 
			el control del país.
 
			  
			Blinken dijo que la nueva 
			administración buscaría además una mayor "asistencia humanitaria" 
			para el país.
 Las hostilidades de Estados Unidos contra Venezuela no comenzaron 
			con Trump, hubo tensiones entre Washington y Caracas bajo los 
			regímenes de 
			
			Obama y 
			
			Bush.
 
			  
			Un artículo de 
			Associated Press (AP) en 2015,  
				
				'El presidente de 
				Venezuela acusa al vicepresidente Biden de conspirar para 
				derrocarlo', sostenía que Washington había impuesto 'nuevas 
				restricciones de visa a los funcionarios venezolanos y sus 
				familias'. 
				 
			La ex-directora de 
			comunicaciones de la Casa Blanca durante el gobierno de Obama, 
			
			Jen Psaki, y quien ahora forma 
			parte del equipo de Biden como jefa de prensa de la Casa 
			Blanca, dijo que, 
				
				"Estados Unidos 
				estaba demostrando claramente que los violadores de derechos 
				humanos y sus familias no son bienvenidos en Estados Unidos". 
			Las acciones de 
			Washington se ganaron la condena del presidente Maduro, quien dijo 
			que, 
				
				"le escribiría una 
				carta a Obama sobre lo que llamó un intento de violar la 
				soberanía nacional de Venezuela", 
			...y que las políticas de 
			Washington desde hace mucho tiempo, que son de mano dura contra 
			Venezuela y sus aliados cercanos en la región, llevarían al fracaso. 
				
				"La política de 
				Estados Unidos hacia Venezuela ha sido secuestrada por 'fuerzas 
				imperiales irresponsables' que están poniendo a Estados Unidos 
				en un callejón sin salida".  
			En ese momento la 
			respuesta de Maduro a las sanciones de Washington fue a través de un 
			discurso transmitido en televisión nacional en el que criticó al 
			vicepresidente de Obama, Joe Biden: 
				
				En un discurso 
				televisado durante el fin de semana, Maduro afirmó que Biden 
				buscó fomentar el derrocamiento de su gobierno socialista 
				durante una cumbre energética del Caribe que Biden organizó el 
				mes pasado en Washington.    
				Según Maduro, Biden 
				dijo a los jefes de Estado caribeños que los días del gobierno 
				venezolano estaban contados y que era hora de que le retiraran 
				su apoyo.  
					
					"Lo que hizo el 
					vicepresidente Joseph Biden es indescriptible", dijo Maduro. 
			Y, por supuesto, 
			Washington desestimó las afirmaciones de Maduro, tachándolas de 
			"ridículas".  
			  
			Con Joe Biden 
			'a cargo', esperamos más de estas mismas acciones bipartidistas, 
			incluidas más sanciones, operaciones de cambio de régimen e incluso 
			la posibilidad de un intento de asesinato de Maduro.  
			  
			Con una serie de 
			"halcones de guerra" nombrados bajo esta nueva administración, 
			incluida la intervencionista por "razones humanitarias", 
			
			Samantha Power, quien dirigirá 
			la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional 
			(USAID), 
			por sus siglas en inglés), tuiteó:  
				
				"Lo que está 
				sucediendo en Venezuela pasa desapercibido en Estados Unidos, 
				pero es terriblemente grave". 
			Revela en qué dirección 
			se va a mover Washington. 
				
				"La semana pasada, la 
				oposición se negó a participar en las elecciones presidenciales 
				de abril, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia 
				(UNICEF, por sus siglas en inglés) advierte de una crisis de 
				desnutrición infantil, el Fondo Monetario Internacional (FMI) 
				predice una inflación del 13.000% para 2018", 
			lo que significa que 
			Power presionará para llevar adelante una intervención "humanitaria" 
			de una forma u otra.
 Power ha apoyado intervenciones militares
			
			en Siria y fue una promotora de la 
			guerra en Afganistán y
			
			Libia. En definitiva, habrá apoyo 
			bipartidista tanto de los demócratas como de los republicanos para 
			un cambio de régimen en Venezuela.
 
			  
			Pero una guerra contra 
			Venezuela bajo el gobierno Biden es también una posibilidad, pues 
			este país latinoamericano, 
				
				posee las reservas de 
				petróleo más grandes del mundo... 
			Las tensiones entre 
			Washington y Caracas no harán sino aumentar durante los próximos 
			meses.
 Nicaragua estará también bajo el radar de Washington, pues 
			recordemos que elecciones presidenciales en noviembre próximo. No 
			descartamos algún tipo de injerencia en el proceso electoral para 
			derrocar al antiguo enemigo de Washington, el presidente de 
			Nicaragua, Daniel Ortega.
 
			  
			En un tweet publicado el 
			5 de septiembre, Biden dijo que: 
				
				"Los solicitantes de 
				asilo nicaragüenses que huyen de la opresión merecen ser 
				escuchados.    
				Ahora, en cambio, 
				están siendo deportados nuevamente al dominio tiránico de Daniel 
				Ortega, sin oportunidad de continuar con sus demandas. 
				   
				La crueldad del 
				presidente Trump realmente no reconoce límites". 
			Venezuela y Nicaragua 
			serán objeto de hostilidades por parte del equipo de Biden, con lo 
			cual, se garantiza la continuidad de las políticas de los gobiernos 
			estadounidenses anteriores.
 
			  
			  
			El golpe de 
			Estado de Obama en Honduras en 2009
 
			...constituye una 
			advertencia para los antiimperialistas en América Latina
 La historia de Joe Biden con América Latina como vicepresidente de 
			Obama debe es una señal de advertencia de lo que está por venir.
 
 Tan pronto como Obama fue elegido para el cargo, se pusieron a 
			trabajar en su "patio trasero, pala en mano", poniendo la mirada en
			
			Honduras.
 
			  
			Antes, Estados Unidos 
			avaló el golpe de Estado contra su líder demócrata, Manuel Zelaya, 
			porque quería reformar la Constitución.  
				
				Zelaya lanzó una 
				encuesta de opinión para un referéndum para establecer una 
				Asamblea constitucional pueda reformar legalmente la 
				Constitución, que permitiría a los ciudadanos hondureños tener 
				una voz legítima en los procesos políticos.    
				Funcionarios 
				hondureños, miembros de la Corte Suprema e incluso miembros de 
				su propio partido bajo el control de Washington declararon como 
				inconstitucionales los planes de Zelaya.    
				Los funcionarios del 
				régimen de Obama, incluida 
				
				Hillary Clinton, quien era 
				secretaria de Estado en ese momento, coincidieron en que Zelaya 
				debía ser destituido del poder.
 Zelaya era demasiado amigable con los enemigos de Washington en 
				la región, incluidos Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela.
   
				Zelaya había ayudado 
				a personas necesitadas ya que aumentó el salario mínimo por 
				hora, financió becas para estudiantes, autorizó la distribución 
				de leche y alimentos básicos para los niños, e incluso ayudó a 
				distribuir focos de bajo consumo, entre otras medidas, a favor 
				del pueblo hondureño.    
				Washington consideró 
				a Zelaya como una amenaza para sus intereses en relación con el
				Tratado de Libre Comercio de Centroamérica (CAFTA, 
				por sus siglas en inglés) y sus tropas estadounidenses 
				estacionadas en la base militar de Palmerola, si Zelaya decidía 
				cancelar el acuerdo CAFTA o impedir que las tropas 
				estadounidenses ingresaran a Honduras.  
			Durante décadas, 
			Washington ha entrenado a soldados y oficiales del ejército 
			hondureño a través de la antigua 
			
			Escuela de las Américas del 
			Ejército de Estados Unidos, que ahora se llama Instituto del 
			Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad (WHINSEC, 
			por sus siglas en inglés).
 El día 28 junio de 2009, con el permiso de la Corte Suprema de 
			Honduras, emitió una orden para que los militares arrestaran y 
			detuvieran al presidente Zelaya, quien fue trasladado a la Base 
			Aérea Hernán Acosta Mejía ubicada en Tegucigalpa, Honduras y 
			exiliado a Costa Rica.
 
			  
			Las secuelas del golpe 
			hicieron que Honduras se convirtiera en uno de los países más 
			peligrosos del planeta, con una de las tasas de homicidios más altas 
			de Centroamérica.  
			  
			
			
			Roberto Micheletti se convirtió 
			en presidente interino tras el golpe... 
				
				Bajo su liderazgo, el 
				gobierno de Honduras se convirtió en una fuerza represiva que 
				aumentó el número de hondureños que decidió emigrar a Estados 
				Unidos.    
				Se amenazó la vida de 
				activistas y grupos de derechos humanos.    
				En 2016, una de las 
				amenazas de muerte se convirtió en realidad, una conocida 
				activista ambiental y de derechos indígenas llamada Bertha 
				Cáceres, fue asesinada en su casa.
 Cáceres era conocida por evitar que una de las corporaciones más 
				grandes del mundo que construye represas concluyera
				
				la represa Agua Zarca en el río 
				Gualcarque.
   
				La vida en Honduras 
				se volvió peor después de la intervención de Washington para 
				derrocar a un líder elegido democráticamente que quería mejorar 
				un poco las condiciones de su pueblo, lo que constituye un acto 
				criminal. 
			  
			  
			¿Qué significa 
			una potencia imperialista bajo un gobierno de Joseph Biden para 
			América Latina?
 
 Los "guantes de seda" serán dejados de lado.
 
			  
			Joe Biden trabaja para
			
			el Complejo Militar-Industrial... 
			  
			El régimen de Biden será 
			más agresivo y peligroso para los líderes latinoamericanos de 
			izquierda que no cumplen las órdenes del establishment 
			político de Washington.  
			  
			Todos están en el blanco, 
			para ser removidos del poder, y los 'candidatos preferidos de 
			Washington' puedan recuperar el control en beneficio de sus 
			intereses corporativos y militares que han sumido a la 
			región latinoamericana en un ciclo de guerras civiles, deuda y 
			pobreza desde el final del Guerra Hispanoamericana.  
			  
			Biden y los demócratas 
			intentarán demostrarles a los republicanos quién puede ser más 
			"duro" con los líderes latinoamericanos y cualquier otro que ose 
			desafiar sus políticas...
 
 
			 
			
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