por Thierry Meyssan
31
Diciembre 2019
del
Sitio Web
VoltaireNet
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Ursula von der Leyen,
ex
ministra de Defensa de Alemania,
acaba
de iniciar un mandato
como
presidente de la Comisión Europea,
en
lugar del Spitzenkandidat Manfred Weber.
Hasta
ahora la presidencia de la Comisión Europea
siempre
estuvo en manos de un representante
de los
intereses atlantistas.
La
Comisión Europea
que acaba de
iniciar su mandato
ha mostrado
claramente cuál es su proyecto
ante la retirada
de Estados Unidos:
devolver a
Europa occidental la dominación que ejerció
sobre el resto
del mundo desde el siglo XVI
y hasta el
siglo XIX.
Con ese fin está
dotándose de una ideología barata
que invierte el
sentido del vocabulario de sus filósofos.
Sería una
postura risible,
si no fuese
porque puede llevar a la guerra...
La Unión Europea pretende devolver a sus miembros la posición
predominante que habían adquirido por la fuerza en sus respectivos
imperios.
Como el mundo ha
cambiado, ya no es posible basar el control colonial en las
diferencias que separaban a los "Salvajes" de la "Civilización".
Resulta, por tanto,
conveniente formular una nueva ideología que aporte a la dominación
europea un ropaje de ideales nobles.
Esa ideología ya existe, de manera embrionaria, y Estados Unidos la
utilizaba para justificar su propio "liderazgo". Ahora se trata de
hacerla más coherente y más precisa.
Su eslogan básico afirma que,
"el universalismo ya no debe entenderse
como la igualdad de todos ante la Ley, independientemente del
origen, de la fortuna y de la religión de las personas, sino como
igualdad en el trato que cada cual puede recibir en cualquier país
adonde llegue."
Desde esa nueva perspectiva, el verdadero enemigo ya
no sería el desorden, tampoco la inseguridad generada por el
desorden, sino los Estados que supuestamente deber protegernos y
que crean diferencias entre nosotros en función de nacionalidades.
¡Excelente doctrina para un Estado 'supranacional'...!
Pasamos del
'Estado federal estadounidense' al 'Estado federal europeo'...
-
En el plano sociológico, esta ideología respalda indistintamente
toda forma de migración (lo cual permite hacer desaparecer las
fronteras entre los hombres).
También respalda toda forma de
confusión entre los géneros masculino y femenino (lo cual permite
hacer desaparecer las desigualdades basadas en las diferencias
físicas entre las personas).
-
En el plano económico, esta ideología se pronuncia por la libre
circulación de los capitales (que no deben someterse a limitaciones
determinadas por los Estados) y por la globalización del
intercambio (ya que el intercambio somete a los hombres a través
del comercio).
-
En el plano militar, esta ideología apoya la injerencia de la
"comunidad internacional" en los "Estados no globalizados" (por
considerarlos refractarios
al Nuevo Orden) y el uso de fuerzas
armadas no estatales (ya que ciertos Estados tendrán que
desaparecer).
-
En el plano político, esta ideología respalda cualquier causa
global, como la lucha contra las acciones humanas que determinan el
cambio climático.
En definitiva, esta ideología rechaza el Derecho
Internacional (o sea el Derecho que se impone a todos).
[1]
Si bien la cuestión de las migraciones se ha convertido en un tema
tabú para las élites europeas, a raíz del fracaso de la canciller
alemana Angela Merkel en 2015, vemos que todos los demás aspectos
ya son comúnmente admitidos.
-
La confusión entre los géneros, iniciada con la exigencia de
paridad en materia de cargos, se extiende hoy a las acciones que
preconizan un modelo transgénero.
Ya nadie se atreve a observar que
la aplicación de la paridad en los Parlamentos y en las juntas
directivas de las empresas no benefició a las clases populares sino
sólo a
las élites.
Resulta imposible ver dónde estaría el progreso en pasar de la
integración de los transexuales a la apología de la incertidumbre en
materia de diferenciación entre los sexos.
-
La libre circulación de los capitales es una de las,
"Cuatro
Libertades instituidas en la Unión Europea desde la adopción del
Acta Única Europea, en 1986."
Ese concepto permite a las grandes
empresas evadir los impuestos nacionales, lo cual todos deploran…
pero nadie quiere abrogarla.
-
La
globalización
del intercambio ha destruido millones de empleos en Europa y
ha comenzado a erosionar las clases medias. [2]
-
La injerencia militar de Estados Unidos en los Estados no
globalizados es el núcleo de la doctrina Rumsfeld/Cebrowski,
adoptada por Estados Unidos en 2001. [3]
Es asombroso
comprobar que las élites occidentales todavía parecen
ignorar su existencia.
Por ejemplo, la publicación de un
gran sondeo sobre los 18 años de "fracasos" estadounidenses
en la "pacificación" de Afganistán ha suscitado numerosos
comentarios.
Pero
absolutamente nadie se atrevió a decir que, lejos de ser un
fracaso, el actual resultado era precisamente el objetivo
de la misión que el secretario de Defensa Donald Rumsfeld
asignó al Pentágono en 2001:
18 años
después, la "guerra sin fin" todavía prosigue en una
serie de teatros de operaciones, que son cada vez más
numerosos". [4]
-
El uso de fuerzas militares no estatales ha alcanzado un punto de
apogeo con las organización yihadistas - una de ellas, el Emirato
Islámico (Daesh), llegó incluso a atribuirse un Estado no
reconocido.
El uso de fuerzas
militares no estatales prosigue actualmente con el respaldo
oficial de la Unión Europea a una organización clasificada
como terrorista - el PKK - con tal de que esa organización
limite su campo de acción a Siria y no actúe en Turquía.
[5]
La lucha contra la actividad humana señalada como causa del
calentamiento climático es ante todo una política tendiente a
reformatear la industria automovilística, que ha alcanzado el fin
de un ciclo desarrollo, para llevarla a iniciar un ciclo diferente,
pasando del motor de combustión interna al motor eléctrico.
La
teoría de
Milutin Milankovic sobre la relación entre las
variaciones de la órbita terrestre y los
cambios climáticos de
larga duración ofrece una explicación válida de los cambios
climáticos actuales.
Pero eso no impide que se siga afirmando que,
"está científicamente demostrado que esos cambios se deben a la
actividad humana". [6]
Lo peor está por ver con la invención de un
Derecho global.
Ignorando las diferentes tradiciones jurídicas existentes a través
del mundo, la Unión Europea está subvencionando la Corte Penal
Internacional (CPI, también designada como Tribunal Penal
Internacional o TPI).
Después de haber servido por mucho tiempo
como instrumento del colonialismo europeo en África, la
Corte Penal
Internacional pretende establecer una supuesta superioridad de los
europeos sobre los demás grupos humanos.
Después de haber tratado infructuosamente de juzgar a la Premio
Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, por supuestos "crímenes contra la
humanidad", la CPI pretende ahora juzgar al presidente sirio
Bachar
al-Assad por haber dirigido la resistencia de su pueblo contra la
arremetida de
la Hermandad Musulmana. [7]
La CPI pretende también
sentar a Israel en el banquillo de los acusados por los crímenes
que ha perpetrado en los territorios palestinos ocupados.
Dado el
hecho que los europeos no sienten particular interés por el pueblo rohinya, por el pueblo sirio, ni por el pueblo palestino,
¿cómo
ignorar que la Unión Europea sólo trata en estos casos de llevar la
contraria a Estados Unidos y erigirse en defensora de los
musulmanes, incluso pisoteando su propia tradición de
secularización?
El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y
Política de Seguridad,
Josep Borrell, anunció la próxima creación
de un régimen global de sanciones contra las violaciones de los
derechos humanos, conforme a la voluntad expresada por el Parlamento
Europea en abril de 2019 (B8-0181/2019).
Inspirándose en el modelo
estadounidense de la "Ley Magnitski" (Global Magnitski Act),
[8] la
Unión Europea pretende, como un maestro de escuela, enseñar a los
demás la diferencia entre el Bien y el Mal y distribuir buenas o
malas calificaciones.
El sentido de las palabras cambia según las épocas.
Desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII, el universalismo nos invitaba a luchar
contra el colonialismo.
Desde el siglo XIX hasta el siglo XX, el
"universalismo" determinaba el "deber del hombre blanco" y
autorizaba el otorgamiento de mandatos a países "desarrollados" para
que "ayudaran" a los "subdesarrollados".
En el siglo XXI, el
"universalismo" se convierte en justificación para el neocolonismo.
La presidente de la Unión Europea,
Ursula van der Leyen, resumió su
programa de restauración de la dominación europea con las
siguientes palabras:
"Ha llegado el
momento... Tenemos que hacer uso de la Fuerza."
Referencias
-
¿Multilateralismo o Derecho Internacional?, por Thierry
Meyssan, Red Voltaire, 3 de diciembre de 2019.
-
Global
Inequality - A New Approach for the Age of Globalization,
Branko Milanovic, Harvard University Press, 2016.
-
El Proyecto Militar de Estados Unidos para el Mundo,
por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 22 de agosto
de 2017.
-
The
Pentagon’s New Map, Thomas P. M. Barnett, Putnam
Publishing Group, 2004;
Agresión Disfrazada de Guerras Civiles, por Thierry
Meyssan, Red Voltaire, 27 de febrero de 2018.
-
Las Insolubles Contradicciones de Daesh y el PKK/YPG,
por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 12 de noviembre
de 2019.
-
¿La Paz o la
Lucha contra el CO²? - Escoja usted su Prioridad, por
Thierry Meyssan, Red Voltaire, 29 de octubre
de 2019.
-
La CPI se dispone a Violar una Decisión del Consejo de
Seguridad para juzgar a Bachar al-Assad, por Thierry
Meyssan, Red Voltaire, 13 de marzo de 2019.
-
Lo que se Silencia en las Acusaciones Anglosajonas contra
Rusia, por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 24 de
julio de 2018.
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