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 por Ricardo González Marzo 2016 del Sitio Web LegadoCosmico 
 
 
 
 
 
			 
			de Ricardo González 
			 
			La 'Marcahuasi' de San Juan de Iris 
 
			De acuerdo a los mensajes, en estas 
			corpulentas montañas se daría un contacto con los "guardianes" y 
			recibiríamos un mensaje de ellos. 
 
 
			 
 H.B. y yo nos quedaríamos en la meseta, procurando un lugar donde protegernos del frío para aguardar el contacto. Rápidamente - gracias a la orientación que habíamos recibido de los lugareños - encontramos el refugio perfecto en una de las viejas ruinas pre-íncas: 
			En medio de su laberinto de rocas 
			acomodamos nuestras bolsas de dormir, y acto seguido preparamos una 
			deliciosa - y necesaria - sopa caliente. Luego de ello descansamos, 
			contemplando a través de la pequeña entrada de nuestra guarida, el 
			bellísimo atardecer andino. 
 Casi inmediatamente a esta "percepción", recibimos una comunicación mental de los guías extraterrestres, marcando las 9:00 p.m. como la coordenada exacta del contacto programado. De acuerdo al mensaje, tendríamos un encuentro astral - experiencia que consiste en abandonar el cuerpo físico a través de un vehículo sutil - con "los Guardianes de la Caverna". 
 En el mensaje se nos decía, que antes de dirigirnos al lugar donde viviríamos la experiencia - una gran roca que observamos cuando salimos a caminar por la zona, con forma de rostro, similar a su montaña gemela, la 'Marcahuasi' de San Pedro de Casta - veríamos sus naves como un aval de la conexión que realizaríamos con "los Maestros de los Retiros Interiores". 
 
			Teníamos que aguardar... 
			 
 Las montañas, lucían como gigantes en medio de la oscuridad, y el intenso frío de la puna secaba nuestros labios mientras clavábamos la vista en el horizonte. 
 
			A unos 4.000 metros de altura, solos, en 
			la meseta, sentíamos acariciar el Universo. 
 
 
			 
 
			Lucía como una luz proyectada desde 
			arriba. ¡Pero quién o qué la proyectó! 
 
			
			 
			 
 
			Ni lo pensamos. Actuamos casi como 
			autómatas. Sabíamos qué debíamos hacer... 
 
			Y frente a mí, tres siluetas con largas 
			túnicas blancas. 
 Luego, otro de los Maestros, con mayor edad de quien lo precedió, se acercó empuñando una espada, y me dijo: 
 Y antes de que pudiese salir de mi desconcierto, el más anciano se aproximó, llevando entre sus manos una copa de madera, afirmando con tajante voz: 
 Me explicaron entonces que todo esto era simbólico - pero marcadamente trascendental - y que de esa forma llegaban a muchas personas en el mundo, algunas de las cuales habían mal interpretado el lenguaje sencillo de los símbolos, creyendo que se trataban de objetos que formaban parte de tal o cual Maestro, atribuyéndoles, incluso, algún poder en especial o influencia mágica. 
 
			En verdad lo que encierran aquellas 
			imágenes es parte del conocimiento oculto que llevará al ser humano 
			a esferas superiores de consciencia. 
 Sobre ésta, se hallaban diversos objetos; la mayoría eran planchas doradas con finos grabados, que me recordaron de inmediato los ideogramas que suelen aparecer en las psicografías o comunicaciones telepáticas de los extraterrestres. 
 Según lo que me dijeron, ese sector andino que pisábamos había sido, hace mucho tiempo, una antigua colonia de la Atlántida, donde los custodios de aquel conocimiento ancestral, y de otras civilizaciones posteriores, escondieron archivos de información en una zona que convinieron en llamar "Demacronia". 
 Era alucinante escuchar y ver todo esto en la experiencia. Según estos seres, allí, en amplias galerías intraterrestres, interconectadas por diversos túneles secretos, se depositaron parte de los registros que hablan de la verdadera historia de la humanidad. 
 
			Existen lugares similares en todo el 
			mundo... 
 
			Eran, pues, los "Guardianes de la 
			Caverna", quienes nos revelaban su más preciado tesoro y secreto. 
			 
 Entonces, el más anciano habló con firmeza, conmoviendo mi corazón y las paredes de roca de la galería subterránea: 
 Y he aquí que tuve una visión muy vívida, donde observaba la puerta de Hayumarca temblando, como si se tratase de un terremoto, para luego encenderse en una luz dorada que se disparaba hacia otro lugar: Nazca. 
 
			Y desde
			
			las líneas de Nazca la luz dorada 
			viajaba a la Zona X en el Cusco, y desde la Zona X llegaba a 
			Marcahuasi... 
 ¡Todo estaban unido! Y era solo el principio... 
 
			Estábamos siendo entrenados en los 
			enclaves de poder de nuestro país para luego recorrer todo el 
			mundo... 
 
			
			 
			1994 
			 
 
			Nuestros haces de luz se unían, y pude 
			observar que desde Marcahuasi de San Juan de Iris esta fuerza 
			viajaba, otra vez... Entonces pregunté hacia adónde se dirigía. 
 
 
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