por Chitauri
23 Noviembre 2017

del Sitio Web Chitauri

 

 

Pocas veces un libro me ha llamado tanto la atención, los que me leéis sabéis que el tema del transhumanismo y la singularidad me atrae y asusta en proporciones similares, así que paso a desglosar el hallazgo.

El historiador israelí nacido en 1976 Yuval Noah Harari, autor del best seller De Animales a Dioses, sostiene que el poder de los humanos en la Tierra responde a nuestra habilidad de crear ficciones y convencer a otros de que las crean, os dejo una charla Ted dada en 2015 sobre este libro, antes de dar información sobre su siguiente libro Homo Deus - Breve Historia del Mañana:

 

 

 

 



Las tres tesis principales con sus consecuentes preguntas que nos deja el libro:

Si pensamos en términos de meses, probablemente tendríamos que centrarnos en problemas inmediatos como los disturbios en Oriente Medio, la crisis de los refugiados en Europa y la desaceleración de la economía china.

 

Si pensamos en términos de décadas, el calentamiento global, la desigualdad creciente y la disrupción del mercado laboral cobran mucha importancia.

 

Pero si adoptamos una visión realmente amplia de la vida, todos los demás problemas y cuestiones resultan eclipsados por tres procesos interconectados:

  1. La ciencia converge en un dogma universal, que afirma que los organismos son algoritmos y que la vida es procesamiento de datos.
     

  2. La inteligencia se desconecta de la conciencia.
     

  3. Algoritmos no conscientes pero inteligentísimos pronto podrían conocernos mejor que nosotros mismos.

Estos tres procesos plantean tres interrogantes clave, que espero que permanezcan en la mente del lector mucho después de que haya terminado de leer este libro:

  1. ¿Son en verdad los organismos solo algoritmos y es en verdad la vida solo procesamiento de datos?
     

  2. ¿Qué es más valioso: la inteligencia o la conciencia?
     

  3. ¿Qué le ocurrirá a la sociedad, a la política y a la vida cotidiana cuando algoritmos no conscientes pero muy inteligentes nos conozcan mejor que nosotros mismos?

Para finalizar la entrada dejo una charla que mantuvo Harari en un programa de la TV española sobre este tema y una conferencia titulada "Techno-Religions and Silicon Prophets" que está subtitulada en inglés.

 

 


Iñaki Gabilondo entrevista a Yuval Noah Harari

 

El historiador israelí es autor de libros como 'De Animales a Dioses - Una Breve Historia de la Humanidad', un gran éxito del año pasado en el que analiza de manera novedosa la historia de la especie humana.

 

Entre sus seguidores se encuentran Bill Gates y Mark Zuckerberg.

 

En su siguiente libro 'Homo Deus' señala que si nuestra felicidad depende de nuestro sistema bioquímico y podemos manipularlo podremos aumentar la felicidad, lo que ya venimos haciendo con medicamentos y drogas, y se investiga en la manipulación del cerebro con estímulos eléctricos y con la modificación genética.

 

La ingeniería biológica, la ingeniería Cyborg y la de seres no orgánicos podrían acercarnos a la felicidad total y al ascenso del Homo Sapiens a Homo Deus.

Para ello debemos facilitar información personal a aplicaciones que tienen capacidad para manejar algoritmos, como ya lo hacemos al informar de nuestras preferencias a,

  • Facebook

  • Amazon

  • Siri

  • Cortana

  • Google Now,

...y confiamos toda la información requerida y, a veces, de nuestros familiares (incluida la del ADN), a las instituciones sanitarias que, con sofisticado instrumental, diagnóstica cada vez con mayor precisión las enfermedades padecidas y a la que estamos predispuestos genéticamente, lo que, combinado con el historial codificado de centenares de millones de personas, permite protocolizar terapias cada vez más precisas sin intervención humana.

 

Entre salud e intimidad elegimos salud...

Esta dinámica deriva en lo que Harari identifica como "dataísmo" (resumiré el concepto al final del post) o la "religión de los datos".

 

Cedemos un creciente caudal de información personal (cada vez más personas monitorizan su cuerpo 24 horas al día) que, con un adecuado poder computacional, puede permitir que un algoritmo externo nos conozca mejor que nosotros mismos.

 

Y entonces tendrá sentido confiar a este algoritmo decisiones importantes de nuestra vida.

 

Los datos personales tienden a convertirse en lo más valioso que tienen los humanos, y los cedemos gratuitamente a gigantes tecnológicos que, con sus potentes algoritmos, tienden a convertirse en oráculos omniscientes, y de ahí, en nuestros representantes y, más tarde, en soberanos, por lo que el desarrollo tecnológico podría despojar a los humanos de su autoridad y trasladársela a algoritmos.

 

Si bien la necesidad de trabajadores se reduciría drásticamente en el futuro, algunos humanos seguirían siendo necesarios, pero serían una élite de superhumanos mejorados los que tomarían las decisiones más importantes, y la mayoría de los humanos conformarían una casta inferior.

Harari concluye que las hipótesis esbozadas no son profecías, sino posibilidades, e incluso el corazón de su razonamiento (la estructura bioquímica de los seres vivos es un algoritmo) es cuestionable.

 

Pero gran parte de las tendencias dinámicas que describe, ya se producen en el presente, por lo que la obra trata de alertarnos sobre las potenciales derivas del uso de las nuevas tecnologías, y nos anima a que pongamos la reflexión y la voluntad colectiva para evitar los desastres potenciales.
 

 

 

 

 

 

 

 


Una de las cosas que más me llamó la atención del libro Homo Deus es el concepto de dataísmo que paso a resumir:

En su forma más cruda, el dataísmo defiende que el universo se reduce a un incesante flujo de datos, y que,

"el valor de cualquier fenómeno o entidad está determinado por su contribución al procesamiento de datos."

Para el dataísmo, no hay una frontera nítida entre el cerebro humano y un ordenador:

ambos son extraordinarios procesadores.

Mientras el hardware del cerebro consiste en miles de millones de neuronas, el ordenador cuenta con circuitos electrónicos.

 

En cuanto al software, el cerebro humano tal vez tenga el algoritmo más sofisticado del universo conocido, pero la inteligencia artificial está avanzando a pasos agigantados sin las restricciones biológicas del hardware cerebral.

 

En la era moderna, la explosión demográfica y la revolución digital han disparado la capacidad global de procesamiento de datos.