por Tyler Durden
19 Julio
2022
del Sitio Web
ZeroHedge
traducción de
SOTT
19 Julio
2022
del
Sitio Web
SOTT
Versión original en ingles
Durante muchos años hemos estado anticipando la aplicación de
restricciones de gran alcance y transformación en la industria y la
agricultura en nombre de las iniciativas del "cambio
climático", y ahora parece que ha llegado el momento de
que la lucha comience.
El primer gran campo de batalla es claramente Europa, ya que las
naciones individuales siguen los dictados de emisiones del gobierno
centralizado de la UE, aplastando sus propias economías mientras se
encuentran en medio de una crisis energética autoinducida.
Parece una locura, pero
hay una agenda mayor en juego.
Hoy en día, una
rebelión de los agricultores se
está levantando en toda Europa, mientras los verdaderos productores
de los alimentos que mantienen al público vivo están siendo
demonizados por negarse a trabajar en condiciones que esencialmente
los llevarían a la quiebra.
Las normas europeas
sobre emisiones no se refieren únicamente al carbono, aunque
este sea un aspecto importante.
Más bien, incluyen
otros gases naturales como el metano y el nitrógeno, que son un
subproducto de las grandes explotaciones agrícolas.
Las restricciones
sobre el nitrógeno, por sí solas, van a destruir la mayoría de
las explotaciones agrícolas de Países Bajos, uno de los mayores
países agrícolas de la UE.
Alemania se dispone a
seguir a Países Bajos con sus propias normas sobre emisiones a
corto plazo.
En primer lugar, es
importante preguntarse "¿por qué ahora?".
Hay una serie de razones.
La primera y más
importante es que la agenda climática de la UE se alinea
estrechamente con los protocolos climáticos de la ONU para el
año 2030 y exige una reducción del 55% de las emisiones en menos
de una década (y un cero neto en 2050).
Si crees que estas
decisiones las toman los gobiernos individuales, te equivocas;
el
plan 2030 fue formulado por
instituciones globalistas como
la ONU
y el
Club de Roma; los Estados
miembros simplemente siguen órdenes.
El calendario de
normas medioambientales drásticas se fijó probablemente en 1992
durante la "Cumbre de la Tierra" de Río de Janeiro (también
conocida como
Agenda 21).
¿Por qué el año 2030? Es
difícil de decir.
No hay ninguna base
científica para el calendario. No hay pruebas que apoyen la idea de
que el cambio climático tendrá un impacto medioambiental notable en
2030.
Simplemente quieren que
se apliquen controles de carbono y otras medidas para 2030, y no dan
una razón concreta para ello.
Científicos pagados por el establecimiento y
activistas histéricos llevan décadas presentando
predicciones sobre un cataclismo climático, y ni una sola de ellas
se ha hecho realidad.
Por ejemplo,
en la década de 1970
los científicos del clima predijeron una "nueva edad de hielo"
para el año 2000 y este escenario sin sentido fue difundido
ampliamente por los medios de comunicación.
Luego afirmaron que
la "lluvia ácida" acabaría con la vida en los lagos de agua
dulce en la década de 1980; pero eso nunca ocurrió.
Después, el culto al
clima cambió al relato del calentamiento global, prediciendo que
las capas de hielo se derretirían y la subida de los mares
"destruiría naciones" para el año 2000.
Obviamente, esto
nunca ocurrió.
En el 2000,
científicos de la Unidad de Investigación Climática de Gran
Bretaña afirmaron que las nevadas eran "cosa del pasado" y que
la siguiente generación no sabría lo que es la nieve.
En 2008, científicos
de la NASA afirmaron que el Ártico estaría "libre de hielo" para
el año 2018.
La lista sigue, y sería
divertidísimo si los que hicieron todas estas predicciones erróneas
no siguieran influyendo en políticas de gobierno, pero lo hacen.
La siguiente cita del
Club de Roma, un grupo directamente
relacionado con
la ONU, debería ilustrar por qué el
público ha sido constantemente bombardeado con predicciones
climáticas durante las últimas décadas.
La cita procede de un
libro titulado "La Primera Revolución Global -
The First Global Revolution",
publicado en 1992.
En ese documento se
recomienda específicamente utilizar el
calentamiento global como vehículo:
"En la búsqueda de un
enemigo común contra el que podamos unirnos se nos ocurrió que
la contaminación, la amenaza del calentamiento global, la
escasez de agua, la hambruna y otros aspectos similares
encajarían en el proyecto.
En su conjunto y en
sus interacciones, estos fenómenos constituyen una amenaza común
a la que debemos enfrentarnos todos juntos.
Pero al designar
estos peligros como 'el enemigo', caemos en la trampa, de la que
ya hemos advertido a los lectores, de confundir los síntomas con
las causas.
Todos estos peligros
son causados por la intervención humana en los procesos
naturales, y sólo mediante un cambio de actitudes y
comportamientos se pueden superar.
Por tanto, el
verdadero enemigo es la propia humanidad...".
La afirmación procede del
Capítulo 5:
El vacío, que recoge
su posición sobre la necesidad de un 'gobierno global'...
La cita es clara:
hay que conjurar un
enemigo común para engañar a la humanidad y que se una bajo una
sola bandera, y las élites ven la catástrofe medioambiental,
causada por la propia humanidad, como el mejor motivador
posible.
Excepto que no hay
ninguna catástrofe medioambiental, al menos no dentro del relato que
presenta el establecimiento.
Simplemente no existe. No
hay pruebas que apoyen la teoría del cambio climático provocado por
el hombre. Ninguna...!
Las temperaturas globales
han aumentado sólo 1 grado centígrado en el último siglo, y no hay
ninguna prueba concreta de que este único grado de temperatura haya
sido causado por la actividad humana.
El principal argumento de los climatólogos es la exclusión:
Dicen que se ha
demostrado que todas las demás causas potenciales (incluido el
sol) no son la causa, por tanto, la causa "debe" ser la
industria y las emisiones humanas.
Pero esto es mentira.
Curiosamente, el aumento de las temperaturas citado por NOAA y NASA
coincide directamente con un aumento de la
actividad solar en el
transcurso de los últimos 100 años, según un estudio publicado en
2006.
Además, científicos han
descubierto que la actividad solar en 2022 está SUPERANDO las
predicciones anteriores. La actividad solar global ha aumentado al
mismo tiempo que la Tierra se ha estado calentando. Imagínate...
Científicos del clima siguen descartando al sol como causa
porque dicen que no hay suficientes datos para apoyar la idea.
Por supuesto, no hay
suficientes datos porque todo el dinero va a los científicos que
apoyan la teoría del hombre; no hay fondos para los científicos que
presentan teorías alternativas.
Dado que el registro oficial de temperaturas utilizado por los
científicos del clima sólo se remonta a la década de 1880, no hay
forma de saber con certeza con qué frecuencia se producen realmente
estos patrones de calentamiento y cuántas veces se ha calentado la
Tierra en 1 grado centígrado a lo largo de los milenios.
Pero no importa, porque
la ciencia del clima no trata de salvar la Tierra, sino de,
crear una excusa para
microgestionar todos los aspectos de la producción
humana y, por ende, de la sociedad humana.
Para que los objetivos de
emisiones se cumplan en 2030, tendrán que producirse drásticos
cambios en la sociedad en los próximos ocho años.
El tejido mismo de
nuestro actual sistema de comercio y la cadena de suministro
mundial
tendrá que hacerse añicos y ser
sustituidos por un modelo de producción extremadamente limitado.
No sólo eso, sino que
la población humana tendrá que
reducirse en miles de millones...
Este modelo será
contenido artificialmente dentro de las directrices climáticas
arbitrarias establecidas por órganos de gobierno no elegidos
en nombre de detener los cambios ambientales que no se ha demostrado
que sean causados en absoluto por los seres humanos.
Lo que se consigue es la
formación de un marco autoritario, uno que
los globalistas dirán que está
"ambientalmente justificado"...
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