por Filastreo
22
Septiembre 2018
del Sitio Web
LaIncubacionSolar
Fuente
Anteriormente hicimos mención a un sincronismo que había pululado en
las culturas aborígenes del Nuevo Continente antes de la Conquista:
los sacrificios humanos.
Este proceder religioso,
del que nos han llegado relatos de consternados sacerdotes
españoles, lo vemos también desplegado sin tapujos en toda Europa
durante los siglos de la Inquisición.
Benzion Netanyahu
sostiene en Los Orígenes de la Inquisición que esa poderosa
maquinaria represiva respondía más a una finalidad de persecución
racista que a motivos religiosos.
En el cap. I, sintetiza
citando la obra
The Expansion of Christianity in the First Three
Centuries de Adolf von Harnack, la conclusión del marcado
antisemitismo que profesaron los padres cristianos durante la
escisión helenista al credo judío:
A pesar de todos los cambios radicales que tuvieron lugar en los
conceptos básicos del cristianismo, quedaba el problema de la
dependencia de la Biblia y la admiración de los profetas y héroes de
Israel tan palmarias en las palabras de Jesús y de Pablo,
dependencia que parecería estar en directa contradicción con los
sentimientos antijudíos de las masas griegas. [...]
"Pero todo cristiano
debe negarles la posesión del Antiguo Testamento.
Para un
cristiano sería pecado decir: 'este libro nos pertenece a
nosotros y a los judíos'; pues nos perteneció desde el
principio, lo mismo que nos pertenece ahora y para siempre, a
nosotros los cristianos y a nadie más, mientras los judíos son
la peor gente, la más sin Dios y abandonada de Dios, de
todas las naciones de la Tierra, pueblo del Diablo... cuadrilla
de hipócritas... marcada por la crucifixión de Nuestro Señor."
Como Harnack dijo
resumiendo todo este proceso:
Tan injusticia como la cometida por la Iglesia de los Gentiles sobre
el Judaísmo apenas tiene precedentes en los anales de la historia.
La Iglesia lo despojó de todo, le quitó sus libros sagrados, no
siendo ella misma sino una transformación del judaísmo, cortó toda
conexión con su religión materna.
¡Primero la hija le robó a la
madre, y después la repudió...!
Aunque discrepemos según la acepción que se le brinde a la palabra
"racista" entendemos que la maquinaria represiva a la que hace
alusión tenía más de un objetivo.
Perseguiremos más tarde esta
extraña acusación sobre el "pueblo del Diablo" no sin olvidar el
curioso hecho que
la Iglesia no se haya reconocido a sí misma como
una "transformación del judaísmo."
Empero, queriendo evitar las
referencias cíclicas y la repetición hasta el hartazgo, sólo
mencionaremos que
las religiones organizadas parecen ser la
resultante de un heteróclito fraguado
hiperdimensional:
una amalgama
de
interferencias exógenas, hoy mal llamadas
'extraterrestres',
asociado a una férrea programación mental basada en el Contactismo de su presbítera dirigencia - imanes, rabinos y
sacerdotes por igual - para la forja de sus dogmas y rituales que
concluyen en tres simples paradigmas:
-
el status quo mediante el
control de las creencias
-
el devocionalismo ceremonial
-
la sumisión junto
al sufrimiento como camino a la "salvación"...
Hay sin embargo un eco válido en su seno que se enriquece y crece en
munificencia a medida que se suma el conocimiento presente en sus
otras exponentes exotéricas.
En este sentido, somos partidarios de
reconocer el esfuerzo que se vio en España durante los siglos XIV y
XV, cuando representantes de las tres grandes
religiones abrahamánicas - habiendo
resurgido de las aguas pónticas por medio de las enseñanzas del
filósofo y místico catalán Ramón Lulio (en árabe: رامونلول) -
estaban a punto de consolidar los denominadores comunes entre el
Judaísmo, el Cristianismo y el Islamismo en un nuevo acervo de
conocimientos de vanguardia, proclive hacia la consolidación de un
ágape mesotérico:
un banquete amical que derrocaría enfrentamientos
religiosos y conflictos bélicos, en el Viejo y próximo a redescubrir
Nuevo Continente. (1)
Tristemente, aquellos que detentan el poder,
desde su ampliada visión hiperdimensional, habrían previsto esta
posibilidad y prestos a mantener el régimen de producción
de loosh de
la granja antropecuaria
procedieron con precisión quirúrgica a detener esta nueva
edificación babeliana que, entre otras miríadas, detonó la
persecución y diáspora judía del año 1492.
Excede a nuestra pretensión, al menos por el momento, hacer un
recuento pormenorizado de estos hechos.
Así que recomendamos
enfáticamente las impecables obras de la académica inglesa Frances
Amelia Yates, en particular, La Filosofía Oculta en la Época
Isabelina (The Occult Philosophy in the Elizabethan Age) que
brindarán al aspirante una sana lectura, requisito propiciatorio
para desarrollar una mente crítica y abrasiva a prueba de cualquier
peculado energético sectario o religioso.
Retomando el objetivo del presente escrito, quisiéramos llamar la
atención al lector un hecho peculiar y que se nos antoja molesto.
En
la incepción de las religiones abrahamánicas yace un curioso
personaje:
Melchizedek quien, carente de todo linaje y genealogía -
requisito para formar parte de la ilustre lista de personajes
vetero-testamentarios - inicia al patriarca Abram, más tarde
conocido como Abraham, con una extraña ceremonia en la que se hace
la primer referencia bíblica "al pan y el vino." (2)
Dentro de
aquellas investigaciones particulares por las que se interesó
Jacques Vallée, se encontraban los
intersigns, aquellos sincronismos
extraños que giraban alrededor de eventos inesperados o curiosos.
En
Forbidden Science II, se relata este extraño incidente:
Dejé el estudio desconcertado, pero la rareza apenas estaba
comenzando.
Caminé hacia el hotel Roosevelt, tomé un taxi al azar en
el atiborrado tráfico. La taxista era una rolliza rubia que conducía
erráticamente.
Cuando llegamos a KABC [estación de radiodifusión
propiedad de la ABC], me entregó un recibo por la tarifa. Lo saqué
de nuevo mientras preparaba mi informe de gastos, y tuve un
sobresalto cuando vi que estaba firmado por Melchizedek.
Solamente
hay una entrada con este nombre en la guía telefónica de Los Angeles
¿Es este otro intersign [sincronismo]?
Durante semanas he
pasado mucho tiempo libre investigando a Melchizedek. He enviado a
mi secretaria a la biblioteca para hurgar referencias, y he leído
todos los libros posibles en busca de pistas, desde la cosmogonía de
Urantia hasta la obra de
Frater Achad.
¡Y cuando dejo todo esto por
un fin de semana en Los Ángeles, tengo que tomar el único taxi en la
ciudad conducido por Melchizedek!
El sacerdocio de Melchizedek, contagia al judaísmo con un paradigma
que compartirán todas las religiones teocráticas y que más tarde
cobrará significado sacramental dentro de los rituales cristianos:
la ofrenda del "pan y el vino," el rito que conecta la idea del
diezmo, sacrificio u ofrenda hacia las entidades superiores, una
forma de aplacar la ira de los dioses o conseguir de ellos "gracias"
y "atajos."
Cangá Corozo en
La Conspiración del Ángel Gabriel es más
enfático al asociar este rito sacrificial en pos de obtener
protección o para lograr un objetivo a toda costa:
Luego del encuentro con Melquisedek, Abram regresa a su casa en
Canaán, y "el Señor
- EL" (Enlil/El) se le manifiesta nuevamente, esta
vez por medio de una visión, donde le dice que no se preocupe, pues
siempre lo protegerá.
A lo que Abram responde que de nada sirve esa
protección si él no tiene hijos, por lo que todas las cosas que
tiene y que le sean concedidas, las heredaría su criado Eliezer
[...]
El Señor le dice que un hijo suyo sería quien lo heredaría, y que
así como son las estrellas, así de numerosos serían sus
descendientes.
Y cuando Abram le preguntó qué debía hacer para
ganarse todo eso, "el Señor" le pide... ¡una ofrenda quemada!
- Oh Señor, ¿cómo sabré que yo la he de poseer?
Le respondió:
- Tráeme una vaquilla de tres años, una cabra de tres
años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.
El tomó todos estos animales, los partió por la mitad y puso cada
mitad una frente a otra. Pero no partió las aves.
(Génesis 15: 8-10)
Quiero en este punto del relato, atraer la atención a un hecho que
ya antes habíamos establecido:
estas entidades, que se hacían pasar
por dioses, necesitaban imperiosamente ofrendas de animales, la
sangre fluyendo, el animal agonizando, el humo subiendo al cielo.
Sólo agregamos a las palabras del aretalogista Cangá Corozo que
estas entidades entrópicas no sólo necesitaban imperiosamente
ofrendas de sangre de animales.
Si logramos abstraernos lo
suficiente y derribar las últimas barreras emocionales, no existe
diferencia alguna en la búsqueda de poder o salvación a través de
métodos sacrificiales, en homenaje, sumisión o expiación, para
pertenecer al selecto "pueblo del Diablo."
Cualquier sacrificio
humano como,
-
el Brit Milá: "el pacto de la circuncisión" (en hebreo:
בְּרִית מִילָה)
-
la clitoridectomía: la mutilación genital femenina
reclamada por el Islam
-
o cualquier reproducción cristiana de los
tormentos de la carne que nos describe el Via Crucis, al que
gratuitamente se sometieron tantos seguidores de Jesús en su
búsqueda de la "salvación",
...describen meramente un mecanismo para
extraer orgón (loosh) a través del sufrimiento para satisfacer a las
hambrientas entidades del plano etérico.
Ciertas enseñanzas y procederes
del
chamanismo occidental no se
encuentran tan lejanas:
autores como
Carlos Castaneda o Víctor
Sánchez describen el proceder de los indios yaquis en el Camino del
Poder, por medio del pacto con un "aliado" en las jerarquías descoporeizadas, aquel ser inorgánico al que intentan aliarse para
desarrollar sus poderes taumatúrgicos.
Joseph Fisher observó la
necesidad en las culturas aborígenes de efectuar un sacrificio de
sangre para lograr el contacto trascendental y establecer un vínculo
con el "espíritu guardián":
Los cazadores y recolectores nómades de la ahora extinta tribu
Charrúa del Uruguay llevaban a cabo una dolorosa versión de la
búsqueda de la visión trascendental.
Después de abrirse camino hasta
la cima de una colina aislada, se flagelaban y cortaban la carne con
sus armas hasta que, en delirio, cada uno recibía una visión de una
entidad.
Este ser era adoptado inmediatamente por el nativo e
invocado, en momentos de peligro, como su guardián.
Los miembros de la tribu de los Llanos, al buscar esta visión
espiritual, suben a una montaña remota, se desnudan, ayunan,
prescinden del agua y, por último, cortan por la articulación distal
su dedo índice izquierdo.
El apéndice desmembrado se alza hacia el
cielo mientras el nativo suplica a su guardián por buena fortuna.
Jacob luchando con el ángel
Bartholomeus Breenbergh
(año 1639)
Para el ojo entrenado, este intercambio de sacrificios de sangre en
pos de seguridad y "buena fortuna" no debiera distar demasiado del
Pacto de Sinaí entre Moisés y
El Señor de los Ejércitos.
Cangá
Corozo nos provee un curioso relato del Génesis cuando Jacob
forcejea con un "Ángel del Señor" y es rebautizado con su nombre
iniciático Israel:
En un punto en que Jacob tomó a sus dos mujeres, a sus dos siervas y
a sus once hijos, y los hizo cruzar el río junto con todo lo que
tenía.
En el momento en que Jacob se había quedado sólo, se presentó
una entidad que se enfrentó a él pero sus fuerzas eran parejas, ante
lo que se dio el siguiente diálogo:
Entonces el hombre le dijo:
- ¡Déjame ir, porque ya raya el alba!
Y le respondió:
- No te dejaré, si no me bendices.
El le dijo:
- ¿Cuál es tu nombre?
Y él respondió:
- Jacob.
El le dijo:
- No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque
has contendido con Dios y con los hombres, y has prevalecido.
(Génesis 32: 26-28)
Es así como esta entidad le cambió el nombre a Jacob por el de
Israel. Luego Jacob le preguntó su nombre a esa entidad, pero ese
ser no se quiso identificar.
Luego Jacob bautizó al sitio como
Penuel,
"porque vi a
Dios cara a cara y salí con vida."
Si nuestros bienamados hermanos en la Búsqueda de la Verdad observan
con cuidado, este enfrentamiento no difiere prácticamente en nada
cuando Don Juan y Don Genaro le explican a Castaneda su
enfrentamiento con la entidad desencarnada, durante la cual el
"aliado" es contactado físicamente por el brujo chamán
Leemos en el siguiente
extracto de
Viaje a Ixtlan, que algunos ufólogos no
dudarán en reconocer un velado proceso
de abducción donde la víctima
es transportada:
- ¿Qué pasó cuando agarró usted a su aliado, don Genaro? - pregunté.
- Fue una gran sacudida - dijo don Genaro tras un titubeo momentáneo.
Parecía haber estado ordenando sus pensamientos. - Nunca imaginé que sería así - prosiguió.
- Fue algo, algo, algo...
como nada que pueda yo decir. Después que lo agarré, empezamos a dar
vueltas. El aliado me hizo dar vueltas, pero yo no lo solté. Giramos
por el aire tan rápido y tan fuerte que yo ya no veía nada. Todo era
como una nube. Dimos vueltas, y vueltas, y más vueltas. De repente
sentí que estaba parado otra vez en el suelo. Me miré. El aliado no
me había matado. Estaba yo entero. ¡Era yo mismo! Supe entonces que
había triunfado. Por fin tenía un aliado. Me puse a saltar de
alegría. ¡Qué sensación! ¡Qué sensación aquélla! Luego miré
alrededor para averiguar dónde estaba. No conocía por ahí. Pensé que
el aliado debía haberme llevado por los aires para tirarme en algún
sitio, muy lejos del lugar donde empezamos a dar vueltas.
Ilustración del Libro del
gentil y de los tres sabios
(Ramon Llull, s. XVII)
Notas
-
Cf. La Filosofía Oculta en la Época Isabelina (The Occult Philosophy in the Elizabethan Age) de Frances Yates; citamos el
primer párrafo del capítulo I: La Cábala Cristiana Medieval: el Arte
de Ramón Llull:
En la ilustración aparecen cuatro personajes sentados bajo una
hilera bien hecha de árboles, cada uno de los cuales tiene en la
copa una ordenada cinta escrita.
Tras estos árboles se ve un plácido
y rico paisaje, y en primer término corre un refrescante arroyo que
brota de un manantial.
Se trata de un grabado contenido en una
edición del siglo XVIII de las obras de Ramón Llull, basado en la
tradición medieval de las ilustraciones de dichas obras. La dama
cuyo caballo marcha sobre el agua es la Inteligencia; los intelectos
están funcionando con rigor.
Estos personajes, plácidamente sentados
en tan agradable ambiente, están cultivando el arte llulliano.
-
Cf. Génesis 14:18-20 y Salmos 110:4:
Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del
Dios Altísimo,
sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo:
Bendito sea Abram del
Dios
Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el
Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano.
Y le dio Abram
los diezmos de todo.
Juró Jehová, y no se arrepentirá:
tú eres sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.
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