por Diego Herchhoren
23 Noviembre
2021
del Sitio Web
MPR21
La etiqueta de "negacionista" es ya una realidad, y se ha convertido
en el adjetivo preferido de cualquiera que se oponga a un
cuestionamiento del relato oficial.
Al comienzo de la llamada
"pandemia" y de los confinamientos, cuando había únicamente una
única versión sobre lo que ocurría, fue necesario investigar un poco
para encontrar otras hipótesis científicas.
"Si estás en
mi contra, ¡estás en contra de la ciencia!"
Esta frase, atribuida al 'Fernando Simón' norteamericano
Anthony Fauci, refleja a la
perfección el dogma de fe que hay que ejercer para aceptar el relato
oficial de los acontecimientos.
Hay que partir que lo que
es o no es "ciencia", no ha sido nunca algo pacífico, y ha sido
objeto de intensos debates, puesto que a medida que surgen los
nuevos descubrimientos, es evidente que dejan a un lado a la "vieja
ciencia" para dar paso a la "nueva ciencia".
Ahora bien, y apuntando a que existen recursos más que suficientes
como para comprobar que algo no anda bien en el relato oficial,
existe en España una cierta unanimidad en etiquetar como un
peligro a quien cuestione ese relato, y todo porque
probablemente la "ciencia" se ha convertido realmente más en una
religión que en un esfuerzo sistemático (y por su naturaleza,
controvertido) para descubrir la dialéctica natural.
Las religiones son
precisamente eso,
un dogma de fe, lo
que significa que tienen reglas que no deben cuestionarse...
Una autoridad invisible
como Dios, y sus representantes en la tierra, han establecido
históricamente las reglas de conducta de una sociedad, normalmente
al servicio de un ideal y de un orden social.
Paradójicamente estamos
viviendo una muerte de la
religión católica - aquella que dice que solo Dios
puede dar o quitar la vida - para dar lugar a otro dogma de fe que,
permite a una
corporación farmacéutica hacer
exactamente lo mismo...
La magia de la
'pandemia'
Y lo cierto es que la llamada "pandemia" ha sido una especie de
palabra mágica que, como la brujería o las mujeres
pelirrojas de la Edad Media, permiten establecer patrones de
conducta de eficacia excepcional para una ordenada transferencia de
rentas, cada día mayor, del trabajo al capital:
cuestionar la versión
oficial puede llevar a cualquiera a la hoguera, porque el
coronavirus se ha convertido en un demonio supersticioso
que puede ser liberado sobre cualquiera que cuestione su poder y
autoridad...
La palabra "ciencia" es
ahora sagrada en el mundo moderno, y lo ha sido durante
bastante tiempo.
La tecnología, la
medicina, la ingeniería se han vuelto tan complejas que pocas
personas conocen sus entrañas y, por tanto, para el profano, todo
esto tiene un áurea realmente mágica...
Se necesita un verdadero
"científico" para conocer los secretos más íntimos de la ciencia, al
igual que se necesita un "hacker" para hacer "milagros" informáticos
que nunca existen.
Como ocurría en el Antiguo Egipto respecto al control de la
climatología que tenían los sacerdotes - se ha hablado mucho de su
poder político derivado de su conocimiento de los astros -
ciertamente hemos llegado a pensar que sólo los sacerdotes de la
ciencia pueden comprender la ciencia.
Las frases pronunciadas
por aquellas personas que todavía escuchan su sentido común, como
"haz tu propia investigación", para el adorador de la ciencia, se
han convertido en,
el mantra del
imbécil, el idiota que no confía en el "Dios de la ciencia"
y que al día de hoy es el mejor equivalente del hereje...
Es obvio que el mero
sentido común no suple el cabal conocimiento de los
procesos biológicos, pero cuando detrás de una supuesta pandemia
unos ganan mucho y la mayoría lo pierde todo,
¿no es el momento de
hacerse preguntas...?
Parece que en el clima
actual, la mayoría de la gente no se las hace, y prefiere los
imperativos, llegando a aceptar incluso que nuestras vidas queden en
manos de una fórmula patentada que, naturalmente,
tenemos que hacer
malabares para conocer su composición y sus consecuencias en
nuestros cuerpos...
El sacerdocio
pandémico
Ahora bien, el problema no es la ciencia, el problema
son las personas que dicen conocer y monopolizar la ciencia:
los nuevos
'sacerdotes'...
Y las masas no son lo
suficientemente cultivadas para distinguir lo que es bueno y lo que
no.
Estaría bien hacer algo
de memoria y recordar que esa fórmula de "sólo los técnicos conocen
la técnica" se aplicó también
en 2008, aquella vez para
justificar el drástico avance del capitalismo, cuando el Dios
de aquella época eran "los mercados".
La superstición es normalmente una consecuencia
directa de la religión.
Si aceptamos que la
ciencia es ahora una religión, la respuesta a esta
nueva religión es en gran medida supersticiosa, como lo es "la
vacuna", superstición que hay que mantener viva
mediante "dosis de recuerdo".
Dado que ahora la ciencia
puede crearse y justificarse simplemente a través de la palabra de
un puñado de figuras 'autorizadas', entonces la creencia en ella
(dado que la nueva ciencia no tiene que justificarse mediante la
experimentación, la documentación y el debate entre científicos) es
entonces una superstición...
Y hay bastantes ejemplos que han desafiado de manera evidente
cualquier clase de lógica.
Desde el
distanciamiento de mesas en las terrazas de los bares hasta la
segregación de los no vacunados para evitar que los vacunados se
infecten (que, según su propio relato, se infectan igualmente),
o incluso vacunar a los niños de 5 años para prevenir una
enfermedad que nadie de 5 años contrae, según sus propias
"investigaciones".
Ninguno de estos ejemplos
tiene una base científica y la mayoría son auténticos
disparates, pero como los 'sacerdotes' de la nueva
ciencia nos han "dicho" que estas cosas se basan en la investigación
y la experimentación científicas, hay que creérselo.
La definición de "superstición" puede ser,
"una creencia
generalizada pero injustificada en la causalidad
sobrenatural"...
Esa "causalidad
sobrenatural" son las suposiciones irracionales y vacías que la
gente parece pensar que son "causas naturales".
Y para ello bastaría con
preguntar a un seguidor de esta nueva religión que expliquen,
por qué una persona
vacunada necesita protección contra una persona no vacunada
(todo ello en nuestro esfuerzo racional por descubrir la
"causalidad natural" de una suposición "científica"), para ver
que aquél que ose hacer dicha pregunta será tildado,
probablemente, de 'hereje'...
Todo esto es realmente
una manifestación del problema fundamental:
la mayor parte del
llamado mundo occidental está sufriendo una psicosis
masiva similar a una secta.
Y decimos "mundo
occidental" porque se trata en exclusiva de una psicosis del
llamado "mundo 'desarrollado'..."
En África o Asia, la
llamada "pandemia" forma 'parte de las políticas oficiales',
pero sus poblaciones apenas han notado diferencias:
quien era pobre lo
sigue siendo, y la supervivencia no ha dejado de ser el día a
día de millones de personas...
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