por John Kaminski
17 Diciembre 2013
del Sitio Web
TheRebel
traducción de Editorial-Streicher
16 Enero 2014
del Sitio Web
Editorial-Streicher
Versión original en ingles
Hace un mes publicó
el famoso escritor estadounidense John Kaminski este
artículo.
Como siempre, nos plantea y
presenta la sombría situación que él e infinitos más
perciben como extremadamente nociva y mortal,
constatando a la vez, como él dice, el estado comatoso
en que se quiere que la gente quede para que así no
pueda ser capaz de reacción y respuesta.
Esta vez su punto es la
igualdad que se da entre el Estado y el sistema
bancario.
Los Bancos y el Estado
CUANDO RESPALDAMOS UN SISTEMA QUE NO
COMPRENDEMOS,
GARANTIZAMOS NUESTRA PROPIA PERDICIÓN.
YA NO HAY NINGUNA RAZÓN
PARA CONSIDERAR A NUESTRO GOBIERNO COMO LEGÍTIMO.
En la Unión Soviética era el Estado el que tragaba toda la propiedad, así
como decenas de millones de vidas, en su tendencia insana hacia el poder y
el control total.
En Estados Unidos hoy, son los bancos los que
realizan aquella función, incautando la propiedad bajo la premisa de que
ellos son los árbitros imparciales del poder financiero, tal como el
gobierno soviético fingía que era una autoridad legítima para beneficiar a
su pueblo.
No es ninguna coincidencia que ambos esfuerzos -
estas pesadillas gemelas del capitalismo y el comunismo - fueran fraudes
judíos, burlándose de toda la moralidad conocida con su caos inescrupuloso y
sus asesinatos masivos que ellos calificaron como legales y necesarios.
La declaración de Karl Marx de que la religión era sólo el opio de
las masas significó el final definitivo de la autoridad religiosa que reyes
y dictadores durante mucho tiempo fingieron que era lo que motivaba sus
esfuerzos para organizar las sociedades como comunidades coherentes y
seguras.
Mirando hacia atrás en toda esta noble historia
no podemos dejar de preguntarnos si los códigos morales y los escritos
sagrados no eran sólo justificaciones engañosas para el saqueo indisimulado
que vemos hoy en acción, la serpiente del lucro que lo consume todo a su
paso y el mundo agradable como lo conocíamos desapareciendo hasta la ruina
justo delante de nuestros propios ojos.
Todas estas cosas, por supuesto, dependen de que la gente corriente no sepa
verdaderamente lo que le está sucediendo.
¿Podría realmente una población entera creer que
enviar a la mayor parte de sus vecinos a helados campos de concentración
para ser muertos, como ocurrió en la Unión Soviética, realmente sea una
política nacional sana? ¿A quién podría hacérsele creer tal cosa? Sólo a los
ignorantes.
Y en la misma línea, ¿quiénes podrían creer que ellos deberían pagar a un
pequeño grupo de arrogantes hombres judíos que se hacen llamar
la
Reserva Federal por el derecho de gastar su propio dinero,
originándose precios siempre crecientes y deudas que nunca pueden ser
reembolsadas?
Esta misma gente que se llama a sí misma
ciudadanos del mayor país que alguna vez haya existido, son aquéllos. Es
decir, los estadounidenses.
Cuando respaldamos un sistema que no entendemos completamente, garantizamos
nuestra propia explotación. Garantizamos nuestro propio destino injusto. Es
lo que estamos afrontando ahora. Y pienso que, en todos los tiempos y
lugares, es lo que siempre hemos estado afrontando.
Un gobierno astuto impone el patíbulo del fraude en las mentes de sus
ciudadanos, y finalmente, con tiempo, mentiras, deuda, y la constante
mentira de los medios de comunicación en los cuales hemos sido condicionados
para confiar, el cadalso se hace verdadero, la soga se aprieta, y la gente
se desangra.
Los campesinos rusos estaban conectados al Zar
con ingenua devoción, de manera que cuando aquel poder fue secuestrado por
banqueros judíos de Nueva York, los campesinos no tuvieron ningún modo de
desconectarse de su confianza en aquel sistema, y muchos millones sufrieron
una fría electrocución en aquellos helados gulags.
Hoy en Estados Unidos el paralelo son las personas que están perdiendo sus
casas por causa de la deuda que ellas fueron animadas a acumular, y muriendo
de hambre en las calles.
Esto es para lo qué son los campos de
la
FEMA, ellos dicen.
Conectados a un gobierno venenoso por un cordón
umbilical de dinero en efectivo, cuando el cordón es cortado, perecemos.
Los bancos y el Estado: en cada caso, por no
entender totalmente la mecánica que acciona nuestras sociedades, los hemos
autorizado - lo sepamos o no - a asesinarnos. Está sucediendo hoy. Siempre
ha ocurrido de esa manera.
Ya no hay ninguna razón para que los estadounidenses reconozcamos nuestro
gobierno como legítimo. Nuestra gente joven es enviada al extranjero para
morir por nada
en guerras insensatas que benefician sólo a
los ricos banqueros internacionales y sus fabricantes de armas que están
unidos con ellos.
Ninguna ventaja de ninguna de estas guerras
inmorales se ha derivado para la ciudadanía estadounidense a consecuencia de
estas guerras inmorales e injustas.
Además, la inmigración desenfrenada, fomentada
por beneficios demasiado generosos que son gratis para los extranjeros pero
escatimados a los ciudadanos genuinos, ha reventado los presupuestos de cada
Estado, ciudad y municipalidad en el país, y permitió la elección como
Presidente de una persona que es en toda probabilidad
un extranjero él mismo.
-
la policía parece estar siguiendo una
política de matar a tantas personas como le sea posible a raíz de
delitos triviales o artificiales
-
los abogados confabulan unos con otros
para trasquilar a sus propios clientes
-
los jueces se sienten motivados para
cumplir los contratos con los operadores de prisiones privatizadas
para mantener sus cárceles a su máxima capacidad
El presidente
Clinton,
muchos de cuyos guardaespaldas fueron asesinados para encubrir sus
actividades ilegales e inmorales, supervisó el NAFTA (North American Free
Trade Agreement), el traslado de la mayoría de los empleos estadounidenses
hacia el extranjero, y la destrucción de la base industrial de Estados
Unidos.
El segundo presidente
Bush firmó la Ley Patriota destruyendo la Declaración
de Derechos y criminalizando el disenso honesto acerca de las corruptas
políticas del gobierno.
Y el presidente
Obama
firmó una orden ejecutiva que lo autoriza para detener o matar a cualquiera
que él elija sin explicar por qué.
Estados Unidos ya no tiene un sistema de justicia capaz de identificar el
comportamiento criminal efectuado por su propio gobierno, y al mismo tiempo
autoriza el encarcelamiento de gente inocente que no ha hecho sino objetar
leyes ilegales que los privan de su propiedad y su libertad.
Debido a la vomitiva colusión,
...Estados Unidos ha caído en una trampa
ineludible en la cual los delitos contra su propio pueblo no pueden ser
reparados por procedimientos ordinarios, debido a,
-
la corrupción completa de la judicatura
-
la ilegalidad de sus leyes
-
la lana que ha sido puesta sobre los
ojos de todo el mundo por los medios de comunicación y las rameras
educacionales,
...formando un
Estado policiaco despiadado y criminal donde solía existir una
democracia aprovechable.
-
¿Por qué insiste el gobierno en conocer
cada detalle de nuestras vidas, cuando no sabemos absolutamente nada
sobre la historia secreta del presidente del país, o sobre
los actos de corrupción de las personas que ocupan cargos de
elección popular y que se enriquecen cada vez más mientras todos los
demás en el país se hacen cada vez más pobres?
-
¿Por qué el Congreso entero se inclina
con una obediencia servil ante el líder de un país extranjero
simplemente porque sus agentes controlan el Ministerio de Economía
por medios ilegales e inmorales?
-
¿Por qué todos los funcionarios
superiores en Washington son ciudadanos duales
israelíes-estadounidenses?
-
¿Por qué a los judíos se les permite
poseer todos los medios, y que luego ellos prohíban cualquier
discusión acerca de las atrocidades israelíes y de la manipulación
judía de la mente de los estadounidenses?
-
¿Cuándo todos los estadounidenses van a
comprender que ellos han sido robados por astutos mercachifles
judíos a lo largo del siglo XX, y ahora que aquel robo ha sido
concluido, que sus vidas están siendo tomadas de ellos - por medio
de radiación, chemtrails, comida envenenada y médicos homicidas -
mientras hablamos?
Este sádico Estado de seguridad que fue
introducido por la operación bajo bandera falsa del
11
de Septiembre de 2001 estableció una tendencia que permitió, a
los criminales en el poder, declarar a otros países como combatientes
enemigos aunque no hubiera ninguna prueba - sólo falsa propaganda
manufacturada - que les permitiera hacer aquello.
Lo peor de todo, los mismos enemigos que Estados Unidos se supone que ha
estado combatiendo los pasados doce años fueron creados por el propio
establishment de Inteligencia estadounidense, por
Zbigniew Brzezinski y Donald Rumsfeld, que
convirtieron a los muyahidines de Afganistán en Al-Qaeda, con la ayuda
sustancial del servicio de Inteligencia israelí, el Mossad, todos los cuales
son controlados por
los banqueros internacionales que
ilegalmente toman vuestro dinero para financiarlos.
Esta observación fue confirmada, para que todo el mundo la viera, cuando
supuestos agentes de Al-Qaeda aparecieron en el lado de los monstruos
estadounidenses desestabilizando Egipto y Yemen, y
destruyendo Libia y
Siria.
Pero los estadounidenses de alguna manera han
sido demasiado debilitados para comprender que la gente que nuestro gobierno
todavía afirma que derribó las Torres Gemelas el 11-S trabaja ahora para el
gobierno estadounidense devastando aquellos países del Medio Oriente que
rechazan ser sobornados por los banqueros judíos.
El debilitamiento es real, y el pueblo estadounidense está en gran parte en
estado comatoso, indefenso contra
esta
masacre kosher.
Cuando los pájaros y las abejas están cayendo desde los cielos debido al
smog electrónico, los chorros envenenados de los jets, y los fertilizantes
tóxicos que están matando nuestros bosques, entonces la gente del mundo está
siendo
anestesiada hasta la muerte por una cornucopia de
venenos que disminuyen nuestra capacidad de pensar y resistir.
Como con el rompecabezas del 11-S que desafía la solución, no necesitamos
conocer cada técnica que fue usada para crear esta paranoia de terror
mundial que ha sido explotada para robarnos nuestra libertad.
Sabemos quién lo hizo:
fueron los bancos y el Estado, ambos
innegablemente dirigidos por judíos.
Y ocurre lo mismo con el dinero.
No necesitamos conocer cada método de uso y
creación de capital para que inventemos un nuevo método de controlar nuestro
propio dinero sin el secuestro criminal de nuestra propia riqueza por una
astuta conspiración de hombres muy enfermos y despiadados.
Podemos inventar una enorme cantidad de sistemas financieros funcionales,
pero el ingrediente clave es la ausencia de los criminales judíos que lo
dirigen ahora y que están llevando al mundo al suelo.
Los bancos y el Estado son uno y el mismo. Los bancos y el Estado son
enemigos de todas las cosas vivientes.
Ellos deben ser destruidos, antes de que ellos
nos destruyan a todos nosotros, a nuestro planeta y todo lo que vive.