Damasco (Siria)
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A partir de su probable ampliación en septiembre de 2014, la Organización de Cooperación Shanghai
representará un 40% de la
población mundial.
En esta carrera contra el tiempo parece que
Washington quisiera imponer el dólar como única moneda en el mercado
del gas, la fuente de energía del siglo XXI, como ya lo había hecho
anteriormente en el mercado del petróleo [1].
Los medios de la prensa occidental sí mencionan, aunque con retraso, los acontecimientos del Magreb y el Levante, pero los presentan como el resultado de una supuesta "primavera árabe" (o sea, en la práctica, de una toma del poder por parte de la Hermandad Musulmana) o como el efecto destructivo de una civilización naturalmente violenta.
Y nos dicen que es más necesario que nunca
acudir en ayuda de los árabes, incapaces de vivir en paz sin los colonos
occidentales.
Para ello dispone de 3 herramientas:
Vladimir Putin (Rusia), Narendra Modi (India), Dilma Rousseff (Brasil), Xi Jinping (China)
Jacob Zuma (Sudáfrica)
Prosiguieron su ofensiva en Siria y la extendieron además a Irak y el Líbano. Pero fracasaron en su intento de expulsar a los palestinos de Gaza hacia Egipto y acentuar la desestabilización de la región.
Y, como punto final, siguen sin meterse
con Irán
para dar al presidente Hassan Rohani la posibilidad de debilitar la
corriente antiimperialista de los khomeinistas.
Partiendo de esa suposición, completamente arbitraria, Estados Unidos impuso a los europeos el inicio de una guerra económica contra Rusia.
Actuando a la manera de un tribunal, el Consejo
de la Unión Europea juzgó y condenó a Rusia, sin la menor prueba y sin darle
la posibilidad de defenderse. Y promulgó "sanciones" contra su sistema
financiero.
Y es probable que no intervenga antes de que la
gran mayoría de los ucranianos se subleve contra el presidente Petro
Porochenko, aunque eso implique no entrar en el país hasta después de la
caída de la República Popular de Donetsk.
Dos consideraciones le llevaron a preferir esa opción:
Los anglosajones también han previsto paralizar Rusia desde adentro.
Primeramente, mediante la activación, a través del Emirato Islámico (ex EIIL), de grupos terroristas en el seno de su población musulmana y también organizando una oposición mediática en ocasión de las elecciones municipales del 14 de septiembre.
Importantes sumas de dinero han llegado a todos los candidatos de la oposición en la treintena de grandes ciudades rusas implicadas en esas elecciones mientras que al menos 50 000 agitadores ucranianos, infiltrados entre los refugiados, están reagrupándose en San Petersburgo.
La mayoría de esos individuos tienen la doble nacionalidad ruso-ucraniana.
El objetivo es, evidentemente, reproducir en el
interior del país las manifestaciones orquestadas en Moscú después de las
elecciones de diciembre de 2011 - agregándoles la violencia como nuevo
ingrediente - e imponer al país un proceso de "revolución de color", al que
una parte de los funcionarios y de la clase dirigente sería favorable.
nuevo primer ministro de la
India.
Esa decisión debería hacerse pública durante la cumbre programada en Dusambé, capital de Tayikistán, para los días 12 y 13 de septiembre. Eso debería poner fin al conflicto de siglos entre la India y China e implicarlas en una cooperación militar.
Ese drástico cambio de la situación, si se confirma, también pondría fin a la luna de miel entre Nueva Delhi y Washington, cuando este último esperaba distanciar a la India de Rusia ofreciéndole acceso a diversas tecnologías nucleares.
La incorporación de Nueva Delhi a la OCS
constituye también una apuesta por la sinceridad de su nuevo primer
ministro, Narendra Modi, sobre quien pesan sospechas de haber
estimulado actos de violencia antimusulmana, en 2002, en Gujarat, cuando
dirigía ese Estado de la India.
También en este caso, si se confirma debe reducir la voluntad iraní de negociar una pausa con el "Gran Satán", intención que motivó la elección del jeque Hassan Rohani a la presidencia de la República Islámica.
En este caso, la apuesta sería por la autoridad
del Guía Supremo de la Revolución Islámica, el ayatola Ali Khamenei.
Pero esa evolución tendría que contar con protección en el plano militar. Ese es el papel de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), conformada alrededor de Rusia pero que no incluye a China.
A diferencia de la OTAN, la OTSC es una alianza clásica, 'compatible' con la Carta de las Naciones Unidas ya que cada uno de sus miembros conserva la posibilidad de separarse de la OTSC si así lo desea.
Y es basándose en esa libertad de los miembros
de la OTSC que Washington ha tratado durante los últimos meses de comprar a
varios de ellos, como Armenia. Pero la caótica situación que prevalece
en Ucrania parece haber enfriado a los que
podían soñar con una "protección" estadounidense.
Referencias
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