por Dan Sanchez
22 Diciembre 2015
del Sitio Web
Antiwar
traducción de Editorial-Streicher
24 diciembre 2015
del Sitio Web
Editorial-Streicher
Versión original en ingles
Desde el
sitio antiwar.com hemos traducido el siguiente
texto del ensayista político y periodista
estadounidense Daniel J. Sánchez (Dan Sanchez),
publicado hace dos días, que hace un
contextualizador análisis de la situación en el
Cercano y Medio Oriente, tanto pasada como
presente, en conexión con la política exterior
estadounidense y los intereses en juego del
Estado sionista.
Su analogía
de base es la relación entre Israel y Palestina,
que el autor expande a la actuación del Imperio
en esa parte de Oriente, con su estela de
ocupación, saqueo y explotación, y la
consiguiente respuesta que provoca, preparado
todo previamente por una cuidadosa siembra de
cizaña y el consabido apoyo a ambos lados de un
conflicto.
La Guerra Está Materializando...
La Israelización del Mundo
- Dividir, Conquistar, Colonizar
-
A medida que las guerras conducidas por EE.UU. hunden al mundo
musulmán cada vez más profundo en un caos de Estados fallidos llenos
de yihadistas, los acontecimientos parecen estar inclinándose hacia
un punto extremo.
Eventualmente, la región llegará a ser
una fuente tan profusa de terroristas y refugiados, que la
resistencia popular occidental a las "botas en el terreno"
(intervención militar directa) será superada por el terror y la
rabia.
Entonces,
el Imperio conducido por
EE.UU. tendrá finalmente el mandato público que necesita para
colonizar completa y permanentemente el Gran Oriente Medio.
Es fácil ver cómo
el Complejo Industrial-Militar y su secuaz
la
industria de energía se beneficiarían de tal resultado.
Pero,
Tel-Aviv ha perseguido durante mucho
tiempo una estrategia de "dividir y conquistar", tanto directa como
indirectamente por medio de la enorme influencia que el lobby de
Israel y los neoconservadores tienen sobre la política exterior
estadounidense.
Un famoso artículo de principios de los años 80 del diplomático y
periodista israelí Oded Yinon es más explícito en este
respecto.
El "Plan Yinon" (1)
pide la,
"disolución" del "mundo árabe entero, incluyendo Egipto,
Siria, Irak y la Península Arábiga".
Cada país debía conseguirse que
fuera,
"fragmentado de acuerdo a agrupaciones sectarias y étnicas",
después de lo cual cada fragmento resultante sería "hostil" a sus
"vecinos".
Yinon increíblemente afirmó que:
"Este estado de cosas será la
garantía para la paz y la seguridad en el área a largo plazo".
Según Yinon, esta "balcanización"
(fragmentación) debería ser realizada mediante la instigación de la
discordia y la guerra entre los árabes:
"Cada clase de confrontación inter-árabe
nos ayudará a corto plazo y acortará el camino hacia el objetivo
más importante de fragmentar Irak en denominaciones, como en
Siria y en el Líbano".
La siembra de la discordia entre los
árabes ya había sido parte de la política israelí años antes del
informe de Yinon.
Para contrarrestar a la Organización para la Liberación de Palestina
(OLP), nacionalista y árabe secular, Israel apoyó un movimiento
islamista en los Territorios Ocupados, comenzando a finales de los
años '70 (casi al mismo tiempo que EE.UU. comenzó a apoyar
directamente a los fundamentalistas muyahidines islámicos en
Afganistán).
El movimiento islamista palestino
patrocinado por Israel finalmente dio origen a la creación de Hamás,
al que Israel también apoyó y ayudó a crecer. (2)
También a finales de los años '70 Israel comenzó a fomentar la lucha
inter-árabe en el Líbano. Comenzando en 1976, Israel apoyó
militarmente a los árabes cristianos maronitas, agravando la guerra
civil libanesa que había comenzado recientemente.
En 1978 Israel invadió el Líbano, y
reclutó a gente local para crear una fuerza delegada llamada el
"Ejército del Sur del Líbano".
Israel invadió el Líbano nuevamente en 1982, y trató de instalar en
el poder a una organización cristiana llamada la Falange. Esto fue
frustrado cuando el nuevo dirigente falangista (Bashir Gemayel)
fue muerto.
En represalia, con la complicidad israelí, la Falange
perpetró la matanza en los campos de refugiados de Sabra y Shatila,
en Beirut, matando a cientos (quizá miles) de refugiados palestinos
y chiítas libaneses.
La guerra civil que Israel ayudó a fomentar fracturó al Líbano
durante una década y media. Fue la caótica fragmentación del Líbano
lo que Yinon citó como el "precedente" y el modelo para el resto del
mundo árabe.
Estados Unidos también ha azuzado durante mucho tiempo a naciones
musulmanas, sectas y grupos étnicos unos contra otros. A lo largo de
los años '80, además de patrocinar la yihad afgana y la guerra
civil, EE.UU. armó a Irak (incluso con armas químicas) en la
invasión de éste y guerra contra Irán.
Al mismo tiempo, EE.UU. también estaba
vendiendo en secreto armas al lado iraní en aquel mismo conflicto.
Vale la pena notar que dos funcionarios implicados en el escándalo
Irán-Contras fueron los neoconservadores pro-Israel Elliot Abrams
y Michael Ledeen.
Abrams fue condenado (aunque más tarde
perdonado) por cargos criminales.
Este tema también puede ser visto en "A Clean Break" (Una Ruptura
Limpia), (3) un documento de estrategia escrito en
1996 para el gobierno israelí por un "grupo de estudios"
neoconservador liderado por futuros funcionarios de la
administración de Bush II y arquitectos de la guerra contra Irak.
En aquel documento, el principio de,
"dividir y conquistar" se aplicaba
bajo el eufemismo de "una estrategia basada en el equilibrio de
poderes".
Esta estrategia implicaba aliarse con
algunas potencias musulmanas (Turquía y Jordania) para reducir y
finalmente derrocar a otras.
En particular, pedía el cambio de
régimen en Irak a fin de desestabilizar a Siria. Y la
desestabilización tanto de Siria como de Irán era principalmente
para contrarrestar los "desafíos" que aquellos países planteaban a
los intereses de Israel en el Líbano.
El autor primario de "Una Ruptura Limpia", David Wurmser,
también escribió otro documento de estrategia en 1996, (4)
esta vez para audiencias estadounidenses, llamado "Coping with
Crumbling States" (Tratando con Estados que Se Desmoronan).
Wurmser argumentaba que "el tribalismo,
el sectarismo, y la competencia de tipo bandas o clanes" era lo que
realmente definía la política árabe.
Él afirmaba que los regímenes árabes
nacionalistas y seculares como Irak y Siria intentaban desafiar
aquella realidad, pero finalmente fracasarían y serían destrozados
por ella.
Wurmser por lo tanto pedía el
"aceleramiento" y el control de aquel inevitable "colapso caótico"
por medio del cambio de régimen en Irak.
Especialmente gracias a los esfuerzos increíblemente eficaces del
neoconservador Proyecto para un Nuevo Siglo Estadounidense (PNAC),
(5) el cambio de régimen en Irak se convirtió en
la política estadounidense oficial en 1998.
El
destino de Irak fue
sellado cuando
el 11-S golpeó mientras
la
presidencia estadounidense estaba dominada por neoconservadores
(incluyendo muchos signatarios de "Una Ruptura Limpia" y miembros
del PNAC) y sus aliados cercanos.
Comenzando con la consiguiente Guerra de Irak, la estrategia Yinon/Wurmser
de "dividir y conquistar" entró en una permanente alta actividad.
Después del derrocamiento del gobernante árabe nacionalista y
secular Sadam Hussein, las políticas de los invasores
estadounidenses difícilmente podrían haber sido mejor diseñadas para
instigar una guerra civil entre suníes y chiíes iraquíes.
La "des-Baathificación" (partido Baath de Hussein) del gobierno
iraquí envió a innumerables suníes seculares a la desesperación del
desempleo.
Esto fue acompañado por una total
privación de derechos cuando la primera elección orquestada por
EE.UU. entregó el poder total a los chiíes. Y fue acompañado
posteriormente por la persecución cuando las milicias chiíes,
armadas por los estadounidenses (y apoyadas por Irán), comenzaron a
limpiar étnicamente Bagdad y otras ciudades de los suníes.
La invasión también dio rienda suelta a Abu Musab al-Zarqawi,
un terrorista que había estado antes escondido ocultándose de las
fuerzas de seguridad de Sadam. Los disparos de extremistas suníes y
los atentados suicidas contra chiíes y lugares sagrados chiíes, y
las represalias anti-suníes que esto engendró, dividieron
posteriormente a Irak de acuerdo a las líneas sectarias.
La banda de Al-Zarqawi se convirtió en
Al-Qaeda en Irak. Después de que muchos de sus seguidores
extremistas fueron puestos por los estadounidenses en prisiones
cerradas con ex-Baathistas, muchos de éstos fueron reclutados.
La experiencia militar así adquirida fue
crucial para el posterior surgimiento del grupo para la conquista,
ahora como ISIS.
Todo esto era la receta perfecta para la guerra civil. Y cuando
aquella guerra civil estalló realmente, las fuerzas armadas
estadounidenses hicieron imposible la reconciliación al ponerse
completamente del lado chiíta.
Ahora en la vecina Siria, EE.UU. ha estado alimentando una guerra
civil durante los pasados cuatro años patrocinando a yihadistas
suníes internacionales (6) que luchan junto a ISIS
y a Al-Qaeda siria en la guerra de éstos para derrocar al gobernante
nacionalista árabe secular Bashar al-Assad, y "purificar" la tierra
de chiíes, drusos, cristianos y otros "apóstatas" no-salafistas.
Los co-patrocinadores claves de esta
yihad incluyen a los regímenes musulmanes de,
Y los aliados claves y defensores de
Assad incluyen a fuerzas musulmanas tales como Hezbolá, tropas
iraníes y milicias iraquíes.
En algunas batallas en Siria, los
soldados iraquíes y los rebeldes sirios pueden estar disparándose
unos a otros con armas estadounidenses. Muchas de las armas y
reclutas que fueron derramados en Siria por EE.UU. y sus aliados
terminaron por llegar a ISIS o a Al-Qaeda.
Así reforzado, ISIS entonces irrumpió en
Irak (donde primero surgió durante la caótica ocupación
estadounidense) y expulsó al ejército iraquí chiíta del Noroeste del
país poblado por suníes.
El "dividir y conquistar" de hoy parece ser el de los años '80 pero
al revés.
En los años 80 EE.UU. armó una invasión
iraquí sunita de Irán. Ahora, armando a las milicias conducidas por
Irán que dominan el nuevo ejército iraquí, EE.UU. ha armado
eficazmente una invasión iraní chiíta de Irak. Además, en los años
80 EE.UU. armó encubiertamente a la resistencia iraní chiíta a la
invasión iraquí.
Ahora EE.UU. está armando
encubiertamente (mediante sus conductos en la insurrección Siria) a
la resistencia iraquí sunita a la invasión iraní.
Guerras civiles plagadas de yihadistas también han sido fomentadas
en,
-
Afganistán
-
Somalia
-
Yemen
-
Libia,
...esta última después del derrocamiento
estadounidense de otro gobernante nacionalista árabe secular.
En estas catástrofes vemos prácticamente todo lo que pedían Yinon y
Wurmser.
Vemos la "confrontación inter-árabe" de Yinon, la
"disolución" de países árabes que están,
"desintegrándose de acuerdo
a líneas étnicas y sectarias" en fragmentos en guerra.
Y vemos el "colapso caótico" de Wurmser
acelerado por la destrucción de regímenes nacionalistas árabes
seculares.
También debería ser notado que Wurmser
dio escasa consideración a la amenaza del fundamentalismo islámico,
especialmente cuando se la comparaba con la del nacionalismo árabe.
Pero, aparte de las rebuscadas fantasías de Wurmser de monarquías
hashemitas endeudadas con Israel surgiendo del caos, ¿cómo podría
probablemente estar "seguro" Israel rodeado por tal escenario
infernal?
Sheldon Richman (7)
incisivamente postuló que:
"La confrontación inter-árabe
promovida por Estados Unidos e Israel... le convendría a los
expansionistas israelíes que no tienen ningún deseo de tratar de
manera justa a los palestinos y los Territorios Ocupados.
Mientras más peligroso aparece el
Oriente Medio, más los líderes israelíes pueden contar con
Estados Unidos para no insistir en un arreglo justo con los
palestinos.
El pueblo estadounidense, además,
probablemente será más tolerante hacia la brutalidad de Israel
si el caos prevalece en los Estados vecinos".
Otra línea del pensamiento estratégico
fue revelada por el New York Times en 2013: (8)
Muy silenciosamente, los israelíes
han sostenido cada vez más que el mejor resultado para la guerra
civil de Siria que dura ya dos años y medio, al menos por el
momento, es que no haya ningún resultado.
Para Jerusalén, el statu quo, horroroso como pueda ser desde una
perspectiva humanitaria, parece preferible a una victoria del
gobierno del señor Assad y sus respaldadores iraníes, o a un
reforzamiento de los grupos rebeldes, cada vez más dominados por
yihadistas suníes.
'Ésta es una situación de
definiciones en la cual usted necesita que ambos equipos
pierdan, o al menos usted no quiere que alguno gane. Nos
conformaremos con un empate', dijo Alon Pinkas, un ex-cónsul
general israelí en Nueva York.
'Dejémoslos que se desangren, en
una hemorragia hasta la muerte: ése es el pensamiento
estratégico aquí. Mientras permanezca dicha situación, no
hay ninguna verdadera amenaza de parte de Siria'.
Tan amenazante como lo son los
terroristas yihadistas para los civiles, y tan horroroso como lo es
la guerra civil para aquellos directamente afligidos, el régimen
israelí prefiere estar rodeado por ambos males que colindar con
siquiera un solo Estado musulmán o árabe estable que no esté
sometido a la voluntad de Washington y Tel-Aviv.
Esto es en parte debido a un simple imperialismo, hecho
especialmente agresivo por la ideología sionista de Israel.
Israel quiere un espacio vital, que
incluye tanto un territorio adicional para sí mismo como un acceso
forzoso a recursos y mercados en territorios extranjeros en la
región. Los Estados musulmanes y árabes no-clientes simplemente se
están interponiendo en dicho camino.
Cada Estado desea un espacio vital. Lo
que hace del deseo de Israel algo particularmente peligroso es su
apoyo de cheque en blanco de parte de la superpotencia
estadounidense.
Pero está también la cuestión más concreta de mantener un trozo
particular de espacio vital ya conquistado: la ocupación israelí de
Palestina. No importa cuán débiles (como Sadam) y mansos (como
Assad) sean los gobernantes árabes con respecto a ese asunto, la
noción misma del nacionalismo árabe es una amenaza permanente para
los israelíes como ocupantes permanentes y desposeedores
sistemáticos de los árabes.
Israel odia al Baathismo por la misma
razón que odiaba a la OLP antes de que ésta fuera domada. Un mundo
árabe nacionalmente consciente nunca aceptará totalmente la
Ocupación.
Israel tiene prejuicios contra la estabilidad regional, porque un
Estado árabe estable y coherente es más probable que tenga tanto la
motivación como los medios necesarios para resistir a los designios
israelíes en su país, y posiblemente incluso para defender a los
palestinos.
Uno podría preguntarse cómo los yihadistas y la guerra civil son de
algún modo mejor en este respecto. No parece que los recursos naturales
bajo las "bombas de barril" de Assad o los furtivos tipos del ISIS
estén más fácilmente disponibles para Israel.
Y, dejando a un lado
las teorías relacionadas con el Mossad sobre ISIS y Al-Qaeda, no
parece que los extremistas islamistas sean necesariamente mucho más
perdonadores de la Ocupación que los nacionalistas árabes.
Pero los yihadistas son preferidos por Israel, no como vecinos
permanentes sino como catalizadores para un recrudecimiento militar.
Al derrocar a los moderados para
beneficio de los extremistas, la política exterior estadounidense
ocupada por los israelíes está acelerando más la guerra al polarizar
al mundo, y está haciendo las divisiones entre árabes e israelíes y
entre occidentales y musulmanes más severamente en blanco y negro,
eliminando las "zonas grises" de la co-existencia.
Ésta es la propia estrategia de ISIS
también.
Los "halcones" israelíes prefieren ISIS, Al-Qaeda y Hamás a Sadam,
Assad y Arafat, porque la gente de Occidente es menos probable que
esté dispuesta a coexistir con los primeros que con estos últimos.
Especialmente a medida que los ataques
terroristas y las crisis de refugiados aumentan en Occidente, la
aparición y el reinado de los terroristas puede finalmente vencer a
la oposición pública a un compromiso de tropas, y requerir la
invasión occidental y la ocupación permanente del Gran Oriente
Medio, seguido, por supuesto, de su explotación perpetua por parte
de Israel y las corporaciones israelíes, entre otros favoritos de
Washington.
El Occidente puede llegar a convertirse en un Israel Global, siempre
ocupando, siempre despojando, siempre bombardeando y eternamente
inseguro.
Y el Oriente Medio puede llegar a
convertirse en una Palestina Global, perpetuamente ocupado,
perpetuamente desposeído, perpetuamente bombardeado y por siempre
desesperadamente violento.
Así es cómo la guerra está
materializando la Israelización del mundo.
Referencias
(1) "Greater
Israel" - The Zionist Plan for the Middle East
(2)
http://original.antiwar.com/justin/2006/01/27/hamas-son-of-israel/
(3)
http://www.dansanchez.me/feed/clean-break-to-dirty-wars
(4)
http://www.dansanchez.me/feed/seize-the-chaos
(5)
http://www.dansanchez.me/feed/the-neocon-hunger-for-universal-empire
(6)
http://www.dansanchez.me/feed/where-does-isis-get-those-wonderful-toys
(7)
http://sheldonfreeassociation.blogspot.com/2015/10/is-instability-goal-of-us-mideast-policy.html
(8)
http://www.nytimes.com/2013/09/06/world/middleeast/israel-backs-limited-strike-against-syria.html
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